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Jesús-María Silva Sánchez

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Raquel Montaner Fernández

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LIBROS JURÍDICOS
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empresas? Comentario a la sentencia del TJCE en el caso Azko Nobel Chemicals
y otros/Comisión, de 14 de septiembre de 2010 (Asunto C-550/07)», Revista Gene-
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La figura del responsable o encargado de cumplimiento (más conocida por su
SILVA SÁNCHEZ, J.-M. (2009), <<La responsabilidad penal del notario: Bases para una
U denominación inglesa <<compliance officer>>) ha irrumpido con fuerza en la literatura
teoría general», en CONSEJO GENERAL DEL NOTARIADO, Función notarial: perma-
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SILVA SÁNCHEZ, J.-M. (2011), <<Expansión del Derecho penal y blanqueo de capitales>>, 17.7.2009.1 A modo de obiter dictum, el alto tribunal alemán afirmó que al responsable
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en ABEL SOUTO/SÁNCHEZ STEWART (coords.), JI Congreso sobre prevención y
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STREE, W./HECKER, B. (2010), <<§ 261», en ESER (ed.), Schonke/Schroder, 28a ed., Beck, * Profesor Titular de Derecho penal (acreditado Catedrático). Universitat Pompeu Fabra.
l. En el caso concreto objeto de la sentencia, el acusado A. era miembro de la comisión de
München, Nm. 2.
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tarifas de una institución de Derecho público cuando se produjo un error de cálculo en las tasas a
TYRE QC, C. (2010), <<Anti-Money Laundering Legislation: Implementation of the
pagar por los ciudadanos. Posteriormente se detectó el error por parte de una nueva comisión de
FATF Forty Recommendations in the European Union>>, ABA]ournal of the Pro- tarifas, ostentando el acusado entonces el cargo de director del departamento de revisión interna y
fessional Lawyer, p. 81. director del departamento jurídico. El acusado B., que era miembro de la junta directiva, dio la
(2004), <<Lawyers as Gatekeepers», University of San Diego Law School.
ZACHARIAS, F. orden de no corregir el error y A. no hizo nada para impedirlo. El BGH confirma la sentencia que
Publíc Law and Legal Theory Research Paper Series, (20), pp. 1 y ss. condena a B. como autor (mediato) de una estafa y a A. como cómplice en comisión por omisión
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de la misma. Para ello, el BGH se plantea si el acusado, dada su posición de director del departa-
mento de revisión interna y del jurídico, estaba en posición de garante. Al respecto se niega -co-
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rrectamente- la posibilidad de basarla en la injerencia y se pone el acento en la delegación de


funciones de la empresa hacia el acusado A. Entiende el BGH que el empresario tenía una deber
de protección del patrimonio de los potenciales afectados por las tarifas, dado que se trata de un
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organismo sometido a las reglas del Derecho público en el que los afectados no pueden compor-
tarse como contratantes normales, sino que confían en la corrección legal de las tasas e impuestos
que la empresa gestionaba para la comunidad. Ese deber de protección de los intereses de los
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de cumplimiento le incumbe <<por regla general>> un deber de garante jurídico penal grama, esto es, su efectiva materialización para lograr los fines preventivos en todo
en el sentido del § 13 StGB en el contexto de la actividad de impedir delitos que sur- los niveles de la empresa; y e) el control y seguimiento de las normas derivadas del
jan de la empresa por parte de sus miembros. Según el BGH esa es «la necesaria con- programa, identificando las posible infracciones e informando a la dirección de la
trapartida del deber asumido frente a la dirección de la empresa de impedir ilícitos y empresa con el fin de prevenirlas.

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especialmente delitos». Estas afirmaciones del BGH han provocado un importante
revuelo en la doctrina, 2 dado que hasta la fecha no se había planteado la posibilidad Sin embargo, la cuestión planteada en los términos anteriores carece de toda es-
de que los responsables de diseñar, establecer y supervisar los controles y procedi- pectacularidad dogmática: se trataría, simplemente de saber si el responsable de cum-

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mientos internos para la prevención de delitos en la empresa llegaran a responder plimiento asume de forma originaria el deber de impedir que se cometan delitos en
penalmente por incumplir los deberes asumidos. Ciertamente, ha sido solo en tiempos la empresa, en cuyo caso su omisión le reportaría responsabilidad en comisión por
recientes que se ha planteado y plasmado legalmente en algunos Ordenamientos el omisión por el delito cometido, o bien si ello es ajeno a su cargo contractualmente

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deber jurídico-penal de prevenir y evitar determinados delitos en la empresa.3 En aceptado. Pues bien, esta pregunta se resuelve fácilmente: no existe una posición de
concreto, en España, el nuevo art. 31 bis CP recoge la infracción del «deber de control» garante original del responsable de cumplimiento por los delitos que se cometan en
sobre las personas subordinadas a administradores y representantes. En la medida en la empresa. 5 Los deberes primarios que le incumben6 se reducen a evaluar los riesgos
que determinadas personas físicas dentro de la empresa aparecen como los encarga- e implementar un programa de cumplimiento acorde a aquella valoración, a vigilar el

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dos de ejercer aquellas labores de supervisión, vigilancia y control, resulta lógico que cumplimiento del programa y a formar a los trabajadores y a informar a la dirección
haya surgido la pregunta de hasta qué punto su incorrecto desempeño puede desen- de la empresa del desarrollo, incidencias y eventuales riesgos detectados en su activi-
dad. Ocupa una posición en la empresa inmediatamente subordinada a los órganos de

