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El esteticismo es un movimiento artístico inglés de finales del siglo XIX, basado

en la doctrina de que el arte existe para beneficio de la exaltación de la belleza,


la que debe ser elevada y priorizada por encima de la moral y de las temáticas
sociales, o sea incluso por encima de una profunda reflexión sobre lo que obstruye
la felicidad y el buen desarrollo del ser humano en la sociedad. Este movimiento1
representa tendencias similares a las que pregonaron en Francia el simbolismo y en
particular el decadentismo, por lo que el mismo bien podría ser considerado como la
rama inglesa de esos movimientos.

Se originó como oposición a las filosofías utilitaristas imperantes,23 y como


reacción a la fealdad y el materialismo aparentes de la naciente época industrial.
Sus fundamentos filosóficos fueron asentados por Immanuel Kant, quien propuso que
las normas estéticas podían ser separadas de la moralidad, la utilidad, o el
placer.45

El esteticismo en ningún caso es sinónimo ni de belleza ni de estética.6

Una ilustración de la revista Punch sobre el esteticismo

Índice
1 Inicio y desarrollo del movimiento
2 Esteticismo, simbolismo, decadentismo, dandismo
3 Véase también
4 Notas y referencias
5 Enlaces externos
Inicio y desarrollo del movimiento
Al fin del siglo XIX, una nueva sensibilidad se desarrolló en reacción al
naturalismo. Este nuevo movimiento fundamentalmente se interesaba en describir la
realidad hasta en su trivialidad.7

En cuanto a los estetas o esteticistas, preferían dedicarse a la búsqueda y a la


investigación del refinamiento, de la belleza, y del arte. Adhirieron fuertemente a
la religión de lo bello, y lo encontraron en las formas inexploradas de lo «vulgar»
y de lo «simple»: el arte primitivo (prerrafaelismo) o arte ingenuo, por ejemplo,
muebles y vestimentas antiguas se reinsertaron en las artes decorativas de William
Morris,8 y se volvieron a utilizar formas de lenguaje esotéricas, etc. Recordemos
por ejemplo «Todo arte es completamente inútil»9 (del prefacio de la obra El
retrato de Dorian Gray).10

Entre los escritos literarios que exploran casi en el mismo momento las
posibilidades de esta filosofía están:

A contrapelo (1884) de Joris-Karl Huysmans.11


El retrato de Dorian Gray (1890) de Oscar Wilde.1213
Hedda Gabler (1891) de Henrik Ibsen.14
La acogida fue entusiasta a las tres obras en el seno de los pequeños círculos,
coterías, y revistas literarias.

Desde hacía bastante tiempo, Théophile Gautier y el movimiento el arte por el arte
había preparado la vía para este cambio (prefacio de la obra Mademoiselle de
Maupin, 1835),15 y será el núcleo a partir del cual se desarrollará el llamado Art
nouveau.16

El esteticismo, el decadentismo, léase el simbolismo, son las salidas que se buscan


para escapar de un mismo malestar : "el fin del siglo XIX" se bifurca entre, por
una parte, la fe en la ciencia y la modernidad, y por otra parte, el pesimismo
frente a los valores contestados por causa del materialismo. Y el culto por la
belleza en sí misma, así a muchos ha parecido una salida. Hay cierto interés en
evadir o prescindir de la realidad cotidiana, desacreditando y contestando la moral
y las costumbres burguesas.

Asimismo se notará contrariamente a los aspectos corrientemente destacados en las


definiciones de esteticismo o estetismo, que esa corriente implica una profunda
reflexión filosófica, que no es para nada superficial. Para los verdaderos estetas
(o esteticistas), ser superficial y simplista es casi como ser criminal, ya que no
sólo conviene lograr belleza exteriormente, sino que también y simultáneamente se
debe ir en búsqueda del equilibrio y la belleza interior. La «belleza» debe ser
completa, imponiéndose como un «estilo de vida» y como un «precepto a aplicar».

Los escritores británicos decadentes fueron grandemente influenciados por Walter


Pater y sus escritos, así como por la novela Mario el epicúreo, en la que se
estableció que la vida debe ser vivida intensamente, primordialmente siguiendo como
ideal a la belleza. Estos enfoques junto a las investigaciones sobre el
Renacimiento, se convirtieron en la biblia de los jóvenes entusiastas del arte en
aquellos años. James McNeill Whistler, Oscar Wilde, y Stéphane Mallarmé, avivaron
el patrón de refinamiento de la corriente, con delicada sensibilidad quizás, hasta
su punto más alto.

En 1891 Walter Pater publicó una serie de ensayos (Apreciaciones) que dieron pie a
que se le considerase uno de los máximos representantes del esteticismo, cuyos
aspectos más deslumbrantes y exquisitos se pusieron de manifiesto tanto en su obra
como en su vida. Su extenso poema Ravenna ganó el prestigioso premio Newdigate en
1878, y convirtió el estilo bohemio de la juventud inglesa en una filosofía de
vida, el cual fue enunciado seriamente por Oscar Wilde, quien también es uno de los
más representativos en el esteticismo.

El movimiento llegó a su fin con el juicio contra Oscar Wilde ocurrido en 1895.

Esteticismo, simbolismo, decadentismo, dandismo


Mucho se han analizado y discutido estos movimientos, en el sentido de llegar a
establecer si hay algún tipo de contraposición entre algunos de ellos, y
naturalmente, entre los especialistas las posiciones están divididas. En esta
sección por tanto, no se espere que se llegue a ningún resultado definitivo.1718

Sin duda el esteticismo fundamentalmente aboga por «el arte por el arte mismo»,1920
mientras el decadentismo es «la antítesis del movimiento poético de los parnasianos
y de su doctrina (inspirada en el ideal clásico del "arte por el arte")».2122

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