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NUM. ^ 3 . íin'li'is ;i 2 rs.: ires moses 24 rs.; seis mcsea MADRID 8 DE JUNIO DE 1862. un iifiom; rs,—CciiA I'I-EHTÜ-HICO, V IÜSTMANJEUO, .'\i>U \ i.
-1'2 rs.; un afiu tlUrs. UD aüo 7 pesos.—AiiEiiiCA TASIA, 10 Ú l£i pesos.
I puestas 011 razón, y que Dios mediante, se verilicaráii Para la guerra desde que liay buiíues do hiei'ro con
al pie do la letra. coraza no sirven los do madera y bay (jue ajielar al icti-
Kslo es cuanto podemos decir liuy relativamente á la lieo did señor Monturiol. Al lin .se ha convencido (d s e -
REVISTA DE LA S L M A Í N A . cuestión mejicana, porque de noticias (¡ue no ¡lasan úo ñor iMonluriiil lio tpie no cinilaiido mas quo con una
rumores aun no convertidos en beclios, no podemos piovtncia do K^jiafia im ]iodia limar á calió su doscu-
tratar. Sentirianius (pie la cnoslion niejícana trajera íirimionlo on grande escala y so lia decidido á promover
I tanta cola y tan falalos cunsecueiicias como le Irajo á la l'urinacion de mía junta on Madrid para allegar i'o-
o conlicncii gramlt; i\u pobre labrador de Priego el tirar una piedra ii un cursos. l-ji i'sla juiíla, el Congreso, el Senado, la
¡iiter(!.sr(!s|)ecl.0ii Mé- tonio. Es el caso , ó p(n' di.'.sgraciu no os cuonlo , que prensa jiiíriódica, el capital y la industria, están digna-
jico, liis inHiciiis qin! eslando un labrador do Priego guardando un sembrado nioiile repicseiilados y no dudamos Í|IHÍ do esta vez se
irajti t'l correo ili; hi y viendo ijue en él se entraban unos cerdos, cogió una consiga el objclo. l*in' nui'sira parle bidiiondo sido de
lliiiíaiia que Hoyó el piedra y se la tiró; con lo cual logní espautarlos ; pero los primeros on elogiar al invonlor y al invento, no s(?-
miércoles. .Niteslras la piedra dio en tan mala parle á im niño , hijo suyo, remos (I(Í los i'dlinios en conlribuii- á {|uo la España lle-
Irojias li;i|ji;i]i ;ii"i- (jiie le dejó mueilo en el acto. No paró a(|uisudesdicíia; gue á sor la (iriiiiera nación que so dedique ¡i la nave-
i);imj(.k'a]i;ii]iI(>tKir el sino quo los cerdos escapados, entraron on su casa, :¿acton siib-marina.
Icri'ilorio iiicjicüno, donde se bailaban solos dos niños de corla edad did 1.U snperlicie de la tierra ofrece en verdad ya muy
y liis rniuce.ses ¡i las . labrador y los matartm á bocados. La mailre Hoyo en- |)ocas iiovedarios: guerras, traiciones, ingratitudes',
i'inltiíios (le l^oreii- I toiices Y al observar aqu(d horrible es])ocláciilo, cayó despotismo, desenfreno, ¡[imoraliilad; lodo esto os viejo:
rez segiiiaii avíiii- ! en el siielo desmayada á tiempo quo el lastimado padre esploromos los abismos; pi-notromos en los profinifios
/.¡iiulo liacia la Piie- I entraba buscando un consuelo á su aíliccion. ^'ió e n - senos de las aguas , bajemos al Ví'nlice del Murlslroin;
lila sin la mas |ic- tonces á su inuj(!r tendida on el suelo, á sus hijos muer- inv(íst¡guemos lu.s secretos ibd Guíf-Shram y idiramos
qiieua liilii'iillail, no tos y on un acto de desesperación , descolgt'uina esco- nuestro corazón á nuevas omociduos. Y (d invento de
oljstante que á cícrlns iieriódicos liel olru huiu ilcl l'iri- peta y se suicidí) do un tiro. Toda una lamilia (luedó, Monturiol nn solo sirve, cuino liemos diidio para esplo-
"co, les afira(laria[Kiil(>r(iar relación ile grandes bala- pues , eslorminada por consecuencia do una pieilra ar- rar las iiiosplicailas profundidades de los maros : servi-
"üs y triunlüs. llalla aliora no lia Iialiiiio nada, como rojada en mal hora contra un cerdo. Dios libre á mies- rá lanibion para investigar los abismosjiasla ahora in-
no so (¡nielan cunverlir en lirados de <¿\¡innU',^ alf-'nnas Iros hijos de los cerdos y de las piedras y á nosotros de sondables del lirmamonto, y llegaremosáoir mas de L-er-
¡"•'^pasd). molinos (le vicnlo. VA general Alnionlo , .sieni- las consecuencias. ce la armoiiia de las esferas, la música de ios asiros y á
pi'o riideailo d(! su guardia ri'ancosa , lia dirigido á los contemplar las bellezas e.s)ilon(lentcs do la creación o.x-
lifiltilanles do Ori/.aliii una alocución en que les liico: Volviendo la vista á escenas mas balagñeñas diremos tra-terrestre. No olvidemos que el señor Monfnriíd ha
{Ciudadanos, nombrado ]ior vosotros goneral on joíc de que para lioy se prepara una gran solemnidad en Ali- descubierto el secreto iin])ortante úc liacer atmíisfera,
'íis fuerzas nacionales v jefo su|n'enio interino do la cante y es la reimion y revista do la escuadra mandada Y que ose secreto lo misino puedentdizarse. para inover-
congregar en aquel piiertoporol señor ministro de Ma- iiüs en un liquido, que para pasearnos ú lrav('s do un
¡'"tion La noticia di; (]U0 ellos lian heclio esto noui- rina. El jefe de esta escuadra, señor Pin/.on, ba hecho
bi'iiniiento i\e general en jefe y ji-fíi supremo interino, lodos los preparativos necesarios para cd simulacro do Huido. I I , 1 • ,
'lalirá p¡•olJal^loln^^nl(^ cogido de so[|iresa á los lialdtaii- (•ombate que hoy debe verÜicarso, en el cual tomarán l>t;roeslo tal vozosatlelantarnos demasiado en el por-
lesde Orizaba; poro conlbnnr vava adelantando la jU'O- parle lodos los buques y sus tripulaciones: en la ¡daya venir, liajomos de esas alturas y recordemos un ¡loeo lo
cesion on que o! general Alinoiiie lleva el (^slandarlo, se üguraráii baterías y fortificaciünes ([ue serán com- pa.sad'o. El famoso lugar de la Arganiasilla, ilustrado
se irán viendo cosas luievas. Nada dice esta ¡iroclaina batidas por los biii|ues, los cuales preparan su desembar- lor el inmortal Cervantes, tiene boy (d privilegio do,
de Irono ni de andiidufiues; poro los periódicos fran- co; este se efectuará y se hará el simulacro del ataque atnier todas las miradas ile los amantes de las glorias ilií
