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Detras de las figuraciones de Elena Poniatowska acaba dibu-

jandose el contorno de un angel, un angel caido, baldado: Jesusa


Palancares, un angel viejo, un guajolote que la vida ha apaleado; Catélogo de angeles mexicanos
Gaby Brimmer, un angel nuevo con el cuerpo roto; Quiela Beloff,
Elena Poniatowska
un pajaro azul atrapado en la ausencia de Diego; Tina un angel ro-
jo, perseguido por la pasi6n y la muerte en el amor, la revoluci6n y
el arte; Mariana/Elena, sucumbe al encanto del sacerdote. Todas
las protagonistas son angeles caidos, especialmente las marias y las
mulitas, arrojadas al vendaval del Distrito Federal.
En esta operaci6n de inventario, la escritora imagina a México
entre la pertenencia y el extraiiamiento. Su narrativa se comporta
armen Perilli
como una camaro fotografica: "Puesto que toda foto es contingente
y (por ello fuera de sentido) la fotografia solo puede significar (ten-
der a una generalidad) adoptando una mascara" (Barthes) . En este
catalogo de angeles mexicanos la significaci6n corre por cuenta de
la mirada y el deseo de la escritora .

Carmen Perilli

Carmen Perilli es Doctora en Letras, profesora titular de la cétedra "Literatura


Hispanoamericana" de la Universidad Nacional de Tucumén, lnvestigadora del CO·
NICET y Directora del lnstituto lnterdisciplinario de Estudios Latinoamericanos (UNT) .
Entre sus libres se cuentan lmagenes de la mujer en Carpentier y Garcia Marquez, Las
ratas en la torre de Babel. La nove/a argentina 1982-1992, Historiografia y Ficci6n en
la narrativa hispanoamericana, Colonialismo y Escritura en América Latina y Poises de
la memoria y el deseo: Jorge Luis Borges y Carlos Fuentes. Ha compilado Discursos
Imperiales, Fabulas del género. Sexo y Escritura en América Latina {en col.), entre
otros. Editô El sueno argentino de Tomés Eloy Marti nez.

~
BIBLIOTHÈQUES-UNIVERSITÉ DE MONTRÉAL

III"~~~~~~~~~~~J~illl 1
Perilli, Carmen
Catalogo de angeles mexicanos : Elena Poniatowska - la ed. -
Rosario : Beatriz Viterbo Editora, 2006.
144 p. ; 20x14 cm.

ISBN 950-845-17 3-4

1. Estudios Literarios. I. Titulo


CDD 809

a Julia, mi madre,
PCQ.. y a Elena, mi hermana

Biblioteca: Ensayos Criticos 1-2-9-=t


Ilustraci6n de tapa: Daniel Garcia
p~~
ISBN-10: 950-845-173-4
ISBN-13: 978-950-845-173-6 z_B\~
2-oO~
Primera edici6n: junio 2006
© Carmen Perilli
© Beatriz Viterbo Editora
www.beatrizviterbo.com.ar
info@bea trizvi terho. corn.ar

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Queda hecho el dep6sito que previene la ley 11 .723
Quiero expresar mi mayor agradecimiento a
Maria Jesus Benites por la detallada lectura de
este trabajo y su ayuda invalorable en la correcci6n
del mismo. Igualmente a Rossana Nofal por sus su-
gerencias. Una especial gratitud para mis colegas
de la Universidad de Valencia, Sonia Mattalia y
Nuria Girona y de la Un.i versidad de Gotemburgo,
Maria Clara Medina. Seria injusto que no mencio-
nara la inestimable ayuda que Sandra Contreras
de la Editorial Beatriz Viterbo me brind6 en la eta-
pa de edici6n. Versiones tempranas de algunos ca-
pitulos han aparecido en las revistas Ciberletras,
Telar y Reuista Chilena de Literatura.
1. Un catâlogo de angeles mexicanos

En Europa, cada quien tiene una raz6n de ser,


cada quien esta ocupado, en México
i,no resulta un poco una ignominia escribir?
Elena Poniatowska

La escritura de Elena Poniatowska puede leerse camo


un catalogo de angeles mexicanos. Catalogo es, seglin el dic-
cionario, una "relaci6n ordenada en la que se incluyen odes-
criben de forma individual libros, documentas, personas,
objetos, etc. que estân relacionados entre si". El término se
usa camo sin6nimo de lista, inventario, n6mina, elenco, me-
moria, relaci6n.
Periodista, novelista y ensayista, la autora exhibe una
particular historia de vida: nace en Paris, de padre noble
descendiente del ultimo rey polaco -expulsado a fines del
siglo XVIII- y madre arist6crata de ascendencia mexicana,
ambos franceses. 1 Un destina familiar de constantes destie-
rros y la amenaza de la guerra europea deciden su llegada a
México a los nueve anos. En la casa de la abuela materna y
de la boca de las oscuras nanas mexicanas, Elena y su her-
mana Kitzia reciben la lengua y la cultura nativas. Luego
un colegio de monjas norteamericano las introduce en el
munda de la buena educaci6n de las clases altas hispano-
aL:er~n1.nas. Se casa con el astr6nomo mexicano Guillermo
2
Haro quien bajo el nombre de Juan de Tena es el protago-

11
nista de su novela La piel del cielo. Aprende a hablar, leer y Guadalupe Amor, Lola Alvarez Bravo; madres luchadoras
escribir en francés e inglés antes que en castellano. Se na- camo Rosario Ibarra de Piedra y trabajadoras camo Jesusa
cionaliza en 1969. Palancares. Las "pobres" mexicanas suelen conformar co-
El ingreso en el munda periodistico se produce por ca- lectivos: soldaderas, maquiladoras, lavanderas, indigenas,
sualidad, de modo casi involuntario: "No hice una carrera sirvientas u obreras.
universitaria por falta de caracter. Me meti al periodismo El mandata de la escritura tiene nombre de mujer. La
porque mi marna queria mandarme a Francia y nadie me cronica La noche de Tlatelolco surge camo ruego de las ma-
iba a sacar a bailar. Me meti a Excelsior depura chiripa, por dres que tocan la puerta de su casa la noche del 2 de octu-
ser amiga de una hija deljefe de sociales ... " (Garcia Flores, bre; el grupo feminista Alaide Foppa de Mexicali le solicita
29). En 1954, lajoven recibe el pedido de entrevistar al em- que tome el casa de la nina Paulina violada y embarazada.
bajador estadounidense en México y da el paso que condi- En contraste, Nomeolvides, las memorias de su madre Pau-
ciona su fu tura existencia. La entrevista no solo es el género la Amor Poniatowski, prologadàs y traducidas por la hija,
que gana un espacio de privilegia dentro de la cultura mexi- son fruto de su deseo filial.
cana sino el elemento fundacional de sus ficciones. Des pués Su imaginario se alimenta de los archivas iconograficos
de un tiempo en Excelsior pasa al periodico Novedades de mexicanos de los a:fi.os veinte. La nostalgia por el pasado y el
donde la despiden a raiz de su intervencion en el terremoto sentimentalismo tine las evocaciones de los tiempos del mu-
de 1985. Desde entonces forma parte del equipa de La Jor- ralismo y la fundacion de la fotografia nacional, cuando el
nada. Su actividad en los medios periodisticos es incesante arte se concebia camo aproximacion a la identidad. Ponia-
y sus mejores reportajes han sida publicados en siete valu- towska se desdobla en Tina Modotti retratando a la madre
menes bajo el titulo de Todo México. Es una de las fundado- mexicana con rebozo o en Mariana Yampolsky capturando la
ras del periodico feminista mexicano Femme y coordina ta- arquitectura popular en las imagenes de La casa que canta. 3
lieres de esr.ritura en distintos lugares del pais. Una acucia'.nte busquAda de respuestas a las cuestionPs
Se inicia en la literatura con ficciones infantiles y un identitarias surca este vasto catalogo de rostros y gestas. La
texto dramatico: Meles y Peleo. El grueso de su produccion multiplicidad de experiencias confluye en la totalidad lla-
literaria esta marcada por su paso por la prensa. La escrito- mada.México y en la figura de la cronista. La pluralidad de
ra reconoce que "para todos los libros que he escrito he nece- identidades no pane en cuestion la idea de patria.
sitado las muletas del periodismo, las de la entrevista para Elena, Elenita, nina, dona, seiiora, güera son algunas
sustentarlos" (Garcia Flores, 25). Es paradojico que, a pesar de las mascaras que usa para convertirse en la fisgona de la
del estrecho contacta entre su literatura y lo social, su idea realidad mexicana. La periodista persigue a la Jesusa hasta
del arte responda a un modela romantico: "crea en la pose- miserables colonias; visita la carcel de Lecumberri donde,
sion, el incendia del acta creativo". (Garcia Flores, 28) seglin misteriosas cartas, se enamora de Alvaro Mutis, es-
Le interesa registrar la vida de aquellas "mujeres magi- cucha las historias de Demetrio Vallejo, el preso ilustre, y
cas", siluetas ensombrecidas en la narracion nacionalista. entrevista a los miembros del movimiento estudiantil. La
Artistas rebeldes camo Carmen Mondragon, Tina Modotti, figura aristocratica y débil contrasta con espacios épicos. Sin

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embargo acaba robando el fuego prometeico a Luis Gonzâ- despensa por arroz para que tuvieran qué corner". (Steele:
lez de Alba y sus compaiïeros del Comité Nacional de Huel- 1989, 104).
ga, y, sin haber tomado parte en la revuelta, une su nombre Con gesto de retorica humildad conversa con los miem-
a la narrativa de Tlatelolco. Incansable recorre las calles bros de la ciudad letrada mexicana. Despiadada con Diego
del Distrito Federal, asoladas por el temblor, el miedo y la Rivera y filial con Alfonso Reyes platica con Carlos Monsi-
miseria inscribiendo el silencio de los nadies. Exultante con vâis y Rosario Castellanos, Carlos Fuentes y Pita Amor.
la aventura viaja a la Selva Lacandona para subir al arca Octavio Paz es "el ârbol de palabras", el centro de la litera-
del Subcomandante Marcos. tura mexicana del siglo XX. Su estatua se opone a la cotidia-
La narradora mantiene una relacion asimétrica con los neidad de la periodista. Entre las mâscaras elige el antipro-
subalternos y se arroga el poder de nombrarlos e inscribir fesionalismo.
sus cuerpos y voces. Su discurso solidario y paternalista, Su extranjeria proviene de la conjuncion entre sus ori-
proviene de su militancia catolica. 4 La mirada sobre los des- genes, su clase y su sexo. Permanece en un espacio entre
poseidos no puede eludir la ideologia paternalista de su ela- mundos como traductora y mediadora. "El extranjero-tra-
se. El pobre mexicano, supuesto sujeto, es el objeto, exotico ductor, el de la otra lengua estâ obligado a incluirse" (Kris-
y distante, que se mantiene inmutable. Las nanas, los pri- teva 65). Es un traductor no ideal ya que establece una rela-
meros otros mitologicos de su historia persona!, permane- cion de deseo y necesidad de supervivencia con la lengua
cen para siempre como mulitas. No pueden intercambiar sus otra. Una fuerte exterioridad marca su lugarde autor. In-
lugares ni subvertirlos. Nacen y mueren dentro de su reino siste en una pertenencia para lo que el acto de nombrar re-
de silencio, sin otra resistencia que el cinismo rabioso de sulta cardinal. Se alude constantemente a la nominacion
Jesusa Palancares que busca salir del monton, "no corner con gestos como poner el nombre, no tener nombre, escon-
olvido". La autora reconoce sin pudores el peso de la deuda der el nombre, importar el nombre, traducir el nombre, en-
que tiene c0n elias. revesar el nombre propio
La escritora cataloga las experiencias ajenas, las clasi-
Al sentirme cerca de las criadas, buscaba personajes que se les pa- fica y, en las orillas de este inventario, los dibujitos infanti-
recieran. En parte Jo hice para evitar Jo que soy. Alguna vez, cuando les nos hacen guiiïos delatores. Sus figuraciones exhiben cier-
haya alcanzado cierta serenidad podré hacer novelas que no sean para ta puerilidad. Elena se apoca, se avergüenza de su libreta
mi camo mandas . (Garcia Flores, 26)
de notas frente a la figura de ârbol enorme de Paz. Simula
indefension ante todos sus entrevistados, hombres o muje-
Poniatowska dialoga con los subalternos desde la pie-
res. Pregunta a Diego Rivera por su dieta y a Miguel de La
dad que la empuja a hacerse cargo del desvalido. Sus confe-
Madrid por su fortuna. Josefina Borquez funciona como una
siones insisten en su "bondad" caritativa con los informan-
especie de madre tierra, la auténtica mexicana, a la que la
tes: "Él (Monsivâis) me decia mucho: 'lPara qué estableces
periodista no trepida en transfigurar en personaje, en "sa-
relaciones personales? Tu escribe y se acabo'. No podia solo
carle raja". 5
escribir sino que iba por la silla de ruedas, por la cama, a la

14 15
El deseo de pertenecer es tan fuerte coma la nostalgia rantes del paso del tiempo ya que nada cambia. Endebles
del pasado. Esta actitud lastra su prosa y toma insalvables construcciones en las que el dibujo siempre es el mismo. Las
las distancias con los diferentes otros. Quiza los momentos sirvientas son mulas, gatas o lunitas; la Malinche, montana
mas felices de su escritura son aquellos en los que escenifica y divinidad.
su conflicto con las voces de los otros. Entonces la letra se La autora, patrona buena e intelectual avergonzada, con-
convierte en campo de batalla de memorias y experiencias. desciende ajugar en el mundo de sus otras. Curioso desliza-
La cul pa impregna la mayoria de las fabulas, en las que miento de la extranjeria al despojamiento que llega a afir-
la estructura ama-sirvienta se repite. El auténtico mexica- mar un nosotros ilusorio en la maternidad: "porque en su
no es ese ser con el que siempre estara en deuda: "Hay ricos gran mayoria las mexicanas somos madres solteras" (1994,
que siempre se sienten culpables. Quiza es esta culpabili- 142). La denuncia se caracteriza por la actitud anti-intelec-
dad la que me ha hecho trabajar toda mi vida "(Garcia Flo- tual, de un pietismo casi exhibicionista.
res, 29). La culpa es una constante y satura tanta el conte- '
nido camo la expresi6n. Margo Glantz considera que Elena Mientras yo escribo, Maria, en la cocina, calienta la leche para dar-
Poniatowska, junto con Elena Garro y Rosario Castellanos, les de desayunar a mis hijos. De mi diran después qué buen libro (o qué
padecen el complejo de "hijas de la Malinche" producido por malo) ... pero de un modo u otro, estaré en el candelero dizque cultural.
Maria probablemente se encuentre de nuevo frente a la estufa, abriendo
la estrecha vinculaci6n con sus nanas, idealizados objetos el gas, no para meter su cabeza en el horno como Sylvia Pla th (lo cual ya
de su escritura. es un privilegia de clase dominante), sino vigilando la olla de leche, para
Detras de sus personajes se advierte el contorno de un darles a los nifios el desayuno. (1994, 153)
angel, un angel caido, baldado. Jesusa Palancares, la vieja
sirvienta que fue revolucionaria es un angel viejo, un guajo- La Raza6 de origen indigena y mestizo recibe predica-
lote que la vida ha apaleado. Gaby Brimmer es un angel dos negativos: temor, silencio, ausencia, desvalorizaci6n,
nuevo con el cuerpo roto; Quiela Beloff, un pajaro azul, atra- anomia, instinto, inmovilidad. La escritora se postula como
pado en la a1.1sencia de Diego; Tina es el angel roja, perse- intérprete de los "que no solo porque no querian singulari-
guido por la pasi6n y la muerte en el amor, la revoluci6n y el zarse o temieran la represi6n sino porque el paisaje los ha
arte. No hay angel mas desamparado que Paulina. Todos, moldeado, los enormes espacios vacios, las monta:iias que
inclusive Mariana/Elena, son angeles caidos, que han per- separan, el cielo negro e inmenso. Su silencio enverbado es
dido su pureza, manchados de diferentes formas. el de la naturaleza ... puros pajaros sin nido, puros lirios del
La naturalizaci6n sustrae los significantes, los roba y valle en espera del milagro que ha de caer del cielo ... escua-
los devuelve a otro lugar, cristalizados en mitas. Los pobres drones de angeles y querubines desperdigados por los cintu-
transmutados en angeles/pajaros no poseen conciencia his- ranes de miseria" (1987, 17).
t6rica. La abstracci6n serafica se complementa con la asimi- La cr6nica "Los angeles de la ciudad" actua camo mise
laci6n a la naturaleza. Los personajes pueden ser flores, lu- en abyme de toda la obra. El tano ritual contamina la histo-
nitas, mulas, pajaros, rios, monta:iias, etc. Carecen de con- ria y la alegoria congela las significaciones. El texto comien-
ciencia hist6rica y permanecen del lado del espacio, igno- za con el contraste entre la oraci6n religiosa al angel de la

16 17
guarda y la historia del derrumbe del angel nacional, la es- pedazos de su historia, a veces ap6crifos que diseiian un lu-
tatua del Angel de la Independencia, erigida par arden de garde autor. La periodista es parte de la "espantosa ciudad"
Porfirio Diaz. Al caracter unicode estos angeles arquetipi- y la transita sin descanso, compartiendo el cielo y el infier-
cos se opone la multiplicidad de angeles negros que pueblan no con el puebla: "entré en contacta con los vendedores y fue
el Distrito Federal. alli donde conoci al hombre de los toques, un angel al revés
Los angeles de la ciudad no saben que la son, en con- volteado, Lucifer, Luzbel, el Seiior de los Infiernos"(26).
traste con la seguridad de los angeles barrocos de oro puro Elena Poniatowska confecciona un minucioso inventa-
de las iglesias del centra 0 los angeles terrenales y nalgones rio de personajes atesorando sus experiencias. En esta ope-
de Santa Maria Tonantzintla, llenos de frutas. Golondrinas, raci6n imagina a México, desde un espacio intersticial, en-
"pajaros con cara de gente", son los campesinos que llegan a tre la pertenencia y el extraiiamiento. Su narrativa se com-
"acompletarse". Tienen "el alma expuesta" y la carne abier- porta camo maquina de fotografia. "Puesto que toda foto es
ta. Los angeles de una noche son las sirvientas que llegan contingente y (par ella fuera ds sentido) la fotografia solo
"con los ojos bajos" y el "trotecito indio". pu ede significar (tender a un a generalidad) adoptando una
Golondrinos y marias provienen de las razas mas anti- mascara" (Barthes:1997,16). En este catalogo de angeles
guas del pais ahuyentados par la miseria y convertidos en mexicanos la significaci6n corre par cuenta de la mirada y el
vendedores ambulantes. Los angeles de ocupaci6n disfraza- deseo de la escritora.
da sirven "la mismo para un barrido que parR t~r fr~g:!dc"
(1987, 21). Su desLiuu w1üv .:..~ u.~~ _t;f.u1:iàje urbano es adverso. -
Poco a poco pierden territorio. En el futuro no quedara ni un
arbol "para nuestros angeles que seguiran aterrizando uno
tras otro para ir a empericarse en los cerros" (22).
Gente amontonada, entre ruinas y barr0, con oficios que
se tornan inutiles, practicas rituales que mueren y, sobre
toda, lenguas que desaparecen. La palabra angel alcanza a
mexicano pobre, indigena, campesino, emigrado, mujer. El
discurso cat6lico cierra la cr6nica con el Angelus: "Y si uste-
des se descuidan, seiioras y seiiores, podran toparse con el
Angel de la Giralda, a la vuelta de cualquier encuentro, en
la acera de estaAngel6polis, un angel de carne y hueso y un
pedazo de pescuezo, en esta ciudad que no nos permite amar
coma quisiéramos" (33).
La ficci6n autobiografica atraviesa las historias de vi-
das ajenas. No hay texto, par objetivo que se confiese, en el
que Poniatowska no se incluya coma personaje. Va dejando

18 19
Notas
2. Retrato de familia

1
Su padre es el principe Jozef Poniatowski (tataranieto del ultimo
rey de Polonia) y su madre la princesa Maria Dolores Paulette Amor
Yturbe (francesa de padres mexicanos) .
2
Fue precisamente por una entrevis ta que conoci6 a Guillermo Haro
Mama ;,de d6nde soy? ;,D6nde esta mi casa?
fundador de la astronomia moderna en México. La "Fior de Lis", Elena Poniatowska
3
Su identificaci6n con la concepci6n del arte de Yampolsky es muy
Todas ibamos a ser reinas,
fuerte: "Otros denuncian, evidencian. Mariana, en cambio, asume laso-
ledad, el paso del tiempo, la fuerza y la constancia de los hombres y las
de cuatro reinos sobre el mar.
mujeres mas humildes de México, la desnudez total de las chozas a las ''Todas ibamos aser reinas", Gabriela Mistral
que penetra, su desamparo" (2001:57).
4
"Fui Scout, y cuando Torres Bodet dijo que todos los mexicanos
teniamos que ensefiarle a leer a otro anduve con mi cuaderno y mi lapiz
espantando gente en la calle .. . También fui Scout de 'una buena acci6n
Las poéticas de construcci6n de la subjetividad inciden
del dia' y catequista e intendente de campamentos scouts en Atlixco, en
Cuernavaca, en Hidalgo" (Autoentrevista). en las narrativas nacionales ajustandose a distintas politi-
5
"Sacarle raja" es una expresi6n popular que significa sacar prove- cas de género. La escritura aprovecha las fisuras de lo pri-
cho.
6
vado para historiar imaginarios a través de figuras que ar-
En ellenguaje popular mexicano "la raza" es una forma orgullosa man cuentos de familia y relatas de vida. La memoria es un
de designarse a si mismos como conjunto.
don elusivo que elige decires diversos, algunos de los cuales
parecen estar "fuera de lugar". La leyenda nacional se en-
treteje en las fabulas de los sujetos y los espacios sociales
colectivos se modulan en gramaticas de lo intima.
Dentro de la obra de Poniatowska un conjunto de ficcio-
nes labran identidades en fabulas autobiograficas encubier-
tas. Este gesto de inscripci6n del yo caracteriza los primeras
textos de la autora como Lilus Kikus (1954) y Los cuentos de
Lilus Kikus (1967). Casi dos décadas después aparecen los
relatas reunidos en De noche vienes (1985) y la novela La
"Flor de Lis" (1988). Beth Jorgensen las denomina "ficcio-
nes de privilegia", porque se enfrentan a aquellos textos que
tienen la alteridad camo problematica.
Se trata de escrituras autorreflexivas, dominadas par la
busqueda de un lugar y el deseo de pertenencia, que consti-
tuyen excepciones en la obra total de la autora. Desde la

