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RAJADURAS DE SENTIDO

Parte uno
Cuestiones sobre estudiar (desde las ciencias sociales) el cuerpo en danza
(Extracto de reflexiones de investigacióni)

Por Natalia Ramírez Püschel

En este último tiempo, la consideración del cuerpo y las emociones en las ciencias
sociales y humanidades en general, devela la dislocación de su comprensión dualista a
cambio de su configuración discursiva contemporánea1, que humedece y suda su
encarnamiento significante, y cuyo carácter, solicita observarse en su experiencia sensible y
subjetiva; siendo este asunto un tanto problemático.
Cuando interesa estudiar el cuerpo2, y específicamente en danza3, aparece la poesía.
Con lo corporal surge ineludiblemente la differance derridiana4, y esto se observa cuando
en el afán de aprehender el cuerpo en su investigación, se escapa. Las búsquedas de
modalidades encuentran su posibilidad en relaciones profundas: sobarlo es insuficiente, hay
que penetrarlo, y entonces, los órdenes rendidores desbordan el sentido academicista
convencional; incluso en la investigación cualitativa, respecto fundamentalmente a
metodologías (instrumentos, registros…) y presentación de resultados (escrituras…). Sobre
esto último, se trataría de las posibilidades político-institucionales de nuevas prácticas de
investigación, siendo el ejercicio de interpelación poética, el que recupera la construcción
discursiva contemporánea del cuerpo como intensidad pulposa e imaginaria, que encuentra.
En esta situación, el extrañamiento corporal se puede vislumbrar en su práctica
artística como intensidad coherente a lo sensible y subjetivo del cuerpo en general, y por lo
tanto, esta experiencia podría cifrar un aspecto ineludible en la producción de conocimiento
desde y sobre el cuerpo sensible. Respecto a esto es interesante reconocer ciertas cosas.

1
Desde el Da-Sein Heideggeriano, la fenomenología y psicoanalisis, hasta las criticas foucauldianas de sus técnicas
reglamentares, las lecturas efectuadas por Deleuze y Guattari, así como cierta teoría feminista de Butler y Bordo, entre
otros aportes de teorías contemporáneas que han permitido desestabilizar las ideas duales del cuerpo, a cambio de su
condición implicada como sede productora de sentido, en cuya construcción discursiva, un asunto problemático que lo
aúna es el de su presencia.
2
Desde por lo menos dos lugares (que cabe cuestionar si es oportuno diferenciar): cuerpo como objeto/sujeto de diversos
campos de estudios (biomédicos, cognitivos, lingüísticos, sociológicos, antropológicos, artísticos… etc.), que han
contribuido a su construcción discursiva. O como: cuerpo en tanto estudios del cuerpo, que desarrollarían investigación
ad hoc como un otro lugar de conocimiento originado para resolver las insuficiencias de todos los anteriores por
separado. Aquí quizás podrían acontecer investigaciones que exploren lo sensible.
3
Grosso modo, siguiendo a André Lepecki (2004), la danza y performance actual se han reorganizado producto de las
comprensiones contemporáneas del cuerpo respecto a su presencia, a cargo de la filosofía y las ciencias del conocimiento.
El desborde del cuerpo performático acontece como lugar idóneo de experiencia de su conocimiento intensivo al explorar
vívidamente sus traducciones intertextuales en el acto.
4
Neologismo creado por Jacques Derrida para señalar lo irrepresentable
Resulta por una parte, que para los estudios del cuerpo y la presencia, la
organización de una investigación tradicional5 es insuficiente, y por otro lado, la creación
de una investigación sensible, adecuada a estos asuntos, cuestionada. Entonces, la
posibilidad institucional de considerar nuevas aproximaciones investigativas como estudios
del cuerpo, necesita preguntar cómo validar modos que amplifican el diálogo crítico y la
búsqueda de conocimiento; asunto que debiera resolverse no en la aceptación de una
normativa que se imponga sin más, sino que en la propuesta de una epistemología y unas
metodologías específicas, que como vemos, la práctica artística estaría en condiciones de
ejercer como mediación entre el saber sensible y el saber intelectual6, “ […] en tanto la
práctica es en sí misma discurso, y por lo tanto no sería preciso inventar alternativas a ella
para proponer su integración en el ámbito universitario. No es preciso inventar traducciones
a lenguajes ajenos, ni tampoco fijarla en productos analizables. La investigación en artes no
debería ser algo que funcionara al margen de o en paralelo a la práctica, sino una dimensión
de esa misma práctica […]” (Sánchez-Royo: 2009).

