Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Ignoro qué queda del manual original, que extravié hace tiempo, pero en general se corresponde
con los aspectos prácticos de estos ejercicios. De cualquier forma, hoy en día hay más de 53,000
sitios de internet en los que se puede consultar “Effective presentation”, en muchos de los cuales se
encuentran recomendaciones prácticas como las de El discurso eficaz.
CONTENIDO
I.Presentación 13
1. Los beneficios 13
2. El trabajo 14
3. Advertencias 15
4. Siguiente paso: leer y escribir 17
1. Los beneficios
Quienes han hecho estas cinco breves prácticas afirman que han obtenido,
entre otros, los siguientes beneficios inmediatos:
Han aprendido a expresarse con más facilidad, claridad y seguridad
en sí mismos.
Esto les ha sido muy útil en el trabajo, en las actividades cívicas o políticas,
en la vida familiar y social, en la escuela; porque muchos de los problemas
en todos esos ámbitos son causados o agravados por nuestra incapacidad
para comunicarnos con claridad.
Han conseguido una conciencia más clara del avance que han logrado
en su desarrollo intelectual …
…y una idea más precisa de lo que saben y de lo que ignoran, de lo
que necesitan averiguar (investigar, estudiar) y aprender.
13
Manuel Pérez Rocha
2. El trabajo
14
El discurso eficaz
3. Advertencias
15
Manuel Pérez Rocha
…de que todos estén dispuestos a hacer el mayor esfuerzo posible por
realizar un buen trabajo de preparación de los discursos, por hacer con
generosidad, prudencia y cortesía comentarios útiles a los trabajos de los
demás…
…y a aceptar con sencillez y madurez las observaciones que los
compañeros hagan a sus trabajos.
b) En este cuaderno se encuentran los apoyos necesarios para que las
prácticas sean un éxito; pero es necesario subrayar que se trata de apoyos y
sugerencias que deben ser usados en la medida en que de verdad ayuden.
Se propone que todos los que van a participar en las prácticas lean con
cuidado este cuaderno, que anoten sus dudas, las ideas con las que no
estén de acuerdo y las sugerencias que tengan para un mejor desarrollo del
trabajo.
Este cuaderno, como cualquier otro escrito que cae en nuestras manos,
debe ser visto como material de trabajo.
16
El discurso eficaz
17
NOTAS
18
II. INSTRUCTIVO PARA ORGANIZAR
Y REALIZAR LAS PRÁCTICAS
19
Manuel Pérez Rocha
2. Recomendaciones
20
El discurso eficaz
21
NOTAS
22
III. BASES Y OBJETIVOS DE LAS PRÁCTICAS DE
EXPRESIÓN ORAL
2. Lenguaje y pensamiento
23
Manuel Pérez Rocha
24
o leemos; además, desarrollamos el hábito de reflexionar sobre lo que los
demás dicen.
25
Manuel Pérez Rocha
26
El discurso eficaz
Para que las palabras sean una herramienta útil, un instrumento eficaz
de comunicación y pensamiento, deben ser usadas con orden, precisión
y oportunidad. Para enriquecer nuestro pensamiento y mejorar nuestra
capacidad de comunicación no basta con conocer muchas palabras y sus
significados, es necesario que sepamos seleccionarlas, darles forma y or
ganizarlas; ésta es la tarea de la gramática.
La gramática la asimilamos, en gran parte, en nuestra primera infancia al
aprender a hablar, y la usamos, aunque con errores y limitaciones, siempre
que hablamos o escuchamos, y por supuesto también cuando escribimos
o leemos. Pero esos errores y limitaciones tienen consecuencias más o
menos graves: confusiones que conducen a conflictos, incapacidad de
comprender lo que oímos o leemos, incapacidad de percibir las trampas
de quienes quieren engañarnos o manipularnos, etcétera.
La manera de usar una palabra puede cambiar por completo su sig
nificado, según la forma que le demos a la palabra misma, o por el lugar
en que la ponemos; también por el tono de nuestra voz, por los gestos con
que la acompañamos, por el sitio y ocasión en que la usamos.
