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SALUD MENTAL

Conceptualización y abordaje integral


Versión 1.0
Medellín, Colombia
2021

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Equipo de trabajo
Equipo base
Catalina González García
David Esteban Builes Morales
Diana Fernández Osorio
Diana Marcela Cardona Múnera
Fany Andrea Pérez Restrepo
Juan Pablo Estrada Hernández
Liliana María Patiño Restrepo
Luisa Fernanda Urazán González
Natalia Tangarife Tobón
Paola de la Cuesta Mejía

Equipo ampliado
Ana María Ortiz Correa
Cesar Cardona Quintero
Estefanía Gómez Arias
Gema Cecilia Uribe Vélez
Iván Ignacio Zuluaga Latorre
Liliana María Arboleda Arango
Luz Marina Velásquez Vallejo
María Claudia Burbano Orozco
Pablo Fernando Otero Ramón

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Contenido

Prólogo
La importancia de la salud mental
Como gestores de tendencias y riesgos, en el mundo de las capacidades
Salud mental, una apuesta de Compañía
Cómo entendemos la salud mental en SURA
Abordaje integral de Salud Mental SURA
El ser humano, punto de partida y llegada
Enfoques
Ejes temáticos
Factores protectores, de riesgo, determinantes
Componentes
Áreas de gestión
Programas, acciones y herramientas
Propuesta de indicadores de gestión, resultado e impacto
Mapeo de actores
Desafíos
Anexos
Glosario
Bibliografía

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Prólogo
La salud mental nos pasa por el cuerpo. Pasa en nuestra cotidianidad, en las decisiones
que tomamos al despertar en la mañana, al elegir la ropa que usaremos en el día, al
llegar a una reunión de trabajo que es retadora, al compartir una comida con alguien
que amamos, al irnos a dormir. Nos atraviesa de punta a punta y, aun así, sentimos que
es algo alejado de nosotros, de nuestra realidad.

Esta propuesta busca aproximarse a la salud mental desde una mirada compasiva y
humana, reconociendo las diferencias, la pluralidad de voces: seres, saberes y haceres
para hacer frente a los desafíos que implica acompañar a las personas en su día a día,
en su familia, lugar de trabajo, con sus amigos, en su estar a solas.

Esperamos que este documento genere mayor conciencia de la importancia de este


tema en nuestras conversaciones y acciones cotidianas; naturalizar la salud mental es
uno de nuestros desafíos como personas, como empresa y como sociedad.

Se trata pues de una invitación a tejer nuevas miradas, potenciar saberes diversos,
habilitar preguntas, encontrar oportunidades de desarrollo e implementar prácticas
que nos permita acompañar de manera responsable, ética e integral el bienestar de las
personas y la competitividad de las empresas.

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La importancia de la salud mental
Como gestores de tendencias y riesgos, en el mundo de las capacidades
“A las cosas hay que manejarlas como a cosas
y a las personas hay que tratarlas como personas:
de este modo, las cosas nos ayudarán en muchos aspectos
y las personas en lo fundamental,
que ninguna cosa puede suplir,
el de ser humanos”.

Fernando Savater

En SURA somos gestores de tendencias y riesgos, desde allí tenemos el desafío de


observar, anticipar, gestionar y resolver los desafíos que el mundo nos plantea. Desde
nuestro rol nos hemos propuesto recorrer el camino para desarrollar capacidades que
habiliten el bienestar de las personas, los colectivos, y la competitividad sostenible de
instituciones y empresas.

Trazar la mirada sobre el desarrollo de capacidades es una invitación constante a


revisar aquellos temas que son transversales, tanto para personas como para las
empresas, de ahí la importancia en trabajar la salud mental como un eje fundamental
en la consecución de mejores condiciones de vida para la sociedad.

La salud mental es pues relevante en la estrategia de nuestra organización, ya que nos


permite abordar un asunto que está en la agenda del mundo, como un asunto
prioritario y, asimismo, involucrarnos en la cotidianidad de las personas, pues ésta
permite al ser humano ser, sentir, pensar, actuar y converger en esas decisiones que
mejoren el bienestar y el cuidado de su propia vida.

Al ser un tema que pasa por la integralidad del ser humano, no podemos desconocer
que en la salud mental habitan cuestiones relacionadas con las formas de vivir y de
hacer, los procesos de toma de decisiones y el fortalecimiento de la libertad y la
autonomía, los mecanismos y modos de movernos en un contexto, en el mundo, las
conexiones que hacemos con otros, de manera presencial o virtual, los lugares que nos
rodean, los espacios que habitamos; en fin, pasa por todo lo que somos y hacemos
como Compañía.

La reciente coyuntura no sólo ha acelerado dinámicas en el mundo del trabajo, de la


educación, del cómo vivimos en sociedad, también ha permitido visibilizar situaciones,
algunas problemáticas, que estaban ocultas, indiferentes a la mirada de tomadores de
decisiones, de gobiernos y empresas. La salud mental se ha configurado, en el último
año, como uno de esos temas que ha emergido con mayor fuerza o, tal vez, urgencia.

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El llamado que hoy nos hace el mundo es la posibilidad también de redescubrir la salud
mental, desde una aproximación que permita anticiparnos, prevenir y estar cuando las
cosas suceden, pero también una mirada en positivo que respeta las particularidades
de cada ser humano, su cultura, los entornos donde confluye e influye; un sentido del
bienestar que contribuya a la transformación de la sociedad.

Encaminar esfuerzos para trabajar en salud mental es abrir un mundo de posibilidades


desde la gestión de tendencias y riesgos. Sabemos del impacto, individual y colectivo
que tiene el tema, también que la materialización de los riesgos que se desprenden de
allí tienen grandes consecuencias económicas, sociales y culturales en la sociedad y
que encontrar soluciones para mitigar estas vulnerabilidades es todo un reto, pues es
un tema multidimensional, complejo, dinámico y que exige la comprensión de
fenómenos que hoy pueden estar fuera de nuestro conocimiento. El desafío no es
menor.

También sabemos que la salud mental es un tema relevante para las empresas y su
gestión del talento humano, pues incide directamente en la productividad y
competitividad del negocio, en la estrategia de desarrollo y bienestar de sus
colaboradores, en la fidelización del talento y en las relaciones que crea y construye la
empresa con sus distintos grupos de interés.

Hoy, las dinámicas de mercado, la flexibilización del trabajo, las exigencias del
consumidor responsable, entre otros, ponen la mirada en las empresas y exigen
prácticas no sólo sostenibles en la producción de bienes y servicios, también en sus
relaciones laborales y en el cómo se configuran en entornos laborales saludables para
las personas.

Que las personas quieran llegar y quedarse con nosotros pasa por entender
comprensivamente este tema pues está latente en la urgencia, las incertidumbres, los
planes de trabajo, la estrategia de las organizaciones, y en el propósito humano de
existir y tener una vida bien vivida. De ahí que esta propuesta conceptual sea una forma
de repensar lo que hacemos y cómo lo hacemos, una forma de crecer, anticiparnos y
responder al entorno con agilidad, pertinencia y responsabilidad.

Este nuevo espectro conversacional en torno a la salud mental nos permitirá


aproximarnos cada vez más a las propósitos y necesidades de las personas y
empresas, construir apuestas de gestión y financiación de riesgos integrales y
diferenciales para nuestros clientes, así como desarrollar prácticas responsables que
contribuyan al desarrollo social, pues en última instancia, cuando hablamos de salud
mental, estamos hablando de un asunto donde convergen todos los sectores:
personas, empresa, sociedad; estamos hablando de algo que nos pasa como sociedad.

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Salud mental, una apuesta de Compañía
Cómo entendemos la salud mental en SURA
“Llamamos salud a algo complejo y confuso, a uno de esos conceptos que
la humanidad ha querido dejar en el terreno de la vaguedad para que cada
cual lo precise a su manera”
Henri Bergson

Hemos recorrido un camino que inicia desde la resignificación de la salud al interior de


la Compañía, así nuestro punto de partida ha sido la conceptualización que se ha
realizado alrededor de la capacidad de salud, como aquella metacapacidad que habilita
el vivir y el desarrollarse en libertad, como ese conjunto de condiciones físicas,
mentales, emocionales y sociales que permite al individuo ser, hacer y estar en el
mundo desde todas sus dimensiones para vivir en colectivo.

La salud como una capacidad multidimensional, atributo que se construye y se


fortalece con el ejercicio de la libertad, la autonomía y la consciencia en el ser humano.
Desde allí entendemos nuestro rol de potenciar todos aquellos elementos y
condiciones intelectuales, estructurales y de relación con el otro que faciliten a las
personas construir su vida en el marco de las oportunidades ofrecidas en la sociedad,
en última instancia elegir la vida que resulta valioso vivir.

Resignificar la salud pasa por entender que el bienestar es el estado que cada individuo
construye a partir de la realización sistemática de sus necesidades, dimensiones y la
certidumbre sobre las capacidades futuras para resolver los desafíos de la vida diaria.
De allí la importancia en habilitar nuevas capacidades en las personas que les
permitan, en un nuevo entorno, potenciar su desarrollo, vivir con libertad, crear,
transformar, vivir con propósito o, a través de la excelencia, la cual “no es un acto, sino
un hábito”, en palabras de Aristóteles.

Este redescubrir la salud en términos positivos es un desafío que como organización


hemos venido recorriendo, entendiendo esas necesidades humanas desde dos
perspectivas: la carencia y la potencia, punto de partida para construir un amplio
espectro de alternativas.

Libertad implica hacernos las siguientes preguntas: ¿qué es capaz de hacer y de ser
cada persona? y ¿qué oportunidades tiene para lograrlo?, en alusión Amartya Sen y
Martha Nussbaum, creadores del enfoque de capacidades. Desde allí la capacidad de
salud propone el desarrollo de la salud como libertad y habilidad social, entendiendo
que existe una gran diferencia entre: aquellas acciones que promueven la salud y
aquellas que promueven capacidades en materia de salud, pues la segunda respeta
precisamente la elección de estilo de vida de la persona. Esta aproximación permite
visibilizar la relevancia de hablar de salud mental y su papel como elemento de
convergencia con los otros campos de desarrollo en la capacidad de salud.

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Ilustración 1. Gráfico de la capacidad de salud, SURA

La importancia de este acercamiento diferencial de la salud, en positivo, y de la


relevancia de la salud mental para el desarrollo y el bienestar de las personas, favoreció
la construcción de escenarios para tejer respuestas alrededor de preguntas como:
¿qué es salud mental?, ¿qué elementos la integran?, ¿por qué es importante abordarla
desde nuestra Compañía?, ¿cómo la vamos a entender?, ¿cómo construir un
entendimiento único donde todos los aspectos relevantes estén integrados?, ¿qué tan
importante es su entendimiento dentro del abordaje de la salud como capacidad?, entre
otros interrogantes que fueron emergiendo a lo largo de esta conceptualización.

La salud mental no es un ideal o una meta por alcanzar, se trata más bien de un proceso
continuado de desarrollo de capacidades, de la identificación de oportunidades y la
participación en la vida de una comunidad.

Históricamente, el ser humano ha asumido la salud mental como algo que viene de
afuera, un concepto del que se desconoce su real significado, su importancia en la vida
diaria, de ahí que para nosotros en SURA la salud mental integre las capacidades
individuales y colectivas para disfrutar la vida y asumir los desafíos de la
cotidianidad, favoreciendo una vida con sentido.

Quisiéramos resaltar varios asuntos relevantes en este entendimiento:

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Primero, que la salud mental es un proceso integrativo, dinámico e interdependiente
donde converge el ser humano en su integralidad y se materializan fenómenos
sociales, culturales, políticos y económicos.

Segundo, que la salud mental involucra el desarrollo de capacidades, así, en plural.


Entendiendo que ella misma no es una capacidad, sino que es el conjunto de
capacidades como la libertad, la toma de decisiones, la afiliación con otros, la
autodeterminación, entre otras.

Tercero, que la salud mental no son capacidades que solo se desarrollen en el plano
individual, también involucra lo colectivo, desde un punto de partida fundamental: la
salud es un asunto social. De allí que los grupos (familias, comunidades, empresas,
etc.) también generen y construyan capacidades colectivas para responder a estos
desafíos.

Cuarto, la importancia del equilibrio entre el disfrute de la vida y afrontar sus desafíos,
haciendo marcado énfasis en que esto ocurre en la cotidianidad, que no está alejado
de nuestras vidas, por el contrario que es natural a nosotros. Resaltamos este punto,
de la normalización, naturalización y cotidianidad de la salud mental, pues es un
desafío eliminar los tabúes, prejuicios y sesgos que existe alrededor de ella.

Quinto, resaltamos el favorecimiento de una vida con sentido, aquí como Compañía no
entregaremos fórmulas o recetas sobre el cómo se debe vivir, o qué es una vida con
sentido. Esto es derecho y responsabilidad de cada ser humano, el cómo llenar de
contenido y significado esa cuestión ética, moral y humana. Nuestro rol será entonces
acompañar la libertad de decisión de cada persona.

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Abordaje integral en Salud Mental
Esta propuesta conceptual se desarrolla a través de varios elementos estructurales
que nos permitirán tener una mirada más comprensiva del ser humano, en relación con
la salud mental, los riesgos y factores (biológicos, psicosociales, ambientales) que
versan sobre el ejercicio, desarrollo y disfrute de la salud mental de las personas y
colectivos y, asimismo, una mirada más comprensiva de aquellos territorios temáticos
sobre los que queremos incidir positivamente en la vida de las personas. En esa línea,
esta propuesta conceptual se presentará por niveles, descripción de interacciones
entre los niveles o en su interior y la identificación de los actores que se involucran en
esas interacciones.

Es importante destacar que cada uno de estos niveles parte de unos atributos o
principios:
▪ Ningún nivel está fragmentado o desconectado del otro. Es una propuesta
interdependiente e interconectada entre sí.
▪ Los niveles estás concebidos para facilitar la visualización de un espectro de
luz y la sombra, es decir, visualizar aquellos elementos positivos a promover en
la salud mental de las personas; pero también evidenciando las problemáticas
cuando los riesgos se materializan.
▪ Las apuestas aquí plasmadas son sistémicas y dinámicas, pues se van
transformando en la medida que el mundo y las personas lo hacen, exigiendo
hacer procesos de observación de manera permanente y continua.

En el primer nivel, encontraremos nuestro punto de partida y llegada, el ser humano en


su integralidad; allí traeremos a la conversación el desarrollo que ha hecho la Compañía
sobre este concepto y una profundización en cada uno de los entornos.

En el segundo nivel, están los enfoques como aquellas herramientas caleidoscópicas,


lentes diversos, que nos permitirán observar, indagar y habilitar nuevas formas de
entender, de preguntar y aproximarnos al ser humano en relación con su salud mental.
En este punto, entregaremos una propuesta de enfoques, sus definiciones para la
Compañía y la importancia de emplear estos lentes para el diseño de programas y
herramientas más efectivos, eficientes y de mayor impacto.

En el tercer nivel, se presentan las apuestas o ejes temáticos. Los ejes temáticos son
aquellos fenómenos (temas) relacionados a la salud mental que hoy tienen mayor
prevalencia en las agendas públicas, nacionales e internacionales, para el desarrollo
de ésta; se presentará también aquellos factores protectores y de riesgo.

Proponemos que estos temas sean nuestros territorios conversacionales y


programáticos como organización, donde podamos generar conocimiento teórico y
aplicado, diferenciación en la atención a nuestros clientes, e incidencia y
reconocimiento en las conversaciones interinstitucionales sobre salud.

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En el cuarto nivel, está lo que hemos llamado componentes que se despliegan del
análisis de factores protectores y de riesgo, constituyéndose en nuestros cómos y/o
formas para movilizar, promover, desarrollar, atender y acompañar la salud mental en
las personas.

Las áreas de gestión corresponden ya a las interacciones mediante las cuales se busca
una propuesta de modelo de atención integral en salud mental y vinculando dos
atributos diferenciales y relevantes: la educación basada en el aprendizaje y el
acompañamiento, como ejes transversales desde la promoción hasta la rehabilitación.
De modo similar, los programas, iniciativas y herramientas describen los accionables
desde la gestión que, de manera concreta, permiten materializar acciones de
intervención. En este punto, y como veremos más adelante, se hace un mapeo general
de lo que hoy tiene la Compañía que podrá potenciarse a la luz de esta propuesta en
salud mental.

Adicionalmente, se encuentran los indicadores de gestión, resultado e impacto, para


describir algunas otras relaciones entre niveles o al interior de estos. Para este caso,
presentaremos una propuesta de batería de indicadores que deberán ser analizados
en su viabilidad, importancia y criticidad para la Compañía y su posterior desarrollo e
implementación.

Por último, y entendido que este abordaje se presenta en un contexto social y que
además exige el desarrollo de capacidades colectivas, se esboza un ejercicio inicial de
mapeo de actores, como un insumo para el desarrollo de ecosistemas en la
organización.

Ilustración 2. Gráfico resumen de los elementos contenidos en esta propuesta conceptual. Construcción propia.

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El ser humano, punto de partida y llegada
“Vivir en el día a día es insuficiente para los seres humanos; necesitamos
trascender, transportarnos, escapar; necesitamos significado,
comprensión y explicación; necesitamos ver patrones generales en
nuestras vidas. Necesitamos esperanza, la sensación de un futuro.
Y necesitamos libertad (o al menos la ilusión de libertad) para ir más allá de
nosotros mismos, ya sea con telescopios y microscopios y nuestra
tecnología en constante crecimiento o en estados mentales que nos
permitan viajar a otros mundos, para trascender nuestro entorno
inmediato. Necesitamos desapegos de este tipo tanto como necesitamos
comprometernos con nuestras propias vidas”.
Oliver Sacks

Ilustración 3. (Título de ilustración)


En SURA concebimos al ser humano de manera integral. Este concepto hace
referencia a una noción de lo humano desde la totalidad de las dimensiones del ser.
Además, implica reconocer a la persona en interconexión con sus entornos.

La noción de un ser biopsicosociotrascendente ha sido apropiada teniendo como


referentes la comprensión de lo humano desde diferentes corrientes y disciplinas,
como lo son la biología, la antropología, la psicología, la sociología, la filosofía, entre
otras.

De manera general la noción de ser biopsicosociotrascendente hace referencia a que


el ser humano es integral y funciona como un todo, es decir, como un sistema
interconectado, dinámico e interdependiente que cuenta con características físicas,
biológicas, psicológicas, emocionales, relacionales y espirituales, las cuales entre sí
están relacionadas para conformar la totalidad del ser humano.

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Es así como desde el punto de vista biológico se hace alusión a las condiciones
orgánicas, fisiológicas, energéticas y físicas.

Este componente del ser es uno de los más estudiados y posiblemente donde la
ciencia y la tecnología ha tenido centrada su mirada, lo cual ha permitido el desarrollo
del funcionamiento óptimo en las condiciones físicas; sin embargo, también se ha
identificado que este componente tiene una estrecha relación con el componente
psicológico, es aquí donde se empieza a superar la postura dualista de cuerpo y alma.
El componente psicológico hace referencia a las condiciones psicológicas, en las
cuales se incluyen los comportamientos, procesos cognitivos y las emociones.

Es importante resaltar que en el componente psicológico no solo se observa el


funcionamiento del procesamiento de la información y las funciones mentales como
la atención, memoria, lenguaje, sino que también incluyen aspectos relacionados con
las maneras o formas en las que respondemos a ciertas situaciones y que esto se
manifiesta a través de comportamientos, los cuales pueden reflejar los intereses,
creencias, prácticas, tanto individuales como colectivas. De igual manera en este
componente se visibilizan las emociones, las cuales hacen parte del desarrollo integral
de las personas, es decir, constituyen un aspecto fundamental de estas, pues al
transitarlas se posibilita la ampliación de las capacidades de las personas mediante las
funciones que cada emoción cumple en los seres humanos.

Adicional a los componentes anteriores, el ser humano también es un ser social, el cual
hace referencia a que, por naturaleza, es gregario o relacional, como bien lo había
planteado Aristóteles, con capacidad de relación y vínculo.

Esta dimensión hace referencia a la capacidad y necesidad del ser humano de vivir en
comunidad, de generar procesos de socialización y el desarrollo de comportamientos
instaurados en las practicas sociales, permitidas, o no, en ciertos contextos.

Adicional, en esta dimensión, se materializa la importancia de los vínculos extendidos


“como un tejido emocional afectivo singularizante que se moviliza entre los sujetos, y
que más parece un flujo, una simpatía, un entramado (sinérgico) de fuerzas que una
fijeza o una línea de filiación o identidad” (Duran, 2015, p. 147). Igualmente, en la
dimensión social la conversación, se convierte en un modo de vivir consigo mismo, con
el otro y el mundo.

Por último, la dimensión trascendente del ser humano, la cual ha sido menos explorada
en la cultura occidental y donde es un desafío hacer tangible esta dimensión,
superando la visión que pueden existir en varias culturas.

Esta dimensión está en relación con la vivencia de la espiritualidad, comprendida como


la conexión que el ser humano tiene consigo mismo y con los otros. Va más allá de las
prácticas religiosas y está relacionado con la búsqueda por el sentido de vida, el
propósito y la búsqueda interna de los objetivos y metas. En esta dimensión se
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identifica las condiciones humanas que tiene que ver con la autorrealización, la
libertad y autodeterminación, donde se integran aspectos cognitivos, afectivos, con
mayores niveles de conciencia y con la apertura solidaria con otras personas.

El aspecto trascendente conecta al individuo con un propósito que es permeado por


los contextos socioculturales. La trascendencia puede abordarse desde diferentes
perspectivas:
▪ La perspectiva espiritual, en la que el ser humano se conecta con un algo
superior que orienta y/o da sentido.
▪ El desarrollo que implica la vida, alcanzar y superar metas.
▪ El impacto de las acciones, más allá del individuo.

Este ser humano, biopsicosociotrascendente, también tiene la capacidad de


preguntarse por sí mismo, es decir, de hacer un proceso de introspección y reflexión
desde la comprensión del ser. A esta disposición se le ha conocido como interioridad.
Esta es la cualidad o la condición de interior. El término suele emplearse para aludir a
aquello que es particular, íntimo y/o secreto de un individuo o de una organización. Hay
una inteligencia asociada a la configuración de este espacio simbólico que posibilita el
desarrollo individual y social.

Los entornos donde confluyen e influyen los seres humanos


Cada individuo de acuerdo con su historia y sus contextos tiene unas motivaciones que
le permiten satisfacer sus necesidades y transitar en diferentes entornos. El individuo
se nutre de sus entornos sociales y éstos, a su vez, se nutren de las personas, a partir
de esa interacción permanente se derivan comportamientos como formas de
relacionarse, responder y satisfacer necesidades.

Es por esto que, adicional a las dimensiones propias del ser, las necesidades se
encuentran en interrelación con los entornos (laboral, social, familiar), los cuales son
escenarios de la vida cotidiana en los cuales los sujetos se desarrollan, donde
constituyen su vida, construyen vínculos y relaciones con la vida social, histórica,
cultural y política de la sociedad a la que pertenecen.

Las actividades que aquí se desarrollan procuran generar entornos saludables,


entendidos estos como aquellos que favorecen el desarrollo humano sostenible y
contribuyen al bienestar individual y colectivo, también pueden ser determinantes de
las condiciones de salud de las personas. En SURA hemos priorizado los siguientes
entornos:

Entorno Familiar
Este entorno está relacionado con la dinámica familiar y las relaciones entre los
miembros de ésta. También se tiene en cuenta el ambiente físico donde se convive
(tipo de vivienda), el hogar (el grupo de individuos que viven bajo un mismo techo),
condiciones exteriores (el ambiente físico y psicosocial inmediatamente exterior a la
casa) que incentivan la salud y el bienestar de un grupo específico de individuos.
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Premisas para el abordaje del entorno familiar:
▪ La tipología de familia es diversa y puede transformarse a través de las
dinámicas sociales y culturales.
▪ Es uno de los componentes fundamentales que están declarados en el modelo
de salud mental de SURA ya que hace parte de los determinantes de salud tanto
en la generación de factores protectores y de riesgo.
▪ Cada integrante de la familia tiene su propia individualidad, en cada uno existen
un sistema de creencias, saberes y formas de habitar el mundo.
▪ El entorno familiar está en interrelación con los entornos sociales y laborales
de las personas, puede contribuir al desarrollo de los otros entornos y se
convierte en un factor clave para la salud de las personas.

Entorno social
En este entorno se hace referencia a las relaciones y vínculos que se establecen con
los otros y con el medio ambiente (amigos, vecinos, compañeros de trabajo y de
estudio, naturaleza, el cuidado de los recursos naturales), que pueden influir en el
comportamiento de las personas con respecto a su salud. En este entorno también se
incluye los recursos comunitarios e institucionales de los que se dispone que
fomentan la salud tales como grupos profesionales, escuelas, colegios, universidades,
grupos religiosos, deportivos, laborales, escenarios dispuestos para la cultura, el arte,
la recreación, el ocio, etc.

Los recursos comunitarios tienen un rol clave en la definición y priorización de los


problemas de salud que deben abordarse, y en la identificación de los recursos
disponibles para ello. Para lograr las intervenciones más efectivas para la promoción
de la salud, es fundamental que estos actores comunitarios coordinen sus acciones y
se basen en las fortalezas de cada uno.

En el entorno social también se incluyen las políticas públicas tales como,


procedimientos y leyes regulatorias (ya sea a nivel internacional, nacional, estatal o
local) que protegen la salud de las comunidades.

Premisas para el abordaje del entorno social:


▪ El entorno social está en interrelación con los entornos familiares y laborales
de las personas, puede contribuir al desarrollo de los otros entornos y se
convierte en uno de los factores que fundamentan la clave para la salud de las
personas.
▪ Las comunidades, grupos sociales y territorios cuentan con prácticas
especificas relacionadas con la salud, lo cual implica reconocerlas y
potenciarlas, como también generar procesos de educación para implantar
nuevas maneras de convivir con otros y con el medio ambiente.
▪ El tejido social es uno de los componentes que se abordará en esta propuesta
conceptual en salud mental SURA, donde se desplegará en mayor detalle.

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Entorno laboral
Este entorno hace alusión a los lugares de trabajo, la dinámica social, las prácticas
organizacionales, las condiciones físicas y ambientales, las demandas cuantitativas y
emocionales, la cultura y el clima organizacional; se incluyen -adicional a este entorno
laboral- los procesos relacionados con la selección, compensación, reconocimiento,
beneficios, la salud y la seguridad en el trabajo, es decir todo lo relacionado con la
gestión del talento humano, los cuales pueden favorecer la transformación de los
comportamientos y actitudes de las personas, por lo tanto, el apoyo del lugar de
trabajo es esencial para la promoción de la salud.

Premisas para el abordaje del entorno laboral:


▪ La interdependencia individuo - sociedad como un sistema indivisible.
▪ En este entorno se reconocen y se abordan los tres entornos: familiar,
laboral y social.
▪ Los comportamientos del individuo en sus entornos son la forma en la que
se busca acceder a los satisfactores de las necesidades.
▪ El bienestar pasa por entender la interacción dinámica y compleja de los
individuos consigo mismo y con otros.
▪ La manera en que está dispuesto el entorno (condiciones de trabajo) tiene
una relación con las posibilidades que el ser humano tiene para encontrar
estados de bienestar.

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Enfoques
“La mente es un espejo flexible, ajústalo, para ver mejor el mundo”.
Amit Ray

En esta propuesta de salud mental se hace necesario el desarrollo y aplicación de


enfoques, como un recurso metodológico, que arrope el concepto de persona y nos
permita hacer énfasis en asuntos relevantes, tal vez aún no vistos, en la relación: ser
humano y salud mental. Los enfoques surgen pues para tener una mirada
multidimensional, con la cual se capten diversidad de formas, ángulos y grados.

Cada uno los enfoques aquí propuestos se complementan entre sí, pues desde su
singularidad aportan elementos importantes para observar: las libertades, la
diversidad, el curso de vida, el territorio, entre otros aspectos, con la profundidad que
inciden en nuestro entendimiento de la salud mental y del ser humano.

En esa medida, proponemos entender los enfoques como sistemas de conceptos


desde los cuales se observan fenómenos de la realidad (tema, cuestión o problema) de
manera continua y específica, a través de un conjunto de objetivos y métodos para
focalizar, analizar, indagar y tomar decisiones.

Enfoque de libertades
Este enfoque considera que las personas son agentes centrales de su propio
desarrollo, en lugar de receptores pasivos de productos y servicios. Desde aquí nos
preguntamos por: ¿qué son realmente capaces de hacer y ser las personas? y ¿qué
oportunidades tienen para lograr esto? (Nussbaum, 2012).

Hacernos estas preguntas es habilitar la mirada sobre la ampliación de las libertades


(capacidades y derechos) que tienen las personas y colectivos y las oportunidades,
materiales e inmateriales, que tienen de elección para vivir una vida con sentido, según
su momento de vida, las características y condiciones poblacionales que los
identifican y los territorios específicos que habitan. Sólo desde allí las personas podrán
alcanzar un bienestar físico, mental y social. En esa línea, este enfoque busca asegurar
la capacidad de elección y autodeterminación que tiene cada individuo.

Este enfoque se suscribe conceptualmente en el desarrollo teórico que han realizado


Amartya Sen (2000) y Martha Nussbaum (2012) en su teoría sobre el desarrollo como
libertad, el desarrollo humano y la teoría de las capacidades, como un recurso
metodológico que permite evaluar y valorar el bienestar y la libertad de una persona,
un grupo o una sociedad, desde la pregunta por cómo se trata a las personas en la
sociedad y qué tan libre, justa e igualitaria logra ser ésta. En SURA nos aproximaremos
a este enfoque desde varias aristas:

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1. Entendiendo al ser humano y su capacidad para elegir y autodeterminarse. En
esa línea, nuestra responsabilidad estará en el cómo habilitar y promover esas
libertades y nuevas oportunidades para su desarrollo.
2. Reconociendo a los sujetos individuales y colectivos como titulares de
derechos, entregando garantías para el goce y ejercicio de estos derechos. En
SURA, pasa por el entendimiento de nuestra responsabilidad en el sector de la
seguridad social y la conexión que existe entre nuestra prestación y el acceso a
derechos como la salud, el trabajo digno y la vida.
3. Habilitando escenarios de participación, educación y desarrollo, donde las
personas puedan adquirir habilidades, competencias y destrezas que le
permita tomar decisiones a consciencia y libremente sobre el sentido de su
vida. Desde allí acompañar, sin prejuicios o sesgos, las decisiones de las
personas en ese ejercicio de consciencia y libertad.

La aplicación de este enfoque nos permite evidenciar asuntos como:


▪ En Colombia, el 80% de personas que tienen alguna enfermedad mental de base
no acceden a empleos dignos, según la Encuesta Nacional de salud mental
realizada en 2015.
▪ Según la Organización Mundial de la salud (OMS), la mayoría de los países en el
mundo tienen legislaciones desactualizadas sobre salud mental y garantía de
derechos.
▪ En la mayoría de los países sólo se invierte el 2 % del total de los recursos de la
salud para atender la salud mental de la población. El gasto anual promedio en
salud mental es de US$ 3 por habitante y en los países de bajos ingresos, US$
0,25, según datos de la OMS.
▪ Existen pocas prácticas y modelos que velen por el cumplimiento de los
derechos humanos en las instituciones de salud mental. Situaciones como
tratos inhumanos, condiciones de vida inadecuada, internación o tratamientos
involuntarios son algunas de las problemáticas más comunes en el mundo.
▪ Desde 2013, en Colombia la salud mental es un derecho fundamental.

Este enfoque nos invita a tener en cuenta algunos asuntos de interés y nos habilita una
serie de preguntas que deberemos tener en cuenta en la materialización de esta
propuesta conceptual al interior de la Compañía. A continuación, se presentan algunos
puntos clave.
▪ Identificar y comprender el marco normativo existente en el país sobre salud
mental, especialmente desde la atención y la no vulneración de derechos.
▪ Definir nuestra responsabilidad y alcance como organización, teniendo en
cuenta la participación en la prestación de salud en el país.
▪ Diseñar procesos y estrategias al interior de la Compañía para asegurar la no
vulneración del derecho a la salud mental de las personas.
▪ Desde las áreas de gestión en salud, integrar la visión habilitadora de libertades
de las personas.
▪ ¿Cómo podríamos fomentar y fortalecer la visión de derechos y libertades de las
personas desde la salud mental?
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▪ ¿Tenemos mapeados los riesgos en derechos humanos, nuestro nivel de
exposición y las medidas de mitigación?
▪ ¿Las personas conocen sus derechos y libertades para el goce y ejercicio de su
salud mental?
▪ ¿Qué mecanismos tienen las personas para hacer uso de esas libertades?

Enfoque de diversidad e inclusión


Este enfoque reconoce e incluye la diversidad de las personas haciendo énfasis en
aquellos grupos poblaciones que requieren un abordaje diferencial como las mujeres,
la población LGTBIQ (para estas dos poblaciones la mirada sobre la construcción del
género y las preferencias sexuales diversas será un punto importante a abordar), las
poblaciones étnicas (indígenas, afrodescendientes, Rrom y palenqueros), las personas
en situación de discapacidad, las personas en situación migrante y aquellas afectadas
por la violencia del conflicto armado en Colombia.

Esta mirada busca promover acciones afirmativas que reduzcan o eliminen cualquier
tipo de desigualdad social, cultural y/o económica, prejuicios o prácticas
discriminatorios en estos grupos poblacionales.

Es importante mencionar que este enfoque tiene en cuenta no solo la inclusión como
práctica que se desarrolla en escenarios concretos que transformen los imaginarios
sociales, estableciendo acciones acordes a las necesidades de estas poblaciones,
sino también desde el reconocimiento a la diferencia, partiendo de una visión de
igualdad y equidad.

En el caso de las mujeres, es importante mencionar que el género es una construcción


social determinado por los roles, valoraciones, estereotipos e imaginarios asociados a
lo masculino y lo femenino. Desde allí se desprenden relaciones de poder que
exacerban prácticas discriminatorias y de desigualdad que tienen impactos
individuales y colectivos.

Asimismo, la población LGTBIQ, con orientación y preferencia sexual diversa, en su


proceso de exploración, sufren prácticas estigmatizantes, discriminatorias y de
violencia. Lo anterior resalta la necesidad de que en la atención en salud mental se
reconozcan las identidades de género y las orientaciones sexuales, como también los
roles de género desde una perspectiva de igualdad.

Por otro lado, reconocemos que Colombia es un territorio multicultural, estableciendo


que en el país coexisten múltiples grupos y pueblos étnicos con igual número de
manifestaciones culturales. El reconocimiento de esta realidad nos invita a entender
las relaciones que existen entre dicha diversidad o también llamado, interculturalidad,
especialmente en el ámbito del bienestar donde se desprenden distintos saberes y
prácticas -ancestrales y occidentales- para fortalecer nuestra mirada del cuidado y la
salud.

19
Con respecto a las personas en situación de discapacidad es importante resaltar lo que
ha declarado la Convención de Naciones Unidas para este asunto, entendiendo que

“la discapacidad es una situación provocada en la interacción entre las personas, sus
características, el medio físico y social no habilitado para la diversidad propia de la
naturaleza humana. Por ello, la discapacidad, ya no se define como una cuestión de
salud o de rehabilitación, sino de Derechos Humanos” (ONU, 2008).

Así pues, la discapacidad no puede ser entendida como una enfermedad, es una
situación relacional donde una persona presenta restricciones en su participación
plena y activa en la sociedad por alguna condición; es una situación que puede
desaparecer si se eliminan las barreras sociales y culturales del entorno.

En Colombia, las víctimas del conflicto armado son un grupo poblacional reconocido
por ley nacional, que cuentan con medidas diferenciales de atención,
acompañamiento y restitución de derechos; según el Registro Único de Víctimas (RUV)
en el país existen más de ocho millones de víctimas, de los cuales dos millones
aproximadamente son niños y niñas. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), en
Colombia la presencia de síntomas emocionales y trastornos mentales entre las
víctimas del conflicto es bastante alta (Citado por Cudris y Barrios, 2018, p. 79).

Visibilizar la importancia de estas particularidades, individuales y colectivas,


considerando su situación y su contexto, es relevante para un abordaje integral en
salud mental. En esa línea, la aplicación de este enfoque nos permite evidenciar
asuntos como:
▪ En Colombia el mayor riesgo de depresión, ansiedad y comportamiento suicida
lo presentan las mujeres
▪ Se ha identificado que hasta un 63% de la población que es víctima del conflicto
armado presenta algún tipo de sintomatología clínica significativa y hasta el
33% cumple con los criterios para el diagnóstico de un trastorno mental.
▪ La población LGTBIQ tienen mayor prevalencia a sufrir actos de discriminación
y estigmatización; factores de riesgo para depresión, ansiedad, consumo de
sustancias psicoactivas y comportamiento suicida (Ortiz-Hernández y García,
2005).

Este enfoque nos invita a tener en cuenta algunos asuntos de interés y nos habilita una
serie de preguntas que deberemos tener en cuenta en la materialización de esta
propuesta conceptual al interior de la Compañía. A continuación, se presentan algunos
puntos clave:
▪ El género es una construcción social, desde ahí deben ser incluidas todas las
formas identitarias que crean las personas respondiendo a sus necesidades,
características y preferencias.
▪ Las mujeres al ser un grupo poblacional mayoritario, pero excluido, requiere
aproximaciones distintas a su salud mental; especialmente por los diversos
estereotipos de género que existen alrededor de ellas.

20
▪ Cada grupo poblacional tiene creencias, saberes, prácticas diversas
relacionadas a su salud y bienestar.
▪ Promover una mirada incluyente de las personas en situación de discapacidad,
física o cognitiva, y su relación con su salud mental, eliminando barreras físicas
y mentales para su acompañamiento y atención.
▪ ¿Cuáles son los factores de riesgo prevalentes en mujeres?, ¿cómo se
relacionan estos factores con los altos índices de violencia intrafamiliar,
feminicidios e intentos de suicidio?
▪ ¿Cómo generar prácticas de salud mental coherentes con las creencias y
costumbres de comunidades étnicas?
▪ ¿Cómo sopesar la poca información estadística nacional y al interior de la
Compañía para poblaciones con necesidades especiales?
▪ ¿Cómo entender la diferencia, la situación de vulnerabilidad sin revictimizar?
▪ ¿Qué se debe tener en cuenta para un abordaje en salud mental integral, desde
los conceptos de sana convivencia y sexualidad, para las personas LGTBIQ?

Enfoque de curso de vida


Este enfoque examina las diferentes etapas de desarrollo del ser humano haciendo un
reconocimiento de las trayectorias de vida que pasan por hitos, momentos,
incertidumbres y transiciones en el vivir de las personas. Desde allí se hacen visibles
las decisiones, las emociones y sentimientos, la influencia de las interacciones
familiares, sociales, culturales y laborales que confluyen e influyen en los momentos
más significativos del ser humano, el cómo y desde dónde interactúan, viven,
resuelven o se adaptan a estas situaciones.

Como bien lo han desarrollado las capacidades de Autonomía y Salud al interior de la


Compañía, aproximarse al ser humano desde esta mirada permite identificar ventanas
de oportunidad en la vida cotidiana de las personas, en sus relaciones, en la toma de
decisiones, comportamientos y proyectos de vida, los cuales nos permitan
acompañarlos de una manera diferencial, según sus necesidades y satisfactores.

Esta mirada sobre el curso de vida, más allá de la comprensión del ciclo vital o la
clasificación por grupo etario, nos invita a entender e interpretar a las personas y su
relación con el mundo de una forma distinta. Tal como lo plantean Max-Neef, Elizalde
y Hoppenhayn (1986) en Desarrollo a escala humana al mencionar lo valioso de observar
y orientar el desarrollo de las personas hacia la satisfacción de las necesidades
humanas, entendiendo esta como “las posibilidades que tengan las personas de
satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales" (p. 1), de tal
manera que se eleve la calidad de vida de las personas.

