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1.Poesía épica: Homero y la cuestión homérica.

Sin duda alguna hubo manifestaciones poéticas en Grecia antes de Homero. los mismos poemas homéricos
aluden a veces o suponen implícitamente la existencia de otros cantos. Hubo, pues, formas épicas y líricas de
las que no tenemos testimonio directo, ya que durante siglos la transmisión fue de carácter oral.

La aparición y difusión de la escritura permitió la fijación escrita de las creaciones poéticas. Este hecho debió
producirse entre los siglos IX-VIII a. C., al entrar los griegos en contacto con los fenicios, de quienes tomaron
el alfabeto. Esta es también la fecha que generalmente se admite como muy probable para los poemas
homéricos: la ILIADA y la ODISEA.

Los poemas homéricos han sido objeto de atentísimos estudios desde la Antigüedad hasta nuestros días; estos
estudios han dado origen a técnicas de investigación literaria muy delicadas, que han tenido aplicación muy
eficaz en otros géneros y en otras literaturas. Pero a pesar de tan arduos trabajos, siguen, sin embargo, en pie
numerosos problemas en torno a los poemas homéricos en sus diversos aspectos. Enumeraremos a
continuación los más significativos:

a)Personalidad de Homero.Los debates sobre su existencia se han venido planteando desde la época
Alejandrina hasta nuestros días. Muchos críticos han llegado incluso a negar la existencia de Homero, afirmando
que sólo es un "nombre". Sin embargo la presencia del poeta se deja sentir en el tratamiento de datos
legendarios y en la creación y reinterpretación de tipos, así como en la organización de los poemas
(especialmente la ILIADA) centrados en torno a un tema. En cuanto a su vida, se cree que probablemente
habría sido un rapsodo, y como tal, habría conocido algo de mundo, vinculado a las cortes principescas de su
tiempo. Sobre las siete ciudades que se disputan el honor de ser su cuna, Esmirna tiene mucho a su favor, y,
en todo caso, puede designar el ámbito poético del Asia Menor reflejado en los poemas. Una estancia
prolongada en Quíos, así como su muerte en la isla de Ios, pueden ser datos históricos. Las noticias de su
ceguera es un  rasgo típico de su leyenda (era conocido por el sobrenombre "el que no ve", traducción literal de
la palabra Homero). Creemos que la época de su creación corresponde a la segunda mitad del siglo VIII a. C.

b) La cuestión homérica.Todas las diferencias que en los poemas han planteado el problema histórico-
literario conocido como la "cuestión homérica": ¿Son la ILIADA y la ODISEA obras de un mismo autor? Desde
la época Helenística hasta el siglo XIX, las distintas corrientes e interpretaciones resultaron positivas para el
mayor conocimiento de los poemas. Pero, es a partir del siglo XIX donde las teorías Analíticas, que niegan la
unidad poética de la obra, encienden de nuevo el gran debate. Después de la Primera guerra mundial se
comenzó a considerar la unidad de las epopeyas homéricas, con las llamadas teorías Unitarias. En resumen,
Homero es una terminación y un comienzo, y más de una discrepancia de su obra se explica por esta razón.
Las raíces de su creación se hunden profundamente en la antigua esfera de la canción heroica oral.

c) Transmisión de los poemas.Hasta la época Alejandrina, en que se acometieron estudios cuidadosos de


los poemas y se fijó el texto de los mismos, la transmisión del legado homérico se realizó de una forma un
tanto incierta. Primero por los rapsodos o recitadores, más tarde por los maestros de escuela como texto
escolar básico, y sobre todo por las "ediciones especiales" de cada ciudad con destino a los concursos de
recitadores en las fiestas locales que habían dado lugar a la proliferación de variantes e interpolaciones en los
textos. La pregunta sigue viva: ¿Cuál fue el texto primero y original de los poemas?

d) La lengua homérica.Es una lengua artificial, es decir, que no ha sido hablada en ningún momento por
ningún grupo humano: es una lengua literaria, utilizada con fines estrictamente poéticos y que se quedó como
vehículo de expresión propio de las formas épicas y que influyó poderosamente en la formación de las
restantes lenguas literarias. Pero, ¿Cómo se originó? La respuesta queda abierta a la Crítica Literaria del
pasado, presente  y para el futuro.  

e) La métrica homérica.La forma métrica de los poemas es el hexámetro dactílico, utilizado en series


indefinidas de versos. La cuestión está en quien elaboró esta forma métrica. Constituye una creación
sumamente tan delicada que no puede ser en manera alguna la invención de un solo poeta, por genial que
éste fuera. Por otra parte, no se adapta fácilmente al ritmo natural de la lengua griega. Incluso se defiende la
posibilidad de que ya fuera utilizado por los cantores aqueos en el II milenio a.C., pero en definitiva su origen
y elaboración son todavía inciertos.

Estos son los problemas más considerados por la Crítica y de difícil solución, no sólo ahora, sino por siempre.

Haciendo un análisis de los poemas desde el punto de vista de la poesía oral, podemos percibir que no
surgieron por sí solos, sino que suponen la cristalización de una larguísima tradición épica de carácter oral,
que se inició probablemente a mediados del II milenio a. C. Aparte de suponer un largo proceso de creación
poética, estas obras son también el punto de transición desde la antigua poesía de los aedos o cantores (épica
cantada), a la de los rapsodos o recitadores (épica recitada).

En ambas epopeyas se habla de la gloria del héroe a través de la canción, pero ocurre de manera muy diversa.
La ILIADA nos permite reconocer una etapa más temprana, en la que los héroes mismos cantaban. La ODISEA,
en cambio, nos presenta a cantores profesionales, y, nos permite reconocer y conocer muchos aspectos acerca
de la posición que ocupaba el cantor y la naturaleza de su exposición. Vemos al "aedo" vinculado a una
corporación. Por lo general se trasladaría de una población a otra, como se nos presenta a Homero en relatos
posteriores. Pero podía vincularse asimismo a la corte de un príncipe y adquirir allí un prestigio considerable.

La pregunta decisiva es si debemos imaginarnos al "aedo" y otros cantores similares cantando de acuerdo con
un texto fijo, o bien improvisando. Sabemos que la ILIADA y la ODISEA, aún en la época en que el libro ya se
había desarrollado plenamente, se conservaban vivas principalmente gracias a la exposición oral de los
"rapsodos" en la fiesta de los dioses.

Estos rapsodos ya hace tiempo que no tañen la lira, sino que sostienen un bastón en la mano; no cantan, sino
que recitan levantando la voz. Tienen una memoria extraordinaria y se hallan atados a un texto determinado,
que en épocas antiguas imaginamos constituía el valioso patrimonio de algunas familias y
gremios.Indudablemente, esta dependencia del texto no es absoluta.

Si volvemos a remontarnos a los "aedos" prehoméricos, advertimos sin más una diferencia: al recitador con el
bastón se le enfrenta el cantor con su lira. Pero, ¿de dónde toma el "aedo" el contenido de su canto?

La base de estas investigaciones se vio notablemente ampliada por el libro de Maurice Bowra, Heroic
Poetry (1952), que parte de un estudio de la poesía épica de todas partes del mundo como base de una
investigación que se propone conocer los rasgos distintivos de la poesía épica oral. Una poesía de este tipo se
encuentra en la mayoría de los pueblos de la tierra y en no pocos hasta el día de hoy. Siempre encontramos en
el núcleo de tales canciones al "héroe" que se destaca frente a los demás por su valor y fuerza física. Sus
acciones se hallan determinadas únicamente por el concepto, aún no problematizado, del honor.

Esta poesía tiene su origen y cultivo por lo general en una clase alta de caballeros, que pasan la vida dedicados
a la lucha, la caza y los placeres de la mesa, entre los cuales se cuenta asimismo la canción del cantor. Lo que
se canta en tales círculos se convierte más tarde en patrimonio de la comunidad.

En todos los casos, esta poesía heroica tiene la pretensión de narrar hechos verdaderos, y los fundamenta en la
venerabilidad de la tradición o en la inspiración divina.

En cuanto la forma, domina la narración en verso, cuya unidad no esta constituida por la estrofa, sino por el
verso. Los discursos desempeñan un papel importante en el relato. Sin embargo, el rasgo principal lo constituye
el papel dominante de elementos típicos. Entre éstos se cuenta el adjetivo tópico, la fórmula más extensa,
que se repite una y otra vez, y las escenas características, tales como los preparativos, la partida, la boda y los
funerales.

Se trata de un arte artesano, que el maestro transmite al discípulo o, como ocurre con frecuencia, el padre al
hijo.

El cantor debe estar provisto de dos cosas: del conocimiento del tesoro de leyendas de su pueblo, y del
aparato de fórmulas adecuado. Pero esto es todo; no cuenta con un texto prefijado y crea su canción de nuevo
en cada actuación. Naturalmente, para ello se basa por lo general en lo que él y otros han cantado, pero nunca
se halla atado a un texto que simplemente tendría que reproducir. Va variando constantemente su texto, y,
por lo general, esto supone la ampliación de lo anteriormente cantado. En conclusión, lo que exponían los
"cantores" no era una poesía prefijada de una vez para siempre, sino un relato oral que cada vez volvía a
configurarse de nuevo y que, con el auxilio de numerosas fórmulas elaboraba los temas tomados de entre un
conjunto de leyendas muy desarrollado, tomando la forma de una tradición artesana.

Esta poesía responde por completo a un carácter oral (los norteamericanos hablan de oral composition), y
ello incluso en el caso de que se conociera la escritura en amplios círculos.

2.Poesía épica: La Ilíada.


La Ilíada es un poema épico en torno a la legendaria guerra de Troya. Su fondo histórico es innegable hoy día,
sobre todo tras el hallazgo del estrato denominado” TROYA VIIa “por el arqueólogo Schliemann, que se ha
identificado con la Troya Homérica, y narra la conquista de esta ciudad por los griegos.

El tema inmediato de la obra es el enfrentamiento entre Agamenón y Aquiles -dos héroes griegos- y sus
consecuencias, enmarcado dentro de otra acción más general como es la guerra de Troya. Ambas están
admirablemente entretejidas y mezcladas con todo el aparato divino.

En el Canto I se presenta  la cólera de Aquiles motivada por la pérdida de la esclava Briseida, arrebatada por
Agamenón, que le había correspondido en el reparto de un botín y la petición de ayuda a su madre Tetis, una
semidiosa, quién logra de Zeus la promesa de vengar la afrenta que Agamenón ha infringido a su hijo, haciendo
que los griegos sufran descalabros. Este plan de Zeus no se cumplirá hasta el Canto XI, mientras tanto tienen
lugar diversas descripciones, revistas de tropas, proezas de caudillos griegos y troyanos, escenas en el palacio
de Troya ( por ejemplo la despedida de Héctor y Andrómaca del Canto VI ) o en el campamento griego,
disputas entre los dioses favoreciendo a unos u otros, etc.

La retirada de Aquiles de la guerra no supone inmediatamente una derrota de los griegos, sino que hasta el
Canto VI son más bien los troyanos los que pasan apuros. Trás una serie de alternativas y viéndose la situación
insostenible para los griegos, en el Canto XI deciden enviar una embajada a Aquiles para rogarle que vuelva al
combate, prometiéndole a su esclava y otros regalos, pero éste se niega.

En los Cantos siguientes alternan las victorias griegas y troyanas de acuerdo con las ayudas de los diferentes
dioses. Por fin ,en el Canto XVI, Aquiles permite a Patroclo, su amigo y compañero, que intervenga en la
batalla, y logra alejar a los troyanos de las naves griegas ocasionando una gran matanza de enemigos, pero
éste cae a manos de Héctor, hijo de Príamo ( rey de Troya ) y hermano de Paris, ayudado por Apolo. Cuando
Aquiles se entera de la muerte de Patroclo, en el Canto  XVIII, desesperado decide volver al combate con afán
de venganza, y así se llega al punto culminante de la acción, que es la muerte de Héctor, en el Canto XXII. En
el Canto XXIII se narran los funerales de Patroclo  y los juegos fúnebres celebrados en su honor. La obra
termina en el Canto XXIV donde el rey Príamo  se humilla ante Aquiles suplicándole que le devuelva el cadaver
de su hijo Héctor. No obstante la guerra continua, pero los datos que nos han llegado de ella son
fragmentarios.

