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ANÁLISIS ESTRATÉGICO EN LA INVESTIGACIÓN DE LA

CRIMINALIDAD
Karly D. Leyton Báez
Experta en Inteligencia y Análisis Criminal

El presente trabajo pone de manifiesto la importancia que tiene el


análisis estratégico en la investigación de la delincuencia organizada
desde una perspectiva preventiva, tomando dicho análisis como
medio eficaz para elaborar productos de inteligencia que posibiliten a
medio o largo plazo la resolución de conflictos, la erradicación del
mantenimiento y subsistencia de los ya conocidos o la evitación de la
aparición de nuevas amenazas contra la seguridad.
La reducción del nivel de incertidumbre mediante un proceso
cualitativo estimado a medio o largo plazo, por sí solo (generación de
ideas de trabajo y su completo desarrollo) o apoyado y sometido por
una cuantificación presente ha de propiciar propuestas futuras.
Como viene a decir Gilbert Keith, si mínimamente no vemos el
problema, la amenaza o el riesgo, si no prevemos, si no anticipamos,
si no somos conscientes y si no podemos hallar esos factores de
riesgo para estudiarlos, difícilmente podremos aportar soluciones de
tipo reactivo, paliativo o de carácter estratégico, que en definitiva,
son las más importantes, puesto que son las que anticipan
decisiones, transformadas en acciones, diseñadas a la evitación del
futuro problemático o al crecimiento de una causa problema débil
detectada en el corto plazo, en fase embrionaria, que aporta signos
de evidencia o indicadores que han de ser considerados.
Esos indicadores evolutivos y su correspondiente análisis relacional,
cronológico y cuantificador, demostrará la incidencia y la tendencia
alcista o reductora, valorando del mismo modo, la eficacia de las
medidas que ya se hallen ejecutándose y las probabilidades
estimatorias a largo plazo de la expansión del fenómeno problemático
objeto de análisis.
Si deseamos ser cualitativos, la capacidad de la inteligencia no solo
debe encasillarse a la elaboración del ciclo que se esté investigando,
debe establecer también relaciones entre los distintos ciclos de
estudio criminal a fin de provocar una retroalimentación compartida,
es decir, permitir que la información fluya y sea pertinente para
distintos ciclos y usos, inducir para que se alimenten entre sí.
Podemos analizar un fenómeno y dirigir estrategias específicas
respecto al mismo, pero ¿por qué no buscar elementos comunes y
establecer coincidencias que puedan estudiarse de forma más
global?. Por poner un ejemplo, la inmigración irregular, o la trata de
seres humanos (TSH) que son otros riesgos emergentes o la nueva
delincuencia asociada a las tecnologías de la información, juegan un
papel importante en otras tipologías criminales que por sí solas ya
son suficientemente graves. ¿Por qué no analizarlos de forma
conjunta?.
Tratar de aplicar medidas generales comunes que beneficien y
reduzcan el riesgo, sin dejar de diseñar aquellas otras más específicas
dirigidas a cada una de las tipologías que intervienen: concurso de
delitos.
Pondremos otro ejemplo muy simple, aquellas organizaciones o
grupos cuya delincuencia per-se establecen en nuestro país como
base de operaciones exportando o importando su criminalidad-origen,
o como aquellas otras personas que de forma independiente, tienen
como fin establecerse en nuestro país buscando nuevas
oportunidades de vida y acaban nutriendo organizaciones y/o grupos
criminales o terroristas.
Por lo tanto, es evidente, que el ciclo que produce inteligencia
terrorista ha de estudiar y relacionar la influencia del flujo migratorio,
la utilización de nuevos canales informativos para uso criminal, el
tráfico de armas o la inmersión en el crimen como medio de
financiación terrorista. Se trata de centralizar información para
producir una inteligencia más global, sobre todo, aquellos ciclos que
estudian, trabajan y se enfrentan a amenazas más graves.
Disociamos criminalidad organizada, inmigración irregular o
terrorismo en distintos ejes estratégicos, se separan los riesgos, se
tratan de forma autónoma, cuando su capacidad común como
amenaza puede potenciar una lesividad y un riesgo más grave, luego,
el daño es también, cualificado, su investigación por lo tanto, ha de
ser proporcionada al daño que producen.
