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Tema 8.-Personalidad.
1. Teorías de la personalidad.
1. Determinismo psíquico.
Los freudianos creen en el determinismo psíquico, es decir, en la suposición de que todos los
sucesos psicológicos tienen una causa. De este modo, no somos libres de elegir nuestras
acciones porque estamos a merced de fuerzas poderosas de las que no somos conscientes. Por
tanto, los sueños, los síntomas neuróticos y los “lapsus freudianos” son reflejos de conflictos
psicológicos profundos que emergen a la superficie.
2. Significado simbólico.
3. Motivación inconsciente.
Muy pocas veces entendemos por qué hacemos lo que hacemos, aunque a posteriori nos
inventemos explicaciones de las acciones con facilidad.
Para Freud, el inconsciente tiene una importancia muchísimo mayor como determinante de la
personalidad que el consciente.
La psique humana está formada por tres agentes o componentes: el id o ello, el ego o yo y el
superego. La interacción de estos tres componentes es lo que origina la personalidad y las
diferencias de fuerza entre ellos ayudan a explicar las diferencias individuales.
Por otra parte, el ego, es el gestor de la personalidad. Su tarea principal es la interacción con el
mundo real y la búsqueda de maneras de resolver las demandas conflictivas de los otros dos
componentes psíquicos. Este compite, además, para posponer la gratificación hasta que pueda
encontrar una salida adecuada o socialmente aceptable para los impulsos. En casos, tendrá
que utilizar mecanismos de defensa para minimizar la ansiedad frente a las amenazas del
mundo exterior, como pueden ser la represión (olvido de los recuerdos amenazantes), la
negación (el olvido motivado de experiencias externas angustiantes), o la regresión (acto de
volver psicológicamente a una edad anterior), entre otros. Por último, el superego es el
sentido de la moralidad, es decir, contiene el sentido del bien y del mal que se interiorizó a
partir de las interacciones con la sociedad.
Introducción a la Psicología.
De esta manera, dentro de nosotros tiene lugar una lucha constante para mantener el
equilibrio entre los tres componentes psíquicos. Mayoritariamente, estos tres componentes
interactúan en armonía.
A diferencia de los freudianos, los conductistas radicales rechazan el concepto de que los
primeros años de vida sean especialmente importantes para el desarrollo de la personalidad,
el aprendizaje, según estos, continúa y da forma a la personalidad a lo largo de toda la vida.
deterministas rigurosos, por tanto, creen que todas las acciones son producto de influencias
causales preexistentes. Para estos, el libre albedrío es una ilusión.
ejemplo, no se tiene consciencia de muchas cosas porque se suelen ignorar las influencias
inmediatas sobre la propia conducta. Además, las influencias conscientes que intervienen en la
provocación de la conducta son externas, de modo que no estarán dentro de la mente.
posicionó a la psicología en un plano científico más firme y menos especulativo que Freud, a
pesar de eso, recibió numerosas críticas por excluir el papel causal del pensamiento.
Las influencias de esta teoría provienen de Tolman y otros investigadores que pensaban que el
aprendizaje se basaba en los propios planes y objetivos.
Los teóricos del aprendizaje social propusieron que gran parte del aprendizaje se produce
observando a los demás. Esto, amplía en gran medida la gama de estímulos de los que
podemos beneficiarnos y también significa que padres, madres, y profesores juegan un papel
significativo en la formación de la personalidad, ya que, al observar se adquieren tanto buenos,
como malos hábitos, que más tarde serán imitados.
Introducción a la Psicología.
Estos teóricos también hicieron hincapié en la sensación de control de las personas sobre los
sucesos vitales. Por ejemplo, el concepto del locus de control se empleaba para describir hasta
qué punto las personas creían que los refuerzos y los castigos están bajo o fuera de su control.
De esta manera, las personas con un locus de control interno creen que los sucesos vitales se
deben en gran parte a sus propios esfuerzos y a sus características personales. En cambio, las
personas con un locus de control externo creen que los sucesos vitales son en gran medida
producto de la suerte y el destino.
