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01 octubre-diciembre 1 994
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Lo prócticq de lq filosofío
como principio de uno docenciq
diológico
Juon Monuel Delgodo Reynoso*
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I ,¡ill ista desde el ámbito de la filosofía, la docencia ad-
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Para iniciamos en un campo de estudio tan complejo, deben LaJinalidad de este texto es
distinguirse en la filosofía dos dimensiones: una formalizada recuperar la docencia como
una forma privilegiada de
en el discurso racional, sistemático, único, siempre verdade-
la acción humana a partir
ro; y otra encarnada en el modo de ser del filósofo. A la pri- de la cual se construyen las
mera se le denomina -siguiendo a Louis Althusser- filosofla pr ogr amát ic as s us t anc iale s
en tanto que filosofia.r Esta posición conlleva a su vez dos de los individuos y la socie-
funciones discursivas, respecto de los saberes científicos y en dad. La docencia se define
aquí como una forma de
relación con las prácticas sociales.
praxis: de actividad huma-
La filosofía, para producirse como tal, subordina a las cien- na liberadora.
cias: invierte completamente en el interior de su discurso su
relación con las ciencias. ¿Cómo realiza la inversión teórica?
Toma de la ciencia pura el modelo de discurso racional, se lo
apropia y lo hace aparecer como generado en sl mismo. El
discurso filosófico se separa de las ciencias y susobjetos rea-
les, para situarse por encima de ellos. Además se declara a sí
mismo como una ciencia no ordinaria, como la ciencia supre-
ma. Es esta la condición para que la filosofla logre separarse
de los mitos, de la religión, de la mera exhortación moral y
política.
Las prácticas sociales son procesos de transformación someti-
dos a sus propias condiciones de existencia. Ellas son el ám- The aim of this text is to
bito de la realidad más alejado de la filosofla en tanto que tal. regain teaching as a pri-
Pero el más imperativo de los discursos es el filosófico: ¿acaso
vileged form of the human
action by which the subs-
no toma como objeto de estudio a la totalidad?, ¿cómo podrla tancial programatics of in-
permitir la existencia de objetos exteriores a su dominio? dividuals and society are
Y, en efecto, las prácticas se introducen al corpus filosófico, built upon. Teaching is
pero lo hacen adoptando las razones lógicas y técnicas del defined here as a form of
praxis: of freeing human
nuevo habitáculo teórico, deformándose en función de lograr
activity.
la unidad entre las prácticas y las ideas sociales. EI mundo de
la filosofia, al pensar las prácticas sociales, las descompone y
I compone para distribuirlas en un orden especial dejerarquías
i y distinciones internas. La finalidad de toda la recomposición
discursiva es la de tomar el poder sobre las prácticas, vale
decir, sobre la cotidianidad, para determinar cuáles de ellas
son las más valiosas y significativas para los hombres.
Si la filosofia se interesa por las prácticas, es porque a través
de ellas consigue captar las ideas que los hombres producen
en su vida diaria. Ideas que le servirán -según sea el caso-
para condenar, o bien aprobar, las concepciones sociales de la
realidad, desde una nueva interpretación de la Verdad. No se
Ce texte a comme finalité
olvide que la filosofía suele pensarse a sí misma, en última récupérer l' e ns e igne me nt
instancia, como la Verdad fundamental de todas las prácticas comme une forme privi-
y los saberes. Desde esa Verdad absoluta, única, organiza la légiée de I'action humaine
unidad de las ideologlas, estableciendo de esa forma la condi- d partir de laquelle les
pratiques importantes des
ción para su hegemonla.
individus et la société se
La otra dimensión de la filosofia, aquella centrada en el modo construisent. L' enseigne-
de ser del filósofo, establece una distancia significativa del ment y est défini comme une
proceso de producción de la filosofia en tanto que tal. Sin forme de pratique de I'ac-
afanes de dominio teórico ni de hegemonía ideológica, se afir- tivité humaine libératrice.
4r
TA PRACTICA DE tA FIIOSOF|A
JJ.*',.
LA PRÁcflcA DE tA FtLosoFíA
41
[A PRÁCTICA DE LA FILOSOFÍA
«Sí, estoy entumecido corporal y espiritual- queda es la verdad. Ésta se expresa en el con-
mente, y soy incapaz de responderte».ro Al- cepto, y -de ser posible- en la definición, que
gunos otros pensadores, como Nietzsche, al ayuda a la perfección de nuestro vivir. Todo el
referirse al procedimiento inicial de este frlo- proceso dialógico está encaminado á tratar
sofar, creen que el interlocutor queda en el de conocer más, para ser más, para ser mejores.
desamparo intelectual, pues: «El dialéctico Conviene delinear explícitamente algunas con-
vuelve impotente el intelecto de su adversa- clusiones. La docencia dialógica se apoya en
rio».rr El filósofo alemán se equivoca, la pre- una práctica de la filosofía. Una y otra deben
gunta no paraliza el intelecto del interlocutor: considerarse como políticas, es decir, como
lo ejercita en la dialéctica, lo pone en el cami- actividades críticas, colectivas y trans-
no auténtico del conocimiento, enfrentándolo formadoras de la cotidianidad.
a su propia ignorancia. En la docencia dialógica no existe el maestro.
