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Periodista Independiente.

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 Los jóvenes finlandeses están a la cabeza entre los países de la OCDE en conocimiento de
ciencias naturales, historia, escritura y resolución de problemas.

Estos resultados fueron revelados por amplios estudios comparativos de la enseñanza en


treinta países de la OCDE y 11 ajenos a la organización, realizados en 2000 y 2003. El Proyecto
Internacional para la Producción de Indicadores de Resultados Educativos de los Alumnos (PISA)
comparó los resultados del aprendizaje de alumnos de 15 años de edad en lectura, matemáticas y
ciencias naturales. PISA 2000 se concentró en la lectura, PISA 2003 en matemáticas y resolución de
problemas y PISA lo hará en ciencias naturales. En la encuesta PISA 2003, la más reciente,
publicada en diciembre de 2004, participaron 6.235 alumnos de 197 escuelas finlandesas.

Los jóvenes finlandeses fueron los mejores en lectura, aritmética y ciencias naturales. En
resolución de problemas fueron segundos, a escasos puntos de Corea. Los finlandeses obtuvieron
en estas capacidades unos 40 ó 50 puntos más que el promedio de la OCDE, de aproximadamente
500 puntos.

El éxito de los finlandeses en el programa PISA ʹ otras comparaciones internacionales han


arrojado resultados parecidos ʹ ha despertado una amplia repercusión internacional. Por ejemplo
en Alemania se publicaron casi trescientos artículos sobre el sistema educativo finlandés. Nuestro
país ha recibido miles de visitas del resto de Europa y del mundo que han venido a conocer
nuestros métodos.

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 Según el estudio, una de las fortalezas del sistema educativo finlandés es que garantiza
posibilidades igualitarias de aprendizaje independientemente de la condición social. En Finlandia,
en fes de comparar a los alumnos entre sí se procura apoyar y orientar a los que tienen
necesidades especiales. Muy pocos deben repetir el curso.

El éxito de los escolares finlandeses se explica por diversos factores. A los más pequeños
se les incrementa la sensación de seguridad y la motivación asignándoles una misma maestra o
maestro para los primeros cursos, y evaluando sus rendimientos sin emplear cifras. Las relaciones
entre maestros y alumnos en la escuela finlandesa son informales y cálidas. Se presta especial
atención a la creación de un entorno escolar agradable y estimulante.

Una vasta red de bibliotecas públicas, con modernos servicios, cubre todo el país
apoyando la enseñanza. Los finlandeses son ávidos lectores. El aprendizaje de idiomas se ve
apoyado por el hecho de que en la televisión los programas extranjeros no son doblados sino
subtitulados.


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Son poco más de las ocho. Todavía no ha salido el sol esta mañana de octubre, cuando los
alumnos, de siete a trece años, de la escuela Strömberg se quitan sus abrigos, sus gorros y sus
zapatos junto al perchero reservado para cada grupo. En el vestíbulo el fuego crepita en la
chimenea que el bedel Keijo Hämäläinen ha armado para deleite de los alumnos. En los pasillos se
oyen saludos coloquiales cuando se encuentran alumnos, maestros y el resto del personal. En esta
escuela todos se conocen y los niños, a la manera finlandesa, tratan a los adultos por sus nombres.
Los varones sacan de sus mochilas sus trompos › › y los hacen combatir antes del comienzo
de las clases. A su propio ritmo, los alumnos se van incorporando a sus grupos, designados con
nombres de animales del bosque finlandés:  
          
      ›  En la escuela también funciona el grupo   para niños seriamente
discapacitados, que llegan en taxis a la misma hora. Ya puede empezar la jornada escolar.

La escuela primaria Strömberg, en el barrio de Pitäjänmäki de Helsinki, se encuentra en el


centro de una antigua zona industrial en cuyos solares fueron construidos en los últimos años
edificios de apartamentos. Pitäjänmäki está a unos diez kilómetros al oeste del centro de la
capital, junto a una transitada avenida. La zona es socialmente heterogénea, pues alberga tanto
familias de buenos ingresos, que viven en sus casas propias, como otras menos pudientes, y tiene
viviendas municipales que se alquilan a personas con problemas sociales. También exhibe más
densidad de inmigrantes que el promedio de Helsinki.