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cadenar responsabilidad penal en tales personas.
dirección, similar a la de un alto directivo. Acopia todas las informaciones relevantes
Debe llamarse la atención sobre el hecho de que no existe una concreta defini- y tiene facultades de inspección y de obtención de información de toda la empresa.
ción de la figura del responsable de cumplimiento, sino que sus contornos se perfi- Tiene asimismo facultades decisorias sobre los eventuales controles y las investigacio-
lan de acuerdo al entendimiento general relativo al concepto de cumplimiento nes sobre las posibles sospechas. Es independiente en términos organizativos, econó-

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(«compliance») en la empresa, esto es, la actividad de observar y seguir reglas jurí- micos y materiales, aunque carece facultades ejecutivas. Sus deberes de información
dicas en su seno, que incluye el conglomerado de deberes para el control de peligros incluyen un derecho de escalada, consistente en poder dirigirse directamente a la
que se generan en los procesos empresariales y la sujeción a todos los preceptos y cúpula de la empresa para transmitirle la información relevante fruto de su actividad.

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medidas encaminadas a asegurar el respeto de tales deberes. Con todo, se han iden-
Como puede comprobarse, el responsable de cumplimiento es tan sólo un órgano
tificado tres grandes etapas en la implementación de los programas de cumplimien-
auxiliar. El cumplimiento del Derecho en la empresa es tarea primordial de sus órga-
to cuya descripción resulta de ayuda para representarse la clase de obligaciones que
nos directivos, quienes son los realmente llamados a organizar un sistema de cumpli-
incumben al responsable de cumplimiento: 4 a) el diseño del programa por parte del
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responsable de cumplimiento, que debe ser aprobado por la dirección de la empre-
miento en el cual el responsable de cumplimiento es solo la cabeza visible.
sa y debe satisfacer los estándares de calidad referidos a la identificación, control, Por consiguiente, la relevancia de la discusión debe centrarse en otro punto: si
información y evitación de los riesgos de la empresa; b) la implementación del pro- el responsable de cumplimiento recibe la posición de garantía para impedir delitos
de forma derivada, esto es, por delegación de los deberes que competen a la direc-
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ción de la empresa? Es a partir de esta interpretación que las palabras del BGH
pueden devenir auténticamente problemáticas, pues de ellas es posible desprender
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ciudadanos le correspondía a la dirección de la empresa y fue delegado y asumido por A., quien lo
infringió al no evitar la comisión del delito de estafa. que, normalmente («regelmiissig» -afirma literalmente la sentencia-) será así, lo
2. Sin ánimo de exhaustividad: ROTSCH, «Garantenpflicht aufgrund dienstlicher Stellung», Z]S, que puede significar que el BGH está entendiendo que tan pronto como se desem-
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2009, pp. 712 y ss.; EL MISMO, en ACHENBACH/RANSIEK (eds.), Handbuch Wirtschaftsstrafrecht, Y peñe la función de responsable de cumplimiento se recibe, de forma derivada pero
ed., 2012, 4/33 y ss.; RANSIEK, <<Zur strafrechtlichen Verantwortung des Compliance Officers», AG, automática, la delegación de deberes de vigilancia y control con respecto a los de-
5/2010, pp. 147 y ss.; DANNECKER/DANNECKER, «Die <Nerteilung» der strafrechtlichen Geschiiftsherr- litos que se cometan en la empresa.
enhaftung», ]Z, 20/2010, pp. 981 y ss.; MOMSEN, «Der «Compliance-Officen> als Unterlassensgarant>>,
Esta última observación -no tenida en cuenta por una parte la doctrina alemana
FS-Puppe, 2010, pp. 751 y ss.; RóNNAU/F. SCHNEIDER, «Der Compliance-Beauftragte als strafrechtlicher
que se ha ocupado del pronunciamiento del BGH- permite un análisis distintivo del
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Garant», ZIP, 2010, pp. 53 y ss.; BEULKE, Der «Compliance Officer» als Aufsichtsgarant?», FS-Geppert,
2011, pp. 23 y ss.; SCHNEIDER/GOTTSCHALDT, «Üffene Grundsatzfragen der strafrechtlichen Verant- problema, como a continuación se desarrollará.
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wortlichkeit von Compliance-Beauftragten in Unternehmen, ZIS, 7/2011, pp. 573 y ss.; KRÜGER,
«Beteiligung durch Unterlassen an fremden Straftaten. Überlegungen aus Anlass des Urteils zum
Compliance Officer», ZIS, 1/2011, pp. 1 y ss. 5. Así, DANNECKER/DANNECKER, «Die "Verteilung" der strafrechtlichen Geschaftsherrenhaftung»,
3. En Alemania, el parágrafo 130 de la Ley de Contravenciones (OWiG), instituye un deber de ]Z 20/2010, p. 988; KUDLICH/ÜGLACKCIOGLU, Wirtschaftsstrafrecht, 2011, 7/255; RONNAU/F. SCHNEIDER,
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vigilancia no penal. «Der Compliance-Beauftragte als strafrechtlicher Garant», ZIP, 2010, p. 57


4. Cfr. la descripción, p. ej., de BERMEJO/PALERMO, «La intervención delictiva del Compliance 6. Véase la descripción por ejemplo de RÜNNAU/SCHNEIDER, ZIP, 2010, p. 57.
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Officen>, en prensa. 7. Así, RÜNNAU/F. SCHNEIDER, ZIP, 2010, p. 57; DANNECKER/DANNECKER, ]Z, 20/2010, p. 990.