En la Ilíada, la guerra de Troya , que transcurre en su noveno año, se nos presenta casi con la novedad del
primer dia : así la narración de los contingentes de ambos ejércitos, en el Canto II ( Catálogo de las naves ); o
el duelo entre Paris, raptor de Helena, y Menelao, esposo enamorado de ella, en el Canto III; o bien las
intervenciones de otros caudillos como Diomedes, Ayax, Ulises, Idomeneo, ect, cuyas apariciones constituyen
auténticas “novelitas” o narraciones aparte.

En la narración abundan, además, pasajes descriptivos, por ejemplo de la “copa de Néstor” o del “escudo de
Aquiles”, que hacen crecer el suspense, por un lado, e introducen cierto relax en el clima tenso de las luchas.
No obstante el conjunto de la obra refleja cierta unidad, por ejemplo con la idea siempre presente de que Troya
caerá y será arrasada, hecho que coincide con el desmoronamiento y muerte de Héctor.

3.Poesía épica: La Odisea.

El tema central de la Odisea es el accidentado regreso de Ulises de Troya, perseguido por Poseidón, su llegada
a Itaca y la venganza de los pretendientes ávidos de ocupar su puesto en el trono y en el corazón de su esposa.
Es un tema típico de relatos populares en muchas literaturas, que en el caso de la Odisea parece que el
personaje de Ulises, como protagonista de la leyenda del héroe que regresa, es muy antiguo, conocido sin duda
antes de la guerra de Troya. Este tema se iría ampliando con material folklórico de distintas procedencias, así
se han encontrado semejanzas con la epopeya babilónica, o con las leyendas hititas y egipcias. Esta historia del
retorno y venganza de un héroe y sus aventuras fabulosas se integra dentro del ciclo troyano, haciendo que su
protagonista, Ulises, fuese uno de los héroes aqueos que vuelven a su patria trás la toma de Troya.

La Odisea, bajo su forma actual, se compone de tres conjuntos épicos:

1) La Telemaquia (Cantos I-IV) especie de prólogo donde se narra la leyenda del regreso de los aqueos de la
guerra de Troya. la tardanza de Ulises, la dificil situación creada en Itaca, y los viajes de Telémaco en busca de
noticias sobre su padre.

2) Los relatos en la corte de Alcinoo (Cantos V-XIII) adonde Ulises ha llegado en su largo peregrinar. Aquí
relata Ulises todas las aventuras de su viaje desde la caída Troya, y tiene lugar la decisión de los dioses de
acabar con las penalidades del héroe y dejarle arribar a su patria. En esta narración se encuentran los
elementos más antiguos del folklore primitivo y está llena de evocaciones legendarias : los cíclopes, las sirenas,
la bajada a los infiernos, las vacas del Sol devoradas por  los compañeros de Ulises, etc.

3) La matanza de los pretendientes (Cantos XIII- XXIV), antes de la cual se produce la vuelta de Ulises a
Ítaca, el regreso de Telémaco, el progresivo reconocimiento del héroe por sus leales, actitud insolente de los
pretendientes, hasta que se llega , en el Canto XXII, al punto culminante de la acción con la victoria de Ulises,
como un mendigo, en la prueba del arco y la posterior matanza de los que asediaban a su esposa   y su
patrimonio. En el Canto XXIII se produce el reconocimiento del héroe por su esposa, y en el XXIV se describe la
llegada de los pretendientes al Hades, la visita de Ulises a su padre Laertes, y la pacificación de Ítaca cuando
Ulises asume de nuevo el mando.

Hermann FRÄNKEL nos ha presentado al hombre homérico en su sencillez y unidad, y en la forma incondicional
de abrirse al mundo. En la Iliada los seres  humanos son más impenetrables y cerrados pero en la Odisea
encontramos nuevos tonos de una mayor hondura psicológica, por ejemplo la delicadeza con la que es sugerida
la naciente simpatía de Nausicaa por el forastero, el hecho de que Ulises ocupe el mismo asiento que un poco
antes había ocupado el dios Hermes  en la caverna de la ninfa Calipso, o la tendencia a acentuar la ironía
cuando, en el Canto XVII, el porquerizo conduce a su señor, con aspecto de un mísero mendigo, a la ciudad.

Un problema que se presenta es al preguntarnos por la conciencia individual y las posibilidades de decisión del
héroe homérico. El lenguaje homérico no cuenta con ninguna expresión que equivalga plenamente a nuestra
palabra “alma”. Lo que expresa con la palabra  yuch  es algo que aparece al morir el ser humano, cuando
abandona al cuerpo para llevar una miserable existencia en el Hades, que mientras el ser humano vive es
fuente de todos sus sentimientos y deseos, pero no se llega a saber nada sobre su naturaleza y dinamismo.
Solo llegamos a captar aspectos parciales de ella, a los que se alude con términos como : qumoV  - emociones
-, frhn  - diafragma como asiento de la actividad racional -, nouV  -pensamiento -, etc. Se ha señalado cierto
paralelismo entre estas expresiones relativas a lo psíquico con la manera en que los personajes homéricos se
refieren al cuerpo ; así la palabra  swma  aparece en Homero aplicada al cadáver, con lo cual tenemos otra
parcialidad del significado global de este término.

SNELL nos ha señalado esta manera de expresarse los personajes homéricos, pero no debemos sacar la
conclusión de que en el mundo de Homero  no se hubiera visto en absoluto la totalidad de una persona, al
contrario los personajes de estos poemas poseen en alto grado la personalidad. El ser humano es sentido como
una totalidad, que se halla incluida en cada una de sus partes por naturaleza, sin mediar ninguna reflexión.

A la cuestión de la conciencia personal se vincula otra que se plantea hasta qué punto estos hombres toman
decisiones propias y son responsables de ellas. La intervención de los dioses se halla tan ligada a la acción
humana, es tan frecuente, que se ha querido negar toda existencia de decisiones propias a los personajes
homéricos. Para aclarar esto hay que señalar aquellos momentos en los que el héroe homérico toma decisiones
por sí mismo, como en Odisea  6 - 145  cuando Ulises decide la manera de asegurarse la ayuda de Nausícaa.
Pero  ¿ qué ocurre en los otros muchos casos en que un dios inspira, frena o alienta la acción del héroe ? No se
puede plantear así la cuestión, pues la voluntad humana y los planes divinos se encuentran completamente
entrelazados, y esta conexión es tan intima que toda separación basada en criterios lógicos destruiría la unidad
que supone esta visión del mundo.

No obstante ambas esferas, la divina y la humana, pueden llegar a contraponerse, pero no es lícito aislar a   una
de ellas, puesto que la vinculación entre ambas se hace de una manera irreflexiva.

También se puede ver una diferencia entre Ilíada y Odisea en este tema, pues en la segunda no solo el ser
humano se ha vuelto más autónomo, sino también los dioses, y es el hombre mismo quién decide su proceder y
es responsable de él.

Snell piensa que la poesía homérica refleja una concepción del poeta  de un individuo dotado de conceptos
psicológicos elementales, los cuales serán compartidos por el público de Homero y, en general, por toda la
sociedad homérica. Poco a poco , a través de la lírica, poeta, público y sociedad iría aumentando esos
conceptos hasta alcanzar la plenitud de los atributos psicológicos. Por ejemplo en el vocabulario homérico
faltarán términos para designar la introspección, es decir la interiorización de ciertas actuaciones que le afectan
sin saber porqué : las pasiones o emociones que actúan sobre él no se comprende y el hombre homérico las
atribuye a causas externas. El héroe homérico no se siente sujeto sino objeto de acciones que le afectan, y cree
que una fuerza exterior opera sobre él.

Temática de la poesía homérica y la realidad histórica:

La poesía homérica ha sido redactada en el s. VIII a. C. y tanto por su contenido como por su temática no
pretende ser una poesía contemporánea y sí una poesía histórica. Hay un contraste entre el mundo
contemporáneo y aquello a que el autor quiere referirlo, no obstante este mundo contemporáneo irrumpe en la
poesía homérica aun en contra de la intención del autor.

El poeta quiere referir un pasado que es la Grecia de mediados del II milenio a. C., donde se había forjado la
mayor parte de la mitología griega, pero ¿ constituye ésta un recuerdo histórico concreto? ¿es histórica la
referencia de los poemas a la guerra de Troya y las peripecias de sus héroes?

A finales del s. XIX, SCHLIEMANN sostuvo que la poesía homérica comportaba al menos un fondo de veracidad
histórica, y tras diversas excavaciones encontró en la zona de Troya restos identificables con la Troya homérica.
Tras él BLEGEN concluyó que un estrato arqueológico, llamado VII A, datado en 1200 a. C., fecha de la
destrucción de Troya, coincide con la Troya homérica.

También se ha intentado buscar un testimonio escrito, contemporáneo de la guerra de Troya, y se creyó


encontrar en unos textos hititas hacia el 1200 a.C. PAGE fue el principal impulsor de estas ideas y aportó varios
nombres que, procedentes de estos textos, coincidían con los de los hechos históricos :  Ahiyawa(acaia = tierra
de los aqueos) y Truisa (Troya). Además Assuwa podría ser una comarca de Asia Menor a la que pertenecería
Troya como cabeza de partido.

No obstante, debido a las objeciones planteadas por los adversarios de estas ideas, el problema de la
historicidad de los poemas homéricos sigue sin resolverse y últimamente se ha estudiado la guerra de Troya
tomando como argumento la literatura comparada, aunque este tipo de estudio presenta como dificultad la
heterogeneidad de los poemas épicos que se conocen : unos históricos ( poema del Cid ) y otros ahistóricos
( Chanson de Roland ).

La sociedad reflejada en la poesía homérica y su correlato en la realidad social griega:

El punto de partida para su conocimiento seria el estudio de la arqueología y las tablillas micénicas, es decir los
materiales de ambos periodos y las instituciones que aparecen, pero es difícil por la escasez de información. Se
puede deducir lo siguiente:

En cuanto a la estructura política la poesía homérica la recoge bien referida al periodo micénico, donde hay una
civilización Palacial cuya cabeza visible es el Rey, rodeado de una Nobleza nombrada por él con carácter
reversible y un complejo aparato burocrático, pero no existe una estructura religiosa autónoma, ya que el
sacerdocio está sometido al poder real. El paralelo en los poemas homéricos lo tenemos en la descripción del
reino de Menelao.

La monarquía arcaica apenas la conocemos y es difícil ver  rasgos comunes con la micénica.

En cuanto a la organización social del mundo micénico la podemos ver clara en los poemas homéricos, y está
centrada en la unidad de cultivo familiar ( oikoV ). El campesino es libre y posee una cantidad de tierra
autosuficiente, es autárquico. En el oikos se producen los alimentos y vestidos necesarios. Se dispone de algún
esclavo, que apenas se ocupa de la tierra, con carácter doméstico haciendo labores complementarias.

De otro lado están los artesanos, hombres libres que incluyen desde el médico al carpintero o al poeta, y el
terrateniente, que recurre a los jornaleros para el cultivo de la tierra.

Por su parte la poesía homérica refleja situaciones complejas que no siempre son repartibles entre la parte
heroica y la histórica, pues la primera tiende a reflejar la situación Palacial y la segunda la del oikos.

Se suele decir que la Odisea refleja una proximidad del señor al campesino que no se da en las tablillas
micénicas, por ejemplo cuando Odiseo desafía a Eurímaco para ver quién labra mejor la tierra.

¿Hasta qué punto quedan en la Odisea situaciones de explotación agrícola comunitaria? Está por investigar y
THOMSON cree  que se trata de una explotación individual donde la propiedad no es privada;   lo claro es que
debieron existir otras formas de explotación distintos del oikos.
4.Poesía lírica.

Origen y significado

La poesía tocada al son de la lira, de donde recibe su nombre, también nació en Grecia, concretamente, en
Asia Menor, la zona más avanzada del mundo griego, y en en la época arcaica (siglo VII a. C.),  fecha del
desarrollo de las polis, con la cual se ha puesto en estrecha relación el surgimiento de este nuevo género
literario:

 En las polis la economía no está basada sólo en la agricultura, sino que hay otras fuentes de riqueza:
la industria y el comercio
 Hay nuevas clases sociales que reclaman más intervención en los asuntos de la ciudad.
 La sociedad busca otros ideales que sustituyan la exaltación del espíritu heroico de la épica.