La escuela es una primaria municipal, a la que asisten los niños de barrio y por ejemplo, los
que han hecho el preescolar en el Montessori. Ocupa el edificio de un antiguo taller de
construcciones mecánicas, ampliado y reciclado en 2000. La rectora, Päivi Ristolainen-Husu,
participó desde el principio tanto en la elaboración de los planes de estudio al servicio del
moderno concepto de enseñanza. Las instalaciones son, al estilo nórdico, amplias y luminosas, los
materiales duraderos y los colores cálidos. Además de las aulas normales, en la escuela hay
talleres de prensa, de artesanías, de música, de expresión y de ciencias naturales y educación
medioambiental, gimnasio y biblioteca. Entre sus peculiaridades se encuentran un pequeño jardín
de invierno, mullidos sofás para leer y mesas de ajedrez.

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olvamos a las aulas. Algunos grupos están en clase en sus propias salas, estudiando por
ejemplo lenguas o matemáticas. Para esas lecciones planean en conjunto con los maestros los
objetivos semanales y eligen las tareas que luego realizan a su propio ritmo. Otros están en los
talleres aprendiendo por la práctica y la acción. Cada grupo pasa una semana corrida en el taller
de prensa haciendo la revista de su clase. Los niños emplean bastante poco los libros de texto,
pero en cambio sus mochilas están llenas de cuadernos, en los que recogen información y hacen
sus tareas. En las clases nadie está sentado empollando: los alumnos circulan por el aula buscando
datos, solicitando consejos al maestro, trabajando con sus compañeros, de vez en cuando
descansando en un sofá. La atmósfera de la clase es activa, pero sin embargo el maestro lo tiene
todo bajo control; los docentes tienen autoridad, por lo que pocas veces necesitan recurrir a
métodos autoritarios.
Las clases suelen durar una hora y media, separadas por recreos de media hora, que casi
siempre los alumnos pasan al aire libre, cualesquiera sean las condiciones climáticas. En el patio
hay juegos de plaza y junto al mismo un gran campo de deportes, que los niños pueden usar
libremente en verano para jugar al fútbol y en invierno para patinar.

La escuela aplica los ideales del pedagogo francés Celestin Freinet, que destacan el
aprendizaje mediante la acción y el espíritu de comunidad. La rectora Ristolainen-Husu asegura
que tanto los programas nacionales como los del municipio siguen la visión de Freinet, pero en la
escuela Strömberg el modelo está más desarrollado, pues hasta las instalaciones fueron diseñadas
para trabajar en talleres y para apoyar la autogestión del alumnado.

Otra característica de la escuela es el trabajo en grupos integrados: en cada grupo hay


alumnos de dos cursos diferentes. Las diferencias de nivel entre los niños de la misma edad
pueden ser bastante grandes, pero cuando en el aula hay alumnos de distintas edades, las mismas
parecen más naturales y dan lugar a menos comparaciones. A los estudiantes más lentos o más
rápidos que el promedio se les dan tareas acordes con sus necesidades.

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Un aspecto central del programa de estudios de la escuela es la educación laboral: desde
el primer curso los alumnos participan en la gestión de los asuntos comunes de la escuela. Se van
turnando por grupos para ocuparse de las plantas, la biblioteca, la recolección de papel, el
reciclaje, el compost, el patío y el acuario, para ayudar en la cocina y en el aula de Castores, y
cuidan del inquilino del taller de medio ambiente, la tortuga Pertsa. La educación laboral no está a
cargo de los maestros sino de los restantes adultos de la escuela, es decir el personal de limpieza,
de cocina, el verdel, la secretaria y la asistente. En la escuela la responsabilidad por la educación
está equitativamente distribuida entre todos, y se procura evitar las jerarquías innecesarias.

La escuela también está abierta a la sociedad circundante. Esto significa por ejemplo que
los padres son siempre bienvenidos en las clases, y sus capacidades se aprovechan en los talleres y
en la enseñanza vespertina. Los cursos suelen hacer excursiones y visitas a distintos sitios. Todos
colaboran con el proyecto de WWF para salvar el lago Malawi y siguen su evolución.

Toda la escuela Strömberg trabaja cada año sobre un tema común, abordándolo desde los más
diversos enfoques científicos y artísticos, por ejemplo el aire, el agua, la tierra o el fuego. En la
aprehensión de los temas se trabaja en cooperación con el vecino parque infantil Strömberg y con
la guardería Mestari.

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Pero después de estudiar tanto es hora de un descanso, y ya empezamos a tener hambre.
ayamos a almorzar al comedor de la escuela. En la Strömberg, como en todas las escuelas
finlandesas, se les sirve gratuitamente a los alumnos una comida caliente cada día. Hoy tenemos
albóndigas con puré, uno de los platos favoritos de varias generaciones de escolares, ensalada,
pan y leche. Hay raciones especiales para quienes siguen dietas por motivos religiosos o de salud.
Los niños comen en mesas agradables, con manteles y flores frescas todo el año.
La construcción y el mantenimiento de la escuela Strömberg no han requerido más fondos
que lo normal. Sin embargo en ella se han incluido numerosos elementos que vienen a observar
los expertos del resto de Finlandia y del mundo. También el edificio diseñado por los arquitectos
Kari Järvinen y Merja Nieminen es visitado por colegas de diversos países.