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El responsable de cumplimiento («Compliance Officer>) ante el Derecho penal

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11. EL ALCANCE DE LA POSICIÓN DE GARANTE DEL EMPRESARIO nismos organizativos adecuados para evitar su existencia o, en todo caso, minimi-
zarlos hasta que deriven en riesgos tolerados. Tal deber implica el de procurarse los
Con carácter previo a cualquier consideración relativa a la responsabilidad del conocimientos necesarios sobre aquellos peligros típicamente empresariales, lo que
responsable de cumplimiento es necesario responder a la pregunta de si el empresario en grandes empresas requerirá, a su vez, una adecuada estructura organizativa res-
pecto de los flujos de información intraempresariales. Si no se trata de un peligro

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se halla en una posición de garante que le obligue a impedir la comisión de hechos
delictivos por parte de subordinados con repercusión en los bienes jurídicos de terce- típicamente empresarial o bien, si aun siéndolo, se han dispuesto los mecanismos
ros. Esta cuestión resulta mucho más debatida en Alemania (bajo la terminología de organizativos adecuados -incluyendo los relativos a la obtención de información- y,

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Geschaftherrenhaftung) que en España. En términos generales, se objeta en aquel país sin embargo, se producen resultados lesivos, estos sólo pueden explicarse como rea-
a la aludida posibilidad que la infracción de deberes organizativos ya está sancionada lización de riesgos en sí permitidos.
como contravención en el parágrafo 130 de la ley de contravenciones (Ordnungswi- El fundamento de esta responsabilidad habría de hallarse en que la organización

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drigkeitengesetz, OWiG), de modo que no cabría acudir a la responsabilidad en comi- de la empresa en diversos niveles de personas no exonera al órgano directivo de la
sión por omisión del delito que finalmente cometa el subordinado. La argumentación obligación de evitar que en dichos niveles surjan peligros para los demás. Más rele-
no es de recibo, por cuanto el parágrafo 130 OWiG no tiene un efecto oclusivo en vantes que el fundamento de esta responsabilidad son las cuestiones relativas a su
relación con la infracción de normas de conducta que constituyan delito. Su ámbito concreción. Por un lado la de qué concretos peligros derivados de la actuación de los

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de aplicación, aunque en ocasiones pueda solaparse con los tipos de la Parte Especial, empleados son los que se integran en la posición de garantía de los órganos de direc-
es más amplio 8 . Asimismo, se objeta contra la posición de garante del empresario que ción y, por el otro, qué medidas de vigilancia y control son exigibles para afirmar su

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los subordinados son a su vez sujetos autorresponsables, de modo que este hecho adecuado cumplimiento.
impediría atribuirle responsabilidad por los delitos que éstos cometieran.9 Con todo, Respecto de lo primero, no cabe ciertamente desconocer que en última instancia
también esta segunda objeción decae si se tiene en cuenta que la autorresponsabilidad el empleado es un sujeto autorresponsable, de forma que de la comisión de hechos
del subordinado no es ningún obstáculo para imputar también el hecho delictivo al delictivos si actúa enteramente como particular, aunque en el contexto fáctico de la

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empresario -ya sea a título de autoría, ya lo sea a título de participación-lO si éste empresa, deberá responder él exclusivamente. Diferente es el que el empleado co-
se manifiesta como una infracción de deberes asumidos por él. Dicho con otras pala- meta el delito utilizando el específico potencial de actuación -ya sea material, ya
bras: en ese caso el empresario no puede distanciarse del delito cometido pese a la lo sea jurídico- que se le confiere en tanto miembro de la empresa. En tales casos,

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autorresponsabilidad del ejecutor. de ser conocidas las intenciones delictivas del subordinado, la cúpula de la empresa
En efecto, el empresario tiene el deber de evitar los cursos lesivos que surgen de no puede apelar ya a aquella autorresponsabilidad ni al ámbito de lo penalmente
la actividad empresarial. La idea básica que fundamenta la posición de garantía de los permitido.
órganos de dirección de la empresa reside en que con el establecimiento de la orga- Respecto de la segunda de las cuestiones anunciadas, progresivamente va impo-

