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Capítulo VII

De los derechos económicos


Artículo 112. Todas las personas pueden dedicarse libremente a la actividad económica de
su preferencia, sin más limitaciones que las previstas en esta Constitución y las que establezcan las
leyes, por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del ambiente u otras de
interés social. El Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución
de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la
población, la libertad de trabajo, empresa, comercio, industria, sin perjuicio de su facultad para dictar
medidas para planificar, racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país.

Artículo 113. No se permitirán monopolios. Se declaran contrarios a los principios


fundamentales de esta Constitución cualesquier acto, actividad, conducta o acuerdo de los y las
particulares que tengan por objeto el establecimiento de un monopolio o que conduzcan, por sus
efectos reales e independientemente de la voluntad de aquellos o aquellas, a su existencia, cualquiera
que fuere la forma que adoptare en la realidad. También es contrario a dichos principios el abuso de
la posición de dominio que un o una particular, un conjunto de ellos o de ellas, o una empresa o
conjunto de empresas, adquiera o haya adquirido en un determinado mercado de bienes o de servicios,
con independencia de la causa determinante de tal posición de dominio, así como cuando se trate de
una demanda concentrada. En todos los casos antes indicados, el Estado adoptará las medidas que
fueren necesarias para evitar los efectos nocivos y restrictivos del monopolio, del abuso de la posición
de dominio y de las demandas concentradas, teniendo como finalidad la protección del público
consumidor, de los productores y productoras, y el aseguramiento de condiciones efectivas de
competencia en la economía.
Cuando se trate de explotación de recursos naturales propiedad de la Nación o de la prestación
de servicios de naturaleza pública con exclusividad o sin ella, el Estado podrá otorgar concesiones
por tiempo determinado, asegurando siempre la existencia de contraprestaciones o contrapartidas
adecuadas al interés público.

Artículo 114. El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la


cartelización y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo con la ley.

Artículo 115. Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al uso, goce,
disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones
y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa
de utilidad pública o interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización,
podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes.

Artículo 116. No se decretarán ni ejecutarán confiscaciones de bienes sino en los casos


permitidos por esta Constitución. Por vía de excepción podrán ser objeto de confiscación, mediante
sentencia firme, los bienes de personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, responsables
de delitos cometidos contra el patrimonio público, los bienes de quienes se hayan enriquecido
ilícitamente al amparo del Poder Público y los bienes provenientes de las actividades comerciales,
financieras o cualesquiera otras vinculadas al tráfico ilícito de sustancias psicotrópicas y
estupefacientes.
Artículo 117. Todas las personas tendrán derecho a disponer de bienes y servicios de calidad,
así como a una información adecuada y no engañosa sobre el contenido y características de los
productos y servicios que consumen; a la libertad de elección y a un trato equitativo y digno. La ley
establecerá los mecanismos necesarios para garantizar esos derechos, las normas de control de calidad
y cantidad de bienes y servicios, los procedimientos de defensa del público consumidor, el
resarcimiento de los daños ocasionados y las sanciones correspondientes por la violación de estos
derechos.
Artículo 118. Se reconoce el derecho de los trabajadores y trabajadoras, así como de la
comunidad para desarrollar asociaciones de carácter social y participativo, como las cooperativas,
cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas. Estas asociaciones podrán desarrollar cualquier
tipo de actividad económica, de conformidad con la ley. La ley reconocerá las especificidades de
estas organizaciones, en especial, las relativas al acto cooperativo, al trabajo asociado y su carácter
generador de beneficios colectivos. El Estado promoverá y protegerá estas asociaciones destinadas a
mejorar la economía popular y alternativa.

