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INTRODUCCIÓN 3
1. Etiología: 4
2. Fisiopatología: 4
3. Signos y síntomas: 5
3.1. Angina estable: 5
3.2. Angina atípica: 6
3.3. Angina nocturna: 7
3.4. Angina del decúbito: 7
3.5. Angina inestable: 7
3.6. Angina variante: 7
4. Diagnóstico: 8
4.1. ECG: 8
4.1.1. ¿Cómo es el ECG en la angina de pecho? 9
4.2. Prueba con estrés: 10
4.3. Angiografía: 11
CONCLUSIONES 13
BIBLIOGRAFÍA: 14
ANEXOS: 15
INTRODUCCIÓN
A pesar del continuo y significativo avance de las técnicas de diagnóstico en
medicina, algunas de las pruebas más utilizadas, que pueden considerarse como
clásicas, continúan manteniéndose de plena actualidad. El electrocardiograma (ECG
o EKG, del alemán electrokardiogram, en razón de William Einthoven, su inventor)
puede considerarse como paradigma de estas pruebas, ya que si bien es una
exploración que atañe al ámbito de la cardiología, su utilización va mucho más allá
de la esfera cardiológica. El ECG continúa proporcionando una información básica y
fundamental que no es posible obtener a través de otra exploración. Además, su
realización es rápida, sencilla, segura, no dolorosa y relativamente económica. El
anagrama del ECG está fuertemente asociado entre la población general con el
mundo de la medicina. Esta prueba se utiliza en una gran cantidad de situaciones
como exploración complementaria o añadida a otros exámenes médicos y
revisiones o chequeos periódicos de salud. En la mayoría de las intervenciones
quirúrgicas que se realizan con anestesia general y en buena parte de las
efectuadas bajo anestesia local, suele solicitarse previamente un ECG.
El sistema de conducción:
Es el tejido especializado mediante el cual se inician y se conducen los impulsos
eléctricos en el corazón. Se puede describir como una intrincada red de cables a
través de los cuales, y de una manera organizada, se realiza la transmisión de las
microcorrientes eléctricas que generan el movimiento del corazón. La
representación gráfica de estos impulsos eléctricos (de estas microcorrientes) es el
ECG. En el corazón normal, la frecuencia cardíaca debe ajustarse a las
necesidades concretas que en un determinado momento se precisen (no tenemos
las mismas pulsaciones durante el sueño que después de subir cuatro pisos). Por
otro lado, las diferentes cámaras (aurículas y ventrículos) deben tener un
movimiento sincronizado para que el latido cardíaco resulte eficaz. (Anexo Figura 1)
La frecuencia cardíaca, así como la fuerza y la sincronía en la contracción del
corazón, se encuentran reguladas, entre otros factores, por el sistema de
conducción, que consta de los siguientes elementos:
Tal desequilibrio entre el aporte y la demanda puede ocurrir cuando las arterias se
estrechan. El estrechamiento de la luz suele ser el resultado de la aterosclerosis de
la arteria coronaria, aunque también puede deberse a un espasmo de la arteria
coronaria o, rara vez, a una embolia en dicha arteria. La trombosis coronaria aguda
puede provocar angina si la obstrucción es parcial o transitoria, pero en general
produce un infarto agudo de miocardio.
Dado que la demanda miocárdica de oxígeno depende sobre todo de la frecuencia
cardíaca, la tensión mural sistólica y la contractilidad, el estrechamiento de una
arteria coronaria produce de manera característica angina durante el ejercicio, que
desaparece con el reposo.
Además del ejercicio, la carga de trabajo que soporta el músculo cardíaco puede
aumentar en presencia de ciertas enfermedades como hipertensión arterial,
estenosis aórtica, insuficiencia aórtica o miocardiopatía hipertrófica. En estos casos,
puede aparecer una angina tanto en presencia de aterosclerosis como sin ella.
Estas enfermedades también pueden disminuir la perfusión miocárdica relativa
como resultado del aumento de la masa miocárdica (que a su vez reduce el flujo
diastólico).
