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En finanzas, la valuación o valoración de activos es el proceso de estimar el valor de un activo

(por ejemplo: acciones, opciones, empresas o activos intangibles tales como patentes y marcas
registradas) o de un pasivo (por ejemplo: títulos de deuda de una compañía). El proceso de
valuación es muy importante en muchas situaciones incluyendo análisis de inversión, presupuesto
de capital, Fusiones y Adquisiciones, etc.

Es importante observar que la valuación es tanto un arte como una ciencia porque requiere del
juicio del profesional interviniente. Generalmente se utilizan varios métodos de valuación en
diferentes escenarios, obteniéndose distintas valuaciones del activo objetivo en función del
método empleado y el escenario elegido. De esta forma, puede apreciarse que los métodos de
valuación no son excluyentes entre sí, sino que la utilización de más de uno de ellos, permite a los
analistas ofrecer una opinión que contemple distintos puntos de vista.

También es importante darse cuenta de la importancia que tiene para el funcionamiento de la


economía determinar correctamente el valor de los activos. Por ejemplo, si una empresa con un
gran futuro, que puede transformar un sector de la economía no es valorada adecuadamente y al
vender sus participaciones en el mercado recibe solo un cantidad pequeña de financiamiento,
entonces dicha transformación no se va a dar. Igualmente si una empresa mediocre logra una
valuación alta que le otorga grandes cantidades de fondos de los inversionistas, estos recursos se
desperdiciarán. Es decir, en otras palabras, los valores de los activos son las señales del mercado
que resultan de la asignación de los recursos de los accionistas y a su vez sirven para la asignación
de otros recursos en el futuro. Por esta misma razón es importante diseñar la regulación de los
mercados financieros para que esta valuación se apegue al valor esencial de los activos
independientemente de los vaivenes de los intermediarios financieros y tratando de evitar la
manipulación de los precios por parte de distintos agentes.
El modelo de valuación de activos de capital o modelo de equilibrio de activos financieros, mejor
conocido como CAPM, por su denominación en inglés (Capital Asset Pricing Model), fue
desarrollado por Sharpe (1964) y Litner (1965). Ambos basaron sus estudios en las investigaciones
realizadas por Markowitz y Tobin (1960), quienes afirmaron que todos los inversionistas
seleccionan sus carteras a través del criterio media–varianza.
Tobin (1958) integra el término "activo libre de riesgo" en el proceso de la selección de inversión
cuando identifica la necesidad que tiene el inversionista por mitigar la incertidumbre en sus
rendimientos futuros para lo cual dicho inversionista acude a una opción de inversión segura. Éste
selecciona especificando la proporción de su riqueza a invertir en el portafolio con riesgo (W2 =
1– W1) y en el activo libre de riesgo (W1); dichas proporciones por invertir reflejarán su
aversión al riesgo.

El mercado accionario mexicano carece de inversionistas locales, lo que ha provocado que desde
hace varios años deje de ser una alternativa de financiamiento real. Sin demanda local, depende de
los grandes fondos institucionales extranjeros y los instrumentos bursátiles se caracterizan por su
escasa o nula variedad. De acuerdo con información publicada por la Bolsa Mexicana de Valores
durante el período comprendido de 1990 a 2006 la inversión extranjera representó más del 45%
del valor de capitalización de la Bolsa, lo que significó el 75% de las transacciones realizadas en
dicho período. El dinero de los ahorradores estadounidenses llegó al mercado mexicano al
principio de los años noventa. En ese entonces el pequeño inversionista extranjero dividía su
dinero en varios fondos, unos enfocados a empresas locales, otros a emisiones de otros países y
uno más con enfoque global. Después de la crisis de 1995 y otros desajustes internacionales en los
años siguientes, los inversionistas aumentaron la aversión al riesgo y ahora encomiendan su dinero
a fondos globales.

Rendimiento esperado de una inversión.


En general, las inversiones con mayor rendimiento esperado, tienen mayor riesgo asociado. Las
inversiones que se consideran menos riesgosas son las letras del tesoro de Estados Unidos a corto
plazo, dado que están respaldados por fondos del gobierno de Estados Unidos y se considera que
tienen seguridad jurídica. Los bonos de países con una política fiscal mas volátil y con un historial
de incumplimiento de pagos, tienen una mayor tasa de interés, dado que se considera que su riesgo
es mayor.

El precio de las acciones suele tener una volatilidad mayor que el precio de los bonos. Los
préstamos a empresas suelen tener un riesgo de default mayor que los préstamos al gobierno y los
préstamos a individuos, suele tener un riesgo aún mayor en promedio.
Dado que el rendimiento futuro de los activos financieros es incierto, éste es considerado como
una variable aleatoria. Así, la incertidumbre hace que además de los rendimientos esperados, los
analistas deban tener en cuenta el riesgo de los activos financieros. Por este motivo, la teoría
moderna de la inversión hace uso de distribuciones de probabilidad para estimar el rendimiento
futuro de los activos financieros y el riesgo asociado.

La teoría del portafolio considera que en las decisiones de inversión sólo se tienen en cuenta el
retorno esperado y el riesgo. El primer momento de la distribución del retorno es usado como
estimación del retorno esperado, y la varianza (o la desviación estándar) del retorno es empleada
como medida del riesgo. En el área financiera, la desviación estándar es conocida como la
volatilidad.
En síntesis, el modelo de preferencias propuesto por Markowitz implica que los inversionistas sólo
se fijan en el retorno medio y en el riesgo de la inversión. James Tobin [ 1958] muestra las
condiciones bajo las cuales tal argumento es válido. Si la función de utilidad en términos del
retorno es cuadrática o el retorno se distribuye normalmente, este modelo de preferencias
propuesto por Markowitz es adecuado.

Referencias bibliográficas
Francis, J. y Archer, S. 1971. Portfolio Analysis, Ed. Prentice Hall. [ Links ]
2. Lintner, J. 1965. "The valuation of risk assets and the selection of risky investments in stock
portfolios and capital budgets", Review of Economic and Statistics, n. 47, 13-37.

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