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CAPÍTULO VII
LA IGLESIA EN LA CULTURA
l. Los SEMINARIOS
Secundaria número l.
293
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294 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
dio a los seminaristas la noticia de los arreglos con el gobierno, "fue grande
el entusiasmo de los alumnos y sólo una algarabía confusa se oyó por
todo el dormitorio, fue por estar prohibido allí dar voces, no se escucharon
vivas y aplausos". 2 Pero al día siguiente se organizó una verdadera mani-
festación de alegría, se gritaron vítores al santo padre, a la Iglesia y a los
obispos y el entusiasmo fue unánime; "hasta que llegó el día", decían
los seminaristas, y tuvieron el día libre para ir a la villa de Guadalupe.3
Después de terminado el conflicto religioso, el Seminario de México
abrió sus puertas sin temor. El arzobispo Pascual Díaz, en medio de sus
múltiples labores, tuvo como punto principal la reorganización de su semi-
nario. De esta manera determinó la creación de las escuelas apostólicas
y el restablecimiento de la Congregación Mariana dentro del Seminario;
también, como base de formación de los alumnos, dispuso que éstos tu-
vieran una conferencia espiritual tanto con el padre prefecto como con
el padre espiritual, para que tuvieran una formación espiritual sólida y se
lanzaran con esta preparación a la recristianización de México. El arzo-
bispo de Morelia y delegado apostólico Leopoldo Ruiz y Flores, que fue
el rector del Seminario desde 1920, dejó su lugar al presbítero Benigno
Esquive!, quien ocupó el cargo a partir de 1929.4
En cuanto a los estudios en el seminario, se seguían las prescripciones
tridentinas sintetizadas en el estudio de las letras clásicas para entender
las fuentes eclesiásticas: la Biblia, los padres de la Iglesia y la tradición;
sin embargo, por la calidad de los profesores se enseñaban además las
letras clásicas como cultura subsistente. Al estudio de las letras clásicas
se dedicaban prácticamente cinco años y éstos tenían como antecedente
escolar la primaria. 5 Para el estudio del latín se utilizaban los textos de
Errandores y de Schinitzler y se tenía clase de sintaxis siguiendo a Zenoni. 6
Se pasaba después al ciclo de filosofía, que también contenía algunas
materias de ciencia, aunque éstas eran enseñadas teóricamente y se les
dedicaba poco tiempo. El estudio del ciclo de filosofía comprendía la
filosofía tomista; de acuerdo con el espíritu tridentino, otra vez, los diversos
cursos estaban orientados a la teología "y su valor era el de ser siervos
de la Teología". Pero nuevamente la calidad del profesorado determinaba
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LA IGLESIA EN" LA CULTURA 295
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296 PROBLEMAS Y CONFUCTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 297
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298 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 299
Con el objeto de preparar desde su tierna infancia a los jóvenes que Dios
nuestro Señor ha llamado al estado clerical, dándoles una educación es-
merada e impartiéndoles una instrucción la más amplia posible no sólo
elemental sino superior, dependiente en lo absoluto de nuestro Seminario
Conciliar, nombramos por el presente al Sr. Pbro. D. Juan S. Gómez, Direc-
tor de la Escuela apostólica en la Parroquia de Temascalcingo, ya fundada
desde 1922, cuya disciplina interior sujetamos a nuestra visita o de la
persona nombrada por nosotros: por lo tanto mandamos a todos aquellos
quienes convenga la conozcan como tal y le guarden las consideraciones
que le son debidas: en virtud de este título que valga por el tiempo de
nuestra voluntad.2•
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300 PR~BLEMAS Y CONFLICTOS
adecuado, los estudiantes vivían en la casa de los abuelos del padre Rebo-
llar, y los actos de culto los realizaban en la parroquia del pueblo. Este
plantel duró sólo dos años; Jos alumnos tuvieron que pasar al seminario
de Temascalcingo porque "la penuria por la que atravesaba la Iglesia en
México obligó a Díaz a que se cerrara ese colegio que a fin de cuentas
fue clausurado". 25
Importante en la década de los treinta fue la fundación del Seminario
lnterdiocesano de Montezuma. Desde 1932 habían pensado los obispos
mexicanos formar un seminario interdiocesano, a causa de los nuevos sín-
tomas de la persecución y para ayudar a las diócesis más necesitadas; todas
las diócesis debían contribuir a su financiamiento y al sostenimiento de los
alumnos; el semi!lario estaría bajo la vigilancia del arzobispo de México,
aunque dependería de la santa sede. Sin embargo, la idea se abandonó
por la inseguridad con que se desenvolvía la Iglesia, y se vio que el pro-
yecto no podría realizarse en territorio mexicano.