En esas circunstancias hubo una exaltación del individualismo del hombre, que le lleva a cantar al amor, la
amistad, las penas, la brevedad de la vida... Encontramos, pues, una poesía de carácter más intimista,
compuesta por  autores concretos. Originariamente había canciones populares, relacionadas con el culto a los
dioses, cantadas en los momentos importantes de la vida: nacimiento, boda, muerte, trabajo... Estos cantos
populares, poemas que se cantaban al son de una lira, recibieron el influjo de la poesía épica y fueron
adquiriendo dignidad literaria y regularizando su métrica.

Temas y división
Los temas de este tipo de poesía se sitúan, así pues, en la órbita de lo íntimo y lo personal. Dentro de ella, se
pueden distinguir los subgéneros:

1. La lírica monódica, ejecutada por un solista (Safo, Alceo).


2. La lírica coral (Píndaro), practicada por un coro. 

A esta clasificación se le suele añadir:

3. La lírica yámbica (Arquíloco).


4. La lírica elegíaca (Mimnermo, Solón, Teognis).

1.La poesía monódica: La  que conservamos fue compuesta por dos autores de la isla de Lesbos, en Eolia:
Safo y Alceo.

Safo (s. VII a. C.). Esta poetisa dedicó su poesía al amor, amor expresado siempre con sencillez, ternura,
pasión. Hay poemas personales e intimistas y poemas de encargo, los epitalamios (canciones de boda). Muchos
de los poemas están dedicados a mujeres. Parece ser que Safo dirigió un círculo de jóvenes muchachas a las
que iniciaba en la música, la poesía y el culto a Afrodita. Escribió en dialecto lesbio, utilizado con gran sencillez
y perfección. Sus poemas están escritos en la llamada estrofa sáfica. Safo fue imitada por poetas
latinos: Catulo y Ovidio. Su poesía amorosa ha sido valorada porque traspasa las fronteras del tiempo.

Alceo (s. VII a. C.), también de Lesbos, en su poesía se vislumbra su gran interés por la política, ya que
pertenecía a la aristocracia local y se enfrentó a las tiranías. Fue desterrado dos veces. Pero se interesó
también por la poesía de banquetes, el combate, la muerte y el amor.

2. La lírica coral: Era recitada por un coro en las fiestas de la comunidad o en acontecimientos colectivos.

Píndaro de Tebas (ss. VI-V a. C.) es el máximo representante. Conservamos poemas en los que se alaba a los
vencedores en los juegos deportivos que se celebraban en diversas ciudades griegas. Estos cantos, llamados
epinicios se han clasificado en cuatro series: 

-Odas Olímpicas en honor de los vencedores en Olimpia.

-Odas Píticas, en honor de los vencedores en Delfos.

-Odas Ítsmicas, en honor de los vencedores en Corinto.

-Odas Nemeas, que celebraban a los vencedores de Nemea, ciudad del Peloponeso. 

La estructura de los epinicios solía ser tripartita: 

-Datos relativos al vencedor en los juegos

-Recreación mítica relacionada con la patria del vencedor

-Conclusión con comentarios moralistas del poeta. Los epinicios se cantaban al son de flautas y lira por un
coro. 
La lengua de Píndaro  mezcla diversos elementos dialectales, en un estilo difícil con muchos elementos
5.Poesía dramática: tragedia y comedia.

Los orígenes literarios del teatro griego han de ser buscados en determinados elementos formales de los
géneros poéticos estudiados, en la épica y en la lírica. Mientras en ellas lo fundamental es la narración de los
hechos míticos o vivenciales, en el teatro el centro lo constituye la representación visualizada de esos hechos.

Esta puesta en escena no surgió de la nada , sino que era un elemento constante en antiguos rituales ligados al
culto de los dioses. Aristóteles dice que la tragedia surgió “de los que entonan el ditirambo”  o canto ritual de
Dioniso. Este dios era venerado con el epíteto de melanaigiV (cf. melan-negro y  aig-cabra) y los que le rendían
culto se vestían de machos cabríos; por otro lado, la palabra tragedia procede de tragwdia  que significa “canto
de los machos cabríos”, así pues la relación parece evidente, a pesar de la falta de información.

Según Aristóteles, la tragedia al principio estaba formada por pequeños temas y un lenguaje jocoso, por
proceder del drama satírico, y más tarde adquirió ese tono de dignidad que la caracteriza. Un punto oscuro es
cómo y cuándo estos cantos corales dionisíacos incorporaron a su temática el elemento heroico. Parece ser que
esto sucedió en época temprana, cuando se asimilaron al culto de Dioniso  otros cantos en honor de algún
héroe local. Así el ditirambo fue perdiendo su carácter religioso-ritual e incorporando elementos profanos, más
acordes con la problemática humana.

El elemento clave de la tragedia frente al ditirambo es la introducción de un personaje que dialoga con el coro.
La innovación de Tespis, primer autor de tragedias conocido, fue la invención del prólogo y el discurso.
Predecesores de Esquilo son: Tespis, Quérilo, Prátinas y Frínico. Los tres grandes trágicos son: Esquilo, Sófocles
y Eurípides. Otros trágicos menores : Ión, Critias y Agatón.

Elementos constitutivos de la tragedia (citados por Aristóteles en su Poética) son:

 prólogo- parte de la tragedia que precede a la párodos (entrada) del coro


 episodio- parte comprendida entre cantos completos del coro
 éxodo- parte tras la cual no hay canto del coro
 canto del coro, que a su vez se divide en párodos y estásimo (canto del coro sin anapesto ni troqueo)
Estas partes son comunes a todas las tragedias, pero los cantos procedentes de la escena y los comos
(lamentación del coro y la escena) son propios de algunas solo.

Otros elementos de la tragedia eran el número limitado de actores, el atuendo y las máscaras usados, el
acompañamiento musical y la representación al aire libre.

ESQUILO
Esquilo nació en Eleusis en 525/24 a.C. Era hijo de un distinguido hacendado llamado Euforión. Intervino en las
batallas de Maratón y Salamina, contra los persas, así como en otras de las guerras médicas. Fue absuelto en
un proceso e impiedad por violar el secreto de los misterios. Siendo muy joven participó en los concursos de los
poetas trágicos, quizá en 28, de los cuales en trece fue el vencedor.

En su madurez se trasladó a Sicilia a la corte de Hierón, tirano de la ciudad, seguramente llevado por la
abundancia de artistas que en dicho lugar se daban cita. Allí, tal vez representara por segunda vez Los Persas,
obra que le valió el triunfo en Atenas.

Poco después regresó a Atenas, pues en 468a.C.dejó el primer puesto en el agón a Sófocles. No se sabe por
qué regresó nuevamente a Sicilia, aunque cierto pasaje de Aristófanes en Las Ranas nos da un indicio:  alude a
la decepción que experimentó con el público ateniense, de lo cual se deduce que la relación entre éste y el
autor no siempre fue buena, quizá debido a la no obtención de premios en ocasiones. Murió en Gela en
456/55a.C. y su tumba se convirtió en santuario visitado por todos los trágicos del momento. Los atenienses
honraron su memoria con una ley propia que permitía a cualquiera participar en el agón (certamen) con obras
de Esquilo. Pero fue Aristófanes, en Las Ranas, quién mejor honró la memoria de este autor trágico trazando
una imagen sublime del mismo.

El catálogo manuscrito de los dramas de Esquilo que se conserva menciona ochenta (80) obras, a las que se
debe quitar Las mujeres de Etna, atribuida falsamente, de las cuales solo siete se conservan completas. Como
cada poeta acudía al concurso con cuatro obras (3 tragedias y 1 drama satírico), Esquilo habría compuesto  
veinte tetralogías. Obras conservadas : Los Persas, Los Siete contra Tebas, Las Suplicantes, Prometeo - estas
forman parte de cuatro trilogías distintas -Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides  - estas tres integran una
trilogía completa llamada Orestia.

La trilogía esquílea se caracteriza por tener una temática que se va completando con las tres obras, estando
íntimamente ligadas por la misma. La única excepción la constituye el  Prometeo portador del fuego que es una
pieza satírica cuyo contenido no tiene nada que ver con los otros tres dramas de la tetralogía, incluso la
relación entre estos ha sido muy estudiada sin hallar un nexo entre ellos tan evidente como lo encontramos en
las restantes trilogías de Esquilo. Tal vez al ser ésta la primera trilogía conservada aun no tenia la afinidad de
contenidos de las otras, y Esquilo se decidió más tarde por esta opción. Trilogías:

  La Esfinge Amymone Prometeo encendedor del fuego


Fineo Layo Las Suplicantes  Prometeo encadenado
Los Persas Edipo Los Egipcios Prometeo liberado
Glauco de Potnias Los Siete contra Tebas Las Danaides Prometeo portador delfuego
En cuanto al drama satírico, que aparece en negrita en las tetralogías anteriores, debía acompañar a cada
trilogía; en él al lado del héroe aparecen personajes tradicionales como Sileno, los sátiros, bacantes, todos ellos
animando escenas groseras que suponen una herencia del ditirambo original.

Centrándonos en la Orestiada, hay que decir que con ella ganó Esquilo en las Olimpiadas del año 458a.C. y sus
tres tragedias iban seguidas del drama satíricoProteo que se ha perdido. Es sin duda la mejor obra de Esquilo y
su temática presenta claros antecedentes en la épica homérica y en un poema coral de Estesícoro, del mismo
titulo, perdido.

Agamenon comienza con un prólogo donde un centinela transmite la caída de Troya, señal de alegría, y los
malos presentimientos de los griegos por el sacrificio de Ifigenia, el odio de Clitemnestra, la guerra como
castigo de Zeus a Paris, la sangre derramada,etc. En medio de estos cantos está el “himno a Zeus” a quién
presenta Esquilo como dios del conocimiento que garantiza el orden del cosmos. Cuando Agamenón llega
acompañado de Casandra, hija de Príamo, Clitemnestra lo recibe como a un dios pisando alfombras de púrpura.
Nuevo acto de ubriV (soberbia) de Agamenón que se suma a sus malas acciones anteriores y a las de sus
antepasados. Finalmente Clitemnestra, tras matar a su marido y concubina, desafía triunfante al coro, para en
los últimos versos confesarse parte de la cadena de  crímenes de la familia de Agamenon.

En Las Coéforas Orestes venga la muerte de su padre matando a su madre y al amante (Egisto), y se decide
por este acto después de resolver el doble dilema que se le presenta : obedecer al dios Apolo, y continuar la
tradición familiar de asesinatos, o respetar la sangre materna desoyendo, por tanto, el mandato del dios.
Después de ejecutar la matanza, Orestes, al igual que Clitemnestra, justifica su acción pero más tarde, presa
de las furias, enojado consigo mismo, huye desesperado buscando la liberación por obra del dios.

En Las Euménides Apolo concede su ayuda a Orestes, refugiado en su santuario, enviándole a Atenas en
compañía de Hermes, donde encontrará jueces que solucionarán su caso. Allí es liberado por el tribunal del
Areópago gracias a la intervención, además, de Atenea y Zeus, quién rompe así la cadena familiar de culpas y
castigos. Es un final feliz donde el poder de Zeus se manifiesta bajo la comprensión y el sufrimiento,
estableciendo esto como ley para los hombres.

En cuanto al Prometeo, única obra conservada de su trilogía, ha despertado serias dudas en los eruditos
respecto a su autenticidad. En esta obra llama la atención la simplicidad del léxico y de la métrica, y el empleo
de motivos e ideas inusuales en lo que de Esquilo se nos ha conservado. El problema más difícil viene dado por
la imagen de Zeus, que aparece como un tirano que gobierna mediante la violencia, frente a las otras obras
donde emerge como justo ordenador del cosmos. La opinión más general es considerarla de Esquilo, pero el
problema no está resuelto.

Asunto: el gran titán Prometeo está encadenado a una roca castigado por Zeus por haber entregado a los
hombres el fuego, símbolo de cultura. Ante él desfila Io, enloquecida por el amor de Zeus y los celos de Hera.
No obstante se atisba una esperanza para ambos, aunque la obra termina con la precipitación de Prometeo y el
coro al abismo fulminados por el rayo de Zeus. El prometeo liberadodescribiría la liberación del héroe y
el Prometeo portador del fuego presenta la duda de la posición que ocupa en la trilogía, pues podía estar al
comienzo e indicar el rapto del fuego a escondidas de Zeus, o bien  al final presentando la reconciliación entre
el dios y el titán, con lo cual terminaria,como las demás obras de Esquilo, con la conciliación de poderes o
fuerzas antagónicas.