ceses anuncian quo S. A. Maximiliano no se presta á y deíensa d(í los hiertes. Aludía gente de todas clases y aquel ingenio y también délos editores dosusoliras. Ya
ser rey do Méjico asi como {|uior!i, sino (|Uo impone categorías liau jiartido para Alicante á presenciar la halilamos de uno que se ha propuesto imprimir el Qui-
sus condiciones y so liaco de pencas, mainl'eslando qu(í íiesta que uo dudamos será magnilica. Mañana debe jote en aquel lugar y en la casa misma que habitó el
solo con su cuenta y ra/.ou se (licidirá á ir alia v liacer darse un bailo á bordo de una de las mayores fragatas man(;o do Lepanto: hoy podemos anunciar que otro eib-
la felicidad de los mejicanos. En iirinier lugar'quiere de la escuadra, al cual se convidará, según dicon, a lo lor ha marchado á la .\rganiasilla liocidido á dar á sus
que estos so decidan por un gobierno libera!: esto sí mas selecto y caracterizado de la población alif^antma j su.scritores una vista exacta úc |;i localidad con lodos
ante todo dice el arcliiduque (lue los princinios de ii- forastera. Por lodemáse imás está•' tanleios'de
• "• ' ser guerrero
--'"•nf.el sus accidentes y circunstancias. A mavor abundamien-
l'erlad liando guardarse ó no liay nada de lo tratado: deslino, de esta escuadra ;uadra, cuanto que, según se dice, va lo el infante don Sebaslian que Im comprado la casa de
•l'ispuos exijo que los (icios mo.icaiios lo llamen y úui- ifko v\ llevará
tiuinente qiic le r(;cono¿cti la Europa; cosas todas muy á salir para el Pacifico, ..^— sabios — y, naturalistas
. á que se trata, ha escntn \ma carta al señor Cisneros,
, ' •. • .,-..„Mni ...iin.in gobernador de Ciudad-lleai. anuiiciúndole que la eii-
su bordo, que son la gente mas pacíüca del inunuü,
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viará arquitectos 6 iiifíenifiros que reformen coiiser- i inundaciones, los incendios, las epidemias, las escase- No es mi propósito discurrir aquí sobre la participa-
vandü y sostengan innjorando t'.\ deteriorado edificio. ces; restituye á los pobres lo supérlluo de los ricos por ción qne en estas juntas de distrilo tienen el vecinda-
Su alteza añade que tiene niuclias ideas sobre los puntos medio de las contrÍDUciones; utiliza en servicio de l o - rio, el clero, y el municipio, ni indicar siquiera las r e -
(¡ue atañen á las glorias españolas. Felices los que tie- dos los patieciniienlos é indigencias, las fuerzas centra- formas que en este punto serian convenientes y que
nen ideas: ¡cuánto dieran por tenerlas algunos pobres lizadas de la sociedad y salva las naciones. vendrán por sí mismas, ni esplicar tos asuntos en que
de espíritu! Y sin embargo á los pobres de espíritu les La caridad prívatla, mas humilde que la olra consue- entienden esas juntas: mí objeto, dadas eslas ideas ge-
está prometido el reino de los cielos. la aunque irrcgularmenle al desgraciado, al doliente, nerales sobre las bases en qne descansan las Casas de
El gobernador de Tarragoiía parece que traía de con- al débil, al menesteroso, allí donde cree tropezar con Socorros, es referir las impresiones que recibí visitan-
vertir el monasterio antiquísimo y venerable de t'oblet él; obedece á la doctrina de la fraternidad, mandamien- do la del Qninln distrito, casa modelo ciertamente, que
en una granja niocielo. Siempre "que se conserven las to del cristianismo y base que ba desarrollado la mo- una casualidad, de que me felicito, me lia proporcionado
bellezas artísticas del eriilicio, y se cuide de a q n e l m o - derna lilosofia. oi:asion de conocer liact? muy poco.
innnento de la manera que el ilueii gusto y la civjlí/.a- Aunar y combinar ambas caridades, be abí el pro- Pasada la cancela que sirve de ingreso se encuentra
cion reclaman , no nos onnndrenios á que se le de este blema que está en estudio, después que son conocidos un salón con banqueta, doiiiie esperan por turnóla
ó cualquier otro deslino ilecoroso y útil. La Granja mo- los inconvenientes y ventajas respectivas; he alti el ob- consulla pública y graluíta los entermos que pueden
delo ¿podrá contribuir á su conservación? La respuesla jeto de las Casas de Socorro, cuya misión es acudir con asistir, y que no pocos dias jiasan tic cíenlo : á la dere-
áesUi pregunta la darán las disposiciones que adopte un alivio inmediato, donde quiera que hay noticia de cha se halla la ventanilla para el despacho tie los bonos
el gobernador de Tarragona. una desgracia, de una miseria verdadera é'iinpeiiir que que se dan desde el espacioso y bien organizado salón
lie teatros poco podemos decir boy. En _la_ Zarzuela el dinero destinado á los pobres sea interceptado por (le oficinas en que se lleva la" contabilidad; en él se
se dice, aunque lo dudarnos, que se volverá a poner en los mendigos. encuentran divididos los archivos y secretarias corres-
escena el hijo ,lr don Jo^é. iFortuna to de Jios, lujo! Los hospitales son el tardío paradero del pobre, á pondientes á las cuatro parro(iuias de San Luis, San
La tiacii ¡lidias, según tenemos entendido, lia iiaulra- quien punen por primera condición la pérdida de la li- f'.inés, San Marliii y Santa Cruz. A la izquierda en e|
gado al venir de allá á la calle de .lovellanos. Ll senoi- berlaií individual, de los placeres íntimos Y los consue- fondo , está el almacén de comestibles, admírahlemenle
l^arera din sus cnnciertos y agradó, los eficaces del hogar, dándole por espectáculo las mas montado para que no quepa fraude ni en la calidad de
repugnantes escenas de la agonía y de la muerte. los géneros, ni en su peso y medida: al frenle se halla
Price lia inaugurado las funciones de verano.
