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Universidad Industrial de Santander

Facultad de Ciencias Humanas


Escuela de Filosofía
Cine, Arte y Filosofía
Anslhey Roxeth Mora Ardila - 2190687

El mundo como tragedia excepcional. Reflexiones en torno a la


melancolía y el pesimismo en Hamlet y Schopenhauer

Sin embargo, Hamlet se hunde, cae en el abismo. Quien intuye el cadáver, decía

Fernando González, es capaz de atisbar, también, su futuro agonizante, y, en consecuencia,

recita la oración. Hamlet aquí ora, se arrodilla ante el señor; busca a su señor: el corazón.

La excepcionalidad de la miseria en Hamlet, el momento instituyente de su tragedia,

está en la incapacidad de desligarse −no ya del padre, se infinita tristeza; sino− del prejuicio

en el que se figura al artista como un soñador cobarde. Hamlet tuerce su dedo hundido en lo

sensible al afirmar que solo duerme… duerme y contempla. O, dicho en otras palabras: la

tragedia en Hamlet el artista tiene lugar en la certeza de que es poco lo que puede hacer el arte

para cambiar el mundo.

Hamlet es legitimado por medio de un sentido y no por la razón ¿No pasaba esto

mismo en Atenas? ¿No es este el motivo del destierro de los poetas? Schopenhauer, en

cambio, es legitimado por medio de la razón y no de los sentidos. Al tener esta de su lado,

fácilmente nos convence de que esta es la norma, la realidad que todos debemos afrontar.

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