Metodología: planificación per-se
Todo método de investigación requiere como primera acción de
desarrollo la creación de la idea principal sobre la que ha de girar el
proyecto de trabajo, planificada la idea global, ésta ha de sustentarse
en otras de carácter subyacente.
Una y otras han de ser definidas primariamente, conformando un
marco de situación práctico para su elaboración. Por encima de él,
habremos creado una línea de fortalecimiento, desde el momento que
la idea conforma el epicentro generador del trabajo.
La idea global viene definida en el propio "asunto titular", "visión
estratégica", las ideas subyacentes han de alimentar la principal bajo
parámetros generales y específicos, dando respuesta a su
aproximación general, su conceptuación, su aplicabilidad como
método efectivo en el análisis criminal y su trascendencia respecto a
las principales amenazas de carácter criminal.
Lógicamente, todas las ideas han de confluir en una finalidad, la
presente, motiva y ofrece una visión general sobre la importancia de
ser proactivos y preventivos, en la resolución de conflictos a medio o
largo plazo, antes de su producción, entendiendo el corto plazo como
momento o temporalidad en el que han de diseñarse líneas
estratégicas para evitar el daño futuro, o bien, para fortalecer
nuestras propias capacidades.
Llamemos conflictos a situaciones, factores, indicadores o actores de
riesgos que provocan la propia existencia del problema, por lo tanto,
el elemento problemático identificado se convierte en el inicio de la
solución, su análisis anticipará en el presente efectos o consecuencias
no deseadas en el futuro, o al menos, habremos formado parte de
ella desde el momento que describimos el problema.
Por otro lado, no podemos obviar que las medidas de tipo reactivo
son necesarias ante hechos difíciles de prevenir, hechos en
producción, formando parte importante en los efectos disuasorios
futuros, puesto que mide el comportamiento delictivo y permite la
aplicabilidad de la pena.
Si exponemos la idea global y las ideas subyacentes, estaremos
exponiendo la metodología que intentamos aplicar para dar
contestación a aquellos interrogantes o necesidades que los órganos
de dirección reclaman respecto a la causa-problema y toda
metodología de investigación y más si cabe, aquella de tipo
estratégico, requiere en su estructura de trabajo de unos mínimos:
Idea principal
Ideas de apoyo
Finalidad u objetivos genéricos y/o específicos.
Metodología o diseño estructural utilizado para extraer o certificar
conclusiones, hipótesis, estimaciones o predicciones (tendencias
evolutivas).
Exposición o descripción de elementos cualitativos ("inteligencia
policial").
Datos cuantitativos.
Conclusiones: genéricas (+ globales) y/o específicas (+ centradas
sobre el problema objeto de estudio).
Propuestas o recomendaciones de acción: reactivas (no admiten
dilación- el problema ya está sucediendo, es inevitable), paliativas
(admiten dilación pero requieren mejoras parciales para evitar su
continuidad hacia una fase más grave.
Existen medidas pero son deficientes o insuficientes) y preventivas
(admiten dilación, se encuentran en su fase primaria, se atisban
indicios, son las más importantes, anticipan la producción futura del
daño).
Revisión, actualización o retroalimentación permanente
Difusión:
Interna
Externa
Cualificación estratégica
Los datos han de apoyar las tesis doctrinales iniciales, pero no es
menos cierto, que las teorías bien construidas, la confección de
hipótesis, la evolución, continuidad y seguimiento de casos
(casuística) así como el establecimiento de relaciones, otorgará
conocimiento, de modo que calificará respuestas y suprimirá,
modificará o potenciará planteamientos ya edificados.
Esta cualificación puede ser capaz de suplir la limitación de datos,
puede sustituir mínimos elevándolos a máximos.
Generar datos, sobre conclusiones extraídas asimilando la
continuidad, la evolución y el seguimiento citados como medio
objetivo, generador de inteligencia, en definitiva, estudiar el rol del
autor u organización ante la acción delictiva, antes, durante o
después de su comisión. ¿Cómo hacerlo?
