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condiciones sociales y la desigualdad económica entre otros muchos problemas

estructurales, nublan cada día un poco más el panorama de nuestra amada


Colombia, una de las principales dificultades en las últimas décadas (por no
mencionar los dos últimos siglos) ha sido el conflicto, la guerra y la barbarie entre
unos y otros adversarios, hechos que han venido transformando la tranquilidad de los
y las colombianas en melancolía y profundo sentimiento, pero que pesadumbre da en
el solo hecho de pensar en estas nuevas generaciones, quienes han sido concebidas
y educadas en medio de tanto caos y las cuales en su mayoría han normalizado estos
comportamientos conflictivos y los continúan reproduciendo en la medida que la
solución normalizada es el fusil.
La crisis que afronta Colombia es una cuestión de suma gravedad, teniendo en
cuenta muy sin detalle parte de los problemas sociales y estructurales anteriormente
mencionados, la incertidumbre de las generaciones más jóvenes cada día asciende
con furor pero al mismo tiempo con tristeza y desdicha, principalmente por esas
políticas educativas nefastas que reflejan el enorme vacío pedagógico que tiene
nuestra nación, sin embargo descaradamente la politiquería y el clientelismo siguen
siendo precursores en las urnas, mientras la población se suma en el olvido; Ahora
bien frente a tantos problemas aeste punto el papel del educador comprende una
misión crucial, en base al desarrollo de la sociedad, sin embargo no podemos caer en
la falacia de responsabilizar únicamente a quienes educan, este es un conjunto en el
que cada sujeto participativo tiene su misión y uno de los actores participativos que
más influye en esta situación es el gobierno responsable de su población, el cual
necesita asumir las riendas del país y mejorar sus condiciones, pero no solo para
unos, sino para TODA su población.
Esto también tiene relación con el valor de respeto con cada uno,y con los demás, el
respeto por mi territorio y el de los demás, y tal vez sea un error en el sistema no
prestar atención a esto, puesto que al no tener esta relación en nuestra cultura,
nacen las faltas de respeto, nacen demasiados problemas por no valorar cada parte
territorial.
¿Qué otros problemas existen por esto?
Algo que es un total problema, es el mal entender lo que es público y privado en el
territorio, el hacer público el territorio propio, como mi cuerpo y mis ideas por otra
persona que lo demande, y el privatizar lo que es para todos, lo que por conciencia
natural nos pertenece a todos por ser parte de un territorio al cual no existe un único
dueño, porque es descabellada la idea de privatizar un páramo que nos da la vida,
esto no tiene dueño, al contrario este páramo debe mandar sobre nosotros pues
deInculcar la paz y el respeto en nuestros jóvenes se ha convertido en el reto más
grande de la educación colombiana, teniendo en cuenta que en manos de ese
proceso se encuentra el cambio, no obstante los padres, maestros y población en
general tiene que comprender que la violencia no debe ser tomada como acción de
hecho ante una situación de conflicto, porque de nada le sirve a un educador
desarrollar temas y actividades que le permitan a los estudiantes comprender el
respeto por el otro, la responsabilidad afectiva y el dialogo ante un conflicto, si ese
mismo estudiante al otro día llega de su casa con moretones por un castigo físico
impuesto en su casa. Por eso insisto en recalcar a la escuela como territorio de paz
en el que los y las estudiantes, los y las educadoras y la población en general se vean
bien retribuida.
Ahora bien, nunca es tarde para cambiar la situación de un país, solo basta con
analizar los problemas, tener la voluntad de incursionar en el cambio y hacerlo una
realidad y lo más importante ser parte de dicho cambio, la educación integral a partir
de conciencia crítica crea personas críticas capaces de discernir entre la integridad de
lo correcto, finalmente me parece en este punto pertinente resaltar la labor del
docente en la sociedad colombiana, teniendo en cuenta las estadísticas, las
condiciones y parámetros bajo los que se rige esta nación, se podría continuar