Resaltamos de esta teoría, esa propuesta de necesidades y satisfactores que


atraviesan el curso de la vida humana, que son múltiples e interdependientes entre sí,
como un sistema que da respuesta a las necesidades de: subsistencia, protección,
afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad, y que se
interrelacionan con las dimensiones del ser, tener, hacer y estar en el mundo. Bajo esta
21
lógica, por ejemplo, brindar adecuados servicios en salud son satisfactores de la
necesidad de protección en el ser humano, en la dimensión del tener.
En esa línea, la aplicación de este enfoque nos permite evidenciar asuntos como:
▪ En 2018, el Observatorio Nacional de Salud Mental muestra que, a medida que
aumenta la edad, el apoyo social por parte de su familia disminuye en la
población de 60 años y más, el 22% dijo no haber recibido apoyo nunca.
▪ El Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población
Escolar, del 2016, evidenció que hay menor consumo de sustancias
psicoactivas en los adolescentes cuyos padres se interesan en saber en dónde
se encuentran o se vinculan activamente en la crianza.
▪ Los cambios profesionales, laborales o familiares tienen un impacto en el estilo
de vida de las personas. Según datos de la OMS, existe una alta correlación
entre las exigencias laborales, de estatus y reconocimiento con el consumo
problemático asociado al dinero y las finanzas personales.

Este enfoque nos invita a tener en cuenta algunos asuntos de interés y nos habilita una
serie de preguntas que deberemos tener en cuenta en la materialización de esta
propuesta conceptual al interior de la Compañía. A continuación, se presentan algunos
puntos clave.
▪ Una mirada al desarrollo humano más que un proceso lineal, por etapas,
entendiéndolo como un ciclo donde convergen distintos factores, físicos,
psicosociales, emocionales, familiares y del entorno.
▪ Observar el recorrido de la persona y los diversos roles que adopta en cada
momento de vida.
▪ Reconocer etapas críticas que necesitan mayor acompañamiento: como el
proceso de envejecimiento, el sentirse joven, entre otras que van más allá de
ser adulto mayor o adolescente y que se vuelven oportunidades para
comprender más ampliamente a las personas y su trascurrir en la vida.
▪ ¿Cómo tener en cuenta las preferencias, expectativas, deseos o
incertidumbres de las personas?
▪ ¿Cuáles son las herramientas individuales y colectivas que debemos promover
y fortalecer para que una persona pueda hacer frente a los desafíos de su curso
de vida?
▪ ¿Cómo estamos identificando esos momentos de vida de las personas y lo que
esto significa para ellas?
▪ ¿Cómo anticiparnos e influir positivamente en etapas de alta incertidumbre,
como oportunidades de acompañamiento diferencial en las personas?

Enfoque territorial diferencial


Este enfoque observa las particularidades territoriales desde los factores
económicos, sociales, políticos, legales, ambientales, culturales y simbólicos que
convergen en los territorios y las poblaciones que allí habitan. Así pues, implica el
reconocimiento de variables y condiciones constitutivas, como la ubicación
geográfica, la vocación productiva de las regiones, el gobierno y las leyes, el acceso a

22
bienes y servicios públicos y privados y otros factores del orden simbólico como las
costumbres, la idiosincrasia, los rituales, entre otros.

Explorar la relación población – territorio permite entender la incidencia que tienen


esos determinantes sociales en la promoción de la salud en las personas y que la
formulación de estrategias también pasa por la lectura de ese contexto y las
condiciones poblacionales y territoriales que les son propias.

En esa línea, la aplicación de este enfoque nos permite evidenciar asuntos como:
▪ Según la Encuesta Nacional de Salud Mental de 2015, en la región pacífica de
Colombia se encuentran las mayores prevalencias de problemas y trastornos
mentales en todas las edades, en tanto que la región atlántica se denotan las
prevalencias más bajas.
▪ En territorios afectados por el conflicto armado, aproximadamente 1 de cada 9
personas presenta un trastorno mental moderado o grave.
▪ Los determinantes sociales de la salud son componentes fundamentales para
el desarrollo de estrategias protectoras o preventivas.

Este enfoque nos invita a tener en cuenta algunos asuntos de interés y nos habilita una
serie de preguntas que deberemos tener en cuenta en la materialización de esta
propuesta conceptual al interior de la Compañía. A continuación, se presentan algunos
puntos clave:
▪ Sistemas robustos de información territorial que nos permitan adaptar en a un
contexto regional, local y poblacional las estrategias diseñadas.
Especialmente, en la prestación diferencial en aquellos territorios donde el
acceso a servicios de salud puede ser precario.
▪ Realizar valoraciones de impacto y sostenibilidad de los programas a partir de
variables exógenas del territorio.
▪ Definir estrategias para el mapeo de actores locales y regionales y la
celebración de alianzas con aquellas instituciones que tengan capilaridad en el
territorio.
▪ Construcción de confianza en territorios que no conocemos y a los cuales
queremos llegar será el principal activo para promover una agenda en salud
mental que genere impactos en el bienestar de las poblaciones.
▪ ¿Tienen las personas los recursos materiales, por ejemplo, los ingresos
económicos suficientes para atender su propia situación?
▪ ¿Qué ideas e imaginarios existen en ese territorio sobre la salud mental?
▪ ¿Qué prácticas y/o saberes comunitarios existen en ese territorio que podría
favorecer la salud mental de sus habitantes?
▪ ¿Cuáles son las alianzas que se deben fortalecer en el territorio para brindar una
atención pertinente que favorezca la salud mental?

23
Ejes temáticos
“La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas”
Erich Fromm.

Cuando pensamos en salud mental, inevitablemente pensamos en esos asuntos que


llenan de contenido y sentido las agendas organizacionales, públicas o privadas,
alrededor de este tema.

La salud mental no pasa en abstracto, por el contrario, trascurre en la cotidianidad de


las relaciones humanas, en los decisiones y elecciones que toman las personas y los
colectivos, en medio del conflicto humano como posibilidad de creación.

En esa línea, y con referencia esos asuntos que hoy están en medio de las
conversaciones -y de la urgencia- para movilizar y materializar un mejor estado de
salud y bienestar en las personas, hemos priorizado y definido temáticas relevantes
para trabajar la salud mental al interior de la Compañía.

Así, pues, los ejes temáticos son aquellos fenómenos o temas relacionados con la
salud mental que hoy tienen mayor prevalencia; asuntos que se mueven desde la luz y
la sombra, identificando las oportunidades y los riesgos que existen alrededor de ellos
y que tienen un impacto directo en la salud mental.

Proponemos que estos temas sean nuestros territorios conversacionales y


programáticos como Compañía, donde podamos generar conocimiento teórico y
aplicado, diferenciación en la atención a nuestros clientes, e incidencia y
reconocimiento en las conversaciones interinstitucionales sobre salud.

Cada uno de estos temas ha sido estudiado a profundidad, referenciando buenas


prácticas alrededor del mundo sobre su abordaje y construyendo para la Compañía una
adaptación propia, aproximaciones alrededor del cómo entenderemos estos asuntos,
su interrelación y los riesgos que existen en torno a ellos.

Esperamos que la observación sobre estos temas sea un proceso dinámico que nos
permita entender cómo se transforman en las interacciones sociales y que, desde allí,
podamos seguir encontrando nuevos campos conversacionales, nuevas temáticas
que enriquezcan nuestro entendimiento sobre la salud mental.

24
Sana convivencia
“La comprensión y el respeto, eso es lo importante para convivir con los
demás, y sobre todo ¿sabes qué? No creer que nadie es mejor que nadie”
Miguelito, Mafalda

“El cuerpo puede volverse hablante, pensante, soñante, imaginante. Todo


el tiempo siente algo. Siente todo lo que es corporal. Siente las pieles y las
piedras, los metales, las hierbas, las aguas y las llamas. No para de sentir”
Jean-Luc Nancy

Entenderemos la sana convivencia como ese vivir juntos que parte de valorar y
reconocer la individualidad de cada ser humano, las formas de habitarse y los vínculos
que se construyen, cotidianamente, para estar en compañía, privilegiando la pluralidad
de voces, el respeto, la diversidad y el encuentro con el otro.

Desde ese punto de vista, la sana convivencia es un concepto que involucra tres
caminos importantes a recorrer: primero, el aprender a ser y estar con otros; segundo,
el dar cabida a las diversas formas y proyectos de vida que construyen las personas y
desde allí construir una vida estable y en común; y tercero, la resignificación del
conflicto desde lo positivo, como algo inherente al ser humano que nos habilita para la
transformación: el cambio, la creación de nuevas oportunidades de vida. En resumen,
la sana convivencia parte de una comprensión integral de la sexualidad, el
reconocimiento del pluralismo y la diversidad y el conflicto como condición humana.

Una mirada integral de la sexualidad


Como bien expresaba el filósofo francés Maurice Merleau Ponty (citado por Daniela
Wenckstern, 2019, p.1) hablar de sexualidad humana es hablar de la esencia misma del
ser humano, una dimensión fundamental de la persona que está íntimamente
relacionada con la afectividad, la capacidad de amar y la aptitud para relacionarse con
los demás; en última instancia, con el convivir con uno mismo y con los otros.

En esa línea, es importante resaltar que la sexualidad está vinculada orgánicamente a


la construcción social del cuerpo, la personalidad, el placer y el descubrimiento
humano, “al renacimiento, al desarrollo personal, a lo interaccional, a lo lúdico, a lo
comunicacional, a lo nuevo, a la magia, a la belleza y a la naturaleza, al amor y a la salud”
(Montgomery, 1993 (citado por Maciques, 2011))

Por ello, es importante tener una visión comprensiva de la sexualidad que no sólo
involucra asuntos fisiológicos o anatómicos, allí también están una serie de
condiciones culturales, sociales, emocionales, afectivas y de comportamiento,
relacionadas con el sexo, el género, las identidades y las orientaciones, que
caracterizan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.

25
De allí, resaltamos los siguientes asuntos importantes cuando hablamos de sexualidad
con una mirada integral.
▪ Sexualidad: capacidad que tiene cada ser humano que le permite sentir, vibrar,
emocionarse y comunicarse a través del propio cuerpo; forma parte de lo que
somos desde el momento en el que nacemos y que permanece en nuestras
vidas hasta que morimos.
▪ Sexo: conjunto de características biológicas que definen el espectro de
humanos como hembras y machos.
▪ Género: es una construcción social; entendido como la suma de valores,
actitudes, roles, prácticas y características culturales basadas en el sexo. Tal
como ha existido de manera histórica, el género refleja y perpetúa las
relaciones particulares de poder entre hombres y mujeres.
▪ Identidad de género: define el grado en que cada persona se identifica como
masculino o femenina, alguna combinación de ambos o ausencia de éstos. Es
el marco de referencia interno, construido a través del tiempo que permite a los
individuos organizar un autoconcepto y sus formas de comportarse
socialmente en relación a la percepción de su propio sexo y género.
▪ Orientación sexual: es la organización específica del erotismo y/o el vínculo
emocional de un individuo en relación al género de la pareja involucrada en la
actividad sexual.
▪ Erotismo: capacidad humana de experimentar las respuestas subjetivas que
evocan los fenómenos físicos percibidos como deseo sexual, excitación sexual,
y orgasmo, y que por lo general se identifican con placer sexual.
▪ Vínculo afectivo: capacidad humana de establecer lazos con otros seres
humanos que se construyen y se mantienen mediante las emociones y
experiencias compartidas.
▪ Actividad sexual: es una experiencia comportamental de la sexualidad personal
donde el componente erótico de la sexualidad es el más evidente.
▪ Salud sexual: es la experiencia del proceso permanente de consecución de
bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad.
▪ Derechos sexuales y reproductivos: son Derechos Humanos que tiene el
propósito de garantizar que todas las personas puedan vivir libres de
discriminación, riesgos, amenazas, coerciones y violencia en el campo de la
sexualidad y la reproducción. En Colombia, están consignados los siguientes
derechos:
1. Derecho a tener una vida sexual libre, segura y placentera.
2. Derecho a decidir si tener o no tener relaciones sexuales.
3. Derecho a expresar y ser respetado por la orientación sexual y/o identidad
de género.
4. Derecho a que se respete la intimidad sexual y confidencialidad.
5. Derecho a acceder a métodos anticonceptivos que se adapten a las
necesidades y deseos.
6. Derecho a decidir si se quiere o no tener hijos, así como el número y el
espacio que transcurre entre cada uno.

26
7. Derecho a decidir si conformar o no una familia y el tipo de familia que se
desea.
8. Derecho a obtener información clara, científica, objetiva y accesible sobre
el cuerpo y la salud sexual y reproductiva.
9. Derecho a acceder a servicios de salud sexual y salud reproductiva que se
adapten a las necesidades.
10. Derecho a recibir apoyo y que se realicen ajustes para poder tomar
decisiones libres e informadas sobre el cuerpo, la sexualidad y
reproducción.

Pluralismo y diversidad
Estos conceptos suponen el encuentro con otras personas que son diferentes en sus
formar de ser, pensar y actuar, así como la posibilidad de crear vínculos de respeto,
solidaridad y cooperación.

Hablar de diversidad es una invitación a desestructurar formas de pensamiento


binarias que fragmentan y observan la existencia desde dos extremos o dos mundos,
casi siempre antagónicos: blanco/negro, bueno/malo, arriba/abajo, amigo/enemigo.
Es pues una oportunidad para ver puntos medios, distintos colores y ópticas que nos
permitan valorar la autenticidad humana.

En ese sentido, es importante aclarar que la diversidad está dada por múltiples causas
que atraviesan aspectos biológicos, étnicos, culturales o personales. Desde allí, es
posible establecer tres tipos de diferencias:
▪ Diferencia por condición: cuando una persona se diferencia por un aspecto
particular de orden físico o psicológico. Por ejemplo, cuando se trata de una
persona de etnia afrodescendiente.
▪ Diferencia por situación: cuando alguien se diferencia de otras personas por
alguna situación específica y contextual. Por ejemplo, cuando una persona está
desempleada o cuando es migrante, ya sea a la fuerza o no.
▪ Diferencia por opción: cuando una persona se diferencia de los demás porque
decide u opta por ciertas ideas o actuaciones políticas, religiosas, sexuales,
entre otras.

Reconocer y respetar la diversidad implica, tal y como lo menciona Antanas Mockus


(2002, p. 20), mediante la celebración de acuerdos y la transformación de identidades
donde, para conservar la propia identidad, no sea necesaria la negación, opresión o
exclusión de la identidad del otro. Aceptando que en una misma sociedad pueden
coexistir diversos proyectos de sociedad, el que cada individuo desde su tradición,
costumbre, filiación política, religiosa o filosófica quiera construir.

Conflicto y transformación
Todo conflicto es indispensable para el desarrollo y cambio social, es un elemento
constitutivo de las relaciones humanas pues es un derecho de las personas divergir,
ser plurales. Así pues, es un proceso natural entre personas que piensan, sienten o
27
actúan diferente, por ello es indispensable generar y promover procesos de
negociación, análisis y reflexión permanente, así como una visión transformadora de
valores que apunten a la cooperación, la solidaridad, la horizontalidad y el goce de la
diversidad y la diferencia.

Vivir juntos, en común, es también aceptar el conflicto como algo humano,


reconociendo la legitimidad de los diferentes puntos de vista de cada una de las
partes. Como bien expresa Fernández (2008)

los conflictos así entendidos forman parte de la vida. Son la vida misma. Constituyen
un componente vital básico. Están presentes en prácticamente todos los espacios de
las relaciones humanas […] Los conflictos constituyen el acontecimiento reiterado
que relata la historia de la humanidad […] Los conflictos son crisis y las crisis son
oportunidades de cambio o evolución.

No obstante, es importante distinguir el conflicto frente a la violencia, pues no son lo


mismo. La violencia a diferencia del conflicto no es natural al ser humano, es una
construcción social y cultural, debe prevenirse y evitarse a toda costa, genera
sufrimiento tanto para quien la usa como para quien la recibe, va contra la dignidad
humana.

Algunos factores protectores que habilitan una sana convivencia


▪ Acceso a oportunidades en términos de libertades para el desarrollo.
▪ Una educación integral en sexualidad, desde los primeros años de la infancia.
▪ El desarrollo de habilidades para la vida, desde la consciencia de sí mismo y la
comprensión emocional.
▪ Adquisición de competencias desde la alfabetización del riesgo: autoeficacia
para la denuncia.
▪ Prácticas de crianza positiva y humanizada.
▪ Desarrollo de vínculos afectivos, redes de apoyo, familiares y sociales.
▪ Tener a disposición recursos institucionales, legales para la garantía de
derechos.
▪ Construir un propósito y proyecto de vida.
▪ Fortalecer hábitos de vida saludable, desde la relación con el propio cuerpo, el
de los otros y los vínculos afectivos.

28
Violencias
“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero
no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”
Martin L King
“La violencia es el último recurso del incompetente”
Isaac Asimov

Las violencias son aquellas creencias, actitudes, expresiones verbales y no verbales,


comportamientos y prácticas que agreden física, psicológica, emocional y
económicamente a una persona o a un grupo de personas, afectando la integridad y
dignidad humana, el bienestar y la calidad de vida. Estas formas de violencia pueden
ser autoinfligidas y/o realizadas por otras personas o grupos de personas.

Este es un fenómeno problemático que evidencia el fracaso en el abordaje de un


conflicto y afecta directamente la condición y la dignidad humana.

Johan Galtung (1969), sociólogo experto que introdujo el concepto del triángulo de la
violencia, el cual explica a través de la metáfora del iceberg las dinámicas que existen
alrededor de la generación de la violencia en conflictos sociales. Este triángulo nos
permite comprender que aquella que observamos, la violencia visible o directa, son
comportamientos que refleja una pequeña parte de las causas, orígenes y
motivaciones de la misma. En ese caso, buscar medidas para su resolución implica
actuar en todos los niveles.

Ilustración 4. Triángulo de las violencias, Galtung (1969)

Entenderemos la violencia estructural como aquellas prácticas que están


estrechamente relacionadas con la negación y la no satisfacción de necesidades y/o
satisfactores de las dimensiones del ser humano, y que su negación está dada por
razones asociadas a la estructura misma de la sociedad como, por ejemplo, las
políticas de redistribución de riqueza, la desigualdad económica y social, la
participación política, entre otras.

29
La violencia cultural está asociada al pensamiento social y a los modelos mentales
reproducidos en la cultura, se visibiliza en formas de pensamiento binarias que
fragmentan y observan la existencia desde dos extremos (bueno/malo), y en
estereotipos y paradigmas (machismo, sexismo, racismo, etc.), reflejándose en
creencias y actitudes que legitiman la violencia.

Estas formas de violencia, estructural y cultural, están en la base del triángulo siendo
observables en lo que Galtung (1969) llama violencia directa, allí están las prácticas y/o
comportamientos violentos, lesivos, indignos hacia uno mismo y hacia los demás.

Las causas de la violencia directa están relacionadas con situaciones de violencia


estructural o justificadas por la violencia cultural, muchas situaciones son
consecuencia de un abuso de poder que recae sobre un grupo excluido o discriminado,
o de una situación de desigualdad social (económica, sanitaria, étnica) recibiendo el
“espaldarazo” de discursos, líderes, símbolos culturales que justifican y legitiman estas
formas de violencia.

Aproximarnos a este fenómeno también pasa por su comprensión en términos de tipos


y formas de violencia. A continuación, presentamos algunas clasificaciones que
pueden servir al entendimiento general de esta problemática.

Tipos y formas de violencia


▪ Según el autor del hecho violento

Ilustración 5. Tipos y formas de violencia

30
Grupo poblacional Manifestaciones
Mujeres Feminicidios, machismo, sexismo.
Física, simbólica, emocional, psicológica, etc.

Comunidad LGBTIG Prácticas discriminatorias: sexismo, machismo, homofobia.

Niños y niñas Maltrato infantil


Abuso sexual
Ciberacoso
Abuso físico
Abuso emocional
Síndrome del bebé zarandeado o sacudido
Pornografía Infantil
Prostitución Infantil
Adultos mayores Maltrato físico, psíquico o emocional, abuso económico o material, abuso sexual y
descuido.

Tabla 1: Según el afectado

31
Tabla 2: Según el tipo de violencia

Tipo Descripción Formas


Violencia física Uso intencional de la fuerza física, amenazas contra Golpizas, asaltos,
uno mismo, otra persona, un grupo o una castigos físicos
comunidad que tiene como consecuencia o es muy
probable que tenga como consecuencia un
traumatismo, daños psicológicos, problemas de
desarrollo o la muerte. OMS
Violencia psicológica “Cualquier acción u omisión directa o indirecta cuyo Intimidación,
y emocional propósito sea controlar o degradar las acciones, manipulación, amenaza
comportamientos, creencias y decisiones de otras directa o indirecta,
personas” (FUNDE) destinados a ocasionar en otros humillación, aislamiento
algún tipo de sufrimiento emocional o psíquico en
el otro.

Violencia sexual “Todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto Acoso, abuso sexual,
sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales pornografía infantil,
no deseados, o las acciones para comercializar o explotación sexual.
utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una
persona mediante coacción por otra persona”
(FUNDE)
Violencia económica Acción u omisión de quien afecte o impida la Amenaza e intimidación
y patrimonial atención adecuada de las necesidades de una económica, el no pago de
persona o un grupo de personas a través del daño cuotas alimentarias,
retención, sustracción o apropiación de bienes y explotación de bienes en
recursos materiales y económicos. común sin
consentimiento.

32
Tabla 3. Según el ámbito donde ocurre

Tipo Descripción
Violencia “Cualquier acción u omisión, directa o indirecta que cause daño, sufrimiento físico,
doméstica o sexual, psicológico o muerte a las personas integrantes de una familia” (FUNDE)
intrafamiliar

Violencias Prácticas violentas como delitos callejeros, asaltos, balaceras, violencia


públicas relacionada con pandillas, violencia vial o, incluso, violación, asalto sexual u
homicidios. En Colombia está relacionado con asuntos de seguridad ciudadana, y
con una característica particular asociada, en algunos casos, al conflicto armado
que ha sufrido el país.
Violencia en la “Existe la violencia al interior de la escuela, como diversas formas de abuso y
escuela discriminación entre escolares; y (b) aquella que se presenta desde la escuela hacia
los jóvenes, como la que se produce por la imposición de modelos de disciplina
violatorios de los derechos humanos” (PNUD) Violencia contra docentes, desde
docente, entre pares.

Violencia en el “Toda forma de agresión sistemática y reiterada –maltrato psicológico habitual– de


trabajo una o varias personas contra otra persona, incluso contra otras, en el medio de
trabajo, constituida por una secuencia de actuaciones hostiles, degradantes o
intimidatorias, dirigidas específicamente a –o que tienen como resultado– romper
sus redes de comunicación en el medio, aislándolo de su ambiente para reforzar su
posición de dominio, jurídico y social, y al margen de la lesión concretamente
alcanzada respecto a su salud física o psíquica” OIT
Violencia en el “Los nuevos tipos de medios —entre ellos los videojuegos, las videocintas e
ciberespacio Internet— han multiplicado las oportunidades de que los jóvenes estén expuestos
a la violencia (…) El predominio de las pruebas hasta la fecha indica que la
exposición a la violencia mostrada en la televisión aumenta las probabilidades de
comportamientos agresivos inmediatos y produce a más largo plazo un efecto
desconocido en la violencia grave” (OMS, 2003)

Es importante mencionar que las violencias de tipo interpersonal son un problema de


salud pública en el país, esto debido a su alta frecuencia, su impacto directo en la
calidad de vida de las personas y el incremento del número de años de vida
potencialmente perdidos por mortalidad prematura. También tienen impactos
directos en el sistema judicial, en la sobrecarga por la demanda de servicios en el
sistema de salud, en el mundo de trabajo por el ausentismo laboral e impactos
negativos a nivel psicológico, social, familiar, económico y cultural.

Según datos de la Política Nacional en Salud Mental (2018, p. 12)

“en los últimos años la violencia interpersonal se ha constituido en la principal causa de


años de vida saludable perdidos por lesiones de causa externa no fatales en Colombia.
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, reportó que en 2017 se
perdieron 337.360 años de vida saludable, 159.989 en hombres y 177.300 en mujeres”.

33
La violencia es un fenómeno multicausal con consecuencias económicas, políticas,
sociales y de salud pública. Además, es un fenómeno que puede observarse, que
responde a patrones comportamentales donde están involucrados varios agentes,
discursos y prácticas revictimizantes.

En ese caso nos parece importante señalar que puede evidenciarse ciclos de violencia,
esas prácticas sistemáticas del comportamiento violento donde existe una persona
que es el agresor o victimario, el cual produce el daño y se mueve entre actitudes de
disculpa, arrepentimiento o autojustificación de su comportamiento; también está la
víctima o persona agredida, la que recibe el acto violento dándole una condición de
estatus personal -o colectivo- por vivir ese proceso de victimización. En algunas
ocasiones, la víctima sufre de exclusión social, culpa, responsabilidad y negación de
sus libertades y derechos. En algunos casos, se presenta el espectador u observador,
quien conoce la situación por observación o conocimiento previo que puede tener o no
las estrategias, herramientas, para detener, prevenir o denunciar la práctica violenta.

En todo este escenario es importante mencionar los procesos de revictimización, esas


respuestas cortas y en algunos casos, inadecuadas en el proceso de la atención de la
víctima; puede darse desde la atención en salud, el sistema penal y judicial, los medios
de comunicación y de la sociedad misma.

A continuación, evidenciamos un ciclo de violencia intrafamiliar o de pareja.

Ilustración 6. Ciclo de violencia intrafamiliar

Según cifras de Naciones Unidas, referenciadas en la Política Nacional de Salud Mental


(2018) “el costo de la violencia doméstica en América Latina y el Caribe equivale al 2%
del PIB de la región. México (44%), Colombia (41%), Perú (41%) y Chile (40%) son los
países con los índices más altos de violencia contra la mujer, incidiendo negativamente

34
en la productividad y el desarrollo de los países latinoamericanos”. De igual forma, la
Política (2018) destaca:
Existen varias relaciones entre la violencia y la salud mental. La primera relación
reconoce los problemas y trastornos mentales como posibles causas de la violencia.
La segunda relación señala que algunas de las víctimas de violencia por lo general
presentan trastornos emocionales y psicológicos agudos como ansiedad y depresión
o crónicos como estrés postraumático. En la tercera relación, los victimarios
presentan factores de riesgo emocional o psicológico que los conducen a cometer
hechos violentos, por lo cual las violencias hacen parte de lo que se denominan
eventos traumáticos.

Algunos factores de riesgo


▪ Estructurales y determinantes sociales como la pobreza, el desempleo, de
carácter territorial, demográficos y culturales.
▪ Condiciones físicas de la persona: nacimiento prematuro, situación de
discapacidad física, enfermedades graves o crónicas.
▪ Recursos psicológicos: comportamientos asociales, otros.
▪ Dinámicas familiares: alta conflictividad parental, violencia doméstica,
psicopatología parental, separación o divorcio, especialmente aquellos que son
gravemente conflictivos.
▪ Abuso y adicción a sustancias psicoactivas.
▪ Altos niveles de estrés.
▪ Aislamiento social y ausencia de una red de apoyo.
▪ Discriminación contra la familia por su origen étnico, nacionalidad, religión,
género, edad, orientación sexual, situación de discapacidad o estilo de vida
▪ Participación en actividades delictivas o violentas en la comunidad.

35
Consumo responsable
"Nuestro cuerpo son nuestros jardines, nuestras voluntades son nuestros
jardineros"
William Shakespeare
Para reconocer los matices que tiene el consumo y entender las implicaciones que
este fenómeno tiene sobre el contexto social y por ende sobre la salud mental es
importante analizar el rol del consumo en la esencia del ser humano.

Tal y como lo plantea Adela Cortina (2003, p. 30) el consumo es un fenómeno social que
genera consecuencias dentro y fuera de la esfera individual, que acompaña al ser
humano desde sus primeros momentos de vida, convirtiéndose en un mediador entre
el deseo y la búsqueda de equilibrio para satisfacer sus necesidades.

El consumo, indiscutiblemente, está mediado por el contexto en el que se desarrolla.


En sus inicios estaba conectado directamente con la supervivencia del ser humano,
pero hoy más que nunca, existe una relación interdependiente con los satisfactores
que van más allá de suplir las necesidades básicas para sobrevivir.

Las sociedades actuales están estructuradas hacia la búsqueda del placer,


exponiendo constantemente al ser humano a estímulos que incitan al consumo;
estímulos que ponen a prueba la capacidad para tomar decisiones que favorezcan el
bienestar, satisfaciendo las necesidades, pero a la vez cuidando el sano balance
dentro lo que el entorno ofrece y lo que realmente se necesita.

En esa línea, entendemos el consumo responsable desde la capacidad que el ser


humano tiene en el ejercicio pleno de su libertad, consciencia, responsabilidad y
respeto de elegir lo que desea consumir teniendo en cuenta sus necesidades reales y
el entorno que lo rodea. Podríamos decir que para que se dé un consumo responsable
debe existir una relación directa entre el deseo y el impacto de la satisfacción que este
genera sobre la integralidad del ser humano, asumiendo las responsabilidades y
consecuencias individuales y sociales.

Poner la mirada sobre el consumo responsable desde la libertad de elección y de


consciencia del ser humano, nos invita a acompañar esta decisión desde: primero, el
desarrollo y la generación de procesos educativos (información, conocimiento y
habilidades) para que las personas puedan autodeterminarse y tomar esas decisiones
de manera informada; segundo, la promoción y visibilización de prácticas
responsables, conscientes, libres, es decir el reconocimiento de aquellos
comportamientos prosociales y de bienestar que tienen las personas, más allá de
seguir posicionando mensajes prohibicionistas o sancionatorios; tercero, y alineado a
lo anterior, desarrollando buenas prácticas de cultura y ética ciudadana en torno al
consumo responsable de recursos, bienes y servicios.

36
Ciudadanía responsable del consumidor
Entenderemos que un ciudadano consumidor es aquel que actúa y toma decisiones
alrededor del consumo desde su propia autonomía y bajo sus propios criterios. Como
lo plantea Cortina (2003) una ciudadanía responsable que se fundamenta en la
educación del bienser a partir de criterios autónomos, es decir consumir con grado de
consciencia y no simplemente obligado por los que otros dicen que debe hacer.

Desde esta mirada, se plantean los siguientes asuntos clave en la movilización de


prácticas alrededor de la ética del consumo:
▪ Punto de partida, las personas desean su bienestar y felicidad.
▪ Alcanzar ese bienestar y felicidad está mediado por las creencias que tenemos
de qué o cómo se alcanza, es decir, qué me genera ese bienestar.
▪ Un principio de corresponsabilidad, alcanzar sociedades éticas desde el
consumo responsable y estilos de vida que favorezcan este propósito no es un
fin que pueda ser ejecutado por una sola persona u organización.
▪ Crear nuevos simbolismos que contrarresten esa lógica consumista de la
exclusividad, la competencia, la insatisfacción. Nuevas prácticas alrededor de:
aprender a compartir, ser conscientes de los gastos y las adicciones,
descomercializar los rituales y darles forma no comercial, entre otras.

Tal y como dice Moltedo Perfetti (2007, p. 15) un consumo responsable se centra en un
consumo ético y solidario y no en un consumo por el consumo. Ese cambio de actitud
es el que nos propicia una relación sana con nuestro propio ambiente y con nosotros
mismos y es quizás acá donde se hacen visible los obstáculos que actúan como
inhibidores a la hora de optar por un consumo responsable tales como los valores y la
conciencia (cognitivo), la afectividad (afectivo) y el comportamiento (relacional).

Promover que las personas tomen sus decisiones de consumo, de manera consciente,
sin dejarse llevar por el momento o por la moda o por querer asemejarse a otra persona
es un desafío, allí la educación juega un papel fundamental en la transformación de un
ciudadano consumista responsable. Por ejemplo, las iniciativas que se han
desarrollado alrededor del consumo sostenible en términos ambientales donde se
busca encontrar soluciones viables a los desequilibrios entre la sociedad y la
naturaleza.

Se evidencian prácticas alrededor de la educación ciudadana sobre la producción,


distribución, uso y disposición de productos y servicios amigables con el
medioambiente, de economía circular o con procesos de producción “más limpios”.

Esto se conecta con la agenda global de los objetivos de desarrollo sostenible, al


reconocer la necesidad de transformar los comportamientos relacionados con el
consumo y el establecimiento de iniciativas que movilicen a las personas a llevar
estilos de vida saludable que impacte el bienestar a través de la educación
intencionada y el acompañamiento al ser humano en los momentos de mayor

37
vulnerabilidad. En esa línea, la organización no gubernamental ECODES invita a
habilitar preguntas en la ciudadanía cómo:
▪ ¿Necesito lo que voy a comprar?, ¿Quiero satisfacer un deseo?
▪ ¿Estoy eligiendo libremente o es una compra compulsiva? ¿Cuántos tengo ya?
▪ ¿Cuánto lo voy a usar? ¿Cuánto me va a durar?
▪ ¿Podría pedirlo prestado a un amigo o a un familiar? ¿Voy a poder
mantenerlo/limpiarlo/repararlo yo mismo? ¿Tengo ganas de hacerlo?
▪ ¿He buscado información para conseguir mejor calidad y menor precio? ¿Cómo
me voy a deshacer de él una vez que haya terminado de usarlo? ¿Está hecho con
materiales reciclables? ¿Las materias primas que se usaron son renovables?
▪ ¿Hay algo que yo posea que pueda reemplazarlo? ¿He buscado información
acerca de quién y cómo ha realizado el producto?

Así, pues, proponemos que este abordaje del consumo responsable se movilice desde
tres grandes entendimientos conceptuales. El consumo ético, basado en valores, que
es reflexivo y consciente, acompañando las creencias y motivaciones de las personas
para alcanzar su bienestar y felicidad. El consumo ecológico, que involucra factores
como el reducir, reutilizar y reciclar, y las preguntas por las formas de producción. El
consumo social o solidario, vinculado a las relaciones sociales, laborales, al comercio
justo, “pagando lo justo por el trabajo realizado”.

Algunos factores protectores que habilitan el consumo responsable


▪ Rasgos individuales, el carácter, el temperamento.
▪ Habilidades como la empatía, contención y regulación emocional.
▪ Capacidad para afrontar problemas.
▪ Participación en actividades comunitarias.
▪ Habilidades y vínculos sociales
▪ Resiliencia
▪ Los recursos institucionales respecto al consumo de sustancias y al consumo
comportamental.
▪ El acceso a servicios de salud y educación.
▪ Obtención de información de fuentes confiables.
▪ Estrategia para la disminución de sesgos.
▪ Reconocimiento de alternativas al consumo.
▪ Acceso a medios de pago.
▪ Elementos que limiten el tiempo para la adquisición.

38
Consumo problemático
“El consumo y la adicción comienza con la esperanza de que algo «allá
afuera» pueda llenar instantáneamente el vacío interior”.
Jean Kilbourne

Hemos dicho que el consumo es un asunto connatural al ser humano, un constructo


social que se ha ido transformando en la historia y que hoy responde a intereses que
pueden estar dejando a un lado la ética, la libertad y la autodeterminación de las
personas.

El consumo adquiere su dimensión problemática cuando el consumismo empieza a


hacer parte de la vida del hombre de forma rutinaria, sin planificación, sin sentido y sin
una valoración plena, consciente y en libertad del porqué de esa elección y las
consecuencias de ese acto. Como lo expresa el sociólogo polaco Zygmunt Bauman
(2002, p. 232) el consumismo se ha erigido como un estilo de vida en la sociedad
contemporánea, su influencia vertiginosa ha incapacitado al hombre para el ejercicio
libre de su desarrollo humano en cuanto al modo de relación con sus iguales.

En ese sentido, es importante reforzar que el problema no es el consumo, por el


contrario, alentar un consumo responsable es movilizar procesos económicos locales,
sostenibles, generar procesos de redistribución de la riqueza y mejorar las
condiciones de desigualdad social. Lo problemático está cuando el acceso y la
adquisición de estos bienes están supeditados a la presión, por ejemplo, de entidades
comerciales, que inciden en la participación consciente de las personas frente a sus
opciones de consumo.

Partiendo de lo anterior es evidente que abordar el consumo es uno de los grandes


desafíos alrededor de la salud mental, poner el foco en el desarrollo de habilidades
frente a la toma de decisiones para un adecuado consumo disminuye la probabilidad
de acercarnos al consumo problemático, encontrar mecanismos que potencialicen las
libertades del ser humano y equilibren la búsqueda de bienestar a través de factores
protectores aumentan la posibilidad de tener un consumo responsable.

Entenderemos, pues, que el consumo problemático aparece cuando un


comportamiento que busca satisfacer una necesidad se sale de control, afectando de
manera gradual las actividades cotidianas, alterando la integralidad del ser humano y
generando un impacto directo sobre las relaciones familiares, sociales y laborales .

El consumo problemático se convierte en un patrón de consumo que genera


dificultades individuales y colectivas alrededor de la salud y las relaciones sociales,
que afecta de manera directa la capacidad del ser humano de tomar decisiones en
busca de su propio bienestar que vayan más allá de la disminución instantánea del
malestar emocional que genera el no consumo. Identificamos estas situaciones
cuando: primero, las estrategias de afrontamiento de las personas son insuficientes y
39
el comportamiento adictivo se convierte en la única vía para hacer frente al estrés;
segundo, con el tiempo tiende a hacerse cada vez más frecuente; tercero, lo que
mantiene ahora el comportamiento no es el efecto placentero, sino el alivio del
malestar. Este alivio cada vez es de menor intensidad y de corta duración; y cuarto; se
da un aumento de la sensación de susceptibilidad ante las emociones negativas y las
frustraciones cotidianas.

En este punto, nos parece importante señalar las diferencias entre el uso, abuso y
adicción-dependencia. Entenderemos el uso, como aquel comportamiento aislado,
episódico y/u ocasional sin generar dependencia o problemas de salud. Ello, sin
descartar el posible daño que pudiera ocasionar, como, por ejemplo, en el caso del uso
de sustancias psicoactivas, una posible sobredosis. El abuso, será ese
comportamiento o práctica continuada que, en algunos casos, desafía las
convenciones socioculturales y que, en su consumo persistente y recurrente, pone en
riesgo la vida de la persona o de terceros. La adicción-dependencia, es un estado
físico, psíquico y emocional que crea necesidad o dependencia de una sustancia,
actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, en los que se
involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad
progresiva y fatal, caracterizada por episodios continuos de descontrol, distorsiones
del pensamiento y negación ante la enfermedad, donde subyacen mecanismos de
gratificación que tienen una clara base neurológica sustentada en complejos procesos
moleculares.

Para entender el consumo problemático es importante identificar las principales


adicciones o aquellas que hoy están en la agenda nacional e internacional, haciendo
énfasis en las que tienen mayor impacto sobre la población colombiana y ampliando un
poco la mirada hacia las adicciones comportamentales, las cuales son un desafío en
términos de su comprensión, entendimiento y posibilidades de desarrollo para la
intervención al interior de la Compañía. En esa línea, esta propuesta fijará la mirada
sobre el consumo de sustancias priorizando el alcohol, el tabaco y las sustancias
psicoactivas; y el consumo comportamental, asociado a las compras (dinero), juego y
azar (ludopatía) y tecnologías de la información (TICs). A continuación, se presenta una
breve descripción de los consumos priorizados:

Consumo de sustancias, alcohol: el alcohol es reconocido como un factor de


integración social, es aceptado en nuestro contexto social y, en ocasiones, se
convierte en el eje relevante para el encuentro familiar, social y/o de cualquier otra
celebración o dinámica social. Es importante mencionar la influencia que tiene esta
sustancia y su consumo problemático como factor de riesgo en la dinámica y
funcionamiento individual, familiar y laboral de los individuos y en la mayoría de las
ocasiones está estrechamente relacionada con situaciones de violencia personal,
intrafamiliar y social.