En este sentido, la danza, al constatar su práctica como conocimiento sensible de la


experiencia corporal, cifra la posibilidad de “[…] atestiguar un fenómeno, sobre todo
aquellos referentes a fenómenos corporales, [donde] lo que más importa no es lo que
aparece como dado (expectativa o certeza previa), sino lo que se vuelve visible en la
acción” (Greiner: 2009). Así, focalizando el proceso como investigación, por sobre los
resultados, si bien aquí justamente interesa pensar un estudio del cuerpo en danza, pasa que
esta, en sí misma, emerge como una práctica artística útil para conocer los procesos de
traducciones de todo cuerpo, y por lo tanto, permite contemplar los procesos creativos en
danza como potenciales y fundamentales dimensiones a implicar en la investigación
sensible de cuerpos en general, ya que “el arte es el campo de conocimiento que explora
esas posibilidades de traducción de la manera más próxima posible a los fenómenos vivos
y, por eso, la propia práctica puede ser reconocida como el ejercicio de ver/conocer”
(Greiner: 2009).

Por lo tanto, este ejercicio de investigación del cuerpo, consideraría elaboraciones


metodológicas de observación creativa del proceso de experiencia corporal, considerando
modalidades poéticas en sus prácticas de presencia sensible. En todo esto, se abren
preguntas y posibilidades para configurar una propuesta ad hoc al objetivo de investigación,
reparando en una de las dimensiones vivas del estudio como ineludible situación que cabría
practicar.

5
Cuantitativa y/o cualitativa, en lo segundo incluso considerando aproximaciones etnográficas y/o microsociológicas y
dramatúrgicas (Goffman); específicamente respecto a metodologías (procedimientos) y escrituras (resultados) de
investigación en relación a las praxis del sistema académico.
6
“[…]Esta función que Moraza reserva a las prácticas artísticas puede ser especialmente ejercida por las prácticas
escénicas en un momento en que no sólo la diferenciación entre la teoría y la práctica resulta cada vez más innecesaria,
sino que, siguiendo a Virno, el discurso humano es concebido primariamente como praxis (actuación) y ya no como
poiesis (producción) o como episteme (conocimiento), siendo esencial a la praxis tanto la innovación (en palabras de
Hannah Arendt, “el comenzar cualquier cosa de nuevo sin requerir de una cadena causal”) como la performatividad
(“revelarse a sí mismo a los otros hombres”) […]”. (Sánchez-Royo: 2009).
i
Se trata de un trabajo de investigación de la Línea Cuerpo y Danza del Laboratorio Cuerpo y Arte (LACUA) del
Núcleo de Investigación de Sociología del Cuerpo de la Universidad de Chile. El proyecto aborda problemas del
cuerpo en proceso de formación en danza, y es desarrollado por Bárbara Ayala y Natalia Ramírez. La reflexión presentada
sintetiza parte de los problemas que inauguraron la etapa de diseño de la investigación, y resume dos cuestiones: El
problema de investigar el cuerpo en el arte y las posibilidades académicas de enmarcar este trabajo, y los extensos trazos
que abrieron preguntas para vislumbrar las elaboraciones que pudiesen configurar lo metodológico y el proceso de
investigación en tanto tal.

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