Otros autores, plantearon que las personas con locus interno tienen menos tendencia que
quienes tienen locus de control externo a padecer trastornos emocionales ante factores
estresantes vitales, porque creen que pueden solucionar los problemas por sí solas. Pero esto
no está claro.
En las décadas de 1950 a 1960, emergieron los modelos humanistas como una tercera fuerza
en la psicología de la personalidad. Los psicólogos humanistas, por su parte, rechazaron el
determinismo de los psicoanalistas y conductistas y aceptaron la noción del libre albedrío, de
este modo, somos totalmente libres de elegir caminos socialmente constructivos o
destructivos en esta vida.
2. Modelos de rasgos.
En cuanto a los principales retos de los modelos de rasgos, primeramente, debemos evitar el
razonamiento circular, para ello, hay que demostrar que los rasgos de personalidad predicen
conductas en situaciones nuevas o que están correlacionados con pruebas biológicas o de
laboratorio. Y, en este punto, debemos de reducir la cantidad de rasgos posibles a 3 o 5 rasgos
fundamentales, para ello, los teóricos emplean el análisis factorial, que calcula las
correlaciones entre respuestas a pruebas de personalidad y otras medidas e identifica los
factores fundamentales que explican estas correlaciones.
En 1968, con la obra Personality and Assessment, Walter Mischel cuestionó el concepto de
personalidad y sumió la investigación sobre rasgos de personalidad en acaloradas
controversias durante más de una década.
A pesar de que no existe un consenso absoluto entre los teóricos de los rasgos en relación con
el número ideal de factores que explican exhaustivamente la estructura de la personalidad,
hay un modelo que ha recibido bastante respaldo empírico, este es el modelo de los cinco
Introducción a la Psicología.
grandes, que consiste en cinco dimensiones que surgen reiteradamente en el análisis factorial
de pruebas de personalidad.
Estos cinco grandes surgieron de los análisis factoriales de los términos empleados en
diccionarios y trabajos literarios para describir la personalidad. Son, por tanto: la apertura a la
experiencia, ya que, las personas abiertas suelen ser intelectualmente curiosas y poco
convencionales; la responsabilidad, siendo personas responsables aquellas cuidadosas; la
extraversión, aquellas personas sociables y alegres; la amabilidad, siendo simpáticas y fáciles
de tratar, y el neuroticismo, aquellas personas tensas que tienen cambios en el estado de
ánimo.
Estos factores, por tanto, permiten describir a todas las personas, incluyendo a las que tienen
trastornos psicológicos. Los rasgos, a su vez, se presentarán en mayor o menor medida. Estos,
cabe decir que predicen muchas conductas interesantes del mundo real.
3. Evaluación de la personalidad.
constan habitualmente de una serie de preguntas que hay que responder señalando una de
entre las posibles respuestas alternativas que se presentan, que suelen ser de verdadero o
falso, o varias alternativas en una escala tipo Likert.
La prueba revisada, MMPI-2, consiste en 567 elementos con dos alternativas de respuesta
verdadero o falso. Ambos consisten en diez escalas básicas, la mayoría de las cuales valoran
trastornos como la paranoia, la depresión y la esquizofrenia. Todas ellas están desarrolladas
mediante un método empírico de elaboración de pruebas.
racional de elaboración de pruebas. Este enfoque exige a los diseñadores partir de una
conceptualización teórica de un rasgo y después, elaborar un listado de elementos de la
conceptualización que hay que evaluar.
sus escalas tienen una elevada correlación con las puntuaciones de rasgos de cuestionarios
similares.
dibujos de situaciones sociales o frases incompletas, que los examinados deben interpretar o a
las que deben dar sentido.
Estas técnicas se basan sobre la premisa de la hipótesis proyectiva, es decir, esta hipótesis
supone que, en el proceso de interpretación de estímulos ambiguos, las personas proyectan
inevitablemente aspectos de su personalidad sobre el estímulo. Los que interpretan estas
respuestas de las personas trabajan de modo inverso, para así encontrar claves relacionadas
con sus rasgos de personalidad, además, estas conceden cierta libertad en las respuestas a
quienes responden.