20 21
ficci6n arman la historia privada . . . . .
pa, como juego y corn 0 t d '.como ~uento, como estaiibro esta conceb1do como unJuego, con apanenc1a de puen-
1 0
diferencia de aquellas re.: e mfancia Y adolescencia. lidad. Los pequefi.os iconos que separan los parrafos (ramas,
y reclaman su condici~~c~ ur~s que surgen como "mandas flores, triangulas, aviones, etc.) refieren al contenido de las
cio publico. pa abras verdaderas en el
Los doce relatas de L ·z /Ck . . - Desde la portada se arman dos centras de pertenencia
ca novela de aprendi . z ust z us dibujan una esquemat opuestos y complementarios, que reverberan en la serie de
contraponen mundo in:D zaJe, tl
un exto de form acwn · ' en el que correspon d enc1as · b.manas · a ltolb aJo;
· art 1·fi1c1a 1 CIVI-
· 1/natura; · ·
1 8
doce cuentos que llev an Y m~ndo adulto. El conjunto d lizado/salvaje; extranjero/nativo. Podemos sintetizarlos como
an como tltulo D h · .,
mundos femeninos det . d e noe e uzenes erig conjuncwn entre el mundo noble y cultural europeo y el
tebrados alrededor de erml u~a os por la clase Y la raza, ver mundo popular y "natural" mexicano. La homonimia oculta
·
VIenta. Los mismos te re acwnes hombre/mu]er · y amalsir el desplazam1en · t o sufr.d1 o por 1a cop1a
· en comparaciôn al
mas recorren fic · . . .,
vento" o "El inventario" fi . ClOnes como "El con ong~nal; traduccwn, en tanto torcedura, de lenguas y mun-
en antiguas historias d ' gur~cwnes de abolengos, densa dos. En la hendidura se situa el pasaje del mundo artificial
La ((Flor de Lis" se ~ ?fre~IV~s atm~sferas familiares. y estetizante al mundo verdadero y nutricio, transita de la
1
temblor. Aunque presee t ~ e :Dmismo ano que la crônica del lengua y la cultura aristocratica francesa, a la cultura y la
puede advertirse de rn~ a ~ .: ctura d~ un libro unitario lengua popular mexicanas. En "este escrutinio de mundos
tes diferenciadas' con , VISld 1 . e, .1a eXIstencia de dos par' cerrados" (Jorgensen) se arma un lugarde cultura que tra-
0
0
ginas iniciales de ritmnge~~~ Istmtos. Las ciento diez pa ba y opone la flor y el tamal.
biografica enc~bierta c: poe Ico, entregan una ficci6n auto La flor de lis es la representaciôn simb6lica dellirio. La
escritura mas facil de sum?dn~vela_ de admirable unidad ("la utiliz6 el cristianismo medieval como atributo de gloria, es-
da parte proviene de u VIt~ segun la escritora). La segun- plendor, inocencia, pureza, alegria y pujanza de vida. Los
cleo es la historia de lan ain ~ 0 relata, "El retira", cuyo nu- franceses la incluyen en su heraldica en el siglo XII con el
1

re
Identidades y extran . , acwn con el sacerd ote europeo2. . de pertenenc1a
sentldo . y hermandad entre caballeros. Tam-
novela: La ((Flor de Lis" ~~~Ias se an~dan en el nombre de la bién es el simbolo empleado en brujulas y mapas , que indica
za francesa, que sefi.ala .ta~t~ rapcaro~I~. ?e la flor de la reale- el norte. Un detalle pequefi.o, pero no por ello menos intere-
zamiento. Contigüidad t ontiguidad coma el despla- sante, es el hecho de que es usado como emblema scout. 3 El
nina de un SUJ.eto de en ~ntto no~ela de formaci6n feme- scoutismo ha marcado la vida de Poniatowska y, a mijuicio,
1
Desplazamiento indicada ans ocrac1a . e uropea y mexicana. no so'1 o es uno de los relatas de la obra smo · que Impregna
· las
1
guifi.o hacia el interior de~ ~ort a~ comlllas que nos hacen un posturas éticas y politicas de la au tora. 4

prosaica denominaciôn d ex 0 onde la flor se convierte en Las flores, asociadas dentro de la tradiciôn occidental al
tamales, plato nacional e un~ casa de comidas mexicana de universo femenino, pertenecen a la constelaciôn de simbo-
basica de la alimentaciô mexic~no h.echo de maiz, materia lvs armada sobre la contigüidad entre mujer y naturaleza.
lleva un menu de comi%aprec? ?mb~na. La edici6n de 1998 · Imagen que relaciona sexualidad y fecundidad, la flor se
s ongmanas nacionales. Todo el emplea con la acepci6n de "la parte mejor o mas apreciada
22
23
., camo senala Molloy, no solo
de algo, la fuerza y la alegria de la vida, el final del invier . t wska. 6 El autobl?grafo, ado en la memoria, que
y la victoria sobre la muerte". 5 Una persona joven estân a; al texto no escr;to. almacenlas formas culturales Y a
à
"la flor de la vida". Se desflora a una mujer cuando se la d c~ ~a incripcion de Sl mls~o a s sino al archiva europeo
poja de la virginidad. En todos los casas la flor tiene conno ~agmentos de textos ver a ~ro con los que, consciente o
1

ciones estéticas y eroticas, ligadas al placer y la belleza. s busca de fragment~s tex~ua es , (lG).
1
El imaginario social cortesano sexualiza todos los ord n nscientemente, f~r:Ja su mtg~n os proveen mecanismo.s
nes, aun aquellos que contrastan. Los sentidos son estim coLos discursos socla~~s ~ r;~~':a.7 La instruccion se~tl­
lados tanta por el cartel de la casa de tamales, llamando control de la e~ucacl?~ e t nes que dividen lo pnva-
deleite goloso, camo por el cuerpo femenino joven y bell e ntal se subordma a.ngidos pa ,~? as de género propias del
11
exigiendo la mirada. La novela trabaja los rituales de suj ey lo publico, obe~ec~e~do a P~ lC aislada del munda real,
cion de la mujer dentro de la burguesia me:xicana europe triarcado. La sub]et1V1dad se ~amadres permanecen un
0

zada. Se detiene en el munda de las ninas popoff. Las repr aunada en secretas pr~ceptosf. a~ones mâs ornamentales
·
sentacwnes se encuentran enmarcadas por un espacw · c cstadio infantl, ·1 re duc1das a uncl f milia y la clase sus Vl·d as
1
rrado. La vida de las protagonistas transcurre en cuarto ue nutricias. Encerradas en a a vivencia superficial de
c~s~s, patios, jardines. ! claustr.os. Poni~towska re~ee ~o utinaria~ estân m~rcadas f 0~c:n:el otro su fuerza amena-
codigos de una educacwn fememna, surg1dos en el amblt a sexuahdad. Destmadas a
aristocrâtico y reproducidos por la cultura de mas as. El cuer zadora, la belleza, queda ~e ucl a
J. d a valor agregado, exce-

po bello, sustraido a la historia, es version del eterno fern dente de su carâcter de ob]et~s. e munda plegado en sus
nino b~jo mâ~c~~as modPrnas: Su som~timiento _ah~uyent. La mirada mâs cruda s~ e~ec~:nto "Ellimbo" .que for~~
cualqmer pos1b1hdad de cambiO, transtormando lo remem prejuicios la encontr.a mos e rotagonista, autonzada t~~l­
no en ficci6n y val or. parte de De noe he menes · L~ p rriesga al pequeno mno
1
Monique Lemaître propane recorrer la novel a co mo pa tamente por la madre Y la a ue. a,ta en J. uguete descartado
t. f c-
ro d1a e texto e Manvaux, La vLe de Mananne . La produc de Rosa, la s1rv1enta · Lo convier
. d l d . . . . . erse a su prop1a
. salSa
t
tividad narrativa refiere a enraizadas narraciones cultura por su frivolidad Yresuelv~ e~ regt mambo, bailaria mune-
les de infancia y adolescencia camo Les malheurs de Sophi cion: "bailaria, mambo que ne~ e1 aria la raspa, la vida en
de la Condesa de Ségur. Pero también al munda de las his quita linda de cabellos de oro, ~ spués de todo, la vida de
1

torietas de La pequefia Lulu, comic me:xicano de gran circu rosa, las hojas muertas, porfue d emâs" (45).
laci6n. Tanta Sofia camo Lulu son "las ninas malas de l uno es mas fuerte que la de os . e de la familia transfor-
L · " 1 s muJeres d
Condesa d: Ség~r y .del Marqués de Sade, aquell~s que no En La "Flor d e LS ' a, culo. Forman parte del decora 0
conocen mas obhgacwnes que las del exceso" (Pomatowska: man sus cuerpos en especta .fi . e naturaliza por manda-
1
1
18/02/2001,1). Las andanzas de la protagonista, Mariana/ de una sociedad d~nde e~ a~l c ~=se material: "Una mujer
Elena, mâs cercana a Lulu, estân vinculadas a las aventu- to y se niega la e:x:Istencla e a deplorable. La gente no
f os es un ser . "
ras de la condesa de Ségur. La hermana del personaje es que muestra sus es uerz b . que cuesta ser muJer
Sofia, hom6nimo de Kitzia, nombre de la hermana de Po- tiene que darse cuenta del tra a]O
25
24
(169); "Hay que podar para que siga la vida" (103); "Flores, Las mujeres que resisten el designio de la clase social
flores, flores, siempre flores que tia Francisca arregla a gran- sufren los efectos de su actitud. La feminidad es una segun-
des manojos en la ceremonia matinal de las ramas resucita- da piel, construida e impuesta desde la niîiez camo identi-
das al tercer dia" (104). dad esencial y ahistorica. Se repite en discursos tan diferen-
Los personajes femeninos mas luminosos se confunden tes camo juegos y cuentos infantiles, folletines, revistas de
en larga cadena de madres e hijas, presididas por Luz, la moda y peliculas de Hollywood. Un adiestramiento de la
madre de la protagonista. Despliegan la intrascendente eter- sensibilidad propia de una clase, la de Mariana y la de las
nidad de las hadas o las princesas de los relatas maravillo- hijas de las clases altas latinoamericanas. La narradora sien-
sos. La sexualidad esta velada, transformada en erotismo te un agridulce sabor al sumarse al estereotipo: "recuerdo
inocuo. Dentro de esta serie las abuelas se vinculan con la con desazon a mis compaîieras de retira ... parecîan todas
tierra: la abuela europea en el jardin y los paisajes lejanos flores abiertas, dulces, dispuestas a entregarse por entera"
de la National Geographical Magazin; la abuela mexicana (217).
en el centro del mapa de México, rodeada de sus perros. La En este espacio patriarcal deteriorado, los hombres, debi-
vejez les permite apartarse del escenario y las beneficia con litados por el anacronismo de sus posiciones y la invisibili-
el poder doméstico. Camo las viejas de José Donoso, las dad afectiva, se definen por las relaciones con el afuera. In-
matriarcas presiden el munda de la intimidad. 8 tervienen a través de la accion en un puro exterior - la eco-
Ellado oscuro y fascinante de la feminidad simbolizado nomia, la guerra, la politica, la iglesia. A diferencia de sus
por el tamal, pertenece al universo de las sirvientas, cuyo congéneres femeninos, los animan fines y luchan par causas
cuerpo es puro valor de uso. Elias son ayas, institutrices, cuyo fracaso los deja vacîos: "El abuelo camina rapido, tiene
"mulitas".9 Arrojadas del munda espiritual e ideal de Luz, un proposito, los hombres suelen terrer un proposito. Por eso
las criadas se encargan de la funcion nutricia y material. no camina con nosotras" (29); "A los hombres les gustan las
Sus figuraciones también son maniqueas y sufren el proce- causas, cualquier causa, dénies una causa par la cual morir
so de idealizacion, reducidas a tipos mexicanos. yeso le dara sentido a su vida" (119). 11
A Mariana/Elena la preceden una galeria de mujeres a Si la madre parece brotar de un toma de la Biblioteca
las que pertenecen la madre, las tias y las abuelas, marca- Rosa, de una cinta glamorosa ode un figurin demodas, el
das por la extranjeria territorial, de género y de clase: "Es- padre queda atrapado en los noticieros de la guerra euro-
tas mujeres que van relevandose en cambiar elagua de las pea. La figura paterna esta desquiciada, fuera de lugar, no
anforas son mis antecesoras; son los mismos floreros que logra encontrarse entre paredes. El padre es un forastero en
van heredandose de madre a hija" (104). La protagonista el pais y la casa. Aun después de integrarse a la rutina mexi-
considera su eleccion profesional un gesto inquietante de cana, el noble polaco continua en desacuerdo con sus rit-
rebelion: "Dicen que las flores chinas de papel florean el agua. rnos: "Papa camjna fuera de la pelicula"; "Es la calidad del
A diferencia de las flores de mi bisabuela, de mi abuela, de aire la que ha cambiado; marna ya no lo atraviesa. Papa nos
mi madre, de mi tia, las mias seran de papel. Pero l,en don- retiene a las tres" (106); "Él maneja. Hace bulto en el asien-
de van a florear?" (104). 10 to. Es el hombre de la casa" (107); "solo sabe hablar con sus

26 27
ojos" (110); "es un hombre que tiembla ... Se esconde de si Toda el relata de Mariana/Elena se arma en el movi-
mismo" (111). miento hacia la Madre, cruel y seductora: "Después rie de
Los modelas de comportamiento otorgan un enorme peso su olvido, la oigo reir, me gusta su risa, su boca sobre toda"
a una tradici6n cuyos arquetipos provienen de la vasta ha- (12); "marna, de un dia para el otro, viene a vivir con noso-
giografia mariana. El marianismo de las patronas aparece tras, dulce, inalcanzable, coma el agua dulce que cae del cie-
camo contraparte del malinchismo de las criadas. La novela lo" (24); "Esa mujer alla en la punta es mi marna; el descu-
tiene camo centra a Luz, la Madre, asociada a Maria (el nom- brimiento es tan importante coma la superficie lechosa del
bre Mariana deriva de Maria) a través de los diferentes epi- mar" (32); "No es que la extrane, es que la traigo adentro.
grafes en latin. Su santidad es sometida a la prueba del en- Habla con ella toda el tiempo" (l15).
cuentro con el Padre Teufel (que, si bien es francés, lleva un La narraci6n lee, desde un lugar distinto, las figuracio-
apellido que, en el idioma del antagonista bélico aleman, nes de la maternidad. Luz sigue siendo la nina mala de la
significa diablo 12 ). El exilio de Mariana es multiple, se origi- condesa de Ségur, insatisfecha con la existencia: "Quiza la
na en su relaci6n con la madre y se continua en la naci6n, la vida le resulta lenta; siempre hay algo que parece estarla
lengua y la clase. En la primera edici6n dellibro la portada esperando en otra parte"; "Ahora pienso que sonrie porque
llevaba una ilustraci6n de una doncella con un dragon. sabe que después vivira en otra parte" (29).
Mariana/Elena no abandona el disfraz de la nina bue- La historia de vida de la narradora protagonista parte
na, con la que se identifica a la autora en otros textos. Teu- de una vivencia negativa del munda adulto en el que debe
fella reta a ramper con esa imagen, la confronta con el munda iniciarse. La lectura no siempre es ir6nica y subversiva. El
mexicano, sacudiendo sus certezas. El final restaura un cierto encuentro con Teufel, el extrano, provoca cambios de ritmo
equilibrio. Extranar se relaciona con diferencia, alejamien- y ton o. Deslinde doloroso entre infancia y adolescencia, den-
to y extraterritorialidad. La construcci6n de identidades so exterior construido desde dentro, la sexualidad encuen-
expone el juego de acercamientos y rechazos. tra coma unica salida el sentimiento religioso. En ese mun-
La maternidad, clave de poder en el interior, afianza la do las franciscas y luces retozan con los teufel/tobis. Maria-
estabilidad de una clase social que le otorga un lugar de na, ir6nicamente bautizada Blanca par el sacerdote, se con-
lujo. Mas que un cuerpo de madre, Luz tiene la silueta de vierte en su fiel ac6lita.
una estrella. Dama salida de un figurin de moda es diosa de La realidad representada se enriquece con otras dimen-
una limitada sociedad. Representa el eterno femenino, en la siones en un munda narrativo que se funda en el movimien-
tradici6n de las imagenes ideales del amor cortés o de las to de apropiaci6n de historias familiares y nacionales. La
estrellas del cine. La Madre es la Otra que provoca el relata, relaci6n narrativa, mujeres y familia, es propia de una gran
siempre desde el deseo de lo inalcanzable: "La veo salir de zona de relatas de mujeres donde, coma afirma Nora Do-
un ropero antigua ... El batiente estara siempre machucan- minguez, "siempre hay alguna intriga familiar par resolver,
do algo, separando, dejandome afuera" (11). Una figura li- : ~l gu.n origen familiar par aclarar, alguna deuda o culpa par
gada al pasado escondida en el ropero, variante del baul de saldar. En ella toda puede explicarse a partir de los marge-
los recuerdos, lugar de memoria.

28 29
nes del parentesco, en muchas casas burlando y forzando . t wska. El acta de traducir posibilita la apropiaci6n de
sus limites, sus estratificaciones" (1993 , 2). Illa t:xto que la su prime camo protagonista pero la incluye
La madre, camo su nombre, tiene un brilla inasible y un 0 personaje. Madre e hija transitan por distintas carlo-
remite a lo etéreo. Se presenta con el misterio de la Madona cornfias de pape1 um"d as a 1as m1smas
· m1"t o1Ogias.
, E ne1 pro-
,
de las plegarias en latin: "Emitte lucen tuam et veritatem
tua. La envuelve su soledad verde esperanza; la nimba el
r:o Elena afirma: "La membrana mas delgada nos separa,
~f debe ser el timpano, una telita tan fina como la de la
verdor de los helechos. Ni cuenta se da del misterio que r e- :raiia" (14). También queda clara el caracter ambivalente
presenta. l,De d6nde viene? l,En d6nde estuvo?" (56). Des- de la relaci6n: "No puedo estar mucha tiempo a su lado por-
pliega el poder de una divinidad sobre la hija: "Luz ejerce que algo se incendia entre nosotras" (15).
sobre mi una fascinaci6n especial. Me hechiza. Y es que anda El mandata de escritura esta vinculado a la tragica
par el munda camo alucinada pendiente de los signas que le rnuerte del hermano menor Jan. "Marna, cuéntame tu vida"
vienen de dentro y que la hacen sobrellevar lo que sucede a es la frase que actua coma disparador de las memorias que
su derredor" (66). Las imagenes cristianas quedan reduci- pueden leerse coma parte del proyecto de escritura de la hija.
das a sus formas. La significaci6n original ha sida vaciada y Elena autora se transforma en la mediadora y destinataria
se emplea su ret6rica. Dna ret6rica del cuerpo que lo falsifi- del relata. Paula Amor, sujeto de su propia autobiografia, se
ca y lo sustituye par el ropaje que lo aleja de la naturaleza y confunde con Luz protagonista de la historia de vida de Ma-
lo convierte en metafora. Camo las ninfas del agua y del riana y ficci6n autobiografica de Elena. Curioso dialogo entre
aire, Luz es esquiva: "Flota la tela en torno a su cintura" madre e hij a, en la que la v oz de la madre emerge en la letra
(45); "En el movimiento de su falda hay la transparencia de de la hija para luego incorporarla coma voz en su propia es-
los helechos" (45). critura. Esta escritura a muchas manas monta una geografia
Toda escritura implica lucha entre figuraciones de suje- de identidades entre narraciones culturales y desde posicio-
tos que se refractan ya que siempre nos decimas a través de nes sociales similares frente a los subalternos, otros en los
un otro. Esa circulaci6n de vidas supone el espacio biografi- margenes condenados a la servidumbre y la anonimia.
co, donde el individuo habla, se habla y es hablado al mismo La nostalgia impregna la fabula infantil, cuyo centra es
tiempo que habla al otro. Poniatowska elige encarnar en la madre, fior impudica y atractiva. La sirvienta, madre
Mariana para armar su novela familiar camo fabula litera- nutricia, es el cuerpo segura y opaco desprovisto de lumino-
ria. En Nomeolvides , libro de memorias de Paula Amor Po- sidad. Se ofrece camo puro regazo de rostro olvidable. Camo
niatowski, dictado y dirigido a la hija, nos encontramos con los granos de la mazorca enfrentados a los delicados pétalos
muchas de los elementos biograficos ocultos en La "Flor de de la inconfundible flor de lis.
Lis". El gesto autobiografico continua en la historia de vida Para Jean Baudrillard, la seducci6n incumbe al orden
de la madre, en su experiencia europea y sus primeras anos del artificio, persistiendo fuera del arden de la naturaleza.
en México. En las memorias, camo en la novela, Paula "pasa E..n la novela predomina una feminizaci6n y erotismo blanco
de un escenario a otro" (Amor, 11). Ellibro, escrito en fran- Y difuso iigado a las apariencias. La representaci6n de la
cés par la anciana mujer, es traducido y prologado par Po- madre esta dotada de irrealidad: "Descubro a marna a los

31
nueve anos. Antes solo son imagenes fugaces ... marna cuyos México, el pais insolito que se extiende, mas alla de las
vestidos permanecen incolumes al tacto y a la mirada" (34); f: Idas de la abuela, las atrae y amenaza: "Eramos unas ni-
"Entre suenos veo su falda al caminar; sus piernas bajo la leve-
dad de la muselina" (45); "Al rato va salir, siempre se va, no
tenemos la formula para retenerla" (46); "Las otras marnas
::gil
_a s desarraigadas, flotabamos en México, qué cuerdita tan
la nuestra, jcuantos vientos para mecate tan fino!"
(55 ). Comparten su desasosiego con las otras mujeres de la
atraviesan el patio derechito, no tintinean como la mia" (47). familia, también "extranjeras si, inaprensibles en sus ma-
La escena de origen de la novela familiar esta armada neras, y mas en sus amores ... los signos que las unen al
con fragmentos del imaginario europeo. Ostenta el caracter mundo exterior, el hilo invisible y delgado en el aire que se
ludico dejuegos y libros de cuentos. La construccion apela a adelgaza sobre la ciudad de México, el hilo en el que cosen
los ritmos de las canciones y a las formulas retoricas de las sus iniciales en las fundas, las bordan en las sabanas, en las
narraciones tradicionales: "La senora duquesa es mi abue- camisas y en los panuelos el que las ata a un hombre de
la, los demas también son duques ... Diez duques y sus hijos carne y hueso" (321).
los duquesitos, y mi hermana y yo las recién llegadas. Du- Los propietarios secretos de la tierra son esos "hombres
que, duque, duque, duquesa" (11). y mujeres ca!'g ados como bestias ... su rostro -confundido con
La escritura se refiere a otras escrituras e insiste en las el color de la tierra" (55); "bultos enrebozados ... monitos que
diversas escenas de lectura. Las inscripciones emergen en se rascan y se persignan, confundidos los ademanes" (61)
las hojas dellibro decorado como si fuera el di.aric intimo de que llevan una "mugre rencorosa", y son, segun la abuela,
una adolescente. En SU"- pàginas se yerguon diversas.repre-"• "peor que perros sarnosos". Esa "gente tan mal nacida" se
sentaciones de otras paginas. El cuaderno delaya Nounou confunde con la naturaleza. Pero son los poseedores de las
consigna el crecimiento de las ninas; los libros de la abuela raices que se anhelan. Las sirvientas tienen olor, color, sa-
Beth huelen a arbol; el brazo de Sofia permite ver paisajes y bor. Sus cuerpos oscuros son pura materialidad cercana al
cielos oscuros; las cartillas conservan los primeros trazos; el mundo animal. La idealizacion del pobre mexicano supone
diccionario Herrero esconde los verdaderos significados de una maniquea lectura de la cultura. La desvalorizacion de
las palabras; el cuaderno de Casilda acusa a sus compane- "la raza" mexicana dentro del discurso familiar produce, como
ras y la libreta de hule de Luz esconde los mas terribles contraparte y respuesta a la busqueda de pertenencia, el
secretos. discurso de Mariana que la naturaliza y mitifica. 13
El mundo paterno refiere a la historia de la nobleza eu- La mulita les entrega las cepas culturales del pais mexi-
ropea, el mundo materno a una isla selecta en un México cano, las introduce en sus codigos: "Los cuentos de Magda
hostil y fascinante. En el universo de los habitantes del Pa- son presagios .. . se traga el mundo, corn parte" (66). Esos in-
seo de la Reforma donde los perros valen mas que los "mexi- dividuos sometidos las atormentan y hechizan desde las som-
canos", las hermanas se crian como extranjeras. Si en la casa bras. Nounou y Mademoiselle prefiguran a las oscuras luni-
reina el francés y en la escuela el inglés, el espanol es la tas. Encubren, detras de afables apariencias, la condicion
lengua de la calle. La extranjeria puede ser una maldicion, siniestra del esclavo. Nounou tiene "regazo de montana"
una sentencia de destierro. como la abuela mexicana y anota en la libreta negra "como

33
hace crecer dia a dia a dos ninas, dos burritas de panza, dos e esos pensamientos parâsitos se van a apoderar alglin
polios de leche, dos terneras chicas, dos plantas de inverna- d~a de ella. Tiene, como el personaje de los folletines "un
dero, dos perras finas" (57). :stido cosido de murmullos, un vestido que suena y denun-
El dedo "mocho", cortado, enguantado, de la institutriz ;ia" (174) y ha asumido el mandato de la abuela materna:
hace irrumpir la falta y denuncia la fisura por la que se eue- ser el portavoz de la memoria.
la el mundo exterior. "El dedo mocho, el dedo mocho, el dedo La educacion sentimental se completa en el convento don-
sin ojo, el gancho, el dedo tuerto, sin luna blanca". Recuerda de "no es en el Senor en el que nos regocijamos sino en noso-
la mano extendida en vano del mendigo pintado en el cua- tras mismas, en las monjas de quienes nos enamoramos" (70).
dro del comedor de la gran casa de los duques. Alli una morbida sensibilidad acentua la diferencia entre Sofia
Entre esas mujeres encargadas del cuidado de hijas aje- y Mariana que vive embrujada por el imaginario religioso. La
nas se destaca Magda, la sirvienta mexicana, que se disemi- salida ordenada es el casamiento. La impresionable Mariana
na en otros personajes de la obra de Poniatowska. Duena de no puede aceptarla, se refugia en la casa de retiro espiritual
las Haves del México "verdadero" de la Guadalupe, trae con- continuacion del claustro. La adolescente elige sonar despierta
sigo la narracion popular: cuentos y canciones encantadas entregada a la deriva imaginaria del deseo. El clérigo Teufel
de un universo de voces y milpas. En su territorio las pala- representa la tentacion que confunde su caracterizacion cris-
bras pelean con los silencios y los cuerpos estorban si no tica con elementos demonfacos.
estân ocupados. En la carencia y el ninguneo se confunden La presencia del sacerdote conmueve el mundo femenino
en puros nombres comunes marias, manueles, juanes ... a través del erotismo. Mariana es absorbida por la fuerza del
Los lugares comunes del discurso indigenista se adivina unico cuerpo masculino que asume su sexualidad: "Si, Jesus,
detrâs de algunos de estos estereotipos: "Los indios inertes en medio de nuestras piernas, en nuestra lengua, en nues-
ni hablan ... Nos ven a todos con un silencio cansado que es tras yemas muriéndose de ganas de intercambiar caricias"
su mâs puro reproche" (239). Las ninas se sienten atadas a (183). La adolescente, divorciada de su vida, se encuentra con
ellos por agradecimiento y culpa. Las sirvientas, alejadas un pais de seres necesitados que reclaman su sacrificio.
de las imâgenes marianas, son malinches, madres traicio- La imagen fascinante de Teufel, distante del desvafdo
nadas, intérpretes de un mundo bârbaro pintado en los mo- progenitor, desplaza a Luz y, de modo perverso, la convierte
nos de Rivera, bisagras entre las extranjeras y el nuevo pais. en contrincante. Seductora seducida la madre se "ofrece" al
Mariana busca "embotellarse" de gente para dejar de ser sacerdote, descendiendo al universo de las demâs mujeres.
una "pinche emigrada". El erotismo impregna las relaciones y transforma a la casa
Crecer puede ser pura pérdida en un lugar donde las Y quiebra la pastoral familiar. La prueba termina cuando
mujeres estân atadas a imâgenes infantilizadas a pesar de Luz asume su funcion aun corriendo el riesgo de la locura.
su sexualizacion. Mariana contrae la enfermedad de sonar; La escritura aprovecha formulas consoladoras y mode-
prefiere "cambiar de un dia para otro, diferir, tardar en de- lor seductores del folletfn. Los estiliza parodicamente y, por
cidirse, nadie sabe que sueno y jamâs actuo, nadie sabe que momentos, los traiciona. Elena Poniatowska propone una
me creo mis ilusiones"(138). Su amiga Casilda le pronostica nueva version de los cuadernos de infancia, propios de la

34 35
literatura femenina. En este caso, el relato se extiende has-
ta la adolescencia. La problematica de la educacion senti- FLOR DE LIS". (324). Ellibro finaliza con la demanda des-
mental se entrecruza con la de la pertenencia nacional. La garradora por un lugar en el mundo: "~Donde, marna?" (324).
novela de aprendizaje revela los avatares de la iniciacion en
la adultez.
La escritura es la fior de pape! que amenaza la utilidad
desde el universo simbolico y produce una interpretacion
diferente. Los lugares de memoria se fundan en los despla-
zamientos. La vida se teje desde el pais imaginado por la
voz de la abuela inglesa al exotico mundo que cabe en la
poilera de la abuela mexicana. México es el pais gigantesco
de la madre, naturaleza delirante donde los arboles produ-
~
cen flores. Es el pais de Magda al cual Mariana quiere per-
tenecer. La mirada de la autora recurre al exotismo de un
discurso excesivo casi patriotico.
La historia persona! se dice en los quiebres personales y
familiares. La memoria de la estirpe de mujeres se convier-
te en legado transformado en escritura: "~Es ésta la heren-
cia, abuela, bisabuela, tatarabuela, es éste el regalo que de-
jaron, ademas de sus imagenes en el espejo, sus gestos in-
conclusos? ... Nadie sabra quiénes fueron ustedes, como n o
lo supieron ustedes mismas. Nadie. Solo yo invocaré su nom-
bre, solo yo que un dia también me olvidaré a mi misma
- qué descanso-, solo yo sabré loque nunca fueron" (323).
En la novela convergen designios familiares y sociales y
elecciones personales en constante lucha. El puente entre
vida y patria es una grieta que se abre gracias a la conjun-
cion de la madre y la sirvienta. La letra y la piel blanca de
Luz y la voz y la piel oscura de Magda. Un acuerdo proviso-
rio de mundos opuestos de imposible armonia: "Mi pais es
esta banca de piedra ... mi pais es el grito que ahogo al decir
Luz, mi pais es Luz, el amor de Luz. jCuidado! es la tenta-
cion que reprimo de Luz, mi pais es el tamal que ahora mis-
mo voy a ir a traer a la calle de Huipachan numero 17, a la

37
Notas sus ansias, sus agujas sin hilo, sus bordados que llevaban de una
tt:~za a otra, sus letanias inhabiles! (1985, 63).
pl u Los hombres se relacionan con la historia del mismo modo que las
1
Seglin el Diccionario de la Academia Mexicana de la Lengua "man. ujeres con la moda. En los relatas de De noe he vie nes el pasado es, para
da" se emplea en varias sentidos. Del espanol manda "oferta que uno ~drés o Arturito, puro decorado.
hace a otro de darle una casa", del anticuado mandar "ofrecer, prome. 12 Ellibro juega con los nombres: Tobi y Teufel, Lulu y Luz se con-
ter", de mandar "ordenar; enviar; encomendar", del latin mandare "en. funden.
1a Senala Margo Glantz en "Las hijas de la Malinche" que "Ponia-
comendar, encargar". También como voto o promesa hecha a Dios, una
Virgen o un santo, de efectuar un sacrificio, un acto de abnegaci6n , si towska es objeto de un mito, aqui con el que nos ha familiarizado cierta
concede cierto favor. Pagar una manda es un localismo en el sentido de tradici6n romantica, la de la princesa que lucha por los oprimidos" (127).
cumplir con lo que se ofreci6 en una manda.
2
Este episodio esta narrado con detalle en las memorias de Paula
Amor Poniatowski.
3 Elena Poniatowska "fue nina scout y le gustaban las fogatas en la

noche y hacer la cena. Pero en casa cumplfa con las obligaciones en la


formaci6n de las ninas bien" (Abelleyra, 1).
4
En el texto la protagonista se convierte en scout y catequista.
5 En el calendario azteca, de veinte dias, el vigésimo signa, llamado

flor (x6chitl ) es el simbolo del arte y del buen gusto.