Consumo de sustancia, tabaco: el tabaquismo es el consumo de uno o más cigarrillos


al día. El cigarrillo es el tóxico al cual las personas se habitúan con mayor facilidad, lo
40
cual lo hace un importante generador de dependencia, tanto física como psicológica.
En el corto plazo, los efectos del cigarrillo sobre la salud de un individuo pueden darse
a nivel físico, del rendimiento, de la salud; y está estrechamente relacionado con la
ansiedad, la angustia, situaciones de estrés y/o duelo.

Consumo de sustancias psicoactivas: es toda sustancia que introducida en el


organismo por cualquier vía de administración (ingerida, fumada, inhalada, inyectada,
entre otras) produce una alteración del funcionamiento del sistema nervioso central
del individuo, la cual modifica la consciencia, el estado de ánimo o los procesos de
pensamiento. El abuso de drogas y la drogadicción son un problema de salud pública
que afecta a muchas personas y tiene amplias repercusiones sociales; adicional, su
consumo problemático también está asociado a situación de depresión, violencias y
suicidio.

Consumo comportamental, juegos y azar (Ludopatía): la OMS (2018) define


la ludopatía como un trastorno caracterizado por la presencia de frecuentes y
reiterados episodios de participación en juego de apuestas, los cuales dominan la vida
de la persona en perjuicio de sus valores y obligaciones sociales, laborales, materiales
y familiares. La nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) recoge la
ludopatía como una enfermedad, reconociendo la adicción a los videojuegos como un
tipo de ludopatía. Según el CIE, el trastorno se evidencia cuando, durante un periodo
de al menos 12 meses, se muestra un comportamiento caracterizado por la pérdida del
control sobre el tiempo que se pasa jugando, adquiriendo el juego el mayor interés
frente a otros intereses y continuando con esta conducta a pesar de sus
consecuencias negativas.

Consumo comportamental:

Compras: las compras compulsivas son un deseo incontrolable de comprar, que


resulta en el gasto de grandes cantidades de tiempo y dinero en esta actividad.
Las personas que tienen un trastorno por compras compulsivas con frecuencia
cumplen los criterios de otras condiciones mentales, como trastornos del
humor, trastornos de ansiedad, trastornos por abuso de sustancias, trastornos
alimentarios y una variedad de trastornos en el control de impulsos. En el caso
de las compras compulsivas existe una relación directa con sentimientos de
ansiedad, depresión o baja autoestima.

Tecnologías de la información (TICs): el consumo problemático de estas


tecnologías puede referenciarse desde dos aspectos, la adicción que tiene de
base la nomofobia o el pánico que se genera al no disponer de un aparato
tecnológico, en la mayoría de los casos un celular móvil (herramienta básica
para el acceso a la red) y la dependencia a redes sociales (Facebook, Twitter,
etc.), a las aplicaciones de mensajería interactiva instantánea (WhatsApp,) y a
los videojuegos (principalmente juegos de rol). Y en un segundo aspecto, la

41
destinación del tiempo para hacer uso de pantallas, que involucra la necesidad
y el derecho a la desconexión.

Adicional, la navegación continua y prolongada en internet sin objetivos claros,


la pornografía, la compra compulsiva online, los juegos de azar y la infidelidad
online, entre otros, son ejemplos de ciber dependencia que afecta diferentes
ámbitos de la vida de la persona adicta. Este tipo de adicción aun presenta
grandes desafíos para su entendimiento y abordaje.

Estas distinciones, uso, abuso y adicción, y la priorización de consumos desde las


sustancias y los comportamientos nos permite priorizar una apuesta concreta de
trabajo al interior de la organización para hacer frente a esta situación problemática.
Por ejemplo, según los datos nacionales reportados por el Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses (2018), se evidenció la presencia de consumo de
sustancias psicoactivas en el 5,34% del total de homicidios y el 2,52% del total de
suicidios; en el 5,3% de las violencias contra niños, niñas y adolescentes, y en el 9,29%
de las violencias de pareja, lo cual nos permite entender que las personas que se
encuentran expuestas a consumos problemáticos desarrollan una mayor
vulnerabilidades alrededor de la violencia familiar, social y laboral.

Alrededor de la prevalencia de adicciones comportamentales aún son escasos los


datos que se encuentran específicamente en Colombia, lo que sabemos es que en
nuestro país al igual que en el resto del mundo desde finales del siglo XX surgió un
nuevo tipo de adicción caracterizada por ser una dependencia a actividades y
comportamientos cotidianos que impiden llevar una vida satisfactoria.

Según la Organización Mundial de la Salud (2018), una de cada cuatro personas sufre
trastornos de la conducta relacionados con las adicciones sin sustancia. En lo que
respecta al uso problemático de internet la última edición del Plan Nacional sobre
Drogas (2008), señala que el 21% de la población realiza un consumo abusivo de las
redes. No obstante, este porcentaje es ligeramente inferior a las prevalencias
encontradas por Rial et a (2015) donde las cifras de uso problemático de internet se
encuentra entorno al 26% de los adolescentes.

Algunos factores de riesgo


▪ Baja tolerancia a la frustración y baja autoestima.
▪ Comportamiento agresivos o ciertos trastornos mentales asociados al estado
de ánimo, trastorno de déficit de atención e hiperactividad, psicosis y de
ansiedad
▪ Consumo de sustancias psicoactivas por parte de padres de familia o
cuidadores
▪ Algunas pautas de crianza como disciplina autoritaria, sobreprotección,
insuficiente apoyo familiar, violencia intrafamiliar.
▪ Exposición temprana al consumo de sustancias psicoactivas.
▪ Actitudes normativas permisivas hacia el consumo.
42
▪ Falta de supervisión de los padres o cuidadores en las actividades de los hijos.

43
Capital psicológico
"Tu visión devendrá más clara solamente cuando mires dentro de tu
corazón... Aquel que mira hacia afuera sueña. Quien mira en su interior,
despierta"
Carl Gustav Jung

Los seres humanos aspiramos al bienestar o a la felicidad, a tener una vida bien vivida:
saludable, productiva y con sentido que va más allá de la ausencia de enfermedades o
problemas. Este deseo humano nos invita a explorar nuevos entendimientos sobre lo
que significa construir y mantener una vida con sentido (el sentido que cada individuo
quiera darle) y que pasa por el desarrollo de capacidades y condiciones que amplíe la
mirada sobre asuntos como la felicidad, el bienestar, la plenitud, la resiliencia, el
optimismo, entre otras.

En este punto, proponemos aproximarnos a una mirada desde la piscología positiva


que plantea la pregunta sobre aquello que hace que una vida merezca ser vivida. Esta
aproximación estudia la experiencia de la vida humana, es decir, las personas siendo y
dando lo mejor de sí mismas.

En esa línea, Peterson y Park (2013, p. 12) plantean que la vida de todas las personas
tiene desafíos, donde lo bueno de la vida es tan genuino como lo malo. Desde allí, la
psicología positiva parte de la idea de que la vida implica algo más que evitar o resolver
problemas y que las explicaciones de lo que es una buena vida deben dejar de centrarse
en el reverso de los problemas; cuestionando un poco los supuestos del modelo de
enfermedad de las personas como seres imperfectos, frágiles, víctimas del entorno y
exigiendo poner la mirada tanto en la fortaleza como en la debilidad, en la construcción
de experiencias placenteras como en la superación de las situaciones complejas y,
asimismo, en el cómo lograr una vida plena para las personas donde también converge
la sanación.

Tener una mirada desde la psicología positiva nos permite ir en consonancia con lo que
plantea la Compañía de estar en la vida de las personas, no sólo en los eventos que
materializan un riesgo, sino también del estar en los momentos positivos y de
bienestar. En este caso, para el abordaje de salud mental, proponemos contemplar una
mirada que parte de la premisa de que la excelencia y la bondad humana son tan
auténticas como la enfermedad, el trastorno y el sufrimiento.

En esa línea, entendemos el capital psicológico como aquel grupo de características,


rasgos, experiencias, habilidades y relaciones con las que cuentan las personas que
habilitan el disfrute y el hacer frente a los desafíos de la vida. El capital psicológico
contiene atributos como la fortaleza, la confianza, el optimismo, la esperanza,
la autoeficacia y la resiliencia, marco que la psicología positiva proporciona para un

44
esquema integral que describe y entiende en qué consiste una buena vida (Park y
Peterson, 2009, p. 426).

Pararnos desde este punto no implica negar las experiencia tensionantes o adversas
de las personas, por el contrario, reconoce que en ese reto de superar los desafíos de
la cotidianidad pueden surgir oportunidades de alta gratificación, cambio y
transformación personal; reconociendo que en aquellas experiencias emocionales
complejas, se entremezcla lo positivo y lo negativo;

“que el optimismo se hace más evidente cuando las personas se enfrentan a


contratiempos y fracasos; que las crisis revelan las fortalezas del carácter; y que el
desafío constante es un prerrequisito para la experiencia de flujo en un momento dado
y para lograr algo importante en la vida” (Peterson, 2006).

Desde este punto desarrollaremos los siguientes conceptos:

Experiencias subjetivas positivas: emociones como felicidad, plenitud, optimismo


Las emociones positivas, como la felicidad, el optimismo y la gratitud, amplían y
constituyen el repertorio, herramientas o capital psicológico, social y comportamental
de las personas.

Sabemos que las emociones desempeñan un papel fundamental en la vida de las


personas: el miedo, la ansiedad o la ira -por ejemplo- pueden alertar en situaciones de
peligro, conduciéndonos a actuar de formar urgente para evitar, escapar o solucionar
una amenaza latente. No obstante, las emociones positivas no sólo generan sensación
de seguridad o bienestar, también amplían las opciones de respuesta que tienen los
seres humanos construyendo recursos más duraderos. En esa línea, las emociones
positivas están relacionadas con la capacidad de recuperación ante la adversidad.
Como lo plantea Fredrickson (2001), “si bien las emociones negativas contribuyen a
nuestra supervivencia y seguridad, las emociones positivas contribuyen a la resiliencia
y prosperidad”.

Construir y mantener buenas relaciones con los demás, tener sentido y propósito de
vida, sentirse valorado, reconocido, desplegar talentos y competencias personales,
reír, saborear los momentos de la vida, liberarse del sufrimiento, sentirse agradecido
y expresar esta gratitud, contribuye en la construcción de ese estado de bienestar y/o
de felicidad.

Desde esta mirada se resalta el optimismo, como aquella expectativa humana de que
ocurrirán más cosas buenas que malas. Las investigaciones realizadas demuestran
que el optimismo protege contras los efectos adversos de situaciones complejas o
negativas. El optimismo es beneficioso en gran parte porque se asocia con una
resolución activa de problemas ya que responde al cómo percibimos e interpretamos
dicho evento, invitándonos a encaminar acciones constructivas para su resolución.

45
Rasgos individuales positivos (fortalezas del carácter, talentos, intereses, valores)
Hablar de capital psicológico pasa por el entendimiento de las fortalezas del carácter
que tiene cada ser humano, que lo hace único, auténtico en su condición como
persona, la esperanza, la sabiduría, la amabilidad, el trabajo en equipo, entre otras, son
rasgos o disposiciones positivas innatas al ser humano.

Las investigaciones realizadas han permitido identificar cinco rasgos de carácter


relacionados directamente con una visión positiva de la vida; estos son: la gratitud, la
esperanza, el entusiasmo, la curiosidad, y quizás la más importante, el amor, definido
como la capacidad de construir y mantener relaciones cercanas con otras personas
(Park, Peterson y Seligman, 2004). Así, para una buena vida, los individuos necesitan
cultivar en particular estas fortalezas del carácter, de hecho, existen estudios que
sugieren que la vivencia de eventos difíciles puede aumentar los rasgos positivos de
las personas.

Relaciones interpersonales positivas (amistad, matrimonio, compañerismo)


Las investigaciones sobre psicología positiva destacan las relaciones y vínculos
afectivos positivos con otras personas: familias, amigos, compañeros de trabajo,
como un factor que contribuye significativamente al fortalecimiento del capital
psicológico pues desde allí se trabajan aspectos como la extraversión, el apoyo social,
el apego, el placer, la risa y el ocio. Sin duda alguna, las buenas relaciones proporcionan
apoyo emocional e instrumental en momentos de estrés y desafío, pero también
proporcionan un sentido de conexión y la oportunidad de celebrar las cosas buenas de
la vida.

En este caso, se destaca la importancia de sentimientos como la solidaridad, la


amabilidad y la generosidad, en la consolidación de relaciones interpersonales
saludables donde, por ejemplo, la acción de ayudar y dar a otros alimenta esa
sensación de bienestar. Diversos estudios han evidenciado la relación entre aquellas
personas que han experimentado eventos difíciles y su involucramiento y contribución
a iniciativas sociales de ayuda hacia otros, “al hacerlo, cambia la forma en que las
personas que ayudan piensan sobre sí mismas, adquiriendo una visión más positiva
que las hace más felices y saludables” Schwartz y Sendor (2009, citado por Park,
Peterson y Sun, 2013) que las personas se vinculen a iniciativas prosociales o de
servicio comunitario no sólo fortalece habilidades de liderazgo, empoderamiento y
autonomía, también su sentido de la propia valía.

A continuación, y según lo referenciado, esbozamos algunas prácticas para el trabajo


y fortalecimiento del capital psicológico en las personas:
▪ En los procesos terapéuticos, identificar los recursos que tienen las personas
y fomentar su uso, no sólo para la resolución de problemas, sino también para
alcanzar una perdurabilidad de estos factores positivos para lograr una vida
más sana y feliz.
▪ Existen técnicas de intervención que se pueden implementar en el corto plazo
para aumentar el bienestar y reducir síntomas, por ejemplo, asociados a la
46
depresión tales como el saboreo, el agradecimiento y la vinculación a causas
sociales y filantrópicas.
▪ El saboreo consiste en tomar conciencia del placer e intentar deliberadamente
que permanezca. Según Bryant y Veroff (2006, citado por Park, Peterson y Sun,
2013) una forma de cultivar emociones positivas es maximizar el impacto
emocional de las cosas buenas que suceden en nuestra vida, saboreando
aquellos acontecimientos positivos desde el compartir con otros esos
acontecimientos positivos, crear recuerdos de dichos eventos (por ejemplo,
fotografías, diarios, recuerdos); felicitarse a uno mismo cuando suceden cosas
buenas; prestar más atención a las percepciones durante la experiencia de
eventos buenos; y quedar totalmente absorto en el placer sin pensar en otros
asuntos.
▪ El sentirse agradecido o agradecimiento puede ser una práctica cotidiana en
la rutina de las personas, consignar en un diario aquellos asuntos que
generaron bienestar o felicidad durante el día y las razones por las que cada
cosa buena ha ocurrido.

Algunos factores protectores que habilitan el capital psicológico


▪ Red de apoyo social y familiar.
▪ Prácticas altruistas y optimistas.
▪ Atención adecuada a los síntomas.
▪ Estrategias de afrontamiento, tolerancia a la frustración.
▪ Relaciones de confianza entre padres e hijos.
▪ La sana convivencia.
▪ El trabajo ético.
▪ La libre determinación.
▪ Experiencias positivas previas.
▪ Un entorno protector.
▪ Buenas relaciones interpersonales.
▪ Una adecuada comprensión y gestión emocional.

47
Trastorno mental
"Porque, insisto, no existe el alma perfecta, no existe el ánimo perfecto,
existe la posibilidad de una adaptación perfecta. ¡Eso sí! y a eso hay que
aspirar”
J.L Padilla

Nadie está exento de padecer un trastorno, problema o evento de salud mental,


cualquier persona, en algún momento de su vida, puede verse en una situación de
riesgo que pueda desencadenarlo, cuestión que dependerá de la forma como
interactúen sus particularidades biológicas, psíquicas, sociales, emocionales, sus
historias de vida y su contexto.

Adicionalmente, las investigaciones demuestran que un gran número de personas con


trastornos y problemas mentales, así como sus familias, no acceden a los servicios de
salud debido al estigma público y al auto-estigma que se tiene con respecto a la salud
mental en general y al padecimiento de alguna de estas situaciones. A lo largo de la
historia se han construido estereotipos fuertemente arraigados en relación con la
peligrosidad, incompetencia y falta de voluntad de las personas con trastornos
mentales. Principalmente por el desconocimiento sobre la forma de identificar los
problemas y trastornos mentales de manera oportuna, su tratamiento y pronóstico, así
como su manejo en la familia y la comunidad, un gran número de personas generan
prejuicios muy comúnmente asociados al temor y/o la rabia, los cuales llevan a la
discriminación de las personas con trastorno o problemas mentales y sus familias.
Este es un gran desafío que tenemos como sociedad.

Es importante mencionar que el prejuicio puede llevar a negar ayuda o servicios de


atención; el miedo desencadena comportamientos colectivos de otras personas y el
autoprejuicio conlleva reacciones emocionales negativas, especialmente autoestima
y autoeficacia baja. Estas prácticas que han sido naturalizadas en nuestra sociedad no
sólo tienen consecuencias negativas para las personas que padecen un problema y
trastorno mental, también para sus familias, por las tensiones e incertidumbres que
experimentan, pues muchos de ellos terminan convirtiéndose en cuidadores en
periodos de crisis o alejándose de su red social de apoyo.

Según la Política Nacional de la Salud mental (2018) el trastorno mental es “un síndrome
caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado cognitivo, la
regulación emocional o el comportamiento del individuo que refleja una disfunción de
los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función
mental”. A renglón seguido, define el problema mental como “el malestar y las
dificultades en la interacción con los otros, que se generan por la vivencia de eventos
estresantes y no son tan graves como un trastorno mental. En esta categoría se
encuentran las consecuencias psicológicas de las experiencias traumáticas y las
reacciones emocionales ante las pérdidas significativa tales como, síntomas

48
depresivos y/o ansiosos, consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas,
problemas de aprendizaje, problemas de comunicación, dificultades de socialización,
conductas de riesgo alimentario (no comer aunque se tenga hambre, malestar con el
acto de comer, atracones, vómito después de comer) y alteraciones en el sueño, entre
otros”.

En esa línea, entenderemos el trastorno mental como aquellas respuestas cognitivas,


emocionales, comportamentales y/o físicas, asociadas a una condición biológica,
vivencial o experiencial que desequilibra la cotidianidad de cada persona, consigo
mismo, con los otros y su entorno. La diferencia entre problema y trastorno mental es
que este último tiene asociado un diagnóstico, una mayor severidad y permanencia en
el tiempo.

Las personas con trastornos mentales tienden a tener una mortalidad más temprana
que la población general (mueren cerca de 20 años más jóvenes), presentan una
alteración del sistema nervioso central con deficiencias o excesos de sustancias
bioquímicas cerebrales que dependiendo de su concentración generan síntomas y/o
signos específicos, los cuales se enmarcan en un diagnóstico, asimismo las personas
con enfermedades crónicas tienen altas tasas de depresión. Finalmente, los
trastornos mentales están fuertemente relacionados con el suicidio; adicionalmente,
la depresión, el abuso de alcohol, el desempleo y la desigualdad social son factores de
riesgo relacionados con el suicidio.

Varios trastornos mentales presentan una sintomatología relativamente temprana


que puede iniciar alrededor de los 14 años. El 75 % de los casos se manifiesta hacia los
24 años. Los desórdenes de ansiedad inician particularmente temprano y los de abuso
de sustancias suelen aparecer en la juventud, mientras que los trastornos del estado
de ánimo se distribuyen a lo largo de la vida, con síntomas importantes entre los 30 y
los 40 años (OCDE, 2012).

El informe regional sobre los sistemas de salud en América Latina y el Caribe de 2013,
menciona que la carga de los trastornos mentales y neurológicos representa el 22,2%
de la carga total de enfermedad, medida en años de vida ajustados en función de la
discapacidad. En relación con todos los trastornos neuropsiquiátricos, los más
prevalentes son el trastorno depresivo unipolar (13,2%) y los producidos por el
consumo excesivo de alcohol (6,9%). Adicional, las personas con trastornos mentales
presentan tasas elevadas de discapacidad y mortalidad.

Según datos de la Encuesta de Salud Mental (2015) en Colombia:


▪ El 44,7% de los niños entre los 7 y 11 años encuestados requiere de una
evaluación formal por parte de un profesional de la salud mental para descartar
problemas o posibles trastornos. Los síntomas que se presentaron con mayor
frecuencia fueron: lenguaje anormal (19,6%), asustarse o ponerse nervioso sin
razón (12,4 %), presentar cefaleas frecuentes (9,7 %) y jugar poco con otros
niños (9,5 %).
49
▪ En adolescentes, el 12,2% ha presentado síntomas de problemas mentales en
el último año, la prevalencia de cualquier trastorno mental fue de 4,4%, la fobia
social (3,4%) y cualquier trastorno de ansiedad (3,5%) fueron los trastornos
más prevalentes.
▪ En los adultos, la prevalencia de problemas mentales fue de 9,6% a 11,2% y los
trastornos mentales (cualquiera en los últimos 12 meses) fue de 4%. La
depresión de cualquier tipo y la ansiedad de cualquier tipo fueron los eventos
más recurrentes.

Es importante resaltar la relación que existe entre el trastorno y el problema mental, y


el mundo del trabajo: uno de cada cinco trabajadores sufre de un problema de salud
mental en cualquier momento de su vida (OCDE, 2011).

En el año 2000, la Organización Internacional del Trabajo estimó que el costo de los
trastornos mentales corresponde al 3 % o 4 % del producto interno bruto de la Unión
Europea como consecuencia directa de su alta prevalencia. Según la OCDE (2012),
alrededor del 30 % al 40 % de todas las enfermedades y discapacidades que ocurren
en los países miembros de esta organización corresponden a trastornos mentales. Los
costos se reflejan tanto en el sector salud como en el desempleo y en la alta incidencia
de ausencias médicas, así como en la reducción de la productividad en el trabajo.

En esa línea, los trastornos más frecuentes fueron: ansiedad, insomnio, depresión
mayor, trastorno somatomorfo, dependencia de alcohol y drogas, déficit de atención
e hiperactividad, y demencia. Tales desórdenes comprendieron el 26,6 % del total del
costo de la enfermedad; además, solo el 26 % de los casos había consultado a un
profesional de la salud. Así pues, acompañar la autonomía y la autoeficacia de las
personas con trastornos de salud mental y a sus familias, es una necesidad y desafío.
Para tal caso, las políticas recomiendan apoyar la creación y/o el fortalecimiento de
organizaciones de personas con trastornos de salud mental, así como organizaciones
para sus familias. Esos grupos están en la mejor situación para destacar los
problemas, especificar sus necesidades y contribuir a encontrar soluciones para
mejorar los servicios de salud mental y otros servicios necesarios.

La rehabilitación integral y la inclusión social de las personas con problemas o


trastornos mentales y sus familias no depende solo de la oportunidad y la calidad de la
atención en salud; es indispensable que los diferentes sectores (educación, cultura,
deporte, justicia, trabajo, comunicaciones y la comunidad en general) transformen sus
estereotipos, prejuicios y conductas discriminatorias en relación con la salud mental,
haciendo los ajustes razonables que permitan el acceso de estas personas a
programas de alto impacto. Asimismo, los servicios de salud mental se deben vincular
a servicios y apoyos comunitarios que permitan a las personas con trastornos de salud
mental disfrutar de oportunidades de educación, empleo y servicios sociales y de
vivienda en pie de igualdad con las demás personas.

50
A continuación, se listan algunos de los trastornos y problemas mentales a identificar,
priorizar y trabajar:

Depresión: “El trastorno por depresión se caracteriza por la existencia de un


sentimiento de tristeza lo suficientemente intenso como para interferir en el
desarrollo de las actividades habituales y/o por una reducción del interés o del placer
en actividades que solían ser del agrado de la persona afectada. La depresión es por
su propia naturaleza un trastorno heterogéneo; pacientes con el mismo diagnóstico
(es decir, trastorno depresivo mayor) pueden tener pocos síntomas en común. Esta
heterogeneidad se evidencia por el hecho de que la depresión se presenta en una
amplia variedad de formas relacionadas con la polaridad (unipolar vs bipolar), síntomas
(melancólico, atípico, psicótico o ansioso), inicio (eventos específicos, estaciones o
edad), recurrencia y gravedad. Estos subgrupos y especificadores de diagnóstico
pueden guiar las decisiones de tratamiento de varias maneras. Por ejemplo, reconocer
un subtipo depresivo específico en un paciente puede ayudar al médico a seleccionar
un tratamiento apropiado en función de la presentación particular de ese paciente.
Estos subtipos también pueden guiar el tratamiento ayudando al médico y al paciente
a identificar y discutir los factores que ayudan o dificultan el logro de la remisión y la
recuperación” Ministerio de Salud y Protección Social (2013).

Trastorno de ansiedad: “La ansiedad alude a un estado de agitación e inquietud


desagradable caracterizado por la anticipación del peligro, el predominio de síntomas
psíquicos y la sensación de catástrofe o de peligro inminente, es decir, la combinación
entre síntomas cognitivos y fisiológicos, manifestando una reacción de sobresalto,
donde el individuo trata de buscar una solución al peligro, por lo que el fenómeno es
percibido con total nitidez. La persona con ansiedad interpreta la realidad como
amenazante, pero esto no es totalmente cierto porque la situación que la percepción
puede no constituir una amenaza real; dicha percepción suele venir acompañada de
una sensación subjetiva de inseguridad, nerviosismo, angustia, irritabilidad,
hipervigilancia, inquietud, preocupación, miedo, agobio, sobreestimación del grado de
peligro, pánico, atención selectiva a lo amenazante, interpretación catastrofista de los
sucesos, infravaloración de la capacidad de afrontamiento, disfunción de la capacidad
de memoria y concentración, etc.” Cruz Morales et al. (2003).

Trastornos por estrés postraumático: “trastorno que surge como respuesta tardía o
diferida a un acontecimiento estresante o a una situación (breve o duradera) de
naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica, que causaría por sí mismo
malestar generalizado en casi todo el mundo, por ejemplo, catástrofes naturales o
producidas por el hombre, combates, accidentes graves, el ser testigo de la muerte
violenta de alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo, de una violación o de otro
crimen” Organización Panamericana de la Salud, (1995).

Trastornos relacionados con el sueño: “los trastornos del sueño se clasifican de


acuerdo a su definición: trastornos intrínsecos del sueño que son aquellos que resultan
de factores físicos internos que interrumpen la capacidad de la persona para obtener
51
un sueño reparador. Entre aquellos trastornos se encuentran la AOS o Apnea
Obstructiva el Sueño, la narcolepsia, el Síndrome de Piernas Inquietas y el insomnio;
los trastornos extrínsecos están determinados por comportamientos personales o
sociales que pueden afectar la implementación de hábitos, acá se encuentran los
trastornos ambientales generados por condiciones en el lugar de sueño, insomnio por
altitud que se presenta cuando el cuerpo es sometido a presiones de altura fuertes y
repentinas o el insomnio por higiene de sueño inadecuada; por último, los trastornos
del ritmo circadiano que se presentan cuando se somete al cuerpo a exigencias
anormales como el trabajo nocturno, el cambio de zona horario, entre otras”, de
acuerdo con la International Clasification of Sleep Disorders, Revised, Amarican
Academy of Sleep Medicine (2001, s.p.).

Duelo: Se trata de "La pérdida de un familiar y/o un ser querido con sus consecuencias
psico-afectivas, sus manifestaciones exteriores y rituales y el proceso psicológico
evolutivo consecutivo a la pérdida. Puede haber también duelo complicado, el cual es
una forma de duelo agudo que es inusualmente prolongado, intenso e incapacitante;
pensamientos perturbadores, comportamientos disfuncionales, emociones
desreguladas y / o problemas psicosociales graves impiden la adaptación a la pérdida.
El síndrome de duelo complicado es una condición única y reconocible que puede
diferenciarse de otros trastornos mentales.” Borgeois (1996).

Burnout: Es una “Patología derivada de un estrés crónico, con consecuencias


negativas a nivel individual y organizacional, que surge de la interacción entre el
contexto laboral y las características de la persona; se caracteriza por cansancio físico
o psicológico, sensación de no poder dar más de sí mismo (agotamiento emocional),
actitud fría y despersonalizada en relación con los demás (despersonalización) y
sentimientos de bajo logro personal y profesional” Martínez (2010).

Algunos factores de riesgo


▪ La excesiva atención a las emociones, la baja tolerancia a la frustración,
sentirse solo.
▪ Antecedente de haber sufrido traumas físicos o sexuales.
▪ Antecedentes familiares.
▪ Problemas económicos.
▪ Consumo de alcohol y sustancias psicoactivas.
▪ Estigmatización de los trastornos y problemas mentales.

52
Ideación e intento suicida, y comportamientos
autolesivos
“Quería ‘tranquilidad’, que me dejaran solo en mi subsuelo.
Tan inhabituado estaba a la ‘vida real’ que ésta me oprimía
hasta el punto de que apenas me dejaba respirar”.
Fiódor Dostoievski

Como lo expresa Ramos (2013), “las muertes por suicidio parecen muertes invisibles,
casi inexistentes, desaparecidas de las preocupaciones sociales y mediáticas y de las
agendas políticas y sanitarias. No obstante, en el mundo arrastran el sufrimiento de
millones de personas y, con ellas, otras muchas más que les sobreviven”.

Cada cuarenta segundos se suicida una persona en el mundo y que cada dos segundos
hay un intento de suicidio; lo que supone cerca de 1.000.000 muertes por suicidio y
20.000.000 de intentos de suicidio cada año. Adicional, cada acto suicida afecta a
otras seis personas de su entorno. Estos datos dejan claro la necesidad, la urgencia,
de abordar esta problemática, no sólo como un asunto de interés de salud pública sino
como un asunto prioritario en las agendas nacionales e internacionales de todos los
sectores, al ser un drama -personal y humano- sobre el que se puede y, sobre todo, se
debe actuar.

El comportamiento suicida es un fenómeno complejo pues no existe una única causa


que lo explique y, como en todos los problemas relacionados con salud, existen
factores que predisponen y que desencadenan el comportamiento. No obstante, es
importante señalar que la persona que se suicida no quiere morir necesariamente y,
mucho menos, por su propia cuenta, lo que quiere es dejar de sufrir, vivir una situación
diferente.

Como lo expresa la Fundación Española para la Prevención del Suicidio (2013) “la
persona que intenta suicidarse necesita ayuda para ver otras alternativas a la solución
o, al menos, la disminución de esos problemas. Nadie que es feliz se suicida. El suicidio
lo genera el sufrimiento y la desesperanza de que este sufrimiento pueda desaparecer
en el futuro, por lo que la muerte se ve como la mejor solución posible o, en todo caso,
mejor opción que seguir con vida. En consecuencia, abordar su sufrimiento y
desesperanza deberá ser la vía regia para prevenir la conducta suicida”.

Entre los principales factores que podrían estar incluidos en ella, se hace especial
mención a la vulnerabilidad o resiliencia individual, en relación al contexto social y
cultural, la edad, el género, la etnia, religión o los factores genéticos. El sufrimiento,
relacionado con distintas variables, que lleva a la persona a la desesperanza, es un
factor determinante en la mayoría de los estudios. El sufrimiento se relaciona en las
primeras edades, con la presencia de traumas, maltrato, estilos de crianza o
ambientes desfavorecidos y en la vejez con la aparición de enfermedades, la pérdida
53
de seres queridos, la violencia doméstica etc. Mención especial merece el trastorno
mental y dentro de ella la depresión mayor, ya que cuando presenta comorbilidad con
otros factores aumenta notablemente el riesgo. Nos encontramos ante una realidad
compleja que requiere de actuaciones amplias que impliquen a la mayoría de los
agentes sociales.

Según la Organización Mundial de la Salud (2009) el comportamiento suicida es un


resultado no deseado del estado de salud mental de una persona, en ese sentido no es
considerado como un diagnóstico en sí mismo y se ha definido como “una secuencia
de eventos denominado proceso suicida que se da de manera progresiva, en muchos
casos e inicia con pensamientos e ideas que se siguen de planes suicidas y culminan
en uno o múltiples intentos con aumento progresivo de la letalidad sin llegar a la
muerte, hasta el suicidio consumado”, dentro de este espectro es importante
desatacar y diferenciar: la ideación suicida, el intento, el suicidio frustrado y el que
logra consumarse.

La ideación y las tentativas suicidas pueden ser vistas como fases previas al suicidio,
esto significa que existe un desarrollo desde los pensamientos hasta la acción en las
cuales se ha realizado un acto intencionado y autoinfligido que amenaza contra la vida
y con resultado de muerte.

La tentativa de suicidio incluye aquellas situaciones en las que la persona ha realizado


un acto en el que amenaza su vida con la intención de ponerle fin o dar esa apariencia
y sin que tenga como resultado la muerte. Hay que diferenciar ‘tentativa de suicidio’
del ‘suicidio frustrado’, este último hace referencia a la situación en que una persona
realiza una acción que acabará con su vida; pero un elemento imprevisto ajeno a su
voluntad impide la consumación del suicidio.

Como lo señala la Fundación Española de Prevención al Suicidio (2006), existen


algunos indicios que pueden advertir del riesgo de suicidio. En esa línea, hay que poner
atención a estas señales, en los grupos y momentos de vida las persona,
especialmente durante los seis meses posteriores a una hospitalización psiquiátrica,
si ha sufrido recientemente una pérdida importante o bien si tiene problemas
interpersonales como, por ejemplo, graves conflictos con su pareja. Las señales de
alerta más significativas son:
▪ Habla de suicidarse. Verbaliza: “quiero matarme” o “voy a suicidarme”. Ofrece
señales como “no seré un problema por mucho tiempo más” o “si me pasa algo
quiero que sepan que...”.
▪ Comunica sentimientos de soledad y aislamiento.
▪ Manifiesta emociones contenidas de alejamiento y huida.
▪ Expresa sentimientos de impotencia, aburrimiento, inutilidad, fracaso, pérdida
de autoestima, desesperanza.
▪ No responde a los elogios.
▪ Tiene dificultades para comer o dormir.
▪ Muestra cambios radicales en su comportamiento.
54
▪ Se aleja de sus amigos y/o actividades sociales.
▪ Pierde el interés en sus aficiones, sus estudios o su trabajo.
▪ Regala sus posesiones más apreciadas.
▪ Corre riesgos innecesarios.
▪ Pierde el interés en su apariencia personal.
▪ Aumenta el consumo de bebidas alcohólicas o de drogas.
▪ Cierra asuntos, visita o llama a personas para despedirse.
▪ Piensa que su sufrimiento es muy grande o ha durado tanto que cree que ya no
puede con él.
▪ Piensa constantemente en la muerte.
▪ Tiene ideas definidas sobre cómo quitarse la vida.
▪ Tiene dificultad para concentrarse.
▪ Le da vueltas y más vueltas a problemas que parecen no tener solución.
▪ Aumentan las molestias físicas, frecuentemente asociadas a conflictos
emocionales.
▪ Escucha voces que le instruyen a hacer algo peligroso.
▪ Empeora un posible estado de depresión (tristeza profunda).

Adicionalmente, hay algunos sentimientos o sensaciones que se dan en la mayoría de


las personas que tienen pensamientos suicidas y que pueden servir de señales de
alerta. A menudo estas personas se sienten incapaces de: superar el dolor, pensar
claramente, tomar decisiones, ver alternativas, dormir, comer o trabajar, entre otras.

Según la Política Nacional en Salud Mental (2018), en el país el intento de suicidio es un


evento de notificación obligatoria desde 2016. La Política evidencia que en 2017 se dio
un incremento del 47%, con respecto al año anterior, en los intentos de suicidio
reportados. Las cifras son alarmantes, entre 2009 y 2016, se presentó un promedio
anual de alrededor de 2,000 casos de defunciones por suicidio en el país.

Importante destacar que de los casos reportados el 62,7% fueron de sexo femenino.
En general, las mujeres son quienes intentan suicidarse con mayor frecuencia en razón
de 2 mujeres por cada hombre. El 29,7% ocurrió en población de 15 a 19 años (48,5%
entre los 15 y 24 años), el 79,9% proceden de cabeceras municipales, el 2,2% fueron
indígenas y el 3,7% son afrocolombianos.

En todo caso, no hay que olvidar que cada suicidio tiene condiciones particulares y
que, aunque no puede conocerse exactamente los porqués de cada suicidio y, en
consecuencia, la forma concreta de predecirlos o prevenirlos; sí se conocen
características, factores protectores, de riesgo y determinantes que, en general,
pueden ayudar a prevenir, atender y disminuir los casos de suicidio.

El trastorno y el problema mental es el primer factor de riesgo suicida, especialmente


entre jóvenes y adultos (OMS, 2002). Aproximadamente el 90% de los casos de
suicidios están relacionados con trastornos afectivos (depresión, trastorno bipolar),

55
pero también con la esquizofrenia, los trastornos de ansiedad y los trastornos de
personalidad.

Adicional, es importante destacar que aproximadamente 10,2 millones de personas en


todo el mundo realizan algún tipo de comportamiento autolesivo que requiere atención
médica, y cerca de 30 millones estarían en riesgo de tener este tipo de
comportamientos, aunque no acuden a algún tipo de atención sanitaria.

En esa línea, entenderemos el intento y la ideación suicida como aquellos


pensamientos, decisiones y acciones que toma una persona para dejar de sufrir. En
muchas ocasiones la persona que se suicida no desea morir, sino vivir en una situación
diferente de la que vive, sin los problemas ni los sufrimientos que padece.

La ideación suicida, ni el suicidio se consideran un problema o trastorno mental sino


un síntoma o manifestación de estos

Adicional, entenderemos los comportamientos autolesivos como aquellas acciones


observables, deliberadas y con la intención de hacer y producir daño físico, directo, en
el cuerpo. Este entendimiento y abordaje nos exige como Compañía transitar varios
caminos.

Primero, conocer las señales de alarma e identificar estrategias de prevención para


evitar el acto suicida e intervenir ante el comportamiento suicida para disminuir el
riesgo de su repetición. Entendiendo que éste es consecuencia de una compleja
interacción entre factores predisponentes, precipitantes y protectores, entre la
vulnerabilidad individual y los estresores a los que cada individuo se enfrenta a lo largo
de la vida o en determinados contextos.

Segundo, realizar actividades de promoción y prevención en salud mental a nivel


individual, familiar y comunitario, en articulación con otros sectores corresponsables.
La sensibilización y concientización dirigida a la población general se realiza con el fin
de desmitificar el acto suicida y proponer actuaciones dirigidas al conocimiento de
esta problemática; actuaciones que ayuden a las personas en riesgo, más que las
reacciones habituales de miedo y la tendencia a ocultar este comportamiento.

Tercero, fortalecer las competencias del personal de salud y educación, desde la


atención primaria en salud, formulando de protocolos y guías de práctica clínica. En
este punto es importante resaltar los aspectos éticos relacionados con el
comportamiento suicida y la confidencialidad.

Como lo expresa la Fundación Española para la Prevención del Suicidio (2018) “la
confidencialidad se refiere al derecho que tiene la persona a que su información quede
en el ámbito profesional y sea usada, fuera de este ámbito, sólo con su permiso. Sin
embargo, cuando un personal de la salud valora y considera la posibilidad de que su
paciente se suicide, su primera responsabilidad es proteger a esa persona. Esto puede
56
implicar, a veces, romper la confidencialidad, especialmente cuando personas
cercanas, la familia, se pueden convertir en agentes de contención y control para
evitar el suceso. El o la paciente debe ser informado de su derecho a la
confidencialidad, pero también de los límites que tiene este derecho”.

Cuarto, desarrollar acciones dirigidas a la transformación cultural en el largo plazo,


este es un punto importante para resaltar, pues en la prevención del suicidio hay que
tener en cuenta los mitos relacionados y las ideas erróneas sobre el tema y que pueden
entorpecer la prevención de éste.