La disminución del aporte de oxígeno, como se observa en la anemia grave o en la
hipoxia, puede desencadenar o agravar la angina de pecho.
2. Fisiopatología:
3. Signos y síntomas:
La angina de pecho puede manifestarse con un dolor indefinido poco preocupante o
convertirse en poco tiempo en una compresión precordial intensa y grave. Rara vez
el paciente la describe como dolor. Las molestias se perciben con mayor frecuencia
debajo del esternón, aunque la localización varía, y pueden irradiar al hombro
izquierdo y hacia abajo en dirección a la cara interna del brazo izquierdo, incluso
hasta los dedos, hacia la espalda, la garganta, el maxilar y los dientes y,
ocasionalmente, hacia la cara interna del brazo derecho. También puede percibirse
en el epigastrio. Las molestias provocadas por la angina de pecho nunca se sienten
por encima del nivel de las orejas ni por debajo del ombligo.
Entre e incluso durante los episodios de angina, los hallazgos en el examen físico
pueden ser normales. No obstante, durante la crisis, la frecuencia cardíaca puede
aumentar en forma moderada, la tensión arterial suele ser alta, los ruidos cardíacos
impresionan distantes y el choque de la punta es más difuso. El segundo ruido
cardíaco puede tornarse paradójico como resultado de la prolongación de la
eyección del ventrículo izquierdo durante el episodio de isquemia. La auscultación
de un cuarto ruido es frecuente y también puede aparecer un tercer ruido. Si la
isquemia causa disfunción localizada del músculo papilar, que a su vez produce
insuficiencia mitral, puede auscultarse un soplo mesosistólico o telesistólico apical
de tono agudo, pero no demasiado fuerte.
Dado que los pacientes suelen poder predecir las características de la angina, el
hallazgo de alguna variación (p. ej., angina en reposo, angina de reciente comienzo,
angina progresiva) debe considerarse grave, en especial cuando la angina es grave
(es decir, clase 3 o 4 de la Sociedad Cardiovascular Canadiense). Estos cambios
constituyen la angina inestable y requieren evaluación y tratamiento urgentes.
3.6. Angina variante:
La angina variante está producida por un espasmo en una arteria coronaria (Anexo
Figura 4). El espasmo produce el endurecimiento de las paredes de la arteria, lo que
produce su estrechamiento y la reducción o la detección completa del aporte de
sangre al corazón. La angina variante puede ocurrir en personas con y sin
cardiopatía coronaria. Otras causas de espasmos en las arterias coronarias son:
-La exposición al frío.
-El estrés emocional.
-Los medicamentos vasoconstrictores, que estrechan los vasos sanguíneos.
-El tabaco.
-La cocaína.
4. Diagnóstico:
Síntomas típicos
ECG
Prueba con estrés con ECG o estudios de diagnóstico por la imagen (que emplea
ecocardiografía, gammagrafía con radionúclidos o RM)
Angiografía coronaria por síntomas significativos o por prueba con estrés positiva
Las molestias torácicas también pueden deberse a trastornos digestivos (p. ej.,
reflujo gastroesofágico, espasmo esofágico, indigestión, colelitiasis), costocondritis,
ansiedad, ataques de pánico, hiperventilación y otras cardiopatías (p. ej., disección
aórtica, pericarditis, prolapso de la válvula mitral, taquicardia supraventricular,
fibrilación auricular), incluso a pesar de la falta de compromiso del flujo sanguíneo
coronario .
Siempre se realizan el ECG. Las pruebas más específicas son las de estrés con
ECG o imágenes miocárdicas (p. ej., ecocardiografía, gammagrafía, RM) y
angiografía coronaria. En primer lugar, se considera la indicación de pruebas no
invasivas.
4.1. ECG:
En presencia de síntomas típicos durante el ejercicio, debe solicitarse un ECG.
Dado que la angina resuelve rápidamente en reposo, rara vez se indica un ECG
durante un episodio agudo, salvo cuando se lleva a cabo una prueba con estrés.
