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Reina en mi espíritu una alegría admirable, muy Reina en mi Reina en mi es-

parecida a las dulces alboradas de la primavera, de que


píritu una alegría admirable,
gozo aquí con delicia. Estoy solo, y me felicito de vivir
en este país, el más a propósito para almas como la mía, muy parecida a las dulces
soy tan dichoso, mi querido amigo, me sojuzga de tal alboradas de la primavera,
modo la idea de reposar, que no me ocupo de mi arte.
Ahora no sabría dibujar, ni siquiera hacer una línea de que gozo aquí con delicia.
con el lápiz; y, sin embargo, jamás he sido mejor pintor Estoy solo, y me felicito de
Reina en mi espíritu una alegría admirable, Reina en mi espíritu una alegría admirable, muy parecida a las
muy parecida a las dulces alboradas de la dulces alboradas de la primavera, de que gozo aquí con delicia.
primavera, de que gozo aquí con delicia. Estoy Estoy solo, y me felicito de vivir en este país, el más a
solo, y me felicito de vivir en este país, el más propósito para almas como la mía, soy tan dichoso, mi querido
a propósito para almas como la mía, soy tan amigo, me sojuzga de tal modo la idea de reposar, que no me
dichoso, mi querido amigo, me sojuzga de tal ocupo de mi arte. Ahora no sabría dibujar, ni siquiera hacer
modo la idea de reposar, que no me ocupo de una línea con el lápiz; y, sin embargo, jamás he sido mejor
mi arte. Ahora no sabría dibujar, ni siquiera pintor Cuando el valle se vela en torno mío con un encaje de
hacer una línea con el lápiz; y, sin embargo, reina en mi espÍritu una ale- vapores; cuando el sol de mediodía centellea sobre la
impenetrable sombra de mi bosque sin conseguir otra cosa que
jamás he sido mejor pintor Cuando el valle se grÍa admirable, muy parecida
filtrar entre las hojas algunos rayos que penetran hasta el
vela en torno mío con un encaje de vapores; a las dulces alboradas de la
fondo del santuario, cuando recostado sobre la crecida hierba,
cuando el sol de mediodía centellea sobre la
primavera, de que gozo aquÍ cerca de la cascada, mi vista, más próxima a la tierra,
impenetrable sombra de mi bosque sin conseguir
con delicia. estoy solo, y me descubre multitud de menudas y diversas plantas; cuando
otra cosa que filtrar entre las hojas algunos
siento más cerca de mi corazón los rumores de vida de ese
rayos que penetran hasta el fondo del santuario, felicito de vivir en este paÍs, el
cuando recostado sobre la crecida hierba, mÁs a propÓsito para almas
Reina en mi espíritu una alegría admirable, muy cerca de la cascada, mi vista, más próxima a
como la mÍa, soy tan dichoso,
la tierra, descubre multitud de menudas y
parecida a las dulces alboradas de la primavera, de diversas plantas; cuando siento más cerca de mi querido amigo, me sojuzga
mi corazón los rumores de vida de ese pequeño de tal modo la idea de reposar,
que gozo aquí con delicia. Estoy solo, y me felicito mundo que palpita en los tallos de las hojas, y que no me ocupo de mi arte.
veo las formas innumerables e infinitas de los
ahora no sabrÍa dibujar, ni
de vivir en este país, el más a propósito para almas gusanillos y de los insectos; cuando siento, en
fin, la presencia del Todopoderoso, que nos ha
como la mía, soy tan dichoso, mi querido amigo, creado a su imagen, y el soplo del amor sin
limites que nos sostiene y nos mece en el seno
me sojuzga de tal modo la idea de reposar, que no de una eterna alegría; amigo mío, si los primeros
fulgores del alba me acarician, y el cielo y el
me ocupo de mi arte. Ahora no sabría dibujar, ni mundo que me rodean se reflejan en mi espíritu
como la imagen de una mujer adorada, entonces
siquiera hacer una línea con el lápiz; y, sin embargo,
Reina en mi espíritu una alegría admirable, muy parecida a las dulces albora-
jamás he sido mejor pintor Cuando el valle se vela das de la primavera, de que gozo aquí con delicia. Estoy solo, y me felicito de
vivir en este país, el más a propósito para almas como la mía, soy tan dichoso,
en torno mío con un encaje de vapores; cuando el mi querido amigo, me sojuzga de tal modo la idea de reposar, que no me ocupo
+ los tallos de las hojas, y veo las formas innumera- de mi arte. Ahora no sabría dibujar, ni siquiera hacer una línea con el lápiz; y,
sin embargo, jamás he sido mejor pintor Cuando el valle se vela en torno mío
bles e infinitas de los gusanillos y de los insectos; con un encaje de vapores; cuando el sol de mediodía centellea sobre la
impenetrable sombra de mi bosque sin conseguir otra cosa que filtrar entre las
cuando siento, en fin, la presencia del Todopodero- hojas algunos rayos que penetran hasta el fondo del santuario, cuando recosta-
so, que nos ha creado a su imagen, y el soplo del do sobre la crecida hierba, cerca de la cascada, mi vista, más próxima a la
tierra, descubre multitud de menudas y diversas plantas; cuando siento más
amor sin limites que nos sos�ene y nos mece en el cerca de mi corazón los rumores de vida de ese pequeño mundo que palpita en

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