Contar con estrategias que busquen desmitificar las creencias que existen alrededor
del suicidio pasan por entregar información a la población general sobre qué se debe
hacer y qué no ante la detección de personas con pensamientos de quitarse la vida;
ofrecer teléfonos y contactos claros con la idea de transmitir que existen personas
preparadas que pueden ayudar al individuo que está pensando en el suicidio como una
salida a una situación problemática en su vida.

En este punto, la OMS (2000) hace énfasis en la corresponsabilidad que tienen los
medios de comunicación al informar sobre un acto suicida, recomendando que éste
debe hacerse de la manera más responsable, sin ser sensacionalista, sin dar detalles
del método usado; reconociendo que influyen múltiples factores en el acontecimiento
y teniendo en cuenta el impacto que esto tiene sobre las familias, los supervivientes y
la sociedad en general.

Igualmente, nos parece importante señalar que un abordaje transversal del suicidio se
considera imprescindible al objeto de mitigar los efectos del mismo, así, las acciones
para su prevención deben contemplarse en las fases de prevención, detección,
diagnóstico, tratamiento y continuidad de cuidados de los trastornos mentales, así
como en los aspectos relacionados con la formación y reciclaje de los profesionales
sanitarios y sociales, sin olvidar las acciones de sensibilización y lucha contra el
estigma. En este sentido, es necesario lograr el compromiso de los medios de
comunicación, ya que éstos tienen capacidad para influir tanto positiva como
negativamente en las conductas suicidas. Una cobertura responsable de las noticias
relacionadas con el suicidio puede ayudar a su prevención.

Reivindicar entonces que todos estamos implicados en la elaboración de estrategias


de prevención de esta problemática.

Algunos factores protectores para prevenir el comportamiento suicida y autolesivo


▪ Buena relación con los miembros de la familia.
▪ Percepción de apoyo por parte de sus amigos, familiares.
▪ Estilos cognitivos y de personalidad como las buenas habilidades sociales, la
confianza en sí mismo, la búsqueda de ayuda y consejo en momentos críticos.
▪ Receptividad hacia las experiencias de otras personas y hacia los
conocimientos nuevos.
57
▪ Integración social, buenas relaciones con los compañeros y apoyo de otras
personas significativas.

Factores protectores, de riesgo y


determinantes
“Las cosas están ligadas por lazos invisibles, no se puede arrancar una flor
sin molestar una estrella”.
Galileo Galilei

La comprensión de los ejes temáticos propuestos nos invita a poner la mirada sobre
los factores protectores, de riesgo y los determinantes que influyen, se conectan y son
interdependientes entre sí para aproximarnos a estrategias correctas y con impacto,
alrededor de la salud mental. A continuación, este apartado busca ahondar en estos
aspectos para continuar la propuesta acerca de la forma de abordar todos los
elementos identificados y descritos.

En 2004, la OMS emitió la directriz de orientar las acciones de la salud pública en el


marco de los determinantes sociales y económicos de la salud, por cuanto la
aproximación a partir de los factores de riesgo se agota en su capacidad explicativa de
las alteraciones en salud. Esto significa que ni la salud ni la enfermedad se resuelven
solamente controlando los factores individuales, sino que es necesaria una visión
ecológica.

El enfoque de los determinantes sociales requiere de la aplicación del conocimiento


científico para identificar y atender las causas estructurales de las alteraciones de la
salud de toda la población. Para ello, considera los factores sociales que promueven o
deterioran la salud de los individuos y, además, los procesos que subyacen a la
distribución inequitativa de estos factores en los grupos que ocupan posiciones
desiguales en la sociedad (Castaño, 2009).

Los determinantes sociales de la salud se definen como todas aquellas “circunstancias


en las que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema
de salud” (OMS, 2008). Tales circunstancias guardan estrecha relación con los factores
económicos, de poder, de recursos y de política pública que explican muchas de las
inequidades sanitarias. El marco conceptual del modelo de determinantes sociales de
la salud plantea dos niveles: los estructurales y los intermedios.

Determinantes estructurales de las inequidades en salud


▪ Aspectos propios del contexto socioeconómico y político:
▪ Políticas macroeconómicas.
▪ Políticas sociales (mercado de trabajo, vivienda, tierra).

58
▪ Políticas públicas (educación, salud y protección social).
▪ Valores culturales y sociales.
▪ Posición socioeconómica.
▪ Clase social, género y etnia.
▪ Educación, ocupación e ingresos.

Determinantes sociales intermedios de la salud


Condiciones materiales:
▪ De vida.
▪ Trabajo.
▪ Alimentación.
▪ Sistema de salud.
▪ Comportamientos y factores biológicos.
▪ Factores psicosociales.

Para la OMS (2012), la salud mental está influenciada por atributos personales,
circunstancias sociales en las que las personas se encuentran y en el ambiente en el
que viven. Estos determinantes interactúan dinámicamente y pueden amenazar o
proteger el estado individual de salud mental. Ciertos grupos de la sociedad pueden
ser particularmente susceptibles a experimentar trastornos o problemas mentales;
por ejemplo, las personas que viven en hogares en situación de pobreza y sufren
problemas de salud crónicos, los grupos minoritarios y las personas expuestas a
desplazamiento forzado por causa de situaciones de violencia o guerra.

Cualquier persona puede estar expuesta a los factores de riesgo que incrementan la
probabilidad de que se presente un trastorno o problema mental en diversos
momentos de la vida; estos pueden afectar el bienestar o incidir en la salud, incluso
varias décadas después de experimentar situaciones dolorosas o traumáticas.

Tabla 5. Factores de riesgo y protectores


Nivel Factores adversos Factores protectores
Baja autoestima Autoestima y confianza
Inmadurez cognitiva o emocional Habilidad para solucionar los
Atributos individuales problemas y manejar el estrés y
la adversidad
Enfermedad y uso de sustancias Buen estado de salud
Dificultades de comunicación Habilidades de comunicación
Exposición a violencia y abuso Seguridad
Bajo ingreso Seguridad económica
Soledad y situaciones de duelo Soporte social de la familia y
amigos
Circunstancias sociales Conflictos familiares Buena relación con los
miembros de familia
Dificultades o problemas educativos Obtención de logros
académicos
Bajos ingresos y pobreza Satisfacción y éxito en el
trabajo

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Pobre o limitado acceso a servicios Equidad de acceso a servicios
básicos básicos
Factores ambientales Injusticia y discriminación Justicia social, tolerancia e
integración
Inequidades Equidad social y de género
Exposición a la guerra y la violencia Seguridad
Fuente: OMS (2012)

El modelo de determinantes sociales permite comprender la salud mental en el marco


de sistemas ecológicos, los cuales crean ambientes particulares para individuos,
familias y sociedades, así como para la generación de las políticas públicas. Esta
mirada integradora involucra el desarrollo mental saludable de los niños, las familias,
el ambiente escolar, las condiciones de trabajo, las redes de apoyo social y las
condiciones económicas y sociales del país y la localidad. Por ende, este modelo
enfatiza las dinámicas de los factores del micro (interacción individual), del meso
(comunidad) y del macronivel social (políticas públicas) que rodean a un individuo para
establecer los ejes centrales de las estrategias de promoción de la salud mental,
(Sharma et al., 2017).

Factores externos que determinan la salud de una población


▪ Cultura.
▪ Ingresos.
▪ Estatus social.
▪ Redes de apoyo.
▪ Educación.
▪ Condiciones de trabajo y de empleo.
▪ Ambientes sociales y físicos.
▪ Servicios de salud.

Factores personales que inciden en la salud


▪ Biológicos.
▪ Género.
▪ Genéticos y étnicos.
▪ Prácticas personales de salud.
▪ Desarrollo infantil.
▪ Estilos de afrontamiento.

Los determinantes esbozados se pueden agrupar en tres grandes categorías que


iluminan la comprensión de los procesos sociales en los que tiene lugar la promoción
de la salud mental (Victorian Department of Human Services, 2006):
▪ Inclusión social: relaciones de soporte, involucramiento en actividades
grupales y de comunidad y compromiso cívico.
▪ Eliminación de la discriminación y la violencia: valoración de la diversidad, la
seguridad física, la autodeterminación y el control de la propia vida.
▪ Acceso a recursos económicos: trabajo, educación, vivienda y dinero.

60
En el marco de referencia anterior y a manera de insumo fundamental para establecer
una intervención en salud, la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud,
establecida por la OMS, precisa tres recomendaciones generales que aplican también
a la promoción de la salud y la prevención del trastorno mental:
Mejorar las condiciones de vida cotidianas: invertir en los primeros años de vida para
reducir las inequidades sanitarias, vivir en entornos saludables (incluido el trabajo
digno), promover comportamientos sanos, invertir en el desarrollo rural, procurar
equidad en las respuestas a las exigencias del cambio medioambiental y facilitar el
acceso universal a los servicios de salud.

Luchar contra la distribución desigual: hacer esfuerzos para que la equidad sanitaria
se considere como criterio de actuación de los gobiernos y se tenga en cuenta en la
evaluación de impacto de los acuerdos económicos, en el fortalecimiento de las
políticas de equidad y participación social frente a la calidad de los servicios de salud
y en la repartición del poder, el dinero y los recursos.

Medición y análisis del problema: observación, seguimiento y medición de las


inequidades sociales de la salud.

Entender estos asuntos nos permitirá identificar las incertidumbres y los riesgos, de
manera concreta, que están relacionados con una adecuada aproximación a la salud
mental de las personas, abriendo el espectro en la comprensión de estos riesgos
desde una mirada que invita a la integralidad, la interdependencia y lo sistémico de la
gestión de estos temas.

61
62
Componentes
“La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas,
sino de estar abierto a todas las preguntas”
Earl Gray Stevens

Al analizar los factores protectores, de riesgo y los determinantes que convergen


alrededor de los ejes temáticos propuestos, identificamos aspectos que son
repetitivos y que inciden directamente en la gestión y el acompañamiento de la salud
mental de las personas, de allí la importancia en observar estos elementos en mayor
detalle. Éstos serán llamados en nuestra propuesta conceptual ‘componentes’.

Los componentes son pues aquellos asuntos que nos permitirán movilizar, promover,
desarrollar, atender y acompañar; en ese sentido, se convierten en los vehículos que
le darán tracción a nuestra forma de entender la salud mental en SURA, pues
reconocemos que, por ejemplo, tener acciones sobre la sana convivencia no es un
asunto menor, sino que pasa a través de unos aspectos fundamentales de la
cotidianidad y la vida humana, a saber: habilidades, competencias y destrezas; hábitos
de vida saludable; familias; tejido social y, por último pero no menos importante,
sentido de vida.

Este desarrollo conceptual parte del estudio y la referenciación, externa e interna, que
nos permitió construir una propuesta de abordaje para la Compañía, haciendo énfasis
en elementos relevantes a desarrollar a través de modelos, programas y herramientas
que nos permita ver tangibles nuestras propuestas de intervención.

Resaltamos también que tanto los componentes como los ejes temáticos no son silos,
trabajan y funcionan de manera interconectada, de allí el impacto que generan para
promover la salud mental. En otras palabras, cuando hablamos del desarrollo de
hábitos de vida saludable, por ejemplo, tendremos también en cuenta el desarrollo de
habilidades, competencias y destrezas, que el transformar un comportamiento puede
reforzarse a través del entorno, del trabajo en las familias y los colectivos sociales;
esto nos permite evidenciar que estos componentes son integrales y que los lazos que
los unen son pertinentes y deben gestionarse de manera sistémica.

A continuación, presentaremos el desarrollo conceptual de los cinco componentes


propuestos.

63
Habilidades, competencias y destrezas
"Sé quién era esta mañana cuando me levanté, pero creo que he debido
cambiar varias veces desde entonces"
Lewis Carroll
El desarrollo de este componente parte de entender y diferenciar los conceptos de
habilidades, competencias y destrezas, entendiendo que estos tres escenarios de
desarrollo son fundamentales para construir y promover formas de interacción en las
personas y los colectivos que den cuenta de reflexiones y prácticas asociadas a la
salud mental.

El primer concepto que abordaremos es el de habilidades. Desde 1999, la OMS se ha


aproximado al desarrollo de habilidades entendiendo su importancia para afrontar
esas exigencias y desafíos de la vida diaria. Se ha entendido entonces que éstas hacen
parte de los atributos psicosociales que las personas desarrollan en el relacionamiento
con otros y les permite hacer frente a los retos de la cotidianidad; conocerse y
aceptarse a sí mismas; comunicarse de manera efectiva; manejar los conflictos
creativamente y tomar decisiones oportunas, son algunas de las habilidades
declaradas que tienen relación directa con la salud mental y el desarrollo humano.

En esa línea, Choque-Larrauri y Chirinos-Cáceres, (2009), refuerza esta comprensión


entendiendo que este conjunto de habilidades permite al individuo actuar de manera
competente y habilidosa en las distintas situaciones de la vida y con su entorno, en
última instancia y muy relacionado con la idea de aprender a vivir.

Existen también programas y prácticas alrededor del mundo que han empleado las
habilidades como un enfoque para el desarrollo e implementación de programas de
intervención, por ejemplo, en población adolescente. Las habilidades proveen una
base teórica robusta para el diseño de herramientas prácticas.

En 1993, la Organización Mundial para la Salud formula su reconocida apuesta de


habilidades para la vida como una apuesta educativa que pone la mirada sobre la
formación psicosocial, emocional y relacional de las personas para que éstas mejoren
su calidad de vida. Esta propuesta de diez habilidades es complementaria,
interdependiente y brindan herramientas a las personas para vivir en la diversidad,
afrontar riesgos psicosociales y ejercer de manera plena su ciudadanía. A
continuación, se presenta un cuadro resumen de las habilidades para la vida:

Tabla 6. Habilidades para la vida


Habilidad Descripción Favorece
Reconocimiento del ser, el carácter, las fortalezas y Autonomía
debilidades, gustos y disgustos. Responsabilidad
Conocimiento Permite reconocer los momentos de preocupación o tensión.
de sí mismo Este conocimiento es requisito de la comunicación efectiva,

64
las relaciones interpersonales y la capacidad para desarrollar
empatía.
Capacidad de “ponerse en los zapatos del otro” e imaginar Respeto
cómo es la vida para esa persona. La empatía ayuda a valorar Solidaridad
Empatía la diferencia y mejorar las interacciones sociales. También a
fomentar comportamientos solidarios y de apoyo hacia las
personas que necesitan cuidados, asistencia o aceptación.
Responsabilidad
Comunicación Destreza que posibilita expresarse adecuadamente según los Respeto
asertiva parámetros establecidos por la cultura y las situaciones. Convivencia
Participación
Relacionamiento pacífico y enriquecedor con las personas que Solidaridad
Relaciones interactúa. Es la capacidad para iniciar, mantener o terminar Convivencia
interpersonales relaciones amistosas o familiares que son importantes para el Autonomía
bienestar mental y social. Respeto
Equidad
Capacidad de elegir entre distintas alternativas, evaluando Responsabilidad
Toma de opciones y las consecuencias que éstas podrían tener. Autonomía
decisiones Equidad
Participación
Solución de Afrontamiento constructivo de problemas cotidianos. Manejo Convivencia
problemas y creativo y pacífico de los conflictos como alternativa de Respeto
conflictos construcción de una cultura de paz.
Capacidad de cuestionar, analizar y evaluar información, Justicia
Pensamiento hechos y experiencias considerados verdaderos. Equidad
crítico Autonomía
Participación
Utilización de los procesos básicos de pensamiento para Autenticidad
Pensamiento desarrollar o inventar ideas o productos novedosos, estéticos, Autonomía
creativo o constructivos. Respuestas adaptativas y flexibles ante Participación
situaciones de la vida cotidiana.
Manejo de Reconocimiento propio y ajeno de los sentimientos y Respeto
sentimientos y emociones. Ser conscientes de la influencia de estas en el Autonomía
emociones comportamiento y responder a ellos en forma apropiada. Equidad
Manejo de Identificación de las fuentes de estrés y sus efectos en la vida. Autonomía
tensiones y Aprender a relajarse de tal manera que las tensiones creadas Responsabilidad
estrés por el estrés inevitable no resulten en problemas de salud.
Tomado de Fundamentación teórica Félix y Susana, Fundación SURA (2020).

Las habilidades permiten a las personas transformar conocimientos, actitudes y


valores, es decir brindan oportunidades para saber qué hacer y cómo hacerlo. En esa
línea, nos parece importante señalar que éstas no son comportamiento de las
personas, no son recetas o prescripciones, no son instrucciones para cambiar
comportamientos y, aunque algunas parten de la interioridad del ser humano, no se
desarrollan de manera individual, pues conecta con esa visión completa del ser
biopsicosociotrascendente.

El segundo concepto referenciado es el de competencias. Según el Marco Europeo de


Cualificaciones MEC (2008), las competencias son las capacidades que tienen las
personas para utilizar conocimientos y habilidades personales, sociales y
metodológicas en situaciones relacionadas con sus desarrollo académico, profesional

65
y personal. En esa línea, la competencia se describe en términos de responsabilidad y
autonomía y está íntimamente relacionada con el poder llevar a cabo acciones y
desempeñar tareas específicas con un grado determinado de dominio.

La UNESCO ha desarrollado todo un abordaje sobre competencias para el trabajo y la


vida haciendo énfasis en que el desarrollo de competencias comienza desde los
primeros años de vida y se va reforzando a través del tiempo; algunas de estas se
adquieren dentro de procesos educativos y otras a partir de la interacción entre
individuos. De esta propuesta rescatamos las competencias digitales, el aprender a
aprender y las competencias interpersonales y cívicas. Respectivamente, se refieren
a lo siguiente:
▪ Es un proceso evolutivo que se desarrollan a lo largo de la vida.
▪ La educación basada en el aprendizaje con sentido es uno de los pilares de
desarrollo fundamentales para la adquisición de competencias (más adelante
desarrollaremos este punto en la propuesta de áreas de gestión).
▪ Son relacionales y contextuales, es decir que su desarrollo, el “ser competente”,
está conectado con la exposición social y del entorno que tienen los individuos.

El tercer concepto referenciado es el de destreza, utilizado en algunos casos como


“habilidad manual” para realizar con eficiencia, eficacia y efectividad algunas tareas o
actividades. El mismo paradigma sociocognitivo humanista define la destreza como
aquel desarrollo en una habilidad y competencia que permite realizar determinadas
acciones mentales, un “pensar con las manos” que exige el uso de métodos, materiales,
herramientas e instrumentos de manera adecuada.

Estas tres distinciones nos permiten proponer que el desarrollo de este componente
esté encaminado a la generación, promoción y adquisición tanto de habilidades,
competencias y destrezas en el ser humano. Entendiéndolas como esos
conocimientos, acciones y herramientas que poseen las personas, que son innatas a
ellas, que les permiten conectarse con otros y, desde allí, transformar su actuar en el
mundo.

Le apostamos al desarrollo y la promoción de este componente en personas y


colectivos, a través de procesos conscientes de aprendizaje que respondan a la
motivación de las personas para hacer frente a los desafíos de la cotidianidad.

Así, pues, comprendemos que la habilidad es innata al ser humano, quien al


desarrollarse a través de una acción (conocimiento) consciente puede volverse
destreza que al ponerla en un contexto especifico (aprender a hacer en un entorno) se
convierte en una competencia.

Este es un camino que se recorre a través de espacios de aprendizaje formal e informal


que acompañan los diferentes momentos de la vida de las personas y que, para
nosotros en SURA, deberá estar articulado a la propuesta de áreas de gestión en la

66
medida en que los procesos educativos, teóricos, prácticos y experienciales, es la
herramienta más poderosa para el desarrollo de éstos.

Lo anterior entiende que la sola transmisión de mensajes y adquisición de


conocimientos no garantiza que las personas modifiquen su comportamiento o estilo
de vida, esto exige de procesos de observación, valoración, conocimiento, motivación,
oportunidad, escucha, percepción y aceptación de cada individuo.

En esa línea proponemos desarrollar este componente a través de las siguientes


habilidades, competencias y destrezas, priorizadas según su impacto, relevancia y
pertinencia dentro de nuestro abordaje en salud mental.

Consciencia de sí mismo: entendiendo que el ejercicio de auto conocerse es un


proceso infinito en la experiencia humana, se propone el desarrollo de este conjunto
de habilidades, competencias y destrezas, partiendo de la dimensión de interioridad e
introspección que tiene cada persona, que lo habilita a recorrer el camino del
autoconocimiento, la escucha interna y externa, la confianza en sí mismo, la empatía y
la toma de decisiones.

Comprensión emocional: comprende las habilidades relacionadas con el manejo de


emociones y sentimientos; destrezas asociadas a la identificación y el reconocimiento
de emociones, y su gestión a través de herramientas como la respiración consciente;
y las competencias interpersonales y cívicas, especialmente en aquellas situaciones
de tensión y estrés, que permitan fortalecer la capacidad de resiliencia de la persona.

Manejo de problemas y conflictos: entendiendo que el conflicto es algo natural al ser


humano y que, al gestionarlo de manera positiva, lo habilita en su transformación,
proponemos enfocarnos en la competencia de escucha activa, comunicación asertiva
y resolución, arbitraje y negociación; mecanismos para la solución pacífica de
conflictos.

Creatividad: involucra las habilidades de pensamiento creativo, crítico y flexibilidad.


Lo anterior, está relacionado con la inteligencia creativa y con la capacidad de
asombrarse y observar el entorno de manera sistemática, continua, encontrando
nuevas oportunidades de desarrollo.

Por último, reiteramos que este conjunto de habilidades, competencias y destrezas


son interdependientes y que el desarrollo de estas ocurre a través de la vivencia y no
desde la instrucción. Sucede en los lugares en los que transcurre la cotidianidad de las
personas, en escenarios en los cuales se aprende y convive con múltiples saberes,
sentimientos y opiniones, poniendo en juego diversas formas de comprender e
interpretar el mundo.

67
Hábitos de vida saludable
“La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal y como soy entonces
puedo cambiar”.
Carl Rogers
El desarrollo de este componente, a diferencia de los otros aquí presentados, tiene
mayor profundización conceptual incluyendo una propuesta concreta de hábitos a
desarrollar dentro de la Compañía; esto responde a que éste no es un tema ajeno a la
organización. Desde distintos frentes, como la propuesta de saludables y otras
iniciativas, se ha avanzado en el entendimiento de hábitos y estilos de vida saludables
como una de las apuestas en salud que tiene mayor impacto en el bienestar de las
personas, de ahí que esté priorizado como uno de los desafíos al interior de la
capacidad de salud y como organización.

En ese sentido, este componente recoge los entendimientos, aprendizajes y


experiencias desarrolladas en la Compañía, se nutre de la propuesta conceptual en
salud mental, haciendo énfasis en la relación hábitos -ejes temáticos- y demás
componentes, y robustece su mirada con la integración de modelos y metodologías de
los estudios del comportamiento; nuevas miradas que nos permiten adquirir
capacidades para: identificar comportamientos, diseñar estrategias de intervención
comportamental fáciles, prácticas y con impacto, entendiendo que la transformación
comportamental pasa por el individuo, colectivos y entornos.

Así pues, este componente se desarrolla de la siguiente forma. En primer lugar, se


presentan, de manera general, las dos aproximaciones teóricas desde donde se
engrana nuestra propuesta y nuestro alcance como organización cuando hablamos de
hábitos de vida y cambio comportamental, a saber, el modelo transteórico del cambio
y la rueda del cambio del comportamiento COM-B. La integración de ambas apuestas
metodológicas nos permite proponer el rol, alcance y propósito que tendrá la
Compañía en los asuntos relacionados con hábitos y al diseño de experiencias
comportamentales, este será el segundo punto de este apartado. Tercero y último, se
presenta la definición de Hábitos para SURA, cómo y desde donde lo entenderemos, y
una propuesta robusta de nueve hábitos cada una con definición propia, identificación
de comportamientos problemáticos y a promover, asociados a la propuesta
conceptual de salud mental.

Se destaca el acompañamiento de la Universidad EAFIT, desde la coordinación de su


maestría en estudios del comportamiento para diseñar este componente, y el trabajo
del equipo interno de la Compañía que ha avanzado en el entendimiento de este tema
y que, desde allí, han generado programas, acciones e intervenciones asociadas al
bienestar de las personas.

Hablar de hábitos es hablar de comportamientos. Tradicionalmente, se ha entendido


que, para instaurar un comportamiento nuevo hacemos uso de una señal o estímulo
que nos invita y, en la mayoría de los casos, indica que es el momento adecuado para
68
realizar la acción que hemos decidido emprender. En la medida que el comportamiento
se realiza de forma secuencial y repetitiva, nuestro cerebro aprende la rutina, se
naturaliza, y ya no se requiere de toda la atención mental para llevarlo a cabo, es decir,
pasa a ser un comportamiento automático que no requiere tanta carga mental como
inicialmente lo hacía.

Cuando un hábito nace, el cerebro dirige la atención a otras tareas. Si un hábito no se


transforma o aparecen nuevas rutinas, el hábito sigue por sí solo. Los hábitos nunca
desaparecen, quedan codificados en el cerebro, de allí que debamos aprender a crear
nuevas rutinas neurológicas que dominen dichos comportamientos, tomando control
de los circuitos de hábito. Una vez se crea un nuevo patrón, podemos volver
automático el nuevo habito; los hábitos están en la raíz de cómo nos comportamos.

Adicional, es importante tener presente que una buena manera de consolidar hábitos
es asociarlos a recompensas; éstas permiten cultivar la motivación y la determinación
en la decisión del cambio comportamental. Las recompensas tangibles o simbólicas
son muy utilizadas ya que dan sensación de logro, retribución, avance y permiten
mantener el comportamiento. No obstante, deben evaluarse periódicamente y valorar
su sostenibilidad.

Estos son algunos de los elementos iniciales del cambio comportamental, entenderlos
permite también aproximarse a las formas sobre el cómo activar e incidir en los
procesos automáticos y reflexivos de la mente humana a la hora de proponer e invitar
a las personas a hacer cambios en sus comportamientos, rutinas y estilos de vida.

A continuación, se presentan dos aproximaciones teóricas que, a nuestro


entendimiento, son complementarias y que nos entregan un marco de actuación para
responder a ese desafío.

Modelo transteórico del cambio


Prochaska y DiClemente (1982) en su modelo de los estadios de cambio identificaron
seis etapas que simbolizan seis realidades por las que cualquier persona pasa en un
proceso de cambio. Este modelo ha demostrado ser constante en cualquier tipo de
proceso de cambio de una situación problemática, tanto un cambio realizado por uno
mismo como uno realizado o acompañado por un profesional o terapeuta. El modelo
contempla seis etapas.

Precontemplación, “no puedo” o “no lo haré”: en este punto, la persona todavía no ha


considerado o identificado que tiene una situación por modificar o que necesite
introducir un cambio en su vida.

Contemplación, “quizá pueda”: las personas son más conscientes de los beneficios
inherentes al cambio y están menos satisfechos con su actual estado de salud y
bienestar. En este punto, están considerando adoptar medidas en los próximos seis
meses. Sin embargo, las personas pueden permanecer en esta etapa durante mucho
69
tiempo y convertirse en contempladores crónicos porque no pueden imaginarse a sí
mismos comportándose de manera diferente o no saben cómo cambiar.

Lo anterior puede estar relacionado con que aún no han identificado una razón
suficientemente convincente para cambiar, como un problema de salud que pone en
peligro la vida, la muerte de un familiar; en otras palabras, no han identificado una señal
o detonante que inicie la decisión del cambio. En esta etapa los objetivos tendrán que
ver con pensar, decidir y reflexionar, no con la adopción de un comportamiento.

Preparación, “lo haré”: también llamada etapa de “determinación”. La persona está


motivada hacia el cambio, ha reforzado su motivación y está planeando tomar algún
tipo de acción en el próximo mes. El individuo experimenta algunos tipos de acción
hacia su meta, ha hecho una elección consciente de tomar acción y tiene la esperanza
de que sea posible un cambio positivo.

Acción “Lo hago”: en esta etapa, la persona se implica en acciones que le llevan a un
cambio, ha identificado el nuevo comportamiento que quiere establecer y lo realiza
constantemente, aumentando gradualmente hasta llegar al nivel del objetivo. Esta
etapa tiene una duración de hasta seis meses y, durante este período, la persona está
trabajando en el establecimiento de nuevos hábitos. Tiene que concentrarse muy
duramente mientras practica los nuevos comportamientos y cambia sus estilos de
vida.

Mantenimiento “continúo haciéndolo”, “sigo haciendo”: por lo general, comienza seis


meses después de que el comportamiento inicial haya cambiado, cuando el nuevo
cambio se ha convertido en un hábito. Existe la confianza que se va a poder mantener,
pero se debe seguir trabajando con disciplina para mantener el comportamiento.
Asimismo, se intenta mantener en el tiempo el cambio conseguido en la etapa de
‘acción’ y prevenir recaídas.

El riesgo en el mantenimiento es el aburrimiento y el peligro de volver poco a poco de


nuevo a viejos hábitos menos saludables. Las personas pueden fallar o abandonar
temporalmente el nuevo comportamiento y necesitar apoyo para conseguir
reorientarse.

Fallo, recaída: existe un alto riesgo de fallo y recaída en la fase de preparación, de


acción y de mantenimiento, allí las técnicas para gestionar la recaída son importantes.
La persona vuelve a realizar el comportamiento que había cambiado o estaba en
proceso de cambiar. Tras esto, el sujeto vuelve a una etapa anterior; el modelo
considera los fallos y las recaídas como un evento normal en el proceso de cambio,
incluso suele decirse que cada fallo o recaída acerca un paso más hacia la
recuperación completa.

El fallo es un solo error en un comportamiento deseado, que puede llevar o no a una


recaída. El hecho de si un fallo se convierta en una recaída depende de la respuesta de
70
la persona a los fallos y de cómo percibe la pérdida de control. De hecho, aprender a
lidiar con éxito con un fallo (reconocimiento temprano y corrección o ajuste) es un
signo de que el mantenimiento es permanente. Por otro lado, la recaída es el abandono
de los nuevos hábitos positivos, lo que lleva a la desaparición de los beneficios, para
intervenir una recaída es importante averiguar qué pasó y después reiniciar el proceso
de preparación y acción.

Tradicionalmente, la Compañía ha desarrollado sus propuestas de hábitos bajo este


enfoque de trabajo, entendiendo que las personas pueden desarrollar un conjunto de
condiciones elevando su nivel de conciencia para responsabilizarse y autogestionar su
condición de bienestar y salud. En esa línea, la organización ha implementado acciones
de cambio comportamental desde el sensibilizar, movilizar, facilitar, reconocer y
recompensar.

En la fase de precomtemplación, se sensibiliza comunicando a las personas el valor


que tiene la salud y lo que representa en la cotidianidad del curso de vida. Busca, a
través de la activación de los sentidos, lograr que las personas sean sensibles respecto
a su bienestar, para que la percepción del concepto lo conviertan en la generación de
acciones reales.

En la fase de contemplación, se moviliza desde la emoción, convocando a las personas


para que logren transformar sus acciones presentes en acciones futuras deseables
para su bienestar, reforzando la posibilidad que tiene la persona en convertirse en lo
que quiere llegar a ser. Se entrega conocimiento y se acompaña para que las personas
redescubran sus habilidades y competencias y sientan la convicción de actuar a favor
de cuidar la salud.

En la fase preparación, se acompaña y facilita para que juntos aprendamos la forma de


hacer que las acciones definidas sean más simples de lograr, se le invita a la reflexión,
lo que hace que la persona entienda, comprenda y acepte que emprender un camino
de cambio puede llevarse a la realidad esperada sabiendo que “sentir que todo cuesta
demasiado” puede verse como que “todo lo que se hace en beneficio de la propia vida
tiene un valor incalculable”.

En la fase de acción, se emprenden acciones de reconocimiento, identificando que


cada persona es un ser con características propias, que tiene una forma única de
definir su propósito y recorrer el camino para llegar a los objetivos propuestos.

Por último, en la fase de mantenimiento, se recompensa y tangibiliza el logro alcanzado


a través de distintas iniciativas.

Rueda del Cambio del Comportamiento COM-B


Susan Michie, Lou Atkins y Robert West (2014) plantearon la rueda del cambio del
comportamiento como una herramienta para diseñar y evaluar intervenciones
comportamentales. Este modelo permite comprender la importancia que tienen
71
factores ambientales y contextuales para la facilitación de comportamientos y como
su modificación puede ayudar a que se refuercen unos comportamientos y se inhiban
otros. Según este modelo es importante identificar si las personas poseen las
capacidades, oportunidades y motivaciones para realizar el comportamiento. Con
base en el análisis se pueden utilizar diferentes técnicas para favorecer estos
elementos y así promover los hábitos saludables e inhibir los que se consideran
problemáticos.

Capacidades
Las personas deben tener la capacidad de llevar a cabo el comportamiento. Esto hace
referencia tanto a las capacidades físicas, es decir, la fuerza, la habilidad física de
realizar la conducta; pero también las psicológicas, es decir, el conocimiento y las
habilidades psicológicas para llevar a cabo los procesos mentales que se ven
involucrados en el desarrollo del comportamiento.

Oportunidades
Los comportamientos se realizan en tanto las personas tengan la oportunidad de
hacerlos; es decir, exista un contexto físico y social que favorezca la realización del
comportamiento. La oportunidad física hace referencia a un ambiente que brinde los
elementos necesarios para hacer el comportamiento, refiriéndose al tiempo, los
recursos, las locaciones que hacen posible la realización del comportamiento. Las
oportunidades sociales están relacionadas con las señales interpersonales que le
indican a una persona si el comportamiento es aceptable social y culturalmente; en
este sentido se consideran claves que indican cuál es el comportamiento deseado, así
como el comportamiento que realiza la mayoría de las personas que son referente para
la persona en un contexto. En este sentido, favorecer hábitos como la actividad física
se relaciona con que existan senderos peatonales agradables, pero también con el
tiempo y la sensación de seguridad para recorrerlos. Respecto a lo social, señales que
indiquen que debe hacerse silencio en un recinto o ver a las otras personas hablando
en voz baja o sin hablar se consideran oportunidades sociales.

Motivación
Para que se desarrolle un comportamiento debe haber la motivación para realizarlo. Al
respecto de este elemento es importante diferenciar los dos tipos de motivación que,
al mismo tiempo, reflejan en parte, en qué momento de la adquisición del hábito, se
está. La motivación reflexiva es aquella que implica planes, intenciones conscientes y
la evaluación sobre lo que se considera bueno y malo para el individuo en el desarrollo
de un comportamiento. Es la primera motivación que aparece en un proceso de
adquisición de hábito de forma consciente, pero no implica que la conducta ya esté
presente; es decir, una persona puede tener la intención de mejorar su salud financiera
y evaluar como malo realizar conductas de compra excesiva, pero seguir haciendo el
comportamiento. Por otra parte, la motivación automática hace referencia a los
procesos automáticos del ser humano o que están por fuera de su consciencia y que
se manifiestan como deseos, necesidades, emociones, impulsos y aún como
respuestas reflejas frente a ciertas señales. La motivación automática comúnmente
72
es parte de un hábito consolidado, pero también puede ser el elemento de reflexión
para el cambio de un hábito que no me acerca a lo que quiero ser por uno que se
acerque más a mi ideal.

Camino del cambio en SURA


Entendiendo estos dos modelos -y su complementariedad- planteamos que la
Compañía, al hacer propuestas de hábitos de vida saludable entienda su rol y alcance
como organización para acompañar a las personas en esa decisión de cambio
comportamental, como un habilitador de ese camino. Un tránsito que recorren las
personas y colectivos que, en ocasiones, debe caminarse varias veces antes de
instaurar el hábito, así pues, es un proceso continuo en el que estaremos involucrados
desde distintos alcances para acompañar esa decisión de vida.

Desde este punto también comprendimos que existen dos caminos a recorrer. El
primero, desde la fase de precontemplación cuando las personas aún están iniciando
esa “toma de consciencia”, el cual llamaremos camino del cambio desde la razón. El
segundo, cuando en nuestra vida diaria realizamos comportamientos automáticos,
que pueden ser beneficiosos o no para la salud, pero que no han pasado por un proceso
reflexivo mental para decidir si mantenerlo o transformarlo, esta otra aproximación la
llamaremos camino del cambio desde el comportamiento.

Camino del cambio desde la razón


Una manera de adoptar un nuevo hábito comienza con la toma de consciencia o la
importancia de este nuevo comportamiento para la vida de la persona. Se considera
este planteamiento para las personas que inician el proceso de cambio y se
encuentran en la fase de precontemplación, concibiendo que la persona recorra las
fases de manera lógica, donde la Compañía sea la señal o detonante que a través de la
sensibilización logre movilizar a la adopción o transformación del hábito.

En este camino, la persona contempla la posibilidad de cambio y cuando toma la


decisión de incorporar acciones en su día a día se dispone a realizar una construcción
de propósito, con unos mini objetivos específicos, medibles, alcanzables, realizables y
definidos en tiempo. Luego de tener un plan claro, inicia la ejecución y genera la
repetición de acciones a través de mecanismos que faciliten su realización diaria, tales
como: ejecutar las acciones acompañado por amigos o familiares, buscar entornos
con personas que favorezcan y estimulen los nuevos comportamientos y definiendo
activadores que lo estimulen para continuar.

La persona en el recorrido aprende a sentir gratificación por las pequeñas victorias y


logros, valorando lo transformado, recibiendo reconocimiento y a través de la
repetición y del mantenimiento de las acciones alcanzar lo que quiere llegar a ser;
recibiendo así las recompensas de acuerdo con el alcance de sus mini objetivos y gran
propósito. Es fundamental entender que en el recorrido o transitar de este proceso el
disfrutarlo marca una pauta que enmarca el logro.

73
Se pueden presentar fallos o recaídas y es esperado que la persona sienta frustración
o desanimo para continuar; en ese caso se debe estar preparado para identificar si es
necesario tener un acompañamiento que le permita retomar y continuar para el logro
de sus objetivos o si puede retomar al comprender que un fallo o una recaída pueden
llegar y -bondadosamente- asumirlo, asimilarlo y seguir.

Camino del cambio desde el comportamiento


Muchos de los hábitos que adquirimos o tenemos en nuestra vida no se han
desarrollado de forma consciente, sino que los hemos incorporado a partir de lo que
hemos observado en otros que son significativos, por ejemplo, a través de los padres
o educadores durante la infancia; incluso tenemos comportamientos que son
acciones que se han vuelto hábitos debido a la repetición que hacemos de ellos en el
día a día.

En este sentido este segundo camino se plantea para las personas que se encuentran
en la fase de acción, es decir, ya realizan algún comportamiento de manera recurrente,
aunque es muy posible que no le hayan dado un significado en su vida sobre el sentido
que tiene para ellos y cómo potencializarlo. Este camino es importante tenerlo
presente para personas que realizan el comportamiento de forma ocasional, por lo que
podrían ubicarse entre la etapa de preparación y mantenimiento y quieren reforzar el
camino del hábito para incorporarlo en el estilo de vida.

Cabe anotar que este camino parte de los aprendizajes previos, es decir, de la
instauración de acciones observadas a través de un modelo, por una experiencia
disfrutable que invita a iniciar con algunas nuevas acciones o por seguir una
instrucción que la asume como disfrutable y que le genera algún tipo de beneficio. No
obstante, en este camino la persona inicia el comportamiento sin haber realizado una
planeación de propósito o mini objetivos previa; tiene incorporadas las acciones de
adopción y transformación y -en este punto- podríamos acompañar para facilitar el
proceso y que continúe el camino con el conocimiento, reconocimiento y
recompensas correspondientes. De igual forma, animándolo para que le dé un
propósito y significado al mismo, de tal forma que pueda seguir construyendo el ideal
de lo que quiere llegar a ser.