En Esquilo no existe escapatoria para el hombre que no participa de la Justicia. El camino tortuoso hacia el
conocimiento y el restablecimiento del equilibrio final, supone dos caras que se complementan de la compleja
realidad humana. En el terreno político y social, los dioses de Esquilo no defienden un orden inmutable. Sin
embargo, favorecen a quienes no son ni esclavos ni vasallos de hombre alguno; el pueblo entero debe buscar
remedio a los peligros que le acechan. La solidaridad entre los pueblos es elogiada por el dios Apolo.

Estos planteamientos han granjeado a Esquilo la consideración de  demócrata radical, y la teoría política que
subyace a sus ideas ha sido calificada como “democracia religiosa”.

Por otro lado, Zeus y la Justicia son los motores ideológicos y morales más fecundos de la tragedia de Esquilo.
Frente a los rasgos tradicionales con que se nos presenta a Zeus (defensor del suplicante) en nuestro autor se
nos impone como un dios que es resumen paradigmático de las ideas de poder, sabiduría y justicia. Hasta el
dolor, frente al cual solo cabria resistir, se convierte en Esquilo, por obra de Zeus, en fuente de aprendizaje y
conocimiento. Solo quién lo celebre alcanzará la “suprema sabiduría”.

Si Zeus es compendio de las ideas que rigen el mundo, la Justicia es para Esquilo el elemento estabilizador de
los desequilibrios que amenazan al mundo de los hombres: la injusticia y sus correlatos, la culpa y el castigo.
La Justicia, en suma, cuando acompaña desde siempre a las casas de los hombres, es garantía de un hermoso
destino para todos los hijos de esas casas.

La solución del dilema trágico, cuando ambos imperan (Zeus y Justicia), siempre es feliz.

El teatro, heredero de la épica y la lírica, presenta en Esquilo una elevación poética de todos sus mensajes,
sobre todo en el coro, donde se acumulan imágenes poéticas comparables a las de la lírica, que actúa como
comentarista de lo que los actores reviven en la escena. Sin embargo, en las intervenciones de los actores las
formas recuerdan más el estilo de la épica.

El diálogo, elemento más típico del teatro, puede aparecer como intercambio verso a verso entre dos
personajes, o también con tiradas intermedias, e incluso con largos parlamentos.

Los papeles trágicos eran representados por solo dos actores, de ahí el recurso constante a la figura del
mensajero o a que el diálogo sea llevado por el jefe del coro y un actor, mientras el segundo actor queda libre
para una posible intervención.

Según Murray, Esquilo dio majestad a la tragedia, elevando temas del folklore popular a la categoría de
problemas universales. Así lo demuestra en el metro usado, la lengua y las expresiones figuradas o frases
enigmáticas (kennings) como por ej. anaudoi  paideV  taV  amiantou  “hijos sin voz de lo impoluto” que designa
los peces que devoran a los persas muertos en Salamina. En la mayoría de ocasiones añade la interpretación de
cada expresión, detrás o delante de la frase (“el sabueso alado de Zeus, el águila roja”).

Otro medio usado por Esquilo para dar extrañeza a la lengua es el uso de palabras exóticas, o con acento
extranjero, cuando intervienen personajes persas, egipcios o jonios. Es un experto en la creación de imágenes
audaces sin caer en lo artificioso.

Aristófanes, en el certamen de los poetas de Las Ranas, hace decir a Esquilo que los grandes pensamientos
deben plasmarse en la expresión adecuada del lenguaje. Aquí se observa el reconocimiento que siente por el
trágico, pero también, cuando el ingenio aristofánico llega a lo grotesco, percibimos su veneración por el
príncipe báquico (bakceioV  anax) como él lo llama. Según  Aristófanes, en el verso hablado hay pasajes donde
Esquilo literalmente apila las palabras, frente a otros en los que logra el máximo efecto merced a una extrema
sencillez.

En Esquilo no hay “adorno retórico”: el nombre pertenece a lo nombrado como parte de su esencia. Esto explica
tres fenómenos:

1. Las etimologías abundantes que usa ( a través de la palabra se penetra en la esencia de las cosas)
2. La repetición de ciertas palabras no son ornamentos, sino la expresión de lo que él cree esencial.
3. El lenguaje metafórico empleado

SÓFOCLES
Según el Mármol de Paros, podemos situar el nacimiento de Sófocles hacia el año 497/6, unos 25 años más
joven que Esquilo. Pertenecía a una de las familias más distinguidas de Atenas ( la Vita de Eurípides habla de la
educación gimnástica y musical del joven). Su vida está inmersa en la de su ciudad, participando en las
actividades políticas, siendo por lo menos una vez estratego en la guerra de Samos, y otra administrador de los
fondos públicos, pero su actitud política está carente de partidismos, según se puede deducir. A diferencia de
otros hombres de letras de su época, residió siempre en Atenas y solo abandonó la ciudad cuando tenia que
prestarle un servicio público. Vivió la época de máximo esplendor ático, pero también el comienzo de los
peligros que desde dentro y fuera amenazaban la estabilidad y supremacía ateniense: la política imperialista
ateniense creó el descontento entre los miembros de la Confederación Ática, y además la rivalidad espartana
por la hegemonía les llevaría al enfrentamiento en la guerra del Peloponeso.

Sobre la fecha de su muerte, haciendo caso a la Vita de Eurípides, cuando en 405 a.C. Aristófanes
representó Las Ranas, Sófocles ya había muerto.

En cuanto a sus relaciones con el público ateniense, Sófocles ganó rápidamente y logró   mantener siempre su
favor. En su juventud recitó personalmente y de sus participaciones en la escena quedaron en el recuerdo de
los atenienses su habilidad para tocar la cítara en el papel de Támiris y su danza de la pelota enNausícaa.
Pronto abandonó la actuación, seguramente por las exigencias del arte de actor.

Sobre su participación en la política ateniense como estratego, Sófocles no fue nunca un hombre de armas, no
mostró perspicacia ni energía en los asuntos del Estado, sino que más bien actuó como cualquier honrado
ateniense del montón. Más importante fue su actividad en la comisión de finanzas del Estado, al ser nombrado
como helenotamia (magistrado financiero) y contribuir en las reformas tributarias acontecidas en la Liga
marítima del Ática, en el año 443/2a.C.

La lista epigráfica de los triunfadores en las Dionisias registra 18 triunfos de Sófocles. El hecho de que la Suda
(Léxico de la Antigüedad que data del siglo X ) mencione 24 y la Vita cite 20 se debe a que la primera incluye
los triunfos en las Leneas (Fiestas del Lagar en honor de Dioniso -enero- ). Nunca ocupó el tercer puesto en el
Agón.

Los eruditos alejandrinos atribuían a Sófocles un total de 123 o 130 obras pero en realidad solo son seguros
114 títulos de los cuales solo se conservan  7 dramas, al igual que en Esquilo, más un drama satírico. Poco
sabemos de su Triptólemo, una de las obras premiadas por el arconte Cimón en 468a. C. Como innovaciones en
la técnica de la tragedia se le atribuyen el aumento del número de miembros del coro, que pasa de 12 a 15, así
como la introducción del tercer actor, con lo que aumenta la acción y pierden protagonismo los coros. También
se le atribuye la introducción de la escenografía, aunque no sea una información segura; lo que sí es cierto es
que abandona la estructura de la trilogía y escribe piezas de contenido independiente, en las cuales los
protagonistas individuales se convierten en el tema central.

Las siete obras que se conservan son: Ayax, Antígona, Traquinias, Edipo Rey, Electra, Filoctetes y Edipo en
Colona.(citadas cronológicamente).

Antígona es la segunda en antigüedad de las conservadas y su representación pudo tener lugar hacia el 442
a.C. Su tema es muy conocido, se remonta al ciclo tebano y narra cómo una vez muertos los hijos de Edipo,
Eteocles y Polinices, en lucha fratricida, su tío y nuevo señor de la ciudad, Creonte, prohibe enterrar el cadáver
de Polinices, que había venido contra la patria, y que sea presa de perros y aves. Pero Antígona, una de sus
hermanas, se enfrenta al tirano, ya que su hermana Ismene no se atreve, y cuando intenta cubrir el cadáver es
apresada por la guardia de Creonte, quien intenta convencerla para que cese en su empeño sin conseguirlo,
pues sus posturas son irreconciliables ( aquella defiende las leyes no escritas agrafoi nomoi de los dioses,
mientras éste las leyes escritas grafoi nomoide los hombres ). Creonte condena a Antígona a ser enterrada viva
en una tumba de piedra. El hijo de Creonte, Hemón, prometido con Antígona intenta persuadir a su padre pero
éste hace prevalecer la ley del Estado haciendo cumplir la sentencia. Cuando Creonte se arrepiente y decide
liberar a Antígona es tarde, y ambos amantes han muerto en la tumba, ella ahorcada y él matándose con su
espada. La esposa del rey, Eurídice, también se da muerte al enterarse de los acontecimientos. Creonte queda
solo y la obra termina con su lamento y la reflexión final del coro recomendando la moderación y el no
oponerse a las leyes divinas.

Edipo Rey debió ser representada hacia el 425a.C. y es el núcleo de la creación trágica de Sófocles, siendo
irreprochable su estructura dramática. El tema está tomado también del ciclo tebano y se centra en el
descubrimiento de la causa de la peste que asola a Tebas y que Edipo, rey de la ciudad, se compromete a
descubrir y poner remedio. Toda la obra es el desarrollo del proceso que conduce al descubrimiento de ese
enigma que, trágicamente, desvela a Edipo su propio enigma: él es el causante de la peste, pues lleva consigo
la terrible mancha del parricidio y el incesto. Al descubrir la verdad, Edipo se precipita dentro de palacio,
encuentra a Yocasta, madre y esposa, ahorcada, y se saca los ojos al no poder soportar la visión de lo que ha
hecho. Ciego ya, se despide de sus hijas partiendo al destierro y liberando así a Tebas de otros posibles males
bajo su mandato. La obra concluye con palabras del coro mostrando el ejemplo de Edipo, que había conseguido
la cumbre en el poder y caído en desgracia, para que nadie se considere feliz hasta el último día de su vida.

Se nos muestra aquí la antítesis entre el obrar humano y la voluntad inescrutable de los poderes superiores.
Pero en esa oposición es donde el ser humano puede alcanzar su mayor grandeza al oponerse a ese destino
ciego ante el que no se rinde. Esta lucha puede llevar al hombre al sufrimiento y a la muerte, pero aquí es
donde encuentra precisamente su valor moral. Ante la existencia caben dos actitudes: la del conformista, que
se rinde ante las dificultades, y la del héroe, que se rebela y sigue su camino hasta el final.

La afirmación más típica de la ideología sofóclea es: “la felicidad humana consiste en pasar la vida sin haber
experimentado el dolor de la desgracia”; así, hay que dar un sentido positivo a los valores sostenidos por los
personajes que en la escena no sufren desgracias (Creonte, Tiresias...), y un sentido negativo a los héroes que
son objeto de la desgracia trágica (Edipo, Yocasta...). No obstante esta idea va cambiando según los personajes
a que se la apliquemos, pues el hombre puede afrontar el poder divino de tres formas : poniéndose en contra
(Creonte), defendiéndolo a ultranza (Tiresias) o de negación velada (Edipo).

El héroe de Sófocles es un ser pasional; monolítico, intransigente, inflexible ante la existencia, obediente a un
deber superior que se ha creado él mismo para superarse. El amor humano le es extraño. Presenta un teatro
grandilocuente, cuyos protagonistas suscitan admiración, pero nos hacen difícil la identificación con ellos yendo
siempre al límite de sí mismos. En Sófocles sorprende su pesimismo existencial, pues destaca la debilidad de la
condición humana, al tiempo que subraya la belleza de la lucha del hombre que se resiste a su destino.

Por otro lado la tragedia sofoclea nos muestra que el poder, y su concepción, debe ser lo suficientemente
coherente - es el espíritu de la democracia ateniense - como para que sus decisiones no choquen ni con las
leyes no escritas ( las que se tienen por costumbre), ni con el consenso de los ciudadanos, ni con el código
oficial de las leyes divinas.

Rasgos del humanismo heroico son: enfrentamiento con el destino, desfallecimiento momentáneo ante la
muerte, participación activa en los acontecimientos por trágicos que sean, soledad ante la familia, actuación
conforme a la naturaleza.

