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Humor, erotismo y lenguaje en tres cuentistas hispanoamericanas El surgimiento, durante los Gltimos 25 afios, de un clima cultural quo podriamos llamar posmoderno en Hispanoamérica significa, entre otras cosas, la coexistencia de estrategias de escritura en principio excluyentes entre sf, como son la escritura realista y la experimental, as{ como la presencia de la narrativa propiamente posmoderna, en la que se yuxtaponen paradéjic mente las convenciones producidas en aquollas tradiciones literarias. Esta cooxistencin puede ser un indi- cio de los caminos que podria tomar la narrativa hispanoamericana en el futuro inmediato, especialmente al considerar la diversidad de lectur que estas formas de escritura suscitan. Para apoyar esta tesis propongo considerar los libros de narrativi breve de tres escritoras hispanoameri- canas contempordneas, pues considero que en los relatos de cada uno de estos libros os posible reconocer con mayor nitidez un tratamiento muy espectfico de lo social a partir del empleo del humor, el lenguaje y Ia construccién textual del erotismo. Los libros que propongo estudiar son De noche vienes (1979) de Elena Poniatowska (México), Cuentos calientes (1992) de Ana Lydia Voga (Puerto Rico) y La sefiora Rodriguez y otros mundos (1990) de Martha Cerda (México). De noche vienes (1985) de Elena Poniatowska: un universo estable y una mirada compasiva Los cuentos contenides en De noche vienes estén construidos segdn la pre- ceptiva del cuento clésico, y por esta raz6n respetan los cénones propios de la narrativa realista. En ellos, el lenguaje adquiere un tono familiar e intimista, y el tratamiento de los per- sonajes es compasivo. La estructura narrativa, centrada en la conclusién sorpresiva pero inevitable, respeta la forma de una serie de vifetas de la vida cotidiana que transcurre en los pequefios pueblos de campesinos, en los caminos de terraceria y en | zonas marginales de la Ciudad de México, sin por ello caer en el costum- brismo tradicional. En lugar de ello, se ofrecen, en un lenguaje poético, diver- sas imfgenes metaféricas de esta cotidianidad urbana y semiurbana. E] sentido Gltimo de estos relatos consiste en lograr que el lector tenga una relacién entrafiable con los per- sonajes y su situacién, a través de la recreacién de su propio lenguaje y el conocimiento de sus acciones en una situacién especifica. Para ello, la voz narrativa es siempre confiable, y 1; situaciones siguen una secuencia ni rrativa que respeta el orden cronolé- gico de los acontecimientos. Las epifanfas propuestas en universo moral son ineludibl por mucho que algunas de ellas surjan precisamente de la muerte, la soledad o la transgresién de las normas sociales. La:: mismas paradojas pro- ducidas por las situaciones contradio- torias tienden a resolverse en un humor igualmente compasivo hacia el universo moral de los personajes. Podria pensarse, al leer estos cuentos, en la tra te 178 ©. Henry y sus finales conclusivos y casi festivos hasta Doris Lessing y su preocupacién por la dimensién moral de personajes marginales y victimas do diversas formas de marginacién, pasando por Sean O'Faolain y la pre- sentacién de situaciones sencillas con- vertidas en paradigmas de la condi- cién humana, y el mismo Maupassant y su compasién por la perspectiva de estos mismos personajes. Y si fuera necesario sefialar un tema o preocupacién recurrente en estos cuentos, tal vez habria que pen- sar en el amor y sus diversas formas: bisqueda, frustraciones, pérdida, ausencia, consecuencias, memoria, palabras, consumacién. Es una escri- tura donde el erotismo es parte esen- cial de la misma vida cotidiana, adop- tando un lenguaje propio, siempre desde 1a perspectiva de los personajes femeninos. Cuentos calientes (1992) de Ana Lydia Vega: la subversién de roles como reivindicacién genérica En Cuentos calientes la escritora puer- torriquefia Ana Lydia Vega ha reunido 11 cuentos, publicados anteriormente en los libros De virgenes y martires (1981), Encancaranublado y otros cuen- tos de naufragio (1982), Pasién de