Las Casas de Socorro son el inmediato asilo de toilo la sala de heridos, en la cual se hace el reconocimiento
Por esta remsta y la parle no firmada de eslc nú- el que en un momento dailo, jmede eneonlrar alivio en y primera cura á todo [ioliente que entra en la casa;
mero, ellas,—sea pobre ó ¡'ico, mendigo ó grande de líspaña, allí también se encuentran el botiquín , el depósito de
NEMESIO FERNANDEZ CUESTA. desde el ínstanle en (¡ue forme parte de la clase de los inslrumentos y aparatos quirúrgicos, de hilas y venda-
desgi'aeiados: el lector, sus deudos, sus amigos, cual- jes: mas adelante el gabinete y registro lie consulla del
quiera que sea su posición , yendo por la via pública sí facultativo de guardia v los almacenes de ropas y efec-
tienen boy la mala suerte (le ser acometidos de un ac- tos de las parroquias, desde la de cama para los enfer-
L.\ QUINTA. CASA DE SOCORRO. cidenle, ¡Uropellados por un carruaje ó derribados de mos v heridos hasta las etnbolturas para los infantes
él, ó mallratado en cualquiera de los míl y nn peligros abandonados, desde el tablado, el jergón, el colchón y
<-KI ijue ilú ú lus pobres prcsCí ii tiio?:-' que rodean al traiiseunle por las calles'de una gran la manta para proporcionar descanso en sn albergue el
VicTuii 1ILI;O. jioblacíon, ocuparán á los jiocos minutos de su des- que no tiene donde reposar su cuerpo fatigado, basta la
"Los mendigos robmi ;i los ¡luljri's.o gracia una cama decente , en e| salón limpio y decoro- camisa y el traje destinado á cubrir la desnurlez del i n -
Ai.Kusso KARIÍ.
so de una Casa ÍÍ/: Socorro; tendrán en el acto, ya vis- digente. _ ... -.
Pocos serán los que ignoren tas polémicas á que ban tan harapos ó el traje mas elegante y mas costoso, ele- (Jn vasto y decoroso salón síluado en ht parte esle-
dado lugar IÜS ventajas y los inconvenientes de la cari- mentos que casi nunca es dado alcanzar en el niomenlfl rior del piso principal, sirve para la celebración de jun-
dad legal V la caridail privada; los que no tengan algu- á un particular, jior bien acomodado que eslé : un fa- tas: allí están colocadas en un escaparate Ins mueslras
na noticiando las desconsoladoras rtivelaciones que desde cullativo que espera al que llega para hacerle la nrime- de pan, carne, tocino, garbanzos, arroz, judias, bacalao,
Maltbus acá, se vienen baciendo sobre los abusos a que ra cni'a y que no le dejará ni de día ni de noclie; un aceite, palat;is, chocolate carbón etc. que han servido
se presta la caridad legal; los que nobayan oído clamar bolíquin provisto ih^ loilo lo necesario y dependieiiles de lino para las contraías con el objeto de cubrir los
contra la raridad privada; los ipie no sepan algo de la prácticos que se afanarán por prodigarle lodos los so- pedidos por bonos. Kn el jiiso principal están también
exageración áque se lia llevado In doclriiia Maltlinsinna, corros morales y materiales que reclame su eslado. las enfermerías de hombres y nnijeres, notabilísimas
madre del sistema .socialisla de I-'ourrier y de los deli- Los auxilios aisladiis de las personas carilalívas al ambas ¡lor su buena disposición su orden y su aseo; In-
rios coinunislns de Cnbel; pocos serán los que no ha- enfermo pobre , son irregulares, son incompletos, son das las camas son de hierro y tienen en la cabecera el
yan lijado su ali'ncioil alguna vez en el antiguo y difí- ocasión de abusos. cuadro de la enlraila y eslan'cia del paciente; todas os-
cil pi'oblerna del ¡¡auperismo, que aun espera solución Las Vasas de Socorros admiten primero á consulta lan colgadas y todas por medio de corlinas oculta unas
.satisfacloria. |iúhlica diaria y graluíta á todo enfermo pobre que pue- de otras; la ventilación y la extraordinaria limpieza qne
Pues en todas osas teorías, separado de ellas lo que de acuiiir á ella, y además estieiiden su acción al que reina en toda la casa, liacen (jue no se advierta olor al-
tienen de uliipias, en todos los sislemas útiles de bene- [loslrado en cama acredita s\i pobreza: allí en su mísnm guno desagradable; todo respira allí decencia y (;ompos-
ficencia pendientes de la observación y de la práctica, alber"iie le asiste un médico, y le iiropori-iona un visi- lura, y auii_ hay en el establiícíinienlo algo de conlbrla-
en lodos los trabajos económicos y sociales que preocu- ladorlo que necesita, uniendo su consuelo á los consue- hle. Junto á las enfermerías tienen su gabinete v d o r -
pan á la ciencia jiara disminuir las desgracias de la liu- los de la familia di" que 110 se te priva. milorio el médico de guardia y sus habitaciones los
manidad, cuenta alguna rai/, el tímido ensayo, la mo- empleados.