Conviene revisar y tener presentes las reglas básicas de la gramática, pero
la mejor forma de apropiárnoslas consiste en practicar sistemáticamente la
escritura como un medio de expresión y comunicación de nuestras ideas.
27
Manuel Pérez Rocha
7. Expresión verbal:
guía para el estudio y la investigación
28
IV. EL DISCURSO EFICAZ
1. El discurso
La palabra discurso está muy desprestigiada; los malos políticos y los oradores
pedantes han hecho que sea palabra que sugiera fastidio y aburrimiento. Sin
embargo, todos la usamos con mucha frecuencia, aunque modificada (por
ejemplo, cuando decimos que alguien discurrió hacer tal o cual cosa para
resolver un problema); y lo que es aún más importante: todos hacemos
discursos con mucha frecuencia, aunque no nos demos cuenta de ello
(entre otras cosas porque no asociamos al acto de discurrir con la palabra
discurso).
Discurrir es, como otras muchas palabras de nuestra lengua, una pa
labra inventada por los antiguos romanos; con la palabra “discurrere”
ellos querían decir caminar o correr por diversas partes. Hoy, discurrir es
avanzar, caminar en el pensamiento; de un pensamiento pasar a otro que
se apoye en el primero.
Por lo tanto, un discurso es una serie de pensamientos ligados en
tre sí, una serie de pensamientos que se apoyan unos a otros.
Hay muchas maneras de clasificar los discursos; una muy común
dice que por su forma hay tres clases de discurso: descripción, narración
y argumentación. Sin embargo, esta clasificación es origen de confusiones
pues, como veremos, la argumentación no es meramente una forma que
puede presentar un discurso, sino una de las tres funciones que desempeña
todo discurso; y la descripción y la narración son las formas que puede
adoptar otra de esas tres funciones: la información.
Según las teorías más avanzadas todo discurso desempeña tres fun
ciones: información, expresión y argumentación.
La información es la transmisión de datos (cantidades, fechas, nombres,
etcétera), ideas, imágenes; la expresión es lo que con el discurso dice de sí
29
Manuel Pérez Rocha
a) Eficacia
b) El talento es el trabajo
30
El discurso eficaz
a) Interés
31
Manuel Pérez Rocha
b) Conocimientos
Si el asunto que hemos escogido como tema nos interesa, es probable que
sepamos algo de él y que hayamos reflexionado alguna vez acerca de él;
no obstante, tenemos que asegurarnos de que nuestro conocimiento se co-
rresponde con la preparación de nuestro auditorio.
Rara vez (por no decir nunca) sabremos todo acerca de un tema. Es
pues muy importante que seamos conscientes de lo que sabemos y de lo
que ignoramos; nuestro tiempo dedicado a hablar, y el de nuestros oyen-
tes a escucharnos, se justificarán si proporcionamos nuevos conocimientos
sobre el tema o si hacernos una interpretación o explicación nueva acerca
de los conocimientos que compartimos.
Además de conocer el tema específico que vamos a tratar, se requiere
también conocer los temas relacionados directa o indirectamente con
aquél; esto nos permitirá tener una idea más objetiva y clara del asunto que
tratamos, de su importancia, de sus posibles relaciones con los intereses de
nuestros oyentes.
Debemos tener siempre presente que los problemas sociales están muy
relacionados entre sí y que para entenderlos, y para entender sus causas,
es indispensable verlos desde todos los ángulos posibles (económico, so-
cial, político, filosófico, psicológico, etcétera). Ninguna visión parcial o
especializada nos permitirá conocer el fondo de los fenómenos sociales, la
realidad del mundo es unitaria y sólo el esfuerzo de captar esa unidad nos
llevará a entenderlos realmente.
