Está en la página 1de 2

Febrero 25, 2021

Atráelas a Cristo

Escrito por Fanny de Gómez

¿Cuál es el propósito principal de enseñar a otras mujeres?

¡Atraerlas a Cristo!
Guardar
Para que lo conozcan más
Para que se parezcan a Él
Para que dependan de Él

Atraerlas a Cristo y no a nosotras es nuestra misión al trabajar con otras mujeres. Ellas deben cada
día conocer más a Cristo, parecerse más a Cristo, depender más de Él y no de nosotras. Es tan fácil
olvidar esto en el desempeño de la labor que Dios mismo nos encomendó como mujeres. 

Cuando Andrés encontró a Cristo, ¿qué hizo? Nos dice Juan 1:40-42 que él buscó a Simón Pedro e
inmediatamente lo trajo a Cristo. Cristo era el centro, era la Persona importante, no Andrés por
haberlo encontrado.

Al enseñar a las mujeres más jóvenes, recordemos que debemos traerlas a Cristo, a Su Palabra. Ellas
deben conocerlo a Él y nutrirse de Él, no de nosotras. Nosotras somos solo instrumentos para
llevarlas a Él. Procura entonces enseñar principios bíblicos, no preferencias personales. Ellas no
están llamadas a hacer las cosas como tú las haces, sino de una forma que dé gloria a Dios. El amar a
sus maridos y a sus hijos es el mandamiento; ahora, el cómo luce esto en la práctica variará de una
familia a otra. Lleva a las mujeres con las que trabajas a pensar cómo luciría esto en su hogar, de qué
forma su esposo y sus hijos se sentirían y estarían siendo amados por ellas. Puedes darles ejemplos
personales pues en ocasiones estos ayudan, pero no hagas énfasis en tu ejemplo, sino que más bien
llévalas a pensar de qué manera pueden poner esto en práctica en su hogar. Recuerda, el objetivo no
es que se parezcan a ti, sino que se parezcan a Cristo «para que la palabra de Dios no sea
blasfemada» (Tito 2:5).

Cuando Pablo llamó a los corintios a ser imitadores de él, les explicó inmediatamente a qué se
refería. «Sean imitadores de mí, como también yo lo soy de Cristo» (1 Corintios 11:1). El apóstol les
está diciendo que imiten de él solo lo que es de Cristo. A veces veo mujeres que quieren imitar la
forma de ser de otra que la ministra, pero esto es incorrecto. Dios nos hizo diferentes y únicas a cada
una de nosotras; nuestro llamado es a glorificarle con el temperamento y la personalidad que Él nos
dio.

Por otro lado, en tu tiempo de enseñanza con ellas sé intencional en mostrarles una y otra vez que su
dependencia debe ser de Cristo, de Su Palabra, y no de ti. Hoy puedes estar disponible para ellas,
mañana quizás no, sin embargo, Cristo siempre estará disponible para ellas. En la mayoría de sus
desafíos, Él es quien realmente puede ayudarlas, nosotras no somos más que simples instrumentos
en Sus manos. Llévalas entonces a Su Palabra, muéstrales Sus promesas, explícales Sus enseñanzas.
Todo esto se trata de Él y solo de Él. Atráelas a El. 

Cuando atraigas a esas mujeres a Cristo y no a ti, estarás haciendo lo que hizo Juan cuando le dijeron
que sus discípulos ahora seguían a Cristo. Él les respondió: «Es necesario que él crezca y que yo
disminuya» (Juan 3:30).

Cuando atraigas a esas mujeres a Cristo y no a ti, estarás cumpliendo el mandato de Tito 2; y cuando
las veas caminar solas o acompañadas de otra mujer que Dios ha puesto en su camino, no te sentirás
desplazada, sino que darás gloria a Dios por Su obra a través de todo Su pueblo.

Ayúdanos a llegar a otras

Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a
caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una
donación para apoyar nuestro blog de Maestra Verdadera?

Donar $3
Sobre el autor

Escritora Invitada

También podría gustarte