6 Sophie Rostopchine, condesa de Ségur, (1799-1874) naci6 en Ru-

sia, se radic6 en Francia. Profundamente cat6lica escribi6libros infanti-


les. Entre sus relatas mas conocidos esta Les malheurs de Sophie (1859).
Las publicaciones aparecidas en la Biblioteca Rosa persisten como tex-
tas didacticos para las ninas a lo largo del siglo XIX.
7
La Condesa de Ségur también es au tora de una Biblia para nifios
que aun circula en las bibliotecas infantiles.
8 "Las novelas familiares son dep6sitos de recuerdos: como Borges

que agradece a su madre 'tu memoria y en ella la memoria de los maya-


res', el autobi6grafo hispanomericano incursiona en el pasado a través
de las reminiscencias familiares, sobre todo maternas". (Molloy, 20)
9
El uso de este término para nombrar a las sirvientas o criadas
connota la condici6n casi animal a la que son reducidas, vistas como
bestias de carga. Es interesante el uso popular de "mula" con la signifi-
caci6n de malvado.
10
En el cuento "El inventario" la protagonista se rebela contra la
funci6n de narradora de la historia familiar: ''Yo no queria concretar sus
memorias ni vivir de esas casas a las que se aferraban en un naufragio,
los muebles como tablas de salvaci6n, tablas de perdici6n. jQue no me
legaran todos sus recuerdos! jQue no me pasaran su costal de palabras
muertas, sus actas fallidos, sus vidas inconclusas, sus jardines sin gen-

38 39
s. Retrato de Mexicana

;,Qué me gano con decirles? No me gano nada.


No con que les cuente yo mi vida
se me van a quitar las dolencias. Yo no cuento nada.
"Hasta no verte Jesus mio", Elena Poniatowska

La escritura de Elena Poniatowska fabula la alteridad


de un sujeto inscripto camo contingente y secundario, deter-
minado par la raza, la clase, el sexo y la cultura. Estas re-
presentaciones se sostienen en la tension entre experiencia
del otro y deseo del mismo; entre el puebla, encarnado en el
"pobre" mexicano y el centra autorial. Dentro de la trama
testimonial la ficci6n autobiografica produce un polémico
lugarde autor. La entrevista se transforma en uno de los
recursos ret6ricos centrales.
Hasta no verte Jesus mio, la primera novela de Ponia-
towska, se basa en el testimonio de una vieja sirvienta mexi-
cana. Ha suscitado muchas polémicas dentro del campo cri-
tico de los estudios latinoamericanos. La obra, que se pre-
senta coma novela testimonial, prolonga el gesto inaugura-
do par antrop6logos coma Oscar Lewis y Miguel Barnet. Su
productividad implica dinamicas de la narraci6n oral, ret6-
ricas de la escritura y posiciones asimétricas, propias del
testh wnio can6nico (Nofal). El pretexta es una extensa en-
trevista entre la periodista y Jesusa Palancares/Josefina
B6rquez. La trama se construye camo ficci6n autobiografi-

41
ca, marcada par el monodialogo. Me interesa mostrar el con-
trapunto entre ti poe individuo que lo atraviesa. El persona- conocido. En su vida cotidiana, Poniatowska nada tiene en
je lucha par su particularidad dentro del colectivo. comun con Jesusa Palancares; en la dimension de la litera-
Una polémica de identidades surca tanta la enunciacion tura, halla en Jesusa un elemento indispensable: la causa
camo el enunciado, produciendo una "confusion creativa" de sufrimiento concreto que declara abolida la cul pa" (1995,1).
(Jorgensen). El texto se escurre de cualquier fijacion y tra- Las entrevistas y autoentrevistas posteriores actûan
baja géneros discursivos camo la entrevista antropologica, coma paratextos iluminadores: "Hasta no verte Jesûs mio";
el testimonio de vida, la ficcion picaresca, el relata costum- "Un libro que me fue dada"; "Ellibro y la realidad" y "Testi-
brista. Se reconocen muchas de los interrogantes formul a- monios de una escritora". La cronica "Vida y muerte de
dos al realismo literario, en particular referidos a la mime- J esusa" escrita después de la muerte de la mujer contiene la
sis. La vinculacion entre ellibro y su fantasma de origen (la historia completa de la curiosa relacion entre periodista y
entrevista) nos enfrenta a una autoria dual. En todas las entrevistada e incluye una serie de fotografias a modo de
instancias de produccion, los componentes del discurso dra- prueba de la existencia de la anciana. Curiosamente no re-
matizan la dificultad de fijar una identidad. Un dialogo cu- gistra el nombre verdadero de la informante en ningûn mo-
mento.
yas reglas no terminan de ser establecidas otorga a la pala-
bra el caracter plurilingüe del que habla Bajtin. Palabra den- El reconocimiento de la importancia del relata oral no
tro de palabra los enunciados se quiebran en sus distintas impide que la escritora reclame la propiedad de la escritu-
realizaciones. ra. Muchas criticos afirman que se trata de una simple trans-
El personaje literario Jesusa Palancares es sujeto y na- cripcion del relata de Borquez. Poniatowska acepta la im-
rradora de la historia novelesca al mismo tiempo que infor- portancia de la palabra del otro y la fidelidad al registra
mante en la entrevista. El sujeto autor que asegura su con- oral pero reivindica su autoria basandose en la libertad de
trabajo con que proceso el material.
trol con la firma se dibuja en el interior del discurso camo su
destinatario. La transformacion de Josefina Borquez en
Ellenguaje de Jesusa es un idioma compuesto con toda la gente que
Jesusa no apaga la autonomia de un yo que insiste en la yo conozco desde mi infancia porque hay modismos de muchas partes del
lengua. La huella de la voz proviene de la entrevista. Ponia- pais. Es el lenguaje en general que utiliza la gente pobre, la gente que
towska se ha referido, en muchas ocasiones, a las implica- trabaja. (Gonzalez y Ortega, 159)
ciones éticas de su trabajo: "Para mi Jesusa fue un persona- Estas y otras voces de mujeres hacian coro a la voz principal: la de
je, el mejor de todos. Jesusa tenia razon. Yo a ella le saqué Jesusa Palancares y creo que por esto en mi texto hay palabras, modis-
mos Y dichos, muchos dichos, no solo de Oaxaca, el estado de Jesusa,
raja, camo Lewis se la saco a los Sanchez. La vida de los sino de la republica entera, de Jalisco, de Guerrero, de la sierra de Pue-
Sanchez no cambio para nada; no les fue ni mejor ni peor. bla, del Distrito Federal. (1996:10)
Lewis y yo ganamos dinero con nuestros libros sobre los
mexicanos que viven en vecindades" (Garcia Flores, 14). Car- Las llustraciones de tapa lucen variantes que entrela-
los Monsivais afirma que Hasta no verte Jesus mio "es zan Y superponen narra tivas. El Nina de Atocha 1 de la pri-
reelaboracion elocuente y hermosa del México siempre mera edicion St:J transforma en Corazon de Jesûs. El cambio
resulta aûn mas significativo en la edicion argentina de bol-
42
43
sillo de Sudamericana donde el icono religioso es sustituido d de ellugar de la épica y la derrota. La "relaci6n" de su
por el icono revolucionario, la soldadera del Archiva Casaso- ~:toria de vida actua como memorial de agravios .
la.2 Jugando con este tipo de evocaciones, el enigmatico ti- Josefina B6rquez (1900-1987) atrajo a Poniatowska por
tula evoca una expresi6n de la cultura popular mexicana. u lenguaje y su caracter contestatario: "La primera vez que
En una entrevista Elena Poniatowska explica su origen: :e pedi que me contara su vida (porque la habia escuchado
hablar en una azotea y me pareci6 formidable su lenguaje y
Es que en los tornillos de pulque, la base de los vasos de pulque, sobre todo su capacidad de indignaci6n) me respondi6: 'No
antes habian pintado a un Sagrado Coraz6n, un fonda azul y luego el tengo campo"' (1994: 38). Sostuvo largas entrevistas todos
Cristo mostrando su coraz6n. Los que tomaban pulque o licor, cualquier
los miércoles entre 1963 y 1964 en un intercambio situado
tanguarnis, decian "Rasta no verte Jesus mio" y se lo bebian hasta el
fonda . Entonces tiene también una connotaci6n filos6fica: "Toda ésta va que contrasta con la técnica de Oscar Lewis. 3 El vinculo se
aser mi vida hasta que no te vea yo a ti", ;_,no? Camo un brindis. "Rasta mantuvo después de la publicaci6n y muri6 con la anciana.
verte Jesus mio" es un dicho espaiiol, pero camo nosotros en México para Jesusa se distancia de las nanas y sirvientas que pobla-
toda decimas no, "Ay, que feo esta lloviendo, ;_,no?", "Ay vamos a llegar y ron la vida de la descendiente de nobles polacos. La agresi-
no va a haber sol ;_,no?, siempre estamos buscando que nos aseguren o
nos confirmen los demas, entonces aiiadimos el "Rasta no verte Jesus
vidad y el cinismo son algunas de las notas que la diferen-
mio". (Steele: 1989, 92-93) cian. Aunque el intercambio entre las dos mujeres adquiere
sesgos particulares, la condici6n singular del personaje la
Imaginario religioso e imaginario popular se traban en singulariza en el conjunto: "Durante meses concilié el suefi.o
significaciones movedizas. La elecci6n del nombre propio del pensando en la Jesusa; bastaba una sola de sus frases, ape-
personaje no es casual. A lo largo de la narraci6n el cuerpo nas presentida, para anularme y quedar a la espera. La oia
de Jesusa, como el de Cristo, es hostigado una y otra vez por dentro de mi" (1994, 43).
la violencia. Su figura repite y parodia el modela en un dis- Los criticos han discutido extensamente las condiciones
curso que proclama la religiosidad y la transgrede. La histo- de producci6n del texto y la problematica de su autoria. Cyn-
ria expone la violencia entre 6rdenes distintos que, en el thia Steele, que accedi6 a las cintas grabadas afirma que la
acto de enunciaci6n, se escenifica camo enfrentamiento de escritora se mantuvo fiel tanta a la historia como allengua-
voluntades. El relata, armada coma biografia es alegato sin je y que los problemas que plantea ellibro son caracteristi-
esperanza; el testimonio, concesi6n desconfiada. J es usa no cos de etnografia: "La colaboraci6n entre Poniatowska y
habla por otros, sino por ella misma. Su subjetividad se arma B6rquez, entonces, fue complicada por conflictos ideol6gicos
en el recela y el rechazo del otro. Otro que, en el caso de la Y una dinamica dificil caracterizada por una dependencia
autora, puede tornar su diferencia en amenaza. mutua y una fuerte ambivalencia por parte de la informan-
El espacio novelesco hace lugar a la ficci6n autobiografi- te con respecta a la autoridad de su entrevistadora"
ca. El epigrafe "A Jan, mi hermano: a todos los muchachos (1989,125). Jean Franco impugna la autenticidad del testi-
que murieron en 1968: Aiio de Tlatelolco", es engafi.oso, ins- momu de Jesusa y lo compara con testimonios can6nicos como
cribe historia de vida en historia nacional. La biografia de el de la indigena maya quiché Rigoberta Menchu, que emer-
Jesusa, en cambio, recorre la historia de la naci6n mexicana ge camo portavoz de una comunidad. Toda la discusi6n apun-

45
ta a la dimension ética de la escritura, en desmedro de la la mentira y la verdad: "Es "Verdad q~e esta:rn.os aqui de a
tiras: lo que cu entan en el radio SO:t) tnentil"as mentiras
estética. Los dominios territoriales y simb6licos de escritora
znen l . '
y personaje son diferentes. El libro es el espacio que obra las que dicen os vecmos Y mentiraque llle -va a sentir" (9).
como puente. Los semblantes de Jesusa aJterna.q la narradora y la
protagonista. ~l yo que h~bla, quieto Y~!stable en el presen-
lQuién habla en los textos de Elena Poniatowska? Y, en especial, te de la anciamdad se escmdedelyo de lajuven.tud que vive
lquién habla en Hasta no verte Jesus mio?, lA quién le pertenece el len- en el pasado en mutaci6n constante. Ellllimero se posiciona
guaje?, iSe trata de un discurso etnografico, de una voz intransitiva 0
personal?, iSe es autor o transmisor solamente? Y si de esto ultimo se
como observador Y comentarista critico y destl"oza toda ilu-
tratara, lOCuparia Elena ellugar del mediador, esa figura colectiva que si6n de unicidad. La vejez del narrador, corno en el caso del
transmite -solo transmite- un saber colectivo emitido por la voz de una esclavo Esteban Montejo, le pennite el manejo de todo el
4
persona, un shaman o un espiritu? Y transformar en escritura esa voz, Archivo. En el presente del relat.o, desd.e el int eri or de una
la de ese otro inquietante y ambiguo, a la vez tradici6n oral, significa precaria vivienda,_ conci~nte de la c~rca.nia de la muerte,
formular un c6digo verdadero -el que da cuenta de la mediaci6n-, deli-
nea una imagen uni ca, intransferible, median te la suma de las palabras,
Jesusa narradora mterv1ene todoel tielllpo en su propio re-
por lo menos, "las de esas voces de mujeres marginadas (que) hacian lato parajuzgar y amonestar lasactitudlils de Jesusa prota-
coro a la voz principal, la de Jesusa Palancares". La mediaci6n engendra gonista de un aprendizaje de vida.El P8 tiplo de esta ultima
entonces un espacio neutro, singular, que da cuenta de un sentimiento va desde el mundo urbano al rnundo n.tral, convertida de
de culpabilidad, donde el problema mismo de la autoria del texto se con- trashumante soldadera en habitante del Distrito Federal.
funde y borronea. (Glantz:1987,14)
La novela se enuncia en PrirneraPef~ona. Comienza con
Uno de los elementos mas atractivos de la diégesis es el el suefi.o en el que J es usa ha entrevisto Otras vidas: "nunca
ha bi a sufrido tanto como en esta reencarll.aci6n y a que en la
juego entre la figuraci6n casi corp6rea de Jesusa, mestiza,
anterior fui reina" (11). En el ünaginafÎ() textu al, adverti-
vieja, fuerte, incontinente, cinica, pobre y llena de lecciones
mos modelos literarios tomados de la Cl.l.Jtura popular. La
y la figuraci6n de la periodista, la ca trina, que se construye
narradora se imagina co mo una reina. de ~u€ntos de hadas o
desde la enunciaci6n como la destinataria del relato. La in-
una estrella de folletines. La figura del Sl.l.eno tiene una lar-
formante opone resistencia al cometido de narrar su vida,
ga cola, esta en un salon de bellezacon ~u~as lun as de espe-
atacando a la oscura figura que emerge en los deicticos. Esa
jo, grandotas, largas, desde el suelo h!!~ta arriba". Mitad
misma discordancia polémica contribuye a enriquecer el es-
deidad, mitad animal se figura conw mo~struosa novia con
pacio de la enunciaci6n.
cola de diablo o de tigre, escoltada ColoJ111:Jina y Pierrot. 5 La
Las palabras del epigrafe constituyen un reto a la esen-
Yllxtaposici6n de c6digos, justificada en 8 1 discurso onirico,
tura. Un desafio que enfrenta la literatura con la muerte:
aleja al texto del protocolo realistaenel qQ.e luego persistira.
"Alglin dia que venga ya no me va a encontrar, se topara con
La subjetividad se devana entre el fatalismo y la cul pa;
el puro viento"; "pensara que todo ha sido mentira" (8). Noti-
la violencia y el desafio, pero, sobre todo,. la falta. Nos en-
cia, fabula, ficci6n, relato, sueii.o es la cadena dentro de la que
contramos con una narrativa de la derJ'O "t:a_ revolucionaria,
se arma el personaje. Aunque la voz se pierda y el cuerpo se
formulada des de la resignaci6n Yel ciJÜs!I\o en la que laper-
tome puro viento la narraci6n permanecera en el duelo entre

46 47
tenencia de clase se manifiesta camo condici6n inmutable y La muerte de la madre, en el segundo capitula, inicia la
merecida. El alarde desdeiioso es intenta de resistencia: "Yo diaspora familiar -"desde esa época tengo el aire del campo-
tengo mucha pendiente y no sé cuando voy ajuntar y quitar- santo en los ojos" (21). El hecho coïncide con el comienzo de
le las manchas"(12); "Mi deuda debe ser muy pesada ... Debo la reval uci6n, cuando las trop as de Francisco Madero toman
haber sida muy mala" (12); "En esta reencarnaci6n Dias no Ciudad de México. El desplazamiento abre un espacio dife-
me ha tenido camo tacita de plata" (15); "Aqui si la consigo rente y conflictivo en la historia familiar y nacional. Felipe
me la camo y si no la consigo pues no me la camo y ya" (15). Palancares, el voluble padre, se mueve continuamente en
Las relaciones de Jesusa con la ley y la autoridad son busca de trabajos y aventuras -"él no hacia pie" (41). Con su
sumamente conflictivas. Vive en los intersticios de un siste- hija camo soldadera se suma a la guerrilla y pasan a formar
ma en el que la unica salida a la violencia es un feroz indivi- parte del inestable munda revolucionario: "casi todos cami-
dualismo. Camo en la literatura picaresca el personaje esta nabamos sin saber ni par d6nde" (74). Cuando se separa del
condenado a soportar una sujeci6n tras otra. Su orgullosa padre, Jesusa seve obligada a casarse con el desp6tico Pe-
independencia final sigue siendo atadura a otro, en la vida dro Aguilar, par 6rdenes del jefe.
y en el papel. Los poderes que gobiernan su existencia pue- El combate en los Estados Unidos marca el umbral en-
den ser terrenales (padre, marido o pa trona) o divinos (Luz tre la soldadera y la soldada, liberandola, con la muerte, de
de Oriente, el Padre Elias o Roque Rojas, Mesmer). la sujeci6n conyugal. Su nueva posici6n la precipita en la
Los movimientos del cuerpo contrastan con la perma- etapa del nomadismo urbano que se inaug'ura en la mitad
nencia de las estructuras de explotaci6n. Las geografias de de la novela: entre los capitulas 12 y 13, de un total de 29.
infancia y adolescencia se desvanecen en la ciudad. La nina, La llegada a la ciudad se inicia con un despojamiento que es
en orgullosa y desafiante orfandad, sufre el abandono fami- cambio de piel: le rohan la totalidad de los bienes adquiridos
liar y enfrenta su aprendizaje de vida con diversos sujetos. en las batallas. Si en la frontera deja el cadaver del marido,
Jean Franco destaca la distancia entre el yo m6vil y el yo en en la estaci6n, otra frontera, pierde su vida anterior. Este
transita (180). Desde el presente de la narraci6n, en la pre- hecho la condena a permanecer en la capital y reiniciar la
caria vivienda de la colonia popular, Jesusa narra una his- batalla par la supervivencia. Camo si toda el trayecto reco-
toria de desplazamientos multiples. El primer nomadismo, rrido no hubiera servido de nada, este corte la separa defini-
familiar y laboral, el segundo revolucionario, y el tercero, tivamente de cualquier lazo familiar anterior y la sumerge
urbano y laboral. Un cuarto tipo de nomadismo, el espiri- en una nueva lucha: "Estuve caminando mucha, mucha tiem-
tual, ataiie a los desplazamientos de "las almas muertas que po, coma diez meses me imagina yo. Y no comia nada" (138).
andan en el espacio" (15). Ese mas alla, con el que la ancia- El personaje se caracteriza par las mudanzas. Jesusa
na entra en contacta con intensidad, es, de igual modo, un cambia lugares, oficios, amigos, casas. Sufre una y otra vez
espacio de transita (Gelpi). En su munda lo natural y lo so- el rechazo de la gran ciudad. Desde distintas posiciones se
brenatural son contiguos: los muertos circulan con igual o mira a si misma y, aunque se adapta a la realidad, mantie-
mayor facilidad que los vivas. ne un dejo de resistencia, desarrollando una subjetividad

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escindida. La negaci6n de su condici6n de mujer es parte de En el ejército los caudillos y jefes militares deciden su
su autodefensa. A pesar de ser objeto de la violencia, se nie. d stino, en la ciudad las amas determinan su existencia.
ga a reducirse allugar de la victima, inclusive ocupa el es. ~arcada desde su nacimiento por la orfandad y la disgrega-
pacio del verdugo. i6n farniliar esta condenada a la no pertenencia. Se torna
La figura memorable y capital de la novela es el Yo que c n animal "arrimado" a otras familias. Los unicos momen-
habla; la voz de Jesusa es la verdadera protagonista. La ~os aislados de solidaridad comunitaria estan vinculados al
narraci6n es trance creativo y salvador donde la experien. ejército, el alcohol, la Iglesia y la colonia.
cia se transforma en palabra. Este acto se escenifica com0 El relato insiste en significantes como hambre, miseria,
concesi6n esforzada: "Asi soy, no me gusta hablarle a la gen- enferrnedad, desnudez, violencia. La historia que Jesusa na-
te. Soy muy rara" (46). A pesar de sus declaraciones, la pala- rra escribe el cuerpo en el texto. Soporta golpes y heridas del
bra fluye gozosa en el juego entre memoria propia y ajena. padre, la madrastra, la madrina, el marido. Aunque ella dife-
Jesusa es muchas Jesusas en persistente dialogo entre pre- rencie entre los que la golpean gratuitamente y los que le
sente y pasado. Se puede distinguir entre un Yo que se ve, ense:iian a través de golpes; no s6lo esta dispuesta a aceptar
un Yo que actua y un Yo que habla, todas fuerzas comprome- la violencia sino a justificarla. Su resistencia tiene dos mo-
tidas en una relaci6n tensa y contradictoria (Jorgensen, 31). mentos: el silencio y la respuesta. La rabia es su forma de
resistir. Al confrontar a su marido, arma contra arma, pone
La mestiza habla varias lenguas entre las que se cuenta el zapoteca fin a su humillaci6n y logra el respeto: "Pero entonces yo fui
y la "castilla". Extra:fia no solo entre los patrones extranjeros sino entre
sus mismos paisanos que la segregan. La soledad acaba por ser su mas la que me emperré. De por si, yo desde chica fui mala, asi
fiel compa:fiera: "mi unico amigo era el meta te. De eso me viene lo calla- naci, terrible, pero Pedro no me daba oportunidad. La bendi-
do. Hasta ahora de vieja, me he puesto a hablar un poquito". (71) ta revoluci6n me ayud6 a desenvolverme ... Si yo no fuera mala
me hubiera dejado hasta que Pedro me matara" (101).
La biografia de la familia biol6gica y adoptiva ocupa una Con los a:iios no "se deja", incluso busca pelea; se jacta
gran parte del texto. El espacio masculino gira alrededor de de ser muy "hombrada" y exhibe su rabiosa y solitaria inde-
la atrayente figura de Felipe Palancares. Jesusa actuarâ pendencia. La narradora marca estos cambios como triun-
como hija y mujer en una relaci6n que se insinua incestuo- fos de su voluntad. Reproduce la ideologia de la cultura
sa. Los hermanos Efrén y Emiliano son figuraciones de Cain machista y patriarcal y se trasviste en hombre para poder
y Abel. La autoridad paterna es transferida a PedroAguilar, sobrevivir. La pobreza es condici6n negativa e individualis-
el marido brutal, que se torna su propietario. Los hijos adop- mo extremo, nunca encuentro con el otro, que la defrauda,
tivos la abandonan o traicionan. El espacio femenino tiene de modo constante. Su pertenencia a la "bola", 6 a la vecin-
un centro ausente, la madre, en cuya tumba la ni:iia quiere dad y a la iglesia es distante y escéptica. Imita y asimila la
arrojarse. Las hermanas son siluetas difusas. Madres adop- conducta "masculina", rechazando los roles tradicionales de
tivas, madrinas y patronas le ense:iian a trabajar y a contar la feminidad. Defiende a las mujeres pero admira la liber-
historias con gran violencia. tad y el poder masculino. Considera injusto su destino de
mujer.