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nización el empresario asume el compromiso de contener aquellos riesgos que de la
misma vayan surgiendo para los bienes jurídicos de los demás. Esta es la contrapar-
tida a la libertad ejercida mediante el establecimiento de la empresa.l 1 Resulta pací-
niéndose en la doctrina el punto de vista según el cual no puede exigirse a la cúpula
de la empresa un control total de los riesgos que se deriven de la misma, incluyendo
los que procedan de la actuación de los subordinados, sino que lo exigible termina
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fico que la responsabilidad en comisión por omisión podrá fundamentarse allí donde con una adecuada organización de la vigilancia en aras a evitar la realización de ries-
la empresa pasa a convertirse en un foco evidente de peligros -pese a que inicial- gos típicamente empresariales en los diversos niveles de la empresa. Naturalmente,
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mente no lo fuera-. Ello normalmente sucederá por los riesgos típicamente unidos ello implica una correcta organización de los procesos internos, la disposición de
a la actividad empresarial que se descontrolan con el paso del tiempo. En relación mecanismos de seguridad y la implementación de sistemas de vigilancia y control
referidos a las tareas propias de la actividad empresarial que se hallan en manos de
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con tales peligros, los órganos de dirección tienen el deber de establecer los meca-
los empleados. También aquí, pues, rige el deber de procurarse conocimientos sobre
el desempeño de estas actividades. Más allá, de la adecuada vigilancia -y la corres-
pondiente obtención de información- de los potenciales de actuación típicamente
8. Así, RÓNNAU/SCHNEIDER, ZIP, 2010, p. 54; DANNECKER/DANNECKER,]Z 20/2010, p. 989; RANSIEK,
<<Zur strafrechtlichen Verantwortung des Compliance Officers>>, AG, 5/2010, p. 149.
delictivos en manos de los empleados, no existe razón alguna para desaprobar la
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9. Así, p. ej., de forma muy enfática, BEULKE, «Der "Compliance Officer" als Aufsichtsgarant?», conducta de los órganos de dirección que permanecen pasivos ante el comportamien-
FS-Geppert, 2011, pp. 23 y ss.; más matizadamente, SCHALL, «Grund und Grenzen der strafrechtlichen to delictivo del empleado.
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Geschaftsherrenhaftung», FS-Rudolphi, 2004, p. 267. En definitiva, el cumplimiento de este deber de garante se produce mediante la
10. En contra de una extendida creencia, la autorresponsabilidad del autor no es obstáculo al adopción de mecanismos de vigilancia sobre los cursos o procesos propios de la acti-
castigo del partícipe en la medida en que se entienda que para este último el hecho se manifiesta vidad empresarial que pueden entrañar peligros para terceros, incluyendo los provo-
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también como su propio hecho.


cados por los subordinados. Tal deber incumbe primariamente a la dirección de la
11. En esencia, como aquí, WOHLERS, NK-StGB, 3• ed., 2010, § 13, núm. marg. 46; RANSIEK,
<<Zur strafrechtlichen Verantwortung des Compliance Officers», AG, 5/2010, p. 150; RóNNAU/SCHNEIDER, empresa -órgano de administración- en tanto al asumir la dirección y control de la
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ZIP, 2010, p. 56. misma se asume también la evitación de los peligros que de ella surjan.

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Naturalmente es posible la delegación de funciones. 12 En tales casos se reprodu- la empresa-.1 4 No obstante, aunque se trate de la asunción mediante delegación de
cen las cuestiones antes aludidas relativas a la clase de riesgos que han de ser impe- una parte de la función de vigilancia y control no debe infravalorarse su importan-
didos y a los deberes de vigilancia y obtención de información que siguen recayendo cia para el correcto desempeño de la competencia de vigilancia y control del ga-
en la dirección de la empresa pese a la delegación. En efecto, la delegación correcta- rante primario: 15 el responsable de cumplimiento dispone de la información rele-
mente efectuada modifica la posición jurídica del delegante liberándole de los debe-

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vante para el cumplimiento de aquella función, lo que le sitúa en una posición
res inherentes al ámbito competencia! de que se trate, pues de lo contrario, carecería privilegiada en la empresa y condiciona la actuación del órgano directivo a que aquel
por completo de sentido que se llevara a cabo. Ahora bien, el delegante mantiene el delegado le haga llegar la información para tomar las decisiones y medidas organi-

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poder de revocación de la delegación, lo que significa que de algún modo le incum- zativas oportunas.
be lo que el delegado organice. Esa incumbencia no puede tener como contenido un En definitiva, desde el punto de vista del órgano directivo estamos ante una posi-
deber de vigilancia y control exhaustivo respecto de la actividad delegada. Vendrá ción de garantía que puede fragmentarse y delegarse uno o varios de esos fragmentos

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definida, nuevamente, por un lado, por aquella clase de riesgos prototípicos que (en nuestro caso, especialmente, la obtención de información). Y desde el punto de
puedan surgir del ámbito en cuestión, y, por el otro, por el establecimiento de ciertos vista del responsable de cumplimiento su posición de garante se fundamenta en haber
mecanismos de vigilancia y control con respecto al correcto desarrollo de la activi- asumido mediante la delegación una parte de la función de vigilancia y control (signi-
dad por parte del delegado. El cumplimiento de esto último se materializa mediante ficativamente: la obtención de información) propia del órgano directivo, de forma que

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la obtención de indicadores objetivos -como informes, etc.- que no ofrezcan al en lo que a esa parte se refiere se <<subroga» en la competencia del delegante y, aunque
delegante razones para tener que revocar la delegación. No se olvide que en tanto carezca de facultades de decisión y ejecución al respecto, el incumplimiento del frag-

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persona autorresponsable, el delegado podrá incurrir en responsabilidad penal si el mento asumido determina la imposibilidad de que quien tiene tales facultades -el
daño llega a explicarse como una desviación puramente personal del potencial delic- órgano directivo- pueda ejercerlas convenientemente.
tivo que le ofrece la empresa. 13 Por consiguiente, es erróneo entender que al responsabilizar al responsable de
cumplimiento se está institucionalizando una <<cabeza de turco» en la empresa: su