Trabajo: según la Constitución de La República Bolivariana de Venezuela de 1999 el trabajo es


toda actividad económica, comportamiento o hacer humano encaminado a la producción, prestación
de servicios, comercio y/o cualquier actividad que genere ingresos y cumpla leyes de la
constitución, por razones de desarrollo humano, sanidad, protección del ambiente u otras de interés
social.
Derecho al Trabajo: Es el derecho que garantizará la adopción de las medidas necesarias a los
fines de que toda persona pueda obtener ocupación productiva, donde pueda generar ingresos y
beneficios para sí mismo; asi como también, para el resto de la población (Siempre y cuando este
sea de una existencia digna y decorosa según la constitución y le garantice el pleno ejercicio de este
derecho).
Este una de las ramas más relevantes del derecho a nivel social. Esto es así ya que el conjunto de
leyes y normativas que componen la constitución hacen del Derecho al Trabajo uno de los derechos
que mayor impacto tienen en la calidad de vida de la población.
Origen del derecho al trabajo
En la antigüedad, a diferencia de nuestros tiempos, el trabajo era visto como condena, sanción, era
impuesto, forzoso. La única vía existente para que los seres humanos asumieran el concepto de
trabajo como tal, era la esclavitud. En la biblia, específicamente en el libro del Génesis, se considera
el trabajo como un castigo, una forma de disciplinar. No fue sino a través del cristianismo, cuando
en la edad media, el trabajo comenzó a ser visto como un deber, moralmente aceptado y necesario
para la supervivencia.
Posteriormente, y abolida la esclavitud, el feudalismo se impone como régimen, dando origen a la
figura del vasallo, quienes a cambio de protección, pagaban con trabajo. Paralelamente, en las
grandes ciudades se instauraba el sistema artesanal, controlado por sociedades profesionales vale
decir: asistenciales, políticas, económicas y educativas.
El capitalismo, viene a romper con los regímenes anteriores, dando origen a sistemas de trabajo
diferentes. Con la desaparición de la esclavitud, surge la figura del salario, para determinar la
disposición de mano de obra trabajadora para la producción común; para ese entonces el salario se
generalizaba a través de la afluencia del oro. Este sistema se nutre potencialmente, de la mano de
obra campesina, la cual se muda a las ciudades en búsqueda de oportunidades, mujeres y niños eran
insertos en este mercado laboral, por salarios inferiores a lo de los hombres, a pesar de hacer un
trabajo igual. Para formalizar esta actividad, se da uso del contrato de trabajo, en el cual quedaba
asentado por escrito el compromiso del trabajador a realizar alguna actividad a cambio de un costo,
basándose el referido contrato, en los arrendamientos de servicios, establecidos en el derecho
romano.
Esta relación laboral, trajo como consecuencia la emigración en masa del campesino hacia las
ciudades, originando la formación de la figura del proletariado, los cuales se agrupaban en grandes
cantidades en los suburbios, éstos, al no disponer de los recursos del campo, se tenían que
conformar con lo que le ofrecieran. Esa lamentable situación, trajo consecuencias desastrosas para
los trabajadores, donde los patronos, obviaban la condición humana, sometiéndolos a la constante
explotación y humillación, limitando la figura del trabajo, a una simple juego o ley de oferta y
demanda, sin importar consideración alguna sobre la persona que lo prestaba.
Pero es la llamada Revolución Industrial, la cual se inició en Europa, específicamente en Inglaterra
a finales del siglo XVIII, donde el poder de los empresarios contra los trabajadores, provocó los
más grandes abusos, sometiéndolos a las más duras y aberrantes condiciones de vida, con jornadas
laborales superiores a las quince horas, insalubridad en las fabricas y mano de obra trabajadora a
partir de los seis años de edad.
La evolución ha sido muy lenta, debieron pasar siglos, crisis, abusos, humillaciones, entre otras
formas bochornosas de explotación del hombre, para que a mediados del siglo XIX, se le dieran
forma a las primeras leyes o normas regulatorias de lo que hoy llamamos Derecho del Trabajo.
La Ley Inglesa de 1.802, puede considerarse el primer intento legislativo de fijar una norma laboral,
la cual, aunque contenía muchas deficiencias y errores, establecía la protección infantil y la
regulación de ciertas condiciones de trabajo. Paralelamente en Países como Alemania, se legislaba
sobre las condiciones de trabajo y seguridad social; Italia, sobre la protección de menores; España,