50 51
euros rincones del relata. Hasta no verte Jesus mio adhie-
Me gustarfa mas ser hombre que mujer. Para todas las mujeres se.
ran mejor ser hombre, porque es mas divertido, es uno mas libre y nadie
o: al gesto testimonial de modo indeterminado. En los para-
~extos Poniatowska afirma su autoridad, asumiendo la mis-
se hurla de uno .. . jBendita la mujer que quiere ser hombre!.. Yo era un
animal mestefio. Tiraba para el cerro. (27) rna actitud defensiva que la Jesusa narradora mantiene a lo
largo de toda el relata. Podemos ensayar muchas respues-
Su escepticismo se extiende a las instituciones: el ma. tas a la problematica de la autorfa: mediaci6n simb6lica;
trimonio, el ejército, la revoluci6n, el estado, la iglesia. Jesusa intersecci6n ideol6gica, mediaci6n antropol6gica, traducci6n.
busca diferenciarse de "las dej a da s". A pesar de sus insolen. Hay que tener en cuenta no solamente quién habla en el
tes gestas, suele ocupar el lugar materna y protector. En texto sino a quién esta dirigido. La comunidad lingüfstica y
tres oportunidades, se convierte en madre adoptiva. Los pri- cultural a la que pertenecen la autora y los lectores no es la
meras madrinazgos con los nifi.os Angel y Rufino fracas an misma que la de la protagonista.
ante la enfermedad y la muerte. En la vejez mantiene un El trato entre escritora y narradora impregna la enun-
ambivalente y decepcionado trato con Perico. También reco- ciaci6n y contamina el enunciado en tanta Jesusa se dirigee
ge toda tipo de animales. En todas sus relaciones excusa con interpela a esa Otra silenciosa. Si la escritora dice haberse
rudeza la intervenci6n de los afectos, lazos peligrosos que la encontrado con su patria gracias a la lavandera, la protago-
ponen a merced de los otros. Ante la muerte de uno de sus nista se siente despoj a da de la condici6n de su nacionalidad
ahijados exclama: "Era coma todos los chiquillos. lQué tie- y abjura casi impudicamente de su pertenencia a un con-
nen de bonito?" (239). junto que no la reconoce.
Hay una intima tirantez entre la indeterminaci6n de la
Al fin de cuentas, yo no tengo patria. Soy como los hungaros, de
experiencia y la clausura del discurso. En la escritura per-
ninguna parte. No me siento mexicana ni reconozco a los mexicanos.
manece la huella de la dependencia estrecha y conflictiva Aquino existe mas que pura conveniencia y puro interés. Si yo tuviera
entre Elena y J es usa. En ese curioso düilogo, que solo pode- dinero y bienes seria mexicana, pero como soy peor que la basura pues
mos inferir par indicios, se resuelve la propiedad de la escri- no soy nada. Soy basura a la que el perro le echa una miada y adelante .
tura. El fascinante choque entre las conciencias y perspecti- Viene el aire y se la lleva y se acab6 todo. (218)
vas del sujeto que habla y del sujeto que escribe se mantie-
ne en los entretetelones del munda novelesco. Contradictoriamente Jesusa remite a la experiencia in-
dividual pero adquiere proporciones mfticas. Es Josefina
El conflicto entre las preocupaciones de Jesusa y las supuestas in- B6rquez pero también la naturaleza mexicana: "era otra vez
tenciones de Poniatowska acerca del texto, un conflicto entre el deseo la voz de la tierra, la voz de loque es real" (157). Ese deseo
dialogizante y la autoridad monologizante, es el subtexto y (para mf) la del otro idealizado camo auténtico mexicano atraviesa toda
verdadera trama de la novela. (Novoa, 235)
la novela. El Puebla, pobre, mestizo e iletrado, es el sujeto
reval ucionario.
La autoria se proclama a través de la firma en el exte- La narraci6n fluctua entre identidad y diferenciaci6n.
rior del libro. En el texto se asoma en los epfgrafes y en El personaje se transforma de singular en plural, en movi-

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miento sinecd6tico. Informante y entrevistadora se recons. b ta la soldadera reconoce el prestigio dellenguaje escrito:
truyen en autora y narradora protagonista. La relaci6n en.
tre la narradora protagonista y la protagonista de la histo.
.t 0
sé porque escrito es~a" (258). 7
La revoluci6n mexicana es épica bastarda en Mariano
ria reverbera en un cronotopos heterogéneo. El gesto de de. .Azuela y mito construido por las voces de los muertos en
safio encarna en la escritura, en la latencia de la voz que Juan Rulfo. Poniatowska la resignifica como pura negativi-
resiste, permitiendo entrever a Josefina, detnis de Jesusa: dad. J esusa abjura de lealtades y creencias que vayan mas
"AlgU.n dia que venga ya no me va a encontrar; se topara alla de los lazos de la horda primitiva: "ahora soy de éstos,
nomas con el puro viento ... Si ya no le sirvo para nada, l,qué pero mafi.ana seré de los otros a chaquetazo limpio, el caso
carajos va a extrafi.ar?" (8). Poniatowska polemiza con su es estar con el mas fuerte, el que tiene mas parque ... Tam-
personaje: "Maté a los personajes que me sobraban, eliminé bién ahora es asi" (71); "Nosotros como no sabiamos ni de
cuanta sesi6n espiritualista pude, elaboré donde me pareci6 qué se trataba -todo era puro revolcadero, se balaceaban
necesario, podé, cosi, remendé, inventé" (1986, 10). puros de la misma gente" (72); "Echaban mano de lo prime-
La exhibici6n de ignorancia y pobreza de la protagonis- ra que encontraban, y los mandaban al combate como man-
ta narradora tiene su contrapartida en su prodigalidad, en dada de caballos brutos" (92); "Yo creo que fue una guerra
relatas revelada en el acto de la narraci6n. El gesto mas mal entendida porque eso de que se mataran unos contra
significativo es la capacidad de convertir la experiencia en otros, padres contra hijos, hermanos contra hermanos; ca-
palabras. Si bien Jesusa responde preguntas, su goce como rrancistas, villistas, zapatistas, pues eran puras tarugadas
contadora de historias es evidente. Una mujer violenta la porque éramos los mismos pelados y muertos de hambre.
acostumbra al placer del relato. La practica de la narraci6n Pero ésas son cosas que, como dicen, por sabidas se callan"
la aprende de una asesina con la que es recluida todas las (94); "La revoluci6n no ha cambiado nada. Nomas estamos
noches en la carcel. Extrafi.o lugar cuyas guardianas son la muertos de hambre". (98)
abuela adoptiva y la madrina/madrastra.
La mirada debe atribuirse a la enredada platica entre
Las creencias religiosas determinan su educaci6n. No autora y heroina. A despecho de la vida que lleva en el pre-
ingresa a la escuela "por el maldito protestantismo" del pa- sente y sus limitaciones, Jesusa no pierde la independencia
dre. En el convento, las monjas no le ensefi.an a leer sino a ganada durante la guerra. Mantiene su capital de ironia, la
rezar. En la madurez, la acci6n de la Obra Espiritual, una conciencia de la importancia de su esfuerzo y la necesidad
seca espiritista, se torna esencial en su vida. El encuentro de autoconocimiento. Esta dispuesta a seguir peleando: "si
con este grupo la rescata del alcoholismo hasta convertirla llegara a haber una revoluci6n y se ofreciera, yo me iba para
en medium. Los libros forman parte del dominio masculino. la guerra. Todavia tengo ganas de volver a las andadas" (217).
Pedro, el marido, le lee con la misma asiduidad con la que la No reclama otra representaci6n que la de si misma frente a
castiga. En su biblioteca portatil figuranNostradamus, Las los dirigentes. Los enunciados acerca de la revoluci6n evo-
mil y una noches, Catalina de Médicis, El Gran Prevoste , can las ideas de la escritora. Resulta poco verosimil que to-
Luisa de Motmorense, La hija del Gardenal. Aunque analfa- dos los lideres, excepta Francisco Madero, sean condenados.
Asombra la reivindicaci6n de Porfirio Diaz.
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Uno de los mayores hallazgos del texto es la lengua va. Notas
ria y multiforme, que sintetiza el mestizaje entre lo propio y
lo extrafi.o metaforizado por la indigena y la polaca. Aunque 1 El culto del Niiio de Atocha tiene una larga tradicion. La leyenda
Jesusa cuenta que los gringos la han tratado coma "extra- uenta que, durante la invasion mora a Espaiia en el siglo XIII, algunos
na" entrega su unica herencia, la historia de su vida, a una cristianos cayeron en prision y comenzaron a rezar. Un pequeiio niiio
catrina desconocida. Los intereses materiales estan encu- ~estido como peregrino alimento a los prisioneros, de modo milagroso.
Sn adoracion se ha extendido a América, en especial a México y América
biertos. En este coloquio de mascaras se esconde y escenifi.
Central.
ca el drama nacional mexicano. Sujeto de la escritura y su- 2 Elena Poniatowska realiza el prologo a la recopilacion de Heladio
jeta de la historia se encadenan en el limite entre fabula Vera, Las soldaderas, un medio centenar de imagenes escogidas entre
literaria y relata oral. 12000 negativos del Archiva Casasola. Poniatowska habla de "bultitos
de miseria expuestos a todas las inclemencias, la del hombre y la natu-
raleza". Otorga un papel importantisimo a las fotos : "Si no fuera por las
fotografias de Agustin Casasola, Jorge Guerra y los kilometras de peli-
culas de Salvador Toscano, nada sabriamos de las soldaderas porque la
historia no les hace justicia sinoque las denigra" (1999).
3 "Sus informantes venian a verlo a su departamento de la calle de

Guttenberg: él prendia su grabadora, interrogaba y a mi me tocolimpiar


esos relatas de su hojarasca; es decir, eliminar las repeticiones y divaga-
ciones inutiles" (1994, 10).
4
"Montejo es viejo, increiblemente viejo. Las ilusiones de la inocen-
ciajuvenil no son ya suyas. No hay un nuevo comienzo posible. Su edad
es ancha como el Archiva, le permite contener todos los nuevos princi-
pios, todas las promesas de un nuevo comienzo. Como Melquiades y Bor-
ges, Montejo posee un conocimiento que a la vez lo incluye todo y esta
consciente de las brechas insalvables y los relatas irremediablemente
inconclusos" (Gonzalez Echevarria, 235).
5
Pierrot y Colombina son personajes del circo de aquella época, per-
sonajes populares de las carpas.
6
Bola es un mexicanismo que se usa en el senti do de banda, grupo,
barra.
7
Poniatowska cuenta que encontro a Josefina intentando tomar lec-
ciones de escritura en la radio : "Porque quiero morirme sabiendo leer y
escribir" (1994, 9).

56 57
4. Retrato de artista 1

Sigo siendo tu pajaro azul, sigo siendo


simplemente azul camo solias llamarme,
ladeo la cabeza, mi cabeza herida definitiuamente
y la pongo sobre tu hombro y te beso en el cuello,
Diego, Diego, Diego ...
Querido Diego te abraza Quiela, Elena Poniatowska

Querido Diego te abraza Quiela de Elena Poniatowska


es un texto inquietante que se presenta como epistolario,
sostenido por restos de escritura hist6rica. Traza un perfil
femenino, a partir de una subjetividad estereotipada. Una
historia de amor y una historia de artista se arma como su-
til diagrama de una estructura de sentimiento, la de los gru-
pos de vanguardia de la entreguerra europea. Se centra en
la figura de Angelina Beloff y evoca sesgadamente la cul tu-
ra mexicana posrevolucionaria referida a la figura mitol6gi-
ca del muralista Diego Rivera. 1
El género epistolar requiere de la distancia y de la au-
sencia para prosperar y pone en escena un conjunto de ras-
gas constituyentes de la escritura. Una carta es un diâlogo
escrito con un ausente, impone la desaparici6n a un otro
para poder inscribirlo como destinatario y lector. Se dirige
no s6lo hacia lo que dice sino a un relata ajeno e incluye esa
palabra, desenmascarando el vacio. La vacilaci6n entre la
voz que enuncia y la escucha diferida posibilita restitucio-
nes Y consiente la réplica. La estructura epistolar pone en
cuesti6n la propiedad del objeto escrito. Deja fuera a todo
aquel que no sea el destinatario, dicho en cercania en un

59
texto cerrado cuyo sentido solo él puede descifrar. La viola. Las doce cartas comparten un mismo tano a pesar de
cion de esta consigna implica el incumplimiento del pacto . rta dispersion. El titulo, armada con las formulas episto-
de lectura. Los lectores no previstos se convierten en voyeurs cle es de comienzo y final descontextualizadas, define, alu-
ar
ld"endo · ·
a cuerpos y nomb res, l as posiciones d e l a escntura.
·
de palabras ajenas. Querido Diego te abraza Quiela se pre.
senta camo correspondencia en el mismo movimiento que ~gelina Beloff, Quiela, ama y abraza, invoca y despide a
contradice este rotulo al no ajustarse al contrato. Diego. En la escritura amorosa el Yo es la persona del dis-
El Otro es objeto de un enunciado que lo evoca en forma curso.
permanente coma presencia/ausencia. Esta silueta fanta 8• La ausencia amorosa va solamente en un sentido y no puede supo-
mal se incorpora solo camo personaje, que responde con di- nerse sino a partir de quien se queda -y no de quien parte- yo siempre
nera. Curioso intercambio de palabras par monedas que presente no se constituye mas que ante tu, siempre ausente. Su paner la
impugna la simetria de los sujetos participantes. El mono- ausencia es de entrada plantear que ellugar del sujeto y ellugar del otro
no se pueden permutar; es decir:"Soy menas amado de loque arno". (Bar-
logo activa y proliferante frente al mutismo del otro es esen-
tura que busca infructuosamente su plenitud en la lectura y thes: 1987, 45)
se devana camo relata de vida. La obra, concebida de modo inacabado, esconde hasta el
final su condicion de réplica a otro texto, la biografia de Die-
La escritura se sostiene sobre las indeterminaciones del discurso:
la permeabilidad entre lo verosimil, lo verdadero y lo imaginario, la go Rivera. En el cotejo nace la lectura subversiva de la figu-
conformaci6n metonimica tanta de Quiela camo del munda par ella per- ra de la pintora rusa Angelina Beloff. El relata se produce
cibido, la composici6n fragmentaria dada por el recurso epistolar. (Cro- en tanta palabra y demanda de amor, ficcion historica y re-
quer, 115) flexion poética y politica. Politicas de género y poéticas de la
subjetividad se combinan en una estructura hibrida y meto-
Toda discurso amoroso se dice camo palabra vacia y re- nimica de sentido siempre incompleto, que solo se modula
glamentada; expresa y significa el deseo en el intenta de en el acta de la lectura. El registra de los movimientos de la
poseer el cuerpo ajeno. El diagrama que enlaza escritura y pasi6n de Quiela ocupa el centra y relega la historia a los
deseo imprime movimiento al cuerpo de un texto que se agi-
margenes. 2
ta en la busqueda infructuosa del amado. Querido Diego te En el apartado final, el enunciado de la narradora-auto-
abraza Quiela se constituye entre dos espacios diferencia- ra rescata la referencia hist6rica y devela al Otro del texto:
dos: el espacio del enunciado que dibujan las cartas y que se la biografia de Bertram Wolfe (La fabulosa vida de Diego
convierte en puesta en accion de una subjetividad y el espa- Rivera), el fantasma literario central al que replica la na-
cio de la enunciacion en los limites del texto que refiere a la rraci6n.3 Biografia historica de un hombre, artista, militan-
lectura de la historia de la cultura mexicana de Poniatows- tt. Y héroe construida par otro hombre escritor, amigo, ca-
ka. Ambos atravesados par la necesidad de impugnar una marada y testigo. En su libro Wolfe describe el periodo pari-
verdad historica hegemonica. sino y dedica a la artista rusa un solo capitula al que dena-

61
60
mina sugestivamente "Angelina espera". Dentro dellibro se BaY una fuerte identificacion entre Angelina y la escri-
transcribe el relato de Rivera y se cita una carta de Quiela t ra: ambas son de origen eslavo, exiliadas en busca de una
0atria, atravesadas por la necesidad de pertenecer a Méxi-
acompafi.ada por las pinturas del muralista que la tiene~
como modelo. 4 Poniatowska desconocia tanto la correspon. po Casadas con hombres famosos buscan su identidad ar-
dencia completa como las Memorias de Quiela escritas bajo ~i~tica. Estan atrapadas entre Europa y América, tironea-
el estimulo de Vita Castro y publicadas en 1986 cuando la das por su condicion extranjera.
El movimiento entre fabula historica y fabula literaria
pintora tenia 85 anos.
Si ellibro aprovecha el efecto de verosimilitud, el espe- asi como la heterogeneidad genérica contaminan los limites
jismo se desvanece con la nota de la ultima pagina. La unica entre lo documentai y lo ficticio. Solo la intervencion de la
carta escrita por la Angelina historica es la ultima (22 de voz de la autora marca el distanciamiento. A través del arte-
Julio de 1922). 5 Poniatowska confiesa no haber accedido a facto literario, el relato de vida oculto en el epistolario, se
la correspondencia sino a través de la biografia. Las once reproduce y objeta el relato historico. Angelina recupera su
cartas restantes, fechadas desde el 19 de octubre de 1921 voz a través de la escritura de otra mujer.
hasta el 2 de febrero de 1922, desplegadas desde la actuali- Las figuraciones del yo que la escritura epistolar pro-
dad ficticia como discursos verdaderos, cobran el caracter yecta entran en conflictivo dialogo. La subjetividad se de-
senvuelve en la medida en que interactua, con los discursos
de fabulaciones. 6
La biografia pertenece a la voluminosa produccion que del y sobre el otro, como relacion y representacion del yo. Se
refrenda la narrativa nacionalista y épica de Diego Rivera, trata de una conciencia que, lentamente, y en la frustracion
alimentada, entre otros, por él mismo, que lo presenta coma del encuentro con el otro, acaba por pasar de la enunciacion
modelo de artista héroe revolucionario. La mistificaci6n He- al enunciado y colocarse en el centro de su propia mirada.
va al entusiasta fundador del partido comunista norteame- El progresivo alejamiento del destinatario convierte el
ricano a calificar la vida de su compafi.ero como fabulos a - gesto epistolar en autobiografia y confesion, y lo reduce al
quiza podemos leer "fabulada". 7 espacio intimo. Las cartas ceden terreno a la cronica que
El hecho de que Elena Poniatowska elija una de las fi- explora las contradicciones de una mujer inmersa en el eli-
guras femeninas mas borrosas dentro de la constelaci6n de ma de ideas de las vanguardias, que arrastra frustraciones
mujeres que rodeo a Rivera no es casual (en el momento en como madre, amante y profesional con grandes dificultades
que le sugirieron la historia estaba trabajando sobre las para encontrarse consigo misma y reconocer su deseo. Cro-
novelas de Lupe Marin). En primer término se trata de la quer sefi.ala los limites entre las cartas y la cr6nica, esferas
mujer que vivio su experiencia de amor con el pintor fuera concéntricas de enunciacion que oscilan entre la autonomia
de México en los momentos de iniciacion del muralista, an- Yla especificidad genérica. 9
tes de que encontrara su lenguaje estético y su definici6n La biografia, como historia de vida ejemplar, es uno de
los géneros de la historiografia tradicional, vinculado a las
politica. 8
mitologias nacionales. Da una gran importancia a la arti-
culacion entre espacio publico y espacio privado. En el tex-

63
62
to, el movimiento se centra en lo privado. La inscripcion tura, no es aqui necesaria; sin embargo, se rnantiene -:aun
del cuerpo se convierte en un decir la historia no asertivo en el caso de un texto de caracteristicas diferentee- el siste-
Se tornan esenciales las zonas vacias, donde se repone un~ ma de sujetos enfrentados en torno a una situaci6n diseur-
historia de vida, apropiandose de la interpretaci6n de los siva" (68-69). La afirmaci6n es excesiva, ya que , J::i~nque se
hechos. puede hablar de fragmentas biograficos y de cr6fliCa no se
En la consolidaci6n de la naci6n moderna mexicana, puede presuponer ni la entrevista ni ningllno de los_elemen-
malinchismo y marianismo se unen en el imaginario patriar- tos de mediaci6n propios de los discursos testimotnales. La
cal. Diego Rivera encarna al artista revolucionario y al ma- autora aparece en la nota final separand.o ese espacio del
cho mestizo de sexualidad desbordante. Su enorme sombra resto del texto. Se consigna con nitidez la condici6n ficticia
demanda la compaiiia de mujeres mexicanas casi ic6nicas, del epistolario.
de perfiles ex6ticos. La "dulce" y "desvaida" Angelina es la Angelina intenta restaurar la ausencia en el presente
extranjera unida al periodo gris de la pintura de Rivera en con el relato del pasado, al misrno tiempo que luclla ~or en-
la "oscura" y barbara Europa. Su actitud titubeante frente a contrar su propio espacio. Encerrada collvierte su vida en
la vida y el arte encarna los limites impuestos a la creativi- memoria. Los objetos abandonados ~or el amado son feti-
dad femenina que atormentan a las mujeres europeas y la- ches preciados, permiten evocar su fantasma desde el de-
tinoamericanas en los comienzos del siglo XX. lantal hasta el atril.
Desde sus primeras palabras, el sujeto demuestra su in- En la biografia de Wolfe, el personaje b.ist6rico aparece
seguridad y su retraimiento ante la partida del amante. Fier- atr~pado po~ una escritura autorizada por la palabra m~~­
de la capacidad de encontrarse sin la mirada masculina: culma. Al mismo tiempo las pinturas de Rivera, ctJ~a es~eb­
"Siento que yo también podria borrarme con facilidad" (9). ca responde al periodo azul de Picasso erltregan langmdas
La novela relata el largo proceso interior de ruptura amoro- im~genes de una mujer azul mirando' dulcernente, de una
sa. En su mon6logo, Angelina desmonta la imagen proyecta- muJ er con un niiio. En la narraci6n de p 0 n i atowslca, el per-
da por Rivera y su bi6grafo. Su discurso enajenado se vuel- sonaje literario despliega su interioridad en una letra deli-
ve conocimiento desgarrador de si misma. rante en solitaria narracion que, desde la falta, pone en es-
En el duelo entre historias se apela a algunas de las cena su ?ropia conciencia torturada y obsesionada. .
situaciones discursivas propias del género testimonial. Sin El discurso amoroso se desplaza a la bistoria de vida, el
embargo no se puede afirmar la pertenencia del mismo a y:~omien~a. a escribirse aunque para ello deb~ tJSar a~_tu.
este dominio. Ana Maria Amar Sanchez afirma que "se des- Q Iela esta mstalada en la carencia: de cal or, dmero, hiJO Y
truye parte del mecanismo constructivo seiialado, pero uni- a~ante. Su voz adquiere un tono casi insaportable, se con-
camente para confirmarlo: las cartas no precisan de la in- VIerte en una caricatura del sufrimiento a travéS de su ex-
tervenci6n de la periodista, pero son -nuevamente- frag- trezr · ·d ad. Pero su escritura se des'borda, e!l 1a expre-
. , · 'l pasivi
mentas escritos por una mujer para un interlocutor ausen- s~on de sus pérdidas. El descentramiento de su palabra im-
te. La periodista-narradora que funciona como condici6n de Pide cualquier fijaci6n esencialista.lo No ee trata de una re-
posibilidad para el encuentro de los entrevistados y la escri- PresentaciOn ·- cerrada en sf misma. Se propo:ne como una con-

64 65
ciencia abierta, en suspenso, en continua mutaci6n que no cia y el tiempo de la alocuci6n: has partido (de ello me quejo),
pierde, sin embargo, la forma de una personalidad. estas ahf (puesto que me dirijo a ti)" (1987, 47).
El tftulo pone en la escena los nombres propios; elide el Cada carta comienza con la referencia a la imagen ide a-
apellido y, aunque apela a la connotaci6n mftica de Rivera Io }izada del ausente, la cita de sus palabras, la diatriba a su
encierra en la intimidad de la palabra de la amante. Ellector silencio y se cierra con una clâusula fija. La palabra, al con-
puede reconstruir la estructura de sentimiento, a partir de vertirse en sostén de la referencia, adquiere autonomfa de
las alusiones. De modo tangencial emerge el elima de ideas su caracter epistolar y se entrega a una economfa diferente,
de la postguerra, su miseria y su agotamiento. Un momento que se desplaza hacia el sujeto de la enunciaci6n. El territo-
en el que la idea de la decadencia europea deriva en la formu- rio de Diego se transforma, gradualmente, en territorio de
laci6n de un discurso euf6rico sobre América como lugar de Angelina. El goce sufriente invade el cuarto.
las utopfas, en el que la crisis del racionalismo busca nuevas
fuentes en el continente al que se nombra como lugar del mito. Lloré mientras veia los cuadros, lloré también por estar sola, lloré
La figura de Diego Rivera y su mundo son parte de una in- por ti y por mi, pero me alivi6 llorar porque comprender, finalmente, es
venci6n de México como lugar del sol y del buen salvaje, de- un embelesamiento y me estaba proporcionando una de las grandes ale-
grias de mi vida. (20)
p6sito de suefios y de futuro. Angelina se encuentra entre la
dura realidad y su obsesionante pretensi6n.
Quiela cuenta su vida: su nacimiento en una familia rusa
Elie Fauré me dijo el otro dia que desde que te habias ido, se habia
progresista, sus anhelos de independencia, el aprendizaje
secado un manantial de leyendas de un mundo sobrenatural y que los del dibujo. Atribuye el abandono del arte a su encuentro
europeos teniamos necesidad de esa nueva mitologia porque la poesia, la apasionado con Rivera. Se identifica con las notas atribui-
fantasia, la inteligencia sensitiva y el dinamismo de espiritu habia muerto das al eterno femenino: sumisi6n, dulzura, dependencia,
en Europa (.. .). Nosotros ya no sabemos mirar la vida con esa gula, con impotencia, melancolfa, empequefiecimiento, entrega total,
esa rebeldia fogosa, con esa c6lera tropical; somos mas indirectos, mas
inhibidos, mas disimulados . (47) bondad. Es interesante citar una de las descripciones de
Angelina hecha por Wolfe quien la pinta como un ser ange-
Las cartas se suceden a lo largo de cinco meses, desde lical y transparente en una trascripci6n de imagenes y pala-
octubre de 1921 a febrero de 1922. La epfstola de fecha julio bras provistas por el pintor:
de 1922, apartada temporalmente, funciona como cierre. El
Angelina era una criatura dulce y agradable. Su buen caracter, sua-
discurso del abandono determina el espacio de la enuncia- vidad e infini ta paciencia- "su nombre, Angelina, la retrataba", me decia
ci6n. Recordemos a Barthes: "Dirijo sin cesar al ausente el el pintor veinte afios después ... Ojos azules de un azul celeste claro. Un
discurso de su ausencia; situaci6n en suma inaudita; el otro jersey o blusa azul, traje azul también, de lineas precisas y resueltas,
esta ausente como referente, presente como alocutor. De esta cubrian un cuerpo esbelto y no del todo carente de feminidad , G6mez de
la SP.rna afirmaba percibir una atm6sfera azulada que la envolvia. Con
distorsion singular, nace una suerte de presente insosteni- sus ..1ovimientos como los de un pajarillo, y fisico ligero; con la postura
ble; estoy atrapado entre dos tiempos, el tiempo de la referen- de su cabeza levemente inclinada a un lado cuando se perdia en la medi-
taci6n; con la delgada y aguda vocecilla mon6tona "a la cuallos vapores