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responsabilidad se fundamenta en el incorrecto desempeño de los deberes asumidos.
III. ¿QUÉ ASUME EL RESPONSABLE DE CUMPLIMIENTO? Los concretos deberes se hallan limitados por el alcance de la delegación real y ma-
terialmente asumida por el responsable de cumplimiento. En términos generales tales

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Sentado que también los deberes de control y vigilancia propios de la dirección deberes se pueden reducir a los relativos a la investigación de infracciones y al trasla-
de la empresa son susceptibles de delegación, por lo menos parcial, es precisamente do de la información obtenida.
en este marco donde entra en escena la figura del responsable de cumplimiento: entre
otras cosas, asume la vigilancia sobre el correcto cumplimiento del Derecho en las
diversas capas de la empresa y la transmisión de las informaciones relevantes al res- Iv. PRESUPUESTOS DE LA RESPONSABIUDAD 16
pecto a los órganos de dirección. Ciertamente, el responsable de cumplimiento noU
tiene facultades ejecutivas ni asume, con carácter general, la obligación de impedir En primer lugar, es necesario que la omisión del responsable de cumplimiento
delitos en los ámbitos sometidos a su competencia. Su asunción es más limitada: debe
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se refiera a un delito que aún no se ha cometido. Si el delito se ha consumado, en
obtener un conocimiento respecto del cumplimiento del Derecho en la empresa y, cambio, sólo podrá hablarse de una mera omisión de denuncia, no castigada por
caso de detectar que algo va mal, debe transmitirlo para que lo corrija el competente.
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nuestro Derecho penalP En relación con delitos aún no consumados, ya se ha indi-


Por consiguiente, el responsable de cumplimiento no asume la completa posi- cado que normalmente las posibilidades de que el responsable de cumplimiento pu-
ción de garantía de control o vigilancia por delegación del órgano competente, ni diera impedirlos serán de carácter indirecto, esto es, mediante la correspondiente
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tampoco se genera una nueva posición de garantía con el mismo contenido, sino
que lo asumido es sólo una parte: el deber de investigar y transmitir información
al órgano superior -auténtico competente primario de la evitación de delitos en
14. Dejo de lado aquellos supuestos -a mi juicio menos frecuentes- en los que el responsa-
ble de cumplimiento -en virtud de las concretas obligaciones contractuales contraídas con la em-
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presa- llegue a asumir mayores funciones (como la de impedir directa y personalmente la comisión
12. Al respecto véase, en general, MONTANER FERNÁNDEZ, Gestión empresarial y atribución de del hecho delictivo).
responsabilidad penal, 2008, pp. 84 y ss.
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15. Lo destacan, con razón, DANNECKER/DANNECKER, ]Z 20/2010, p. 990.


13. Cuestión distinta es la de si la infracción de las competencias de vigilancia y control por 16. Sobre lo que sigue, véase, especialmente, DOPICO GÓMEZ-ALLER, <<Presupuestos básicos de
parte del delegante da lugar siempre a autoría o a participación -en comisión por omisión-. Ello, la responsabilidad penal de Compliance Officer y otros garantes en la empresa», Actualidad jurídi-
a mi juicio, no puede ser respondido mediante una fórmula general -como suele hacerse-, sino ca Aranzadi, (843), 2012, pp. 1 y ss.
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mediante el examen de si el concreto injusto del hecho es expresión de la infracción de aquellos 17. Ciertamente, un delito ya consumado, puede ser indicio de que en el futuro se seguirán
deberes residuales del delegante o bien va más allá, en cuyo caso sólo cabría acudir a la noción de cometiendo delitos, lo que obligue, en todo caso, al encargado de cumplimiento a activar los co-
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participación (sobre ello véase también infra apdo. V). rrespondientes mecanismos de vigilancia y control de forma muy especial.

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derivación de la información relativa a la futura comisión de ese delito hacia los órga- de complicidad en comisión por omisión. Ello se fundamenta en la tradicional distin-
nos competentes para su evitación. ción entre posiciones de garantía basadas en una función de control de fuentes de
En segundo lugar, el encargado de cumplimiento ha de omitir una conducta con- peligro y posiciones de garantía basadas en una función de protección de un bien
traria a los deberes asumidos cuya realización, por lo menos, hubiera supuesto una jurídico. Como es sabido, las primeras darían lugar a responsabilidad a título de par-
obstaculización a la comisión del delito. Por regla general se tratará de la pasividad

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ticipación, caso que lo impedido fuera un delito cometido por otro, mientras que las
ante la presencia de indicios sobre posibles conductas delictivas o de la no transmisión segundas darían lugar, en todo caso, a responsabilidad a título de autoría. 20 La posi-
de información ya obtenida al órgano competente para impedirlas (p. ej. bloqueando ción de garantía ocupada por el responsable de cumplimiento debería ubicarse enton-

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las denuncias recibidas). Más raramente se dará al supuesto de total dejación de fun- ces en el primer grupo. Con todo, también es posible defender la calificación de com-
ciones por parte del encargado de cumplimiento. plicidad desde aquella otra teoría -minoritaria- que halla la distinción entre autoría
Más importante, en tercer lugar, es el requisito relativo a que el riesgo de comisión y participación en la omisión en el criterio del dominio del hecho. 21 Dado que el res-