De la misma manera, es siempre necesario analizar la forma como
cambian las cosas, las situaciones, las personas, las instituciones, etcétera,
esto es, el análisis serio de cualquier tema implica siempre estudiar la historia
de los elementos materiales, humanos, sociales que en él intervienen (véase
pasado, presente y futuro en la p. 65).
c) Preparación
32
El discurso eficaz
a) Claridad
33
Manuel Pérez Rocha
b) Sencillez
c) Variedad
34
V. PREPARACIÓN DE UN
DISCURSO EFICAZ
• Revisión y desarrollo.
35
Manuel Pérez Rocha
El tema es aquello de lo que vamos a hablar, una cosa, una institución, una
persona, una idea, un proceso, etcétera. Veamos unos ejemplos:
36
El discurso eficaz
37
Manuel Pérez Rocha
38
El discurso eficaz
39
Manuel Pérez Rocha
40
El discurso eficaz
Revisión y desarrollo
Aproximaciones sucesivas
41
Manuel Pérez Rocha
42
VI. SIETE PELDAÑOS MÁS
“Hay personas que no encuentran las verdades que vale la pena escribir” (o
decir). Estas personas, dice Bertolt Brecht, revolucionario escritor alemán
que luchó con valentía contra el nazismo, se parecen a aquellos poetas
que nos dicen que la lluvia cae de arriba hacia abajo y que las sillas tienen
superficies para sentarse. Esto es, dicen la verdad, pero dicen verdades sin
importancia.
Descubrir las verdades fundamentales, esenciales, las que vale la pena
decir o escribir, es una de las “Cinco dificultades que surgen al escribir la
verdad”. Estas ideas están contenidas en un escrito, publicado por Brecht
en 1935, pero que son de gran actualidad.
Por supuesto que en ese escrito Brecht no rechaza el valor de la poesía ni
el de la belleza, no podría hacerlo quien fuera un poeta y notable creador.
En ese escrito, Brecht habla en favor de la autenticidad y la honestidad
intelectual, habla en contra de la hipocresía, en favor de la verdadera sa
biduría y en contra de la arrogancia y de la frecuente complicidad del co
nocimiento académico con los intereses de los poderosos.
En estas páginas revisaremos y comentaremos brevemente esas ideas,
que nos pueden ayudar no sólo a desarrollar una expresión oral más eficaz,
sino también a escoger como tema de nuestros discursos verdades que vale
la pena decir.
Esto resulta de gran importancia en estos tiempos en los que, como
hemos dicho, la expansión de los medios de difusión hace que las verdades
importantes queden enterradas no sólo bajo el peso de las mentiras, sino
también bajo el de miles de verdades sin importancia que llenan las páginas
43
Manuel Pérez Rocha
de los periódicos, las horas de radio y televisión, los noticieros, las porta
das de las revistas, etcétera.
Ahora bien, no son sólo los opresores quienes ocultan la verdad tras de
los muros de la mentira y las verdades sin importancia; Brecht nos señala,
con acierto, a los poetas, a los intelectuales, que adornan de importancia
cosas que no debieran tenerla; a nosotros no se nos dificultará encontrar,
en nuestro tiempo y lugar, a esos poetas e intelectuales que manejan muy
bien el arte de dar importancia a verdades secundarias: las de las filigranas
teóricas, las de la erudición intrascendente, las de la ciencia academicista.
44
El discurso eficaz
Hay quienes están dispuestos a decir la verdad que vale la pena decir, pero
no la encuentran, carecen de conocimientos; piden la justicia en general,
pero no hacen el esfuerzo de buscar las cifras y los hechos específicos de la
injusticia. Para éstos, el mundo es demasiado complicado: no conocen los
hechos ni ven las relaciones entre ellos.
Pero la verdad, dice Brecht, debe ser específica; la mentira es genérica,
ambigua; la verdad es algo práctico, concreto, irrefutable, precisamente lo
que se necesita para cambiar las situaciones indeseables.
La verdad puede encontrarse sin método alguno, y aun sin buscarla, pero
esto es ineficiente, perdemos mucho tiempo, corremos el riesgo de nunca
encontrar alguna verdad que valga la pena decir y, de encontrarla, con
seguridad nunca podremos representarla de tal manera que los hombres,
gracias a tal representación, sepan cómo deben actuar. Por lo tanto, se
requiere tener un método.