66 67
......-------------
El muralismo propane un arte espectacular y pedagogi-
del âcido con el que trabajaba en las placas de grabado, le daban un tono donde las figuras humanas se tornan estatuas, enormes
herido", Angelina recibi6 el nombre de "Pâjaro Azul". ( 68) co~oloridas. La mano de Angelina busca reflejar, en tonos
yuaves, al nifi.o que ha perdido, incorporar al otro desde el
El historiador retrata una mujer/pajaro, un ser casi in- 5
fecto. Beloff apuesta a un arte en el que el subjetivismo
material, capaz de sacrificarlo todo por su hombre. Ponia- :ornântico se entrecruza con la vanguardia. Si para Diego
towska juega con este retrato, aprovechando la fuerza del su pintura es su vida, Quiela se salva por su oficio, solo y en
azul y del gris para caracterizar sus estados. Al mismo tiempo
tanto aprende a incorporarlo como una parte en la vida.
cita y subvierte la leyenda de Wolfe. Los azules de Diego
contrastan con los de Quiela. La ficcion la representa con y0 nunca me detuve a ver a un nifio en la calle ... por el nifio en si. Lo
los colores suaves apagados de un cuadro cubista hecho con vela ya como el trazo sobre el papel.. . pero no vefa el nifio, vefa sus lfneas,
partes, en un espejo construido por quien reserva para silos su contorno, sus luces, no preguntaba siquiera c6mo se llamaba ... Ahora
trazos firmes del muralismo, las grandes l:lneas, las siluetas todo ha cambiado ... No son dibujos, son nifios de carne y hueso . (38-39)
gigantes, las luces, los colores basicos. El discurso estiliza
parodicamente a la mujer pajaro al modularla dolorida, casi Una retorica romantica rodea su figura de un aura som-
tragica, activa en su busqueda del otro. El deseo de Angeli- bria, reproduce la estética modernista de Angelina Beloff.
na desborda esta representacion y rompe con la placidez y Paris es invierno, frio, oscuridad y tristeza, solo quedan los
recuerdos. México es luz y calor. Entre el doloroso presente
la inmovilidad. de la soledad y el pasado de los recuerdos, Quiela proyecta
Juega a convertirse en Diego, usando su atril y su ropa,n
usurpando, de modo graduai, el taller convirtiéndolo en un incierto futuro.
"cuarto propio". Su arte demanda una entrega casi religio- En la ultima carta se define a si misma como una y
sa, un estado febril. La busqueda de su identidad esta sim- muchas: "soy rusa, soy sentimental, soy mujer, soy (de) Die-
bolizada en el dibujo de rostros. Quiela ocupa ellugar de la go" -trascripcion de un fragmenta de la carta reproducida
no-existencia; su figura se diluye frente a la gigantesca som- en el texto de Wolfe. Es consciente de su fabula de amor:
bra de Rivera. 12 A medida que el relato autobiografico avan- "En la noche es cuando me desmorono, todo puedo inventar-
za aparecen sus frustraciones camo madre y como artista Y lo por la mafi.ana" (15). La palabra trabaja en el silencio del
se produce la fractura de la construccion mitologica. El es- otro. En el discurso comienza a emerger la lucidez: "No he
pacio femenino disminuido, contradictorio, establecido des- recibido ni una l:lnea tuya. Contesta con evasivas, estas bien,
de la carencia, esboza una débil autoafirmacion . .Angelina trabajas, en realidad me avergüenza no poder comunicarles
es un personaje tragico que lucha, casi siempre de modo in- nada" (16). Quiela, poco a poco, se reencuentra, aunque frag-
mentariamente, en ese creciente balbuceo. Se cuenta su his-
fructuoso, contra un modela de mujer.
toria al mismo tiempo que se acerca al arte y desvia su mi-
Yo acepto que no lo hagan por mi misma, después de todo, sin ti, soY rada hacia si misma: "(yo) regreso a la tela sin poder jugar,
bien poca cosa, mi valor lo determina el amor que me tengas y exista mi hijo muerto entre los dedos. Sin embargo, creo que he
para los demâs en la medida en que tu me quieras. Si dejas de hacerlo, ni
conseguido una secreta vibracion, una rara transparencia" (51).
yo ni los demâs podremos quererme . ( 17)
69
68
sistencia. Las palabras finales hablan de la historia, pero
La carta se convierte en un discurso ciego que arroja
desde el silencio de la artista rusa.
destellos de dolorosa lucidez, acogiendo la rebeli6n y el dis.
La literatura escribe una nueva version de la historia
tanciamiento. El relata erosiona el mito de Diego. Ante la
de Angelina Beloff, el discurso femenino res ponde al diseur-
ausencia de sus "lineas", Angelina restaura un lugar inca.
50 masculino y lo subvierte restaurando la voz y el cuerpo
modo pero suyo al fin, el de la conciencia femenina y tortu.
sustraidos. La letra de Poniatowska representa a Quiela
rada que la ha transformado en "paj aro azul".
nombrandose y nombrando al otro en una escritura deses-
El caracter ritual de la escritura se manifiesta coma el
perada que no le impide ser un sujeto deseante, capaz de
intenta reiterado de obtener un sentido, una justificaci6n al
abandono, una palabra sustituta. La pemiltima carta, lilti- rebelarse. 13
Elena Poniatowska establece un doble dialogo: con la
ma ficcionalizada y firmada "tu Quiela", condensa los nu-
letra de Angelina y con la historia oficial de Rivera escrita
cleos tematicos sobre cuya expansion se desarrollan las car-
por Wolfe. Debilita la figura arquetipica del pintor mexica-
tas anteriores: la maternidad truncada, la guerra y la mise-
no al mostrar la proyecci6n del otro. Detras del enfrenta-
ria de Paris de principios de siglo, la infidelidad, el pasado
miento de relatas también se pone en escena el enfrenta-
exitoso, la imagen idealizada de Diego. Cada epistola fun-
miento estético entre el modernismo de la mujer y el mura-
ciona como correlato de la actividad creadora de Angelina.
lismo de Rivera. Al volver a contextualizar la palabra mas-
Como su protagonista la narraci6n prefiere los bocetos.
culina, la escritura repone el cuerpo de mujer como un cuer-
Quiela logra sustituir al pintor la pintura, aunque pide
po que importa. Para ello apela a un sistema de representa-
permiso, solicita perdon, debe apelar a borrar o a ocupar el
ci6n elusiva con escasos elementos, recurriendo a la hipér-
espacio del otro para permitirse uno propio. No recibe nun-
bole y al grotesco. Juego de escrituras y lecturas al que se
ca la respuesta del otro. En la medida que desaparece la
suma el del texto con ellector, y que problematiza la consti-
patria mexicana aparece la patria rusa. En el espacio del
tuci6n del sujeto y su figuraci6n en la historia y el arte.
silencio masculino emerge, vacilante, la palabra artistica de
Frente a la identidad rotunda proclamada por Wolfe, el
Angelina.
relata levanta la temblorosa pero tenaz palabra de Quiela
Pensé que tu espiritu se habia posesionado de mi, que eras tu y no
que la cuestiona. La novela se cuela en los intersticios de la
yo el que estaba dentro de mi, que este deseo febril de pintar provenia de épica para llenar el silencio con voces heterogéneas en opo-
ti y no quise perder un segundo de tu posesi6n. Me volvi hasta gorda, sici6n a las elegias de los historiadores que, desde los géne-
Diego, me desbordaba ... era alta como tu ... te senti sobre mi, Diego, eran ros elevados sostienen la posesi6n de la verdad. La literatu-
tus manos y no las mias las que se movian. (23 )
ra, pone en escena la figura silenciada de Angelina Beloff
hacienda estallar la placidez en la que los cuadros de Rivera
La novela elide, de modo drastico, la historia posterior:
Ylas voces de sus bi6grafos la encerraron. José Emilio Pa-
Angelina viaja a México y vive cerca de Diego sin molestar- checo escribe que en México solo se conocen los extremos,
le, recibiendo ayuda de éste para volver a Paris (siempre "no se conoce unjusto media entre la piramide y las pulgas"
seglin la version de Wolfe). La escritora elige la carta de la (Pacheco, 1989: 45). Elena Poniatowska hilvana a través de
despedida como modo de trabajar al personaje desde la r e-

71
70
la miniatura, una respuesta a la historia gigantesca. La fi- Notas
gura del pajaro azul como diagrama que atraviesa la histo-
ria de la cultura, sirve para referir la violencia de una narra.
ci6n que atrapa no solo un cuerpo real sino su simbolizaci6n. 1 Rivera usa el apodo Quiela en las cartas de septiembre de 1910 y

marzo de 1911.
Z''Yo no hago ningunjuicio moral sobre Diego Rivera. No me impor-
ta hacerlo. Pero en fin, si tu quieres que te diga un juicio, algo critico,
siento que él se aprovechaba de las mujeres y que siempre lo hizo pero
creo que muchos mexicanos se aprovechan de las mujeres y las usan.
Creo que ésa es una caracteristica del mexicano, incluso del artista y del
politico" (Ratkowski, 42).
a Diego es el destinatario del discurso y del gesto de am or ficticio. Es
interesante seiialar que este pintor ocupa un lugar central en un grupo
de mujeres a las que Poniatowska dedica otros textos: Lupe Marin, Fri-
da Kahlo, Tina Modotti. La relectura de la historia del muralista mexi-
cano, hecha desde las mujeres, puede vincularse a la reescritura de la
revolucion. Trabajar los mitos del arte nacionalista mexicano desde un
lugar diferente, intentado subvertir la "fabulosa" historia oficial.
4 Rivera pinto cuatro cuadros de Angelina dentro de la estética cu-

bista entre 1917 y 1918. Dos de esos retratos son "Angelina embaraza-
da" y "Angelina y el niiio".
5 No se ha encontrado el epistolario entre los pintores. La novela de

Poniatowska fue atacada, en varias ocasiones, por la critica, por su falta


de documentacion.
6
La intencion originaria de la escritora parece haber si do escribir
una biografia con fotos de Rivera y Angelina. La editorial rechazo esta
propuesta sugiriendo una novela con forma de epistolario. (Ratkowski,
39).
7
"Desde su niiiez, Diego dibujo y pinto, convirtiéndose pronto en uno
de esos virtuosos dellapiz y el pince! que pueden hacer lo que ojo, mano,
mente corazon les ordenan ... fue un positivo monstruo de la naturaleza,
un prodigio de fecundidad, rapidez y prodigalidad de creacion. Una fecun-
didad asi solo se da muy de cuando en cuando en la historia del hombre"
(Wolfe, 342). Otras biografias presentan versiones distintas .
8
En uno de los primeros reportajes, la joven e inexperta Elena se
enfrento a Rivera, casi como un enemigo de su clase. La muchacha ru-
, ia, de origen polaco y de clase alta exhibe su debilidad y temor frente al
monumental muralista. Sin embargo, al poco tiempo, convierte su posi-
cion en ventaja y su irreverencia le permite iluminar de modo distinto el
mito del pintor. Este reportaje presenta al pin tor muralista como el Otro

72 73
dentro del mundo familiar de la escritora. Jiirgensen hace una intere- 5. Retrato de artista Il
sente lectura del contrapunto entre los reportajes a Rivera y a Alfonso
Reyes . Estos textos son reproducidos en Palabras cruzadas.
9
"Esta puesta en evidencia sefiala los limites de una doble textura:
dos esferas concéntricas de enunciaci6n (las cartas y la cr6nica) que osci-
lan entre la autonomia que les otorga el espacio virtual demandado Por
la especificidad de cada situaci6n de discurso, y la dependencia signifi. Este problema de la "vida" y el "arte" es mi tragicomedia.
cativa que una tiene en relaci6n a la otra. De igual manera, descubre la El esfuerzo que hago por dominar la vida es una energia
presencia de un otro sujeto que logra desdoblarse en la comprensi6n de desperdiciada que podria emplearse mejor si yo la
aquél a quien le confiere una existencia a través de la palabra" (121). dedicara al arte. Podria tener mas que mostrar.
10
El texto refuerza la idea de pérdida: " .. .y yo me voy metida de Tal camo esta, mis esfuerzos se desperdician
casi siempre, son inutiles.
nuevo en mi esfera de silencio que eres tu, tu y el silencio, yo adentro del
silencio, yo dentro de ti que eres la ausencia, camino por las calles den- Carta de Tina Modotti a Edward Weston
tro del caparaz6n de tu silencio" (16).
16
Bertram Wolfe y Elie Fauré afirman que Angelina conserva el
estudio de Diego intacto con toda su pintura y su ropa. Una historia de vida traza modelos y arma identidades
12
"Tu has sido mi amante, mi hijo, mi inspirador, mi Dios, tu eres
mi patria; me siento mexicana, mi idioma es el espafiol aunque lo estro- en secreto pacto entre au tor y lector. La escritura biografica
pee al hablarlo. Si no vuelves, si no me mandas llamar, no solo te pierdo latinoamericana se convierte en acto de presencia (Molloy)
a ti, sino a mf misma, a todo Jo que pude ser" (55). en el que se anudan la historia y la Historia. La biografia
13
"No tengo en qué ocuparme no me salen los grabados, hoy no quie- plantea de entrada la cuesti6n del sujeto; la productividad
raser dulce, tranquila, decente, sumisa, comprensiva, resignada, las cua-
lidades que siempre ponderan los amigos . Tampoco quiero ser maternai;
textual se apoya en la interacci6n entre identificaci6n y ex-
Diego no es un nifio grande. Diego solo es un hombre que no escribe traiieza. Este doble movimiento trastorna seguridades in-
porque no me quiere y me ha olvidado por completa" (1987, 42 ). troduciendo el discurso de las pasiones. La indagaci6n acer-
ca del sujeto lleva a pensarlo, en tanto otro, dentro de un
tiempo y un espacio multiple. El problema de la historia "se
inscribe en el lugar de este sujeto que es en si mismo, el
juego de la diferencia, historicidad de la no-identidad en si"
(De Certeau: 1995, 77).
La escritura esta obsesionada por trazar tradiciones fa-
miliares y nacionales, a través del registro y la invenci6n.
Los relatos inscriben al sujeto/autor, en una serie de image-
nes, moldeadas como personaje/persona que va desde el yo
al otro. Poéticas de la subjetividad en las que intervienen
miradas politicas que relacionan novela familiar y memoria
colectiva; narraci6n oral e historia escrita, buscando anu-
dar diferencias e identidades.

75
74
Los relatas insisten en ellugar cultural, un estar entre la historia de vida de la fotografa Tina Modotti esta indele-
mundos con los que se tejen lazos de filiacion y afiliacion. La blernente marcada por el aura romantica que rodeo su paso
filiacion biologica anuda lazos con una identidad ajena a por el México postrevolucionario y su existencia une revolu-
México y a las clases populares, la afiliacion cultural genera ci6n y erotismo. Mujer fatal y amante tragica Tina se entre-
sospechosas representaciones de lo mexicano. Las identida- go con el mismo impetu a la militancia artistica que a la
des familiares y socioculturales se dibujan en la oposicion politica. Vivio dentro de la ciudad ilustrada y politizada del
entre la tierra y el munda. Predomina la dicotomia entre periodo cuyo centra cultural fue el ensayista y filosofo José
escritura y experiencia planteada en los textos maestros de Vasconcelos. Un munda de batallas diarias acerca de los al-
la cultura latinoamericana, como dispositivo de productivi- canees del arte y la validez de la modernidad en el que los
dad textual. La vision euforica de la experiencia coïncide, paladines fueron los muralistas. A través de su figura se
en gran medida, con una mitificacion del espacio y del hom- intenta reconstruir la estructura de significacion de una
bre mexicano, idealizado como la raza. época signada por las tensiones entre la revolucion politica
En la obra de Poniatowska, la nacion mexicana moder- y artistica. Su itinerario une geografias muy distintas: los
na se construye en oposicion a lo extranjero, excluido por un comienzos dorados de Hollywood, el México de la década de
munda cerrado sobre si mismo, que elige el sacrificio de la los 30, los preparativos de la Alemania de Hitler, los rigores
alteridad. La nacionalidad se erige coma identidad esencial de la Rusia de Stalin, las luchas por el poder europeo y la
y originaria. Esta retorica de metaforas de tipo telurico tie- guerra civil espanola.
ne un molde idealista y romantico. La representacion del Su labor camo fotografa ha recibido un tardio reconoci-
Puebla ostenta las connotaciones idilicas, que recuerdan los miento de critica y publico. 2 Después de muchas anos de su
imaginarios indigenistas. muerte, Vittorio Vidali, su ultimo compafi.ero reunio todas
Desde los tiempos de la Nueva Espafi.a las mujeres fue- sus fotografias en un libro lleno de inexactitudes, Tina Mo-
ron relegadas al silencio. A pesar de ello, como lo demuestra dotti garibaldina y artista, publicado en Trieste. En 1975
Jean Franco, una serie de "conspiradoras" entraron mas o Mildred Constantine publica un provocativo libro: Tina
menas ruidosamente a la historia de la cultura nacional. Modotti: una vida fragil. Entonces se abre el debate sobre
Elena Poniatowska intenta armar una historia de las muje- figura y se revaloriza su papel camo fotografa. Desde me-
res mexicanas del siglo xx. Pone su atencion en los sujetos diados de los ochenta llega el reconocimiento internacional.
femeninos de la modernidad atrapados entre la repeticion y Aunque subsisten grandes interrogantes acerca de largos
el cambio. Artistas modelas que, en la mayor parte de los periodos de su vida y obra.
casas, mantienen una dualidad frente al munda masculino.
La galeria abarca vidas emblematicas: Frida Kahlo, Lupe i,Cuales son los espacios en blanco que Tina Modotti llen6 y que aun
ignoramos? Su vida revela la floraci6n de la férrea y delgada estructura
Marin, Lola Alvarez Bravo, Dolores del Rio, GuadalupeAmor, 1.uyas imagenes memorables iluminan el sery la cul tura de la gente que
Rosario Castellanos. 1 captaron, asi como la existencia de la propia artista. (Constantine, 10)
Tinisima se origina en un guion cinematografico inaca-
bado y se convierte en biografia novelada. La narracion de

76 77
Assunta Adelaide Luigia Modotti nace en Udine, un Forma parte del conjunto de mujeres que, entre 1920 y
puebla italiano situado al pie de los Alpes. La pobreza de la 1940, viven los vertiginosos pasos del munda posrevolucio-
numerosa familia los obliga a emigrar primera a Austria nario. Poniatowska las Hama "mujeres magicas". Entre ellas
luego a Estados Unidos. Con diecisiete anos entra a traba- incluye a Lupe Marin, Frida Kahlo, Maria Asunsolo, su pri-
jar en una fabrica de textiles en San Francisco. Su labor rna Lolita Asunsolo (Dolores del Rio), Nahui Olin (Carmen
camo costurera no le impide formar parte de grupos teatra- Mondragon).
les. El casamiento con el poeta americano de origen franco-
canadiense, Roubaix de L'Abrie Richey (Roba), la introduce i,Por qué son magicas esas mujeres? La magia es la capacidad de
crear realidades y de hacerte ver lo que no hay. Y sin embargo existe
en el munda artistico e intelectual norteamericano. 3 En Los puesto que tu lo ves y lo conviertes en cierto y de pronto se vuelve pro-
Angeles donde la pareja se instala, Tina continua hacienda fundo , necesario . l,Por qué son magicas esas mujeres? Porque son perdu-
vestidos para subsistir. Su belleza le permite acceder a la rables y porque su encanto es mas poderoso que el de las sirenas que
naciente industria cinematografica. En 1920, le asignan pa- hicieron que Ulises se amarrara al mastil, porque su radio de acci6n va
mucho mas alla del encantamiento que ejercen, porque dia a dia quere-
peles de mujer latina exotica y sensual en peliculas de se- mos saber mas de ellas, porque sugieren, porque despiertan, porque su
gunda categoria. 4 presencia cambia nuestro mundo interior, porque nos dan otras posibili-
El marido viaja a México en 1921 tentado par el arque6- dades de comunicaci6n y por lo tanto de sabiduria. (12/06/97, 1)
logo Ricardo Gomez Robelo. Mientras tanta Tina comienza
una relacion amorosa con el fotografo Edward Weston que El discurso de la periodista cae en la mistificacion y el
la inicia camo modela y fotografa. En 1922 cruza la frontera estereotipo del eterno femenino. Palabras camo magia, he-
para encontrarse con Roba. La muerte repentina del pintor chizo y encanto no logran dar cuenta de existencias creado-
la encuentra en México donde permanece allado de Weston. ras y tragicas. En Las siete cabritas, Poniatowska retine re-
Su estadia mexicana la marca para siempre. Expulsada par tratos de mujeres mexicanas cuyas vidas transcurren entre
actividades antinacionalistas en 1930, vuelve en 1939 camo finales del siglo XIX y finales del siglo XX. El sustantivo
Carmen Ruiz Sanchez con pasaporte falso para morir en "cabritas" remite a "revoltosas". No solo refiere al munda
1942. animal sino que, con el diminutivo, arma una definicion
Tina sera pronto modela de pinturas, peliculas, dibujos pueril del protagonismo femenino. La vida extrema de mu-
y fotografias, Weston que se encuentra en un momento de jeres camo PitaAmor o Nahui Olin las convierte en pioneras
transicion hacia la fotografia abstracta es su maestro. Jun- en la ruptura con los modelas femeninos tradicionales, pese
to a él se tranforma en fotografa. Pero, cuando Weston elige a la marginalidad en la que acaban5 • En el conjunto de re-
el camino del arte abstracto, Tina opta por la fotografia do- portajes, Todo México incluye entrevistas a artistas camo
cumentai. Su câmara no solo registra los murales sino que Lola, Alvarez Bravo y Dolores del Rio.
inicia un camino propio para la fotografia mexicana. Al mis- Tinisima ofrece una condicion genérica ambigua que
mo tiempo se suma a un activa campo cultural y a los deba- Pêrmite considerarla una biografia o una novela. Crea que
tes sobre arte y politica. lngresa en el equipa del periodico se trata de novela biografica. La escritora insiste en su ca-
comunista El Machete. racter documentai pero emplea los recursos de la novela. Su

78 79
pane a la rnirada, se convierte en espectaculo: "Los di-
elaboraci6n ha supuesto un largo trayecto. Una gran
se~~ alinea de Roba tenian una modela: Tina, su mujer, a
dad de material entra en dialogo dentro del espacio teJCtuat
Ellibro de Constantine es determinante. Podriamos decïr
bll~~n puso una rosa en el sexo y pétalos giratorios en los
qul ones" (123). Su tarea coma fot6grafa es posterior a su
que es el fantasma central del relata. Poniatowska no 86lo pe:uaci6n corna modela de Weston quien, deslumbrado, la
no polemiza con Constantine -camo lo hizo en su momento scnvierte en su insistente objetivo. El encuentro con el México
con Wolfe-sinoque adhiere a sus representaciones. Otro
:volucionario se debe al pintor Xavier Guerrero y los mu-
componente significativo lo constituyen los Daysboooks de
ralistas: "Racer el amor con Xavier era pasar de las caritas
Edward Weston con su larga correspondencia con Tina. Po-
sonrientes de Veracruz a la gravedad de las cabezas olme-
demos reconocer también la influencia del testimonio de
cas ... era ascender a una antigüedad portentosa, imponen-
Vittorio Vidali, ex Comandante Carlos Contreras, el dirigente
te, a la acci6n suspendida, a la esencia ajena" (218).
estalinista al que complementa con relatas orales y escn. Con Julio Antonio Mella logra el equilibrio entre arte,
tas. Emplea la prensa de la época y dialoga con sobrevivien-
pasi6n y politica hasta que su asesinato la devasta. El acia-
tes de la época.
go Comandante Carlos la acornpana en el barca carcel para
arrojarla en las fauces de la burocracia soviética. Cada paso
Entonces entrevisté a muchisima gente que me canto su vida. Por
ejemplo todos los que estuvieron en la Guerra de Espafia y me contaban del personaje aparece determinado par su relaci6n con los
su actuacion en la guerra. Me presentaron a su familia y entonces obtuve hombres: "Cada uno le habia dada un sonido nuevo, un tiem-
mucha mas material del que yo necesitaba. Y sucedio loque sucede en los po distinto, su espiritu, su estatura, cada uno habia cami-
programas de television, que se cuelgan. En un programa dicen"ya se col- nada sobre las olas hacia ella; ella, su cabeza sobre el pecha
go" y entonces yo me colgaba y me colgaba. Haz de cuenta que yo era un
equilibrista y me colgaba hasta el fin de los tiempos. Creo que, sobre todo, en turno" (636).
ocurre con personajes como Tina Modotti. (Gliemmo: 1995, 162-163) Elena Poniatowska dibuja una protagonista con escasa
autonomia tanta en el arte camo en la vida, contrastando
La productividad textual trabaja con el archiva ic6nico con otras biografias de Modotti. Se centra en el escandaloso
mexicano. La apelaci6n a la imagen genera un interesante vinculo entre lo sexual y lo politico. El comienzo y el final
juego entre mirar y ser mirado, que duplica, en espejo, las del libro determinan la estructura narrativa: el asesinato
palabras. Fotografîas, dibujos, murales, pinturas insisten de Mella (1929) y la muerte de Tina (1943) en la misma mesa
en la figura de Tina reproduciéndola una y otra vez, conju- del hospital mexicano. La tragedia une a los amantes con
gando los retratos con sus obras. Elena Poniatowska em- menas de veinte anos de diferencia. Tina se mueve en circu-
plea la técnica del collage, ensambla sin fundir distintos dis- la hasta volver a encontrarse con su amado. Loque esta en-
cursos. tre estos dos puntos es pura pérdida.
La construcci6n biografica se centra en el amor y la po- El conflicto identitario que caracteriza su vida acaba par
lîtica. Unida a los origenes anarquistas del padre y al arte adquirir la fijeza del arquetipo. Mujer fatal, nina ingenua,
maderno y decadente de Roba, el equîvoco marido, la etapa puro cuerpo desnudo, madre naturaleza. Coma si en el con-
norteamericana no ocupa demasiado lugar. El cuerpo de Tina trapunto entre mirar yser mirada la verdadera Tina siem-