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delictiva no impedido sea uno de aquellos que el encargado de cumplimiento ha asu- ponsable de cumplimiento no ostentaría el dominio real del hecho, sino a lo sumo
mido impedir. En efecto, por un lado y dado que técnicamente estamos ante supuestos potencial, debería se considerado partícipe del hecho efectivamente dominado por el
de delegación, el futuro delito debe de pertenecer a la clase de delitos que le incumbe autor del delito. Por el contrario, un tercer punto de vista teórico -también minori-
a la empresa impedir, esto es, tal y como quedó apuntado supra, a los delitos referidos tario- sobre la delimitación habría de conducir a la calificación de autoría de la omi-

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a la actividad propia de la empresa (el específico potencial de actuación que la empre- sión del responsable de cumplimiento, a saber, aquel que contempla a los delitos
sa confiera). Asimismo, y dado que puede que no se delegue el control de todos los omisivos como delitos de infracción de un deber. 22

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riesgos propios de la actividad empresarial al responsable de cumplimiento, sino sólo Desde mi punto de vista, la cuestión está erróneamente planteada tanto por la
un abanico más definido, el riesgo concretamente no impedido debe pertenecer a la doctrina mayoritaria como por la minoritaria desde un principio. No se trata de pre-
clase de riesgos cuyo compromiso de control ha sido asumido expresamente por el definir la solución mediante el etiquetamiento del garante en una función a la que se
responsable de cumplimiento. Esta última cuestión es especialmente importante por- le asignan consecuencias distintas a las de la otra función. Además, la función de con-

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que parece imponerse la tendencia de que al responsable de cumplimiento sólo le trol de fuentes de peligro es plenamente intercambiable con la función de protección
corresponde impedir delitos relativos al fraude o la corrupción y, no en cambio, otros de un bien jurídico: tanto puede predicarse del responsable de cumplimiento que
delitos vinculados con la actividad de la empresa como lo suelen ser los delitos medio- tiene que proteger los bienes jurídicos de la empresa o de terceros frente a determi-

SO
ambientales o contra los derechos de los trabajadores (cuyo impedimento correspon- nados peligros como que tiene que controlar los peligros que surjan del ámbito asu-
dería, a su vez, a otros departamentos expresamente encargados de su prevención). 18 mido para esos bienes. El problema de tal distinción es que no atiende a las razones
En suma, lo relevante será lo concretamente asumido en el caso concreto. materiales de la responsabilidad. Asimismo, tampoco se trata del dominio del hecho,
Por lo demás, resulta claro que el deber termina allí donde se da cumplimiento sino de si al garante le incumbe tal dominio. Y la concepción que ve a todos los delitos

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con lo asumido. Esto es, si una vez se ha dado traslado de la información relevante al
órgano competente para impedir el delito éste no lo impide, el responsable de cum-
plimiento no responderá penalmente por no haber adoptado ulteriores medidas en-
omisivos como delitos de infracción de un deber ignora que en la comisión por omi-
sión se trata de la lesión de un deber negativo, el de no dañar a los demás, cuya in-
fracción no se produce por la mera ausencia de prestaciones positivas, de fomento, al
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caminadas a que el delito no se cometiera. Repárese, pues, en este sentido, que los bien en cuestión, sino por la realización de actos de organización (que naturalística-
deberes del responsable de cumplimiento son deberes frente a la empresa y sólo si se mente pueden ser activos u omisivos). Por lo demás, resulta claro que en todo caso las
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diera una de las situaciones típicas previstas en el art. 450 CP (delito de omisión del infracciones de deberes (por supuesto en el caso de los negativos, pero también en el
deber de impedir determinados delitos) respondería penalmente por su pasividad. de positivos) 23 son perfectamente graduables atendiendo a su intensidad.
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La solución sólo puede derivarse de la adopción de premisas adecuadas sobre la


teoría de la intervención en el delito. 24 Es interviniente en el delito todo aquel al que
V. lAUTOR O PARTÍCIPE?

Una de las cuestiones más debatidas en torno a la responsabilidad de esta figura 20. Cfr., por ejemplo, CRAMER, en SHÓNKE/SCHRÓDER, StGB, 24 ed., 1991, previo a los §§ 25 y
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es la de si su eventual responsabilidad penal debería predicarse a título de autor o de ss., n° marg. 98 y ss.
partícipe en comisión por omisión. 19 La mayoría de la doctrina alemana llega a la 21. Cfr., por ejemplo, }ESCHECK/WEIGEND, Tratado de Derecho penal. Parte General (trad. Ol-
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conclusión de que estamos ante un supuesto de participación y, más concretamente, medo Cardenete), 5a ed., 2002, p. 749.
22. Cfr. ROXIN, Tiiterschaft und Tatherrschaft, 8a ed., 2006, pp. 459 y ss.
23. Lo que sorprendentemente parecen desconocer los partidarios de la teoría de los delitos
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de infracción de un deber.
18. Así, DO PICO GÓMEZ-ALLER, Actualidad jurídica Aranzadi, (843), 2012, p. 2. 24. Sobre la teoría de intervención en el delito, ROBLES PLANAS, <<Los dos niveles del sistema
19. Véanse las refencias a la discussion en KRÜGER, <<Beteiligung durch Unterlassen an fremden de intervención en el delito (El ejemplo de la intervención por omisión)», InDret Penal, 2/2012, pp.
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Straftaten. Überlegungen aus Anlass des Urteils zum Compliance Officer», ZIS, 1/2011, pp. 1 y ss. 1 y ss.; EL MISMO, Garantes y cómplices, 2007, pp. 13 y ss.; EL MISMO, La participación en el delí-