Es bien sabido que no existe un método universalmente válido para
encontrar una verdad; el tema, las circunstancias, los destinatarios, todo
esto nos indica en cada caso cuál es el método más adecuado.
El estudio, la investigación, la reflexión, la práctica con conciencia de lo
que hacemos, son los caminos para obtener el conocimiento de las cosas,
conocimiento que es requisito indispensable para quien quiere escribir o
decir la verdad, la verdad que vale la pena decir.
Sin embargo, no olvidemos que hay bases fundamentales para cualquier
circunstancia: la unidad entre lo que pensamos y lo que hacemos, el análisis
cuidadoso, objetivo y sistemático acerca de lo que hacemos y el actuar con
valentía de acuerdo con nuestras conclusiones y convicciones; esto es, la
45
Manuel Pérez Rocha
La verdad, dice Brecht, “debe ser dicha para sacar de ella determinadas
conclusiones sobre el propio comportamiento […] debemos alcanzar una
verdad susceptible de traducirse en la práctica […] que nos permita hacer
manejables los problemas de este mundo”.
Brecht criticó con dureza a quienes se lamentaban del fascismo como si
éste fuera una catástrofe natural, y a quienes se expresan de las situaciones
indeseables en forma demasiado general y que en realidad a nadie se
dirigen; quienes escuchan una verdad así expresada, no saben qué hacer.
Esta forma de representar las situaciones indeseables tiene dos efectos:
el primero es que muestran pocos eslabones de concatenación causal, esto
es, no se preguntan el porqué, del porqué, del porqué ... hasta encontrar
las causas evitables y las pautas de acción; el segundo efecto es que se
presenta a las fuerzas sociales como incontrolables.
Sin embargo, nos dice Brecht, cuando se desea escribir con eficacia la
verdad sobre ciertas condiciones deplorables, se requiere escribirla de tal
manera que se puedan ver las causas evitables. Cuando las causas evitables
se reconocen, las condiciones deplorables pueden combatirse.
Así como en 1935 muchos críticos presentaban al fascismo como
una catástrofe natural, hoy se presentan como catástrofes naturales la
pobreza, el hambre, las “crisis económicas”. Tal método de representar
las cosas, dice Brecht, “mantiene mucha oscuridad, detrás de la cual
se encuentran las fuerzas que generan la catástrofe. Un poco de luz, y
aparecerán hombres en la base de la catástrofe. Ya que vivimos una época
en que el destino del hombre es el hombre”.
Pero, añade Brecht, hasta de las catástrofes se puede hablar en forma
digna del hombre, en forma de hacer un llamado a su energía combativa.
Brecht comenta el caso de un trágico terremoto y concluye que, “entre
las posibles maneras de hablar de un terremoto, sin comparación, la más
importante es la de los ingenieros, quienes calculando los deslizamientos
del terreno, la violencia de las sacudidas, el calor desarrollado, etcétera,
llegan a nuevas construcciones que pueden soportar los terremotos”.
46
El discurso eficaz
47
Manuel Pérez Rocha
Por ejemplo, Brecht nos señala que la propaganda para que las personas
razonen y piensen por cuenta propia, en cualquier campo que se haga,
siempre sirve a la causa de los explotados, pero hay gobiernos que se opo-
nen a que la gente piense acerca de su realidad. Sin embargo, “aun en estas
circunstancias, hay campos donde la verdad se puede señalar, sin peligro;
por ejemplo, hablando de los éxitos de la razón en el campo de la ciencia
militar y la técnica”.
Todo depende del hecho de que se enseñe un modo justo de razonar, “una
forma de razonar que interrogue por cada cuestión y cada acontecimiento
desde su lado transitorio y cambiante […], la relación de cada cosa con
muchas otras que cambian continuamente es pensamiento peligroso para
las dictaduras y puede expresarse de muchos modos, sin dar pretexto a la
policía”. Brecht nos da dos ejemplos de recursos para decir verdades que
vale la pena decir: “una descripción minuciosa de las circunstancias, de
todos los procesos en que se mete un hombre que abre una tabaquería,
puede ser un golpe serio para una dictadura, hasta con una poesía que
describe un paisaje se puede hacer algo, si se incorporan a la naturaleza las
cosas creadas por el hombre”.