Entendiendo esos dos caminos, reconocemos que nuestro potencial de incidencia


como Compañía es muy amplio. De ahí la necesidad de formular las siguientes
recomendaciones a la luz del desarrollo de capacidades, motivaciones y
oportunidades que tienen las personas para transformar sus hábitos.
▪ Facilitar el conocimiento acerca de cómo hacer ciertos comportamientos o
direccionar a las personas en la búsqueda de aquel que puedan brindarle la
información. En este sentido, se desarrollarían dos funciones: (a) brindar
información y conocimientos, pero también (b) entrenar o direccionar con
aquellos que puedan llevar a cabo el entrenamiento. De esta forma se aumenta
la capacidad y se tendría el componente necesario, pero no suficiente, para la
realización del comportamiento.
74
▪ Para el fortalecimiento de las oportunidades, podríamos motivar a una
redistribución del tiempo o del ambiente que favorezca la realización de los
hábitos. Asimismo, se pueden brindar recursos como señalizaciones sobre el
comportamiento a promover que le indiquen a las personas los
comportamientos a desarrollar en aras de construir el hábito. Finalmente es
importante pensar en que las personas de la Compañía también pueden ser
modelos para otros que están en proceso de adquisición de los hábitos.
▪ Facilitar el desarrollo de la motivación mediante el acompañamiento en la
reflexión sobre cuáles son los planes e intenciones que acercan al individuo a
hacer quien quiere ser. La educación orientada a los valores, la presentación de
modelos saludables y el entrenamiento en el control de los impulsos son
elementos para considerar en el componente de la motivación.

Propuesta de hábitos en SURA


Entenderemos los hábitos como aquellas acciones, prácticas y/o rituales que cada
persona elige vivir cada día, para darle sentido a lo que es y quiero llegar a ser. Son
actos de cuidado con amor que tiene el individuo para sí mismo y para los otros.

Los hábitos pueden generarse por muchas razones tales como imitación, repetición o
decisión; no obstante, se reconoce la importancia que tiene el proceso de reflexión en
la apropiación de los comportamientos, de tal manera que éstos se alineen con lo que
esperamos o deseamos llegar a ser. En esa línea, promovemos transformaciones para
que las personas vivan sus hábitos:
▪ De forma autónoma y libre.
▪ Desde la reflexión, donde cada individuo se pregunte el porqué de sus acciones
y les encuentre un sentido.
▪ Dándose cuenta o siendo consciente del impacto de sus decisiones y acciones.
▪ Conociendo lo que es importante mejorar, cada vez un poco más.
▪ Creyendo que es posible, para empezar a hacerlo realidad.
▪ Planeando cómo vivir cada acción y sabiendo qué quiere transformar.
▪ Mirándolo como una oportunidad de lograr grandes transformaciones a través
de pequeñas acciones conectadas entre sí.
▪ Valorando cada acción para mantener las que fortalecen el resultado hacia su
bienestar.
▪ Ejecutándolos de manera repetitiva en la rutina diaria.
▪ Disfrutando cada acción, sin generar una sensación de “sacrificio”.
▪ Confiando en su intención y voluntad para emprender esas acciones,
apoyándose en las oportunidades que le brinde el entorno u otras personas para
lograrlo.
▪ Practicando con otros las acciones definidas.
▪ Compartiendo con otros todo lo aprendido.
▪ Recompensando sus logros con pequeños detalles.
▪ Sintiendo gratitud hacía sí mismas por las pequeñas ganancias logradas,
entendiendo que un pequeño logro cada día suma para un gran resultado final.

75
La propuesta de hábitos que se presentará a continuación fue construida tomando
como punto de partida los ejes temáticos presentados en esta conceptualización.
Desde allí se identificaron una serie de comportamientos “problemáticos” y “a
promover”, se agruparon o clusterizaron por similitud y se construyeron definiciones
propias para el entendimiento de este hábito.

Es importante señalar que se presentan algunos de los comportamientos


identificados y que poner la mirada sobre este asunto es una tarea dinámica, en la
medida en que el ser humano transforma sus modos de ser y de actuar. De allí la
siguiente aclaración: se encontrarán sólo algunos comportamientos, los que fueron
priorizados inicialmente por el Equipo Base de Salud Mental. Está abierta la
oportunidad e invitación para seguir alimentando e identificando nuevos
comportamientos a intervenir y promover.

La propuesta identifica dos hábitos medulares y siete hábitos que orbitan alrededor
de estos dos, esto no quiere decir que sean menos importantes que los otros. De
hecho, la propuesta hace visible la interconexión entre los nueve hábitos propuestos.

Ilustración 7. Resumen de la propuesta de hábitos. Construcción propia.

Hábitos medulares
Los hábitos medulares son aquellos de los que se desprenden los demás hábitos.
Aunque conscientemente podrían considerarse el punto de partida de cualquier
cambio del comportamiento o de los hábitos de una persona, al mismo tiempo se
establecen más que como un comportamiento alcanzable a corto plazo en la meta a
perseguir. En este sentido se plantean como piedra clave porque el cuidado de sí
mismo mediante estos dos hábitos se reflejaría en los demás hábitos de esta
propuesta.

No obstante, es importante señalar que en el proceso de aprendizaje de los hábitos se


ha visto como pequeños cambios en el comportamiento, que se asocian a

76
comportamientos de los hábitos que acompañan a estos dos, son quizás el punto de
partida para un cambio en el estilo de vida que posteriormente llevan a darle un sentido
de cuidado de sí.

Hábito I: Reconozco y amo mi cuerpo: soy responsable de cuidar y amar mi cuerpo.


Entendemos que el cuerpo es el lugar donde nos pasa la vida, es el primer territorio
que se habita de principio a fin, que nos permite ser, estar y sentir. Desde allí,
promovemos el cultivo de ese territorio desde su dimensión física, social, emocional,
cognitiva y espiritual, para que sea un lugar agradable donde vivir.

Buscamos que el cuerpo represente el amor que cada individuo tiene por sí mismo y el
respeto por el cuerpo del otro, pues reconocerlo es permitir un sentido de confianza y
autonomía, es descubrir el valor humano; reconocerlo es el punto de partida para
promover el respeto, el cuidado y el afecto para convivir.

Algunos comportamientos problemáticos a transformar:


▪ Desconozco las partes de mi cuerpo biológico y su funcionamiento. Por
ejemplo, no podría nombra las partes de mi cuerpo.
▪ Tengo marcas autolesivas en mi cuerpo como cortes y quemaduras.
▪ Tengo poco cuidado de mi cuerpo, de su higiene.
▪ Tengo relaciones sexuales sin protección o sin la consciencia de los riesgos que
asumo, mis comportamientos sexuales podrían ser evaluados como impulsivas
por otras personas.

Algunos comportamientos a promover:


▪ Conozco las partes de mi cuerpo y su funcionamiento.
▪ Disfruto y respeto mi cuerpo, no me avergüenzo de él, muestro confianza y
seguridad.
▪ Me cuido y me respeto, por lo que invierto tiempo en el cuidado de mí mismo
(comer conscientemente, dormir lo suficiente, mover el cuerpo, higiene y
cuidado corporal).
▪ Utilizo mi cuerpo, mis piernas y mis pies, para movilizarme a lugares cercanos.
Camino, muevo mi cuerpo y contribuyo al cuidado del medio ambiente.
▪ Manifiesto prácticas responsables (que evitan generar un daño a mí mismo y a
los otros) asociadas al consumo (licor, sustancias psicoactivas, medicamentos,
dinero) en la cotidianidad.
▪ Realizo pausas activas durante el día para mover el cuerpo.
▪ Manifiesto acciones de amor, tales como organizarme, vestirme, peinarme,
hacerme tatuajes o piercing (si son de mi agrado) que me hacen sentirse bien
conmigo mismo o me generan placer.
▪ Vivo mi cuerpo y su sexualidad con una finalidad clara, sin culpas ni
remordimientos. Privilegiando la responsabilidad y asertividad hacía mí y hacía
el otro.

77
▪ Tengo relaciones sexuales de manera responsable, utilizando métodos de
protección en caso de considerarlo necesario, privilegiando el cuidado propio y
el de las otras personas

Hábito II: Cultivo mi mente: me intereso por cultivar mi bienestar mental.


Entendemos que una mente sana, es una vida sana. Por ello, buscamos la promoción
de creencias, actitudes, comportamientos y acciones habituales que favorezcan el
reconocimiento, la aceptación y expresión regulada de las emociones, de la condición
humana y el cuidado de sí mismo y el otro.

La mente, como aquello inmaterial que comprende el conjunto de actividades y


procesos, tanto conscientes como inconscientes, de carácter psíquico, tales como la
percepción, el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad, el pensamiento, las ideas,
la imaginación, los sueños, las emociones, las historias de vida, las experiencias, la
memoria, nos permite construir lo que somos como individuos.

Algunos comportamientos problemáticos a transformar:


▪ Me hablo y trato con palabras negativas, que me discriminan, bajan mi
autoestima y me generan vergüenza o no aceptación de mí, de mi cuerpo tal y
como es.
▪ Tengo conocimiento de lo que es beneficioso para mi vida y sin embargo hago
algunas cosas contrarias (alimentación, actividad física, sueño, consumo de
sustancias, comportamientos, emociones, relaciones y demás).
▪ Maquillo o camuflo lesiones violentas -o minimizo- excusando la situación.
▪ Sólo disfruto de eventos sociales si hay licor o sustancias psicoactivas y cuando
consumo me es difícil parar de hacerlo.
▪ Consumo sustancias para evadir un problema personal, familiar y/o laboral.
▪ He intentado suicidarme.
▪ He tenido ideas suicidas.
▪ Me pongo en situaciones de riesgo como cruzar la calle sin mirar, manejar a alta
velocidad, etc.
▪ Mis comportamientos son permisivos con los demás, subyugando mis propias
necesidades o derechos.
▪ Siento culpa con mis acciones.
▪ Siento un miedo constante en mi cotidianeidad por cualquier razón.

Algunos comportamientos a promover:


▪ Me hablo y trato con palabras de amor y aceptación que fortalecen mi
autoestima y aceptación de mí, de mi cuerpo tal y como es.
▪ Soy empático y asertivo con mis propias emociones, deseos, necesidades y las
de los demás.
▪ Identifico y expreso emociones como rabia, miedo, ira, tristeza, de forma
regulada.
▪ Expreso regularmente mis emociones.

78
▪ Mantengo la calma, manifestando emociones correspondientes a las
situaciones que atraviesan mi vida (eventos vitales estresantes o bondadosos).
▪ Reconozco los momentos en los que mi vida cotidiana se está viendo afectada
por mis emociones y lo gestiono con responsabilidad.
▪ Establezco y realizo pequeñas acciones en el día a día que me generen bienestar
y disfrute, y sean coherentes con el conocimiento que tengo.
▪ Realizo prácticas de relajación y/o meditación.
▪ Soy capaz de desconectarme de mis obligaciones sin sentirme culpable por
ello.
▪ Me rio de mí mismo y de lo que me sucede en lo cotidiano.
▪ Reconozco mis buenas intenciones y acciones, aceptando mis limitaciones
como ser humano (que hay asuntos fuera de mi control), y me hago responsable
de mis actos.
▪ Disfruto de espacios sociales y de ocio, sin el consumo de sustancias o
haciendo un uso responsable de estas (identificando cuando parar).
▪ En caso de presentar un trastorno mental, asisto a las citas, hago el
seguimiento y tomo mi medicación (si aplica).
▪ Rechazo agresiones físicas, psicológicas y/o sexuales hacia mí y los otros.

Hábito III: Me alimento con amor: soy consciente de cómo alimento mi cuerpo,
escuchando lo que necesito y lo que me genera bienestar.
Entendemos que la alimentación con amor es aquella que nos permite tener
conciencia de lo que comemos. Es disfrutar la comida con plena atención, saborearla,
tener el control sobre ella, mejorar la relación que tenemos con los alimentos. Es
utilizar todos los sentidos para elegir comer alimentos que son tanto placenteros como
nutritivos para el cuerpo.

Es conectar tu cuerpo desde la vida con los alimentos que lo nutren y le facilitan su
activación, funcionalidad y dinamismo.
¿Por qué comer con atención plena?
▪ Nutre no sólo el cuerpo sino también el alma.
▪ Se vuelve más fácil y disfrutable con la práctica.
▪ Promueve un entendimiento de tus verdaderas necesidades.
▪ Ayuda a hacerte consciente de tus pensamientos, sentimientos y sensaciones
físicas en relación con la alimentación.
▪ Ayuda a reconectarte con tu sabiduría interna innata acerca del hambre y saciedad
▪ Ayuda a traer aceptación y equilibrio a tu vida.

La alimentación concibe una nutrición completa, equilibrada, suficiente, adecuada,


diversificada e inocua y suministra al cuerpo todo lo que necesita para su
funcionalidad.

Algunos comportamientos problemáticos a transformar:


▪ Me alimento de manera poco adecuada para mis requerimientos nutricionales.
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▪ Elijo mis alimentos de acuerdo con mis emociones, la mayor parte de mi tiempo.

Algunos comportamientos a promover:


▪ Me alimento de manera adecuada para mis requerimientos nutricionales.
▪ Establezco tiempos para la compra (cultivo), conservación (limpieza y
almacenamiento) y preparación de los alimentos.
▪ Me doy el tiempo para saborear los alimentos y sentir placer.
▪ Comparto mis alimentos al menos una vez a la semana con alguien que aprecio,
en los espacios y horarios definidos.
▪ Disminuyo la compra de víveres de único uso e implementó medidas de reciclaje
de residuos y su reutilización.
▪ Soy consciente de la cantidad de agua que consumo.

Hábito IV: Descanso para estar mejor: sé que necesito dormir y descansar para
recargarme, continuar, para estar mejor.
Entendemos que el dormir bien más que una opción es una necesidad básica que todo
ser humano experimenta a lo largo de su vida. Dormir y descansar brindan grandes
beneficios a la mente y al cuerpo, impactan positivamente la salud y el desempeño, por
cuanto permiten la reparación y recuperación física y mental.
Al dormir y descansar se facilita:
▪ Reparación del tejido celular (mayor producción de colágeno durante el sueño,
previniendo el envejecimiento prematuro).
▪ Fortalecimiento del sistema inmunológico.
▪ Restauración de funciones mentales: memoria (consolidación de información),
atención, aprendizaje, toma de decisiones, evaluación de riesgos, entre otras).
▪ Eliminación de desechos del metabolismo y toxinas, previniendo la aparición del
Alzheimer.
▪ Proporciona mayor energía, motivación y favorece el pensamiento positivo.
▪ Fortalece la Resiliencia, previniendo la aparición de síntomas de ansiedad,
depresión y facilitando el conocimiento de sí mismo.

Tips para descansar y estar mejor:


▪ Horas sueño (7 - 9 horas, de acuerdo con el momento de vida).
▪ Alimentación: conocer que alimentos intervienen en un buen dormir ¿cuál es el
mejor momento para realizar actividad física?
▪ Entorno lugar descanso (iluminación, ventilación, ruido, espacio, temperatura)

Algunos comportamientos problemáticos a transformar:


▪ Me acuesto muy tarde y me levanto muy temprano. No duermo lo suficiente.
▪ Me voy a la cama y me quedo pensando en lo que debo hacer y me desvelo.
▪ Duermo, pero me despierto al otro día sin energía.
▪ Sacrifico tiempo de descanso o destinado a otras actividades importantes para
consumir sustancias psicoactivas o tecnología (por ejemplo, estar en redes
sociales).

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Algunos comportamientos a promover:
▪ Duermo de 7.5 a 8 horas diarias la mayor parte de los días
▪ Establezco rutinas en mi vida diaria para el buen descanso (siestas, horarios
fijos para acostarse y levantarse).
▪ Genero un entorno apropiado para dormir (ambiente agradable y tranquilo) /
activadores/ promotores del sueño.
▪ Mi tiempo de descanso es para descasar y no para otras actividades, como
sustancias psicoactivas o tecnología, etc.
▪ Evito excesos (comidas abundantes, bebidas estimulantes, estímulos
estresantes, ejemplo, noticieros, etc.) en mi día a día que me permiten tener un
sueño reparador.
▪ Si tomo una ducha antes de dormir, procuro que sea corta, de 2 a 4 minutos.

Hábito V: Tengo conversaciones conscientes: converso con amor y bondad


escuchándome y escuchando a los otros.
Entendemos las conversaciones conscientes como aquellas que favorecen la
conexión con el otro y lo reconocen como un interlocutor válido para afianzar las
relaciones humanas.

Uno de los principios del proceso comunicativo es saber escuchar, esto implica el
desarrollo de la empatía, es decir, la disposición psicológica en la que se observa al
otro. No sólo lo que dice sino sus emociones, sus objetivos, sus reacciones. Escuchar
también implica expresar al otro que se está escuchando. Esto se hace mediante la
comunicación verbal y no verbal. Para llevar a cabo esta expresión puede utilizarse el
parafraseo o el resumen de lo que la persona acaba de decir.

Las conversaciones conscientes también involucran la asertividad, es decir, la


capacidad que tiene una persona para defender sus derechos, oponerse, expresar
sentimientos. Esta implica ser capaz de trasmitir a otra persona sus posturas,
opiniones, creencias o sentimientos de manera eficaz y sin sentirse incómodo. La
asertividad parte de la base que los derechos de los otros son igual de importantes que
los propios. Generalmente esta capacidad está asociada con el derecho que tiene un
individuo de marcar límites y hacer valer con respecto su opinión (habilidad de
oposición); no obstante, es importante tener en cuenta que esta también involucra ser
capaz de dar y aceptar cumplidos o palabras amables.

Dentro de las conversaciones conscientes es importante tener en cuenta: el contacto


visual; el afecto o la emoción, el volumen de la voz

Algunos comportamientos problemáticos a transformar:


▪ Tengo conversaciones conmigo mismo y con los demás de manera agresiva o
violenta.

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Algunos comportamientos a promover:
▪ Tengo conversaciones conmigo mismo y con los demás de manera asertiva,
empática y compasiva.
▪ Escucho: presto completa atención al otro durante una conversación, valido
haber comprendido lo que la otra persona quiso expresar, profundizo e indago
por lo que el otro quiere expresar y valoro e incorporo lo que otros dicen en mi
manera de actuar.
▪ Tengo espacios de conversación de distintos temas con distintos oyentes y en
distintos espacios.
▪ Planteo y realizo conversaciones que implican distintos puntos de vista,
oyentes y generación de acuerdos
▪ Resuelvo los conflictos de manera pacífica.
▪ Tengo conversaciones con personas de confianza alrededor de mi sexualidad u
otros temas relacionados con mi intimidad.
▪ En caso de presentar un trastorno mental, acepto y hablo con tranquilidad de
éste.
▪ En mis conversaciones conscientes evito generar contaminación auditiva
(gritos, hablar todos al mismo tiempo, poner música de fondo, etc.).

Hábito VI: Me encuentro con otros: me encuentro y me reconozco en los otros cuando
estoy con ellos.
Entendemos que “el hombre es un ser social por naturaleza", un amistoso entramado
afectivo con otros donde vincularse es esencialmente una práctica plural. El vínculo
social gratificante es vital para el bienestar de los seres humanos, con una influencia
que beneficia la salud física y mental durante todo el curso de vida. El primer vínculo
más crucial en la vida se desarrolla al nacer. La formación de relaciones o vínculos
persiste a lo largo de la vida, donde se generan nuevos lazos entre las personas y la
familia, amigos, compañeros de trabajo y otros.

Por lo anterior, en SURA promovemos prácticas donde las personas puedan encontrar
lugares, dinámicas y relaciones que garanticen afecto, amparo, fidelidad y donde la
noción de otredad forma también parte integral de la comprensión de una persona.

Las relaciones interpersonales son todas aquellas formas interaccionales que


expresan no sólo la comunicación física entre dos o más personas, sino también el
trato y bienestar emocional. Son las interacciones que se presentan a diario con los
individuos en el entorno, son parte esencial de la vida en sociedad y son percibidas
como una dimensión que aporta a la autorrealización. Es importante considerar que
las relaciones interpersonales están determinadas por la comunicación, el contacto y
el trato, aspectos que se construyen en espacio y tiempo.

Algunos comportamientos problemáticos a transformar:


▪ Consumo de sustancias psicoactivas para hacer parte de un grupo o tener una
aprobación social.

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▪ Exhibo comportamientos agresivos y/o violentos en el entorno familiar, social
o laboral
▪ No denuncio o pido ayuda cuando estoy inmerso en una situación de violencia
▪ Observo situaciones de violencia en mi cotidianeidad y no hago algo al respecto.

Algunos comportamientos a promover:


▪ Tengo espacios para compartir con mi familia o amigos (comer, conversar,
salir, leer, etc.)
▪ Cuando comparto con otros, procuro movilizarme de manera consciente
(comparto mi carro).
▪ Me siento parte de grupos sociales.
▪ Participo de reuniones grupales con mi entorno social realizando actividades
que son de disfrute común
▪ Mis comportamientos evidencian asertividad y respeto.
▪ Ante un problema, tengo personas a quienes acudir por consejo, ayuda o apoyo.
▪ Denuncio o pido ayuda cuando estoy en situaciones de violencia.
▪ Intervengo o denuncio situaciones de violencia que observo para favorecer la
conciliación.
▪ En mis reuniones grupales que buscan compartir con otros, prefiero no utilizar
recipientes de único uso (de plástico, poliestireno expandido u otros)

Hábito VII: Cuido mi tiempo: valoro el tiempo que tengo, lo cuido, lo priorizo y lo vivo de
forma equilibrada.
Entendemos que el tiempo se caracteriza porque desaparece en el momento mismo
en el que empieza a existir. Es nuestra mirada la que le da sentido y contenido en su
transcurrir, pasajero y fugaz.

Partimos de entender que la inversión de tiempo que se realiza en todas las


dimensiones de la vida debe hacerse de manera equilibrada de acuerdo con lo que se
quiere lograr en cada una, con el proyecto de vida. Buscamos promover una adecuada
gestión del tiempo donde las personas tengan la capacidad de gestionar y administrar
el propio tiempo y así mejorar su capacidad de concentración, su efectividad y su
realización personal.

Tips:
▪ Agrupar tareas
▪ Aprender a decir que No
▪ Prioriza
▪ Delegar
▪ Fijar tiempos, fechas límite

Algunos comportamientos problemáticos a transformar:


▪ Paso más de 15 horas expuesto a pantallas de TIC’s o redes sociales, sin hacer
pausas en el día.
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▪ Presto una dedicación de tiempo a las redes sociales que afecta negativamente
el compartir con mis amigos y familia.

Algunos comportamientos a promover:


▪ Establezco rutinas claras en mi día a día que incluyen todas mis
responsabilidades (conmigo y con los otros).
▪ Concilio mi tiempo laboral, dejando espacios para compartir con mi familia,
amigos y conmigo mismo.
▪ Establezco tiempos en mi rutina para hacer uso de dispositivos tecnológicos y
redes sociales.
▪ Incorporo dentro de mi rutina: desconectar equipos electrónicos que no estoy
utilizando, apagar las luces que no necesito, comprar luces LED o ahorradoras
de energía, así como pilas recargables.

Hábito VIII: Disfruto mi tiempo libre: disfruto de experiencias que me generan alegría,
placer y nuevos aprendizajes.
Entendemos que disfrutar del tiempo que destinamos a acciones diferentes a las
obligaciones cotidianas es un desafío para simplificar nuestra vida, es la oportunidad
de aprender para educarnos en el ocio y reivindicarnos con nosotros mismos y con el
otro, realizando actividades alternativas que generan disfrute, favorecen el desarrollo
humano, la salud y el bienestar.

No podemos vivir sólo con lo que creamos inicialmente. La vida es expansiva, se


extiende dentro mismo de nuestro cuerpo, creciendo, desarrollándose y también de
forma territorial –física y psicológicamente-, descubriendo lugares, formas, ideas,
significados, sensaciones. Esto sucede como un diálogo: recibimos de los demás lo
que han creado y les damos lo mejor de nuestra creación (Boal, 2002).

Algunos comportamientos problemáticos a transformar:


▪ Siento que el tiempo de ocio y descanso es perder el tiempo.

Algunos comportamientos a promover:


▪ Entiendo que el tiempo de ocio y de descanso no es perder el tiempo.
▪ Dedico un tiempo diario para mí mismo en algo que me gusta.
▪ Descubro y vivo nuevas experiencias y nuevos lugares.
▪ Defino, descubro y practico nuevas experiencias relacionadas con saberes
culturales, tradiciones, pasatiempos, hobbies, entre otros.
▪ Practico la ayuda a los otros, a través de voluntariados sociales, donaciones u
otras acciones cotidianas que brindan apoyo y servicio a otros que lo necesitan.
▪ Busco espacios que me facilitan reír para incrementar la sensación de placer y
bienestar
▪ Incorporo en mi cotidianidad experiencias de contacto con la naturaleza
(camino en un parque natural, veo un amanecer, realizo actividades ecológicas,
entre otras).

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Hábito IX: Valoro mi dinero: soy consciente de lo que quiero, necesito y deseo, cuidando
mi dinero.
Entendemos que el bienestar financiero se construye con decisiones cotidianas que
no dependen únicamente del dinero. Hay que soñar, planear y visualizar tus propósitos.
Administrar bien el dinero es algo que se hace independiente del valor de lo que se gana
porque cuando más alto es el valor, más compleja es su administración, es algo que se
hace en el día a día.

El bienestar financiero no se trata solo de gastar o ahorrar dinero: tiene que ver con un
estilo de vida consciente respecto a lo que necesitas y lo que deseas y cómo darle
prioridad a cada cosa que requieres. Cuando planificas y visualizas tus objetivos a largo
plazo es que puedes trabajar por un propósito mayor.

Tips financieros:
▪ Ahorra con propósito
▪ Construye con tus seres queridos
▪ Establece prioridades
▪ Usa las tarjetas de crédito responsablemente, planeando las compras y sabiendo
que no son una extensión de tu salario.

Algunos comportamientos problemáticos a transformar:


▪ Hago apuestas que arriesgan mi patrimonio.
▪ Hago compras excesivas por internet.

Algunos comportamientos a promover:


▪ Identifico y gestiono las emociones que mueven mis decisiones financieras
(compras, apuestas, etc.).
▪ Mis comportamientos evidencian la frase "Paga lo que debes y sabrás lo que
tienes".
▪ Tengo auto criterio para decidir mis compras y mis gastos sin dejarme
presionar por mi círculo social.
▪ Priorizo el pago de lo que necesito en mi día a día y luego compro lo que deseo
(tengo una lista para hacer compras, etc.).
▪ Tengo un plan de ingresos y gastos mensual que me permite tomar decisiones
financieras como ahorrar, invertir, etc.
▪ Mis gastos son menores que mis ingresos.
▪ Mis compras buscan ser responsable con el medio ambiente: compro bienes y
servicios apoyando la industria local, prendas de vestir fabricadas de manera
responsable, dono aquello que está en buen estado y ya no utilizo.

85
Familias
“El hogar es donde el corazón puede reír sin timidez. El hogar es donde las
lágrimas del corazón pueden secarse a su propio ritmo.”
Vernon Baker

Hablar de familia es hablar de un proceso evolutivo, dinámico y social. Desde el inicio


de los tiempos, la familia se ha configurado como la célula o primera expresión societal
de la humanidad, donde todas aquellas personas con las cuales se comparten
objetivos de vida, así como algún parentesco (de consanguinidad o no): madre, padre,
abuelos, hermanas y hermanos, tías y tíos, primas y primos, entre otros, se vinculan
entre sí.

La familia es considerada como el lugar donde cada individuo, de forma integral, se le


permite convivir, crecer y compartir con otras personas, los valores, normas,
creencias, tradiciones, comportamientos, conocimientos, experiencias y afectos que
resultan indispensables para su pleno desarrollo en la sociedad.

Desde su origen la familia ha estado vinculada con una serie de funciones universales
tales como: la reproducción, la protección, la posibilidad de socializar, el control
social, la determinación del estatus para el niño y la niña, la canalización de afectos,
entre otras. Como bien lo expresan Pérez Lo Presti y Reinoza Dugarte (2011), la forma
de desempeñar estas funciones variará de acuerdo a la sociedad en la cual se
encuentre el grupo familiar.

En esa línea, cada familia es única y diferente, no sólo por las relaciones, roles y el
número de personas que la forman sino también por las actividades y trabajos que
realizan o la manera en que se organizan y proyectan y por la confluencia de aspectos
históricos, políticos, sociales, culturales y el desarrollo psicoafectivo de sus
miembros.

Tradicionalmente se ha entendido la familia como aquel grupo de personas entre


quienes existe un parentesco de consanguinidad por lejano que fuere donde el
concepto de linaje está arraigado a esta concepción; adicional, se ha entendido que la
familia es aquel grupo de personas que viven alrededor de un mismo lugar.

Desde esta aproximación, la familia ha estado ligada a la institución del matrimonio


que atribuye estabilidad social y legal al grupo formado por un hombre y una mujer.
Asimismo, al ser la sociedad más antigua de todas, la idea de familia ha estado
marcada por la protección y seguridad que brindan los padres a sus hijos.

En el devenir histórico, la familia ha estado mediada por la obediencia que deben los
hijos, especialmente, al padre. Como bien lo expresa el filósofo francés Rousseau
(2008) la familia es el primer modelo de las sociedades políticas: el jefe es la imagen

86
del padre y el pueblo es la imagen de los hijos; y habiendo nacido todos iguales y libres,
solo enajenan su libertad por su utilidad misma.

Sin duda alguna esta aproximación tradicional de familia ha ido transformándose, no


sólo por la cuestión del linaje o vínculo de parentesco, también por las nuevas
acepciones que existen alrededor del matrimonio como institución misma, de las
dinámicas hetero patriarcales que, cada día, se ponen en cuestión y también por las
nuevas realidades sociales que impone la globalización, libre movilidad, procesos
migratorios, entre otros, donde las líneas espacio temporales quedan diluidas y ponen
en entredicho la idea de convivencia alrededor de un mismo lugar.

Para los estudiosos del tema, la familia es un elemento activo, nunca permanece
estacionada. Por ello, no puede ser estudiada como una institución inmutable y
tradicional, se requiere que -de manera continua- se reconsidere su forma y
definiciones bajo las nuevas dinámicas, que cada vez le confieren la realidad social. Así
como lo enuncia la UNESCO el entendimiento de las familias en el mundo
contemporáneo pasa por la comprensión sobre el cómo se ha ido desarrollando la
historia y la cultura de cada pueblo.

De igual forma, definirla como algo único, universal o ideal es desconocer la diversidad
humana, seguir pensando la familia desde un contexto tradicional es patologizar,
negar, discriminar otras organizaciones familiares que son igualmente legitimas.

Una mirada sociológica al concepto de familia


La familia está presente en la vida social y constituye un elemento clave para la
comprensión del funcionamiento de la sociedad pues esa comunidad es la responsable
de preparar a los individuos en el cumplimiento de su rol o papel en la sociedad; esto
se hace a través de la transmisión de los valores y tradiciones de una generación a otra.
En la familia el individuo aprende las normas del comportamiento que se consideran
adecuadas, buenas o morales; así desde pequeños se les enseñan las creencias
religiosas y se les infunde una escala de valores determinados y una serie de normas
de comportamiento y, aunque la familia es un sistema autónomo, es interdependiente
y requiere de la sociedad para su permanencia.

Las formas, estructuras, dinámicas y comportamientos familiares se han ido


transformando con el tiempo. Hoy, en nuestras sociedades confluyen diversas formas
de agrupación familiar.

Esta la familia nuclear tradicional, conformada por dos adultos, hombre y mujer, con
sus hijos. En algunas otras comunidades, el núcleo está integrado como una gran
familia, con abuelos y otros familiares; las familias extensas. También existen
estructuras monoparentales o monomarentales donde los hijos conviven con el padre
o la madre. Las familias homoparentales que se constituyen alrededor del vínculo o la
convivencia de dos personas del mismo sexo, entre otras.

87
Sin duda alguna, la estructura familiar ha variado con respecto a su forma más
tradicional, pero también han cambiado las dinámicas y comportamientos que se tejen
en estos grupos: las funciones, la composición y ciclo de vida de sus integrantes, la
desestructuración de los roles de género, las pautas de crianza, entre otros, son
factores que permiten identificar nuevas formas de ser y convivir en las familias
contemporáneas.

Adicionalmente, es importante tener que la idea de familia no sólo pasa por las
relaciones o vínculos matrimoniales, ahora y en atención a la dinámica social, se
contemplan otras formas de relaciones humanas donde los miembros que la integran
se encuentran vinculados por lazos de afecto, de respeto, de convivencia y de
solidaridad.

Una mirada psicológica al concepto de familia


Para la psicología, y siguiendo lo expuesto por Modino (2012), la familia es “la unión de
personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se supone
duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, en
el cual existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas
relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia”. Esto implica poner la mirada
sobre ese tejido de relaciones, vínculos y experiencias humanas que son constitutivas
para el desarrollo de la personalidad. Bajo esta mirada, la familia:
▪ Proporciona a todos y a cada uno de sus miembros, seguridad en el campo
afectivo.
▪ Prepara a sus integrantes para el desarrollo de procesos adaptativos.
▪ Crea hábitos cotidianos y de manejo comportamental con responsabilidad.
▪ Maneja bajo esquemas adecuados las crisis, angustia y, en general, las
emociones y frustraciones, a través del autocontrol.
▪ Dirige el desarrollo personal hacia la independencia.
▪ Canaliza energías y manejar impulsos, la violencia y el autoritarismo.
▪ Protege a todos sus miembros y los prepara para la independencia a través de
la educación y el respeto.
▪ Educa en el lenguaje y en la comunicación escrita, así como el uso del diálogo y
en general de la comunicación como medio de solución de conflictos.
▪ Crea redes familiares y sociales de acompañamiento y desarrollo social.

Adicional a estas miradas también existen aproximaciones desde lo económico y lo


legal donde la familia busca dar seguridad económica a todos sus integrantes, y como
garante de derechos en la protección, por ejemplo, de los niños y las niñas.
En este punto consideramos importante mencionar los procesos y prácticas de
crianza humanizada, como una apuesta a desarrollar y fortalecer desde nuestra mirada
como Compañía.

88
Crianza humanizada
La crianza empieza por el establecimiento de vínculos afectivos que propenden por la
construcción y reconstrucción de aprendizajes conscientes e inconscientes entre los
niños, niñas y adolescentes y los adultos responsables de la crianza. Es un proceso en
doble vía donde se transforman creencias, conocimiento, actitudes y prácticas y que
están determinadas por las características de la familia y los lazos interactivos que se
dan en ella.

Según el Grupo de Puericultura de la Universidad de Antioquia, el arte de cuidar y


acompañar el proceso de crianza en niños y niñas es la acción de cultivar, instruir,
educar, acompañar, mostrar caminos, orientar, estimular y respaldar. En ese sentido,
y como lo plantea UNESCO, aprender a ser, a conocer, a hacer y a vivir juntos, tanto en
el presente como en el futuro. Por lo tanto, la crianza es igual en sus propósitos
fundamentales a socialización y a educación.

El primer escenario donde se dan los procesos de crianza es la familia, el segundo es


la Escuela y el tercero es la sociedad misma. En este punto es importante mencionar
que todo proceso de crianza es empírico, en la mayoría de los casos los adultos
cuidadores no cuentan con el conocimiento, la actitud y las prácticas necesarias para
hacer una crianza positiva o humanizada, de ahí la importancia de estas propuestas
que permitan acompañar a niños, niñas y adolescentes en el desarrollo pleno de su
individualidad y desarrollo humano.

A continuación, se recogen algunos puntos clave en la propuesta de crianza


humanizada que ha desarrollado la Universidad de Antioquia (2011) y que, para el
componente de familias, son puntos clave a desarrollar en nuestra propuesta de salud
mental.
▪ La crianza humanizada considera a los niños, niñas y adolescentes como
gestores de su propio desarrollo, con los cuidadores adultos como modelos.
▪ Se pretende que los niños, niñas y adolescentes hagan, alcancen, esperen,
necesiten, sientan, les guste y sean lo que ellos pueden y deben ser.
▪ Toda crianza es bidireccional, lo que quiere decir que mediante las prácticas de
crianza tanto los cuidadores adultos como los niños, niñas y adolescentes se
benefician de la relación.
▪ Existe reflexión en torno a las prácticas de crianza para que estas no sean
recetas que se repiten de manera automática y acríticamente, sin modificarlas
con base en conocimientos nuevos.
▪ Se da construcción y reconstrucción permanente de valores, que son
cualidades estructurales de los seres en virtud de las cuales se satisfacen
necesidades personales y sociales, sin afirmar o enquistas ideologías o
modelos mentales.
▪ Prima la trascendencia, el cultivo de la espiritualidad y el ser, más que el tener.
Se cultivan las preguntas alrededor del quién soy, de dónde vengo y hacia dónde
voy, dando sentido a lo que se hace.

89
▪ En la crianza humanizada se pretende que el ser esté siempre por encima del
tener, teniendo en cuenta que es necesario tener para hacer lo necesario con
el fin de lograr la plenitud del ser.
▪ Sus prácticas se desarrollan no solo alrededor de necesidades, problemas,
capacidades, potencialidades, carencias, sino, y, sobre todo, en la perspectiva
de derechos de los niños, niñas y adolescentes.
▪ Los niños, niñas y adolescentes son considerados y acompañados por los
cuidadores como sujetos gestores de su desarrollo, como ciudadanos en
formación, con derechos y responsabilidades y como interlocutores válidos.
▪ En la crianza humanizada las prácticas de crianza se basan en la autoridad, la
cual es poner límites, hacer cumplir normas, transmitir propósitos, lo que
significa que es necesario para su ejercicio que los niños, niñas y adolescentes
reconozcan como legítimos, como significativos, como buenos modelos a sus
cuidadores.
▪ La forma de relacionarse con los niños, niñas y adolescentes es persuasiva,
horizontal y bien-tratadora. Sus métodos de relación son el ejemplo y el diálogo,
para inducir autocontrol y responsabilidad.
▪ Prima el buen trato, mediante un acompañamiento afectuoso y respetuoso de
los derechos de la niñez y la adolescencia, que es el proceso social capaz de
asegurar el bienestar de niños, niñas y adolescentes, con lo que se pretende
una completa armonía de las relaciones de crianza.
▪ Se resignifica el amor y la ternura, como la promoción del encuentro
interpersonal que reconoce la dependencia y la necesidad de contacto, cuidado
y reconocimiento de sí mismo y del otro.
▪ Es fundamental la protección, es decir, amparar, favorecer y defender a niños,
niñas y adolescentes, así como resguardarlos de perjuicios o peligros.
▪ Es necesaria la exigencia que se manifiesta como prácticas de crianza con
límites y normas razonables según la edad de los niños, niñas y adolescentes.
Esta exigencia se dirige a la construcción de la disciplina y la responsabilidad.
irrespeto y respeto.
▪ La crianza humanizada se basa en el respeto, es decir en el reconocimiento de
que los niños, niñas y adolescentes son interlocutores válidos, de los cuales se
conocen suficientemente sus hitos de crecimiento y desarrollo, así como los
momentos de construcción y reconstrucción de sus metas de desarrollo
humano integral y diverso y su tejido de resiliencia.