Las casas de maternidad y de espósitos producen, al
desta institución de las Cams de socorro. latió de grandes bienes, grandes males que no debo de- Tan admirable como la jparte material, es la admi-
La compasión y las costumbres alimentan la límosTia; tallar aquí. nistrativa para la exacta oh.-;ervancia de la Instrucción
pero la estadística y la ciencia demuestran que fre- Las Cíi.w.'í de Socorros, sin aceptar las obligaciones (pie sirve de regla en el socorro de los indigentes en-
cuentemente la limosna no ll(;va el Itciielicío donde es de esos establocimientos , acojen asisten y auxilian á la l.Tiiios, de los sanos, de los que asisten-á consulla p ú -
necesario, porque s(! deja sorprender por la bolgazane- mujer amagada de súbito con los ilolores'de la materni- blica; para la emisión de bonos, concesión de auxilios
ría y los vicios, por el semblante bipúcrita de los esta- ilad, y van á socorrer á su vivienda á la que está nece- y asislencia facnltaliva á los pobres.
fadores. silaiia , y allí la snmíiiislran ciianlo ha menester para Sentimos que la indolít de este arlículo no nos p e r -
La ley ordena piadosamente la beneficencia oficial; ipte no ipiede ninguna discul[)a li la falta de sentímieii- iilila copiar la Hoja de Socorro que sirve de hísloria y
poro la estndístii'a y la ciencia prueban ípie las Cunda- los ó á la solira de vicio, y todavía liaeen mas; no se comprobación de las vicisitudes . movimíenlo é importé
ciones piadosos por donaciones lí legados, 1:011 grandes contenían como las cunas con esperar ni nuevo ser que de cada socorro pedido; de iiscalizacion y probada r e s -
rentas ó con grandes subvenciones, en niuclios casos entra por c\ torno, recogen al (¡ue se encuentra abando- ponsabilidad para laf; díferenles manos q'ue intervienen
favorecen la ociosidad y depravan las costtimbíx's. nado por las calles, y le amparan y \t\ s;dvan la vida. f'ii la concesión ó negación del socorro; asi como los
Eslas ínvosligaciones dolorosas .son exactas, pero La hniosna inconsiderada es indiscreta, es perjudi- demás modelos y formularios destinados á evitar que
lanibien es evidente que no se pueden negar consuelos cial, constiliiye en oficio la mendicidiul, en profesión sirva la beneficencia para que la espióte la gente holga-
á la bumanidad, r(uc no se pueile abandonai' á su suer- la vagancia: los asilos aihiiiiiistratívos adolecen del de- zana y viciosa, para que sean sorprendidas la buena le
Ifi al desgraciado: la piedad nos mueve á ello, la cari- fecto radical que vá anejo al sistema absurdo de nianle- y la piedad de los visitadores, osos auxiliares imporlan-
dad nos loexigc, el livangelio nos lo manda. ner los pobres por cuenta del Eslado. iisímos de las Casas de Socorros, verdaderos hermanos
El individuo lia creído (pie. cumplía cim el impulso de I,as ¿íi.w.v (/<; Socorros sustituyen á la limosna im- de la (;arídad que sin hacer ostentación do su piadoso
sn corazón y el deseo de su alma, dejando caer de la prudente, los auxilios en especie por medio de bonos, ejercicio con trajes estraordinarios ni alardes esleriores,
mano el óbolo secreto con que n! pobre compra su pan; acompañan al socorro material el estímulo al trabajo, abandonan las comodidades de sus casas, v toman á su
pero la esperiencia lia demostrado que pocas veces va á ;d aliono á la.s virtudes que imídas á la ocupación r e - cargo la penosa tanta de llevar personalnUMite su plañía
su destino el óbolo asi caído. median la indigencia y la evitan para el porvenir. silencio.sa á ia oscura y estrecha boardilla del desgra-
La sociedad ba creído descargar el peso de su con- Tal es ligeramente indicado v.[ otijelo do las Casas de ciado y tiemblan de frío con él y se quejan de sn ham-
ciencia en tas porleria.s de los conventos, en los liospi- Socorros, sustiliicion plausible d,í'|a antigua Itenofi- bre y cojíui sn mano y dejan e i r d l a el socorro y se re-
lales y en los asilos de la ¡iifancia ; pero la práctica ha ceiicía domiciliaria ile Madrid, qne tenían á su car"0 tiran ocultándose á los ojos de los hombres, satisfechos
venido á quitarla las ilusiones v devolverla .su inquietud. las junlas de pari'oquia: sii base es proporcionar traba- con ser vistos del qne toilo lo ve.
La caridati legal desempeñaila por la ndinmistracion, jo para evitar la necesidad del socorro v de la limosna- Los (pie por fortuna d por desgracia, hemos sído co-
la que ocupa vastos cdiíicios y se lialla montada en prestar socorro, cuando aparece la desgracia; dar ¡luxi- locados en medio de esUi gran transición porque lia pa-
grantle escala y reclama grandes sumas, la que cuenla lio en especie al que legítimamente pide limosna, basia sado y está pasando aun la sociedad española , los que,
los desgraciados como unidades abstractas y los suma y ijiie haciendo cesar la miseria y la desgracia vuelva á ni somos tan jóvcaos que no hay;imos alcanzado ini cur-
los disciplina, es insuíicíente Y al mismo tiempo escesiva; presentarse como remedio radica! el trabajo so de lilosofia de Guevara ó de Jaqníer esplícada por un
e s d u r a , tiránica, vícíiisa, desari'eglada en su acción,
mala en sus medios y ruinosa en sus (decios. Sus medios para lograr tales fines son en principio fraile de Santo Tomás, ni tan viejos que no podamos
escetenles V conformes á la mas sana economía: la abrigar cierta esperanza de encontrar un día de reposo
La ciiridad privada, la (pie considera el hombro en asociación tihre de lodos los vecinos de las parroquias a la sonihra de lo qne hemos visto pknilenr y desarro-
particular, la(¡ue une el renaidio al consu(du, y se alo- que quieran conlnhuir al mantenimiento de la instilii- llarse a costa de tantos trabajos v (le tantos esfuerzos,
ja donde piuiíie ^ y ^^ multiplica por sí misma,' y no ne- idon, ya con nn donativo mensual, ya encargándose de sahoreamnsva un consuelo de que" se ven privados aque-
cesita mas (jue corazones, la ijue solo obedece al senli- la niadnsa tarea de visitar á los pobres y socorrerles. En llos cuyo (;al)elJoauii no ha empezado á blanquear, pero
nnento del msUnUe es insuíicíente y escesiva también cada parroquia hay una junta de benelicencia com- cuya memoria no puede ir tan atrás qne le permita s a -
y ciega y rnal ilustrada , smde proihicir un daño con la puesUis de vecinos linnrados y presidida por el párroco; liera que alcnerse, cuando oyen lamentaciones absur-
intención de un benelicio; confunde la pobreza, inie es jd -20 pitr 100 de la recaudación se destina á las juntas das que entre ciertas gentes'logran hacer pasar como
una situación, con h mendicidad, que es un oficio. do distrito, qne se bailan al frente de las Casas de So- moneda corriente, los que se han dado á representar el
La candad legal, que emana de la administración corro; son cinco, tantas como distritos, á cada uno de papel de encomiadores de lo anlíguo y plañideros de las
publica, hace sin embargo prodigios; previene ó mode- las cuales corresponden reunidas tres ó cuatro p a r r o - reformas.
