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La existencia

¿Estoy pensando?
No, no lo hago. Tengo un principio a comercializar el pensamiento ajeno, dando así
a derivar una conclusión que no es mía. Pensar es reflexionar, cuestionar, analizar,
criticar, dedicar. Eso de pensar es simplemente poner en patas arribas aquellas coas
que conforman nuestra existencia. Es descifrar el código para entrar a la sección de
la sabiduría como tal. Es ver que tengo poco, pero que quiero más, pero eso lo voy a
cuestionar mil veces. Es desvelarme junto con el insomnio a pensar si simplemente
quiero estar aquí; es bañarme en las lagrimas de la demencia, para entender la crisis
que provoco siempre a cuentas de fin. Es morir en vida, pero pensar encima de la
muerte. Esto en pensar, algo exagerado, pero útil como cualquier cinismo.
Me hallo aquí, en este oscuro desierto de desgracias; intentando pensar la agria vida
que consume cada aliento e impide desplazarme. ¿Seré acaso ese siervo, aquel
esclavo o el imaginador que insinúa ser libre? ¿Sera lo mismo obediencia voluntaria
que libertad? El siervo, obedece de forma obscena a todos sus pensamientos, y la
forma grotesca que le imponen en el exterior. El esclavo, tan solo vive subordinado
a sus erróneos pensamientos, y a la imposición de la realidad. Y ¿Qué es ser libre?
La libertad, no es creerse capaz de hacer o lograr todo; la libertad, es tener la virtud
de criticar de forma racional y comparativa, aquello que observamos más allá de
nuestras paredes. Es tener el mando de un timón de supuestas verdades, que decides
cual anclar, y cual dejar. La libertad, es eso, nada más que dejar atrás el paso de las
supuestas verdades, para vagar por la insolencia, y la falsedad de la vida.

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