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B
El responsable de cumplimiento («Compliance Officer») ante el Derecho penal

-S
se le pueda imputar objetivamente el acontecer típico, con independencia de que su e) Ciertamente, lo más frecuente será que la aportación del responsable de cum-
aportación haya tenido lugar en el estadio ejecutivo o antes y que revista forma activa plimiento se limite a la no adecuada transmisión de la información hacia el
u omisiva. Se trata de la determinación del carácter desaprobado de su conducta. Esta órgano que le ha delegado la función de vigilancia y control o a la no correcta
cuestión no ofrece especiales dificultades en la figura del responsable de cumplimien- evaluación de las situaciones de riesgo en la empresa. En la medida en que se

O
to una vez que se ha llegado al convencimiento de que asume, por delegación, una trate de informaciones que el órgano pudo haber obtenido por otras vías o de
posición de garantía referida a la prevención de delitos en la empresa y, más concre- situaciones de riesgo que habrían de haber sido igualmente advertidas median-
tamente, referida a la vigilancia y control de la actuación de sus integrantes. En la te el cumplimiento de los deberes de vigilancia y control residuales y generales

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medida en que el responsable de cumplimiento infringe los deberes que le incumben, que corresponden en todo caso a la dirección de la empresa, la conducta del
obra de forma típicamente desaprobada en relación al delito finalmente cometido. responsable de cumplimiento habrá de calificarse como de complicidad. Igual-
Determinado el carácter desaprobado -en el caso concreto- de la conducta del mente, existirá complicidad cuando el bloqueo de la información al órgano

ÉM
interviniente, debe procederse a valorar la aportación. Tampoco aquí prejuzga en nada directivo se refiere a una actividad delictiva cometida por un subordinado -
la solución el hecho de que la aportación se halla llevado a cabo en el estadio ejecuti- normalmente alejado de la cúpula-, de forma que la dirección de la empresa
vo o antes o el hecho de que revista forma activa u omisiva. Lo determinante es la no puede llegar a conocer ni ejercer adecuadamente sus correspondientes fa-
medida de configuración del injusto del hecho en su concreta aparición. 25 En refe- cultades de vigilancia y control. Obsérvese como también aquí el responsable

P. D
rencia a la figura del responsable de cumplimiento caben todas las posibilidades. cumplimiento se <<Sitúa» en la posición del órgano directivo, sólo que el even-
tual injusto de este último, de haber cumplido el primero con el deber de in-

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a) Puede suceder que el responsable de cumplimiento determine completamente formar, se agotaría en la infracción de las competencias generales y residuales
un error invencible en el que lleva a cabo el comportamiento ejecutivo consti- de vigilancia y control.
tutivo de delito, en cuyo caso el primero será autor mediato del delito. Ello
ocurrirá, p. ej., siempre que el responsable de cumplimiento instrumentalice al
VI. PROBLEMAS DE IMPUTACIÓN SUBJETIVA Y EN LOS DELITOS

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órgano de administración suministrándole información falsa que determina una
actuación delictiva -en error invencible- del órgano, así como cuando le ocul- ESPECIALES
te información relevante para la evitación del delito que sólo el responsable de

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cumplimiento puede obtener, de forma que la dirección de la empresa perma- Un tema no menor, con evidente repercusión práctica, lo constituye las dificulta-
nezca pasiva ante la situación que debería haber evitado. 26 Obsérvese que en des de imputación subjetiva del hecho al responsable de cumplimiento, especialmente
tales casos, el responsable de cumplimiento se <<sitúa» en la posición del órgano en los supuestos en los que su intervención es calificada como de participación. En
directivo. Lo decisivo para admitir la autoría (mediata) del primero es que de efecto, con independencia de las dudas que en el plano teórico puede suscitar la cons-
haber cumplido éste con su deber habría nacido en el segundo el deber de im- telación de casos de participación por imprudencia así como la participación dolosa
U
pedir el hecho con la máxima intensidad (a título de autor). Esta última cuestión
dependerá de si el riesgo era uno de aquellos cuyo control directo e inmediato
en hechos imprudentes, lo cierto es que la inmensa mayoría de delitos de los que es
posible predicar la responsabilidad penal del responsable de cumplimiento son delitos
correspondía a la dirección de la empresa (vid. también infra e). en los que sólo está prevista la modalidad dolosa. Ello, de entrada, convertiría en atí-
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b) La coautoría será posible allí donde el responsable de cumplimiento tuviera com- picas todas las formas de participación por mera infracción de los deberes de cuidado
por parte del responsable de cumplimiento. 27 Más discutible resulta que no pueda
R

petencias directas para evitar la conducta delictiva de un miembro de la empre-


sa. Y más en general, siempre que la posición que ocupe en la empresa se carac- castigarse en ningún caso la participación dolosa del responsable de cumplimiento
terice por su predominancia en los procesos de dirección, gestión o decisión aun cuando no concurra dolo en el ejecutor, aunque debe reconocerse que este es un
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interna, de manera que lo sitúe en términos idénticos a un alto directivo o camino escasamente transitado por doctrina y jurisprudencia. 28 Debe llamarse, no
miembro del Consejo de administración, con amplias facultades para configu-
rar el devenir de los acontecimientos legales e ilegales en la organización.
27. A otra conclusión puede llegarse en los reducidos casos donde sí está prevista la modalidad
A