Como la situación no mejoraba para la Iglesia, se pensó en un remedio
para la formación del clero mexicano fuera de México. ''Todos los obispos
estaban de acuerdo en que la más apremiante de las necesidades de México
por entonces, no era la legislación, ni el dinero, ni otra cosa alguna, sino
la renovación del sacerdocio en un lugar donde se pudiera éste educar.
De aquí vino a florecer otra vez la idea del seminario interdiocesano, con-
cretizado en Montezuma, Nuevo México". 26 Ya en 1915, en Castroville,
Texas se había establecido un seminario para estudiantes mexicanos que
duró tres años y contó con cerca de 110 alumnos. También, en 1928, en
plena rebelión cristera, se abrió de nuevo el seminario en Castroville; se
encargó de él la Congregación del Espíritu Santo y en su inauguración
en septiembre de 1929 contó con 24 alumnos. Fue corta, de igual manera,
la vida de este seminario, pues en 1930 por falta de fondos y de alumnos
se decidió trasladarlo a México, cuando las relaciones de la Iglesia con el
Estado parecían tranquilas. La idea no se llegó a realizar, pues después
de 1932 reapareció la tensión. 27
En 1936 Jos obispos mexicanos dirigieron una carta pastoral colectiva
a los obispos de Estados Unidos, Inglaterra, España, América Central,
América del Sur y Filipinas, pidiendo ayuda tanto material como espiri-
tual para el sostenimiento de los seminarios mexicanos. Y en agosto del
mismo año el "comité de Obispos pro seminario Mexicano" se dirigió a
los obispos de los Estados Unidos informando que se había llevado a cabo
25 Pedro Sánchez, La corona . .. , p. 303.
26 José Gutiérrez Casillas, Historia de la Iglesia en México, p. 431.
27 Ibid., pp. 431-2.
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 301
una encuesta entre todos los obispos de ese país, en la que se les pregun-
taba si aprobaban la petición de la jerarquía mexicana en favor del proyec-
to de un seminario en los Estados Unidos, si autorizaban al comité de
obispos a proceder al establecimiento de dicho seminario y si 'prometían
una colecta diocesana para el mismo. Como la mayoría de las respuestas
de los obispos había sido afirmativa, se declaró el 20 de septiembre de 1936
como "Domingo del Seminario Mexicano". Se añadía que el santo padre,
"conociendo que la Jerarquía Americana ha puesto en esta obra toda su
buena voluntad 'Y corazón, la honrrará [sic] con una abundante y personal
contribución en dinero". Aunque todos los gastos por terreno, construcción,
reparaciones, manutención, etcétera, estarían a cargo del comité de obis-
pos angloamericanos, los prelados mexicanos "contribuirán tan generosa-
mente como sus medios se los permitan, para la manutención del Semi-
nario".28 La colecta se llevó a cabo en todas las diócesis de la Unión
Americana; se llegó a juntar aproximadamente medio millón de dólares.
Se compró, entonces, la propiedad de Monte~uma en Nuevo México; el
cincuenta por ciento de la población vecina era de origen español y no
existía una resistencia fuerte por parte de miembros de otras religiones.