responsabilizando a cantidad de actores, los cuales no han hecho más que barbarie y
destrucción a nuestro territorio, pero considero que ese tan solo es un punto a
mencionar del gran problema, aquí lo realmente importante para los colombianos es
transformar ese chip violento que tanto ha reflejado la sociedad colombiana, por la
incursión en el respeto y la sororidad en base a una educación integral que contribuya
al progreso solucionar desde la perspectiva educativa los y las educadoras juegan un
papel fundamental en la transformación del país.
La desigualdad ha sido sin lugar a dudas, una de las consecuencias más graves de
las políticas neoliberales en Colombia y en el mundo, a raíz de un modelo excluyente
que suple las necesidades, de acuerdo al capital económico de quien lo demande, así
ha funcionado el mundo los últimos siglos y por lo pronto mientras el principal objetivo
del ser, siga siendo el factor moneda, territorio es de estas ideas en las cuales siempre
estamos inmersos y no nos
damos cuenta, porque todo es territorio pero poseemos el desconocimiento de lo
que este significa y aún más cuando vemos el territorio desde cada perspectiva
como lo social, lo económico, e incluso lo religioso y espiritual.
Territorio es todo aquello que nos rodea, sobre lo cual estamos y realizamos las
actividades de la vida cotidiana, pero territorio también somos nosotros pues
formamos parte de esta red de información, ideas y formamos parte del sistema que
llamamos vida.
Para Geiger (1996), el territorio es una extensión terrestre que incluye una relación
de poder o de posesión por parte de un individuo o de un grupo social, que contiene
límites de soberanía, propiedad, apropiación, disciplina, vigilancia y jurisdicción, y
transmite la idea de cerramiento.
Según este autor (Sack, R.1986) la territorialidad humana es una estrategia de un
individuo o grupo que intenta influir, afectar o controlar recursos, personas,
fenómenos y sus relaciones, mediante el establecimiento de un control sobre un
área geográfica específica, a la cual denomina territorio.
El contexto en el cual más conocemos territorio es geográficamente, delimitando,
regiones, identificando alturas; pero ¿Por qué no se nos asocia el territorio como
nuestro ser?
Las culturas que más hacen esta relación son en las que predominan la naturaleza,
la madre tierra y el respeto por estas, osea que en cierta manera el cristianismo nos
quita la idea de que somos territorio.
Un ejemplo claro y muy muy cercano a nosotros es como la reconstrucción histórica
de nuestros ancestros, osea la reconstrucción histórica de la cultura Muisca, la cual
mediante sus antecedentes nos enmarcan como un territorio más cada uno.
Entrando más a detalle y tratando de explicar esto, las culturas indígenas en este
caso la Muisca asocian que somos una semilla independiente, que se siembra en la
tierra y crean una relación para germinar, en pocas palabras somos y hacemos
parte de el basto territorio en el que habitamos; cuando la leyenda del Dorado habla
de un ritual este representa la relación - unión entrela productividad y el rendimiento, la
población tendrá que sacarle de alguna manera un buen provecho a la situación para
mejorar la subsistencia, no de sí mismo, de su población, porque de eso se trata,
modificar el pensamiento individual por el colectivo, de tal forma que se contribuya a
la progresión de la sociedad colombiana y no todo lo contrario porque si se desea
analizar la historia se ratifica la falta de sororidad y respeto por el otro, por el que no
razona igual a mí, es ahí donde comienzas los problemas sociales más grandes de
nuestro país.
De tal manera que la educación se convierta en una herramienta fundamental
en el buen desarrollo de las generaciones futuras, a partir del logro al modificar los
problemas estructurales y las condiciones sociales de los y las colombianas dentro
del marco de la paz y el dialogo, y no como otro objeto mercantilista como suele
suponerse los últimos años en el que las políticas de estado se han encargado de
modificar y reestructurar la educación en la medida en que desaparezca por completo
y si no es un negocio sino una inversión no funciona para quienes sacan provecho

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