Como se ha citado ya, Sófocles introdujo el tercer actor en la tragedia y dio mayor naturalidad a su narrativa.
Amplió el número de coreutas  de 12 a 15 y redujo el papel del coro a unas intervenciones fijas más uniformes.
Pero su mayor innovación se refiere a la concepción de la tragedia como un todo y no como parte de una
trilogía.

La estilística de Sófocles muestra algunos rasgos muy utilizados por el poeta, tales como anáforas y
aliteraciones (entre ellas destaca el verso: tufloV ta t   wta ton te noun ta t   ommat ei) Edipo Rey  371.

Con todo, es en el terreno de las imágenes donde más atractiva aparece la dicción de Sófocles. Así, por
ejemplo, la ciudad es como un náufrago que sufre el embate de las olas, la ciudad es como una vieja decrépita
que se consume, el Hades es ese hombre ávido de lucro que  se enriquece con llantos y gemidos, etc.

Por último decir que el propio Sófocles dice que su estilo sufrió tres etapas en su desarrollo: una primera donde
vence el estilo recargado de Esquilo, una segunda en la que se enfrenta a la aspereza y artificiosidad de su
propia naturaleza, y la tercera en que consigue la mayor perfección formal ( Edipo)

EURÍPIDES
Sobre la biografía de Eurípides poseemos pocos datos y no del todo verosímiles. Sus padres, a quienes la
comedia presenta como verduleros, eran ricos hacendados provenientes del demo ático de Flia, aunque él nació
en la propiedad de sus padres de Salamina, en el 485/4 a.C. Recibió una educación esmerada y es posible que
antes de dedicarse a la literatura se dedicase a la pintura, pues parecen ser suyos unos cuadros hallados en
Mégara. Todo tipo de historias del peor género elaboradas por la comedia nos hablan de sus desventuras
matrimoniales con sus dos mujeres, Melito y Quérine, y los muchos disgustos que tuvo en el matrimonio.

Eurípides no alcanzó gran simpatía entre sus conciudadanos, por su carácter inconformista y crítico con los
aspectos tradicionales, y pronto fue objeto de las burlas de la comedia. Por contraste con Sófocles, cuya vida
estaba incorporada tan sólidamente a la comunidad ateniense, Eurípides no participó activamente en política y
sus relaciones con el público no fueron buenas. Esta oposición del público se manifestó en una acusación por
impiedad formulada por Cleón, aunque la fuente no es muy segura.

En el año 408 a.C. abandonó con amargura Atenas, acogiéndose al mecenazgo de Arquelao de Macedonia; allí
en Aretusa, cerca de Anfípolis, murió en la primavera del 406. Según una tradición, fue muerto despedazado
por perros rabiosos, lo cual no es sino una invención para simbolizar su castigo por impío. En la corte de
Arquelao estuvo rodeado, en sus últimos días, por hombres prestigiosos como el poeta trágico Agatón y el
poeta ditirámbico Timoteo.

Sobre los premios obtenidos, decir que según el Mármol de Paros consiguió el primer premio en cuatro
ocasiones, lo cual es un balance pobre si tenemos en cuenta que consiguió coros para veintidós tetralogías, en
torno a las noventa obras. Algunas fuentes citan cinco triunfos porque añaden el obtenido por su hijo o sobrino
después de su muerte.

Conservamos dieciocho obras de Eurípides ( compuso en torno a las 92 )  pues el resto se considera apócrifa -
no auténtica - y un drama satírico - Ciclope -que nos ha llegado a través de textos medievales. Además una
cantidad de fragmentos pertenecientes a sus obras perdidas que supera con creces a la de la totalidad de los
fragmentos de Sófocles y Esquilo. Estas obras son: Alcestis, Medea, Los Heráclidas, Hipólito, Andrómaca, Las
Suplicantes, Hécuba, Ión, Heracles, Las Troyanas, Electra, Helena, Ifigenia en Tauride, Las Fenicias, Orestes,  y
las compuestas en su estancia en Macedonia Ifigenia en Aúlide, y Las Bacantes. Trataremos solo las 4 más
importantes:

La más antigua que se nos ha conservado, Alcestis, es del año 438 a.C.y su primera presentación en público en
455, ocupando el cuarto lugar, con tres tragedias perdidas, que en Esquilo se reservaba al drama satírico. No
es propiamente una tragedia, sino un cuento entre sentimental y humorístico. El mito ya había sido tratado por
otros trágicos como Frínico y expresa cómo el rey Admeto es salvado por su esposa Alcestis, que consiente en
morir en su lugar y finalmente es arrebatada a la muerte por Heracles, reuniéndose ambos en un prometedor
futuro. Eurípides sigue el mito pero cambia la interpretación de los personajes : Admeto, que debería ser noble
y heroico, es cobarde y ridículo, permitiendo que su mujer muera por él y compadeciéndose de sí mismo.

En Medea (431) la innovación del antiguo mito es mayor. Eurípides crea una tragedia de gran fuerza psicológica
en la que convierte a Medea en asesina de sus hijos para vengarse de la infidelidad de Jasón. Ella que ha
engañado y matado por seguirlo, contra la voluntad de su padre, no puede aceptar la boda de Jasón con la hija
del rey de Corinto. Mediante un ardid, propio de una maga, mata a la joven desposada con el regalo de un
vestido embrujado, privando a Jasón de su amor. Finalmente Medea es arrebatada, y liberada de las iras de los
corintios en el carro del Sol, un antepasado suyo. En esta obra muestra el autor las fuerzas antagónicas del
alma humana : Medea lucha entre su deseo de venganza y el amor por sus hijos. Es la heroina contrapuesta a
las de Sófocles y Esquilo, pues es una mujer llevada por sus pasiones, extranjera y maga, lo cual escandalizó a
sus conciudadanos.

En Hipólito (428) también el conflicto trágico surge con gran intensidad: Fedra, hija de Minos y esposa de
Teseo, enamorada de su hijastro Hipólito, que no la corresponde, lleva a la perdición a  padre e hijo y ella
misma se da muerte. De esta obra parece que hubo una primera versión en la cual el motivo erótico era
dominante y que fue retirada por la indignación de los atenienses al ver en el escenario los desenfrenos
amorosos de Fedra. En la segunda versión, la protagonista guarda con dolor en su interior sus sentimientos y
solo se produce la catástrofe final tras la actuación de la nodriza a quién revela el secreto. Fedra va a la muerte
por salvar su honor y por afán de venganza deja la carta fatal, en la que acusa a Hipólito de atentar contra su
honra, llevándole a la perdición. En esta obra es importante el papel de las diosas Afrodita y Ártemis, muy
estudiado por la crítica.

Las Bacantes  es la más pegada a la tradición en la forma, a la vez que la más original en contenido. El
argumento consiste en el enfrentamiento de Penteo, rey de Tebas, con Dioniso y su culto y el terrible castigo
que recibe por ello: es despedazado por las Ménades de Dioniso, cuyo grupo preside su propia madre
arrebatada por la locura orgiástica. La escena en que la madre corona con  la cabeza de su hijo su cortejo de
bacante y da gritos de júbilo por el botín es de gran audacia. Quizá el sentido último de la obra sea representar
la trágica oposición entre el intento del hombre por afirmarse en lo racional y la fuerza innegable del mundo e
lo irracional.

La inquietud intelectual es el signo que caracteriza a este hombre. Trató con espíritu nuevo las historias del
pasado, utilizándolas a veces para desenmascarar a héroes, como Eteocles, o criticar a los dioses por su
comportamiento. En ocasiones pertenece al apogeo clásico y en otras es muy renovador. El “pathos” de un gran
apasionamiento se encuentra junto a consideraciones racionalistas ajenas a la acción. El centro de su interés es
el hombre, viendo a las divinidades como símbolos de los poderes irracionales y sustituyendo su fuerza por la
de la  Tuch  ( el azar, la fortuna ) que mezcla y dirige los destinos humanos. Critica muchos principios de la
normativa tradicional ática como la superioridad hombre-mujer, griego-bárbaro, el respeto a la tradición y el
pasado glorioso, la virtud de la guerra,etc. Utiliza la tragedia para exponer sus ideas, lo cual da a ésta un
carácter moralizante y sentencioso que se observa en la forma de terminar algunas mediante la intervención de
lo maravilloso en forma de “deus ex machina”. En su obra se cumple el tópico aristotélico según el cual
“Sófocles representa a los hombres como deberían ser y Eurípies como son”.

Con respecto a la democracia e imperialismo atenienses, Eurípides no participa en la polis con una relación
similar a la de Esquilo o Sófocles. Si con frecuencia tomó posiciones en sus dramas frente a cuestiones de la
vida estatal , lo hizo desde el punto de vista del pensador racionalista, y no como ciudadano de la polis que
participa en ella.

En el helenismo, se conducía a los extranjeros en Salamina a una gruta donde se suponia que, alejado de los
hombres, Eurípides había meditado sobre los enigmas de la existencia. El genio se aislaba y abría un profundo
abismo, cosa insólita en el clasicismo, entre él, que empezaba a despuntar, y el pueblo. Esta actitud del poeta y
el plasmar los pensamientos de la sofística en sus versos, provocaron la indignación y burla de los
conservadores atenienses.

Sobre su relación con la sofística decir que fue seguidor de sus ideales pero nunca estuvo adscrito a ninguna
escuela. Discípulo de Protágoras, Prodico y de Anaxágoras participó del racionalismo sofístico pero su obra no
se acopla a ningún sistema filosófico, sino que muestra una lucha incesante, una búsqueda apasionada, que le
hace parecer contradictorio. Este pensamiento sí que influyó en su concepción de la tragedia. Se abrió al influjo
de la sofística y tuvo los problemas de los sofistas , pero conservó su independencia y a veces fue crítico con
ellos.

La lengua de Eurípides se asemeja al habla coloquial por diversas razones: vocabulario extraído de la prosa,
uso de figuras estilísticas coloquiales, del hipérbaton, o el recurso de poner en antecedentes de lo que va a
pasar con el prólogo. Esto no significa que sea un estilo vulgar, sino que posee la sencillez característica de los
poetas que tienen cosas importantes que decir.

La importancia del coro en Esquilo y Sófocles como personaje activo en el conflicto dramático desaparece por
completo en Eurípides. Sin embargo los coros de éste cobran relevancia por la calidad poética que poseen y
como espectáculo musical (recordemos su relación con Timoteo, renovador de la lírica en el s.V a.C., en
Macedonia).

Se ha observado como ciertas partes de la tragedia de Eurípides se destacan con mayor nitidez y tienden a
tener vida propia, pero esto no significa que los dramas del autor se vayan a descomponer, sino que forman un
todo en el que esas partes se distinguen en sus aspectos formales. Así ocurre en los diálogos agonales, donde
se despliega el gusto de los griegos por la disputa, y su pasión por las acciones judiciales. Se ve influido en
cierta medida por la retórica de su tiempo. Al final de sus dramas usa el  deus ex machina para desenredar la
trama y restablecer el orden.

Son importantes los cantos corales de Eurípides, que no son meras interpolaciones sino que tienen el carácter
de relatos líricos independientes, donde la musicalidad nos muestra el nuevo giro que experimenta el ditirambo
ático en esta época.
LA  COMEDIA
Los datos que tenemos sobre sus orígenes nos los da Aristóteles, quien dice que surgió de los que dirigen las
procesiones fálicas, aun en uso en algunas ciudades. Estas procesiones parecen haber sido auténticas fiestas de
carnaval en las que abunda la obscenidad. Durante largo tiempo fueron “improvisadas“ y solo tardíamente se
estructuran de forma literaria. Su nombre deriva de  kwmwdia  “canto del cortejo” que hace referencia sin duda
a estas procesiones grotescas.

Se ha querido ver una influencia de la comedia siciliana en la comedia ática, palpable sobre todo en la tipología,
y también los peloponesios reivindican para sí el origen de la comedia, especialmente los megarenses, pero
donde aparece por primera vez ya con forma definida es en Atenas y, lo mismo que la tragedia, asociada a
Dioniso. Se representaban en las fiestas Leneas, dedicadas a este dios, que tenían lugar en el mes de Gamelión
( enero-febrero ) y cuyo nombre parece derivar de lhnai  “ménades, mujeres que participan en los cultos
orgiásticos de Dioniso”. Desde 442 a.C.sabemos que las representaciones de comedias tenían carácter oficial en
estas fiestas. Los alejandrinos dividieron la comedia en Antigua - arcaia -, Media - mesh -, y Nueva - nea -
abarcando cada una hasta el 400 a.C., el 330 a.C. y el 250 a.C. Los principales representantes de estas etapas
fueron:

Antigua: Cratino, Crates, Aristófanes y Eupolis. Comedia “política” por cuanto que la temática se centra en la
crítica de personas, instituciones o problemas importantes para la vida de la ciudad. El coro es importante en la
acción y en la expresión de la opinión del autor.