La jornada escolar termina entre las 12 y las 14, dependiendo del curso y del día. Como en
la mayoría de las familias finlandesas tanto el padre como la madre trabajan jornada completa, los
pequeños escolares deberían esperar las largas horas solos en sus casas, pero el municipio
construyó el parque infantil Strömberg, cerca de la escuela y accesible sin cruzar calles, en el que
pueden pasar las tardes. El amplio parque tiene instalaciones recreativas y deportivas, y dos
edificios donde los niños hacen sus tareas o juegan. Cinco monitores se ocupan de su bienestar, y
se les ofrece una merienda por el precio de los ingredientes. Todos los restantes servicios del
parque son gratuitos. El mismo también aplica los principios pedagógicos de Freinet: los niños
participan en la creación de las condiciones para su propio bienestar.

Después de las cuatro los padres pasan a buscar a sus hijos, que los esperan con los
pantalones embarrados y los guantes empapados, pero satisfechos de lo que han hecho, visto y
jugado

A ponerse la mochila y saludar a los monitores. ¡Hasta mañana!

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En Finlandia se comprendió ya desde los primeros años de la independencia que la
educación es el más importante factor de la grandeza de una nación. En la constitución
promulgada en 1919 se estableció la enseñanza básica gratuita y obligatoria, y la educación
profesional y superior organizada por el poder público.

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Los finlandeses comienzan sus estudios a los siete años en la escuela básica, gratuita, que
dura nueve años. Tienen obligación de estudiar hasta cumplir los 17 o completar la educación
básica. Ésta está organizada por los municipios, y especialmente las escuelas primarias cubren
ampliamente todo el país. Todos los materiales de la enseñanza básica son gratuitos, y el servicio
incluye también una comida caliente cada día, atención sanitaria, y transporte escolar gratuito a
los niños cuyo viaje a pie o en transporte público sería demasiado largo o engorroso.

Desde hace algunos años se organiza la enseñanza preescolar preparatoria para niños de
seis años, en la que participa la mayor parte de los mismos.

Finlandia es un país bilingüe, por lo que la educación se ofrece igualitariamente en


finlandés y en sueco. Especialmente en las grandes ciudades hay escuelas también en otros
idiomas, en las que pueden estudiar tanto los niños finlandeses como los inmigrantes.

Los municipios también están obligados a organizar enseñanza para los jóvenes y niños
que por problemas de salud no pueden asistir a la escuela básica ordinaria. En la práctica todos los
niños finlandeses hacen la escuela obligatoria.
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Aproximadamente la mitad de cada promoción continúa en el bachillerato, organizado por los
municipios. Este ciclo también es gratuito, incluyendo el almuerzo, está estructurado en cursos,
permite estudiar muchas asignaturas optativas, dura un promedio de tres años y culmina en un
examen de escala nacional. El título de bachiller confiere competencias para estudios superiores o
de formación profesional.

La alternativa al bachillerato es la formación profesional básica de tres años de duración,


que incluye tanto asignaturas de cultura general como especializadas. Prácticamente todos los que
no hacen el bachillerato siguen esta línea. Sólo un 6% de cada promoción abandona los estudios al
terminar la escuela obligatoria. La formación profesional básica también puede adquirirse
mediante un contrato de aprendizaje, según el cual el joven aprende un oficio a través del trabajo
práctico y la enseñanza teórica que se imparte en apoyo del mismo. Quienes han completado una
titulación profesional pueden continuar estudios en las universidades o en las escuelas superiores
profesionales.

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La enseñanza superior se dicta en las escuelas superiores profesionales y en las
universidades. Las primeras imparten la enseñanza de los altos conocimientos profesionales que
requiere el mercado laboral. En las universidades se realiza la investigación científica y se imparte
la tradicional enseñanza académica.

Todos los años hay más aspirantes a ingresar en los centros de enseñanza superior que
plazas disponibles. La selección de alumnos se basa, dependiendo del centro, en los resultados de
los estudios anteriores o en una combinación de éstos y pruebas de admisión. El objetivo de la
estrategia nacional de Finlandia es ofrecer cada año plazas de estudio en las escuelas superiores
profesionales y en las universidades a dos terceras partes de los jóvenes.

