La desigualdad de género es un tema muy controversial debido a que cada día las

mujeres sufren desigual y discriminación y esto inicia desde el hogar donde

muchas mujeres son maltratadas sexualmente, físicamente y psicológicamente. Y
si halamos del ámbito laboral en muchos países los hombres ganan un sueldo
superior al de una mujer solo por el hecho de que piensan que son superiores. Y si
echamos un vistazo a los países orientales donde se le niegan a las mujeres la
oportunidad para aprender, obtener ingresos, hacer oír su voz y liderar. Y aun así
en estos piases latinoamericanos muchos hombres piensan que las mujeres
nacieron simplemente para estar en casa y hacer los deberes de casa.

Solo el 47% de las mujeres del mundo están empleadas; apenas 20 son jefas de
Estado o Gobierno; solo un 50% puede decidir utilizar métodos anticonceptivos o
negarse a tener relaciones íntimas; todavía representan el 75% de los padres
solteros; y aún son sometidas al matrimonio infantil y mutilación genital. Un nuevo
estudio de la ONU recoge graves estadísticas, que muestran que, a pesar de los
avances en algunos ámbitos como la educación, el progreso se ha estancado por
un cuarto de siglo. (Liza, 2020).

Nos damos cuenta que a pesar del avance enorme que se ha dado para erradicar
la desigualdad de género todavía existe, en unos países más que en otros y esto
nos incita a que cada día las mujeres alcen su voz para que se haga respetar sus
derechos y no sean violados. De algo si podemos estar seguros y es que durante
el confinamiento del COVID-19, muchas mujeres y niñas se han aislado en
entornos inseguros donde corren un mayor riesgo de sufrir violencia a manos de
su pareja.