Si se realiza durante una crisis anginosa, es probable que el ECG muestre
cambios isquémicos reversibles:
Onda T discordante con el vector QRS
Depresión del segmento ST (típica)
Infarto de miocardio con elevación del segmento ST
Disminución de la altura de la onda R
Trastornos intraventriculares o de conducción de la rama del haz
Arritmia (generalmente extrasístoles ventriculares)
También hay datos que permiten valorar la severidad de la isquemia. Cuantas más
derivaciones vean las alteraciones típicas, cuanto más severo es el descenso del ST
y cuanto más tiempo tarde en normalizarse, más grave es la isquemia que está
sufriendo el paciente.
A los cardiólogos nos resulta muy útil para hacer el diagnostico tener un ECG
cuando el paciente tiene dolor y otro cuando ya se le ha quitado. La comparación de
ambos ECG es lo realmente importante, y hablamos de que ha habido cambios
eléctricos o cambios dinámicos cuando hay alteraciones ECG cuando el paciente
tiene dolor y que desaparecen en el ECG obtenido cuando el dolor ha pasado. Se
debe tener en cuenta que la depresión del segmento ST y la negativización de la
onda T son alteraciones bastante inespecíficas, que pueden obedecer a otras
circunstancias, como crecimiento del ventrículo izquierdo o tratamiento con digoxina.
Sin embargo, con todo este tipo de otras causas las alteraciones del ECG suelen
ser fijas. (Anexo Figura 5)
4.3. Angiografía:
La angiografía coronaria: se considera la prueba de referencia para diagnosticar
la enfermedad coronaria, aunque no siempre es necesaria para confirmar el
diagnóstico. En general se indica para localizar y evaluar la gravedad de las
lesiones en la arteria coronaria antes de decidir si se va a realizar una
revascularización miocárdica (por intervención coronaria percutánea [ICP] o
cirugía de revascularización miocárdica [CRM]). La angiografía también puede
estar indicada cuando se necesita información sobre la arteria coronaria para
asesorar al paciente acerca de cambios en su trabajo o en su estilo de vida (p.
ej., suspensión de un trabajo o una actividad deportiva). Aunque los hallazgos
angiográficos no demuestran en forma directa la significación hemodinámica de
las lesiones coronarias, se asume que una obstrucción es fisiológicamente
significativa cuando el diámetro luminal se reduce > 70%. Esta disminución se
correlaciona estrechamente con la presencia de angina de pecho, salvo en
pacientes con espasmo o trombosis sobreimpuesta.
Los alambres guía con sensores de presión o de flujo: pueden ser utilizados
para estimar el flujo de sangre a través de la estenosis. El flujo de sangre se
expresa como la reserva de flujo fraccional (RFF), que es la relación entre el flujo
máximo a través de la zona estenótica y el flujo máximo normal. Estas
mediciones de flujo son más útiles cuando se evalúa la necesidad de angioplastia
o cirugía de revascularización en pacientes con lesiones de gravedad
cuestionable (40 a 70% de estenosis). Una RFF de 1,0 se considera normal,
mientras que una RFF <0,75 a 0,8 se asocia con isquemia miocárdica. Las
lesiones con una RFF > 0,8 tienen menos probabilidades de beneficiarse de la
colocación de una prótesis endovascular.
CONCLUSIONES
Después de varios episodios se puede aprender qué nivel de actividad, estrés y
otros factores pueden desencadenar un episodio de angina, de manera que se
puede intentar prevenir su aparición o reducir su intensidad. Fundamentalmente hay
que prestar atención al ejercicio físico, el estrés emocional y la ingesta de comidas
copiosas.
3) Salvador Giménez, 2004. Angina de pecho. (en línea) Elsevier.es. Disponible en:
https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-angina-pecho-
13068671
4) Dr. Luis Azcona, 2006. El electrocardiograma. (en línea) Fbbva.es. Disponible en:
https://www.fbbva.es/microsites/salud_cardio/mult/fbbva_libroCorazon_cap4.pdf