Los finlandeses calientan los bancos muchos años: la mayoría adquiere su oficio una vez
cumplidos los veinte años, y una parte considerable de los que siguen estudios superiores reciben
sus diplomas después de los veinticinco. Una de las metas es la educación permanente: hay una
abundante oferta, subvencionada por la sociedad, de estudios de postgrado también para adultos
que ya ejercen su profesión y tampoco es excepcional que un profesional comience a estudiar una
nueva carrera.

Los alumnos no pagan por la enseñanza en ningún nivel. Por el contrario, reciben una
cantidad de beneficios sociales organizados con recursos estatales: prestaciones financieras, para
la vivienda, para comedor, para atención sanitaria, etc. Los centros de enseñanza son por regla
general de propiedad de municipios o del estado; en todos los niveles, a excepción del superior,
hay también algunas instituciones privadas, financiadas con fondos públicos si cumplen las normas
establecidas.

Habiendo un sistema educacional público, amplio y muy bueno, en Finlandia no existen


escuelas básicas privadas organizadas comercialmente, y en otros niveles el sector es muy
pequeño en comparación con otros países occidentales.
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La enseñanza se imparte en grupos, que en los primeros cursos no pueden tener más de
veinticuatro alumnos. Durante los primeros seis años de la escuela obligatoria los niños tienen una
maestra o un maestro de curso que les enseña casi todas las materias. En los últimos tres años hay
profesores por asignatura. Los niños con problemas fonoaudiológicos, dislexia y otras
discapacidades equivalentes reciben enseñanza especial.

En la escuela básica se enseña lengua materna y literatura, idiomas, medio ambiente,


educación cívica, religión o ética, historia, ciencias sociales, matemáticas, física, química, biología,
geografía, educación física, música, artes plásticas, manualidades y economía doméstica. Las
metas y los fundamentos de la enseñanza son similares en todo el país, pero los municipios y las
escuelas elaboraran sus propios programas de estudios regionales.

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En la escuela finlandesa se pone énfasis en la enseñanza de idiomas. El primer idioma
extranjero se empieza en el tercer curso de la escuela básica, y el segundo idioma nacional (el
sueco para los finohablantes y viceversa) en el séptimo, si el alumno no ha comenzado a estudiarlo
ya en tercero. Estas dos lenguas son el nivel mínimo, a partir del cual cada alumno puede elegir,
dentro de la oferta de su escuela, estudios de idiomas que comienzan en distintos cursos, de
modo que al finalizar el bachillerato puede haber estudiado hasta seis lenguas. Los idiomas
extranjeros que más se estudian son el inglés, alemán, francés, ruso y español.

En Finlandia residen inmigrantes cuya lengua materna no es ni el finlandés ni el sueco.


Para los hijos de estas familias hay una enseñanza especial del finlandés como segunda lengua. Si
en el municipio hay un grupo suficiente de niños de un mismo idioma familiar, se les organiza con
recursos del ayuntamiento enseñanza del idioma dos veces por semana. Por ejemplo en Helsinki
viven dos mil seiscientos hijos de inmigrantes, y para ellos se organizan cursos de unas cuarenta
lenguas. Se apoya el fortalecimiento del idioma familiar del niño porque el mismo favorece no sólo
su desarrollo sino también el aprendizaje del finlandés.

     


    

 La mayoría de los finlandeses pertenece a la iglesia evangélico-luterana, y sus hijos reciben
en la escuela clases de esa religión. Los niños de otras creencias también tienen derecho a recibir
enseñanza de su propia religión si se pueden formar grupos de al menos tres niños de la misma fe.

Los alumnos no pertenecientes a ninguna iglesia están exentos de las clases de religión. En
cambio estudian en todos los cursos educación ético-filosófica, que contiene conceptos sobre
ética, religiones y relaciones humanas.

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La posibilidad de estudiar asignaturas optativas va aumentando a medida que se va avanzando en
los estudios. Además en muchos municipios hay escuelas, de secundaria obligatoria y bachillerato,
especializadas en áreas como música, artes plásticas o educación física.
Los maestros de las escuelas finlandesas tienen una extensa formación. La competencia
para enseñar en todos los niveles escolares es otorgada por una licenciatura universitaria, que
incluye amplios estudios de pedagogía y de las asignaturas específicas.

El alto nivel de preparación de los docentes les permite planificar su trabajo y elegir sus
métodos independientemente. El sistema educativo finlandés se basa en la cultura de la confianza
y no en el control, y los maestros desarrollan activamente su trabajo. Con su propia labor dan un
ejemplo de aprendizaje permanente.

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