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La movilización tumba el Acuerdo de Iceta, CCOO, CSI-F y UGT sobre reducción de la

temporalidad

El pasado 5 de julio el ex-Ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, CCOO, CSI-
F y UGT firmaban un acuerdo sobre el Plan de Choque para reducir la temporalidad en las
administraciones públicas. Un acuerdo ampliamente criticado y contestado por las organizaciones
sindicales y los colectivos de personal temporal e interino a los que el tiempo ha dado la razón.
La secuela de este Acuerdo ha sido el Real Decreto Ley 14/2021 sobre medidas urgentes para la
reducción de la temporalidad, aprobado por el Consejo de Ministros el día 6 de julio. Un RDL que
hoy tenía que pasar el trámite parlamentario para su ratificación y lo que había sido la crónica de
una muerte anunciada, se ha hecho realidad. El RDL ha sido ratificado por tan sólo un voto de
diferencia; después de que la actual Ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero,
diera un paso atrás anunciando que el RDL se tramitaría como proyecto de ley para facilitar la
incorporación de enmiendas y cambios en el texto.
En este sentido, en palabras de la propia Ministra, además de tramitarse como proyecto de ley y
no por vía de urgencia, en el mismo se introducirán diferentes cambios: las pruebas del concurso
oposición podrán ser no eliminatorias según determinen las comunidades autónomas y las
entidades locales. Por otra parte, para el personal interino que llevan 10 o más años en un mismo
lugar de la administración para el que no se haya convocado concurso-oposición, no será
obligatorio presentarse a la fase de oposición, al desarrollarse el artículo 61.6 del Estatuto Básico
del Empleado Público, que establece la posibilidad del acceso a la función pública a través de un
concurso de méritos, en casos de excepcionalidad.
A pesar de ser avances muy modestos y que no solucionan el problema de la inmensa mayoría de
las personas afectadas, estas modificaciones demuestran que lo que acordaron Iceta y las
organizaciones que dicen representar a las empleadas y empleados públicos ha quedado
evidencia. Era y es impresentable que Gobierno y algunos sindicatos fundamentaron las medidas
de reducción de la temporalidad y de prevención de su abuso en una serie de propuestas que,
precisamente, sancionaban a las personas víctimas del abuso con el despido si no superaban un
concurso oposición ordinario o, en el caso de futuros nombramientos temporales, con el despido
automático transcurridos tres años del nombramiento. Mientras que las administraciones
transgresoras de las normas y la jurisprudencia europea quedaban inmunes e indemnes ante sus
propias ilegalidades.
Además, el Acuerdo y el RDL mantenían la vigencia de las tasas de reposición establecidas en las
Leyes de Presupuestos del Estado e impedían la cobertura inmediata de las plazas vacantes que
pudieran quedar vacías como consecuencia de los despidos del personal interino. Dos medidas
que entorpecen la capacidad de las administraciones autonómicas y locales para gestionar
adecuadamente su política de recursos humanos y, incluso, la prestación de unos servicios
públicos de calidad.
Unas críticas que hoy se han oído, también, en el Pleno del Congreso en el sentido de que el RDL
no soluciona el problema de la temporalidad al sustituir un personal temporal por otro, no aborda
las verdaderas causas que han dado paso a la escandalosa temporalidad actual, no sanciona a las
administraciones incumplidoras, no protege a las personas víctimas del abuso y compromete la
continuidad de unos servicios públicos de calidad.
No hay duda de que esta posición de la inmensa mayoría de los partidos políticos con
representación parlamentaria, ha sido en respuesta a las movilizaciones de los colectivos de
personal temporal e interino que vienen manteniendo los últimos años y, con más fuerza si es
necesario desde de la publicación de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de
20 de marzo de 2020. Un ejemplo de lo que decimos han sido las numerosas concentraciones
realizadas hoy ante las Delegaciones del Gobierno en Alicante, Castellón y Valencia.
Sin embargo, aunque puedan ser considerados los hechos de hoy, como un éxito de la
movilización de las trabajadoras y trabajadores temporales e interinos de las administraciones
públicas, en la que también han participado activamente organizaciones sindicales como
Intersindical, la situación sigue estando sin resolver. La solución tiene que pasar necesariamente
por la estabilidad de los empleados públicos temporales en situación de interinidad, por lo que es
imprescindible que se establezca una legislación que realmente contemple la consolidación de
personal en abuso de temporalidad, de acuerdo con lo establecido el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea en su sentencia de 19 de marzo de 2020.
Los cambios anunciados por el actual responsable de Función Pública, Mª Jesús Montero implican
el desarrollo como proyecto de ley de la propuesta ministerial, durante los meses de septiembre y
octubre, lo que facilitará la negociación con los diferentes grupos parlamentarios el contenido final
de la ley, pero también con la verdadera representación sindical del personal interino y del
movimiento autoorganizado; porque si algo se ha hecho patente en este conflicto, es la
deslegitimación de los sindicatos de la Mesa General de Negociación de las Administraciones
Públicas (CCOO, CSI-F y UGT) como interlocutores y representantes válidos del personal público
temporal e interino.
Es por todas estas razones, porque el problema de la temporalidad y del personal en abuso no
está resuelto y porque se abre una nueva oportunidad de introducir modificaciones en el texto
legal más favorables al personal afectado, es por las que desde Intersindical instamos a este
personal y al sindicalismo alternativo a seguir con las movilizaciones en los meses de septiembre y
octubre. Hay que seguir con la lucha porque nada está cerrado y todo está por conseguir.

21 de julio de 2021

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