imprudente (blanqueo de capitales, delitos contra el medio ambiente, etc.), aunque -naturalmen-
te- ello implicaría admitir la referida estructura.
PI

to: fundamento y límites, 2003, pp. 215 y ss. Acogiendo en gran medida mis planteamientos de la 28. Al respecto, ROBLES PLANAS, «Participación en el delito e imprudencia>>, RDPC, 2000, pp:
teoría de la intervención, MONTANER FERNÁNDEZ, Gestión empresarial, 2008, pp. 323 y ss. (en rela- 223 y ss. La admiten, p. ej., MONTANER FERNÁNDEZ, Gestión empresarial, 2008, pp. 346-348 (para
ción con la figura del ecoauditor) y BERMEJO/PALERMO, La intervención delictiva del Compliance el caso del ecoauditor) y BERMEJO/PALERMO, La intervención delictiva del Compliance Officer, en
Officer, en prensa (especialmente sobre la intervención del responsable de cumplimiento). prensa (para el caso del responsable de cumplimiento, afirmando que «Si el CO [<<Compliance
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25. Cfr. ROBLES PLANAS, lnDret Penal, 2/2012, p. 5 y ss. y 18 y ss. Officer>>] no evita dolosamente un delito que el autor lleva a cabo en error de tipo evitable, en lugar
26. En términos de la doctrina mayoritaria cabría hablar aquí, según creo, de dominio del hecho de autoría mediata es preferible hablar de participación dolosa en el delito imprudente del ejecutor,
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por dominio del error. si la omisión dolosa del CO no resultó determinante para la configuración del hecho>>).

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El responsable de cumplimiento («Compliance Officer») ante el Derecho penal

B
-S
obstante, la atención sobre los casos en los que el responsable de cumplimiento ins- Ransiek, A. (2010), <<Zur strafrechtlichen Verantwortung des Compliance Officers>>, AG,
trumentaliza al órgano competente para la evitación del delito, logrando que perma- 5/2010, pp. 147 y SS.
nezca pasivo. En tales supuestos, como ya se dijo, cabe acudir a la figura de la autoría ROBLES PLANAS, R. (2000), <<Participación en el delito e imprudencia>>, RDPC, (6),
mediata, de manera que desaparecerán los obstáculos de imputación subjetiva antes pp. 223 y ss.
mencionados para la participación. ROBLES PLANAS, R. (2003), La participación en el delito: fundamento y límites, Mar-

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De igual modo, en los delitos especiales surgen importantes dificultades para el cial Pons, Madrid-Barcelona.
castigo de las conductas del responsable de cumplimiento. En efecto, por un lado, en ROBLES PLANAS, R. (2007), Garantes y cómplices, Atelier, Barcelona.

IC
aquellos casos en los que el responsable de cumplimiento comete a título de autor (me- ROBLES PLANAS, R./RIGGI, E. (2008), <<El extraño art. 65.3 del Código Penal>>, lnDret
diato) un delito que requiere de determinada calificación para ser sujeto activo, no Penal, 4!2008.
podrá castigársele por ser extraneus (p. ej. porque no concurre en él la condición de ROBLES PLANAS, R. (2012), <<Los dos niveles del sistema de intervención en el delito

ÉM
administrador). Y, por el otro, si la cualificación no concurre en el empleado, tampoco (El ejemplo de la intervención por omisión)», InDret Penal, 2/2012.
podrá responsabilizarse como partícipe al responsable de cumplimiento por la infrac- RONNAU, TH./SCHNEIDER, F. (2010), <<Der Compliance-Beauftragte als strafrechtlicher
ción dolosa de sus deberes de garante según la concepción dominante de las reglas de Garant», ZIP, pp. 53 y ss.
la accesoriedad en los delitos especiales. En este caso, no sería posible acudir a la solu- ROTSCH, TH. (2009), <<Garantenpflicht aufgrund dienstlicher Stellung>>, Z]S, pp. 712 y ss.
ción de la autoría mediata, pues el responsable de cumplimiento seguiría careciendo de

P. D
ROTSCH, TH. (2012), <<Compliance>>, en ACHENBACH/RANSIEK (eds.), Handbuch Wirts-
la cualidad requerida en el tipo. Sólo si se entendiera que muchos de los delitos aparen- chajtsstrajrecht, 3a ed., Heidelberg.
temente especiales no lo son en realidad, sino que son delitos de posición, podría lle-

C CA
ROXIN, C. (2006), Tiiterschajt und Tatherrschajt, 8a ed., De Gruyter Recht, Berlín.
garse a construir la responsabilidad de quien no ostenta la cualidad especial acudiendo SCHALL, H. (2004), <<Grund und Grenzen der strafrechtlichen Geschaftsherrenhaftung>>,
a las reglas generales (autoría mediata en casos de usurpación de la posición). 29 FS-Hans-]oachim Rudolphi zum 70. Geburtstag, Luchterhand, pp. 267 y ss.
SCHNEIDER, H./GOTTSCHALDT, P. (2011), <<Offene Grundsatzfragen der strafrechtlichen

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O

29. Sobre los delitos de posición, véase, ROBLES PLANAS, Garantes y cómplices, 2007, pp. 129
C

y ss.; ROBLES PLANAS/RIGGI, «El extraño art. 65.3 del Código Penah, lnDret 4/2008, pp. 11 y SS.

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