81
80
del tro masculino para llegar al sujeto de la biografia. EllO
pre escapara. Elena Poniatowska se ausenta, disimula el 0
de enero de 1929 inaugura el relata in media res: la muerte
rastro de sus informantes, intenta disolver las voces. Sin
de .Mella es el punta de inflexion que conlleva el cambio to-
embargo no puede suprimir su fuerte identificaci6n con el
tal de vida de Tina. El crimen la lleva del ambito privado al
personaje. Quiza de alli provenga la falta de autonomia Ya
espacio publico donde las paginas de la prensa devoran su
que, una vez que ésta deja de responder a sus expectativas
la escntora la abandona.
0 '

historia.
Los retratos de Weston pertenecen a su etapa romanti-
La intensidad del nombre del titulo refuerza el caracter
ca (cuando éste empleaba un lente suave) y resaltan el in-
extrema del personaje y promete un relata desde la intimi-
tenso erotismo y la a parente vulnerabilidad. La interpreta-
dad. Desde el comienzo el espectaculo de su vida intima, el
ci6n de Poniatowska subraya la subjetividad a fior de piel
escandalo de su sexualidad transgresora la condenan tanta
de .Modotti, su cuerpo femenino y expuesto. La escritora esta
camo su militancia politica. El cuerpo muerto y ausente de
prendada de la camara, camo si no pudiera trabajar la leu-
Mella tiene su correlato en el cuerpo deseado y deseante de
gua de Tina sin reproducirla en imagenes mas ajenas que
Tina. Sus proyectos personales, su vida intima queda en se-
propias, proyectando una construcci6n homogénea, de la que
gunda plana. La acci6n y la pasi6n se mueven par otros cau-
se ausenta cualquier tonalidad peculiar. Enorme distancia
ces, los que unen amor y tragedia, sacrificio y compromiso.
entre la Jesusa que se habla y Tina mirada y escrita par
El cuerpo para el amor se transformara en cuerpo para la
causa, debe ocultar y negar su sexualidad. Deja de mirar con otros.
Desde la muerte de Mella hacia atras y hacia delante, la
la maquina de fotos para mirar desde las sombras convertida
italiana termina su largo y esforzado viaje en la misma mesa
en espia soviética. Se aparta de las miradas de los otros, hur-
que trece anos antes estuvo Julio Antonio donde su cuerpo
ta su cuerpo hasta el punta de cambiar su nombre y aparien-
desnudo recobra la belleza. La biografia tiene dos trayectos:
cia. A partir de la muerte del cubano, Tina permanece idénti-
el primera, ascendente que la entroniza camo heroina y vic-
ca a si misma, camo si estuviera muerta par dentro.
tima y el segundo, descendente, que la destruye retratando-
La escritura yuxtapone discursos fotograficos. Quince
la camo una aut6mata. Par momentos la profusion de datas
fotos tomadas par Tina y veinticinco en las que es modela de
hist6ricos ahoga con nombres de la historia comunista camo
otros fot6grafos: Edward Weston, Manuel Alvarez Bravo,
Eiseinstein, Maïakovski, Sandino. A pesar de sus pretensio-
Robert Capra y Gerda Taro. El texto visual provee una mul-
nes, la historia de amor se impone, incluso sobre la historia
tiplicidad de puntos de vista sobre la protagonista, se cotej a
de vida. La novela sentimental se agiganta en la biografia.
la perspectiva de Weston y la de Modotti. La segunda camo
Julio la nombra en el titulo intima y acariciador, Weston
contraparte o interior de la primera. Modotti es sujeto y ob-
la muestra vuelta sobre si misma. Sus ojos cerrados y sus
jeta de la escritura y la fotografia. Leer es igual a mirar.
manas enmarcando el rostro acentuan su sensualidad. El
Un Julio Antonio Mella de mitol6gicajuventud contras-
romantico retrato del fot6grafo se completa con la figura de
ta con el martir tendido en la mesa de la clinica e inmortali-
Mella con la que comienza el primer capitula. Tina "quisiera
zado par la amante. La distribuci6n de las imagenes nos Ile-
hundirse en su costado, ser con él un solo aroma nocturno"
va del cuerpo de Mella al cuerpo de Tina. Pasamos a través
83
82
(10). La irrupcion de Vittorio junto al cadâver tiende la na.
rracion hacia el futuro y remite a la encubierta entrevista writing Tina, Poniatowska empowers her writing subject"
de Poniatowska. Abre y cierra con la serie de flores de Mo- (G6rnez Quintero y Pérez Bustillo, 29). La técnica fuerza al
dotti: las azucenas, lânguidas e indefensas y las flores del lector /contemplador a analizar y reflejar los efectos del des-
cactus, crueles y agresivas . plazarniento de un discurso a otro, de un sujeto a otro.
Las fotografias que encabezan los capitulos constituyen
La fuerza sexual femenina es vitalidad que desordena el
una especie de biografia iconica. Durante la primera etapa,
territorio masculino. Tina es pura naturaleza y, en su salva-
jismo, "no se daba cuenta que el paraiso era ese momentâneo Tina es espectâculo, fiesta del cuerpo expuesto a la mirada.
El goce esta en la imagen que le devuelven los ojos del otro y
asomo de gorila en sus axilas" (121). El encuentro con la "esen-
que la define: "Quizâ Tina se enamoraba de la forma en que
cia" de México se potencia en la paradisiaca estadia en Jui-
la rniraban porque esa mirada la conmovi6" (126). Al retrato
pantla donde las mujeres indigenas, las mismas que Eiseins-
tein retrato en ''Viva México", le enseiian las artes de la vida: rornantico de la tapa suceden una serie de cuatro fotografias
y dos dibujos fotografiados: "Tina en la azotea", cuerpo de
"Ser mujer es hablarle fuerte a la milpa que se extiende de
mujer, puro objeto sin rostro; "Tina en Hollywood", cuerpo
mar a mar, esparciéndose como se esparce el alud de sus ca-
enmascarado, vestido de mexicana; "Tina Y Eduardo", paro-
helios sobre sus hombros cuando lo alisan para después tren-
zarlo con listones rojos y azules y amarillos" (114). dia de escena familiar con Cristo detrâs. Los dos dibujos "Ten-
taci6n y Tina Modotti" de L'Abrie Richey estilizan su belleza
La fabula dibuja una odisea cuya ftaca es México, lugar
de la violencia y la pasion; el arte y la revolucion de tonos mientras "Tina modelo de Diego Rivera en la capilla de Cha-
surrealistas. Bello y luminoso en los brazos de Xavier ode pingo" la presenta como arquetipo de la fertilidad.
El cuerpo insiste, de modo activo, en inscribirse en dis-
Julio; câlido e idilico en la arcâdica existencia de las campe-
sinas; fascinante en las pinturas de los muralistas o en las tintas superficies: "En el cuarto oscuro ... Tina hacia apare-
cer dentro del liquido revelador una nueva imagen de si
fotografias de Weston pero de amenazantes fauces xen6fo-
bas; siniestro como "un pais de hombres" en el que "las ba- misma, su cuerpo que siempre la acompaiiaba y le era des-
las se hacen fiesta" (280). Tina queda atrapada en México; conocido" (140); "Estar desnuda era ser ella misma, sin dis-
su vida solo tiene un antes de recuerdos de mundos perdi- fraz, y mostrarse en su desnudez era presentarles a los de-
dos y un después agobiante (10). Su plenitud estâ ligada a mas el mâs hermoso vestido" (141). También puede apro-
piarse del cuerpo ajeno, atrapar a los otros: sus hombres y el
Mella y a la fotografia; también a la lucha por la causa poli-
tica (11). Cuando su existencia pende de los designios aje- pueblo mexicano. Entre la intimidad de la belleza y la fuer-
nos, la protagonista pierde toda singularidad. za de la denuncia, la Graflex reproduce la maquina de escri-
bir de Julio; los enormes e idolatrados murales; los campesi-
El papel en la mâquina de escribir de Mella fotografia-
da por Tina contiene palabras de Leon Trotsky. Infini ta t ra- nos leyendo El Machete; las marias entregadas a la supervi-
vencia. Mujer que se debate entre tiempos y mundos, Tina
ma de textos en las que perdemos el rastro del personaje.
Poniatowska busca iluminar su actividad como creadora, atribuye sus limitaciones a su sexo. Escribe a Weston que la
como sujeto detrâs y delante de la câmara. "In the process of "falta de disciplina y capacidad creativa era un problema de
vida. Pero aun, de indole femenina" (177). Y agrega que la
84
85
fotografia "es un trabajo para hombres ... yo no soy
cientemente agresiva" (322). 10 steticismo, del arte por el arte, pero desea a la vez
1
Al cruzar la frontera mexicana traspone un umbraJ de ~a realidad a la altura del arte" (252) .
terior e interior. Marcha hacia una paulatina decadA....j: L escritura procede como una camara.6 En la primera
Fundiéndose con la enorme maquinaria la victima se ~a historia de vida se adensa en significaciones liga-
verdugo. El relata no da cuenta acabadamente de estos México. Imagenes y palabras permiten atisbar una
bios. El centra autorial se aleja del personaje. a rica y contradictoria. El destierro despoja a la Modo-
. de su aura y la presenta como protagonista de una épica
4Qué ea Jo que va a morir, ai en Joa UJtimoa anos, au "y • no ..... tracasada. La rigidez caracteriza todos sus arrojados actas.
vida, ai al "yo" Tina Jo ha matado, ai en Joa Ultimos anos ae ha 0ronvwtlofô La rnujer apasionada por el pais mexicano, los hombres y la
e? pura sumisi6n, vehiculo .de otros? E_s ta con_la que ahora lucha no
{otografia, deseante y deseada se transforma en un ser dis-
smo la oquedad; soy un aguJero, a traves de mr pasan las corrientes Ja.' 411
pescados entran por mi sexo y salen por mi boca, miren. (301) ' tante y plana. No hay demasiadas explicaciones, el persona-
je se aparta de la autora y los lectores.
La primera persona permanece ligada a los diarios de Tina es la otra y es la misma que permite paner en esce-
Weston, de Mercedes, la hermana, y de Julio. Las cartas )a na el proyecto politico y estético de Poniatowska, al exhibir
unen a un pasado abandonado casi totalmente. En Ale.rn • sus ondulaciones, las que van de las azucenas a los cactus:
nia acepta su derrota como fot6grafa , inca paz de aceptar los8 •En su forma de trabajar habia poesia; Tina sentia como si
cambios técnicos. Se alude a la existencia de un diario inti- estuviera a la busqueda de la esencia de la vida, su propia
mo, pero solo se recoge un frio registra de tareas . esencia"(78). Aunque los materiales sean distintos: la ima-
Poniatowska adhiere al proyecto estético y politico de la gen y la letra, ambas lo usan como instrumenta de registra
Modotti: la necesidad de un arte militante; la humanizaci6n de la realidad.
del artista ante los desposeidos, la pasi6n por el puebla me:xi- Las dos artistas reescriben la historia, una como fot6-
cano; la importancia del canicter documentai. La impotencia grafa del muralismo recoge las imagenes de los muras, la
proviene de la dificultad para lograr la conjunci6n entre el otra como cronista de J aramillo y de Marcos plasma las va-
arte y la politica: "Tina registra en su Korona las texturas, el ces de los otros. La dimension moral del arte cobra una gran
aplanado de los muras, la arqueria fugitiva del convento de importancia. La preocupaci6n por representar una realidad
Tepoztlan, y por un impulsa que obedeci6 a ciegas comenz6 a injusta resalta las contradicciones surgidas de la pertenen-
buscar el rostro de la gente. l,Podria arrancarles la mascara?" cia a un sexo segregado. Aunque escritora y fot6grafa se
071). Queda exhausta de tanta paner el sentimiento: "l,Podia aproximan por su origen europeo, se distancian por su clase
ella gastar placas en una escalera de Tepoztlan si las calles e ideologia. Quiza la debilidad del texto se deba a la necesi-
reventaban de miseria?" (230); "Su preocupaci6n mas profunda dad de eliminar distancias y marcar similitudes. El enigma
era vivir el arte sin dej arse desgastar por la vida, que tam- Permanece al final dellibro. Elena Poniatowska solo ha la-
bién gasta a los hombres" 071); "Tina se ha propuesto alejar- grado darnos su version de Modotti, atravesada, en exceno-
so, por su deseo.

86
87
Notas ·ando hasta la fecha . Pr6ximamente en Estados Unidos se va a
ltll~~J ar un libro sobre los ninos de la calle, del fot6grafo sueco Kent
pU~ ~t. Él conoci6 muy bien la problematica de ellos, estuvo mas de diez
1 Stig tornando irnagenes y viviendo en las alcantarillas y en los terrenos
Poniatowska senala el injusto olvido en el que se arroja a imPo ~;'os . De hecho, yo considera que todo escritor debe relacionarse con
tes protagonistas de la historia y la politica. Se refiere a las igno rtaQ. ~ ramas del arte, el trabajo del escritor a lo unico que no se liga es a
militantes comunistas: ''Nadie, o casi, la recordaria porque las comr:: otra rtes rnarciales o los deportes. Hay escritores, como Guillermo Sam-
tas, salvo las que quisieron llamar la atenci6n sobre si mismas, como Be. laS~ que hablan acerca del futbol. En la literatura, todo tiene una par-
ni ta Galeana y Concha Michel, disfrutan la paz de los sepulcros en nues. pen ' ., )
tro pais. (,0 alguien recuerda a Cuca Barr6n de Lumbre:ras, a Maria Luiaa te util" (Avlles, 2 .
Carrillo, a Gachita Amador, a Luz Ardizana, a la primera es posa de Valen-
tin Campa, a Lauri ta Vallejo? i,Alguien recuerda a Clementina Batanacte
Bassols? Por una pura casualidad (y en cierta forma sospecho que IICir
remordimientos), Vidali reuni6las fotografias de Tina Modotti en una edi-
ci6n" CPoniatowska, "Cien anos de Tina Modotti": 1996, 2)
2
Mildred Constantine entrevista a Tina en los ultimos anos. La
describe como una mujer pequena, fragil callada: "Apenas me atreVfa
hacerle todas las preguntas que llevaba sobre sus fotografias. No sentfa
que su silencio fuera producto de la serenidad o la timidez, sinoque pa-
recia estar tragicamente cansada. Podia percibir la belleza inesperada,
a pesar de loque parecia ser una mirada de angustia en sus ojos" (Cons-
tantine, 13).
3
En San Francisco, y sobre todo en Los Angeles, en los anos veinte,
Tina Modotti vive bajo la influencia de John Cowper Powys, escritor e
inspirador de modos de vida buc6licos y hedonistas . El culto de la belleza
de Powys es el de Robo de L'Abrie Richey.
4
En la pelicula The Tiger's Coat actu6 junto a Lawson como una
ex6tica morena de rasgos latinos con un punal atravesado en la boca. Su
interpretaci6n de 'lna mexicana parece un presagio.
5
El volumen incluye los siguientes relatas: 1. Diego, estoy sola, Die-
go ya no estoy sola: Frida Kahlo; 2. Pi ta Amor en los brazos de Dios; 3.
Nahui Olin: la que hizo olas; 4. Maria lzquierdo al derecho y al revés; 5.
Elena Garro: la particula revoltosa; 6. Rosario del "Querido nino Gue-
rra" al "Cabellitos de elote" y 7. "Nellie Campobello: la que no t uvo muer-
te". Ademas de Las siete cabritas, Poniatowska prolog6 el libro Nahui
Olin la mujer del sol. En Ay vida no me mereces, dedic6 un largo relato a
Rosario Castellanos.
6
"La fotografia es muy importante en mi trabajo, porque he escrito
muchas pr6logos y libros de fotografia en conjunto con grandes artistas
de la lente como Graciela Iturbide, Manuel Alvarez Bravo, Mariana Yam·
polsky, Héctor Garcia con el cual colaboré durante muchos anos Y sigo

88 89

~-~
También habia sangre en las paredes;
creo que los muros de Tlatelolco tienen los poros
llenos de sangre. Tlatelolco entero respira sangre.
Mas de uno se desangr6 alli porque era
mucha sangre para una sola persona.
Testimonio de Margarita Nolasco, antrop6loga
La noche de Tlatelolco, Elena Poniatowska

Toda sociedad se imagina un pasado "inventando", las


tradiciones que la hacen posible en el tiempo, y dibuja una
geografia que le permita abrazar su espacio. Gran parte de
las naciones latinoamericanas se construyen a partir del
imaginario liberal de la clase dirigente. La naci6n moderna
mexicana se legitima en un imaginario revolucionario que
encubre la prolongaci6n de una estructura imperial. La con-
solidaci6n del estado, llevada a cabo entre 1920 y 1940, apro-
vecha las mitologias revolucionarias. La historia mexicana
del siglo XX es la historia de c6mo se construye un poder
politico sobre las masas populares.

Un pueblo que ha hecho una revoluci6n de masas, en la que todos


sus hijos han participado de uno u otro modo, se siente, ademas, inclusi-
ve en medio de la mas terrible miseria, capaz de dictar el rumbo de su
destino. (C6rdova: 1995, 37-38)

En la génesis de la modernidad mexicana se encuentra


va ~~o movimiento popular caracterizado por la diversi-
1

dad cie sus demandas. También es inédita la violencia de la


~sputa por el poder y la legitimidad. La institucionaliza-
ct6n se h ace en nombre de un proyecto nacional que excluye

91
a la mayoria e instaura el centralismo. La renovaci6n . er lugar estan las militantes, estudiantes o guerrille-
formas salvajes y pugna con la cul tura campesina, de pri1lly por el otro, las madres cuyo paradigma es Rosario
indigena. Estados Unidos mantiene su politica imperiaJïa: J1lS•
ta, presionando contra medidas proteccionistas. Jbarra. .
La crônica pu ede ser cons1derada camo una ',reconstruc-
El fuerte aparato de control se convierte en una obae. ciôn literaria de sucesos o figu~as,_ género ~onde el im?e_:.:io
sion en las décadas de gobierno de un partido, con una SUce. ~ rxnal domina sobre las urgencias mformatlvas" (Mons1Va1s:
sion casi hereditaria. Las grandes mayorias que particiPa- : 5 2). Mientras el reportaje requerido por un tano objeti-
ron del p~oces~ ~evoluci?nario. son exc!uidas y reprimidaa
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0 d~secha por conveniencia la individualidad de sus auto-
de modo Sistematico. Hac1a la mitad de s1glo, México se tran,. ~s la crônica usa a discrecion la primera persona y narra
forma en una cultura urbana, donde la cabeza, el Distrito Iib;emente los acontecimientos camo vistos o vividos desde
Federal, adquiere proporciones demograficas preocupantee la interioridad ajena, permite la intervenci6n de la subjeti-
convirtiéndose de ciudad maderna en la metr opolis mas po. vidad.
blada y contaminada del munda. Camo modela discursivo protohist6rico implica la selec-
Las cronicas de Elena Poniatowska arman una serie ci6n de acontecimientos por ternas y ambitos; establece una
historica que se inicia con el movimiento estudiantil en 1968 cronologia, camo una lista que comienza y termina en cual-
y culmina en la Selva Lacandona con los levantamientos de quier punta. El autor posee la autoridad y el derecho de na-
Chiapas. La trama se detiene en nudos de densidad varia- rrar. La unica exigencia es la coherencia temporal y no debe
ble: Tlatelolco, la guerrilla urbana, la lucha de Rosario Pie- explicar las razones de seleccion de los acontecimientos. La
dra de Ibarra y las madres, las ocupaciones de t ierras de la ret6rica del género no otorga importancia a la coordinaci6n
colonia "Rubén Jaramillo", la heroica participacion civil en ni a la subordinaci6n. Procede por cortes, incluso sin sujetos
el temblor de 1985 y los levantamientos chiapa necos. que permitan reconstruir el enunciado.
La figura rubia, extranjera, cuita y de clase alta se pro- La historia parte del establecimiento de una trama que
pane coma mediadora entre espacios sociales. En Fuerte es ordena los acontecimientos de modo sucesivo e implica un
el silencio, sus textos adoptan sesgos ensayisticos que ins- final con significado. Esta dirigida hacia el referente y el
criben la subjetividad del Yo. La relacion entre sujeto de la discurso mismo con la propiedad de unir la verdad de dic-
escritura y sujetos de la historia se formula camo intercam- tum con la verdad de re. El sujeto garantiza lo narrado con
bio dialogado. Adquiere nuevas formas: cronica, testimonio, la experiencia y su conocimiento de las reglas dota de legali-
entrevista, reportaje. En todos los casas, emerge su practica dad al relata. El final plantea interrogantes y demandas de
coma entrevistadora, tanta periodistica coma ant ropol6gica. valor frente a una situaci6n moral especifica. La reconstruc-
Poniatowska construye a los intelectuales mexicanos como ci6n de los hechos sin apoyo testimonial obvia al testigo y lo
sujetos historicos conscientes, al mismo tiempo que su e~ suc:tituye con nuevos métodos de registra .
cri tura arma una genealogia de las luchas por la democrati· En México, la revoluci6n tiende estrechas relaciones en-
zacion de la segunda mitad de siglo. Las mujeres adquieren tr~ ~pica y narraci6n. La cr6nica/reportaje de John Reed,
un protagonismo central y toman variadas mascaras. En Mexlco Insurgente (1914) marca el momento de génesis al

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proponer un modelo que registra la presencia de las
de los actores, con la menor intermediaci6n del perfOdi d un nau(rago, donde Garcia Marquez revive en pn-
El mayor libro de cr6nicas de la revoluci6n me>ricana ea e ersona un suceso que le ocurri6 a otro). Se trata de
âguila y la serpiente de Martin Luis Guzmàn que Pon , pero muy versa til y que mejora por asociacion: conocer
escena la violencia de la "fiesta de las balas" y arroja e eQ generras punicas y La IUada puede ser decisivo al mo-
visiôn crftica y pesimista. Los afios sesenta suponen
planteo de las relaciones entre el poder y los intelectuaiea
un": ~ de narrar un deporte; de igual marrera, conocer la
lllen ctura de elites de una tribu y su comportamiento an-
~l6gico puede establecer un contrapunto con una cr6ni-
A Jo largo de los aiios ,.,enta y •;tenta la politi ca constituyO e] ... !:Se costumbres de la alta sociedad del siglo XX (Villoro, 1).
r<metro de le!Ptimrdad de la produccwn textual Y el espacw PùhUco firo
el escenario privilegiado donde ee autoria6Ja voa del eScritor "'eon,... Las cr6nicas urbanas de Poniatowska se convierten en un inédito
tido en intelectual. Esta conversion de escritor en intelectual es el l"esuJ. odo de registra, "una expresi6n hist6rica de revoluci6n o resistencia
tado de varias procesos: la dominancia del progresismo politi co en el C8Jn.
po de las elites culturales; la hip6tesis generalizada acerca de la inllli.
nencia de revoluci6n mundial; el debate de los "nuevos sujetos revolucio-
:d
ID yas connotaciones hacen visibles algunos paradigmas de la moderni-
cultural" (Bencomo, 35). El cronista reportera es una variante dife-
renciada del cronista espectador y el cronista paseante. Basa su trabajo
narios"... (Gilman,
publicos. la voluntad
9) de politizaci6n cultural y el interés por los asuntoe en la entrevista, se ubica a medio camino entre el antrop6logo urbano y
el comunicador de masas .