Media: Platón, Antífanes, Eubulo y Alexis. La parodia mitológica o las peripecias novelescas constituyen los
ingredientes de este tipo de comedia. Abundantes temas eróticos y personajes tipos repetidos como el rufián,
las prostitutas, el esclavo, el cocinero, la vieja cómica, etc.

Nueva: Filemón, Dífilo y Menando. Practican temas costumbristas y moralizantes. Los temas cómico-grotescos
dan paso a la evasión y el entretenimiento propios de la gente burguesa. Después de mucho enredo todo acaba
bien y la virtud es recompensada.

Estructura de la comedia antigua. Las seis partes de que consta son las siguientes:

Prólogo, introduce la temática de la obra, incluyendo la presentación del héroe y el plan con el que pretende
afrontar la situación.

Párodos, el coro plantea su canto de repulsa o adhesión al héroe.

Agón, el héroe se enfrenta a algún detractor de su plan, para acabar triunfando.

Parábasis, donde el coro o su jefe se dirige al público y le habla en nombre del poeta,

Explotación del éxito, el héroe ha de hacer frente a quienes, malinterpretando su victoria, quieren solaparla o
aprovecharse de ella.

Comos, apoteosis de la victoria del héroe introducida por el poeta como un festejo.

Esta estructura se irá simplificando hasta la desaparición del coro y la distribución de Menandro en un prólogo y
cinco actos

ARISTÓFANES
Nació en la época de Pericles, periodo de paz, y su nacimiento se puede situar en torno al 445a.C. Ateniense de
nacimiento, todas sus obras nos hablan de la estrecha relación del poeta con la vida política y literaria de su
época. No parece que militara en ningún partido político, si bien se muestra defensor de los viejos ideales y
poco amigo de las nuevas tendencias de la sofística. No es un adversario de la democracia, aunque en sus
comedias se encierran fuertes sátiras políticas, seguramente porque el sistema democrático ático empezaba a
resquebrajarse en su época.

Pocos datos más poseemos de su vida, la fecha de su muerte es dudosa, probablemente en los años 80 del
siglo IV a.C. (¿385?) pues su última obra Plutose fecha en 388 a.C.

Sobre sus relaciones con el público ateniense, la aceptación que tuvo de sus contemporáneos queda clara en
los premios que se le concedieron,el propio Aristófanes habla en la parábasis de los Caballeros de la
inconstancia del favor del público, que en ocasiones favorece o perjudica a un autor dependiendo del tipo de
obra que presente en el certamen y la temática de la misma. En cuanto a premios, no obtuvo todos a los que
aspiró en competencia con Cratino y Eupolis, pero se conoce su primer puesto con Los Acarnienses, Los
Caballeros y con Las Ranasy el segundo con La Paz, Las Avispas y Las Aves, además de otros, tanto en las
Leneas como en las Dionisias.

Por último decir que su participación en la vida pública está atestiguada en una inscripción de principios del
siglo IV que nombra a Aristófanes como prítano (primer magistrado).

Se conservan de él once comedias de un total de cuarenta y cuatro que llegaron a la época alejandrina, aunque
los eruditos dudaban de la paternidad literaria de cuatro de ellas, cuyo autor podía ser Arquipo. Esta
conservación no se debe tanto a la valoración de sus méritos, cuanto a que los aticistas apreciaban mucho su
obra por ser la fuente más pura del ático antiguo. Estas son:

Los Caballeros Las Nubes Las Avispas


Los Acarnienses
La Paz Las Aves  Lisistrata Tesmoforias
Las Ranas Asamblea de las mujeres Pluto  
Los Caballeros es un furibundo ataque al demagogo Cleón, y a través de él, una divertida sátira de la
democracia. Por la escena desfilan ridiculizados muchos personajes públicos. Es más una sátira que una farsa.

Las Nubes es una de sus obras más logradas. Es una ridiculización de Sócrates, a quién ve simplemente como
un representante de la sofística, con muchas cualidades desagradables: charlatán, viejo sórdido y sucio que
pronuncia palabras ininteligibles y director de una escuela, cuyos discípulos también son objeto de burla. El hilo
argumental narra las relaciones de un pobre campesino ático y su hijo con dicha escuela.

Las Ranas es una fantasía cómica cuyo tema central es de crítica literaria, el enfrentamiento entre el arte viejo
y el arte nuevo. El punto culminante de la obra se produce cuando en el Hades son juzgados en persona Esquilo
y Eurípides para decidir cual merece volver a la vida. Tras muchas burlas la balanza es favorable a Esquilo. Se
parodia tanto a los dioses como a los personajes encuestados.

Las Aves es una auténtica obra maestra por su fantasía y comicidad pero sobre todo por sus cantos corales.
Aristófanes se muestra como un gran poeta lírico en sus sentimientos de la naturaleza. El argumento trata de
cómo las aves, persuadidas por dos aventureros, se construyen su imperio en los cielos y los dioses tienen que
entrar en negociaciones con ellas.

La política, la religión y el pensamiento de la ilustración son las tres denominaciones comunes que señalan el
perfil reaccionario de la ideología aristofánica.

Su ideología política se caracteriza por el conservadurismo propio de quien ataca implacablemente a los
defensores del pueblo y sus instituciones. Posición conservadora es la que refleja su presunto pacifismo, que
coincide con la postura mantenida por los campesinos atenienses durante la guerra del Peloponeso. Critica la
democracia y la revolución.

En el terreno religioso choca la aparente falta de creencia a que asistimos una y otra vez. Determinados rasgos
de la religión tradicional son objeto de sus continuas puyas: Zeus es el eterno Don Juan, Heracles raya en la
glotonería y Dioniso ronda la cobardía. El carácter festivo de la farsa cómica no es suficiente justificación de sus
burlas a los dioses.

Frente a los cambios de la Ilustración, Aristófanes se convierte en defensor de la educación tradicional. El poeta
tiene conciencia de ser un educador de la juventud. Pero lo peor es que se convierte en juez supremo de lo
bueno y de lo malo al presentar en escena personajes desvirtuados que encarnan la inmoralidad. Sócrates será
pintado como un ateo consumado, que racionaliza los fenómenos físicos y los aleja de la mitología de la religión
popular; igual ocurre con Eurípides y su desprecio de las mujeres. En esta defensa que hace de la tradición es
donde encuentra coherencia la crítica religiosa de Aristófanes.

No obstante, a pesar de la carga ideológica, todas las obras de Aristófanes son de gran valor para comprender
la sociedad de su tiempo, de la cual es fiel espejo: así se entienden a partir de él la organización financiera, el
ejército, el sistema judicial y otros aspectos.

Es un conglomerado de contrastes al servicio del humor.Las palabras e ideas de sus comedias son sometidas a
la continua quiebra de lo insólito, logrando gran comicidad. Aristófanes recurre a las comparaciones, imágenes,
hipérboles, juegos de palabras, etc. La creación de compuestos de más de dos elementos le lleva a la
producción de engendros verbales. Saca partido a todas las posibilidades de distorsión y doble sentido que
ofrecen los nombres propios. Mezcla horrendos vulgarismos con elevadas formas poéticas en los cantos líricos,
cuando parodia a poetas y filósofos. También parodia el lenguaje sublime de la tragedia con efectos cómicos.
En resumen, en su lengua se hallan inexplicablemente unidos elementos reales y fantásticos, teniendo como
base el ático hablado de la época del poeta

6.Historiografía clásica: Heródoto y las Guerras Médicas.


La Historia de Heródoto inicia un nuevo género literario en Grecia, la Historiografía. Es la primera obra extensa
en prosa y la principal fuente que expone sistemáticamente la época anterior a las Guerras Médicas y el
desarrollo de la confrontación bélica entre griegos y persas. La aparición de la prosa escrita requiere la
existencia de una escritura relativamente extendida, de un público y materiales escriptóricos, por lo que en
Grecia su aparición es tardía, tras el florecimiento poético. La inscripción más antigua en prosa data del s.VI
a.C. encontrada en Egipto y escrita por mercenarios griegos.

Como antecedentes de este nuevo género literario podemos citar:

 los , anales o crónicas en los que se anotaban los acontecimientos más sobresalientes del año,
usados por los eruditos de los siglos V y IV a.C. para realizar crónicas más elaboradas al combinarlos
con las leyendas locales.
 la novelística popular, surgida en Jonia en el s.VI a.C.  en boca de narradores ambulantes del tipo
de los rapsodas; novelas que aparecen en las historias de Heródoto y en las fábulas de Esopo.
 la epopeya, ya que Heródoto se educó en medio de la tradición épica, y además la Ilíada contenía el
mismo tema que él utilizó en su Historia, la lucha de griegos y persas.
 la lírica y la tragedia, en menor medida, influyeron en la interpretación religiosa del acontecer
humano que da Heródoto a su Historia.
 la logografía jonia es el precedente más directo ya que constituye un movimiento científico de
interés general, pues abarca tres campos de actuación: filosófico, médico e historiográfico. La prosa
se convierte en un instrumento de la razón frente al carácter más emocional de la poesía. Abarca una
serie de relatos () sobre ciudades o pueblos, compuestos por viajeros griegos que recorrían
Oriente y Occidente llevados por sus deseos de aprender e investigar. Exponen los hechos deducidos
de la propia observación o indagación.

HERÓDOTO.

Heródoto nació en Halicarnaso, ciudad doria situada sobre Caria, en la costa sudoccidental de Asia Menor, hacia
el 484 a.C. en vísperas de la campaña de Jerjes contra Grecia. Halicarnaso estaba dominada en esa época por
una dinastía de tiranos al servicio del rey de Persia. Solo la victoria de los griegos sobre los persas motivó a sus
habitantes para rechazar el dominio extranjero. El primer intento de derrocar a Ligdamis, tirano de la ciudad,
costó la vida al tío de Heródoto, por lo que su familia salió exiliada hacia la isla de Samos, donde pasó diez años
y tomó contacto con el espíritu jonio. Tras la caída de Ligdamis regresó a su patria.

Los años anteriores al 447 a.C., fecha en que llega a Atenas, los pasó en continuos viajes por Babilonia,
Cólquida, Siria, Macedonia, Libia, Cirene y Egipto, siguiendo la tradición de los logógrafos jonios, con el objetivo
de contemplar e investigar. Su estancia en Atenas fue esencial para su formación como historiador, pues vivió
el despertar a la razón de la sofística. Pero más que esta corriente filosófica influyó en el sentido histórico de su
obra el pensamiento tradicional y conservador de las tragedias de Esquilo y  Sófocles.

En 443 a.C. participa en la fundación de Turios, colonia panhelénica en Italia meridional. Su vinculación a esta
colonia fue tan grande que se dejó llamar “natural de Turios”. Su muerte debió ocurrir hacia el 425 a.C.en dicha
colonia, aunque algunas fuentes creen probable que se encontrara en Atenas al inicio de la Guerra del
Peloponeso, y tal vez le sorprendiera allí la muerte antes del regreso a Turios.

Sus Historias  fueron divididas arbitrariamente por un gramático posterior en nueve libros, con los nombres de
las nueve musas. No son un todo homogéneo, sino un mosaico de cosas yuxtapuestas: descripciones
geográficas, novelística procedente de la tradición oral, resultados de su investigación personal sobre los
acontecimientos, etc. Su propósito inicial es contar la historia de Persia, siguiendo la sucesión de sus reyes
desde Ciro hasta Jerjes, y narrar al mismo tiempo las características de los pueblos que se anexiona Persia
durante sus conquistas, hasta llegar a las Guerras Médicas, entre griegos y persas, como punto final. Pero tras
su estancia en Atenas y su conocimiento del ambiente espiritual respirado en dicha ciudad, profundizó en el
análisis de las características de ambos mundos, griego y persa, y obtuvo como resultado la idea de un pueblo
griego que buscaba la libertad, organizado en poleiV  y reconociendo los límites humanos frente a la
omnipotencia divina, frente al pueblo persa que, obcecado por la tiranía de sus gobernantes y deseo de poder,
no logró someterlo. Se plantean estas Guerras Médicas como un conflicto entre Asia y Europa.