Mediante el análisis criminal como método de estudio presente para
objetivar medidas estratégicas de carácter proactivo futuro, con ello
podremos crear mapas estratégicos, formalizar líneas estratégicas
sobre aquellos objetivos o ejes estratégicos previamente definidos,
dichos objetivos derivan de factores de riesgo identificados, tratando
de obtener conocimiento específico sobre:
Determinación de organización criminal, y/o grupo criminal.
Determinación de organización terrorista y/o grupo terrorista.
Relación entre organizaciones o grupos criminales.
Relación entre organizaciones y/o grupos criminales y organizaciones
o grupos terroristas.
Estructuras tipo: piramidal o reticular.
Identificación de dirigentes, partícipes o colaboradores.
Identificación de aparatos y/o modos de adiestramiento, captación,
adoctrinamiento, integración, apología o conductas de aliento,
participación o financiación de organizaciones o grupos terroristas.
Número de miembros.
Nacionalidades: composición miembros de la organización o grupo.
Determinación de tareas específicas entre sus miembros.
Permanencia temporal de sus miembros (temporalidad): actuación
prolongada o indefinida, estable o duradera para la organización
criminal y puntual para la ejecución del hecho criminal respecto al
grupo criminal.
Temporalidad grupal: tiempo de actividad de la organización o grupo
(inferior a... o superior a...).
Pertenencia a redes delictivas (fija, perteneciente a una sola
organización ó basculante, movilidad hacia unos grupos u otros en
función del tipo delictivo a cometer).
Extrapolación de la actividad criminal al ámbito internacional.
Delitos típicos: especialización de organizaciones y/o grupos.
Relación entre distintas tipologías delictivas ejecutadas (principal y
asociada). Determinación de delitos graves.
Modus operandi.
Lugares de asentamiento.
Medios y modos de entrada.
Relación entre lugares de asentamiento y lugares de acción
(circulación). Movilidad geográfica provincial.
Identificación de zonas más problemáticas y sensibles.
Identificación de nuevas metodologías criminales, tanto para la
ejecución del hecho criminal principal como para la ejecución de otros
asociados.
Identificación de elementos de comunicación o encriptación.
Diversidad de medios de comunicación y/o simultaneidad de los
mismos.
Investigación patrimonial en toda su extensión (canales formales e
informales). Financiación y blanqueo.
Identificación de perfiles tipos (actores).
Identificación de elementos incautados: condicionan la gravedad de la
pena y caracterizan en sí misma la organización criminal:
Vehículos (tipo)
Embarcaciones
Aeronaves
Armas
Inmuebles
Ordenadores
Telefonía móvil
Moneda (legal/falsa)
Sustancias o elementos principales del objeto investigado.
Condicionantes criminológicas.
Motivaciones criminales (intrínsecas a sus autores)
Móvil criminal (extrínsecas: particularidad respecto del delito concreto
cometido).
Corrupción.
Otras.
Todas estas relaciones y el conocimiento de las circunstancias que
rodean cada hecho criminal, puestas a disposición en su conjunto
(establecimiento de relaciones) debieran posibilitar el hallazgo de
conclusiones e hipótesis de trabajo respecto de la amenaza.
Indudablemente, como ya citábamos, para minimizar riesgos,
primeramente debemos percibir y hallar los factores que lo producen,
debemos estudiar "su trabajo" para poder ejercitar con mayores
garantías su persecución, su disuasión y su prevención.
Fortalecer debilidades
La coordinación y cooperación policial ha de iniciarse desde las
propias instituciones policiales, primeramente minimizando la
corrupción que facilita la acción delictiva y coarta la acción policial y
en segundo lugar, ejerciendo la crítica constructiva como aval para
mejorar su persecución e investigación.
El propio análisis criminal ha de ser el medio que evidencie la mejora
de la metodología de trabajo, comenzando por la identificación de
nuestras debilidades o por el hallazgo de motivos que permitan
ejercer protocolos o doctrinas de trabajo más eficientes. Se trata de
evitar que la criminalidad conocida e investigada subsista, con ello,
también ejerceremos líneas de prevención futuras y necesarias.
