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El desapego duele, duele mucho, duele porque hay que soltar lo que amas, dejarlo ir o eso
creemos, ese dolor es mental; no es dolor, es sufrimiento, lo que nos hace sufrir es el miedo
alimentado por el ego, por la creencia arraigada de la posible pérdida, de una posesión que no
existe, que no es real. Ya que no podemos poseer a alguien que no es nuestro, que nunca lo fue y
que nunca lo será.
No nos pertenecen nuestros padres, ni nuestros amigos, ni nuestra pareja, ni siquiera nos
pertenecen nuestros hijos, son seres libres e independientes, con su propio camino por recorrer, al
igual que nosotros, por eso no hay que subyugar la felicidad de unos hacía los otros.
Si no eres feliz tú sólo, no lo serás con nadie.
"TODO ES PERFECTO."
Y sí, puede que eso "nos duela mucho", porque hasta ahora sólo nos enseñaron que éramos
alguien sí teníamos posesiones de todo tipo, se olvidaron de decirnos que cuanto más poseemos,
más esclavos
nos volvemos.
Como dijo Frida Kahlo: "De nada sirve que la imaginación tenga alas, si el corazón es una jaula".
Por eso creo con firmeza que la independencia afectiva, es el mayor regalo que puedes hacerte a ti
y a tus seres amados, y cuando lo logras, entonces y sólo entonces puedes gritar al Universo que
por fin has alcanzado la verdadera y plena libertad.
"Una vez que empiezas a avanzar hacía el desapego ya no existe camino de retorno."
El Desapego es desprenderme de las cosas con facilidad, sabiendo que nada sale de mí vida si no
es sustituido por algo mejor, y eso genera abundancia.