La intención de Sócrates no es la de e¡iatar o El proceso educativo es de autoeducación; en
mostrar la ignorancia de los otros. Expresa: é1, hay una primacía del aprendizaje sobre la
«yo no soy hombre que, seguro de sí mismo, enseñanza, se trata de aprender enseñándose
lía a los demás; si yo enredo a los demás es y por tanto el maestro es alumno.
porque yo mismo me encuentro en el más abso- Quienes participan en la relación dialógica no
luto embrollo».t2 Antes bien, la condición de reciben conocimientos; antes bien, los descu-
destanteo intelectual posibilita la pregunta e bren, pero todo descubrimiento es colectivo.
inicia la búsqueda. La farea dialógica indaga, En el interior del grupo las únicas funciones
porque así puede vencerse lapereza del espí- directivas consisten en estimular, mediante la
ritu.r3 Quien acepta que no sabe, entiende las interrogación, la búsqueda de conocimientos
reglas del juego y con ello tiene avanzado la nuevos.
mitad del camino. Viene después el parto. El conocimiento valioso y deseado es aquel
El filósofo tiene, de este modo, el oficio de par- relacionado con el interés y las necesidades
tera. Lo ejerce con los hombres, con el intelecto -individuales y sociales- de quienes partici-
de los hombres. De la misma forma que la par- pan en la acción educativa. La finalidad del
tera no es la progenitora, el docente no engen- diálogo es descubrir aquellos conocimientos
dra ni transmite ideas; su papel consiste en que persuadan a los individuos de ser mejores
ayudar a darlas a la luz,ra El resultado de la bús- como seres humanos.
Leonoro en lo Hobono
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La práctica actual de la filosofíats pero no encuentra caminos. Su esperanza úni-
La filosofía actual tiende a participar en la ins- ca es la docencia, la relación dialógica.
titución (en la Universidad). El ñlósofo es aho- ¿Podría el filósofo recuperar su profesión como
ra un historiador de la filosofía, encargado de práctica, como relación dialógica, como bús-
sistematizar, racionalizar, codifi car la historia queda de su propio ser? ¿La docencia socrá-
del pensamiento. Su tarea tiene que ver más tica lo puede llevar al nomadismo: a la
con la filosofía en tanto que filosofía recuperación de las prácticas sociales, de la crí-
(Althusser) que con la función práctica, críti- tica y la transformación de la condición huma-
ca y transformadora de la filosofía. na? Esta es la búsqueda dramática de su modo
Sócrates, el maestro del filosofar nómada, in- de ser actualf
asible y siempre crítico, tiende a la seden-
farización. La disyuntiva del filósofo de hoy NOTAS
es nomadismo o sedentarización. Sócrates l Cfi. Louis Althusser. «La transfbrmación de la t'iloso-
{ iiar; en: Filosofía y lucha de clases. Barcelona. Akal,
I murió por practicar la filosofía, vale decir, por
1980,p,7-41.
hacer política. Desde entonces, el filósofo ya
t no quiere morir. Deja laplaza pública, se se-
2
Véase su obra Paideia. Los ideales de la cultura griega.
t Trs. R. Xirau y W. Roces. México, FCI1, 1978. En espe-
para del contacto con la vida y los intereses cial, los capítulos: «El pensamiento fllosóflco y el descu-
I brimiento del cosmos» y «Los soflstas».
t diarios de los otros, para refugiarse en la aca-
I I Platón. «El banquete», 201e1204e. En Obras comple-
i demia, en la institución universitaria. La filo-
/¿s, Trs. María Araujo y otros, N{adrid, Aguilar, 1974.
sofÍa ha dejado de definirse como práctica para a
i convertirse en saber-discurso. El filósofo teme
Platón. «Fedro», 230e. o¡t. cit.
i Platón. A lci b iades,
l 127 a.
\ a la muerte; a la política la convierte en un via- ('Platón.
DeJensa de Sócrates, l9d y ss.
je interno denho del discurso: olvida a Sócrates 7
lbidem.
-el que habla e interroga-, y recupera a Platón sJaeger, Werner. Op. ci1.,p.508.
-quien redacta la utopía del poder filosófico. 'r Cfi. PIatón, «Protágoras», 349a, op. cil.
El filósof,o necesita sobrevivir. r('
Platón. «Menón», 79b, c, op. cit.
El filósofo se vuelve funcionario, recibe una ll Nietzsclre. El crepúsculo de los dioses, afbrismo 7. Tr.
remuneración por su tarea de profesor, y esa Andrés Sánchez Pascual. Madrid, Alianza, 1973.
es ya su finalidad. El filósofo es ya profesor r: Platón. «Menón», 80d, op. cil.
y no puede ser otra cosa que pedagogo. Frente rt Cfr. lbidem,86b.
a su clase, de espaldas contra la pared, ense- ra
Cfi. Platón, «Teeteto», l50a,b, a, op. cil.
ña, codifica, jerarquiza. Acepta ser percibido It Muchas de estas ideas ¡ne las sugirió una lectura del
como dispensador del saber, de la verdad. libro de Paul Nizan, Los perros gttardianes. Tr. Manuel
Pizan, Madrid, Fundamentos, 1973. En este texto, la Ine-
El filósofo requiere salvarse de sí mismo, re- tálbra de los perros guardianes corresponde a los profb-
cuperarse como práctica, volver al nomadismo, sores de filosofia.
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