La tension entre ideal critico y utopia revolucionana, Entre el ingreso a La Habana de los guerrilleros vence-
entre vanguardia politica y vanguardia estética subyace en dores en Sierra Maestra y la caida de Salvador Allende trans-
las pnicticas discursivas de la segunda mitad del siglo XX, curren catorce aiios vertiginosos en los que se presagian gran-
en un momento en el que se produce "la toma de la palabra• des cambios para América Latina. La revolucion Cubana, la
y en el que "Lo que se vivio positivamente solo pudo enun- resistencia a la guerra de Vietnam, los movimientos civiles
ciarse negativamente" (De Certeau:1995; 42). La literatura de los negros en los Estados Unidos y los estallidos de rebel-
se lee en el doble horizonte de la modernizacion y la militan- dia de los j6venes en toda el munda parecen dar mayores
cia. Si bien el rechazo del realismo fue unanime es induda- certezas a los movimientos de liberaci6n nacional surgidos
ble la importancia que tiene el modela en una literatura que en toda el munda.
se propane dar cuenta del referente.
La noche de Tlatelolco se publica en 1971, a tres a:ii.os de
La cronica es el ornitorrinco de la prosa; incorpora toda los sucesos de la Plaza de las Tres Culturas y busca contra-
clase de rasgos ajenos. Es el mas flexible de los géneros; se rrestar la version gubernamental. Este "gran montaje co-
puede beneficiar del ensayo, la dramaturgia (las entrevis- ral", camo lo Hama Carlos Monsivais, forma parte de la es-
tas concebidas camo actas teatrales, la voz de proscenio de critura testimoniallatinoamericana. Si bien el texto de Po-
la que habla Tom Wolfe y que convierte a la opinion publica niatowska recibe el aval de figuras camo Octavio Paz, Car-
en un representante contemporaneo del caro griego), la na- los Monsivais, Gabriel Zaid y José Emilio Pacheco (quien lo
rrativa (la evocacion interior de los sucesos, al modo de Re- corr~gi6), su fidelidad a la verdad hist6rica ha sido cuestio-
nada en varias oportunidades. Uno de los criticos mas seve-
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ros es uno de los protagonistas, Luis Gonzalez de Alba · os como la Universidad o peri6dicos como La Cultu-
bro del Consejo Nacional de Huelga. En una polérni~a esPaCl , .
}Jextco.
se refiere a las distancias entre el mundo de los rnili e~orge Volpi hace un prolijo recuento de la participaci6n
el de la periodista. camPo intelectual mexicano durante los hechos de 1968.
:Monsivais y Juan Garcia Ponce lideran la andanada
Aprovechando su ultimo embarazo, Elena Poniatowska me a contra el gobierno. Poniatowska, joven periodista de
sacar de Lecumberri el manuscrito terminado de Los dias y los an~•, s;.empre, aparece mencionada en cr6nicas sobre Vietnam.
entonces, mediados de 1970, Elena iba a la carcel para realizar 1~ Par
trevistas que luego emplearia para escribir, en el bello apartamento en. Si bien pertenece a la misma generaci6n la cronista parece
risino de su tia Bichette, La noche de Tlatelolco . A las pocas serna: }laberse mantenido alejada de los debates suscitados en tor-
recibi de Elena la solicit~d. ~ara permi~irl~ emplear elementos de lili no a Cuba y al movimiento estudiantil. En una entrevista
relato, ya en proceso de edicion por la ed1tonal ERA, en ellibro que eU.
por su parte estaba escribiendo. Por supuesto accedi con gusto. Por ene. confies a:
rode 1971 apareci6 mi relato: Los dias y los anos. No tuvo un buen arran.
Hice La noche de Tlatelolco porque en agosto de 1968 empezaron a
que en ventas. Quiza mi titulo era malo, poco vendedor, sin garra corner.
contarme cosas de las manifestaciones a las que no iba porque acababa
cial. Ademas, la mezcla de relato intimista, dias de extrovertida agita.
de tener a Felipito. El tres de octubre vinieron a mi casa tres mujeres:
ci6n callejera y anos de conversaciones entre presos aburridos, no era lo
Maria Alicia Martinez Medrano, Margarita Nolasco y Mercedes Oliver.
que ellector deseaba. De un Ifder espera ba un relato heroico, el mio no Io
era. Elena se dio prisa y, frente al arbol mas bello de Paris, seglin defini- Llorando me cantaron lo sucedido. (Garcia Flores, 27)
ci6n de su tia, concluy6 una obra espléndida, a muchas voces, asf que
muy poco tiempo después que mi relato sali6 el de Elena: La noche de 1968 es un a:fio clave en la historia mexicana. Un mo-
Tlatelolco. Un acierto desde elllamativo titulo. Elena melo hizo llegara mento de condensaci6n en el que se pone en evidencia la
la carcel de Lecumberri, donde corrfa mi tercer afio de prisi6n, con una ruptura de los pactos posrevolucionarios. El estallido denun-
generosa dedicatoria que cubre dos paginas de texto y flores dibujadas
con plum6n morado. Dice que mi libro "se vende un chorro ... y ahora (que cia la ret6rica de la mitologia revolucionaria y el autorita-
sali6 el de ella) se van a vender los dos juntos como mancuerna, como rismo del régimen instituido por el PRI. Si bien otras luchas
pareja de hongos halucinantes (sic)". Entonces se iniciaron las confusio- coma las huelgas ferrocarrileras, en 1958, dejan un gran sal-
nes . 6Quién dijo tai cosa? me preguntaban presos y visitantes, tu dices do de presos politicos, las acciones del estudiantado tienen
que A, Elena lo atribuye a B. Quede pues aqui dicho de una vez y para
un enorme impacta debido a la procedencia de sus integran-
siempre: Soy testigo presencial de los hechos que relato, no asi Elena.
Por tanto los hechos ocurrieron como yo los relaté y en las voces de quien tes y a su vinculo con la clase media y los sectores intelec-
ponga ciertas palabras, de alli las escuché.2 (Gonzalez de Alba) tuales. La emergencia de la protesta desafia el espectaculo
de poder que suponia la realizaci6n de Las Olimpiadas. La
Las polémicas del campo critico se centran en la ancilar mirada del periodismo occidental descubre el verdadero ros-
pertenencia disciplinaria del relata asi como en su condi- tro de una naci6n que se mostraba al munda camo modela
ci6n de verdad, que implica problemas como representaci6n revol ucionario.
y responsabilidad. Elena Poniatowska ocupa un sitio redu-
cido dentro de loque, en el horizonte de los sesenta, se dio Ante Tlatelolco y su drama, se retiran, definitivamente trascendi-
en llamar "la conjura de los intelectuales" reunidos en torno das, las falsas costumbres de la representaci6n de Don Juan Tenorio y el

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humor de las calaveras y los juguetes mortuorios de azucar que 11
television, recién llegada al pais, transmite todos los he-
un nombre . Se liquida la su pues t a intimidad del mexicano y la mu1!VaQ ~05 . El movimiento cuenta con la simpatia de estudiantes
(Monsivais: 1970, 304) ezte. rofesores a los que se suman otros sectores. En la Plaza
~:las Tres Culturas, el 2 de octubre la masacre es atroz y
Los acontecimientos demuestran que el Estado esta dis-
cobarde.
puesto no solo a desconocer sino a ir en contra de sus Pro- para comprender el impacta de la represion debemos te-
pios fines. "La represion del 68 y la masacre de Tlatelolco er en cuenta el elima de ideas que domina una década en la
golpeo un circuito de continuidad en la modernizaci6n de nue la cultura occidental es jaqueada por una juventud que
México. Fue la respuesta petrificada del pasado a un movi- ~ge respuestas, con protestas contra la guerra en Vietnam
miento que recogîa las pulsaciones del porvenir" (Aguilar orevueltas como el mayo francés. En un Distrito Federal don-
Camin:1995,152). Mas que una crisis estructural que pone de el crecimiento de la poblacion se toma incontenible, la
en entredicho la nacion, es una crisis politica, moral y psico- œatanza conmueve la imagen que el pais tiene de si y modifi-
logica que ataca la continuidad del gobierno. Luis Gonzâlez ca la actitud de la intelectualidad progresista frente al poder.
de Alba habla de una escision entre dos Méxicos. Una gran cantidad de autores atestiguan esta experiencia:
La prensa oficialista denuncia una conspiracion en el José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Maria Luisa Mendoza, Paco
origen de los acontecimientos. Los intelectuales, protagonis- Ignacio Taibo, Carlos Fuentes, Fernando del Paso, Carlos
tas secundarios de la revuelta, repudian la matanza y rom- Monsivais, Rosario Castellanos y otros. 3 Todos denuncian la
pen con el gobierno. La tragedia pone al descubierto las fi- responsabilidad del presidente Gustavo Diaz Ordaz.
suras del populismo y el despotismo del régimen. Los numerosos registras periodisticos tienen una exis-
La agitacion procedente del Instituto Politécnico Nacio- tencia efimera ya que, al poco tiempo, presionada por el go-
nal y la Universidad NacionalAutonoma comienza con una biemo, la prensa se dedica a otros ternas. Gran parte de la
riiia entre pandillas que provoca la intervencion brutal de literatura sobre Tlatelolco, la mayoria elaborada en el fra-
la policia dentro de una escuela dependiente de la ultima gor de la lucha por los mismos actores, no tiene repercusion
institucion. El dia 26 de julio se realiza la primera manifes- ni posee un gran valor estético. Elena Poniatowska escribe
tacion masiva contra el gobierno. Entran tres veces al Z6ca- uno de los primeras libros y recibe una amplia difusion in-
lo, la plaza del poder: "Habia que desacralizar al Zocalo Ylo ternacional. En la U.ltima pagina, se consigna que la prime-
logramos tres veces ... Por primera vez una multitud de ciu- ra edicion sale al mismo tiempo que se pone en libertad a
dadanos consciente de sus derechos, una multitud indigna- veintiocho de los miembros del Comité Nacional de Huelga
da se hace oir frente al balcon presidencial, en la Pla21a de la (CNH).
Constitucion" (4). Las condiciones de produccion no se explicitan en el pro-
Una de las demandas principales es la democratizaci6n logo aunque se dan indicios de su identidad periodistica y
del poder. La figura emblematica del tapado, el presidente test ;>nonial. La investigacion se basa en entrevistas reali-
de la Republica se opone al car acter publico de la manifes~­ :das a una gran cantidad de testigos y participantes, mu-
cion estudiantil a la que el ejército responde con violenCl&· as de ellas realizadas en la misma carcel y en el complejo

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de Nonoalco-Tlatelolco. El texto recoge instantes genésicos a mano con las voces de los entrevistados, y la relacion in-
de producciones literarias de Rosario Castellanos, Luis Gon- tertextual con los codices mexicanos.
zalez de Alba, José Emilio Pacheco y Carlos Monsivais, en- Elena Poniatowska, a diferencia de escritores como Ro-
tre otros. dolfo Walsh, Miguel Barnet, Elizabeth Burgos o Moema Viez-
La urdimbre de enunciados de distintas procedencias zer, no explicita la mediaci6n, ni realiza ningun tipo de en-
de La noche de Tlatelolco apela a la técnica del collage que cuadre. Ellector entra directamente en el texto sin haber
mezcla imagenes y palabras en gestos de registras distin- recibido informacion alguna acerca de sus condiciones de
tos. La cronica trabaja sobre las posibilidades de los géneros produccion. La falta de advertencias oscurece y torna ambi-
discursivos primarios y la mixtura de géneros secundarios guo ellugar de autor.
como la entrevista tanto periodfstica como antropologica. Muchos anos después, Poniatowska reconoce, en una
Graciela Gliemmo plantea la ideologizacion de la técni- entrevista, su alejamiento de los hechos aunque insiste en
ca de collage como cimiento de la dimension polifonica del su condicion de testigo (''Yo vi") garantizando con su propio
texto (1996). La antropologfa, el periodismo y la historia oral cuerpo el después. Repite "oigo sus voces, oigo sus pasos".
son algunas de las disciplinas a las que se adscribe una na- Su relato se apoya en la experiencia ajena. Su escepticismo
rracion en cuyo principio constructivo se unen la experimen- ante los informantes contrasta con sus apreciaciones y ac-
tacion literaria y la dinamica periodistica. La cronica se con- ciones posteriores. Desde un espacio exterior a la épica, la
vierte en épica critica, que aprovecha todo tipo de géneros, autora cede a la tentaci6n de incluirse como personaje en el
para armar una imagen historica. N arrativa del fracaso y la relato. Cronista por pedido se hace cargo de la narracion y
resistencia en la medida que sus sujetos son, al mismo tiem- se convierte en la portadora de las voces de los presos, los
po, victimas y héroes. muertos, los desparecidos. En el mismo gesto inserta su pro-
El relato puede pensarse en varias series: en primer lu- pia ficcion familiar marcada por la muerte de su hermano
gar, dentro del vasto tejido acerca del movimiento del 68 y Jan Poniatowski a quien dedica ellibro y presenta, de modo
sus consecuencias; en segundo lugar, dentro de la larga t ra- ambiguo, como un joven del 68. 4
dicion de la cronica mexicana y, en ultimo término, en el
seno de la escritura testimoniallatinoamericana. La condi- Fui el 3 de Octubre para ver Tlatelolco. Me golpe6 ver las pilas de
cion narcisista de la cronica abre una dimension reflexiva zapatos vacios, ver los tanques alla y los restos de las armas de fuego
que lleva la escritura mas alla de los limites de las form acio- alrededor de toda la plaza. Luego me dije a mi misma, ~qué ha pasado
aqui? (Porque las mujeres que fueron a verme la noche del 2 de octubre
nes discursivas canonicas. Este modelo distinto trabaja con estaban histéricas.) Yo incluso vi sangre en las paredes, sangrientas ma-
relatos de vida individuales montados de modo coral. La nos pintadas, y todas las ventanas rotas . Yo vi que habia habido una
narracion no anula las distintas perspectivas de los prota- batalla real alla. Después de que tomé los testimonios de las personas
gonistas y reivindica el valor de la experiencia personal Y que me con taron su experiencia, y asi fue c6mo las puse todas juntas en
ellibro. (Jôrgensen, 77)
arma un espacio comun de dimension social. Beth Jür gen-
sen destaca dos aciertos: el rol de la editora invisible, mano

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Desigual y complicado dialogo entre la compiladora y cial, de los nombres de los que cuesta creer que no haya
los informantes. La fragmentaci6n de las historias logradas conservado registra.
en las entrevistas y su recomposici6n artesanallogran un Esta dualidad se convierte en parte de la estrategia dis-
efecto de totalidad plurale inacabada. Los multiples relatos cursiva. Palabras e imagenes pasan a ser citas. Las fotos
acechan la realidad desde distintos lugares, la construyen y borrosas de los diarios contribuyen a desdibujar singulari-
reconstruyen. La firma de autor insiste en controlar las vo- dades y apela al c6digo ic6nico dellector. La fotografia como
ces desde la propiedad del texto. A pesar de su interés por arte es parte del imaginario revolucionario mexicano. Esta
otorgar autonomia a los enunciados ajenos, Poniatowska no iconografia funda un tipo de mirada épica. Se recupera cri-
abdica de su postura de mediadora. El papel de editora no ticamente la estética fotografica: "si la ciudad es un cuerpo
es accesorio aunque su autofiguraci6n sea minima y elusi- donde los sucesos o personajes retratados por Poniatowska
va. Sustraidas las preguntas a los informantes, las histo- inscriben sus marcas, la fotografia esta alli para leer visual-
rias quedan selladas por nombres, a veces completas, otras mente estos signas que estan trazando una particular fiso-
no. nomia urbana. Mas min, son los signos que estan desmin-
Elena Poniatowska funciona como una suerte de media- tiendo esa imagen simuladora de la cartografia urbana ofi-
dora que suple huecos entre testimonios inscribiéndose en cial" (Bencomo, 89).
tanto protagonista de una ficci6n autobiografica (Jëirgensen). Los dos sustantivos del titulo tienen gran densidad sim-
Su trazo, el de su pregunta, asoma como ausencia silencio- b6lica y remiten a la historia y al mito al proyectar el presti-
sa. Aparenta dejar en libertad las palabras de los demas y gia de ese "altar de la historia" que es la Plaza de las Tres
simula no intervenir en la narraci6n. Las narraciones frag- Culturas en la narraci6n nacional mexicana. El subtitulo
mentadas de los testigos se entrecruzan, complementan, apunta al encuadre genérico, alude a la instituci6n y a la
interceptan, discuten. Pero la suficiencia de los relatas esta formaci6n discursiva, previendo una codificaci6n. Historia
amarrada a la instancia de enunciaci6n. La figura editorial oral en tanto historia alternativa, historia de las palabras
no es neutral, carga con la significaci6n e interpreta a tra- en tanta historia testimonial.
vés de la selecci6n y la combinaci6n. El armado entrecruza dos perspectivas: la sincr6nica y
El pa pel grueso y rustico de la tapa y las primeras pagi- la diacr6nica. La voz narradora procede como una camara.
nas con fotografias marca la distancia entre el texto ic6nico Las continuas alusiones a la inserci6n del texto dentro de
y el escritor. De acuerdo con declaraciones de la autora, los tradici6n de los tlatolli, tienden lineas hacia la cr6nica de
fot6grafos, por miedo a verse comprometidos, le solicitaron los vencidos reforzando un diseiio circular y repetitivo. La
evitar nombres que luego, curiosamente, la narradora aca- cr6nica sera narrada de nuevo en Fuerte es el silencio, en
b6 por "olvidar". Sabemos que algunas de las imagenes fue- 1978, donde la autora incluye interpretaciones y tiende una
ron tomadas por Héctor Garcia, quien también ilustr6 Dias linea hacia adelante.
de guardar. Hay un doble gesto: apropiaci6n de los materia- La noche de Tlatelolco rompe con el habita de una pre-
les cedidos por sus autores, y ocultamiento, al menas par- sentaci6n equilibrada de los dos lados en conflicto y evita la

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clasificaci6n jerârquica de los hechos en forma de pirâmide La historia ic6nica resume los sucesos condensândolos
invertida, conforme a su relevancia. Ataca la presunta im- en fotografias en blanco y negro, con breves epigrafes. La
parcialidad del periodismo asi como la fetichizaci6n de las condici6n de verdad es reforzada por su origen periodistico.
fuentes de informaci6n. Lejos de la objetividad multiplica La imagen de la tapa nos remite al periodo posterior de los
ambigüedades de modo deliberado al aludir en lugar de in- sucesos: un grupo de mujeres y j6venes llevan un caj6n.
formar. Sklodowska sefi.ala "el desajuste entre los impulsos El sujeto es el Pueblo de multiples rostros. Los protago-
que operan dentro del texto entre el anhelo mimético de de- nistas singulares son pocos, la mayoria tiene carâcter an6-
cir la verdad y la conciencia de la imposibilidad de lograrlo nimo y colectivo: los obreros, las brigadas, las mujeres, los
dentro del espacio discursivo" (1992:158). presos. Si bien Roland Barthes afirma que la fotografia pe-
Una menci6n aparte merece la doble y contradictoria de- riodistica en general es unaria -"puede gritar, nunca herir"
dicatoria: a los muertos y a Jan, el hermano. Poniatowska (1997, 86)-la combinaci6n de elementos discontinuas y des-
esconde informaci6n ya que eljoven muere en un accidente y, parejos resaltan la contigüidad de fiesta y tragedia, intimi-
aunque pertenece a esta generaci6n, nunca participa de los dad y muerte. La UNAM transformada en agora publica tie-
hechos. La ficci6n autobiogrâfica es sesgada y oblicua, asocia ne su contrapartida en la encerrona de Tlatelolco.
familia y naci6n en la épica popular. Entromete el cuerpo de El impacta de la foto de la marcha estudiantil abrazan-
la autora, introduce su subjetividad a través de su particular do el Angel de la Independencia, tomada desde un foco leja-
experiencia de la muerte, una muerte privada que se confun- no, acentua el carâcter comunitario de una multitud que
de con las otras, las publicas de la épica. Como las Antigonas dibuja un signo de interrogaci6n alrededor de la significati-
que encienden velas el 2 de octubre, la hermana Elena no va estatua. Las campanas de la Catedral manejadas por dos
puede evitar poner su propio difunto y, en este caso, hace uso estudiantes remiten a la historia iconogrâfica. Desde la
de la libertad de la literatura, ya que no se siente obligada a Universidad a la ciudad, en ese recorrido los j6venes con-
aclarar nada. No decir que resulta elocuente en la medida en vierten en plaza publica la vasta geografia urbana. La lgle-
que arroja este exceso de significaci6n. sia, la Plaza, el Z6calo, lugares emblemâticos y monumen-
En el indice, que no incluye las paginas iniciales, elli- tos del poder, son desacralizados. La câmara intenta, en vano,
bro esta dividido en tres partes: "Ganar la calle"; "La noche apresar a la muchedumbre que desborda el cuadro, presidi-
de Tlatelolco" y "Cronologia". Una variante mâs abarcadora do por la iglesia y los edificios rebosando la Plaza de las Tres
seria hablar de una primera zona, la historia ic6nica y una Culturas. Una impresi6n que se desmorona en cuerpos gol-
segunda zona, constituida por los testimonios y dividida entre peados y asesinados, en zapatos inutilizados por la muerte.
la historia del movimiento estudiantil y el relato de la ma- Entre ellos el limite es el nifi.o ensangrentado. La foto final
tanza. La tercera zona dellibro, a modo de anales, entrega resume la tragedia y abre otra épica, la de las madres.
una cronologia complementaria. Cada zona repite, de un Poniatows~-ca no se limita a reponer la verdad a través
modo diferente, la historia apoyândose en un conjunto hete- de las voces, se apoya en el realismo de las imâgenes. La
rogéneo de discursos. fotografia que no puede sino sostener un gesto realista ex-

104 105
tremo refrenda la narraci6n de los acontecimientos con los La mirada de la cronista infantiliza a los sujetos como
cuerpos. La historia ic6nica condensa ellibro y adelanta su ni:fios "para quienes todos los dias son dias-de-fiesta". Se
desarrollo. La frase al pie de la ultima fotografia describe el desliza hacia la cursileria al compararlos con una tira de
lugarde enunciaci6n: "El 2 de noviembre, dia de los muer- pollitos. Esta mirada desacredita, convierte en pueril la lu-
tos, depositamos cempasuchitl y veladoras en la Plaza de cha, codificandola como producto de la ingenuidad. La con-
las Tres Culturas .. . Muchos soldados nos vigilaban pero de dici6n de victima refuerza el discurso paternalista. Las afir-
pronto se prendieron miles de veladoras y surgieron gentes maciones de los protagonistas desmienten estas interpreta-
de entre los arboles y comenzaron a rezar por sus hijos ma- ciones: "Yo no entré al Movimiento; yo estaba dentro creo
sacrados el 2 de octubre en Tlatelolco". que desde que naci" (18); "El Movimiento de 1968 no naci6
La segunda zona del relato nos reta con otros interro- en ese mismo a:fio; no surgi6 asi nomas por generaci6n es-
gantes. Se apoya en las entrevistas realizadas por la perio- pontanea" (18); "Por primera vez una multitud indignada,
dista en la calle y la carcel. Cita textos escritos, dibujados, una multitud de ciudadanos conscientes de sus derechos se
pintados. Incorpora, de manera entra:fiable, discursos de hacia oir" (52).
origen literario, especialmente poemas. La autora arma es- El espacio es la ciudad de México, el tiempo el afi.o 1968.
cenas en las que usa "voces" an6nimas, tipificadas, para re- El cronotopos se angosta hasta concentrarse en Tlatelolco y
construir un elima de ideas. Los testimonios se presentan en el2 de octubre. Los lugares cardinales son la universidad
disecados y dispersos, yuxtapuestos a otros textos y sacados y la carcel antes y después. La iglesia y la universidad estan
de su contexto (Sklodowska). hist6ricamente ligadas en Tlatelolco donde Bernardino de
Los primeros parrafos, firmados con las iniciales E. P. Sahaglin fund6 el primer Colegio de equipos intelectuales
nos introducen en ellibro. Superponen dos escenas casi oni- indigenas. Mientras la universidad se prolonga en la plaza,
ricas en las que la historia se transforma en mito. Como en la lglesia de Santiago se mantiene cerrada: "La calle se gan6
el corto de Los suefios del director japonés Akiro Kurosawa, cuando entramos al Z6calo el martes 13 de agosto, porque se
los j6venes marchan vivos y luego muertos. Recorren Mel- rompi6 un tabu ... Todos decian que nunca llegariamos al Z6-
chor Ocampo, la Reforma, Juarez, Cinco de Mayo "mucha- calo" (Pino); "A donde volteara uno veia un mar de cabezas,
chos y muchachas que van del brazo en la manifestaci6n con manos en alto que aplaudian, éramos bien felices ... pero en
la misma alegria con que hace apenas unos dias iban a la cuanto doblamos la esquina para entrar a Cinco de Mayor
feria" (13), que se convertiran en "sangre llena y espesa que como que se me par6 el coraz6n; todas las campanas de Cate-
se encharcaba, sangre joven pisoteada en este reventar de dral echadas a vuelo y todas las luces de esta plaza tan her-
vidas por toda la Plaza de las Tres Culturas" (13). Desde mosa, esta plaza que es lo que mas arno en mi ciudad, todas
entonces estan condenados a seguir errando "los miro a tra- las luces encendidas" (Elena Gonzalez Souza) (49).
vés de una cortina de lluvia, osera de lagrimas, igual a la de La historia mantiene la serie de la cr6nica. El primer
Tlatelolco ... los veo nublados pero si oigo sus voces, oigo sus apartado "Ganar la calle" narra el comienzo y el crecimiento
pasos .. . toda la vida oiré esos pasos que avanzan" (14). euf6rico de la rebeli6n marcado por un fuerte sentimiento