ra las catástrolcs y las miserias de las masas; aplica quias; estas tienen representación en la .lunta de dis- l'Os que niños todavía, casi alcanzamos In aponía de
grandes remedios a grandes males; es en cierto modo trito pormedio de sus presidentes vsecretarios, jiero la ia ronda de pan ij huevo y de la hermandad de! pecado
ima segunda providencia; coniíene las calamidades las presidencia de ella es de nn vocal de la junta municipal,
mortal, aprendimos también en nuestra infancia lo que
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entonces era regla general de conduela en loda España: en mi mente cuando recorría los diversos departamen- cuando en ciertas festividades, como el aniversario de
i]ue cuando viéramos caer en la calle á una persona tos de la quinta casa de socorro y me complacía en la proclamación de la independencia, iluminan este
míe no se levantara pronto , que cuando viniera rodaii- averiguar y conocer la organización de estos institutos palacio, la catedral con sus torres de doscientos pies de
flu á nuestros pies un herido, que cuando trojiexarainns ysentía la necesidad de pagar un tributo de admira- altura y las calles que desembocan en la plaza, entonces
con nnsemejante próximoá dar el riltinio aliento, vol- ción al interés, á l c e l o , á la constancia que el señor Méjico produce al estranjero, el mismo electo qne le
viéramos la cabeza al lado opuesto para quo el paciente conde de Belascoain , presidente de la junta de aquel ¡iroducina el aspecto de Paris, Berlín, Yiena ó la parte
no pndiora en ningún caso citarnos como testigos; apre- distrito, ha desplegado en la fundación, inslalacion y nueva de Ilamburgo.
Uíranios el paso para que no nos encontrara cerca la organización de la casa á que me refiero: nn estableci- De la plaza parten casi cu la misma dirección qne los
justicia y calliirainos el suceso á nuestra propia fami- miento semejante no se monta sin un entusiasmo cari- puntos cardinales, las calles pniK:i[iales de la ciudad las
lia para que una palabra indiscreta no diera con noso- tativo poco coiiiun; ni tampoco sin el concurso de oirás cuales son muy anchas y están formadas de casas altas
tros en la cárcel. personas piadosas y perseverantes, como dan cumplido di' tres pisos cuyos cuartos bajos contienen elegantes
¡Asi se fiileiidia e! amor al prójimo en aquellos tiem- teslímonio de serio, los vocales de las <matro parro- liendas: particularmente las calles qne van bacía el
[lus (pie tanto lilaíonahande religiosos! quias unidas, los visitadores, el depositario y depen- Oeste como son las del Refugio, l>la(eros y Tacuba,
Los fjue en sus primeros años puilieron grabar en la dientes y el secretario contador don Francisco^le Paula pueden competir respecto al lujo de sus tiendas, con
niemoria el aspecto do las calles de Madrid ; las qnime- Montejo , autor de nna escelente Memoria de las acias las de cualquier ciudad europea. Al estranjero que e s -
i'tis á navajadas e[i el ceniro de la corte y á mitad del (¡d (¡uinto (listrilo durante el año de ISfll , dignas por tá acostumbrado á los tejados elevados, las casas de ,\lé-
dia, terminadas por un (liluvio de sablazos de los sol- cierto de mayor publicidad de la que ha tenido. jico le ¡larecen las de una ciudad oriental, mucho mas
dados sobre liéroes y espectadores indistintamenle; los Tan gratamente impresionado salí yo de la casa de cuando en ellas se ove con frecuencia el lailrido ilc |u,s
torneos de las manólas que se dejaban mutuamente socorro \ con el propósito decidido" de e.scribir este perros. Como hay calles enteras cuyas casas son casi de
Calvas, proporcionando grato solaz un anclio corro de artículo, para decir á los que no .sean indiferentes á la la misma allura , y los tejados todos planos están sepa-
<'urÍosos complacidos en cierto género de exhibiciones; beneficencia: rados meramente por pequeñas balaustradas, los ladro-
las levas en masa y á culatazos para ir á apagar incen- nes se aprovecban de esto con frecuencia , y ¡lara evi-
Cuando deis vuestro pensamiento á discurrir sobre tarlo, se tienen grandes perros. La mayor paite de estas
dios, que duraban varios dias y basta semanas; la nube los males de los desgraciados, haced la visíla que yo
de mendigos que estorbaban el paso al transeúnte ; los azoteas carecen de subida ¡lor el iiilerinr de las c a -
bice y vuestra previsión no irá mas adelante (pie la qiie sas, de modo que hay que emplear escaleras de mano
biirracbos con ciue se li'opczaba en cada escjuina y que allí ha habido, y daréis una fiesta á los sentimientos
It^nian á Madrid por suyo, conservan fielmente i a r e - para .subir á ellas.