Los relatos que ocupan la primera mitad de la obra, tras una digresión sobre las causas míticas del conflicto,
narran la expansión del imperio persa comenzando por la conquista de Lidia por Ciro el Viejo y la de Babilonia,
tras la cual muere Ciro. En el libro II tenemos el reinado de Cambises donde se produce la conquista de Egipto
y las campañas contra los etíopes. A Cambises le sucede Dario, y antes de sus campañas contra escitas, libios y
tracios, el sometimiento de las ciudades del Helesponto, y su asalto a Grecia continental con derrota en
Maratón, introduce Heródoto una reflexión sobre los regímenes políticos ( monarquía, democracia y
oligarquía ). Así se completan los seis primeros libros.  En el libro VII tenemos la muerte de Dario y la
ascensión de Jerjes al poder. A continuación unas consideraciones sobre ambos pueblos, griego y persa, donde
se exaltan los valores del primero frente al segundo, que da paso a la batalla de las Termópilas. El libro VIII lo
ocupan la batalla de Artemisio, la toma de Atenas y el desastre naval de los persas en Salamina. El noveno y
último libro relata los sucesos hasta los combates de Platea y Micala, donde vencen los griegos tomando la
iniciativa.

La interpretación herodótea del acontecer histórico es pesimista, trágica. El hombre no es dueño de su destino.
Todo cuanto sucede está regulado y dominado por la divinidad y el azar, fuerzas ocultas que no se pueden
someter a la razón. De todas formas no es dogmático y, al igual que en las tragedias de Esquilo y Sófocles, se
superponen dos componentes en el acontecer histórico, el divino, que le hace admitir sueños, oráculos y
consejos como señales de los sucesos dispuestos por la divinidad, y el  humano,  por el que se otorga al
hombre la responsabilidad de las decisiones que determinan el curso de la historia.

Según su pensamiento el hombre no puede elevarse por encima de los límites de poder y felicidad que tiene
asignados, de ahí que la historia de hombres, ciudades y naciones esté gobernada por la ley del ciclo, según la
cual nada permanece siempre en su sitio, sino que cambia, desarrollándose y sucumbiendo. La divinidad es la
encargada de restablecer el orden cuando se pierde el equilibrio, castigando, tanto por transgredir su voluntad,
como por pretender más poder del que se tiene a cada uno asignado.

El hombre aprende con el sufrimiento las directrices que han de guiar su comportamiento en la vida. Su
experiencia debe servir de lección a los demás, así la derrota del imperio persa es un aviso contra las ideas
imperialistas de la democracia radical ateniense.

Heródoto fue contemporáneo de otros intelectuales entre los que destacan los sofistas, pero los intentos de
descubrir en su obra relaciones con determinados representantes de esta tendencia no han dado resultados
seguros. El no es contrario a la tradición, sino que más bien se pone de su parte, así en el libro III de
su Historia, Dario pregunta a los griegos, que incineran a sus muertos, y a los habitantes de una tribu hindú,
que acostumbra devorarlos, a qué precio serian capaces de practicar las costumbres de los otros, y ambos
responden con enérgica repulsa.

Utilizando en su obra la observación directa, lo conocido por medio de otros, su opinión y la indagación, su
método es crítico, pero mediatizado por las condiciones de una época primitiva en sus conceptos religiosos y en
su conocimiento del mundo. No hace una crítica profunda sobre las fuentes orales y escritas, pero tampoco las
acepta ciegamente. Al dudar sobre la veracidad de  algunos hechos, demuestra escepticismo, y si bien no
racionaliza en exceso los datos, tampoco los acepta sin discusión.

Su mentalidad es sencilla y religiosa: en último término es la voluntad divina la que decide (fatalismo) y es
inútil luchar contra el destino. Heródoto, resumiendo, se mueve en un mundo entre el mito y la historia, y su
mérito consiste en querer introducir su capacidad de comprensión, su razón.

El dialecto utilizado es el jonio, pero en él se pueden encontrar formas épicas, dóricas y áticas que le confieren
un colorido especial. El estilo es simple, sencillo, sin buscar artificios retóricos y estilísticos.  Usa construcciones
coordinadas en sus periodos oracionales y una sintaxis poco complicada, lo que le otorga la viveza propia de la
lengua hablada. Su vocabulario también es simple.

Papel importante lo desempeñan los discursos, donde resalta el comportamiento general de los hombres,
trascendiendo lo individual. El diálogo es característico de muchos pasajes. Se acerca a la épica

7.Historiografía clásica: TUCÍDIDES y la Guerra del Peloponeso.

Los datos de la biografía de Tucídides, hijo de Oloro, son escasos. Solo sabemos con exactitud lo que nos ha
llegado a través de él mismo: que fue elegido como estratego en 424 a.C., año en que también fue desterrado
de Atenas por no haber acudido a tiempo en auxilio de la ciudad de Anfípolis, conquistada por el general
espartano Brásidas. Su fecha de nacimiento pudo estar en torno al 454 a.C.ya que debería tener los treinta
años para ser nombrado estratego. Los datos sobre su muerte son aún más confusos. Ciertas fuentes afirman
que muere en Atenas, otras que ocurrió en Tracia tras la guerra del Peloponeso. Lo cierto es que antes de morir
regresó a Atenas en el 404 y su tumba se encontraba entre las de la familia de Cimón, hijo de Milcíades,
vencedor de Maratón.

Aristócrata de nacimiento y bien dotado económicamente recibió una educación acorde a su rango y asimiló las
enseñanzas de los movimientos filosóficos y retóricos de su tiempo. No es un historiador casualmente ya que,
por tradición familiar, estaba muy versado en la vida pública. Su niñez y juventud coinciden con la época de
mayor esplendor de Atenas. Seguramente pasó la mayor parte de su exilio en sus posesiones auríferas de
Tracia, aunque también pudo realizar viajes por los escenarios de la guerra. Murió hacia el 400 a.C.

Su Historia está dividida en ocho libros, y su finalidad es contar la Guerra del Peloponeso. Una síntesis podría
ser la siguiente:

 Libro I. Afirmación de la superior importancia de esta guerra respecto a las anteriores. Recorrido por
la historia primitiva de Grecia. Exposición de su metodología histórica. Antecedentes de la guerra.
 Libros II, III, IV y V. Guerra Arquidámica, que recibe el nombre del rey espartano Arquidamo.
Invasión del Ática por los espartanos en 431 hasta la paz de Nicias. Tregua y reanudación de la
guerra.
 Libros VI y VII. Expedición a Sicilia de los atenienses. Desastre ateniense.
 Libro VIII. Descripción de la segunda etapa de la guerra, hasta el 411, en que se interrumpe, quizá
porque al autor le sorprendió la muerte antes de terminar la redacción final.

En los orígenes de esta obra, Tucídides cuenta con los logógrafos jonios y Heródoto como precedentes en su
quehacer histórico, pero las diferencias con ellos son notables. En primer lugar era insólito escribir una obra de
historia contemporánea, pues sus antecesores narraron las glorias del pasado. En cuanto a las fuentes,
Tucídides afirma que describe los acontecimientos vividos por él mismo o tras haber examinado con cuidado
sus informaciones.Por último, Tucídides excluye lo divino del curso de los acontecimientos, pues el motor de la
historia no es la “envidia” de los dioses, sino la lógica interna de los hechos de los hombres.

Dentro de los hechos presentes que pretende narrar destacan los políticos y militares, pues excluye de su
narración toda manifestación sobre la vida intelectual y artística de Atenas.

A diferencia de Heródoto, cuya concepción de la historia es eminentemente religiosa, Tucídides explica los
hechos desde un punto de vista humano. Para él la fuerza motriz de la historia es la  inteligencia (gnwmh),
cuyas decisiones están determinadas por cuestiones políticas, económicas y militares, manteniéndose al
margen de las normas religiosas. Junto a ella esta la fortuna (tuch), considerada no como potencia divina, sino
como lo imprevisible que surge en el acontecer histórico.

Tucídides considera elemento constante del proceso histórico a la naturaleza humana. Se caracteriza por su
aspiración a la libertad. Estos deseos, elevados a un nivel general, se manifiestan en el odio del pueblo
sometido hacia su opresor; en la ambición de poder; en la imposición de la ley del más fuerte sobre el débil,
para el que de nada sirven las apelaciones a la justicia, ya que por encima de todo se imponen razones de
conveniencia y utilidad; en la envidia del éxito, etc.

La inteligencia, pues, rige los destinos de los pueblos y actúa por móviles no sometidos a la moral y la religión,
pero eso no implica que todas las decisiones humanas procedan de un razonamiento equilibrado, sino que a
veces actúan el apasionamiento, la imprudencia o la precipitación.

El pensamiento del historiador coincide con el modo de actuación política de Pericles, a quién considera idóneo
para realizar la guerra, mantener el imperio ateniense y buscar el bien de la ciudad. Este equilibrio no fueron
capaces de mantenerlo sus sucesores, a los cuales critica violentamente, y tras su fracaso político y militar,
Tucídides elogió el nuevo régimen moderado que se estableció en Atenas en 411 a.C.

Pero la crítica de Tucídides no solo se dirige contra la actuación ateniense, sino que se extiende también a los
excesos cometidos por los espartanos. Y es que en  este  autor se constata aún la línea de la antigua tradición,
en la que se resaltaban los valores morales como el amor a la patria, a la justicia, al bien común,etc. A pesar
del egoísmo y la envidia del ser humano se puede conseguir un mundo mejor.

Con respecto a su relación con los sofistas decir que estuvo influido por ellos en su aplicación de la crítica
racional al análisis del mundo que le rodea. Pretende hacer con su historia verdadera ciencia, algo que dure
siempre y no solo compuesto para deleitar los oídos de unos cuantos. Comparte con los sofistas un
escepticismo crítico en relación a aquel amor a la tradición y a las creencias de Heródoto, que tanto difiere de la
realidad, y que configuró su pensamiento pragmático de la historia.

El propósito de Tucídides de exponer la estricta verdad de lo que ocurrió, hizo que los métodos empleados en
su investigación difieran de los utilizados por Heródoto.Tucídides contó con la ventaja de relatar hechos
contemporáneos y de poder manejar mayor número de fuentes que Heródoto, pero incluso cuando se remonta
al pasado aplica una crítica racional que asegure la verdad de lo que afirma. Este criterio de verosimilitud,
basado en la idea de progreso económico y militar de las ciudades, es el que le lleva a afirmar la superioridad
del presente sobre el pasado, y a considerar más importante la guerra del Peloponeso que la legendaria guerra
de Troya.

Él realiza una exhaustiva búsqueda de datos para que los hechos narrados sean objetivos e inserta en su obra
solo aquellos que superan su examen crítico. Pero profundiza aún más y, partiendo de sucesos particulares,
pretende extraer las interioridades que subyacen en cada uno de ellos, elevándolas a la categoría de principios
generales, para que las posteriores generaciones actúen conforme a ellos en situaciones semejantes.

Planifica los acontecimientos de acuerdo con un riguroso ordenamiento cronológico por años, dejando el
sistema tradicional basado en el nombre del funcionario epónimo de los contendientes.

* Por otro lado abundan los discursos puestos en boca de los personajes que intervienen, los cuales cumplen
una doble función: tratan de expresar la verdad política, es decir, los móviles que mueven a los distintos
personajes, y también sirven para la dramatización de su relato. Pero además sirven al autor para introducir
sus propias ideas, con lo que se pone en tela de juicio su objetividad. Su cometido se manifiesta sobre todo en
aquellos que, siendo contrapuestos, exponen las motivaciones de ambos contendientes.

Formalmente su estilo es conciso y directo, de gran intensidad de ideas, lo que dificulta su comprensión y sobre
todo su traducción cuidada. Es el creador de la prosa ática, el que la elevó a categoría literaria, pero en su
lengua aún quedan huellas de la influencia de la prosa jonia, especialmente de los logógrafos y Heródoto. A
causa de su largo destierro su prosa ática es un tanto arcaica y algunos de sus rasgos son:

 abuso de expresiones nominales


 frecuencia de nombres abstractos
 substantivación de participios, adjetivos e infinitivos
 acumulación de participios, etc.

En cuanto al estilo, se pueden observar diferencias entre las partes narrativas, donde resalta la expresión
simple, sencilla y precisa, y aquellas otras, especialmente los discursos, en las que concentra su pensamiento
político, donde el lenguaje es denso, con expresiones oscuras difíciles de comprender.