• el rollismo
• la verborrea
• el tecnicismo
48
El discurso eficaz
• el verbalismo
• el teoricismo.
a) Rollismo
49
Manuel Pérez Rocha
b) Verborrea
c) Tecnicismo
50
El discurso eficaz
d) Teoricismo
51
Manuel Pérez Rocha
e) Verbalismo
3. LA LECTOESCRITURA
A. La lectoescritura hoy
La escritura es, sin duda, uno de los inventos más destacados en la historia
de la humanidad y una herramienta de enorme poder intelectual, político
y económico. No es exageración calificar la escritura como una de las más
grandes revoluciones de la cultura humana.
Son muy reconocidos los beneficios que proporciona la escritura como
medio para conservar la palabra, para almacenarla (en libros, revistas,
52
El discurso eficaz
53
Manuel Pérez Rocha
54
El discurso eficaz
55
Manuel Pérez Rocha
eso, durante algún tiempo la lectura fue una forma idónea de pasatiempo,
hoy en día es reemplazada en esta función por nuevos pasatiempos como
el cine, la televisión, los juegos electrónicos y otras muchas novedades.
No puede extrañar, pues, que los fabricantes de libros y los editores
de diarios y revistas se alarmen por el descenso de sus ventas. Éste es
un fenómeno que por muchos factores tiende a agravarse, pero por su
puesto el problema no se reduce a que un grupo de negocios pierda su
mercado, más graves son los efectos sociales perversos que ocasiona el
que el dominio de la lectoescritura siga siendo, y cada vez de manera más
acusada, patrimonio de una élite cultural; este monopolio es factor decisivo
de injustas e inhumanas diferencias sociales, de dominación intelectual y
política, y de inefíciencia productiva.
El interés por fomentar la lectoescritura no responde a un sentimiento
de nostalgia ni a una reacción frente a la modernidad ¡bienvenidos los
nuevos medios! Son muchas sus fortalezas y virtudes, pero no debemos
ignorar sus riesgos y debilidades. Es claro que muchas de las más valiosas
funciones de la escritura no pueden ser desempeñadas por la imagen y el
sonido de la televisión, ni por el “ratón” de la computadora.
El fenómeno es complejo y no ha sido estudiado con suficiencia. El
fracaso de los sistemas escolares para asegurar una alfabetización efectiva
tiene, como una de sus causas, la superficialidad e ingenuidad con las que
casi siempre se aborda esta tarea, y la espontaneidad con la que se elaboran
planes y reformas educativas.
La inoperancia de muchos de los programas de enseñanza de la
lectoescritura se deriva del hecho de que ésta es enseñada olvidando que
se trata de una técnica de comunicación y de desarrollo del pensamiento,
y que como tal está fuertemente condicionada por factores personales,
afectivos. Grave contradicción es, por ejemplo, que se pretenda desarrollar
la lectoescritura en un espacio, el escolar, en donde una norma férrea es el
silencio de los estudiantes.
Por tanto, una tarea significativa es reforzar el estudio sistemático,
riguroso e interdisciplinario del problema, el cual tiene causas y efectos
culturales, sociales, políticos y económicos. Además, es indispensable
vincular este estudio con las acciones y prácticas que buscan resolver el
problema y con los intereses económicos, políticos y culturales reales que
lo determinan.
56
El discurso eficaz
57
Manuel Pérez Rocha
población puede escribir, que sólo una minoría tiene el “talento intelectual”
y las condiciones de vida que supone ser escritor y que la gran mayoría que
compone el resto de la humanidad, o de una sociedad determinada, está
ahí para leer lo escrito por las élites intelectuales.