de vuestro corazón:
ll<;x¡on linal de los que vendían el colchón para ir á los La ciudad es rica de edídcios magníficos, jiarticular-
toros y después otra i:osa para volver á la taberna: Cuando os pidan algo para tales y cuales fundacio-
nes, que no conozcáis mas (pie por la santidad del li- mente iglesias y conventos; estos tienen ¡laredes eleva-
"¡ Hab ! decian, ahí está el santo hospital siempre que das V solo pequeñas ventanas; las iglesias c^n general
necesitamos de él." tillo, comparad, antes de darle, sn administración y
su sistema con las casas de socorros. reciben su luz ¡lor las cúiiulas. I.'no de los edificios mas
Esa era la moralidad de las masas y este uno de los Cuando vuestras esposas ó vuestras liijas dediquen á hermosos es la Minería ó escinda de minas en la calle
lesultadosdel sistema de benelícencia en aouellos tiem- los pobres la labor de sus manos, llevadlas á las aisas de Tacuba. La liníversidad causa lambien nna imiire-
pos , í|ne ahora nos piulan algunos llenos de virtudes y de socorros , dejad las refieran algunos de los infortu- sion agradable con su patio rodeado de galerías da co-
bienandanzas! nios (¡ue allí encuentran alivio, y que luego den á su lumnas. Allí se ludia también el MIIM-O en el que Iiav
Los que amenazados de arrastrar manteos, aun co- trabajo el destino que quieran. varios objetos inlercsanles, principalmciili; del líeiii|iii
nocimos los estudiantes sopistas, no olvidamos t a m - Cuando vayáis á ejercer nna caridad que no corres- de los aztecas como armas antiguas, la armadiira iW
poco las escenas de que oran teatro los álrios de los ponda á nna "desgracia evidente, cuando vuestra mano Hernán Cortés y otras varias cosas, ¡lero se halla muy
ronventos, á cuya puerta se aijolpaban lÜariamente >e dirija al bolsillo para dar una moneda al mendigo abaiiilonaiio. Entre los tn!S teatros ile la ciiiilad se dis-
'•incuenla ó sesenta mendigos, levantando las manos (pie os pide limosna, recordad que lo (¡ue dais á los tingue el Nacional por su lujo, v sus buenas condicio-
armadas de cucbaras y gritando á la vez at lego, que mendigos se lo dais de menos á los pobres, acordao^ nes acústicas; el escenario está bien dispuesto y es e s -
remangado el hábito y desnudo el brazo, emnuñaha de Ins Casas de Socorros, en cuyos cepillos no cae un pacioso. Hermosas decoraciones, una buena conijiañia y
Un gran (nn'baron dispuesto á entrcner con la sopa céntimo que no remedie una necesidad demostrada, una escelente orquesta hacen sumamente agradable las
''oí)n (.•! hambre de algunos infelices mezclados con mu- que no enjupne una lágrima amarga. representaciones que tienen lugar en él. En los enlre-
'•lios tunanles de los que peilían limosna como á Gil actoshay bailes en los que los mejicaiKis se conqilacen
Cuando oigáis que lo antiguo era superior á lo mo- tanto mas, cuanto que tienen ocasión de fumar el im-
"las; el ajin-ndiz de fraile los amenazaba con dejarlos derno, preguntad al que lo diga sí conoce las Casas
burlaiios, y losatraia, y los recbazaha, y disculiacon prescindible cigarro, lo cual eslá |)roliihiilo durante la
daSocorros^ y si conociéndolas puede citar algún viejo rejiresentacion de cualquier ¡lieza. En los jialcos se ven
ellos, y llamándoles hermanos, se entretenía con las inslítulodoniie con mas seguriilad haya proporción de
dispulas del qne murmuraba porque no le balda tocado hermosas mujeres llenas de niagniíicas joyas y con be-
alcanzar las bendiciones de los pobres y de cumplir la llísimos ojos.
'ñas que caldo, del que sacaba dos raciones por medio voluntad de Dios. Abridles el Evangelio , que no siem-
de dos cacharros, el de arriba sin fondo , del que ei'a pre lieneii á la mano los que echan de menos lo pasa- Hay dos plazas de toros qne son también muy con-
ciego por especulación, ó cojo de oficio, ó mudo de ilo . y recordarles, por si lo necesitan, estas sublimes currí¡las; la nna está al Sudoesle'al Ihial del arrabal de
profesión , ó pobre por avaricia, lodo esto mezclado máximas: San Pablo y la olra al Oeste no lejos del arrabal ile San
con quimeras y con amenazas y al;;o mas, lodo eslo Cosme. A poca distancia de esle último a! desembocar
salpicado con líurlas de la gazo/ia que daban en el con- (.Cuando haces limosna, no bagas tocar la trómpela
delante de ti, como los hipócritas hacen en las sinago- las calles (le Tacuba y de Plati-ros hay nn bonito jiaseo
vento rival y. con los cuentos y chismes de Madrid llamado la Alameda, (¡ue es una jilaza plantada de á r -
entero. gas y en las calles, para acr honrados de los bom-
bres.".. Ouc tii limosna sea en lo oculto y lu Padre (jue boles magnilicos y rodeada de ¡laredes de jioca allur;i.
Asi, llamándolos /íer)H(íno,v, daban los convenios á ve en lo oculto te premiará." Las calles que la corlan en ángulo recto, forman bellas
los pol)res, mezclada con una ración de bumillacion No es siquiera necesario asociarse para contribuir á arboledas y las encrucijadas son pequeñas plazas re-
y vergüenza que disipaba la santidad de la limosna , la la obra meritoria de las Casas de Socorro : los hom- dondas en cuyo centro bay liguias de piedra que echan
facion de los desperdicios de los frailes, en aquellos bres no averiguan qué manos lian depositado las mo- agua en estaiiípies: desgraciadamentií todo eslo se ha-
tiempos en que no se hablaba mas que de caridad cris- nedas que caen en el cepillo colocado a la puerta: mas lla muy abandonado. Este punto es frecuentado sola-
tiana! alto está el único que sabe el tesoro que cada cual c o - mente por la clase medía los domingos y días de Üesta;
loca en el cielo. la clase (devaiia no concurre allí nunca. La soidedad
Los que en otros posteriores liemos sido testigos de elegante de Mi'jico lia elegido oiro puiitn de recreo lla-
las diversas colisiones que lian ensangrentado las calles A. FEUNANDEZ DE I.OS RÍOS. mado el Paseo; en él se ¡lasean las damas por la tardi-
de la capital, hemos tenido ocasión harto frecuente de en coches cerrados, mientras que los caballeros con ele-
otras observaciones; cilaré una, como muestra. l;n gantes trajes de montar, corren á caballo al lado de los
regimiento de cahalleria dio, no importa en qué fecha, coclies. Después de baber paseado una hora vuelven á
Uiia carga en la Carrera de, San Gerónimo, cuajada de DESCRIPCIÓN DE MÉJICO. su casa. En Méjico hay do.s paseos de esta clase: el a n -
iaisanos: uno de ellos, menos ágil ú mas confiado qut- tiguo á donde van solo en marzo, abril y mayo, se ba-
ÍDs demás, buho de guarecerse en el dintel de nna de La capital de la república de Méjico produce una sen- ila al estremo .Sudeste, el otro, llamado plaza ile líuca-
sación cstraña y especial al viajero que la ví-sita por relli, eslá á la salida de la ciudad ¡inr la pai'le de Oesle.