Con todo lo anterior, entenderemos que las familias son el primer espacio colectivo
que habita un ser humano. Un entramado de vínculos, unidos por la cotidianidad, los
sueños, las emociones y las historias personales y colectivas que permiten el
desarrollo de las personas que allí convergen, su bienestar y su sentido de vida

Entenderemos entonces que existen muchas familias que representan diversas


formas de crecer, convivir y relacionarse, donde cada familia es única, como distintos
son sus miembros, con diferentes modos de pensar y de sentir; en otras palabras, en
la familia se genera, cuida y desarrolla la vida.
90
Desde allí, pondremos nuestra mirada en:
▪ Respetar la diversidad y autenticidad de cada familia, con sus rasgos
particulares en términos de composición, dinámica y reglas, así como de
cultura, economía y necesidades psicosociales. Desde allí, construir lenguajes
que inviten a vivir esa diversidad, sin estereotipos o ideales de familia.
▪ Reconocer, visibilizar y acompañar algunas de las problemáticas más comunes
por las que atraviesan las familias que tienen que ver con el fortalecimiento de
la capacidad que tiene ésta para atender sus propias necesidades, el equilibrio
entre el trabajo y las responsabilidades familiares; la reducción de la violencia
doméstica y la reducción de desigualdades.
▪ Promover lazos afectivos conscientes dentro de un ambiente personal y
familiar que proporcione un terreno relativamente seguro, alejado de riesgos y
vulnerabilidades. Vínculos que van más allá de lo físico y emocional y que se
conectan con un sentido de pertenencia, que le permite a cada miembro
sentirse parte del otro, compartir sueños y expectativas.
▪ Aproximarse a los sentires de las familias en un diálogo conjunto buscando
reconocer sus miradas, necesidades e incertidumbres.
▪ Acompañar el fortalecimiento de la familia como un escenario protector y
garante de los derechos de niños y niñas; habilitando a madres, padres y
cuidadores a cuestionar sus prácticas y roles que permitan escenarios de
construcción positivos.

91
Tejido social
“¿Sabes lo que hace que desaparezca la cárcel? Cada afecto genuino y
profundo. Ser amigo, hermano, amante es lo que nos libera de la prisión.
Sin estos afectos, uno está muerto. Pero cada vez que se reviven estos
afectos, la vida renace”
Vincent Van Gogh

Bien decía Aristóteles que el hombre es un ser social por naturaleza, las personas
somos, nacemos, vivimos, compartimos, morimos en relación con otras personas,
pero no se trata de vivir simplemente acompañados de otros. Vivir en sociedad
significa que tanto hombres como mujeres participan activamente en una red de lazos
sociales, normas, costumbres y prácticas que hacen posible el desarrollo y la
coexistencia humana.

En esa medida, sólo llegamos a hacernos humanos en compañía de otros y en la


interdependencia con ellos y el entorno y, aunque es innato a la condición humana esa
imperiosa necesidad de proximidad hacia nuestros semejantes, el vivir juntos no se da
de manera inmediata, aprendemos a convivir con otros.

Si bien no seríamos lo que somos sin la compañía de otros en nuestras vidas, es un


proceso que se genera, desarrolla y alimenta, tal y como lo expresa Barthes (1982) la
construcción de vínculos es un desafío humano pues implica un estar juntos sin
gregarismos, un lugar para la disponibilidad, un juego delicado de las distancias y
las proximidades, de las reglas y las libertades, de la comunicación y de la discreción,
de los deseos y las abstinencias; un movimiento orientado por el deseo del buen vivir,
y una distancia que nos permite construir con los demás una socialidad sin alienación,
una soledad sin exilio.

Vincularse es pues una práctica plural, un amistoso entramado afectivo con otros, que
parte de disponer un tejido, lugares, personas y experiencias que garanticen de afecto,
amparo, fidelidad, empatía y hoy, cada vez más urgente, la ausencia de agresividad,
exclusión o violencia. En ese sentido, el vivir juntos se logra con y -a pesar- de nuestras
diferencias y preferencias individuales.

Esta dimensión del ser se da a través de procesos de sociabilización como aquel


conjunto de aprendizajes que la persona necesita para relacionarse con autonomía,
autorrealización y autorregulación dentro de una sociedad; lo hacemos porque somos
diversos y semejantes a la vez, porque queremos y buscamos las mismas experiencias
existenciales: afecto, compañía, proximidad física, protección seguridad, goce y
capacidad.

En 2003, el Estudio de Salud Mental realizado en el país evidenciaba que aquellas


personas separadas, viudas o que habían presentado alguna ruptura en un vínculo
92
significativo estaban más expuestas a sufrir trastornos de ansiedad, del estado de
ánimo y abuso de sustancias psicoactivas; reconociendo la huella de la fragilidad y
ruptura al vincularlas con la salud mental.

Esta aproximación a los vínculos y al tejido social son asuntos necesarios -y


relevantes- cuando hablamos de una conceptualización positiva de la salud mental. En
esa línea, Rossi (2004) ha propuesto conceptos alrededor de la grupalidad, el uso del
tiempo libre, la creatividad y la conciencia social, como elementos fundamentales para
un ejercicio pleno de la salud mental en las personas.

En la grupalidad, el autor plantea la necesidad de tener escenarios de mayor


participación donde las personas puedan conversar, compartir y decidir alrededor de
un grupo de personas. En el uso del tiempo libre, hace énfasis en la necesidad de
contar con tiempo para el descanso, la diversión, el ocio, el disfrute y el desarrollo
personal. En la creatividad, la promoción de estrategias que permiten el pensamiento
divergente, actividades simbólicas y de interacción social que permitan construir un
ser y un nosotros. En cuanto a la consciencia social, la posibilidad de construir
respuestas y soluciones a problemáticas individuales, grupales y sociales en general.

Estos conceptos tienen una base fundamental para su desarrollo y comprensión: la


construcción de vínculos, el dejar emerger al otro, el apoyo social y la participación
comunitaria.

La construcción de vínculos
El vínculo es entendido como un tejido emocional, afectivo, singularizante que se
moviliza entre los sujetos; un entramado dinámico y sinérgico que habilita
experiencias diversas en los individuos y que permite pensar la vida en colectivo.
Como bien lo expresa Duran (2015),

considerar los vínculos es tener en cuenta aquello que afecta, liga, aproxima y distancia
a los individuos entre sí, y, más allá de la conciencia que se tenga de ellos en un
momento determinado, se viven y sus efectos son de gran intensidad y, por lo general,
profundos. El vínculo da vida a las relaciones humanas.

La construcción y generación de vínculos pasa por valores compartidos donde son


visibles la empatía, la solidaridad, el afecto y, especialmente, la confianza.

Sin duda alguna, la experiencia de vincularse pasa por aquellos vínculos iniciales que
se gestan desde la infancia en la familia, los cuales tienen un gran impacto en la
manera en la que nos relacionamos con el mundo cuando crecemos. Las
manifestaciones de afecto y cariño que se reciben en el entorno familiar permiten
construir miradas, paradigmas y perspectivas de la realidad y de nosotros mismos que
habilitan o no unas formas de relacionamiento.

93
Desde una mirada psicológica, existen diversas formas de vincularse. Existen los
vínculos evitativos que se manifiestan cuando una persona conscientemente desea
vincularse, pero en la medida en la que comienza a interactuar y las relaciones se van
volviendo más profundas se asusta y prefiere retirarse emocionalmente. Están
también los vínculos de dominación, los cuales están marcados por la codependencia;
por un lado, encontramos imponencia, el poder y la necesidad de ejercer el control; y
por el otro, la sumisión, la inseguridad y la necesidad de ser impulsado. En tercer lugar,
están los vínculos ambivalentes que se producen cuando aparece la sensación de
querer estar vinculado, pero no se hace del todo. Por último, encontramos aquellos
vínculos sanos que están marcados por el equilibrio entre lo que se da y se recibe en la
interacción, donde se es consciente que cada uno es un individuo completo y que elige
conscientemente estar con otro individuo completo, no busca complementarse sino
equilibrarse, compartir y construir desde lo que cada uno es.

Vincularnos es una necesidad básica del ser humano que, en el trascurrir de la vida,
aprendemos la manera de hacerlo de conscientemente, responsable, libre y con
autonomía, si contamos con las herramientas y experiencias adecuadas.

Dejar emerger al otro


La definición del otro es parte integral de la comprensión de una persona, ya que es el
individuo mismo el que asume un rol en relación con “otros”, es desde allí que el ser
humano puede entenderse y comprenderse en su humanidad. La otredad ayuda a
distinguir entre lo familiar y lo lejano, entre lo cierto y lo incierto, entre lo distante y lo
cercano, pero también entre lo que nos hace iguales y semejantes como personas.

Dejar emerger al otro es una invitación, y una necesidad, que parte de reconocer,
escuchar, visibilizar y dar voz, especialmente en la actualidad donde existen prácticas
sistemáticas de discriminación, segregación y exclusión de distintos grupos sociales.

No podemos vivir sólo con lo que creamos inicialmente. La vida es expansiva, se


extiende dentro del cuerpo mismo que crece, se desarrolla, pero también de forma
territorial –física y psicológicamente-, descubriendo lugares, formas, ideas,
significados y sensaciones. Esto sucede como un diálogo: recibimos de los demás lo
que han creado y les damos lo mejor de nuestra creación (Boal, 2002).

El apoyo social
Como bien se ha mencionado, los problemas de salud mental son problemas sociales,
en esa medida supone la intervención en el medio social: la familia como eje nuclear
en la construcción de la salud mental, los amigos, el barrio, la comunidad en general.
En este punto, una adecuada interacción social basada en el apoyo social es
fundamental para la construcción de buenas prácticas en salud mental.

Teóricos como Cassel y Cobb (1980) han conceptualizado alrededor del apoyo social en
clave cognitiva, es decir, desde la dimensión subjetiva del mismo como el apoyo que
percibe una persona; esta percepción de apoyo es fundamental, especialmente en
94
aquellas situaciones desafiantes de la vida cotidiana que exigen rodearse de otros,
pedir y recibir ayuda.

Los autores han propuesto una perspectiva para analizar el apoyo social desde varios
componentes. El primero hace referencia al tamaño, en este caso, de la red social de
apoyo, donde se indaga por el número de personas que conforman esa red o ese grupo.
El segundo tiene que ver con la densidad, es decir con la interconexión de los
integrantes de la red y su capacidad de respuesta ante una situación. El tercer
elemento, es la reciprocidad entendido como el grado de recursos disponibles,
intercambiados de manera equitativa por los miembros de la red. Cuarto, el
parentesco, indagando por la relación de filiación de los participantes. Por último, la
homogeneidad, que hace alusión a la semejanza o congruencia entre los integrantes
de la red en términos de actitudes, experiencias y valores.

La importancia de esta perspectiva estructural en el estudio del apoyo social radica en


que ofrece elementos y evidencia científica, para la adecuada conformación,
promoción e instalación de redes o grupos de apoyo. Sin embargo, la existencia de una
relación social no puede equipararse a obtener apoyo de ésta, en este caso es
necesario tener en cuenta la habilidad, el conocimiento y la motivación que tienen los
integrantes de la red para proveer el apoyo suficiente.

Adicionalmente es importante valorar, por ejemplo, los aspectos situacionales en los


que el apoyo es percibido, movilizado, aportado o recibido. Para ello es indispensable
considerar las características de los participantes, como los rasgos de personalidad,
los roles y recursos que tiene y la duración del apoyo.

Prácticas comunitarias para la salud mental


Las prácticas y acciones encaminadas hacia la salud mental con una perspectiva
comunitaria son aquellas que propician la transformación de los lazos comunitarios
hacia vínculos solidarios, donde se dan procesos de participación movilizados desde
la propia comunidad como sujeto activo de transformación de sus realidades. Esto
permite la generación de condiciones propicias para la toma de decisiones de manera
autónoma y conjunta sobre el propio ejercicio de su salud, bienestar y cuidado.

Estas apuestan deben estimular la reflexión crítica de individuos y colectivos, la


generación de acuerdos y de prácticas de gobernanza para decidir, intervenir y
cogestionar las problemáticas asociadas a la salud mental y la promoción del bienestar
de sus integrantes.

Cada territorio es singular, por lo que se requiere de dispositivos flexibles y


permeables para generar intervenciones que puedan incluirse en la red comunitaria ya
existente. Es un proceso de largo aliento pues implica la generación de vínculos de
confianza con las personas que habitan dicho territorio, del conocimiento progresivo
de sus características y problemáticas.

95
Entendemos entonces que el tejido social son aquellos sistemas colectivos donde los
individuos y las comunidades generan vínculos, conversaciones, compromisos y
acciones desde la confianza, solidaridad y empatía para alcanzar un propósito común.
Generar y consolidar vínculos afectivos, promover la creación de redes y sistema de
apoyo, así como alentar la consolidación de estrategias participativas en salud
comunitarias es un desafío pues se trata de prácticas específicas que invitan a
vincularnos de manera distinta con estos asuntos, con las personas y los colectivos.

En esa línea proponemos avanzar en:


▪ La identificación inicial de las redes de apoyo que tienen las personas (familias,
amigos, colegas, etc.)
▪ El desarrollo de redes comunitarias y grupos de apoyo para casos específicos,
tales como atención al suicidio para sobreviviente y familiares.
▪ Fortalecer buenas prácticas y experiencias de trabajo grupal que hoy tiene la
compañía, por ejemplo, los grupos de intervención en pacientes crónicos, entre
otros.
▪ Facilitar experiencias de intercambio comunitario, especialmente para
personas que sufren algún trastorno mental o son víctimas de algún tipo de
violencia, como proceso terapéutico y de reincorporación social.
▪ Creación de espacios de encuentro, virtual y presencial, con agendas de trabajo
para conformar grupos de apoyo.
▪ En empresas o territorios críticos tener concursos comunitarios para la
realización de apuestas de prevención y promoción en salud mental con
comunidades de base.

96
Sentido de vida
“Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más
importantes. No importa lo que diga, no importa con qué palabras y con
qué argumentos trate de defenderse. Al final, al final de todo, uno
responde a todas las preguntas con los hechos de su vida: a las preguntas
que el mundo le ha hecho una y otra vez. Las preguntas son estas: ¿quién
eres?, ¿qué has querido de verdad?, ¿qué has sabido de verdad?, ¿a qué
has sido fiel o infiel?, ¿con qué y con quién te has comportado con valentía
o con cobardía? Uno responde como puede, diciendo la verdad o
mintiendo: eso no importa. Lo que sí importa es que uno al final responde
con su vida entera.”
Sándor Márai

Hablar del sentido de vida es hacer referencia a ese elevado compromiso emocional
que tiene el ser humano para alcanzar la plenitud consigo mismo, compromiso que va
mucho más allá de una lista de propósitos para alcanzar una meta. Tal y como decía
Pícolo della Mirandola el sentido de vida es la capacidad que tiene el ser humano de
elegir cómo vivir, es ese elemento que lo conecta con su propia esencia, que lo invita a
resolverse preguntas como ‘quién soy’, ‘para que estoy en este mundo’, ‘qué quiero
dejar cómo legado, preguntas que en la medida que se van resolviendo acercan más al
ser humano a su propia esencia.

Construir un sentido de vida implica asumir la propia existencia como la única


posibilidad que -como seres humanos- tenemos de estar y permanecer, es quizás acá
donde el sentido de vida cobra mayor relevancia como factor protector de la salud
mental, dado que en la medida que se va fortaleciendo se van generando mayores
estrategias para enfrentar los desafíos que trae la cotidianidad, a través de la
flexibilidad, la apertura a nuevas realidades y la búsqueda de recursos que favorezcan
la creatividad en aquellos momentos en los que se vuelven complejo vivir.

Una vida con significado es aquella en la que las personas se sienten conectadas con
algo más grande que ellas mismas, según lo esbozan Peterson, Park y Seligman (2005).
Ese “sentido" es único y se entiende desde el punto de vista de la persona que la está
viviendo. Según investigaciones realizadas los individuos con un sentido de propósito
y significado informan de mayor satisfacción con la vida, un afecto más positivo,
niveles más altos de optimismo y mejor autoestima. A esto cabe añadir que resulta
menos probable que presenten problemas psicológicos.

Esto nos permite inferir que una vida dotada de sentido es más satisfactoria que una
vida centrada sólo en el placer y la satisfacción inmediata; esto puede zanjar el debate
filosófico entre el eudemonismo (vivir una vida con sentido de acuerdo con la virtud
interior) y el hedonismo (buscar el placer). No obstante, es importante señalar que las

97
formas para desarrollar ese sentido y propósito de vida cambian, se transforman y
mutan a lo largo de la experiencia humana y, aunque diversas investigaciones han
relacionado experiencias desafiantes y/o traumáticas con la formulación de aquellas
preguntas existenciales, el sentido y el propósito es aún más relevante en la etapa
posterior a la adversidad, sin desconocer que estas ayudan en la construcción de la
resiliencia y el proceso de recuperación.

En esa línea, entenderemos el Sentido de vida como un potencializador de la salud


mental, que permite que el ser humano se reconozca como parte de un todo,
fortaleciendo la unión consigo mismo y los otros, dándole motivos y significados a su
existencia; podría decirse que el sentido de vida está formado por los motivos que
ocupan las posiciones más elevadas en la jerarquía motivacional que se convierten en
fortaleza para enfrentar los diferentes matices que trae la vida.

El entendimiento del sentido de vida implica el reconocimiento de dos conceptos


adicionales (propósito de vida y capacidad de trascendencia) ya que tiene una relación
directa y en ocasiones han sido utilizados de manera errónea como si fuesen
sinónimos en vez de complemento:
▪ El propósito de vida fue definido desde el modelo de adolescentes de la
capacidad de salud como una intención estable y generalizada de conseguir
algo que es significativo y que a su vez tiene consecuencias para el mundo
que lo rodea, conecta con la dimensión trascendente y espiritual del ser
humano.
▪ La capacidad de trascendencia según Cloninger, Przybeck y Svrakic (1999) es
“el sentido de lo sagrado, de los comportamientos virtuosos, los cuales se
relacionan directamente con la disposición de hacer el bien”, estos
comportamientos que son exclusivamente humanos son el perdón, la gratitud,
humildad, compasión, la paciencia, amabilidad, esfuerzo, bondad, esperanza,
resiliencia, serenidad y sentido del humor.

Resumiendo, podríamos decir que el propósito es una intención de conseguir algo en


búsqueda de significado, la capacidad de trascendencia es una disposición de hacer el
bien buscando a través de la reflexión el origen y el sentido de vida es un sistema de
objetivos (intención en la acción) que soportan la existencia dando motivos y
significados a la misma.

Características del Sentido de vida


Reconociendo la profundidad del concepto y las múltiples variables que articula es
importante profundizar en aquellas características que son inherentes al sentido de
vida y que favorecen la búsqueda constante de significados; tal y como dice Yalom
(1984) “el sentido de la vida debe contemplarse desde una perspectiva que permita
apreciar su desarrollo en el tiempo, pues los tipos de significado cambian a lo largo de
la vida”. Así pues, el sentido de vida es:

98
▪ Subjetivo, pues reconoce la individualidad y particularidad que tiene en cada
ser humano. No existe una única forma de encontrarle sentido a la vida, cada
persona desde su esencia, sus creencias, sus principios y el contexto que lo
rodea construye las respuestas a sus propios interrogantes existenciales que
son suficientes y coherentes de acuerdo a su realidad.
▪ Dinámico, tal y como decía Yalom (1984) “se produce un cambio de prioridades y
de valores a lo largo de la vida pues no aspira a conseguir lo mismo un niño, un
adolescente, un adulto o un anciano”. Esta característica favorece la evolución
del sentido de vida, porque al ser un componente que no es estático cualquier
cambio significativo que el ser humano tenga en su vida podrá verse reflejado
en conexión profunda con su ser, llevando a la reformulación de las respuestas
que antes le había dado a su propia existencia.
▪ Unitario, característica que implica el reconocimiento del sentido de vida como
un elemento que a través de la trascendencia conecta realidades desde lo
biológico, lo psicológico y lo social, es decir que su búsqueda incluye la
aproximación a la integralidad del ser humano.
▪ Encuentro con el otro, ya que la búsqueda del sentido de vida implica no solo el
encuentro con la integralidad del ser humano, sino también la búsqueda de
vínculos con el otro y con lo otro, la búsqueda de conexión con un propósito
mayor que trasciende la propia vida y que invita a resolver preguntas sobre el
legado, sobre como deseamos ser recordados, qué queremos dejar para
nuestras generaciones venideras y cómo podemos materializarlo.

Elementos a tener en cuenta


Dado que el sentido de vida es considerado un elemento protector de la salud mental y
que su búsqueda favorece la conexión del ser humano con su esencia, potencializa el
capital psicológico, consolida vínculos y reconoce el linaje, es importante tener en
cuenta algunos elementos claves de éxito que nos acercan con este componente y que
dan insumos para su entendimiento y abordaje.

El primer elemento que debemos tener en cuenta alrededor del sentido de vida es el
contexto, dicho elemento incluye el entorno social, familiar y laboral, al igual que las
creencias y valores que rodea al ser humano; dado que el sentido de vida implica una
conexión absoluta con el otro y con lo otro al igual que una gran subjetividad el
reconocimiento del contexto es indispensable para diseñar estrategias acordes a las
realidades y posibilidades.

El segundo elemento, es el aprendizaje, el cual esta mediado de manera directa por


cada historia de vida, por cada espacio formal e informal que llevan a descubrir,
despertar e incrementar las posibilidades creativas. Desde el abordaje de salud mental
el reconocimiento de la potencia de este elemento es indispensable para fortalecer los
rituales y descubrir nuevos significados frente a la vida.

El tercer elemento es la sabiduría, entendida como el conjunto de conocimientos


amplios y profundos que se adquieren mediante la experiencia y que le dan al ser
99
humano la posibilidad de elegir lo mejor para su vida. Este elemento integra y reconoce
el contexto y el aprendizaje dado que se convierte en el resultado hacia el que se
camina de manera consciente o inconsciente en la medida que se va consolidando el
sentido de vida.

En esa línea, resaltamos la importancia de la conversación particular, diferencial, con


cada persona para conocer su propósito, proyecto de vida, lo que lo motiva y lo
apasiona. Una mirada diferencial sobre estos asuntos, tal y como lo plantea la
capacidad de autonomía, desde la comprensión de los hitos de vida de la persona, nos
permitirá tener una aproximación a este sentir y necesidad de búsqueda de las
personas.

De igual forma e integrando el componente de habilidades, competencias y destrezas,


será necesarios habilitar espacios para trabajar a profundidad la consciencia de sí
mismo, el reconocimiento de los otros y sus contextos. Asimismo, potenciar desde la
mirada de hábitos el trabajo sobre la gratitud, el amor, la compasión como emociones
positivas que, desde el intercambio con otros, permite la autorrealización personal.

Por último, consideramos que nuestro papel siempre estará encaminado en habilitar y
promover esas preguntas esenciales y que son inherentes a la condición humana, ¿qué
quiero de mí?, ¿hacia dónde quiero llegar?, ¿quién soy?, ¿cuál es mi legado?, ¿para que
estoy en el mundo? Y desde allí encontrar ventanas de oportunidad para acompañar a
las personas en la consecución de estos fines.

100
Áreas de gestión
"La mayor aventura es la que nos espera. Hoy y mañana aún no se han
dicho. Las posibilidades, los cambios son todos vuestros por hacer. El
molde de su vida en sus manos está para romper".
J.R.R. Tolkien

En este punto de la propuesta conceptual conviene aclarar que los siguientes


apartados buscan entregar elementos y aproximaciones más prácticas alrededor de
cómo materializar e incluir en la conversación del hacer los conceptos antes
presentados.

En esa línea, para el abordaje en salud mental, se plantea una propuesta de modelo de
atención integral, incorporando las áreas tradicionales de la gestión en salud
(promoción, prevención, intervención y rehabilitación) haciendo énfasis en dos
atributos diferenciales que, como hemos visto a lo largo de este documento, son
asuntos de alto valor para el trabajo, la apropiación y la promoción de salud mental, a
saber, la educación basada en el aprendizaje y el acompañamiento, como ejes
transversales desde la promoción hasta la rehabilitación.

Las áreas de gestión aparecen dentro de la propuesta como elementos clave para
favorecer la atención integral, dado que tradicionalmente nuestras acciones han
estado enfocadas en la particularidad de cada una de ellas, dándole más peso a unas
que a otras según la naturaleza de la intervención.

Es clave reconocer que las áreas de gestión son estrategias que tienen un propósito
común que están integradas las unas con las otras, que reconocen como eje
transversal el acompañamiento y la educación, que buscan consolidar un modelo de
atención integral dado que no solo puntualizan las acciones en un área específica, sino
que busca que dichas acciones se conecten entre sí y vivan de manera activa la una
entre la otra.

Podríamos decir que la propuesta de modelo de atención integral en salud mental para
SURA tiene unos atributos especiales que están puestos allí de manera intencionada,
con el fin de favorecer el reconocimiento del ser biopsicosociotrascendente, el
impacto que los entornos tienen sobre él y cómo a través de esto se generan acciones
para potencializar los factores protectores, identificar condiciones de riesgo, atender
los padecimientos específicos que surgen alrededor de la salud mental y rehabilitar
con una mirada hacia la recuperación y reincorporación en aquellos casos que así se
requiera. Dentro de los atributos de este modelo se encuentran:
▪ Coordinado: esté atributo pone su mirada en la necesidad de diferenciar los
elementos claves de cada una de las áreas, reconociendo las particularidades,
pero a la vez los puntos de conexión, garantizando que cada área tenga la

101
autonomía suficiente para cumplir su propósito sin necesidad de depender de
las demás, pero a su vez sin perder la articulación.
▪ Sistémico: reconoce las áreas con un elemento clave dentro del modelo de
atención integral, entendiendo que no necesariamente se viven de manera
lineal o secuencial, que se pueden activar constantemente conexiones entre
ellas y que la articulación de los elementos claves de cada una potencializa el
abordaje en salud mental.
▪ Dinámico: la articulación entre las áreas y esa dinámica entre el trabajo
independiente y el trabajo colectivo que se realiza al interior de ellas favorece
la movilización de las acciones, captando constantemente necesidades que
deben ser atendidas desde diferentes puntos. Podríamos decir que este
atributo le da al modelo la posibilidad de ser no solo un fin sino también un
medio para habilitar la transformación de las acciones que se emprenden
alrededor de la salud metal.

Dichos atributos se encuentran directamente relacionados con la manera en la que


desde el modelo de gestión de riesgos SURA, se gestionan los desafíos del presente y
del futuro, dado que invitan a la consolidación de un modelo de atención integral que
fluya de manera natural e intuitiva (cotidiano), que a través de la convicción y el
conocimiento de lo que se hace (consciente) busca el logro de los objetivos propuestos
para el abordaje de la salud mental, actuando de acuerdo con unos lineamientos
coherentes, conectados y en constante desarrollo (sistemático).

Uno de los elementos claves para la implementación del modelo de atención integral
en salud mental es tener claridad sobre cuáles son las áreas de gestión y que
elementos abordan cada una de ellas. Tal y como lo muestra el siguiente gráfico las
áreas de gestión se encuentran enfocadas para dar respuesta a las necesidades del
ser humano y su entorno, reconociendo el acompañamiento como un elemento tácito
del modelo y la educación basada en el aprendizaje como su base.

Ilustración 8. Gráfico resumen áreas de gestión. Construcción propia.

102
Promoción en salud mental
Entendemos la promoción como todo proceso orientado a generar capacidades en las
personas y colectivos en su entorno, que permite el empoderamiento sobre la salud
mental favoreciendo así una visión integral físico, emocional y socio trascendente del
ser humano que se ve reflejada en el favorecimiento de la adopción de
comportamientos y decisiones saludables, el establecimiento de relaciones
significativas y la generación de entornos protectores.

Desde la Carta de Ottawa (1986) se reconoció la promoción de la salud como una


estrategia que permite tener un mayor control sobre las propias condiciones de salud,
la cual implica el desarrollo de acciones individuales, sociales y ambientales en busca
de proteger la salud y la calidad de vida, entregándole al ser humano herramientas que
favorezcan el disfrute de la vida y la toma de decisiones en pro de la permanencia de
su estado de salud.

Tal y como lo describe posteriormente la declaración de Yakarta (1997), el ser humano


debe ser el centro de las acciones que se emprendan desde la promoción de la salud.
El empoderamiento del ser humano frente su estado de salud es el factor clave de esta
área.

Adicional a lo anterior podríamos decir que la promoción de la salud mental supone la


adopción de una mirada positiva que busque el equilibrio entre las acciones que
potencializan la salud de las personas y las comunidades (promoción) y aquellas
acciones que buscan reducir las condiciones de riesgo (prevención); siendo este punto
un elemento diferenciador del modelo aquí propuesto, dado que tradicionalmente la
promoción y la prevención han sido abordadas de manera integrada y al intentar
separarlas se busca que cada una pueda concentrarse específicamente en su foco de
acción, favoreciendo así, las oportunidades para tomar decisiones saludables.

Lo anterior nos lleva a reconocer el área de promoción como aquella que tiene la
responsabilidad de potenciar en las personas la capacidad para utilizar los recursos
necesarios para mantener y mejorar la salud mental.

Prevención en salud mental


La prevención es todo proceso orientado a reducir con anticipación riesgos
específicos en el entorno de las personas y colectivos, asociados con la aparición de
alteraciones de la salud mental y, asimismo, a la instauración anticipada de estrategias
que permitan disminuir la intensidad de las consecuencias que dichas alteraciones
puedan generar sobre la integralidad del ser humano.

Desde la mirada de salud pública la prevención se centra en la reducción de los


factores de riesgo individuales y del entorno que tienen un impacto directo sobre las
condiciones de salud, al igual que la identificación de los factores protectores con el
fin de reducir la prevalencia y la incidencia de los trastornos mentales.

103
El Instituto de Medicina para la prevención de trastornos mentales (2002) definió que
la prevención en salud mental debía abarcar elementos de prevención universal
prevención selectiva y prevención indicada:
▪ Prevención universal: acciones dirigidas a un público en general con miras a
reducir las condiciones de riesgo, promoviendo los factores protectores que
han sido identificadas de acuerdo a las características territoriales, al contexto
y las particularidades de un colectivo.
▪ Prevención selectiva: se dirige a una persona o grupo de personas que
presentan mayor riesgo de desarrollar un trastorno, al igual que a un entorno
(familiar, social, laboral) que, dada sus condiciones, tiene mayor potencialidad
de riesgo sobre la salud de las personas que se encuentran al interior de ellos.
▪ Prevención indicada: acciones dirigidas de manera directa a personas
identificadas con alto riesgo, que indican una predisposición para un trastorno
mental y que requieren de acompañamiento inmediato para disminuir la
posibilidad de materialización del trastorno.

Sintetizando, podríamos decir que la prevención gira alrededor de la adecuada


identificación de las condiciones de riesgo y del monitoreo de los factores
protectores, garantizando el diseño y la articulación de acciones que favorezcan la
intervención en la persona y en el entorno, mitigando así la aparición de los trastornos
mentales.

Intervención en salud mental


Entendemos la intervención como el conjunto de acciones articuladas desde distintas
disciplinas que buscan responder a las necesidades de atención de las personas y
colectivos con el fin de mitigar el impacto generado en la salud mental y disminuir el
sufrimiento, brindando estrategias y herramientas de afrontamiento.

Según la Organización Panamericana de la Salud (2009), la intervención en salud


mental implica el reconocimiento de los componentes físicos y mentales y las
múltiples y variables posibilidades que el ser humano tiene de acercarse a la
enfermedad, es en esta área donde se hace visible la integración del concepto de salud
desde todas sus miradas, fortaleciendo la multidisciplinariedad y la omnicanalidad
como elemento clave para la detección e intervención temprana de los desórdenes y
trastornos mentales.

La intervención recoge algunos de los elementos definidos desde SURA alrededor de


la salud como capacidad, asumiendo el desafío de prestar servicios de salud
favoreciendo la participación, la inclusión y la diversidad, identificando las
necesidades y posibilidades de atención en cada territorio, la consolidación de
estrategias que ofrezcan alternativas adicionales o complementarias a la
medicalización y la inserción del componente de salud mental en la atención primaria
de salud.

104
Rehabilitación en salud mental
Conjunto de acciones articuladas, que combinan aspectos físicos, psicológicos,
educativos, sociales, y ocupacionales que deben realizarse por un grupo
multidisciplinario, con objetivos y metas definidas. Estas acciones integradas, deben
permitir en las personas y colectivos la promoción de la salud, la prevención de la
discapacidad, la recuperación funcional y la reincorporación a la cotidianidad.

La rehabilitación es un área que inicia desde la intervención, integrando diferentes


estrategias para favorecer el afrontamiento de los retos de la vida diaria en aquellas
personas que presentar algún problema o trastorno mental. Podríamos decir que la
rehabilitación es un indicador del impacto del modelo de atención en salud mental,
pero a la vez es un foco sobre el que se deben generar acciones directas que incluyan
elementos para favorecer la recuperación y la reincorporación de las personas en sus
diferentes entornos.

Uno de los focos principales de la rehabilitación es la potencialización de los factores


protectores, desarrollando habilidades, competencias y destrezas (hábitos), tejido
social (vínculos afectivos familiares, laborales) y elementos del sentido de vida que
permitan la resignificación de la condición de salud, entendiendo las particularidades
de cada problema o trastorno mentales y los desafíos que estos ponen sobre las
personas, su entorno y el equipo multidisciplinario que lo acompaña.

Tal y como lo describimos, al inicio del documento, dentro del modelo integral existen
dos elementos que son fundamentales para garantizar que el abordaje que se realiza
desde cada una de las áreas tenga unas características que diferencien la experiencia
de cualquier otro modelo de atención, las cuales son el acompañamiento y la
educación.

Acompañamiento
Es un proceso sostenido, articulado y continuo que busca la apropiación y
transformación de las personas y colectivos (familias/organizaciones/comunidades),
para favorecer la consolidación de condiciones de salud, teniendo como atributos los
siguientes elementos:

Ilustración 9. Acompañar. Construcción propia.

▪ Vinculo: relación de cadena que establecemos con las personas, con un


propósito en común. Desde SURA lo entenderemos como una estructura
dinámica y plural.

105
▪ Escucha activa: la escucha activa en el acompañar establece el entendimiento
del mensaje que el otro quiere emitir, abriendo nuestro corazón, dejando de
lado los prejuicios y el juzgar la realidad del otro.
▪ Comprensión del otro: el entendimiento del otro desde sus diferentes esferas
y situaciones de crisis que plantee, independiente de la madurez emocional que
se encuentre, es ponerme en los zapatos del otro.
▪ Caminar: caminar solo o acompañado tiene diferencias importantes, para
hacer sentir al otro relevante, con importancia frente a la situación que requiere
sentirse respaldado y bajar un poco la carga y compartirla con quien esté al
frente del acompañamiento.
▪ Seguimiento: trazabilidad a cada acompañamiento que se realice, con
medición de unas métricas de periodicidad y con un método claro para entregar
un acompañamiento ágil y oportuno. Establecer canales que tenga la persona
para generar alertas, definir si será una llamada y qué canal se debe utilizar.
Desde el acompañar, el seguimiento permite tener continua comunicación con
la persona afectada y poder brindarle la tranquilidad que siempre puede
obtener una oportunidad para establecer la comunicación de manera
inmediata.
▪ Autonomía: establecer límites de decisión que tienen las personas, entregar
herramientas para generar el empoderamiento y toma de decisiones.

Educación basada en el aprendizaje


La educación para la salud mental es un proceso que busca generar o fortalecer el
potencial de las personas y colectivos (familias/organizaciones/comunidades), para
promover la salud mental y gestionar el riesgo, favoreciendo la instauración del
aprendizaje, logrando así la generación y transformación de hábitos y el desarrollo de
habilidades, competencias y destrezas.

Este proceso de educación deberá ser coherente con el curso de vida de las personas
y con sus especificidades culturales y territoriales, conforme a sus capacidades, y
podrá ajustarse a las necesidades y disponibilidad de cada persona con relación al
ritmo, el lugar y el deseo, de manera que cada quién pueda ser el agente de su propia
experiencia, Martínez Clares (2002).

En este sentido, el aprendizaje sobre salud mental está llamado a suceder en el día a
día, en los espacios y tiempos de disposición y deseo, en las conversaciones de la vida
cotidiana, en la medida en la que nos permitimos hablar sobre lo desconocido, sobre
lo aún no nombrado, sobre lo que tememos y reunimos. Educar y aprender sobre salud
mental es acercarnos a ella y comprender que está ligada a nosotros. En cuanto haya
luz, en cuanto haya vida, habrá alteridad y en cuanto haya alteridad habrá búsqueda de
equilibrio.

La búsqueda de este equilibrio puede ser formal, en el sentido de espacios


estructurados de ciclos variables vinculados a un orden específico, o informal, con el

106
acceso flexible y sin agenda a contenidos y conversaciones que promuevan este
aprendizaje, estás dos formas nos dan amplitud y

nos recuerdan que un aprendizaje útil y placentero puede producirse y se produce en


la familia, en el ocio, en la vida comunitaria y en el trabajo cotidiano. El aprendizaje en
amplitud también nos demuestra que enseñar y aprender son papeles y actividades
que se pueden cambiar e intercambiar en diferentes momentos y lugares (CE, 2000).

Por esta vía, este proceso educativo en salud mental contempla no solo la adquisición
de nuevo conocimiento de carácter teórico o conceptual, como se ha dicho, sino que
se vincula con la cotidianidad de las personas y los grupos, preguntándonos por
‘quiénes somos’, ‘cómo conocemos’, ‘qué somos capaces de hacer’ y ‘cómo nos
relacionamos con los demás’, en el entendimiento que la educación en la salud mental,
más que un proceso intelectual es una experiencia que atraviesa nuestro ser
(biopsicosociotrascendente), es decir, que implica nuestro cuerpo, nuestra mente,
nuestras relaciones y nuestra espiritualidad.

En este sentido, seguimos los “Pilares de la Educación”, propuestos por Delors et al. en
1996:
Para cumplir el conjunto de misiones que le son propias, la educación debe
estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales.... aprender a conocer, es
decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir
sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los
demás en todas las actividades humanas; por último, aprender a ser, un proceso
fundamental que recoge elementos de los tres anteriores.

Aprender a conocer: reconoce la cultura general con la posibilidad de profundizar en


niveles más específicos de conocimiento; integrando conocimientos teóricos y
prácticos que permiten conectar los saberes previos y los nuevos saberes. Aprender
para conocer supone, en primer término, aprender a aprender, ejercitando la atención,
la memoria y el pensamiento.

Aprender a hacer: hacer frente a diversas situaciones y experiencias vitales y


profesionales, integrando habilidades, competencias y destrezas, y hábitos,
favoreciendo la puesta en práctica de nuevas soluciones y experiencias. Aprender
para hacer está estrechamente vinculado con la forma cómo le enseñamos a las
personas a poner en práctica sus conocimientos adaptándolos a las necesidades del
futuro.

Aprender a convivir: busca la comprensión, interdependencia y resolución de


conflictos favoreciendo la participación y el entendimiento de la cultura. Aprender
para convivir da a la educación dos orientaciones complementarias que movilizan la
toma de decisiones. En la primera, el descubrimiento gradual del otro. En la segunda,
y durante toda la vida, la participación en proyectos comunes.

107
Aprender a ser: centra su acción en el desarrollo de la autonomía, el juicio y la
responsabilidad permitiendo que el ser humano reconozca sus posibilidades,
integrando valores, comportamientos y actitudes. Aprender a ser contribuye al
desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido
estético, responsabilidad individual y espiritualidad.

En esta medida se logra apropiar un aprendizaje con sentido o significativo que


equivale, ante todo, a poner de relieve el proceso de construcción de significados
como elemento central del proceso enseñanza/aprendizaje cada vez que somos
capaces de establecer relaciones entre lo que aprendemos y lo que ya conocemos.
El primer paso en este camino será encontrarnos con nuestro deseo de aprender: ¿qué
queremos aprender sobre salud mental?, ¿cómo podemos aportar a los temas de salud
mental en cada uno de nuestros entornos?

La pregunta por el saber en este caso nos conduce a prácticas de bienestar. El


aprender sobre salud mental amplía nuestras posibilidades interpretativas de
fenómenos a veces incomprensibles: la tristeza, el miedo o la ira prolongada
aparentemente injustificada, la violencia desbordada, las angustias, los miedos, la
soledad, entre otros.

