Como ya se ha explicado, el Derecho debe y tiene que aportar soluciones a
cualesquiera controversia que acontezca dentro de la vida social; dentro del ámbito donde ese orden jurídico rija. Por tanto, cuando no existiere una normativa que tutele o prevea la solución al caso controvertido; no es posible que se deje a las partes en litigio que la resuelvan a su libre arbitrio, pues de hacerlo así se propiciaría la justicia propia mano. De allí que frente al silencio de la ley, se deba recurrir a las fuente indirectas o subsidiarias, esto es, a la analogía, a la jurisprudencia, a la doctrina… y, si aún no se hallase la solución justiciera, se aplicarán los principios generales del derecho. También podemos hacer referencia del artículo 4 de la CRBV.