las puertas del café de la antigua Iberia y fne alcan-
zado por los soldados: gravemente herido, anduvo primera vez. Sí so acerca á ella por el camino de Vera-
vacilamlo basta la esquina de las cuatro calles, y allí cruz, tiene (lue pasar por cerca de montes y valles c u - Las casitas y chuzas ipie liemos meiicionailo al prin-
cayó al pie del qne escribe eslas lineas, que le cogió biertos de árlioles verdes, entriuido luego en una ancha cipio, forman ios arrabales de Méjico; no se puede fijar
vacilante en sus brazos: reuniéronse algunas personas llanura rodeada de colínas y en cuyo centro, no lejos de bien los limites enti'e lariudad y los arrabales. Es'la>
con el deseo de auxiliar ó trasladar á aquel desgraciado un lago, hay una suiieríicie eslensa cubierta de casas chozas están habitadas pur la clase mas infeiáor de la
adonde encontrara auxilio: al caho ile uii cuarlo de blancas en forma de dados, sobre las cuales se elevan población y á VÍM'CS por las gentes mas rejuignantes.
- hora se consiguió ablandar con suplicas y dádivas á dos algunas torres. El camino i'Stá bordado de álamos y AuiHpie !a"('iudad cuente mas de 20U,0l)0 babiíantes
sauces; después se encuentran algunas chozas aisladas solo unos ()(),0(IO pertenecen á la clase mejor, pudiendo
mozos, que se avinieron ;! llevar al herido : al cabo de (|ue van apiñi'indose mas y mas basta que por último llamarse lo demás populacho. La clase ilustrada toma
I otro cuarto de hora de buscar el meilio de traslación, líirman una calle de casas, la mayor jiarte de un solo cada día mas v mas las costumbres de l'.uro|ia y ¡irinci-
" vinieron con una escalera, sobre la cual le colocaron, piso, las que son mejores á medida (¡ue se avanza, h a s - palmente l a s d e l a Francia y se ve con frecuencia un
sin mas mullido que una capa en dobleces: aquí entró ta alternar á veces con mi palacio de varios ¡lisos. El elefante vestiilo ala moda francesa pasar al lado (U: un
la vacilación sobre el sitio donde se le conduciría: el aspecto de las casas corresponde al esterior de la m u l - hombre del |)ucblo con sus anclios pantalones de cuero,
bospítal estaba lejos y la conuuiicacíon con él era difi- titud que se agita entre ellas; al i)ríiicipío una confu- lo cual forma un contraste singular,
Cíl; nadie sabía de ningún cirujano que viviese cerca: sión de gentes mal vestidas se cambia después en per-
una vozani'mima indico utia barbería que había en la En las calles se encuentran una multitud de sacer-
sonas decentes y adornadas. dotes con sus grandes sombreros de leja, frailes de di-
Plazuela de Santa Ana: dírigímonos á ella : el amo no
estaba en casa, solo liabia un mani'ebo sin práctica ni El punto central de la ciudad es la Plaza Mayor, sitio ferentes órdenes, oficiales con magnilicos unilormes
otro instrumento que la navaja lie afeitar: el herido es- grandioso rodeado de la cateilral por cd Norte , del p a - bordados de oro y soldados ('asi siempre llenos de hara-
taba agonizando, tendimosle en el suelo, le desnuda- lacio del gobierno, en el cual vive el presidente de la pos y descalzos que hacen nn contraste tiesagradable
mos ; tres o cuatro gotas de sangre en el vientre, mar- república al Este , y de elegantes casas ¡lartículares al con sus superiores. Vendedores de billetes de"'loleria,
caban tan solo la herida triangular de una lanza: todos Sur v al Oeste; estas casas tienen soportales con her- (le frutas y de confituras de loda clase (á las que no soU'i
I lamáliamos por auxilio , todos inquiríamos medios de mosas tiendas, cafés etc. Tanto aquí como en la calKj el bello sexo sino también los hombres son aficionados)
fiiconlrarle, varios salieron en bu.sca de un facultativo, que se estieiidc desde la catedral , y á la que se da el llenan el aire con sus gritos; largas recuas de muías
cuando al cabo de tiempo le trajeron, era va inútil: nombre de Las Cadenas, es el paseo favorito ile los me- muy cargadas qne forman casi ei único medio de tras-
el herido habia espirado. jicanos qne no tienen ocasión alguna para salirid cnin- porte del país supliendo á las diligencias y ferro-carri-
po. La catedral es un edificio grandioso de estilo dori^ les de las naciones civilizadas, atraviesan las calles.
Eslc y tantos otros casos análogos como podria citar
"^^ y conmigo lodos los que por su mala suerte bavan p r e - co, pero la iglesia ¡larroquial construida en ella, la per- La ciudad fue fundada poi' los aztecas en el lago de
eenciadü de cerca las luchas ocurridas en INIadrid, prue- judica quitándola el efecto que debiera F^'.'V^'I'; ';' Te7,cuco,y cuando su conquista sus calles se aseme-
ban el estado ile la beneficencia en la capital de España palacio del g(}bierno tiene una estension con^nleral)llí, jaban á las de Venecia, pero en el dia yace á bastante
pocos años Iiá. poro es de dos pisos solamente y sin adorno arquitec- distanciadel lago y solo los panlanosqut! la rodean y los
Todos e.sos recuerdos V muchos mas, se agolpaban tónico; sin embargo bace mny buen efecto en la plaza y fosos llenos de agua recuerdan su antiguo tiempo. Su-
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—¿Tpmlrá iisíod la bondad de dnciime lo que desea? —Es muy bella, pero Ilaíael la cree amar v yo un Aquel dia todo el mundo madrugó en Maíh'id jiara
—prf^uutó Allx'ilo. quiero caus'ar un pesar á mí amign... llalael lia niar- participarse atpiella noticia ijue á lodos parecía tan
—Descaria qiip no nos iiUeiTuiiipi(?ra nadie, porque cliado á Italia por dejarme el campo líliie, eomo i'l po- monstruosa; liasta hubo quien ihuló de la autenticiilad
loque vamos ;í l];djlar es muy yrave... pero desearía bre dice... ¡puliré Rafael!... no .-^ahe que yo lo saeríli- de la esquela que tenia en la mano.