Ciertamente, también es una meta de las políticas educativas gu
bernamentales que todos “sepan escribir”; pero esto no significa que se
busque que todos sean capaces de escribir poemas, ensayos filosóficos o
narraciones con valor literario, sino que sean capaces de escribir su nombre
y las cuestiones prácticas que se derivan de su vida laboral y social diaria:
su dirección, el llenado de un formulario, un informe de trabajo, etcétera.
La idea de que la creación intelectual es privilegio de una minoría es la que,
en última instancia, causa que tanto en los programas escolares como en
los extraescolares la escritura ocupe un segundo lugar, o ninguno.
Muchos escritores consagrados se pronuncian una y otra vez por el
fomento de la lectura; es natural, quieren ser leídos por amplios sectores de
la población, pero rara vez se preocupan por el fomento de la escritura, y
también esto es natural, responde a la concepción que tienen de sí mismos
como seres excepcionales y, no podemos descartarlo, al temor de generar
demasiada competencia.
No tiene sentido ni es fructífero discutir si toda la humanidad tiene
“talento” para escribir creativamente, si este talento lo tiene el diez por ciento,
la mitad o el noventa por ciento. Mientras no se haya hecho lo necesario
para fomentar el ejercicio masivo de la escritura, no habrá bases para
condenar a las “masas” a ser simples receptoras de los escritos producidos
por las élites. Este esquema –de una élite que escribe para amplios grupos
que sólo leen– es, además, discutible desde el punto de vista mismo de la
naturaleza de la escritura.
Escritura y lectura son dos actividades estrechamente interrelacionadas,
son dos momentos de un mismo proceso. El primer lector de cualquier
escrito es su propio autor quien, en el momento de escribir, va leyendo
las palabras que salen de sus dedos, de su pensamiento; es él el primer
sorprendido, con no poca frecuencia ve con azoro el producto de un comple
jo proceso intelectual y afectivo en el que han intervenido innumerables
factores. Con razón Octavio Paz dice “Cuando sobre el papel la pluma
escribe, a cualquier hora solitaria, ¿quién la guía?”
58
El discurso eficaz
59
Manuel Pérez Rocha
A. Clasificación de discursos
En algunos libros se dice que los discursos, por su forma pueden clasificarse
en descriptivos, narrativos, y argumentativos. Sin embargo, ésta es una
clasificación simplista y confusa.
60
El discurso eficaz
61
Manuel Pérez Rocha
B. Descripción
62
El discurso eficaz
C. Narración
63
Manuel Pérez Rocha
D. Argumentación
1. Tesis (proposición),
3. Argumentación a favor,
4. Reafirmación de la tesis.
64
El discurso eficaz
65
Manuel Pérez Rocha
Son muchos los esquemas que pueden responder a este nombre, de
pendiendo del estado sicológico o anímico que supongamos tendrán nues
tros oyentes.
Por ejemplo, si supiéramos que nuestros oyentes estarán exaltados o
enojados, la primera parte de nuestra exposición podrá ser una propuesta
de acción para aprovechar esa exaltación o, por el contrario, la primera
parte podrá ser un razonamiento que los calme y serene, todo depende de
cuál sea nuestro objetivo.
Si sabemos que nos encontraremos con un auditorio apático, al cual
tenemos que interesar en el tema que vamos a tratar (situación muy
frecuente) podemos seguir el esquema siguiente:
66
El discurso eficaz
67
Manuel Pérez Rocha
68
El discurso eficaz
69
Manuel Pérez Rocha
70
El discurso eficaz
“Una imagen vale más que mil palabras”; éste es un refrán chino muy
conocido y convincente. Usando una imagen como apoyo de un discurso
podemos ahorrarnos mil palabras, y no sólo eso, podemos incluso
comunicar cosas que las palabras no pueden comunicar.
71
Manuel Pérez Rocha
72
PRIMERA PRÁCTICA
TEMA
OBJETIVO
MEDIOS
TEMA
OBJETIVO
MEDIOS
TEMA
OBJETIVO
MEDIOS
TEMA
OBJETIVO
MEDIOS
TEMA
OBJETIVO
MEDIOS