En su narración contrastan los periodos largos, a veces seleccionados por oraciones parentéticas, con otras
frases inesperadamente cortas que , por su densidad, contribuyen a dificultar la comprensión del texto.

8.Oratoria clásica.

Los griegos concedían un gran valor al arte de la palabra, que podía ser mágica, hechizadora, persuasiva y
convincente. Se dice que el arte de hablar bien comenzó su desarrollo en Siracusa, uno de los más famosos
maestros de oratoria fue el sofista Gorgias.

Sin embargo, fue la democracia ateniense la que provocó el desarrollo de la oratoria y sus técnicas, ya que los
ciudadanos debían hablar bien en sus discursos ante la Asamblea y los Tribunales.

En la Atenas clásica había una cierta afición a los litigios paro no había abogados ni fiscales, por tanto, los
ciudadanos debían aprender a rebatir argumentaciones y a ganarse al auditorio. No todo el mundo era capaz de
hacer eso, pero se podía recurrir a los logógrafos, escritores de discursos; algunos de éstos también fueron
grandes oradores.

Tipos de discurso

Discursos deliberativos o políticos: Dirigidos a un auditorio indeciso y pronunciados por un orador que sopesa
las ventajas y los inconvenientes de una opción política. La personalidad del orador es clave. Estos discursos
están orientados a un tiempo futuro.

Discursos forenses o judiciales: El discurso se pronuncia ante un tribunal y versa sobre hechos pasados, por lo
que su tiempo de referencia es el pasado. Generalmente estos discursos se abren con un prólogo, al que le
sigue la narración de los hechos acompañados de pruebas. El objetivo clave es conmover al receptor.

Discurso epidíctico o de aparato: Lo más importante aquí es el discurso como obra literaria elaborada. Aquí se
incluyen los discursos de alabanza a un personaje o discursos fúnebres como el Discurso fúnebre de Pericles

Lisias (445- 380 a. C.). Su familia era originaria de Siracusa,él pasó algún tiempo en Turios (sur de Italia)
formándose en la retórica, volvió a Atenas y se ganó la vida como logógrafo. Por su condición de meteco, no
ciudadano ateniense, no podía pronunciar sus discursos en la Asamblea. Pero sí tuvo interés en los asuntos
políticos y colaboró en la derrota de los Treinta Tiranos. Sus discursos presentan un estilo claro y sencillo.
Mostró una gran maestría para adaptarse a la personalidad de sus clientes, podía crear retratos realistas y
simpáticos de estos para contar con la benevolencia del jurado. Destacan En defensa del inválido y Por la
muerte de Eratóstenes.

Isócrates (436 338 a. C.) Logógrafo y maestro de retórica. Toda su larga vida se lamentó de la desunión de los
griegos frente al peligro de los persas, confiaba en la unión de Atenas y Esparta, pero pronto se sintió
decepcionado, llegó a confiar incluso en Filipo II de Macedonia como protector de Grecia. Sus discursos eran
muy elaborados,  evitaba los hiatos y buscaba la armonía y el equilibrio.

Demóstenes (384- 322 a. C.) comenzó su carrera como orador en los juicios contra sus tutores, ya que
Demóstenes quedó huérfano de niño y éstos dilapidaron su herencia. Compuso discursos judiciales, muchos de
ellos por encargo, y políticos, en estos últimos destacan sus discursos en contra de Filipo II de Macedonia: Las
Filípicas. Se le considera el mejor orador griego por la belleza de sus discursos y por su fuerza de voluntad para
vencer sus dificultades para hablar en público. Pero ante todo fue un gran defensor de la democracia ateniense
que ya estaba a punto de desaparecer. Cuando Alejandro Magno murió, Demóstenes se unió a los griegos que
querían recuperan la independencia perdida, pero Antípatro atacó Atenas, tuvo que huir y prefirió morir
envenenado a entregarse.

Lengua y estilo

La fuerza de sus discursos (de los que se conservan unos setenta) y la precisión de sus argumentos, con pocas
figuras retóricas, le otorgan una originalidad excepcional. Como otros maestros de la prosa, Demóstenes pone
especial cuidado en la estructura rítmica; ya en los comentarios de la Antigüedad se destacaba que la eficacia
de su oratoria reside, en gran parte, en el ritmo.

9.Filosofía (la figura de Sócrates). adem

Filósofo griego, de recia personalidad, que perfilará la figura del filósofo en su más noble definición: rectitud
moral e intelectual. Con Sócrates primero, y con Platón y Aristóteles después, la filosofía griega se afianza
definitivamente y se ofrece fecunda y perenne hasta nuestros días.

Sócrates nació en Atenas el año 470 ó 469 a.C., y murió en el 400 ó 399 a.C. Fue hijo de Sofronisco,
probablemente escultor, y de Fenareta, que al parecer ejercía como comadrona. Fue al principio escultor como
su padre, y entre sus obras artísticas se cita con especialidad un hermoso grupo de las Tres Gracias; fue
después discípulo de Anaxágoras y de Arquelao, y se entregó con el mayor ardor al estudio de la filosofía. Sirvió
algún tiempo a su patria con las armas, distinguiéndose en el sitio de Potidea, en la batalla de Delio y otros
combates. La paz le devolvió a sus estudios y a sus discípulos, y el valor que había mostrado en el ejército, el
desinterés y hasta la gloria que manifestó al volver a su antigua vida, le designaron a los sufragios de sus
conciudadanos para las grandes magistraturas de la república, en las cuales desplegó altas virtudes políticas.
Rasgos de su personalidad aparecen en varias fuentes: capacidad de resistencia física (hiciera frío o calor,
llevaba siempre el mismo vestido) y de poder de concentración (fue capaz de pasar todo un día y una noche
abstraído, en plena campaña militar, reflexionando sobre un problema, sin importarle el peligro). En los años de
juventud, se ocupó de la filosofía de la naturaleza de los jonios, dirigido probablemente por Arquelao. Tal vez se
pueda tomar como momento de ruptura con esta filosofía el famoso incidente del oráculo de Delfos: un
admirador de Sócrates preguntó al oráculo quién era el hombre más sabio, y el oráculo respondió que no había
hombre más sabio que Sócrates. A partir de este momento se afirmó en su filosofía moral. No formó escuela.
Su "aula" era la calle. Hablaba con quien encontraba al paso. A su interlocutor le preguntaba qué opinión tenía
de sí mismo; qué era para él, por ejemplo, la verdad, el valor. Así establecía su arte, la mayéutica (arte de dar
a luz), que decía haber aprendido de su madre. A quienes se pavoneaban de sus conocimientos, les hacía caer
en el ridículo de su ignorancia (era la ironía, otro de sus métodos de conocimiento). Sólo sé que no sé nada,
solía decir de sí mismo.

Si por un lado se ganaba la admiración de los bien dispuestos, por otro se veía blanco de las críticas de los
reaccionarios defensores de la antigua filosofía. Sostuvo sus decisiones en todo momento, aun a riesgo de su
propia vida. Cuando los Treinta recabaron su colaboración para un asesinato político por razones de Estado,
Sócrates se negó a dar su asentimiento. Sus enemigos arreciaron en diatribas y acusaciones, hasta que lo
procesaron por impiedad (porque introducía, según los acusadores, nuevos dioses) y por corromper a la
juventud. Encarcelado, se negó a aceptar la ayuda de sus amigos para huir. Condenado a muerte, él mismo
tomó la cicuta, mientras, serenamente, departía con sus incondicionales sobre la inmortalidad del alma.

Las enseñanzas de Sócrates

En Sócrates empieza una nueva época de filosofía griega, pues todas las escuelas posteriores, por divergentes
que parezcan, emanan de él. No fundó sistema alguno, antes bien fue antagonista declarado de la sofística, y
en general de toda especulación, mirando como temeraria e inútil la ciencia que traspasa los límites de la
conciencia y no tiene por objeto la perfección moral del hombre. Su obra consistió en provocar al hombre a la
observación de sí mismo, y en hacer del alma humana el principal objeto de la filosofía. Fue el fundador de la
moral, el primero que sospechó su existencia, y sentó las bases del derecho natural. La filosofía de Sócrates no
solo fue una ciencia, sino también un arte; realizó cuanto pudo en su vida lo bueno y lo bello que enseñaba en
sus lecciones. Maestro de los hombres, soldado intrépido y magistrado recto, cumplió fielmente los deberes de
su vida civil y privada. Su lucha contra los sofistas y la franqueza de su enseñanza moral y política le
acarrearon muchos enemigos. Aristófanes empezó a ridiculizarle en sus comedias, y con esto dio el primer
golpe a su popularidad. Melito, Anito y Licon le acusaron de que corrompía a la juventud y desconocía a los
dioses nacionales introduciendo divinidades nuevas.

Sócrates no dejó nada escrito. Todo cuanto conocemos sobre él lo debemos a testimonios antiguos,
principalmente a Platón (que fue discípulo directo suyo), a Jenofonte y a algunas referencias de Aristóteles.
También aparece en la comedia Las nubes, de Aristófanes, pero este último testimonio no es muy de fiar por su
estilo caricaturesco. De hecho, según las fuentes a que nos atengamos, obtendremos distintas imágenes de
Sócrates. En todo caso, el conocimiento más sugestivo lo debemos a Platón, si bien resulta muy difícil discernir
las doctrinas de uno y otro.

Según Aristóteles, las dos contribuciones más valiosas de Sócrates a la filosofía fueron: el procedimiento
inductivo y la definición universal. Pero la enseñanza de Sócrates más característica se cimenta en la moralidad.
Las fuentes antiguas coinciden en atribuir a la moral socrática una doctrina positiva de la virtud: aquella que
afirma que la virtud es conocimiento, de donde deriva que toda mala acción es fruto de la ignorancia y, por lo
tanto, involuntaria. La denominada paradoja socráticaconsiste en considerar que conocer la virtud es ser
virtuoso, del mismo modo que conocer las matemáticas es ser matemático. La otra doctrina fundamental de su
ética es la del cuidado de sí mismo como auténtico sentido de la vida humana. El conocimiento de sí como
cuidado del alma se convierte en sophrosyne, o templanzay se opone a la akrasía (o carencia de dominio del
propio sí corpóreo), que se produce cuando el alma incumple los deberes para consigo misma, no realizando,
por tanto, su propia función.

Si bien es cierto que Sócrates se muestra poco interesado por la metafísica y que ni siquiera construye él
mismo un sistema filosófico, no se le puede negar la enorme influencia que ejerció sobre Platón y, por
consiguiente, sobre Aristóteles.

El diálogo platónico como forma literaria.

Al discurso largo con el que el sofista impone sus ideas, se opone el método de investigación socrático-
platónico, el diálogo con intervenciones cortas y articuladas en forma de preguntas y respuestas. El diálogo
platónico se organiza, como el drama, en torno a un debate sobre puntos concretos, pero a diferencia del
drama, su estructura viene marcada por la figura del narrador, que presenta la escenografía apropiada y los
personajes de la acción.

Encontramos pues, en el diálogo platónico, dos estilos de exposición combinados sabiamente: uno directo
(narrador-oyente) utilizado para precisar el comportamiento de los personajes, reacciones, gestos, etc; otro
indirecto, mediante el cual el narrador actualiza la conversación celebrada con antelación en casa de Calias
entre Sócrates, Protágoras y otros personajes secundarios.

Además interviene en ocasiones algún componente del auditorio, que muestra sus preferencias por uno u otro
contertulios, el personaje central y su oponente. La extensión de las intervenciones no es siempre la misma.
Haya una gran variedad formal, y hay pasajes donde  una intervención larga va seguida de una respuesta
breve, o las intervenciones de ambos interlocutores son cortas o de parecida duración.

También caben en el diálogo formas no dialogadas, exposiciones largas a cargo de algún personaje, entre las
que destacan los mitos.

La lengua, mezcla de culta y popular, poética y prosaica, coincide en muchos aspectos con las inscripciones
conservadas de la época de Platón. Se ha afirmado que se aproxima al lenguaje de los poetas cómicos, que es
el del pueblo ateniense.

El estilo, variado para adaptarse al carácter de cada personaje, se caracteriza por su riqueza de matices debido
al abundante empleo de partículas. Especial vivacidad le confiere la variedad de expresiones utilizadas para las
respuestas cortas y fórmulas como  hn d egw,  h d oV, etc.

Aunque de manera moderada usa figuras como la aliteración, antítesis, anáfora, homoioteleuton, ciertas
cláusulas métricas...

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