Los errores en la investigación o en la instrucción de un caso puede
generar la continuidad de la amenaza con un plus añadido. Toda
disuasión preventiva coligada al hecho criminal producido se destruye
desde el momento que la medida coercitiva como medio reactivo
(investigación, detención y puesta a disposición judicial) no es
efectiva, es decir, cuando la condena y su pena asociada no genera la
responsabilidad final de sus autores. Y ello, en la investigación de
tramas complejas de terrorismo o crimen organizado resulta
fundamental.
Meses de trabajo, de investigación, de análisis, de medios humanos y
técnicos, no deben quedarse en la labor puramente policial:
desarticulación y puesta a disposición judicial.
La absolución de los acusados ha de plantear cuestiones necesarias,
desde la indudable acción judicial, ¿qué ha motivado una sentencia
absolutoria?, ¿cuántos eran los imputados inicialmente?, ¿cuántos
han sido absueltos?, ¿cuántos han sido condenados?, ¿los
fundamentos de hecho no han sido debidamente probados?, ¿los
indicios "acusatorios" han sido débilmente motivados?, ¿han sido
insuficientes?, por lo tanto, ¿la prueba indiciaria ha sido escasa o
deficitaria?, ¿los fundamentos de derecho expuestos en la sentencia
son coincidentes con las diligencias policiales y judiciales en la fase de
instrucción?, ¿son discrepantes?, ¿por qué una investigación policial
judicializada deriva en una sentencia absolutoria dictada por otro
órgano judicial?... etc.
El seguimiento del caso, ejerciendo continuidad sobre él ha de ir más
allá de la puesta a disposición judicial de los detenidos, el análisis de
la sentencia ha de ser el medio canalizador para ejercer la crítica
constructiva antes citada, debe dar respuestas necesarias para
alimentar la doctrina de trabajo y coordinar la propia actividad policial
(investigación y análisis).
Lógicamente, antes de ejercer una necesaria coordinación y
cooperación policial de carácter más local o global, ha de filtrarse
internamente en el propio cuerpo policial.
El estudio de sentencias jurisprudenciales en general dotan de
elementos de juicio objetivos que permiten motivar, acreditar y
asociar la conducta delictiva al tipo penal infringido, es decir,
facilitaran la acción policial para judicializar y dirigir la actividad
sospechosa, exponiendo el supuesto tipo penal en producción y el rol
del grupo y de cada miembro en la organización (definición funcional
y modus operandi).
Una sentencia acusatoria otorgaría y avalaría la acción policial como
acto-consecuencia de la investigación previa, dotando a la ejecución
de la misma del valor añadido del razonamiento jurídico (hecho
presunto-investigación-comprobación hecho fáctico-consecuencia
derivada).
Por el contrario, una sentencia absolutoria ha de provocar
necesariamente la búsqueda de elementos de mejora para
investigaciones futuras, estudiar los casos "fracasados" y hallar los
motivos del fracaso, sometiendo a contradicción el análisis de la
investigación instruida y el análisis de la sentencia recaída, incidiendo
y hallando la diferenciación sustancial entre la investigación policial y
la sentencia fallada con el fin de extraer conclusiones: detalles no
tenidos en cuenta, detalles mejorables, detalles sustituibles con el fin
de obtener un nuevo enfoque "protocolario y doctrinal futuro".
Se trata con ello de limar o reducir nuestras debilidades e
indudablemente, potenciar nuestras fortalezas, diseñando estrategias
en el medio o largo plazo:
Qué nos demandan
Qué ofrecemos
Qué limitaciones tenemos y,
Qué podemos mejorar.
Visión estratégica
Anticipar el comportamiento de la criminalidad mediante la
interpretación estratégica se convierte en un instrumento eficaz e
imprescindible para luchar contra las graves formas de delincuencia.
El análisis de la información de carácter criminal ha de sobrepasar el
mero nivel o enfoque descriptivo, el potencial estratégico basado en
el estudio cualitativo y cuantitativo aportará inteligencia
(conocimiento evaluado, analizado, integrado e interpretado) que
permita aportar a los órganos de dirección y decisión, conclusiones y
recomendaciones de acción sobre aquellos elementos problemáticos
objeto de estudio, minimizando factores de riesgo actuales o
previsibles.