(amliien qui^ su ainiizn de iislfil estuviera ¡iresetUe. caria totlo pin- verlo á ól frliz... —Es preciso ir,—decían unos,—para ver si descn-
—Mi atiiifio es iníposilile porque aealia de marelmr —Aliora la vamos á reliar de caballeros y todo se lo hrimos la causa de esta boda.
¡iliniT» MiisMio para llalia. va á llevar la trampa,—pensó el doctor. •—¡fjuién lo hubiera creído!—decían algunas;—
—Kriloiices pci'l'ecinriieiile... peiTeelisitiKimenle... —.\deniiís,—añadió Alberto,—la vecina no lia lija- ¡Olimpia casarse con un cualesquiera!...
puede usted decir que es el liouilire mas albrluiiado de do su atención. I'ei'o el resultado ei'a que la condesa se había casado
la tierra... —La vecina lo ama á usted con delii'io,—dijo el doc- y nadie lo liabia sabido hasta que la boda estuvo efec-
—I'nes JO creo que soy luilo lo eoiilrario, señor tor cerrando los ojos para lanzar aquella Lomba. tuada.
niio, poi'f|ue acabo wi separarme de un ainiyo á quien —¡Me ama!... 'fodas sns amigas y amigos fueron á visitarla, pero
lie ¡muido eiimu sa puede iitnar a! Iieíiiinin) mas q u e - —Sí, señor... y piieslo que su amigo de usted la todos y toilas llevaban el mismo objeto; averiguar por
rido... y... !u que es peor toilavía... se[>ai'arme des- ama como un nlip-lo arlistieo, no sé (|ué inconveniente qué se" habia casado y conocer al marido, el cual, e;i
pués de liaber habido erilre los dos una ¡^ran incomo- hay en qu(; usteil la ame como nuijer. honor de la verdad, "debemos decir que agradó á las
didad. —¡l'obre Halad!... no me perdonaría nunca... señoras.
—Va iiaián ustedes las paces, no liay que dudarlo... — ¡Bah! su amigo de usled se conoce que es todo lo —Sin embargo, por mas atención que se puso, y
Aiiura voy á ilíicil'lf" el olijelo (le mi visila , pero anlcs artista que puede ser un artista, y va verá usted cómo por mas lüplomacía {|ue se desplegó, nadie descubrió
perinitanie que le huan :ilí.'UMas prepuntas... n^w üd encuentra en Italia otro ídolo ipie le baga olvidar á su la menor cosa; eran unos recien casados sin nada de
íe parece á usled la veciriila de al Indo'í vecina. particular.
—¡ Av!... la vecinila tiene la culpa de nuestra inco- Alíjcrlo vacilaba, pero el doclor lanzó su secunda ^—^Vamos, condesa,—le dijo el doctor sonriéndose
modidad... bomba, ps decir, le ilijo que su vecina era eonde-^a v nialíciosanienlc;—¿no la incomodan á usted los n e r -
—i Cómo!... ¡ la vecina!... duenade una inmensa fortuna, v que solo esperaba ii vios?...
—Si señor... Rafael la amaha, e.s decir, la amnha lo que el le dijera í]ue la amaluí ])ara bacerlo dueño d." —¿Por qué me pregunta usted eso , doctor?
mismo que al ciiniiro lie las Meninas de >"elnH]ne7. v al tantos encantos. —í'orqne hace tiempo que no me con.sulta usled...
de la sagrada familia de Dnrhinn como un (jbjelo arti.s- —¿Ay , condesa!... ¿cuál de los dos tenía razón!
tico... A'dniiraba sus ojos, su nai'iz. su lioca, sus befas Y. Üos años estuvo la condesa de Campuazu! sin lener
fonoíis, pero nada mas... lia creído que \o la amana necesitlad tie los consejos del doctor, pero pasados esos
lanibícn porque la lie dírif;íilo atiiunas palalu'as fia- Ahora el que quiera asistir á la hoila de la señora dos años los nervios de Olimpia volvieron á hacer de
lanles, y... , " cu[id(!sa de Lanijioazul con el señor don AlLierlo Alva- las suvas.
—¿Le lia dicbo usted que la amaba V—preguntó el ro/, 'lue se^visla de etiqueta v venga coinnígo. Nadie se atreverá á (h-cir que la luna de miel de la
doctor interrumpiéndole. Iiia mañana todo .Mmirid, es decir, amigo lector, condesa de Cainpoazul fue corta.
No señor; solo lian sido simples yaianlerías. el ¡Madrid que se levanta á las doce ó la una, va á la
—¿I'ero usted la a m a ? . . . iMieiitií tiaslellana di> tres á cuatro, y por la noche JÓSE MAIUA CLLNCA.
Alberto miré algunos ínstaide-s en silencio al doctor ocupa liis plateas del Teatro Ueal y p'uebla los salo-
[idnurado de que li> hiciera lautas prefiuntas... nes mas arislocrálieos, recibió una elegante esquela
—No se... caballero,—dijo,—¿con qué objeto me precio^anienlc lilograliada que sobre poco mas ó m e -
nos decía lo siguiente: DIRECTOR, II. J. GASP.VU.
hace usted lanías preRuntas... y me parece...
_ N o lo estrane usted, amigo mio... va me dará us- „1?1 señor don Alberto Alverez participa á usted su
efectuado enlace con la señora condesa de Campo- Ki'iTon Itcbí'o.ssAiiLE n. JnsE Rnir,.—I«i>. TE G-ÍSPÍH T línifi,
ted las gracias... .Dígame usted con franqueza... ¿ama EDITORES. MADHIO : TniHCIPE , 4.
usted á su vecina?... azul, etc., ele."