Como el seminario iba a ser para los obispos y estudiantes mexicanos, los
primeros se preocuparon porque los seminaristas se educaran en un am-
biente netamente mexicano, con profesorado también mexicano y diri-
giendo y encauzando toda la formación hacia México, pues era ahí a donde
irían a trabajar los futuros sacerdotes. 28
El 4 de mayo de 1938 se firmaron las normas, que fueron el resultado
de las pláticas entre el episcopado mexicano y los miembros de la Com-
pañía de Jesús:
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302 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 303
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304 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
2. MORALIDAD Y COSTUMBRES
341 Pascual Díaz, "Primera Carta Pastoral", sobre la corrupci6n de las costum-
bres, marzo de 1930.
3& Excélsior, 16 de abril de 1930.
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 305
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306 PROBLEMAS V CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 307
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308 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
octubre de 1934.
H "Censura el papa Pío XI a las mujeres aficionadas a los espectáculos vio-
lentos", E:KcélsioT, 13 de noviembre de 1933.
4 5 CultuTa Cristiana, 14 de octubre de 1934.
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 309
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310 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 311
51 Archivo Condumex, fondo XV, carpetas 1 y 11. Carta pastoral colectiva del
1935.
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312 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
para las almas. Refiriéndose a la ruina causada por el cine inmoral dice
el documento:
Todos saben cuánto daño hacen las malas películas al espíritu. Son ocasio-
nes de pecado, conducen a la juventud por los caminos del mal, porque
son la glorificación de las pasiones; presentan la vida bajo una falsa luz;
ofuscan los ideales; destruyen el puro amor, el respeto al matrimonio, los
afectos de familia. Hasta pueden crear fácilmente prejuicios entre los indi-
viduos y desacuerdos entre las naciones, entre las clases sociales, entre razas
enteras.5:<
Para remediar el mal causado por el cine inmoral, el papa dictó unas
normas que hicieron suyas los miembros del episcopado mexicano y que
ordenaron poner en ejecución en las diócesis mexicanas: 1) Obtener de
los fieles la promesa de abstenerse de ver películas que ofendieran la verdad
y la moral cristiana. 2) Puesto que para el cumplimiento de este com-
promiso era menester que el pueblo conociera cuáles eran las películas
lícitas para todos, lícitas con reserva, o dañosas y positivamente malas,
debía regularizarse la publicación de listas que clasificaran las películas
y que fueran asequibles a todos, ya fuera por medio de boletines especia-
les o de otras publicaciones o de la prensa católica. 3) El establecimiento
de un comité nacional de revisión que promoviera las buenas películas,
clasificara las demás e hiciera llegar este juicio a sacerdotes y fieles; se
pretendía que este comité se incorporara a la Acción Católica, que fuera
nacional y que tuviera un único centro responsable. 4) Este comité debía
también encargarse de salones cinematográficos dependientes de las parro-
quias y asociaciones católicas para asegurar que las películas estuvieran
bien revisadas.H El papa veía con tristeza que los católicos estaban ausen-
tes de la industria cinematográfica, "en el dominio de la producción, los
católicos no existen. Esta industria está totalmente en las manos de los que
no participan de nuestras creencias". Los católicos interesados en la empre-
sa del cine debían lanzarse a ella puesto que si ellos, "sostenidos por un
celo ardiente de la gloria de Dios y de la Iglesia llegaran a apoderarse a su
turno, de un instrumento de tal potencia, harían a la causa católica
un servicio inapreciable y crearían una forma nueva y espléndida de apos-
tolado social", aseguraba el cardenal Pacelli, secretario de Estado del Va-
ticano.55
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 313
de 1937.
57 Emilio García Riera, Historia documental del cine mexicano. P.poca sonora,
p. 9.
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314 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 315
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S16 PROBLEMAS Y CONFUCTOS
02 Archivo Condumex, fondo XV, carpetas I y II. Carta pastoral colectiva del
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 317
64·José Gutiérrez Casillas, Jesuitas en México durante el siglo xx, pp. 246-7.