his- toria y otras historias de pasién (1987) y Falsas crénicas del sur (1991). Un recurso frecuente en los Primeros tres libros de cuentos de esta narradora es el empleo de la ironfa situacional o dramitica. Estas situa- ciones conflictivas se muestran como un reflejo de las relaciones de poder entre hombres y mujeres o entre los habitantes de la zona caribent cubanos, puertorriquefios, domini- canos y haitianos. Al utilizar diversos juegos de pa labras, de cardcter vernacular, se enfa- tiza la importancia de las funciones corporales, los excesos morales y las relaciones de fidelidad y traicién, que definen a los personajes y sus conduc tas ficcionales. Lo grotesco se presenta casi como normativo, especialmente desde la perspectiva de las diversas narradoras de estos relatos que repro- ducen el habla popular, generalmente en la voz de algdn personaje femenino, cuyas expresiones son marcadamente escatolégicas. Se trata de un ejemplo de lo que, desde la critica dialégica, podria la- marse carnavalizacién de la cultura oficial del machismo caribefio, No es casual por ello que las voces narrati- vas tiendan a ser femeninas. Hay, ademé4s, una polifonia literal en estos relatos, pues lo mismo se incorporan elementos del créole, que del habla cubana, que del espanglish, que del espanol més generalizado. As{ pues, se trata de cuentos agro- sivamente experimentales, cuya apuesta es marcadamente reivindica- quienes terminan por reclamar para sf el derecho a tener comportamientos tan exagerados como los de su contra- parte machista. Si en los cuentos de De noche vienes de Elena Poniatowska subyace la creencia en el buen entendimiento y la posibilidad de comunicacién entre hombres y mujeres, en los Cuentos calientes de Ana Lydia Vega hay un escepticismo que sélo deja lugar a la agresividad verbal y la burla vindicativa. Las estrategias de la oscritura experimental est4n aqui al servicio de una visién carnavalesca, polifénica y escatolégica de las relaciones entre los 179 géneros. Més que el amor o el ero- tismo, tal vez el protagonista en estos cuentos es el lenguaje, un lenguaje tradicionalmente posefdo por el hom- bro, y que en estos cuentos es vehiculo Para una experimentacién que en algunos casos llega hasta la exacer- bacién metaficcional. La senora Rodriguez y otros mun- dos (1990) de Martha Cerda: imd- genes fragmentarias de la ironia pos- moderna La existencia de diversos planos na- rrativos en La sefiora Rodriguez y otros mundos genera desconcierto en el lector, lo cual quiere decir que el libro tiene un carfeter posmoderno ya desde su misma estructura, De hecho, el libro puede ser lefdo como una no- vela fragmentaria compuesta por 60 capitulos numerados, o bien como una novela de 30 capitulos alternados, en la que se han intercalado una serie de 80 cuentos. ‘Todos estos fragmentos 0 pequefios relatos conservan entre sf, en su aparente caos secuencial, un cierto aire de familia. Estos fragmentos na- rrativos estén constituidos por recuer- dos apécrifos, argumentaciones autoparédicas, juegos metaficcionales y diversas propuestas para reescribir Ja historia nacional y extranjera desde Ja perspectiva de las mujeres, y con- sideréndolas a ellas mismas como la causa Gltima de todos los aconte- cimientos histéricos, Este libro se inscribe en el campo do la escritura posmoderna si consi- deramos, como lo propone la analista canadiense Linda Hutcheon, que el rasgo propio de la escritura posmoder- na es su cardcter de metaficcién histo- riogréfica (L. Hutcheon, 1989). En otras palabras, se trata de una pro- puesta posmoderna en la medida en que se ofrece un cuestionamiento simulténeo de las condiciones de posi- bilidad do la escritura y de los mitos y ritos de la historia oficial, lo mismo personal que familiar o colectiva, ante los cuales se utiliza una ironia persis- tente. Este es uno de los pocos libros de cuento en los que es posible encon- trar este carfcter de metaficcién histo- riogrdfica en el contexto hispanoame- ricano, pues éste ha sido el elemento més distintivo de la novela producida durante las Gltimas dos décadas. Por Gltimo, es