Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las políticas de crédito y cobro son normas de actuación dictadas por la dirección de la
empresa y derivan directamente de la estrategia de riesgos establecida. No obstante las
políticas de crédito también tienen en cuenta otros factores que matizan las grandes líneas
marcadas por la estrategia de riesgos. Un punto determinante es que la política de créditos
irá siempre estrechamente ligada a la política de marketing de la empresa.
Por consiguiente la política de créditos debe definir plazos de pago propuestos para todos
los clientes. Estos plazos deben de estar adaptados a cada categoría de la clientela; por
ejemplo cuando más elevado sea el riesgo en un determinado segmento, más corto deberá
ser el plazo de pago.
También hay que adaptar las políticas al tipo de la clientela; grandes superficies,
administraciones, distribuidores, detallistas.
Las políticas normales son las más convencionales y buscan el equilibrio en el riesgo de
clientes, asumiendo en algunos casos ciertos riesgos y permitiendo los plazos de pago
comunes en la industria.
Las empresas que adoptan este tipo de políticas tendrán que financiar moderadamente a
sus clientes y por ello deberán asumir ciertos costes financieros.
El inconveniente de esta clase de políticas es que las empresas que las practican deben
asumir un elevado riesgo de crédito y pueden sufrir importantes pérdidas económicas
provocadas por los créditos fallidos. Para las empresas también supone mantener en su
activo circulante importantes masas de deudores, con el consiguiente coste financiero y
además deben soportar frecuentes tensiones de tesorería por disminuciones del «cash
flow». Asimismo la bancarrota de un cliente importante puede poner en serio peligro la
supervivencia de la empresa y conducir finalmente a un naufragio empresarial.
Las entidades financieras deben establecer los criterios que utilizarán para evaluar a sus
clientes y determinar el nivel de riesgo al que estarán expuestas con cada crédito. Estas
políticas tienen su sustento en las estrategias aprobadas por el directorio.
Mercado Objetivo
El cliente debe pertenecer al mercado objetivo
El mercado objetivo debe definir
• No debe otorgarse créditos a empresas sin fines de lucro (cooperativas) pues su objetivo
es otorgarle beneficios a los dueños incluso en demostrar de su capacidad de pago.
1. Diseñar objetivos
Establecer objetivos orientados al crecimiento de la empresa. Esos objetivos necesitan ser
realistas y deben guiar las acciones del departamento.
3. Planificar estrategias
Además de conocer el perfil del cliente y la demanda del mercado según el segmento de
la empresa; es parte de las funciones del departamento de ventas crear las mejores
estrategias para alcanzar las metas de ventas del producto o servicio. Es importante que
el equipo comercial y el de marketing trabajen juntos para definir las mejores estrategias
de divulgación que aseguren el éxito de la planificación comercial.
Si quieres saber más sobre cómo hacerlo en redes sociales, lee: Cómo activar las
opiniones de usuarios en Facebook y por qué las reviews online son importantes para
mejorar la atención al cliente.
Realiza calificaciones por chat: Los chats son una de las mejores herramientas para
interactuar con los clientes en tiempo real, pues ofrecen la oportunidad de tener soporte
instantáneo y respuestas rápidas.
Pero para que nos sea útil a fines operacionales, este objetivo debe explicitarse, siendo
preciso desarrollarlo en otros varios, mucho más concretos, claros, sencillos y acordes
todos ellos con las líneas maestras de la política de crédito.
Definir cada uno de estos objetivos concretos de forma que sean coherentes entre ellos,
es labor de la Dirección General; y ésta es una responsabilidad que no es delegable, como
no lo es decidir quién debe ser el responsable del departamento.
Esta definición de objetivos convendrá que sea comentada, razonada y explicada por la
dirección a las personas del departamento.
Son estos objetivos explícitos los que van a poner en marcha a las personas y de la forma
en que sean expresados y de la capacidad directiva para transmitirlos, va a depender desde
el primer momento la eficacia del departamento.
Dentro del proceso de planificación y control, estos objetivos explícitos, deben ser
corregidos o reorientados periódicamente, en base a dos procesos internos fundamentales:
el aprendizaje continuado, y la medición de los resultados obtenidos.