La visión estratégica dotará de rigor y credibilidad a la unidades
policiales, transformando el enfoque reactivo en un enfoque proactivo
y preventivo, acorde a las exigencias que han de marcarse las propias
instituciones policiales como medio eficiente para combatir los nuevos
riesgos emergentes de carácter global.
El análisis estratégico debe partir de unos objetivos estratégicos
internos para posteriormente externalizarlo al servicio del objetivo
estratégico global: la seguridad, y ello, irremediablemente nos lleva o
nos debe llevar a marcar aquellas líneas estratégicas que prevenga la
producción del daño.
Los objetivos estratégicos internos deben medir la capacidad de
acción de la propia unidad policial, es decir, estructurar e identificar
aquellos indicadores que debilitan las decisiones que posteriormente
han de externalizarse por la estrategia proactiva dirigida a paliar y
prevenir los riesgos.
El equilibrio de estrategias marcará la capacidad de soluciones. Si una
organización es débil y su diseño estratégico está mal definido,
difícilmente podrá proyectar planes de acción ante situaciones
críticas.
Una buena estructura organizativa otorga elementos cualitativos
(confianza, rigor, credibilidad, especialización, experiencia,
metodología, centralización, coordinación de objetivos, ética
corporativa...etc.) que puestos a disposición del órgano de dirección
permitirá difundir productos de inteligencia de gran calidad,
enfocados a combatir los ejes más graves definidos por la estrategia
nacional de seguridad.
La cualificación de un proyecto de trabajo empieza por quien diseña
su desarrollo, cuantificar con datos potencia y demuestra la
cualificación.
El exceso de datos como la ausencia de ellos, puede generar
igualmente resultados positivos, el análisis de los mismos, permite
estructurar hipótesis, estimaciones, predicciones o conclusiones para
anticipar el conocimiento causa-efecto y el acto-consecuencia
derivado del objeto u objetos problemáticos estudiados.
El análisis estratégico por sí mismo confiere su objeto de estudio
como algo más importante de lo que significa el concepto tradicional
de protección de personas o bienes, lo que venimos a llamar
criminalidad tradicional.
Los escenarios han cambiado sustancialmente, ahora los riesgos o
amenazas se han globalizado, se han agravado y se retroalimentan
unas de otras, el terrorismo, la inmigración irregular, el tráfico de
armas, el blanqueo de capitales, la criminalidad organizada
comparten hoy intereses, diseñan sus propias estrategias de acción,
coordinan sus objetivos y centralizan sus capacidades, de tal forma
que todas las tipologías citadas pueden intervenir en un fin común.
Por lo tanto, ante riesgos y amenazas globales las respuestas han de
ser también conjuntas.
El comportamiento y evolución de la criminalidad requiere de una
evaluación permanente (obtención de conocimiento), sus indicadores
y la identificación de riesgos, el hallazgo de los motivos que lo
propician y los elementos que posibilitan su subsistencia es la esencia
para abordar la solución.
Conclusiones
En definitiva, la disponibilidad inmediata de la información para su
uso futuro, alimenta la verdadera razón de ser del análisis
estratégico:
Centralización, coordinación, dirección y planificación de inteligencia.
Determinación de objetivos estratégicos.
Priorización de esos objetivos: genéricos y específicos.
Evaluación, análisis, integración e interpretación de los riesgos.
Evaluación, análisis, integración e interpretación de las amenazas.
Evaluación, análisis, integración e interpretación de las
vulnerabilidades.
Evaluación, análisis, integración e interpretación de nuestras
fortalezas respecto a los riesgos, amenazas y vulnerabilidades.
Evaluación, análisis, integración e interpretación de nuestras
debilidades respecto a los riesgos, amenazas y vulnerabilidades.
Medios de respuesta de tipo reactivo.
Medios de respuesta de tipo paliativo.
Medios de respuesta de tipo proactivo o preventivo.
Seguimiento, retroalimentación y revisión. Ello implica su
mantenimiento, modificación y actualización permanente.

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