Aprender sobre salud mental nos implica encontrarnos con el otro y en el otro
reconocernos. Implica mirar a la humanidad con unos ojos nuevos, los ojos de quien
quiere aprender, de quien quiere comprender, y allí, en la búsqueda compresiva,
surgirán otras preguntas que moldearán lo que somos, como dice el escritor Eduardo
Galeano “somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.

Así, el punto de partida será la motivación individual para aprender, disponiendo de


variedad de ofertas y de canales, para reducir al máximo las brechas de cobertura y
disponibilidad, especialmente para aquellos que cuentan con pocas oportunidades
para acceder a la educación y la formación en la salud mental, (Martinez, 2002).

Desde este proceso de aprendizaje, la búsqueda es por el bienestar, en la medida en


que se propone aprender no solo por el incremento del conocimiento teórico sino
aprender para conocer, para hacer, para convivir y para ser.

Esta propuesta también está sustentada en el modelo de aprendizaje, basado en las


investigaciones realizadas por Michael M. Lombardo y Robert W. Eichinger, el cual
plantea que las personas aprendemos y nos desarrollamos integrando actividades de
tres tipos: experiencias, relaciones y estudio autónomo, es decir, aprendemos
realizándonos las siguientes preguntas:
¿Qué aprendo cada día?
▪ Resolviendo desafíos.
▪ Teniendo nuevas experiencias.
▪ Involucrando en tu día nuevas preguntas.
▪ Poniendo en práctica tus talentos.
108
¿Qué me enseña el otro?, ¿Qué me ayuda a aprender sobre mí?
▪ Compartiendo con otras personas.
▪ Intercambiando experiencias.
▪ En conversaciones cotidianas. Escuchando.
▪ Escuchando lo que el otro tiene para aportar.
▪ Articulando y trabajando en red.
¿Qué búsquedas realizo?, ¿En qué espacios de formación me interesa
participar?, ¿Sobre qué elijo aprender?
▪ Cursos.
▪ Lecturas.
▪ Películas, videos, documentales.

Podríamos decir que para poder construir dichos significados es indispensable que
hagan visible dentro del proceso educativo las siguientes condiciones:
▪ Significatividad lógica: favoreciendo que la persona identifique una estructura
en el contenido que los conecte con la manera como se le presenta
(metodología participativa)
▪ Significatividad psicológica: permitiendo que la persona pueda relacionar el
contenido de forma no arbitraria con lo que ya conoce, que pueda insertarlo en
las redes de significado ya construidas en sus experiencias previas de
aprendizaje
▪ Actitud favorable para aprender significativamente la cual está directamente
relacionada con el nivel de motivación de la persona y la habilidad del facilitador
para motivarlo

Resumiendo, podríamos decir que los significados que se construyen son el resultado
de una compleja serie de interacciones entre los contenidos, el facilitador y la persona
y que cada uno de ellos tiene una acción activa dentro del proceso de aprendizaje.
Para finalizar enunciamos algunas apuestas o desafíos que la educación para la salud
mental podría desarrollar con detalle:

Apuesta I: Generar conversaciones sobre la salud mental


Los procesos de conversación pueden tener diversas finalidades, las cuales van desde
informarse acerca de cómo llegar a un sitio hasta los complejos procesos de la
conversación no direccionada que usan los psicoanalistas (Guber, 2016). Los atributos
de las conversaciones en procesos educativos transformadores deben ser ante todo
la apertura y constancia; y su escenario, la cotidianidad Bazdresch (2012). La apertura
porque nos garantiza un reconocimiento del otro y de nosotros mismo, la constancia
porque estimula los vínculos entre los interlocutores y la cotidianidad debe ser su
escenario porque favorece el acceso al sentido o significado de las conversaciones de
todos aquellos que participan de ellas.

Sobre la base del panorama anterior es como se propone la generación de espacios de


conversación sobre salud mental, para quienes entran en contacto con el programa de
educación propuesto.
109
Apuesta II: Desmitificar los problemas y trastornos de la salud mental
Los mitos son un componente fundamental del pensamiento de las sociedades, pues
a través de ellos resulta posible expresar diversas facetas de la existencia del ser
humano, desde fenómenos externos de carácter natural hasta los aspectos más
íntimos de nuestra esencia humana (Martínez-Falero, 2013). En este sentido, valorarlos
como buenos o malos no corresponde del todo a su carácter y por esto vale la pena
entenderlos como componentes inherentes a nuestro pensamiento.

En torno a la salud mental, hay todo tipo de mitos acerca de las consecuencias de los
problemas o trastornos mentales para las personas que a través de sus vidas los
enfrentan, bien sea de manera temporal o permanente. Dichos mitos hablan de
quiénes son susceptibles, qué tan susceptibles son, qué perdidas sobrevienen, cuáles
son las causas, cómo se configuran, cuándo y por qué surgen los problemas o
trastornos mentales, entre otros aspectos en torno a estos. Lo característico es que
tales mitos están construidos por lo general desde puntos de vista especulativos que
tienden a generar valoraciones que desembocan en estigmatización de las personas
que enfrentan problemas o trastornos mentales.

Con la finalidad de transformar los mitos en torno a la salud mental que dan lugar a la
estigmatización, se propone trabajar en los procesos de desmitificación que existen
alrededor de los problemas y trastornos de salud mental.

Apuesta III: Promover una agenda desde la Salud Mental


Involucrar a agentes internos y externos de la Organización teniendo como punto de
partida el mapeo de actores, vinculando organizaciones dedicadas a la generación de
conocimiento y buenas prácticas como Universidades, Grupos de investigación,
Centros de pensamiento, articulándose con la educación formal, involucrando
también agremiaciones, grupos, acciones comunales, teniendo como pilar la
participación comunitaria, si hay participación llevará a la motivación y esto al
aprendizaje con sentido, incluyendo también la educación no formal, que tenga en
cuenta el enfoque de diversidad e inclusión, territorio, como el de libertades.

Las articulaciones entre los diferentes actores externos e internos para la educación
formal e informal, contribuirá a la conformación de redes que tenga en cuenta el tejido
social, el aprender a convivir, llama al aprendizaje con sentido comunitario que tenga
en cuenta los entornos, permita la igualdad, la educación incluyente y participativa.

Apuesta IV: Generación de transformación de hábitos y desarrollo de habilidades,


competencias y destrezas
La educación como facilitador para la adopción de nuevos hábitos, habilidades y
destrezas, acompañados de la sensibilización de la importancia de salud mental,
seguidos por la formación y el entrenamiento, donde se apropie y se empodere a las
personas, no solo desde lo cognitivo sino desde el aprendizaje significativo, y con
sentido, solo quien realmente haga parte como elemento activo, flexible y
110
participativo adoptará los nuevos saberes. Modelos educativos que tienen en cuenta
la educación comunitaria, promulgan la animación y formación -según Cieza (2006)-.
Es así que esta propuesta de educación para desarrollar hábitos y habilidades
comprende la emoción y la motivación como impulsadores del proceso educativo y el
real aprendizaje.

Programas, acciones y herramientas


“Hay una fuerza motriz, más poderosa que el vapor, la electricidad y la
energía atómica: la voluntad”
Albert Einstein

Para continuar en esta línea práctica, este apartado presenta varios escenarios con
respecto al nivel de programas, iniciativas y herramientas, los cuales hemos entendido
como aquellos accionables desde la gestión que, de manera concreta, permiten
materializar acciones de atención integral.

En un primer escenario el equipo base de salud mental identificó, dentro del portafolio
actual de la Compañía, aquellas iniciativas que hoy están dispuestas para nuestros
clientes personas y empresas, las cuales buscan responder y atender situaciones
derivadas de la salud mental. Este ejercicio reconoce la riqueza que existe al interior
de la Compañía en el desarrollo de productos y servicios orientados a esta temática.

Sin duda alguna, este mapeo inicial tiene limitaciones en términos de alcance, pues
sabemos que constantemente el portafolio se va actualizando, de ahí que el ejercicio
sea un primer punto de partida para seguir complementándose. Asimismo, nos
permitió identificar a la luz de ejes temáticos, componentes y áreas de gestión vacíos
u oportunidades de desarrollo para atender directamente algunas problemáticas, para
potenciar lo que sabemos hacer y encontrar sinergias y complementariedad en lo que
hoy hacemos tomando como referencia esta nueva propuesta de abordaje y
entendimiento sobre la salud mental.

En ese sentido, se presenta un cuadro resumen de las iniciativas mapeadas y se


esbozan algunas recomendaciones generales para continuar en la actualización del
portafolio, el ajuste de algunos productos y la integralidad de estos.

En un segundo escenario, nos aventuramos en proponer tres iniciativas, desde


diseños generales, alrededor de la prevención y atención a violencias, la educación y

111
la prevención y atención al suicidio. Estas tres propuestas surgen de la necesidad de
iniciar el trabajo articulado sobre estos tres asuntos y de entregar ejemplos prácticos
sobre el cómo articular los elementos conceptuales descritos en este documento de
una manera práctica, sencilla y útil. En este documento sólo presentaremos una de
ellas.

Será pues responsabilidad de la Compañía valorar estos primeros ejercicios y construir


a partir de estas primeras bases apuestas mucho más robustas que generen impacto
y diferenciación en nuestros clientes.

Portafolio actual SURA


Este proceso responde a la necesidad de visibilizar las iniciativas (programas y
herramientas) al interior de la Compañía que pueden responder a los ejes temáticos y
componentes propuestos en la conceptualización sobre salud mental.

Para el equipo base era importante identificar este amplio espectro de iniciativas pues
uno de los trabajos a desarrollar, a posteriori, será el acompañamiento para el
mejoramiento y la articulación integral de este portafolio. En ese caso, es importante
destacar que este es un primer insumo de trabajo pues deberán emprenderse
acciones que nos permitan tener una visión global de las herramientas que tenemos
hoy para la gestión de salud mental, cómo mejorarlas, potenciarlas entre sí y
desarrollar nuevas apuestas.

Para el entendimiento de este mapeo es importante mencionar que:


▪ Se priorizó el mapeo de programas, modelos, proyectos y herramientas de
gestión. En este primer ejercicio no se incluyeron productos de transferencia y
financiación de riesgos.
▪ Se mapearon iniciativas de las áreas de negocio (ARL, EPS, Consultoría, IPS,
seguros de salud), de áreas transversales (VP Talento Humano, Integralidad, VP
financiera, Transformación digital) y de áreas corporativas como capacidad de
salud de la oficina corporativa y de la Fundación SURA, entendiendo que esta
última puede funcionar como ejercicio de transferencia de buenas prácticas
para el negocio.
▪ El mapeo completo, que podrá ser entregado como anexo en Excel, incluye
descripción y tipo de iniciativa, público de interés, área responsable, alineación
a ejes temáticos y componentes, es decir, si este programa o herramienta
responde a alguno de esos asuntos y recomendaciones generales.
▪ Las iniciativas mapeadas también fueron clasificadas por área de gestión, en
otras palabras, ubicamos cada programa en relación con las áreas de gestión:
promoción, prevención, intervención o rehabilitación.

112
▪ Se mapearon 80 iniciativas Compañía y se identificaron fortalezas en las áreas
de promoción y prevención, y oportunidades de desarrollo en intervención;
pero especialmente en rehabilitación.
▪ Ejes temáticos como violencias, capital psicológico, consumo responsable e
ideación e intento suicida y comportamientos autolesivos, requieren de
apuestas concretas para su desarrollo. Asimismo, los componentes de familias,
tejido social y sentido de vida.

A continuación, se muestra una matriz resumen del ejercicio realizado. La


herramienta completa será entregada como un documento anexo.

113
Tabla 7. Iniciativas Salud Mental SURA 2021
Mapeo de iniciativas, que responden a salud mental SURA 2021

Tipo Nombre Área responsable Público/ clientes Alineación a ejes Alineación a Áreas de gestión
temáticos componentes

Herramienta Índice de salud Seguros de salud / Personas Consumo Sin evidencia para Prevención
EPS problemático alineación
Trastorno mental
Ideación e intento
suicida
Herramienta Perfil de actitud frente Capacidad salud Personas Consumo Hábitos de vida Prevención
al riesgo problemático saludable
Transformación Personas Consumo Habilidades, Promoción
Herramienta Plataforma de digital/ Capacidades responsable / competencias y Prevención
bienestar salud y autonomía problemático destrezas Intervención
Capital Hábitos de vida
psicológico saludable
Modelos Modelo de Personas Sana convivencia Habilidades, Rehabilitación
rehabilitación IPS competencias y
postcovid 19 destrezas
Modelos Modelo de atención Seguros de salud Personas Trastorno mental Sin evidencia para Intervención
patología mental Ideación e intento alineación
suicida
Modelos Modelo de salud VP Financiera Personas / Sana convivencia Habilidades, Promoción
financiera Empresas Consumo competencias y Prevención
responsable / destrezas Intervención
problemático Hábitos
Capital Familias
psicológico

Líneas Línea de tele Violencias Habilidades, Prevención


orientación CGR Empresas Capital competencias y Intervención
psicológica psicológico destrezas
Trastorno mental Hábitos
Ideación e intento
suicida

114
Líneas Línea de tele EPS /IPS /Seguros de Personas Violencias Habilidades, Prevención
orientación salud Capital competencias y Intervención
psicológica psicológico destrezas
Trastorno mental Hábitos
Ideación e intento
suicida
Programas En Familia VP Talento Humano Colaboradores y Ha abordado todos Habilidades, Promoción
sus familias los ejes competencias y Prevención
destrezas.
Hábitos.
Familias.
Sana convivencia Habilidades, Promoción
Violencias competencias y Prevención
Programas Félix y Susana Fundación SURA Comunidad Capital destrezas. Intervención
psicológico Hábitos.
Consumo Familias.
responsable Tejido social.
Sentido de vida
Programas Prevención de ARL / CGR / Seguros Personas / Violencias Habilidades, Promoción
sustancias de salud Empresas Consumo competencias y Prevención
psicoactivas problemático destrezas.
Hábitos.
Rutas Ruta de atención EPS Personas Violencias Familias Intervención
víctima del conflicto Trastorno mental
armado Ideación e intento
suicida
Rutas Ruta de atención en EPS /IPS / Seguros de Personas Violencias Familias Intervención
violencia sexual, salud Trastorno mental
código fucsia Ideación e intento
suicida
Manuales /Protocolos Manual de ARL /CGR Empresas Sana convivencia Habilidades, Prevención
acompañamiento Capital competencias y Intervención
emocional psicológico destrezas.
Hábitos.

115
Este ejercicio nos permitió identificar oportunidades para el desarrollo de nuevas
apuestas en el corto y mediano plazo. En esa línea, el equipo base de salud mental trae
a la conversación tres propuestas de iniciativas que podrán ser desarrollas más
adelante. Cada iniciativa cuenta con objetivo general, específicos, público objetivo
desde la noción de ser humano, transversalización de enfoques, desarrollo por
componentes y áreas de gestión (cuadro resumen), propuesta de indicadores y
algunas consideraciones finales.

Para esta documentación sólo se presenta una de las iniciativas desarrolladas, se pone
a disposición de la Compañía los demás ejercicios.

Tabla 8. Programa atención integral para la ideación, el intento suicida y


comportamientos autolesivos
Iniciativa propuesta
Diseño preliminar.
2021
Promover un programa de atención integral para las personas con
ideación, intento suicida y comportamientos autolesivos que permita
Objetivo general educar, intervenir y rehabilitar a la persona y a sus familias, a través de
un modelo de acompañamiento continuo.

Diseñar e implementar una estrategia de educación para público en


general que permita la concientización y desestigmatización del
suicidio, por medio de espacios lúdicos, pedagógicos, físicos y /o
virtuales. Podrán generarse alianzas con diversos actores para que
sean estrategias masivas.
Objetivos específicos
Educar y capacitar al personal de salud de SURA, en la identificación de
signos y síntomas tempranos de riesgo para intento suicida y
comportamientos autolesivos.

Implementar acciones coordinadas de intervención integral para la


persona con intento suicida (botón de ayuda). Fortalecer portafolio para
el proceso terapéutico con una mirada holística (tradicional y no
tradicional).

Crear y consolidar grupos de apoyo para las personas con ideación e


intento suicida (sobrevivientes) y para familias que han pasado por esta
situación.

116
Acompañamiento desde la atención integral de la persona. Tener en cuenta
las creencias internas de las personas y paradigmas mentales, desde la
interioridad lo que se concibe alrededor del suicidio, la muerte, la vida, el
sufrimiento y el daño.
Visión integral de ser
humano Identificar los factores que influyen en el comportamiento suicida y
autolesivo, teniendo en cuenta los factores protectores y de riesgo
presentes en la persona y sus entornos.

Reconocer las condiciones de vida y las historias que atraviesan las


personas y sus territorios, así como identificar las maneras en cómo han
logrado superar y afrontar positivamente las situaciones desafiantes de su
vida.

Comprender y atender las situaciones alrededor del suicidio objetivamente


conservando en la persona la visión integral.

Explorar la dimensión de trascendencia, el sentido y propósito de vida de la


persona, y a partir de allí brindar una atención oportuna y responsable.

Transversalización de los enfoques en salud mental

Enfoque de libertades Enfoque de Enfoque de curso de Enfoque territorial


diversidad e vida diferencial
inclusión
Preguntarnos por las Especial interés en ¿Cuáles son los hitos o En el territorio donde
razones o motivaciones mujeres y sus altos las incertidumbres más habita la población
de las personas: ¿qué índices de intento prevalentes dentro de objetivo qué ideas e
detona una ideación o un suicida, según lo esta situación? imaginarios existen
intento suicida?, muestran las Acompañar en la alrededor del suicidio, la
¿razones económicas, estadísticas. ¿Cuál generación de nuevas vida, la muerte, el
familiares, sociales, debería ser la oportunidades de vida sufrimiento.
laborales, otras? atención diferencial para hacer frente a
para una mujer que lo aquellos momentos de
intenta y sobrevive? vida complejos.
¿Existe relación con
factores de tipo
cultural,
estereotipos de
género, violencias y
e intento suicida?

Identificar y acompañar Población Reconocer las Indagar por estrategias


sin categorizar la adolescente con preferencias, comunitarias y
severidad del intento. condiciones diversas expectativas, deseos, territoriales para la
asociadas a su motivadores e identificación y
preferencia sexual, incertidumbres, que se prevención del suicidio
identidad de género, tienen en determinadas en todos los entornos

117
etnia que pueden situaciones de la vida
incidir en la (Vida en pareja,
configuración de una relaciones sociales, vida
ideación o intento laboral, conflictos
suicida, debido al sociales, laborales y
rechazo, familiares).
segregación o
estigmatización
social.

Durante el Las personas que Promover herramientas Disponer de sistemas de


acompañamiento en la han sido víctimas de individuales y colectivas información territorial
identificación de la violencia, social, para fortalecer en las que nos permita
ideación, aproximarse de armada u otras personas las reconocer zonas
manera empática al manifestaciones, estrategias adaptativas álgidas, factores de
sufrimiento de la persona establecer para asumir y aprender riesgo distribuidos en el
y, en conjunto, plantear mecanismos para de los desafíos territorio alrededor de:
nuevas formas de vivir. acompañarlos desde cotidianos en cualquier situación económica
el sentido y momento de su vida. (empleo, desempleo),
propósito de vida, la vivienda, salud,
resiliencia y el educación.
optimismo.

Brindar mecanismos ¿Cómo se acompaña Reconocer que los Identificar los factores,
efectivos para que las a una familia que ha niños, niñas y determinantes sociales
personas puedan perdido un ser adolescentes se que podrían incidir en un
materializar esas nuevas querido (que se ha encuentran en comportamiento suicida
formas de vida, partiendo suicidado) por la etapas críticas del y/o autolesivo.
de las libertades, sistemática crecimiento y desarrollo
derechos y capacidades exclusión y rechazo que necesitan
que deben adquirir o social producto de su mayor acompañamiento
potenciar las personas. condición de género, y se
sexual, étnica u otra? vuelven oportunidades
para prevenir cualquier
tipo de comportamiento
suicida y/o autolesivo.

Acompañar a personas, Brindar mecanismosFortalecer el ¿Existen historias,


familias y allegados, que que entiendan la acompañamiento a las referentes, narrativas
viven una situación de diferencia y la
mujeres en cualquier en ese territorio o
suicidio alrededor de la vulnerabilidad sin
momento de su curso comunidad alrededor
perdida, el duelo, la vida. revictimizar. vital ya que han sido del suicidio? Indagar por
víctimas de violencia en aquellas situaciones que
los diferentes entornos, han quedado en la
y esto puede ser un memoria de las
factor de riesgo para personas.
una ideación o intento
suicida.
Algunas ideas para desarrollar desde los componentes en salud mental

118
Habilidades, ▪Facilitar el acceso a instituciones educativas donde se permita
competencias y fortalecer habilidades comunicacionales
destrezas ▪ Generar espacios de integración social por medio de experiencias
de aprendizaje significativas
▪ Pertenecer a grupos con gustos afines que generan beneficios
personales y para los demás.
▪ Fomentar relaciones armónicas generando vínculos afectivos
donde se desarrolle competencias sociales
▪ Encontrémonos con nosotros mismos y disfrutemos de nuestro
espacio.
Hábitos de vida Implementar en su totalidad la propuesta de hábitos, énfasis en:
saludables ▪ Expresar las emociones con seres queridos.
▪ Practicar sus hobbies periódicamente.
▪ Generar espacios con seres queridos en unión y confianza.
▪ Buscar apoyo en el momento de sentir que se necesita.
▪ Favorecer conversaciones en el hogar sobre el suicidio de manera
abierta.
▪ Fomentar espacios que generen seguridad y confianza.
▪ Estimular en las familias actividades que reconozcan y fortalezcan
las emociones y sentimientos.
Familias ▪ Proporcionar a cada uno de sus miembros, seguridad en el campo
afectivo.
▪ Preparar a sus integrantes para convivir de una manera armónica.
▪ Crear hábitos cotidianos que fomenten la seguridad y el amor
propio
▪ Manejar las emociones y frustraciones, a través del autocontrol.
▪ Establecer espacios de conversación de temas del día a día basados
en respeto y agradecimiento.
Tejido social ▪ Identificar cuáles son esos vínculos afectivos importantes para las
personas que están pasando por una ideación suicida, y trabajar en
su fortalecimiento. Si la ideación se da por el rompimiento de un
vínculo acompañar desde allí y la generación de nuevos.
▪ Establecer grupos de apoyo para personas sobrevivientes de
suicidio, y para familiares y allegados desde aquellas personas que
consumaron su intento.
▪ En los entornos familiares, educativos, laborales y sociales
establecer estrategias comunitarias para hablar alrededor del tema
y brindar estrategias de apoyo y duelo cuando alguna situación se
materializa.
Sentido de vida ▪ Desarrollar espacios metodológicos para trabajar de propósito y
sentido de vida.
▪ Intercambio de experiencias comunitarias.
▪ Cultivar el aprendizaje y el agradecimiento: agradecer por tres
cosas cada día
▪ Aprender a ser consciente sobre sus pensamientos


119
Tabla 9. Alineación componente y áreas de gestión
Ideas generales por desarrollar

Áreas de
gestión/ Promoción Prevención Intervención Rehabilitación
Componentes
Crear un programa de educación en ▪ Desarrollo de habilidades, Acompañamiento integral a la persona, y su familia,
Habilidades, torno a la promoción del buen vivir, competencias y destrezas que ha intentado el suicidio:
competencias y y la prevención del suicidio con en el personal asistencial ▪ Línea de orientación psicológica
destrezas énfasis en: para identificar signos y ▪ Modelo atención patología mental, en casos
▪ Desarrollo de habilidades síntomas de esta que aplique
como: problemática. ▪ Terapias vivenciales para fortalecer
Estrategias de ▪ Guías de orientación para la habilidades, competencias y destrezas
afrontamiento, búsqueda prevención del suicidio ▪ Creación de nuevos hábitos de vida
de apoyo, autonomía, ▪ Fortalecimiento ▪ Alternativas de solución, nuevas formas y
autoeficacia, estrategias Primeros estilos de vida
autoconocimiento, Auxilios Psicológicos ▪ Consultas integrales, individuales y familiares
conocimiento emocional SURA. ▪ Talleres de mindfulness
(agilidad emocional), ▪ Manejo del duelo, “el día después del suicidio”
Resiliencia/ Confianza en sí A través de la estrategia de hábitos, ▪ Voluntariado social
mismo/ Optimismo. desarrollar herramientas para ▪ Generación de vínculos afectivos
Hábitos de vida ▪ Implementar toda la identificar y diagnosticar población ▪ Acompañamiento financiero
saludable propuesta de Hábitos en situación de riesgo. ▪ Estadías vivenciales terapéuticas y
▪ Conversatorios abiertos al espirituales
público para conversar Identificar hábitos que funcionen ▪ Grupo de apoyo para sobrevivientes y sus
alrededor del suicido. como factor protector directo. familias.
▪ Espacios seguros, físicos y
virtuales, para que las Para la rehabilitación, hacer énfasis en el
personas puedan Escalar programa en Familia, acompañamiento y preparación de los espacios de
Familias acercarse y conversar al específico para este público: interacción de la persona para su reincorporación
respecto (Escuchadoras) identificación de signos de alarma, social (Escuela, trabajo, familia, grupo de amigos)
botón de ayuda, primeros auxilios

120
▪ Espacios permanentes con psicológicos, acompañamiento
familias, talleres, grupos de psicológico.
apoyos para aquellas
personas que han estado Estrategias focalizadas en aquellos
cercanas a esta situación. espacios: instituciones
Tejido social ▪ Estrategias masivas, educativas, empresas, barrios,
territoriales, en alianza con donde está siendo más prevalente
instituciones públicas y la problemática.
privadas para visibilizar la
problemática. Prácticas de mindfulness
Sentido de vida ▪ Talleres de propósito y Intercambio de experiencias a
sentido de vida. través de voluntariado social.

Tabla 10. Propuesta batería de Indicadores para esta iniciativa


Indicadores de gestión Indicadores de resultado
Indicador de cobertura en promoción: Indicador de impacto en salud:

Número de personas asistentes (presencial/ virtual) / Número de personas Vidas salvadas: Número de personas con pensamiento suicida que no
expuestas *100 realizan intento suicida/ Número de personas expuestas *100

Indicador de cobertura en capacitación interna: Número de personas con intento suicida y suicidio/ Número personas
asistentes a capacitaciones y grupos de apoyo *100
Número de profesionales de salud (presencial/virtual) / Número de
profesionales SURA *100

Indicador de cobertura en grupo de apoyo: Indicador de recaída:

Número de personas asistentes (presencial/virtual) / Número de Número de sobrevivientes con recaídas/ Número de sobrevivientes
personas expuestas*100 totales *100

121
Adicional, presentamos algunas consideraciones generales frente a esta iniciativa
propuesta:
▪ Se deberá definir el tono, lenguaje, narrativa que la Compañía utilizará para
hablar del suicidio con la población en general y quienes se encuentren en
riesgo.
▪ Diseñar herramientas de diagnóstico para identificar aquellas personas en
situación de riesgo.
▪ Adaptar y adoptar guías para las áreas, desde la comunicación hasta el
acompañamiento que debe darse a esta población.
▪ Configurar marcaciones psicosociales en historia clínica, para alertar casos de
riesgo.
▪ Establecer, en la ruta de acompañamiento, tiempos, alcances, compromisos y
responsabilidades de la atención de la Compañía a personas y familias en estos
casos.
▪ Implementar sistemas de gestión de casos.
▪ Disponer de recursos para resolver dilemas éticos (confidencialidad y
responsabilidad) que pueden detonarse en estos casos.
▪ Crear bases de datos e intercambio de buenas prácticas en la prevención del
comportamiento suicida.
▪ Fomentar y apoyar el estudio de investigación del comportamiento suicida y su
prevención.
▪ Promover alianzas sectoriales, territoriales, educativas y empresariales para
promover estrategias de buen vivir.
▪ Escalar buenas prácticas al sector de empresas que se enfrentan a estas
problemáticas con sus colaboradores.

Esperamos que el ejemplo aquí evidenciado y los otros dos realizados por el equipo
base de salud mental, permitan trazar líneas de trabajo a futuro sobre estas temáticas
y la urgencia de su abordaje de una manera integral.

122
Propuesta de indicadores de gestión, resultado e
impacto
“Existen tantas noches como días, y cada una dura lo mismo que el día que
viene después. Hasta la vida más feliz no se puede medir sin unos
momentos de oscuridad, y la palabra ‘feliz’ perdería todo sentido si no
estuviese equilibrado por la tristeza”.
Carl Gustav Jung

En este punto desarrollaremos una propuesta de batería de indicadores de gestión,


resultado e impacto que deberán ser analizados en su viabilidad, importancia y
criticidad para la Compañía.

Los indicadores son elementos claves a considerar dentro del abordaje de la salud
mental, dado que favorecen el monitoreo constante de las acciones que se desarrollan
en esta materia. Contar con indicadores no solamente posibilita la proyección de
metas claras, sino que también permite monitorear el impacto que estas acciones
tienen sobre la salud aportando dinamismo y flexibilidad, visibilizando así posibles
puntos de vulnerabilidad que pueden estar sujetos a cambios.

Indiscutiblemente, no se puede pensar en indicadores en salud mental sin pensar en


indicadores de salud, dado que las estrategias desarrolladas desde salud mental están
invitadas a generar transformación en las demás esferas de la salud (física, sexual,
financiera, publica, salud y seguridad, etc.).

Entendiendo el reto que implica el diseño de indicadores en salud mental es


importante conocer las variables que contemplan algunos indicadores que tienen
como finalidad valorar determinantes de salud tanto a nivel nacional e internacional,
con el fin de considerarlos como referentes para la consolidación de la propuesta de
indicadores de salud mental de SURA.

Para tal fin, este documento presenta un rastreo general de cuatro grandes
indicadores, tres de carácter internacional y uno de carácter nacional, que sirven
como referentes para pensar en indicadores multidimensionales para medir la salud y
el bienestar de las personas y nuestra contribución en este desafío. Adicional, se
realiza una referenciación interna en la Compañía.

Referentes externos

Índice global de felicidad -ONU-: este índice surge de una encuesta que desarrolla la
Red de Soluciones Sostenibles para el Desarrollo de la ONU, mediante la cual se
observa el estado global de la felicidad en 156 países y establece una clasificación
teniendo en cuenta seis factores o variables: poder adquisitivo (PIB), esperanza de

123
vida, apoyo o asistencia social (servicios), lazos comunitarios, grados de libertad e
ingresos por corrupción (Begley (Forbes), 2020). En esta medida, todas las variables
que se consideran son objetivas, hasta el reporte de 2020, en donde se han incluido
algunas referidas a la percepción de las personas.

Índice de Desarrollo Humano -ONU-: se trata de un índice que clasifica el desarrollo de


cada país haciendo énfasis en factores como ingresos y renta per cápita, acceso a
salud o cobertura sanitaria y su nivel educativo, entre otros factores, incluyendo el
impacto medioambiental ONU, (2020). Al igual que el anterior, en su gran mayoría
retoma variables de orden objetivo, con un componente adicional referido a la
educación.

(Tu) Índice para una vida mejor -OCED-: se trata de un índice económico-social, tal
como lo denomina la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos. Con
este índice se puede visualizar y comparar algunos de los factores clave que
contribuyen al bienestar y el desarrollo en los países miembros de la Organización, a
partir de consideraciones de los usuarios de un aplicativo. Son dos grandes grupos de
variables los que usa la OCDE: condiciones materiales de vida (empleo, ingresos y
vivienda) y calidad de vida (comunidad, educación, equilibrio laboral-personal, medio
ambiente, participación ciudadana, salud, satisfacción frente a la vida y seguridad).
Aquí se puede observar pues una combinación de factores objetivos, como ingresos, y
subjetivos, como satisfacción frente a la vida OCDE, (s.f.).

Calidad de Vida -ECV-: se trata de una serie de investigaciones denominadas Encuesta


de Calidad de Vida que da lugar a diversos indicadores, los cuales operacionalizados
dan lugar a la cuantificación y caracterización de condiciones de vida desde diferentes
frentes, referidos a: viviendas (en términos materiales: paredes, pisos y servicios
públicos), personas (en términos de educación, empleo, salud, cuidado de niños,
gastos, entre otros) y hogares (en términos de propiedad sobre vienes, percepción de
condiciones de vida, etc.) DANE, (2021). Como en el anterior, aquí identificamos
variables de orden objetivo, subjetivo y, una característica más, la combinación de
variables cuantitativas y cualitativas, estas últimas representadas en características
por ejemplo en materiales de las viviendas.

Referentes internos

Al interior de la Compañía se encuentran -no estrictamente indicadores- sino una serie


de formas de recaudar información orientada a la construcción de indicadores,
denominadas Estrategias de conocimiento del cliente, algunas de las cuales están
todavía en proceso de consolidación pero que ofrecen datos de calidad estimable.

Dichas estrategias son: 1) Herramientas de cara a la persona, 2) Herramientas


transparentes para la persona y 3) Herramientas de captación de variables dinámicas
mediadas por TEC. A continuación, aparecen descritas brevemente:

124
Las Herramientas de cara a la persona son todas aquellas que se exponen
abiertamente al cliente y se le solicita el favor de aportar la información
voluntariamente, en algunos casos con base en un intercambio por algo que la
Compañía le ofrece; pero en otros, no. Básicamente se cuenta con tres instrumentos:
Mapa de Bienestar, Déjanos Conocerte (existe investigación que se puede consultar) y
Perfil de Actitud frente al Riesgo. Estos instrumentos han mostrado la necesidad -por
ejemplo- de realizar acercamientos desde enfoques que capten la diversidad de los
clientes, por ejemplo: en relación con su etapa en el ciclo vital, tal como sucedió con el
Mapa de Bienestar dirigido a adolescentes.

Herramientas transparentes se denomina a todas aquellas que sin bien son visibles
para el cliente, este no necesariamente sabe que la información es destinada a
cómputos con los cuales se realizan diversas estimaciones, como la historia clínica o
las interacciones que tiene en un momento determinado en una urgencia por la cual
consulta. Se cuenta con tres de estos instrumentos: Índice de Salud (va de 1 a 10 y es
principalmente sobre variables físicas), Índice de Bienestar (está en construcción y
existe documentación) e Índice de Salud Mental (se expresa en la probabilidad de
padecer: depresión, intento de suicidio, trastorno de ansiedad, conductas autolesivas
y adicciones).

Herramientas de Captación de Variables Dinámicas mediadas por Tecnología son


aquellas que apuntan a captar todas las variables que contribuyen a tener una visión
holística de la salud, pero cuyo dinamismo es alto y hace que sean de difícil captación,
particularmente en términos de la calidad de su registro: sueño, alimentación,
ejercicio, etc., por lo cual se espera usar tecnología en dichos procesos. Si bien es muy
prometedor, se encuentra aún en fase preliminar de desarrollo.

Aspectos generales para la construcción de indicadores


Partiendo de la anterior revisión se identificaron tres características estructurales que
al ser analizadas a la luz de la propuesta de salud mental de SURA se vuelven
imprescindibles en el diseño de los indicadores de salud mental.

En primer lugar, dado que el modelo de salud mental reúne variables o grupos de
variables de naturaleza diversa, tal como lo vemos en el Índice Global de Felicidad de
la ONU, en el cual todas las variables se refieren a aspectos externos a los sujetos
(variables objetivas); pero que por eso mismo no capta la percepción de las personas
sobre sus propias condiciones de vida o la satisfacción frente a la vida -por ejemplo-,
tal como hacen respectivamente el Índice de Calidad de Vida del DANE y el Índice para
una Vida Mejor de la OCDE.

Adicionalmente, no todos los registros tienen o pueden ser expresados


numéricamente, como en el caso de niveles de educación, como en el Índice de
Desarrollo Humano de la ONU. Así, pues, se debe considerar que las variables que
acompañen los indicadores podrán ser objetivas, subjetivas, numéricas (cuantitativas)
o descriptibles (cualitativas).
125
En segundo lugar, los resultados de dichas variables pueden registrarse en diferentes
procedimientos que siempre involucran al cliente directa o indirectamente, tal como
se vio en la referenciación interna tanto en las herramientas de cara al cliente
(encuestas), herramientas transparentes (historia clínica, registros de consultas,
atenciones virtuales) y las de recolección de información de variables dinámicas con
asistencia de tecnología, involucran al cliente de una u otra forma. En este sentido se
plantean tres importantes cuestiones de carácter ética, persuasivo y técnico, a las que
la Compañía debe prestar atención en la creación de sus indicadores.

En tercer lugar, se requieren consideraciones específicas sobre lo que se espera


registrar para captar los aspectos distintivos del modelo de salud. En este sentido,
fueron estimados unos indicadores tentativos que señalan las cuestiones específicas
que pretenden estimarse en relación con el modelo de salud mental que se ha
propuesto.

Propuesta de indicadores de gestión y resultado:


La siguiente propuesta de indicadores buscan estimar: cambios en las actitudes de
los clientes; aprendizajes puestos en práctica, y cantidad y calidad de los procesos y
aprendizajes ofrecidos; y cantidad y calidad de las intervenciones realizadas.

Los indicadores de gestión y resultado que se proponen dentro de la estrategia de


salud mental de SURA contienen de manera detalla estos elementos:

Indicador n°1: Indicador de transformación

Objetivo del indicador: Estimar modificaciones en actitudes, creencias,


comportamientos y decisiones de las personas, surgidas a través de procesos llevados
a cabo a partir de los programas propuestos.
Medición del indicador (cuantitativo): Variación del mapa de bienestar de las personas
que reciben un acompañamiento integral por parte de SURA en temas relacionados
con salud mental.
Variables a tener en cuenta:
▪ El mapa de bienestar deberá integrar preguntas (línea de base) que indaguen
por las actitudes, creencias y prácticas de las personas relacionadas al disfrute
y ejercicio de su salud mental.
▪ Realizar evaluaciones periódicamente acerca de: actitudes, creencias y
prácticas (monitoreo). Con esto se podrá calcular la variación entre línea de
base (estado de la meta) y medición intermedia.

126
Indicador n°2: Indicador de Apropiación Educativa

Objetivo del indicador: Dar cuenta de la apropiación que adquieren los clientes de los
conceptos, temas, contenidos movilizados desde la propuesta de salud mental.
Medición del indicador (cualitativo): Percepción de uso y aplicabilidad de los
elementos educativos entregados a las personas a través de las estrategias.
Variables tener en cuenta:
▪ ¿Cómo se va a medir la apropiación?, ¿grados de conocimiento y como se lleva
a la cotidianidad?, ¿Utilización de los saberes en comportamientos y
habilidades diarias?
▪ Se puede desagregar el nivel de apropiación en alto, medio y bajo.
▪ Medir el grado de satisfacción y motivación: satisfacción de las personas,
motivación del estudiante (nivel de interés), conformidad de las personas en un
curso, taller o grupo.
▪ Para obtener la información se podrá realizar entrevistas dirigidas, encuestas,
cuestionarios.

Indicador n°3: Indicador de Gestión Educativa

Objetivo del indicador: Estimar la cantidad de experiencias educativas que se ofertan


al público correspondiente.
Medición del indicador (Cuantitativo):
▪ Número de experiencias movilizadas en el año desde el componente educativo.
▪ Número de participantes en las experiencias.
Variables a tener en cuenta:
▪ Porcentaje de cumplimiento de la meta.
▪ Porcentaje de experiencias esperadas/ propuestas.
▪ Porcentaje de asistentes esperados/ asistentes reales.
▪ Diseñar estrategia de contenidos.
▪ Establecer metas anuales: número de experiencias y número de participantes.