creaba un Instituto sobre reformas sociales; ya en nuestro continente, se creaban las oficinas
Estadísticas del trabajo en los Estados Unidos; y es en Brasil, se instauran normas regulatorias para
la protección infantil a mediados de 1890.
- Antecedentes y principios del Derecho del trabajo en Venezuela:
Al igual que con el resto de los países del mundo, el derecho laboral en Venezuela es de reciente
data, conociéndose ciertos antecedentes históricos relativos a las leyes regulatorias impuestas por
los reyes de España, relacionadas con el trato de los indios “Leyes de Indias”. La evidencia sobre la
evolución del Derecho del trabajo en Venezuela, se limita a dos circunstancias trascendentales, o
periodos como lo citan los autores, los cuales se detallan a continuación:
- 1830-1917; en este lapso de tiempo, las provincias, estados y municipalidades de la Republica,
aprobaron ordenanzas, leyes y códigos, en las cuales insertaban lo que fueron las primeras reglas de
aplicación regional, vinculadas al trabajo de sirvientes, artesanos y jornaleros. Estas “reglas”, no
disponían de un carácter formal, en cuanto al derecho laboral se refiere, las mismas, eran
estrictamente “policiales”, destinadas mas al resguardo del orden publico que a la protección del
trabajador. Las mismas, se aplicaban paralelamente al contenido de los códigos civiles, los cuales
hasta el año 1942, incluían la figura del contrato de arrendamiento de personas, que comprometían
su trabajo al servicio de otra (códigos civiles de 1896, 1916 y 1904). Para 1820 y años
subsecuentes, estos códigos y ordenanzas policiales, contenían ciertas normas en cuanto a la figura
del “preaviso”. Así mismo, los Códigos Civiles de 1896, 1904 y 1922, establecían la indemnización
del trabajador por parte del patrono, en aquellos casos donde se ocasionaba daños, por el retiro del
trabajador antes de la culminación o vencimiento del contrato laboral.
A partir de 1.917, se da inicio formal, al derecho laboral como tal, con la aprobación de la Ley de
Talleres y Establecimientos Públicos (26/06/1917), precedida por las leyes de minas, muy
especialmente la de 1.915, la cual regulaba las relaciones entre patrono y trabajador, así como la
indemnización o reparación de accidentes de trabajo, antecedente de la Ley del Trabajo de 1.928.
Entre las características o adelantos que contenía la citada Ley de Talleres y Establecimientos
Públicos se mencionan los siguientes: Percepción clara de la realidad del trabajador, aplicación
general para todos los trabajadores, jornadas diarias de ocho horas y media, fijación de días de
descanso obligatorio, condiciones de aseo y salubridad de los sitios de trabajo, en general, se
preocupo el legislador en garantizar cierta seguridad social del trabajador. La Ley del Trabajo del
23/07 de 1.928, deroga a la anterior (1.917), pero al no disponer el estado de personal capacitado, ni
de los órganos jurisdiccionales para impartir justicia, sencillamente no era acatada. En cuanto a sus
aportes, contenía la obligación del patrono de indemnización en los casos de accidentes y
enfermedades labores, posiblemente, el antecedente para la aprobación del instrumento legal que
hoy se llama LOPCYMAT (Ley Orgánica de Protección y Medio Ambiente de Trabajo). La Ley del
Trabajo de 1.936, acogió los diferentes convenios impulsados por la OIT, e inspirada en la Ley
Federal de la Republica de México, reconoce por vez primera el Derecho de Asociación, de Huelga
y Contratación Colectiva, puntos ignorados por completo en anteriores legislaciones. Sufrió
sucesivas reformas en 1.945, 1.947, 1.966, 1.974, 1.975 y 1.983, logrando mantenerse en vigencia
hasta 1.991. La Ley del Trabajo de 1.990, sustituye a la de 1.936, la cual se mantuvo en vigencia
durante 55 años. Se caracteriza fundamentalmente, ya que se constituye en un cumulo o agregado
de disposiciones de contenido constitucional. Sustituye la figura de Contrato Colectivo por el de
Convención Colectiva, autoriza a los sindicatos a su accionar en todo el territorio nacional,
aumentando considerablemente la participación de los trabajadores en las utilidades de las
empresas, así como la inclusión de trabajos especiales como los motorizados, discapacitados,
transporte aéreo, fluvial, marítimo y lacustre, así como los trabajos de la mujer y la familia. Fue
reformada en Junio de 1.997. Dispone de un Reglamento aprobado en el año 1.999, el cual sustituyó
parcialmente al de 1.973.

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