65 Jus, T. 1, núm. 1, 15 de agosto de 1938, pp. 2-4. Entrevista con Salvador
Abascal, 29 de octubre de 1987.
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318 PROBLEMAS Y' CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 319
sufren ellas mismas las confusiones del error y quienes en estos días de
angustia debieran ponerse al frente del pueblo para sostener las institu-
ciones sociales, la familia, la escuela, la Iglesia, se encuentran desprovistas
de recursos y de luz. Ignoran las verdades fundamentales, o las conocen
a medias, no están lo bastante posesionados o compenetrados de los prin-
cipios morales que informan la vida individual, familiar y social, para que
puedan ejercer su influencia de clases superiores, sobre las masas, empren-
diendo eficaz restauración de la vida y las instituciones sociales, sobre las
normas infalibles enseñadas a la humanidad por Cristo.
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320 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 321
Yáñez".
141 lbid., p. 12.
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322 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 323
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S24 PROBLEMAS V CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 325
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326 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 327
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328 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 329
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330 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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LA IGLESIA EN LA CULTURA 331
por sus obras, las más importantes de las cuales rebasan ya nuestra década
de estudio.
Entre ellos tenemos a Antonio Gómez Robledo ( 1908), nacido en
Guadalajara; tuvo contacto con el grupo de intelectuales que junto con
Yáñez publicaron Banderas de Provincia. Perteneció a la Unión Nacional
de Estudiantes Católicos y estudió la carrera de abogado y se doctoró des·
pués en Filosofía en la Universidad Nacional. Simpatizante de los cris·
teros, no participó en 1939 con el Partido Acción Nacional, "porque es·
taban muy dominados por los banqueros de Monterrey aunque contaba
con muy buenos elementos como Efraín González Luna, persona muy pre·
parada". A los del PAN se les calificaba como "una junta de notables". 88
En 1936 Gómez Robledo empezó como miembro del servicio exterior, en
el que llegaría a embajador en 1959. En 1939 empezó su carrera docente
impartiendo su cátedra en la Universidad Nacional, el Instituto Tecno-
lógico y de Estudios Superiores de Monterrey así como en otros institutos
en el extranjero. Entre sus obras principales del momento se encuentra
México en Ginebra ( 1932) y Cristianismo y filosofía de la experiencia
agustiniana ( 1942).
Luis Islas García ( 1909·1970), crítico de arte, profesor del Centro
Cultural Universitario, también colaboró en Excélsior y otros diarios. Entre
sus producciones destaca Velasco, pintor cristiano (1932).
El arquitecto Enrique de la Mora ( 1907-196 7) , egresado de la Escuela
Nacional de Arquitectura, inició sus estudios al lado de José Villagrán
García, con quien proyectó el Hogar Infantil No. 9. En Monterrey cons·
truyó el ejemplo más importante de arquitectura religiosa contemporánea
en México, la Iglesia de la Purísima. También de esa época son el centro
materno-infantil Maximino Ávila Camacho y las primeras edificaciones
del Instituto Tecnológico de Monterrey.
Federico Can tú ( 1908) estudió en la Escuela de Pintura al Aire Libre
de Coyoacán; realizó varios cuadros con temas religiosos. Pintor, grabador
y escultor, ha dicho de él el padre Octaviano Valdez: "la nota religiosa
domina su arte. Mas no sólo por la elección del asunto sacro, sino sobre
todo por su sentido profundamente contemplativo, que traspasa la super·
ficie anecdótica haciendo vibrar el drama que toda criatura de Dios vive
bajo su propia epidermis". 89
Miguel Berna! Jiménez (1910.1956) se destacó en él terreno de la mú·
sica; estudió en el Instituto Pontificio de Música Sagrada en Roma y obtu·
vo los grados de órgano, composición y canto gregoriano. Fundó en 1941
8B Entrevista con Antonio Gómez Robledo, 29 de marzo de 1985.
89 Enciclopedia de México, T. 11, p. 683.
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332 PROBLEMAS Y CONFLICTOS
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