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Sharon Olds (EE.

UU, 1942) 
Vuelvo a mayo de 1937  
  
Los veo parados frente a los portones formales de sus colegios secundarios, 
veo a mi padre salir caminando 
por debajo del arco de piedra ocre, los 
destellos de los azulejos rojos como curvos 
platos de sangre detrás de su cabeza, veo 
a mi madre con unos pocos libros livianos contra su cadera 
parada contra un pilar hecho de pequeños ladrillos con el 
portón de hierro forjado todavía abierto detrás de ella, las 
puntas de lanza negras en el aire de mayo, 
están por graduarse, están por casarse, 
son chicos, son tontos, todo lo que saben es que son 
inocentes, no lastimarían a nadie. 
Yo quiero acercarme a ellos y decirles Alto, 
no lo hagan - ella es la mujer equivocada, 
él es el hombre equivocado, van a hacer cosas 
que no pueden imaginarse que harían, 
van a hacerles cosas malas a los niños, 
van a sufrir de maneras de las que nunca oyeron hablar, 
van a querer morirse. Quiero acercarme 
a ellos ahí en el sol de esa tarde de mayo y decirlo, 
la cara ávida y preciosa de ella girándose hacia mí, 
su lastimoso cuerpo virgen, 
la cara arrogante atractiva ciega de él girándose hacia mí, 
su lastimoso cuerpo virgen, 
pero no lo hago. Quiero vivir. Yo 
los levanto como a muñecos de papel 
hombre y mujer y los choco uno contra otro 
por las caderas como a trozos de pedernal para 
que saquen chispas, digo 
Hagan lo que van a hacer, y yo voy a contarlo. 
  
  
  
 

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