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En el quinto capítulo, el despilfarro del pensamiento, se hace la pregunta, porque tanto gasto

energético desde el punto de vista metabólico y neurofisiológico, en la producción de una


idea.

Se necesita una gran cantidad de energía y recursos para una idea, en el presente, que se
desvanece y desaparece sin dejar un rastro cognitivo. Parece un derroche de producción
intelectual, poco innovadora, falta de originalidad, desde este punto de vista es una fábrica de
pensamientos deficientes muy baja. Igualmente, no ha todos, esta fábrica de pensamiento nos
ha dado soluciones, innovadoras que visto desde otro punto, no es más que nuestra ejecución
y concepción de nuestra existencia.

En el sexto capítulo, nos habla que el pensamiento solo es inmediato para sí mismo, se
interponen grandes elementos entre él y el acto. No podemos plasmar con gran ejecución un
pensamiento. Es realmente imposible demostrar la vectorialidad de tal efecto. Donde se abre
una incertidumbre y empieza a habitar una esperanza, el anhelo de que suceda lo pensado,
dando paso a una fantasía que pareciera estar por encima de la realización.

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