Indicador n°4: Indicador de Percepción/ de Satisfacción Educativa

Objetivo del indicador: valorar la percepción de satisfacción de las experiencias


educativas ofrecidas.
Medición del indicador (Cualitativo): Percepción de las personas que participan en
estas experiencias, valorando calidad, pertinencia y accesibilidad.
Variables a tener en cuenta:
▪ Participación
▪ Motivación
▪ Satisfacción
▪ Valoración metodológica y logística
▪ Valoración de los facilitadores
▪ Claridad y utilidad de los contenidos

127
▪ Identificar en qué espacios se medirá la percepción (espacios o estrategias
clave)
▪ Diseñar instrumento para la medición de percepción (encuestas)

Indicador n°5: Indicador de Estrategias de Promoción de Salud Mental

Objetivo del indicador: indicar el número de estrategias de promoción de salud mental


implementadas.
Medición del indicador (mixto): Número de estrategias aplicadas, puestas en marcha y
valoración de las personas que pasan por este proceso.
Variables a tener en cuenta:
▪ Frecuencia
▪ Acompañamiento
▪ Conexión con demás áreas de gestión

Indicador n°6: Indicador de Estrategias de Detección de Riesgos

Objetivo del indicador: indicar el número de casos detectados y atendidos en etapa


temprana.
Medición del indicador (cuantitativo): Número de casos detectados y atendidos en
etapa temprana, al año.
Variables a tener en cuenta:
▪ Priorización de factores de riesgo
▪ Conexión de FR con patologías de consulta frecuente
▪ Conexión con demás áreas de gestión
▪ Este indicador debe estar conectado con las estrategias que se realizan
de atención cotidiana integrando para su captación variables de salud mental

Indicador n°7: Indicador de Intervención Integral Humana

Nombre del indicador: Rehabilitación para la cotidianidad.


Objetivo del indicador: Captar el número de acciones de rehabilitación integral para
personas.
Medición del indicador (mixto):
▪ Número de personas rehabilitadas integralmente.
▪ Número de acciones realizadas
Variables a tener en cuenta:
▪ Porcentaje de personas que inician el proceso /personas que culminan el
proceso.
▪ Porcentaje de acciones planeadas / realizadas.

128
Propuesta de variables para la construcción del indicador de impacto:
Se propone a continuación una serie de variables que pueden ser tenidas en
cuenta para la construcción de un índice multidimensional en salud, o bienestar, que
esperamos esté conectado con los ejercicios de métricas que hoy tiene la Compañía,
o que está en proceso de construcción. Dicha propuesta nace del entendimiento de
los componentes del modelo de salud mental de SURA relacionándolo con las variables
que identificamos desde el rastreo externo de indicadores.

Las primeras dos variables que consideramos importantes a tener en cuenta son
elementos que favorecen el capital psicológico y que articulan varios del componente
de salud mental:

Variable autoeficacia: son los juicios de cada individuo sobre sus capacidades, en base
a los cuales organiza y ejecuta sus actos de modo que le permitan alcanzar el
rendimiento deseado Bandura, (1987).
Preguntas alrededor de esta variable:
▪ ¿Puedo encontrar la forma de obtener lo que quiero, aunque alguien se me oponga?
▪ ¿Puedo resolver problemas difíciles si me esfuerzo lo suficiente?
▪ ¿Me es fácil persistir en lo que me he propuesto hasta llegar a alcanzar mis metas?
▪ ¿Tengo confianza en que podría manejar eficazmente acontecimientos
inesperados?
▪ ¿Gracias a mis cualidades y recursos puedo superar situaciones imprevistas?
▪ ¿Cuándo me encuentro en dificultades puedo permanecer tranquilo/a porque
cuento con las habilidades necesarias para manejar situaciones difíciles?
▪ ¿Venga lo que venga, por lo general soy capaz de manejarlo?
▪ ¿Puedo resolver la mayoría de los problemas si me esfuerzo lo necesario?
▪ ¿Si me encuentro en una situación difícil, generalmente se me ocurre qué debo
hace?
▪ ¿Al tener que hacer frente a un problema, generalmente se me ocurren varias
alternativas de cómo resolverlo?

Variable optimismo: se asocia con la perspectiva de resultados positivos o


atribuciones de acontecimientos que incluyen motivación y emociones
positivas Luthans, (2002). Algunas variables que influyen sobre el optimismo son las
posibilidades de vivir, el temer lo peor y el miedo a morir.
Preguntas alrededor de esta variable:
▪ ¿Qué tantas posibilidades tengo de permanecer vivo?
▪ ¿El estilo de vida que llevo en la actualidad favorece mi condición de estar vivo?
▪ ¿El entorno que me rodea es un entorno habilitador de vida?
▪ ¿Siempre temo lo peor?
▪ ¿Me imagino escenarios en los que estoy mal frente a cualquier situación?
▪ ¿Qué tanto pienso en la muerte?
▪ ¿Me preocupa la muerte, tengo miedo a morir?
▪ ¿Construyó en las día a día acciones que me permitan estar tranquilo en relación a
la muerte?
129
Posteriormente consideramos importante agrupar en una sola variables elementos
relevantes de las habilidades, destrezas, competencias, y hábitos de vida saludable.
En este punto parece pertinente involucrar la siguiente variable:

Variable gaudibilidad (nivel de disfrute): el conjunto de posibles moduladores que


regulan la cantidad de disfrute o goce que las personas experimentan” Padrós, (2002).
Potencialidad que tiene cada individuo para experimentar sensaciones gratificantes.
Preguntas alrededor de esta variable:
▪ ¿Me rio varias veces ríes al día?
▪ ¿Tengo vínculos que te permiten favorecer tu sentido del humor?
▪ ¿Disponemos al interior de la familia espacio para el esparcimiento?
▪ ¿Habitualmente desarrollo actividades que fortalecen tu sentido del humor?
▪ ¿Logró cotidianamente imaginar lugares, olores, aromas y sensaciones que te
generan tranquilidad?
▪ ¿Proyecto espacios como las vacaciones, los momentos de descanso logras
imaginar cómo quieres que se vivan cómo quieres sentirte en ese momento?
▪ ¿Disfruto cada instante estando en presencia plena?
▪ ¿Tengo pensamientos todo el tiempo que me impiden disfrutar las experiencias?
▪ ¿Me pongo retos para superar mis propios obstáculos?
▪ ¿Genero rutinas que voy alimentando en la medida que tengo nuevas experiencias?
▪ ¿Disfruto cada instante y experiencia de la vida?
▪ ¿Organizo mi tiempo de tal manera que pueda disfrutar de diferentes momentos en
mi día a día?
▪ ¿Reconozco el pasado como una gran experiencia Y no anhelo estar viviendo esos
momentos antes vividos?
▪ ¿Disfruto cada momento del presente sin anhelar ni el pasado ni el futuro?

Por último, proponemos incluir una variable que conecta -de manera directa-
elementos de las diferentes esferas y nos permite reconocer la percepción que las
personas tienes frente a su estado de salud:

Variable vitalidad: La energía que estimula a una persona, la empodera y le permite


actuar de manera autónoma, persistiendo en actividades importantes afirmando,
además, que esta energía disminuye cuando hay control externo, es decir, cuando la
persona no lo puede regular autónomamente.
Preguntas alrededor de esta variable:
▪ ¿Me siento fatigado la mayor parte del tiempo?
▪ ¿Cuándo despierto en la mañana siento que me falta energía para enfrentar el día?
▪ ¿Tengo un sueño reparador?
▪ ¿Concilio fácilmente el sueño?
▪ ¿Son suficientes las horas de sueño de las que dispongo?
▪ ¿Siento que en los últimos meses han disminuido mis fuerzas?
▪ ¿Me cuesta realizar de manera independiente actividades que antes realizaba?
▪ ¿Reflexiono sobre mis estados de ánimo?
130
▪ ¿Me gusta analizar la manera en que respondo a las situaciones del día a día?
▪ ¿Hago frente a las situaciones buscando solucionar los l problema que encuentro
en mi cotidianidad?
▪ ¿Estoy dispuesto a sacrificarte por algo o alguien?
▪ ¿Soy capaz de salir de mi zona de confort?
▪ ¿Qué me hace sentir satisfecho?
▪ ¿Qué harías si tuvieras la confianza de no fracasar?

A manera de conclusión cerramos este apartado con las siguientes consideraciones.

En primer lugar, consideramos que los indicadores aquí propuestos, y sobre los que
viene trabajando la Compañía deberán ajustarse a una comprensión de la salud integral
en un sentido holístico, es decir, desde el punto de vista físico, mental y espiritual.

En segundo lugar, el indicador o los indicadores deben ofrecer estimaciones que


permitan identificar no solo necesidades de los clientes, sino también posibilidades
para la Compañía; por lo cual es preciso apuntar a captar información de aspectos
objetivos (condiciones de vivienda, poder adquisitivo, etc.) y subjetivos (satisfacción
con sus condiciones de vida, expectativas de vida, etc.). Para esto el Índice de
Bienestar que viene desarrollando la compañía, en Herramientas Transparentes,
puede ser la base de un indicador central en este proceso.

En tercer lugar, proponemos que los indicadores puedan estar compuestos por
variables cuantitativas y cualitativas, cuya compatibilidad debe ser ajustada, ya que
este tipo de indicadores mixtos pueden dar una mirada más amplia de las personas y
su estado de salud.

En cuarto lugar, la construcción y registro del dato siempre será un desafío, y en esa
medida deberemos avanzar en técnicas de captura y registro, tradicionales y no
tradicionales, y en esa medida, ser susceptibles de robustecerse a medida que se
desarrollan medios para precisar las mediciones, como herramientas de registro
asistido por tecnología.

131
132
Mapeo de actores

“Lo mejor que el mundo tiene está en los muchos mundos que el mundo
contiene”
Eduardo Galeano

Nuestra propuesta de abordaje sobre salud mental se mueve en un escenario


conversacional, de prácticas y saberes, donde interactúan actores expertos.
Adicional, para dar respuesta a un fenómeno social que exige el desarrollo de
capacidades colectivas, es necesario identificar, mapear el conocimiento y la
experiencia que otros poseen, en este caso organizaciones legalmente constituidas,
para establecer alianzas futuras y desarrollar estrategias en conjunto, este será uno
de los caminos para hacerle frente a los desafíos que exige abordar y desarrollar una
propuesta en salud mental como la que se presenta.

En este apartado evidenciaremos el ejercicio realizado de mapeo de actores, un


ejercicio inicial y limitado en capacidad y tiempo, que esperamos sea un insumo para
el desarrollo de ecosistemas en la organización.

Uno de los principales desafíos que conecta el desarrollo conceptual con la práctica,
es la identificación de los actores claves que desarrollan acciones cercanas a lo que se
describe en la propuesta en salud mental de SURA, dado que esto permite reconocer
los ejes de mayor desarrollo, los posibles aliados y referentes académicos.

Cuando hablamos de actores claves nos referimos a una institución, persona u


organización que, en el marco de una estrategia de gestión o proyecto, cuenta con
autonomía suficiente para tomar decisiones, además de la capacidad de investigar,
analizar y acompañar el fenómeno que se está atendiendo y que cuenta con la
relevancia suficiente en el territorio de aplicación.

Existen un sin número de metodologías a través de las cuales se puede realizar el


mapeo de actores. Para este caso en particular se utilizó la metodología propuesta por
Pozo Solís (2007) dado que se articula conceptualmente con la ruta que desde el
ecosistema de salud de SURA se definió para mapear, analizar, contactar y
posteriormente desarrollar cualquier actor.

Dicha metodología propone seis pasos, de los cuales se priorizaron y adecuaron los
primeros cuatro, ya que estos son suficientes para cumplir con el propósito de este
mapeo.

Primer paso: propuesta inicial de actores


Paso que consiste en identificar los actores que se desean mapear dada la relevancia
que tienen en el abordaje de una temática específica. En este paso se decidió

133
identificar organizaciones de diferentes sectores con presencia en Colombia, se
incluyeron aquellas que son organismos multilaterales o del Sistema de Naciones
Unidas siempre y cuando contarán con estrategias directas en el país. Los sectores se
categorizaron de la siguiente manera:

▪ Sector público: organizaciones de orden estatal, nacional y/o descentralizadas,


con amplia cobertura territorial.
▪ Sector privado: organizaciones de carácter privado. Para este caso se
priorizarán Empresas, Fundaciones empresariales y otras.
▪ Sector academia: organizaciones dedicadas a la generación de conocimiento y
buenas prácticas como Universidades, Grupos de investigación, Centros de
pensamiento.
▪ Sector social: organizaciones creadas con un objetivo social, tales como
Fundaciones, ONG´S, Cajas de compensación familiar, Organismos
internacionales y Medios de comunicación y opinión pública.
▪ Sector salud: organizaciones especializadas en salud, bien sean públicas o
privadas, que tienen especial interés para nuestro análisis, como Instituciones
Prestadoras en salud.

Segundo paso: identificación de funciones y roles del actor


El objetivo de este paso es reconocer las acciones o estrategias que las
organizaciones deben realizar para ser incluidas dentro del mapeo; acciones que en
este caso en particular se centraron en los ejes temáticos priorizados dentro del
modelo de salud mental; a saber: sana convivencia/violencia, consumo responsable/
consumo problemático, capital psicológico/ trastornos mentales, ideación e intento
suicida y comportamientos autolesivos).

Partiendo de lo anterior podríamos precisar que el rastreo se enfocó en identificar las


organizaciones de los sectores anteriormente mencionados que realizan acciones en
uno o varios de los ejes temáticos, específicamente en aquellas organizaciones que
pueden ser mapeadas a través de la información pública que se encuentra en internet
y que gracias al impacto que generan sus acciones son reconocidas a nivel regional o
nacional.

Tercer paso: análisis de los actores


Uno de los pasos más importantes dentro del mapeo de actores es el análisis
cualitativo de los atributos, dado que permite focalizar el rastreo en aquellos actores
que cumplen con criterios de oportunidad y pertinencia previamente definidos. Dentro
de los atributos priorizados se encuentran:
▪ Posicionamiento: el actor mapeado es reconocido en su sector por ser experto
en la temática de interés, referente en la sociedad. Movilizando a través del
conocimiento buenas prácticas y otros mecanismos, y teniendo incidencia en
la agenda pública.

134
▪ Impacto: el actor mapeado cuenta con la capilaridad suficiente para generar
impacto con sus estrategias a distintos públicos y territorios, sin importar
donde esté ubicada su sede principal.
▪ Reputación: el actor es reconocido por tener buenas prácticas laborales y
organizacionales, sin estar envuelto en alguna controversia de carácter ético,
político, religioso o ambiental.

Cuarto paso: elaboración de la matriz de Mapeo de actores


Este paso permite el diseño de un instrumento que favorece la consolidación de la
información que se desea recoger y a su vez la calificación de los atributos con el fin
de priorizar aquellos que cumplan con la totalidad de los criterios, además de generar
conexiones entre los ejes e identificar las organizaciones que abordan varias de
nuestras apuestas en salud mental.

Incluye un directorio que permite consolidar la información de cada una de las


organizaciones priorizadas entregando datos detallados alrededor de las prácticas
identificadas al interior de esa organización y que podrán ser de interés para nosotros.

Resultados y aclaraciones
En el mapeo inicial se identificaron alrededor de 83 organizaciones, las cuales fueron
valoradas según los criterios propuestos de: posicionamiento, impacto y reputación,
de allí el ejercicio se decantó a 60 organizaciones, para estas instituciones se
construyó el directorio completo con: descripción de la organización, detalle de
buenas prácticas, datos de contacto y alineación a nuestros ejes temáticos.

Este ejercicio responde también al desafío de consolidar ecosistemas en la Compañía,


en ese sentido, el resultado de este proceso fue entregado al área encargada dentro
de la organización.

Por último, es importante mencionar que este mapeo de actores se nutre con la red de
prestadores, socios y aliados que tiene la Compañía desde la capacidad de salud y la
prestación misma.

A continuación, se presenta un breve resumen del ejercicio realizado.

135
Tabla 11. Mapa de actores
Alineación focos
Sector Organización Sana Consumo Consumo Capital Trastorno I.I. Suicidio
Violencias
convivencia responsable problemático psicológico mental /CA

Ministerio de Salud y
Público X X X X X X X
Protección Social
Público Ministerio de justicia X X

Instituto Colombiano de
Público X X X X X
Bienestar Familiar ICBF

Público Ministerio de Cultura X X

Público Ministerio de Educación X


Metro de Medellín – Valle de
Público X X X X X X X
Aburrá
Privado Fundación SURA X X
Privado Fundación Corona X X
Privado BSS X X X X
Privado Corporación Surgir X X
Privado ASOCODEP X
Asociación Colombiana de
Privado X
Bipolares
Privado Fundación telefónica X X
Fasecolda
Privado -Programa Educación X
financiera Viva Seguro-
Privado Fundación Bolívar Davivienda X X
Universidad de los Andes,
Academia X X X X
facultad de ciencias sociales
Universidad de San
Academia X X X X X
Buenaventura

136
Fundación Centro
Academia internacional de educación y X X X
desarrollo humano CINDE
Alineación focos
Sector Organización Sana Consumo Consumo Capital Trastorno I.I Suicida
Violencias
convivencia responsable problemático psicológico mental CA
Pontificia Universidad
Academia X X X
Javeriana
Universidad Católica Luis
Academia X X X X X
Amigó
Academia UPB Centro de Familia X X X X
Academia Universidad de Antioquia X X
Universidad Nacional de
Academia X X
Colombia
Academia Universidad del CES X X X X X X X
Academia Universidad EAFIT X X X
Academia Escuela Beijín X X X X X X X
Academia Universidad de Massachusetts X X X X
Academia Universidad de Pensilvania X X X X
Organización Mundial de la
Social X X X X X X X
Salud
Oficina de las Naciones Unidas
Social contra la Droga y el Delito X X
(UNODC)
Social ONU Mujeres X X
Fondo de Población de las
Social X X
Naciones Unidas (UNFPA)
Fundación de Atención a la
Social X X X
Niñez-FAN
Social Redpapaz X X X X
Social Corpovisionarios X X X X X X
Social Observatorio para la paz X X X

137
Alineación focos
Sector Organización
Sana Consumo Consumo Capital Trastorno I.I Suicida
Violencias
convivencia responsable problemático psicológico mental CA
Social El Espectador X X X X X X X
Social Fundación Hogares Claret X X X X X X X
Social Asociación Afecto X X
Agencia canadiense
Social desarrolladora internacional X X X
(ACDI)
Social OIT X X X
Mutante (plataforma
Social X X X X X X X
comunicación)
Liga Colombiana contra el
Social X
Suicidio
Social Fundación Sergio Urrego X X
Social USAID COLOMBIA X X
Social Fundación Ginestra X X X
Social Red Mundial de Suicidiólogos X
Social Asocajas X
Social Colombia Diversa X X X
Salud Profamilia X X

Salud Mente Plena IPS X X X X X X X


Salud Samein X X X X X X X
Hospital San Vicente
Salud Fundación: Clínica de X X X X X
Adicciones
Salud Mayo Clinic X X

138
Alineación focos
Sector Organización
Sana Consumo Consumo Capital Trastorno I.I Suicida
Violencias
convivencia responsable problemático psicológico mental CA
Salud Clínica Retornar X X

Salud La luz IPS X X


Salud Organización Mente Sana X

Salud Fundación Valle del Lili X X X X X X X

Salud Fundación Santa Fe de Bogotá X X

Orden Hospitalaria de San Juan


Salud X X X X X
de Dios

Recordamos que para el sector salud se incluye, en el insumo final, la red de prestadoras en salud que tiene la Compañía.

139
Desafíos
“El hombre no puede descubrir nuevos océanos a menos que tenga el
coraje de perder de vista la costa”
André Gide

Esta propuesta de abordaje conceptual en salud mental nos presenta grandes desafíos
a nivel país y como Compañía. Somos conscientes del impacto de esta temática en la
vida de las personas, en la competitividad de las empresas, y en la sostenibilidad de la
sociedad misma, de ahí que su abordaje nos permita visibilizar esos caminos que
debemos recorrer de manera colectiva para encontrar y construir respuestas con
impacto y pertinencia.

Asimismo, reconocemos la importancia y el nivel de incidencia que tiene nuestra


organización no sólo en la vida de nuestros grupos de interés, sino también en la
construcción de sociedades más justas y equitativas que promueven el bienestar de
sus ciudadanos, de ahí nuestra contribución social de estar ahí antes, durante y
después de que las cosas sucedan. Tenemos pues el compromiso de seguir
recorriendo y afrontando estos desafíos con responsabilidad, respeto, transparencia
y equidad. A continuación, se presentan algunos asuntos clave que exigen de nosotros
atención, preguntas, respuestas, conversaciones y acciones que nos permitan vivir el
propósito de esta organización.

Hacer de la salud mental algo natural: desafío que tenemos como Compañía y como
sociedad, invitando a la conversación sin sesgos, prejuicios, miedos y/o mitos;
derribando el tabú que existe alrededor de este tema, y permitiendo que las personas
se sientan confiadas para hablar de este tema.

Fortalecimiento de la política nacional en salud mental: somos corresponsables del


fortalecimiento institucional en esta materia, no sólo por nuestra participación en el
sistema de seguridad social en el país, sino porque es un asunto de injerencia nacional.
Desde allí, continuar fortaleciendo nuestras buenas prácticas de gestión,
acompañando la discusión pública sobre este tema, promoviendo la habilitación de
servicios de salud mental descentralizados y cercanos a la población, y diseñando
estrategias de acceso a servicios de salud mental virtual o presencial desde cada
grupo de personas; estos son algunos de los tantos asuntos que implica este desafío.

Trabajar colectivamente: no sólo es un reto, es un pilar fundamental en el desarrollo


de nuestra estrategia como Compañía, y en la materialización de esta propuesta.
Reconociendo en la diversidad de actores, talentos, conocimiento y prácticas desde
donde podemos potenciar nuestro quehacer y generar mayor impacto a nuestros
clientes.

140
Posicionamiento y relevancia conversacional: el desarrollo de esta propuesta y las
oportunidades de aprendizaje que se abren a su paso nos permitirá generar
conocimiento para compartir, discutir y socializar son distintos públicos externos,
nacionales e internacionales. En esa línea, contribuir al posicionamiento de la
Compañía como un actor clave en este tema, generando presencia en espacios
académicos, gremiales, empresariales y, también, en escenarios no reconocidos
tradicionalmente, donde pasa la cotidianidad de las personas

Gestión del conocimiento y la investigación: generar conocimiento, teórico y práctico,


alrededor de la salud mental, fortaleciendo los procesos de documentación de buenas
prácticas, la adquisición de nuevos saberes y haceres, y orientando la creación de una
agenda de investigación y de gestión del conocimiento para apalancar procesos en
salud que nos permita, también, ser interlocutores válidos en esta materia.

Información pertinente, veraz y transparente: deberemos avanzar en la creación y


consolidación de sistemas de información integrados que den respuesta a los nuevos
enfoques, ejes temáticos propuestos y demás elementos, que incluyan variables no
tradicionales, cualitativas, objetivas y subjetivas que permitan la caracterización de la
población y la creación de sistemas de alerta temprana. Asimismo, se hace necesario
conectar a la Compañía a aquellos sistemas nacionales, locales y regionales para tener
una mirada más amplia de la realidad y la dinámica nacional.

Desarrollo del talento humano en salud: este es un desafío compartido de país, el cómo
seguir avanzando en mejorar las condiciones de las personas de las áreas de salud,
incentivando la formación de profesionales con visión integral, en alianza con la
academia. De cara interna, continuar la formación del talento humano de la Compañía
bajo esta mirada integral del ser humano, y que permita la apropiación y
materialización de la propuesta de salud mental.

Desarrollo de propuestas de valor: continuar en la materialización de esta propuesta


desde el diseño de propuestas de valor para personas y empresas, integrando los
elementos de salud mental. Allí será relevante incluir: la modelación de los momentos
de vida, la segmentación dinámica y estructurada, los hitos de las personas, los
enfoques definidos para salud mental, entre otros elementos conceptuales, para la
creación de nuevas formas de aseguramiento y de gestión.

Trabajo desde la integralidad: esta experiencia nos permite afirmar que trabajar desde
la integralidad es posible; tenemos el reto como Compañía de seguir reconociéndonos
como un único lugar, un único propósito, identificando temáticas en común para
habilitar nuevas miradas, articular el trabajo de los equipos y potenciar el
conocimiento de todas las áreas de la organización.

141
142
Anexo 1. Glosario
A continuación, se presenta un catálogo de términos que pueden ser palabras o
expresiones que dentro de este contexto adquieren un significado particular. Su
propósito es facilitar el acercamiento a los diferentes componentes de la Salud Mental
y, en esa medida, su alcance se restringe estrictamente a este contexto.

El catálogo ha sido estructurado teniendo en cuenta el orden alfabético de los


términos y la inclusión de una definición de estos que precisa su acepción o
significado. En la construcción de estas precisiones han participado personas
provenientes de disciplinas médicas y de las ciencias sociales y, en general, se ha
procurado el uso de diferentes fuentes con estándares académicos -para garantizar la
calidad de las definiciones-. Finalmente, los lectores que deseen obtener un
acercamiento más detallado a las fuentes utilizadas podrán encontrar al final del
documento un listado de referencias de las citas realizadas a lo largo del glosario.

Abuso: es la inflexión de algún tipo de daño que puede ser tanto físico como psíquico
y que, generalmente, tiene lugar y razón de ser gracias al poder que la persona que
provoca o materializa el abuso tiene sobre aquella a la cual se lo produce, ya sea por
una superioridad material que lo protege y le da esa fuerza sobre el otro, o bien por la
sistemática amenaza de que algo malo le va a ocurrir sino accede a ese accionar
abusivo. Recuperado el 30-11-2020 de:
https://www.definicionabc.com/general/abuso.php
Igualmente, la expresión abuso se utiliza para describir un patrón excesivo de
comportamiento que conduce a problemas graves o angustiantes como, por ejemplo,
en el consumo de sustancias psicoactivas, el juego y las conductas sexuales, entre
otras. De manera que las personas encuentran dificultades para desempeñarse en las
tareas de la vida cotidiana como estudiar o trabajar. Recuperado el 03-11.2020 de
https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=abusodesustanciasyladepe
ndenciadesustanciasqumicas-90-P04746"

Adicciones comportamentales: la adicción comportamental, llamada


también adicción sin droga, es un tipo de adición en la cual se da una pérdida de control
de una determinada conducta y que tiene como característica, igual que las adicciones
con sustancia, la dependencia, tolerancia, síndrome de abstinencia y la interferencia
grave en la vida cotidiana de la persona. Recuperado el 30-11-2020 de
https://www.psicologiaespecializada.es/adicciones/#:~:text=La%20adicci%C3%B3
n%20comportamental%2C%20llamada%20tambi%C3%A9n,interferencia%20grave
%20en%20la%20vida

Aprendizaje con sentido o significativo: se da cuando se produce un


cambio cognitivo, pasando de no saber algo a saberlo. Además, tiene la característica
de ser permanente; es decir que el saber que logramos es a largo plazo, y está basado

143
en la experiencia, dependiendo de los conocimientos previos. Recuperado el 30-11-
2020 de https://www.universia.net/co/actualidad/vida-universitaria/que-
aprendizaje-significativo-1130648.html"Área de gestión- Se entiende como una
estrategia con un propósito específico, interconectada y diseñada como parte de una
serie que se define así: promoción, prevención, intervención y rehabilitación.

Autoesquemas: hacen referencia a las creencias o ideas que una persona tiene
sobre sí misma. Y pueden ser entendidas como factores protectores para el abordaje
de la salud mental, de manera transversal a las habilidades, competencias y destrezas.
Autorrealización: la teoría de la autorrealización nos dice que en nuestro interior
hay un potencial intrínseco que debemos despertar, desarrollar al máximo para ser
felices. Según este enfoque, cada uno de nosotros debe decodificar aquello que hay
en su interior y darle forma. Es un crecimiento intencionado, responsable y creativo
para convertirnos en aquello a lo que aspiramos. Recuperado el 30-11-2020 de
https://lamenteesmaravillosa.com/la-teoria-de-la-autorrealizacion-la-clave-del-
potencial-humano/

Biopsicosocialtrascendente: en SURA concebimos al ser humano universal


e integral, como un todo indivisible, en unidad consigo mismo y en interrelación con
sus entornos, contemplando sus características biológicas, psicológicas, relacionales
y su dimensión de trascendencia.

Capacidad(es): son condiciones de potencialidad que permiten a los seres


humanos adoptar comportamientos específicos ante situaciones específicas, con la
finalidad de acercarse a lo que desean ser y hacer (Saenz & Serrano, 2016).

Capacidades Colectivas: las Capacidades Colectivas están vinculadas a las


colectividades organizadas (organizaciones civiles, consejos comunitarios,
colectivos, agrupaciones, empresas, etc). Estos grupos proporcionan unos valores y
preferencias compartidas y, al mismo tiempo, instrumentos para perseguirlos. Las
capacidades colectivas se entienden como el despliegue de los recursos derivados de
la agrupación, que potencian lo que ésta puede ser y hacer, teniendo en cuenta el
impacto que las dinámicas del entorno tienen sobre las decisiones del ser humano.

Capital psicológico: se define como un estado de desarrollo psicológico positivo


individual que se caracteriza por: (1) tener confianza (autoeficacia) para asumir y
realizar el esfuerzo necesario para tener éxito en tareas difíciles; (2) hacer atribuciones
positivas (optimismo) sobre el éxito actual y futuro; (3) perseverar hacia las metas y,
cuando sea necesario, redireccionar los caminos hacia dichas metas (esperanza) para
tener éxito; y (4) cuando uno se vea acosado por los problemas y adversidades,
mantenerse y recuperarse (resiliencia) para alcanzar el éxito (Luthans, Youssef y

144
Avolio, 2007). Recuperado el 30-11-2020 de
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-
97282014000100031#:~:text=Luthans%20y%20Youssef%20(2004)%20definen,hacer
%20atribuciones%20positivas%20(optimismo)%20sobre

Competencias: habilidad observable mediante comportamientos, son el centro


de la estrategia; nos traduce en comportamientos la estrategia de la Compañía.
(Talento Humano SURA).

Componentes: son elementos cognitivos, emocionales, prácticos o relacionales


que tiene una relación directa con la salud mental convirtiéndose en factores
protectores o de riesgo según sea su nivel de apropiación individual, social y cultural.

Comportamiento: son el conjunto de acciones que los organismos ejercen sobre


el medio exterior para modificar algunos de sus estados o para alterar su propia
situación con relación a aquel” (Piaget, 1977, p.7). Recuperado el 30-11-2020 de
https://www.redalyc.org/pdf/708/70801801.pdf

Comportamientos auto lesivos: se entienden como las lesiones


autorrealizadas, de baja letalidad o poco daño corporal intencional, de carácter
socialmente inaceptable, llevadas a cabo para reducir la angustia psicológica. (Walsh
2006). Recuperado el 28 -11-2020 de https://www.isep.com/co/actualidad-
psicologia-clinica/autolesiones-no-suicidas/

Consumo: se entiende como un comportamiento que afecta las actividades


cotidianas, altera área física, mental, emocional en forma general y gradual afectando
las relaciones familiares sociales y laborales.

Camino de vida: son las diferentes etapas del desarrollo humano abordando más
allá de su ciclo vital, reconociendo la influencia de sus interacciones culturales,
sociales, familiares, y laborales, abarcando sus momentos más significativos, estados
y roles, así como sus procesos de adaptación a estos.

Destrezas: en el Paradigma sociocognitivo-humanista definimos la destreza como


una “habilidad específica de carácter cognitivo que permite realizar determinadas
acciones mentales con eficiencia. Recuperado el 28-11-2020 de
http://www.umch.edu.pe/arch/hnomarino/psociocoghumanista.pdf

145
Diversidad e inclusión: Este enfoque reconoce e incluye la diversidad desde el
género, las preferencias sexuales, la etnia, la situación de discapacidad, y las
afectaciones por violencia es decir víctimas del conflicto armado en Colombia. Busca
promover acciones afirmativas con el fin de reducir o eliminar desigualdades de tipo
social, cultural o económico en grupos poblacionales que han sido minoría y/o
excluidos en el país.

Educación: se entiende como un proceso que busca generar o fortalecer el


potencial de las personas y grupos para promover la salud mental y gestionar el riesgo,
favoreciendo la instauración del aprendizaje, logrando así la generación y
transformación de hábitos y el desarrollo de capacidades.

Enfoques: un sistema de conceptos desde los cuales se observan fenómenos de la


realidad (tema, cuestión o problema) de manera continua y específica a través de un
conjunto de objetivos y métodos para focalizar, analizar, indagar y tomar decisiones.

Enfoque territorial diferencial: este enfoque observa las particularidades y


la realidad social, política, económica, cultural y simbólica de los territorios y de las
poblaciones que allí lo habitan. Implica el reconocimiento de variables y condiciones
constitutivas como la ubicación geográfica, la vocación productiva, los sistemas de
gobierno, las costumbres e idiosincrasia, entre otros.

Entornos: conjunto de circunstancias o factores sociales, culturales, morales,


económicos, profesionales, etc., que rodean una cosa o a una persona, colectividad o
época e influyen en su estado o desarrollo - Definiciones de Oxford Lenguajes,
Recuperado 04-12-2020 de https://www.lexico.com/es/definicion/entorno

Escucha activa: la escucha activa establece el entendimiento del mensaje que


otro quiere emitir, abriendo nuestro corazón, dejando de lado los prejuicios y el juzgar
la realidad del otro.

Género: el género se refiere a los conceptos sociales de las funciones,


comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados
para los hombres y las mujeres. Las diferentes funciones y comportamientos pueden
generar desigualdades de género, es decir, diferencias entre los hombres y las
mujeres que favorecen sistemáticamente a uno de los dos grupos. – OMS, Recuperado
el 25-11-2020 https://www.who.int/topics/gender/es/

Habilidades: según OMS son las aptitudes necesarias para tener un


comportamiento adecuado y positivo, que nos permiten enfrentar eficazmente las

146
exigencias y retos de la vida diaria. La habilidad es innata, al desarrollarse a través de
una acción (conocimiento) consciente puede volverse destreza que al ponerla en un
contexto especifico (aprender a hacer en contexto) se vuelve competencia. OMS,
Recuperado el 04-12-2020 de
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/63552/WHO_MNH_PSF_93.7A_Re
v.2.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Hábitos: son cualidades y actitudes que se materializan en acciones cotidianas,


motivadas por el cuidado de sí mismo, que tienen una relación directa con el entorno
el cual es modificable, generando oportunidades para la toma de decisiones que
favorecen una vida con sentido.

Hitos: acontecimientos puntuales y significativos (planeados o no planeados) que


marcan un momento importante y generan cambios en la vida de las personas. Vienen
acompañados de incertidumbres y movilizadores. Capacidad autonomía SURA 2019,
Recuperado el 04-12-2020 de PDF Seguimiento resignificación vida.

Incertidumbre: es la percepción subjetiva que tienen las personas frente al


riesgo, genera emociones (positivas o negativas), es cambiante y puede movilizar o no
a la toma de acciones. Capacidad autonomía SURA 2019, Recuperado el 04-12-2020 de
PDF Seguimiento resignificación vida.

Intervención: es un conjunto de acciones articuladas desde distintas disciplinas


que buscan responder a las necesidades de atención de las personas y grupos, con el
fin de mitigar el impacto generado en la salud mental y disminuir el sufrimiento,
brindando estrategias y herramientas de afrontamiento.

Libertades: entender las libertades como un enfoque, implica concebir a las


personas como los agentes principales de su propio desarrollo, en lugar de receptores
pasivos de productos y servicios. La agencia de su desarrollo es el lugar de la libertad.
Implica el acceso y el desarrollo de los derechos.

Movilizadores: son impulsos para lograr algo específico. Los movilizadores


orientan, mantienen y determinan la conducta de una persona. Capacidad autonomía
SURA 2019, Recuperado el 04-12-2020 de PDF Seguimiento resignificación vida.

Preferencias sexuales: la preferencia sexual sugiere un grado de elección, que


determina la vida sexual de una persona al establecer un sexo como objeto de deseo, -
Avoiding Heterosexual Bias in Lenguaje Artículo por la Asociación Estadounidense de
Psicología (American Psychologycal Association); consultado febrero 21, 2012.

147
Prevención: se trata de un proceso orientado a reducir con anticipación riesgos
específicos en el entorno de las personas y grupos, asociados con la aparición
de alteraciones de la salud mental y, asimismo, a la instauración anticipada de
estrategias que permitan disminuir la intensidad de las consecuencias que dichas
alteraciones puedan generar sobre la integralidad del ser humano.

Problema Mental: se entiende como una respuesta cognitiva, emocional,


comportamental y/o física, asociado a una condición biológica, vivencia o experiencia
que desequilibra la cotidianidad de cada persona consigo mismo y su entorno.

Promoción: en un proceso orientado a generar capacidades que permiten el


empoderamiento sobre la salud mental, favoreciendo una visión integral del ser
humano que se ve reflejada en la adopción de comportamientos y decisiones
saludables, el establecimiento de relaciones significativas y la generación de entornos
protectores.

Rehabilitación: es un conjunto de acciones articuladas que combinan aspectos


físicos, psicológicos, educativos, sociales y ocupacionales que deben realizarse por un
grupo multidisciplinario. Estas acciones integradas, deben permitir en las personas y
grupos, la promoción de la salud, la prevención de la discapacidad, la recuperación
funcional y la reincorporación a la cotidianidad.

Reincorporación: reintegrarse de nuevo a su rol previo en la sociedad, en la


familia, ámbito laboral y comunitario, este concepto está incluido en rehabilitación.

Riesgo específico: se entiende por riesgo específico aquel que se presenta en


una situación determinada y que es intrínseco o propio de la situación misma, por lo
cual cada vez que surge la situación surge el riesgo con esta.

Ritual: es un rito o acto formal en el que quienes participan realizan acciones


interiorizadas y motivadas normativamente, establecidas en gran medida por la
costumbre y aceptadas por el grupo (Campo, 2008, 142).

Sentido de vida: es un potencializador de la salud mental, que nos permite estar


en unión con nosotros mismos y con los otros recociéndonos como parte de un todo,
permitiendo que el ser humano reconozca la razón de su existencia dando motivos y
significados a la misma.

148
Situación de discapacidad: las personas en situación de discapacidad son
personas que, en relación a sus condiciones de salud física, psíquica, intelectual,
sensorial u otras, al interactuar con diversas barreras contextuales, actitudinales y
ambientales, presentan restricciones en su participación plena y activa en la sociedad.
Recuperado el 01-12-2020 de https://www.cultura.gob.cl/wp-
content/uploads/2017/01/guia-recomendaciones-lenguaje-inclusivo
discapacidad.pdf

Tejido social: es todo aquello que resulta común en un contexto comunitario


determinado y que garantiza la cohesión social de dicho contexto, a través de formas
de ser, producir, interactuar y proyectarse en los ámbitos familiares, comunitarios y
laborales (ONU (Hábitat), 2018).

Trascendencia: entendemos la trascendencia como aquello que es muy


significativo, tiene grandes consecuencias y da sentido a la vida de las personas.
relacionado especialmente con la capacidad de mirarnos a nosotros mismos
(interioridad) en relación a los demás y al universo.

Uso: este término se refiere al consumo de drogas en el cual debido a la cantidad,


frecuencia y situación general del individuo no hay consecuencias apreciables en la
persona ni desde el punto de vista psíquico, social o económico (Francisco, 2018; OEA
& CICAD, 2019).

Víctimas del conflicto armado: son aquellas personas que individual o


colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de
1985, como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de
violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos,
ocurridas con ocasión del conflicto armado interno.

El cónyuge, compañero o compañera permanente, parejas del mismo sexo y familiar


en primer grado de consanguinidad, primero civil de la víctima directa, cuando a esta
se le hubiere dado muerte o estuviere desaparecida. A falta de estas, lo serán los que
se encuentren en el segundo grado de consanguinidad ascendente.

De la misma forma, a las personas que hayan sufrido un daño al intervenir para asistir
a la víctima en peligro o para prevenir la victimización. Ley 1448 de 2011, articulo 3.
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