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ut6pico. En el segundo, "La noche de Tlatelolco" el movi-
con la simulada prescindencia de la autora. Ellugar de au-
miento se convierte en tnigica marcha hacia la represi6n y
tor circula, no queda fijado y desconoce cualquier centro.
la muerte. En un intento por escapar a los limites de la hoja
Sutiles hilos entre parrafos mezclan las palabras y los ges-
de papel, la escritora trabaja con materiales que le otorgan
tos de los protagonistas.
densidad. Las fotografîas, los graffiti, las pancartas, las de-
La palabra se vuelve an6nima, colectiva -mantas o pan-
claraciones oficiales, los testimonios, los discursos, las can-
cartas y consignas coreadas por los manifestantes "Soldado,
ciones. Ellibro es continente de diferentes géneros desde el
no dispares, tu también eres el pueblo"; "Pueblo, abre ya los
poema o el cuicéttl hasta el encabezado de peri6dicos y la
ojos". Los enunciados firmados con nombre propio contras-
ficci6n. La enunciaci6n iguala los recursos reivindicando la
tan con las afirmaciones an6nimas. Los primeros, fragmen-
validez de la imagen. Asî como la palabra esta fijada por la
tados, nos entregan distintas historias de vida insertas en
cinta del grabador o por la escritura, el gesto es atrapado
por la fotografîa. los acontecimientos, en donde podemos distinguir dos gru-
pos: los dirigentes estudiantiles y las mujeres. Los relatos
En los agradecimientos, aparece Rosario Castellanos que
de las mujeres las privilegian tanto como testigos y como
escribi6 el "Memorial" labrado en piedra en Tlatelolco. Po-
protagonistas.
niatowska cita poemas de José Emilio Pacheco, José Carlos
Los datos de los testigos -nombres, diferencias de clase,
Becerra, Juan Banuelos, Eduardo Santos que siguieron el
roi y sexo- acentuan el efecto de realidad. En lugarde res-
ejemplo de Octavio Paz. La noche de Tlatelolco dialoga con
petar la linealidad de cada relato y acumularlos sucesiva-
los relatos de los testigos protagonistas. Una figura impor-
mente, Poniatowska escoge, secciona y distribuye haciendo
tante es Margarita Garcîa, entonces Jefa de Prensa de la
estallar en pedazos cada version. Las historias de vida se
UNAM. Los reconocimientos estan colocados después de las
desarman y rearticulan unas con otras. Desde la propia téc-
fotografîas, como si aquellas se introdujeran directamente
en la realidad. nica de armado, desde el dialogismo logrado por la eficacia
del montaje se refuta la estrategia del discurso oficial. En
No hay un afuera del relato, la autora se incluye como
"Ganar la calle", se inscriben multiples voces sin abandonar
mediadora -"toda la vida oiré esos pasos que avanzan". La
un ritmo de las secuencias logrado a partir de las reflexio-
introducci6n a la segunda parte contrasta dos visiones: la
nes de los propios personajes y del detenimiento que deman-
de los j6venes vi vos marchando llenos de alegrîa y la de sus
dan ciertos detalles que sostienen enigmas e intriga. Para
fantasmas insistiendo una y otra vez en la memoria colecti-
Gliemmo, el uso de ciertos conectores produce la idea de que
va. Ninos eternos que aun hoy siguen riendo en la Plaza de
hay réplicas, enfrentamiento discursivo o por el contrario,
las Tres Culturas, la misma que alberg6 otros sacrificios
desde antes de la llegada de Cortés. zonas de acuerdo.
Los relatos llegan por entregas allector, con una dina-
Elena Poniatowska es la bricoleuse que arma el objeto
mica folletinesca y muestran la posibilidad de resoluci6n en
libro con fragmentas de relatos de otros. Su mano organiza
diversas instancias: con finales felices, desdichados o abier-
el texto como coro de voces. El efecto de pluralidad esta dado
tos. La cr6nica alcanza su climax en esta secci6n. La abre el
por los multiples enunciados cuya autonomîa se refuerza
poema de Rosario Castellanos seguido por las voces de mu-
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jeres a las que se suma, con igual jerarquia, la de la au tora. los hechos se disuelve en la eternidad del mita. Tlatelolco pasa
Los testimonios se centran en los relatas de los presos poli- a ser una fatalidad, un mecanismo de la historia mexicana
ticos -miembros del CNH- y en las historias de mas de un desde los tiempos aztecas: "La noche triste de Tlatelolco -a
centenar de mujeres. Las figuras mas importantes y quie- pesar de todas sus voces y testimonios- sigue siendo incom-
nes incitan a escribir ellibro, son Margarita Nolasco, Diana prensible. i,Por qué Tlatelolco es incoherente, contradictorio?
Salmeron de Contreras, Maria del Carmen Rodriguez. En- Pero la muerte no lo es. Ninguna cronica nos da una vision de
tre las dirigentes se encuentran Tita y Nacha asi comoArte- conjunto"(170). Par ella hay que esperar porque, camo dice el
misa de Gotari. Poniatowska apela a los coros de madres, libro sagrado maya: "Par ahora la sangre ha vuelto allugar
que opinan a favor o en contra. de su quietud. Mas tarde brotaran las flores entre las ruinas
Las voces de las mujeres inundan esta zona del texto, y los sepulcros" (171). La antropologa Margarita Nolasco afir-
oficiando de guias. Castellanos remite al mita en el pasado ma: "los muras de Tlatelolco tienen los paros llenos de san-
prehispanico: "La plaza amanecio barrida; los periodicos/ gre. Tlatelolco entera respira sangre" (171).
dieron coma noticia principal /el estado del tiempo". Ciertos El texto asume un caracter fundacional en la literatura
contrastes nos recuerdan "México, Olimpiada 1968" escrita sobre Tlatelolco: da origen a testimonios originales, sucesi-
par Octavio Paz a pela al juego entre el rostro y la mascara: vas versiones de un mismo acontecimiento y a un repertoria
"No busques loque no hay: huellas, cadaveres/ que toda se sobre secuencias, motivas y personajes que se reescribiran a
lo han dada a una diosa, /a la Devoradora de excrementos/ través de toda un corpus literario atravesado par la matan-
No hurgues en los archivas porque nada consta en actas .../ za. Las informaciones y comentarios que interpretan los
La memoria puede ser una llaga". sucesos obedecen a una cadena organizada en secuencias
El breve prologo firmado E.P. senala que los testimonios que reiteran un mismo significante y en esa reiteracion se
fueron recogidos en octubre y noviembre de 1968. Los pre- aglutinan los fragmentas testimoniales: torturas, armamen-
sos politicos le dieron entrevistas a lo largo de los dos anos tos, carcel, delacion, mortandad de ninas, zapatos tirados,
siguientes. La autora parece desprenderse del relata, los batallon Olimpia, helicopteros, busqueda de ausentes, jove-
testimonios son del dolor de los demas: "el eco del grito de nes, apoyo o rechazo, enfrentamiento generacional, vesti-
los que murieron y el grito de los que se quedaron ... el grito menta, entre otros. La sucesion tematica, el cuidado en la
mudo que se atoro en miles de gargantas" (150). articulacion de las historias evidencia el esmerado armada
Los encabezados de los diarios del jueves 3 de octubre median te el collage.
ofrecen la verdad oficial. E. P. inserta un microrrelato en el Loque es ausencia en las imagenes, loque se va rodean-
que toma la palabra y narra la version de los estudiantes y de do con cada relata explota en la pagina 196 cuando una su-
la prensa en apretada sintesis, dando su propia interpreta- cesion coral de voces ahora si anonimas, presentadas par su
cion: "Posiblemente no sepamos nunca emil fue el mecanismo posicion en relacion con el movimiento o con las fuerzas del
interna que desencadenola masacre de Tlatelolco" (170). arden, trae al presente el momento precisa del inicio de la
Entre la historia y el ritual, la lectura de la periodista matanza. De este modo, la literatura completa aquello que
parece marcar ese movimiento pendular. La singularidad de el documenta solo escribe en pasado y que el ojo del fotogra-

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111
fo no pudo o no quiso cubrir. La teatralizaci6n, el recurrir a Notas
técnicas del düilogo dramatico permite acercar loque ame-
naza con escaparse de la memoria: una suerte de caro griego
reactualiza la tragedia. 1
John Reed llevani a su maxima perfeccion esta propuesta en Diez
La historia sigue siendo una serpiente circular, la ser- dias que conmovieron al mundo.
2
Con ironico tono el dirigente del Comité Nacional de Huelga cuen-
piente emplumada. Una historia que se repite coma trage- ta: "Leyendo La presidencia imperial de Enrique Kra uze encontré una
dia desde el triunfo de los aztecas sobre los technoca, la de- larga cita mia que crei tomada de mi relato sobre el Movimiento Estu-
rrota de Moctezuma par Cortés; la traici6n de la revoluci6n diantil del 68, Los dias y los anos , donde se lee lo siguiente: 'Y de aque-
hasta este primaveral 68 donde la vida vuelve a escribirse llas decenas y des pués cientos de miles solo se oian los pasos .. . Pasos,
pasos sobre ...' Enrojeci de vergüenza.lAsi escribia yo? ... Por suerte dudé.
con sangre. Ellugar se convierte en cruel alegoria hist6rica.
Busqué la cita en ellibro de Kra uze y descubri que no hacia referencia a
La frase del soldado a un periodista se repite camo una leta- mi propio relato, Los dias y los anos, sino al de Elena Poniatowska, La
nia: "Son cuerpos, seiior... ". La sangre nos remite a las pri- noche de Tlatelolco . Una vez localizado el parrafo original en mi libro, de
meras paginas firmadas par E.P. "los resortes no eran de donde Elena lo paso al suyo y luego lo tomaron los ayudantes de Kra uze,
alambre sino de sangre; una sangre lenta y espesa que se vi con alivio que no dije nunca 'pasos, pasos, pasos , el montonal, el cho-
rro de mentiras'. Estoy traducido por Poniatowska. Mi escritura es mu-
encharcaba, sangre joven pisoteada en este revent6n de vi- cho mas seca. También es menos simpatica", "Las fuentes de la historia"
das par toda la Plaza de las Tres Culturas" (13). en "La ciencia en la calle" columna de Luis Gonzalez de Alba, en el diario
La Jornada . Después de esta polémica intervencion Poniatowska renun-
cio al Consejo de Redaccion de Nexos y la pagina de Gonzalez de Alba
sobre "La ciencia en la calle" en La Jornada, fue levantada.
3 La produccion lirica ha sido reunida en la antologia de Marco An-

tonio Campo y Miguel Arroche Parra. En cuanto a novel as las mas cono-
cidas son El otono de la revoluciôn de Socrates Campos Lem us, El gran
solitario de Palacio de René Avilés Falba, Los dias y los anos de Luis
Gonzalez de Alba, Con Él de Maria Luisa Mendoza, La Plaza de Luis
Spota. En teatro podemos mencionar Buenos Dias, el drama de Rodolfo
Usigli .
4
En la entrevista realizada por Pedro Orgambide para la revista
Casa de las Américas, Poniatowska no desmiente la aseveracion de que
la cr6nica es un homenaje al hermano muerto duran te la cruenta repre-
si6n de los estudiantes en Tlatelolco.

112 113
7. Cronicas II

Me pregunté qué escribir y con qué escribir


sobre esta gran calera de las entrafias de la tierra.
Nada, nadie . Las voces del temblor de Elena Poniatowska

Las cr6nicas intentan una contrahistoria donde el pro-


tagonista ultimo es el pueblo representado como conjunto
de enunciados. La escritora trabaja como antrop6loga va-
liéndose de los testimonios orales que entrega la historia de
los excluidos de los reportes oficiales, pensada desde las vo-
ces de los subalternos, especialmente de las mujeres, con-
vertida en un espacio fuertemente ideol6gico. 1
El movimiento de la narraci6n produce un protagonista
de la historia vario y heterogéneo: el pueblo mexicano y sus
subalternidades: proletaria, femenina, tercermundista, ét-
nica, marginada, periférica. El lugar de la narradora es el
delletrado solidario que documenta el olvido obligatorio al
que es sometida la cultura mexicana.

El papel del intelectual no es el de situarse un poco de avance o un


poco al margen para decir la muda verdad de todos; es ante todo luchar
contra las formas de poder alli donde éste es a la vez el objeto y el instru-
menta: en el orden del saber, de la verdad, de la conciencia, del discurso.
(Foucault, 1980: 79)

En este orden opera el discurso de Poniatowska: un sa-


ber que se produce como antropologia de lo cercano. La ten-

115
sion entre identidad y alteridad sostiene un mundo narrati- El subtitulo -Las voces del temblor- consigna el movi-
vo que se trama como desafiante de la politica oficial y soli- miento. Voces y temblor son sustantivos comunes, en con-
daria con los entrevistados. Identidad mexicana que recuer- traste con nada y con nadie. Con contundencia Henan el es-
da las enormes imâgenes de los mundos del muralismo mexi- pacio que los pronombres dejan en blanco y lo hacen con
cano, pero que busca registrar los peque:iios gestos, aquellos sonido y furia comolas deidades trâgicas. La escritura es
que se repiten en el mundo social. Alteridad en tanto ins- espacio de mediaci6n de las voces que, junto con el terremo-
cripci6n de los excluidos, representados como subalternos to pertenecen a otro orden, el de la naturaleza. Amenazan la
desde la enunciaci6n. fijeza y contenci6n de la letra: "l,Dejarian que su escritura
La historia de las mujeres, al igual que la de los grupos fu era sacudida también? l,Es posible que las fr ases estallen
subalternos, logr6 refugiarse en espacios alternativos, que y estallen las imâgenes y qui enes las es cri ben también ?"
eligen los tonos menores, aquellos que tienen que ver con el (Poniatowska, 1992: 310).
continente de la voz y el mundo de lo privado. La escritura La escritura y el temblor parecieran enfrentarse: elli-
masculina construye su linaje en la letra. La femenina selo bro es ellugar en el que, desde la calma posterior, se recons-
imagina en el espacio de la voz y del cuerpo. Dentro de este truye la memoria de la tragedia. El narrador es el compila-
discurso la escritura de Poniatowska se distingue por una dar de las historias: "Todo el mundo me conta su temblor",
reformulaci6n de la historia desde un espacio ideol6gicamen- dice una de las protagonistas. De eso se trata: de inscribir
te marcado. Su palabra se instala en el espacio publico si las palabras de otros. Frente a la proliferaci6n significativa
bien en diâlogo con el privado. La suya es una narrativa del titulo, la fotografia del muerto en andas con sus pies
politicamente explicita en loque se refiere al género y a la desnudos fija un sentido. La imagen tiene un valor docu-
clase; al mismo tiempo, un trabajo de ruptura con los limi- mentai, construye el referente del texto: la inmovilidad de
tes entre las prâcticas discursivas. la muerte llevada en andas. 2
El titulo de la cr6nica, Nada, nadie. Las voces del tem- La problemâtica del sujeto autor se plantea desde la
blor, desdoblado en dos frases, actua como caja de resonan- dedicatoria. Nos encontramos con una de los parejas tex-
cia de la significaci6n dellibro. El primer enunciado remite tuales: periodistas/damnificados. Este binomio complemen-
a la anonimia e invisibilidad de los informantes, metafori- tario estructura la producci6n del texto que se produce en-
zando su condici6n de oprimidos. La frase se repite a lo lar- tre los que preguntan y los que responden. Hay una firma
go de la primera parte del libro. Esta negaci6n opera como de Au tor con mayuscula, la de Poniatowska, la dellibro que
la primera afirmaci6n del texto, la de la existencia de los otorga unicidad a la multiplicidad de firmas diseminadas e
olvidados. Los pronombres indeterminados Nada y nadie se internas al texto. Son los nombres citados como "grupo de
refuerzan mutuamente y connotan la casi destrucci6n del autores" los que contrastan con el nadie del titulo. Alo largo
referente. La aliteraci6n, interrumpida solamente por las de todo el discurso se conservan difusas fronteras entre la
ultimas vocales, remeda la cadencia de la oralidad. La ne- Autora y los autores que ofician como fantasmales dispara-
gaci6n de persona (nadie) y de cosa total (nada) inscriben
restos de presencias.

116
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dores de los monodialogos de los damnificados, que son los los registras: el iconografico, el auditivo, el signico. Las ima-
narradores. genes elegidas impactan en el usa del blanco y negro, des-
De todos modos la flexion autora/autores subvierte la piadado camo evidencia, sin profundidad alguna. Todas las3
construccion narrativa tradicional de la cronica periodisti- composiciones tienen un contenido unitario: la destruccion.
ca. La introduccion del plural se hace de un modo diferente El texto conjuga sentidos diferentes, a pela a la vista y al
al de La noche de Tlatelolco. "Autores" son "quienes han es- oido. La repeticion es la figura clave tanta en la historia
crita textos" (en plural), textos que, a su vez, pertenecen a camo en el discurso. La prosa adquiere un ritmo reforzado
los autores de los enunciados que son "los que hablan". Li- par las aliteraciones y el empleo de formulas dellenguaje
bro armada con retazos cuyas junturas son difusas. Coma popular. Las palabras nada y nadie marcan el ritmo de la
cuando cicatrizan las suturas, los restas de la escritura se pros a:
convierten en huellas de las voces: las nibricas internas se
dispersan sin demasiadas aclaraciones. No quedo nadita (21).
Autora/autores sin voz. Ausencia que se nombra en la
No es nada m'hijo, no es nada (23) .
simulacion de la presencia plena de la voz del otro, la voz
que responde a la pregunta elidida par la escritura. Son los Nada, hombre, no quiero nada (33).
autores los que no tienen voz. Las voces son de los otros: del
temblor, de los golpes de los edificios, del sonido de la tierra, Como si nada, sefto, como si nada (42).
del afuera del papel. El dinero es para los damnificados; el
libro es para los lectores que deben conocer el temblor de Pinche gobierno, no sirve pa'nada (45).
todos los mexicanos, libro para contar el temblor camo feno-
mena social mas que natural. -l,Quién anda ahi?
Distintos discursos se entretejen en la superficie fractu- -Nadie, soy yo.
-Ya no tengo nada (48).
rada del texto, rota al igual que la de la tierra. La escritura
apela a formaciones discursivas diferentes, inclusive inten- -Ya no tengo a nadie .
ta salvar el limite de la linealidad de la escritura. El texto -Yo ya no soy nadie (51).
incluye testimonios orales, documentas, düilogos, fotogra-
fias. La reproduccion del efecto de oralidad de los monodia- - Yo ya no soy yo .
logos se entremezcla con la inscripcion fija de los titulares -Aqui nadie se ha volado nada (52) .
de periodicos, discursos oficiales, cronologias.
l,Y ahora qué?, l,qué es loque me espera? Nada (58).
Las palabras se refuerzan con las imagenes distribui-
das en dos grupos a lo largo dellibro. La fotografia actua
No, si no pasa nada (64).
camo documenta que certifica los sucesos, apresa el puro
presente con la afirmacion de una verdad total de la que No me qued6 nadie (71) .
excluye cualquier ambigüedad. Se trata de emplear todos

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-Me quedé sin nada y sin nadie sefiito (80). En el orden del discurso, las construcciones y el empleo
de la coordinaci6n producen un efecto de letania. En el or-
-(,A quién espera? den de la historia, la informaci6n repetida una y otra vez
-Yo, a nadie (83).
acumula imagenes de cuerpos vivos y muertos. Cuando se
deja de respetar el orden cronol6gico el espacio se tornade-
-;,Quién vina?
-Nadie (90). terminante. La geografia urbana fragmentada y lacerante
se particulariza: el edificio de Tehuantepec 12, los hoteles
Las negaciones refuerzan h idea de la pérdida al mismo de Avenida Juarez, el Hospital General, la fabrica de San
tiempo que la del anonimato; la ausencia del nombre pro- Antonio Abad. Los edificios destruidos son las ruinas de ciu-
pio, su borradura insiste en la falta de posesiones de todo dad en escombros. Ruidos, crujidos, golpes, sonidos, voces
ti po. Las dos negaciones fundamentales estan ligadas: la ne- de la metr6polis atrapada y sacrificada. México en la cruz
gaci6n del nombre propio y la negaci6n de la propiedad. Al muestra la codificaci6n religiosa de la cr6nica. El relato se
pronombre "quién" contesta el silencio o la negaci6n. Las llena de cruces que insisten en la repetici6n:
repeticiones apoyan el tono ritual del texto, imitando los re-
.. .la red viallo atrapa toda, es la x de México la que rayan una y otra vez
cursos ret6ricos de los discursos orales a través de citas di- en un crucigrama gigantesco de 18 millones (nacen 560 mil capitalinos
rectas de dialogos. por afio), cruz, cruz, cruz, la misma que Cristo cargo en su camino a la
El discurso se estremece entre el ritual y la historia. En cruz. (16)
la medida en que el hecho unico del terremoto se enhebra en
una serie aparecen los mismos significantes. Este gesto pro- En cada espacio se entrecruzan los relatos épicos de los
vee de una estructura mitica a la historia, con un aura de protagonistas cuyas historias de vida se convierten en his-
fatalidad. Dominados y dominadores usan diferentes mas- torias de destrucci6n y muerte. El centro es Tlatelolco, cen-
caras: indios y conquistadores, revolucionarios y porfiristas, tro hist6rico y centro simb61ico de los mexicanos, alegoria
estudiantes y policias, pueblo y gobierno. El terremoto como de la historia nacional tramada como tragedia ciclica. La
catastrofe exhibe la decadencia del poder politico y la emer- Plaza de las Tres Culturas es la plaza de los sacrificios azte-
gencia de la sociedad civil. Frente a la inmovilidad corrupta cas, la plaza de la matanza espafi.ola, la plaza tumba del 68
del gobierno surgela respuesta solidaria de la gente. con sus paredes nuevamente manchadas de sangre.
El monodialogo, caracteristico de la historia oral cum-
Y la ciudad se divide: gente que lo sabe que no lo sabe ... gente que, ple con la funci6n de alejar la figura del entrevistador y re-
a toda prisa, desaloja las aulas porque la escuela se derrumba, gente que duce su presencia a un nombre permitiendo que crezca el
termina su ejercicio matutino y se apresta a la ducha. Parques y jardi-
nes quedan vacîos. Y gente que enfrenta la tragedia: que remueve es-
narrador protagonista cuya palabra reproduce la historia
cambras, que rescata cuerpos sin vida, que salva existencias, que con de otros narradores protagonistas, variando permanente-
trapos, franelas desvia el transita de las zonas daiiadas, gente que lucha mente de posici6n en el enunciado. Respuesta a un interlo-
dentro de las llamas. (15) cutor fantasma, que la registra en el pa pel, un espacio inexis-
tente en el presente del enunciado.

120 121
Los autores se ausentan otorgando el maxima grado de La solidaridad es el unico camino para restaurar el sen-
autonomfa a los narradores. En la historia urgente entre tido de comunidad y superar la fragmentaci6n. La ganancia
narrador y periodista hay un minima de distancia, ambos esta en la restituci6n de los lazos perdidos en las fauces de
comparten la experiencia. La historia oral "es el libro del la modernizaci6n salvaje, donde lo urbano se ha tornado se-
puebla que uno esta ayudando a escribir, no un libro propio" gunda naturaleza marginando a los seres humanos. Solo el
(Fraser). Nada Nadie responde al mismo gesto. El Autor im- amor, el reconocimiento de la condici6n humana del otro,
pone el arden desde fuera, lo controla todo desde el silencio. permite encontrar un sentido a la historia, dar un rostro y
una vida a las voces. La idea de la soledad no es nueva den-
Hablaba con toda el munda. Ni siquiera sabia. No preguntaba si tro de la cultura mexicana. Para la periodista, la salvaci6n
querian hablar, nada, nada. No buscaba a nadie ni les decia que era exige el encuentro con el otro. La falta de reacci6n guberna-
periodista, no, nada. Llegaba yo, que qué paso, que qué les hace falta. mental frente al temblor es una prueba del aislamiento na-
Uno decia que tenia mucha hambre, entances ibamos par una torta, mi en-
tras platicabamos. Y toda era asi... Con los intelectuales a veces es mu- cionalista.
cha mas dificil, o con artistas . Pero con la gente nunca ha sida dificil, en El discurso adquiere un gesto costumbrista al intentar
los mercados, en donde sea. (Steele:1989, 103) documentar los tipos sociales. Los sujetos se constituyen en
personajes camo colectivos determinados por el oficio: los
No solamente emplea la palabra sino también el silen- artistas, los intelectuales, los panaderos, las costureras, los
cio jugando con la ausencia. El contrapunto entre lo que se ingenieras, las amas de casa, los médicos, las enfermeras.
dice y lo que se calla es uno de los recursos. Hay solidaridad Todos ellos en oposici6n a otro colectivo, "los que mandan",
entre entrevistadores y entrevistados y una selecci6n de los representado por enunciados ret6ricos propios de la orato-
testimonios -solamente uno de los protagonistas impugna ria o comunicados autoritarios de tipo militar.
el sentido que el autor otorga a la cr6nica. La memoria co- Un texto puede llegar al silencio total al trabaj ar la
lectiva se expresa en memorias individuales y los enuncia- muerte, aquello que no puede sostenerse mucha tiempo es
dos forman un coro de voces entrelazadas en el punta vir- ellfmite con el horror, las palabras bordean el melodrama,
tual de la lectura. el tano tragico invade la historia. Escribir el dolor y la muerte
El temblor no solo muestra la destrucci6n y muerte sino en el discurso lleva allfmite a la palabra, es camo si ya no
que denuncia la explotaci6n de seres que trabajan y viven hubiera otra cosa que silencio. Poniatowska busca conmo-
en condiciones infrahumanas. Las mujeres son las vfctimas ver y apela a la procacidad de la realidad, a la impudicia de
mas frecuentes y las herofnas silenciadas. En especial las la muerte. El efecto del discurso es lo siniestro en el que lo
obreras hacinadas en las fabricas de costuras. Poniatowska familiar se ha vuelto temible. En las fotos arrojadas en la
construye un espacio femenino homogéneo marcado por la calle esta registrado lo que se ha roto, se ha dispersado para
solidaridad que anula todas las diferencias de clase. Tanta siempre, la fragmentaci6n de lo real.
las sefioras de las Lomas de Chapultepec comolas épicas El discurso polftico subyacente tiene una intenci6n acu-
mujeres que lo han perdido todo se unen frente a la adversi- sadora clara. Los culpables son quienes traicionaron la re-
dad. La escritora plantea una armonia imposible. voluci6n, aquellos que se esconden: los dirigentes. Poniatows-

122 123
ka cul pa a la clase politica mexicana del desastre social. Por Notas
ello apenas les da voz, el coro los acusa y ellos contestan con
la retorica controlada y artificiosa de la escritura. En cam- 1
"La historia oral es, en mi opinion, tan solo un método para escri-
bio, la autora, firma dentro del libro, se inscribe como la bir la historia del pueblo; un método y también una manifestacion de lo
intelectual que se hace cargo del otro, otorgando un Sentido que podemos esperar: ofr las voces de los hist6ricamente inarticulados"
a este texto sobre nadas y nadies: "si el otro existe, yo existo, (Fraser, 24).
2
porque si el otro vive, yo vivo" (49). "Diriase que la Fotografia lleva siempre su referente consigo, es-
La cronica se presenta como verdad, emplea el sistema tando ambos marcados por la misma inmovilidad amorosa o funebre, en
el seno mismo del mundo en movimiento, estân pegados el uno al otro"(
de autorizacion de la ciudad letrada, pero al mismo tiempo Barthes: 1992, 33 ).
la convencion solo funciona si se respeta el contrato que su- 3
En la fotografia el objeto habla . "En el fondo la fotografia es sub-
pane aceptar la verdad de las palabras. Elletrado prestigia- versiva no cuando asusta, trastorna o incluso estigmatiza, sino cuando
do por la academia traduce a los informantes facilitando asf es pensativa, es el encuentro con lo real en su expresion infatigable" (Bar-
thes: 1992, 81).
la posterior circulacion del texto. La escritura testimonial
es un espacio tenso en el que narradores y narrados desde
posiciones desiguales negocian un relato. Se renuncia al
impulsa a totalizar y se lo hace solo por medio de la frag-
mentacion que permite la construccion de la heterogenei-
dad. El control de la voz autorial estâ elidido.
Negacion de la letra como letra, construccion de la letra
como secundaria, afirmacion de la realidad del referente,
elogio de la materialidad del sonido, el texto se presenta como
verdad aunque advirtamos su parcialidad porque todos los
testimonios estân dirigidos a una demostracion. La escritu-
ra se presenta como oralidad aunque atisbemos las fantas-
males presencias del equipo de investigadores.
El texto nos atrapa con las voces que estân ahf para re-
forzar lo real; el sonido parece eludir la fijeza de las pala-
bras y luchar denodadamente para que el lector, envuelto
en cuerpos y escombros, aturdido por las imâgenes acepte el
sentido, adhiriendo a él. Lo que sostiene toda esta tension
es la Letra. La que, disfrazada, se hace cargo de las voces
del temblor.

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Indice

1. Un catâlogo de angeles mexicanos ... 11

2. Retrato de familia ... 21


3. Retrato de Mexicana .. . 41
4. Retrato de artista I ... 59
5. Retrato de artista II ... 75
6. Cr6nicas I ... 91
7. Cr6nicas II ... 115

Bibliografia ... 127

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