interesante sefalar que estos cuentos también responden a una de las conceptualizaciones for- muladas recientemente acerca de la ficcién posmoderna, segtin la cual la caracterfstica central de esta escritura consiste en proponer un espacio ontolégico distinto del convencional (B. McHale, 1992). Y efectivamente, en La sefiora Rodrtguez... hay una gran diversidad de mundos fic- cionales, paralolos, alternativos y parédicos de la tradici6n canénica, que ha sido construida desde una perspec- tiva casi exclusivamente masculina. Los tres libros de cuentos que he propuesto considerar en estas notas ‘no son representativos de sus respec- tivos perfodos, pero sf lo son de las principales tendencias en la escritura de las mujeres en el contexto his- panoamericano actual, lo cual se puede comprobar al estudiar el empleo del lenguaje, el humor y el erotismo en las antologias recientemente publi- cadas en el contexto hispanoameri- cano de los cuentos escritos por mujeres (M. Fern4ndez Olmos & L. Paravisini-Geberi, 1991; C. Silva- VelAzquez & N. Erro-Orthman, 1985). 180 A pesar de las‘diferencias marcadas entre los tres libros estudiados, es posi- ble encontrar ciertos elementos comunes en la narrativa de estas escritoras. En todas ellas hay un refle- jo, en distintos tonos y desde distintas perspectivas, de un universo cotidiane ‘en el que las mujeres sufren toda clase de abusos y traiciones, y ante los cuales ellas efectaan venganzas simbélicas. Las preocupaciones por el amor y el erotismo (en los relatos de Elena Poniatowska), por la fuerza de las p: labras (en los cuentos de Ana Lydia Vega) y por el empleo del humor y la ironfa (en los textos de Martha Cerda), respectivamente, contribuyen a pensar en la necesidad del estable- cimiento de un didlogo con las otras mujeres y sobre todo un posible didlo- go entre mujeres y hombres. Y es aqui donde creo que el empleo del humor y la ironia, y en particular el empleo de estos recursos en la escritura de las mujeres, puede con- tribuir a la construccién de este espa- cio de la imaginacién colectiva y do las utopias de lenguaje. Esta tradicién dentro del cuento tiene, en el contexto mexicano, textos memorables, como “Leccién de cocin (1971) de Rosario Castellanos, *Mi vida privada es del dominio pablico” (1988) de Bernarda Solfs, algunos cuentos de Mujeres de ojos grandes (1984) de Angeles Mastretta; “La Rosa PGrpura de San Lézaro” (1988) de Guadalupe Loaeza o la ironia de Doce cuentos en contra (1989) y Escrito en el tiempo (1988) de Barbara Jacobs. En los tres libros estudiados hay diversas muestras de humor, como parte de una tradici6n que merece una mayor atencién por parte de las lec- toras y los lectores, y de la critica especializada. Esta tradici6n es la que podria propiciar, con mayor convic- cién, que hombres y mujeres podamos refmos juntoe-del mundo y de nosotros mismos. Lauro Zavala Bibliografia Cerda, Martha. La sefiora Rodrigues y otros mundos, Serie del Volador, Joaquin Mortiz, México, 1990. Fernéndez Olmos, Margarito & Lizbeth Paravisini-Geberi (Comps.). El pla- cer de la palabra, Literatura erdtica femenina de América Latina, Antologia criti Planeta, México, 1991. Garcia, Irenne. “Una dama, sus juegos y sus mundos (La posmodernidad en los cuentos de Martha Cerda)", Edmundo Valadés et al. Cuento contigo (La fic- cién en México), Prélogo y seleccién de Alfredo Pavén, UAT/UAP/AINBA/CNCA, Tlaxcala, 1993, pp. 175-188. Hutcheon, Linda. The Politics of Postmo- dernism, Routledge, London & New York, 1989. arena, Alicia. “Arrdncame la vida de Ange- les Mastretta: el universo de la intimi- dad”, Revista Iberoamericana, vol. 68, . 159, abriljunio, University of Pittsburgh, 1992, pp. 465-475, Brian. Constructing Postmo dernism, Routledge, London & New York, 1992. Poniatowska, Elena. De noche vienes, ERA, México, 1985 (1979). Silva-Velézquez, Caridad L. & Nora Erro- Orthman (Comps. Puerta abierta, La nueva eacritora latinoamericana, Joaquin Mortiz, México, 1986. . Ana Lydia. Cuentos calientes, Direceién de literatura, UNAM, México, 1992, McHa 181

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