Un Domingo de Aplausos
Fecha: Abril 9
Escritura: Lucas 19:28-44
Tags: Sermón domingo de Palma
Este viernes Jesús va a morir. Pero hoy, hoy es un día de aplausos. Sabemos que…
LOS APLAUSOS FUERON MERECIDOS
El texto nos dice en el v. 37 que la muchedumbre “toda la multitud de los discípulos, gozándose,
comenzó a alabar a Dios a grandes voces” Levantando gritos de ¡Hosanna! “Bendito es el rey que viene
en nombre del Señor”
El profeta del Antiguo Testamento Zacarías escribió: (Lea Zacarías 9:9)
¿Por qué le aplaudiría esta gente a Jesús? El texto nos da algunas pistas.
v. 37 dice “toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por
todas las maravillas que habían visto”
Ellos habían visto a Jesús sanando al cojo, el ciego recibiendo la vista. Incluso los muertos fueron
resucitados. ¡Lázaro era la prueba! En pocas palabras, Él les trajo la esperanza
Imagino a un soldado romano que galopa hasta el lugar donde Jesús está pasando. Él ha asistido a
desfiles triunfales en Roma, las cuales honran a sus héroes pero ahora Jesús es el que esta en un burro
siendo alabado.
En la entrada triunfal de Jesús, la muchedumbre que exalta al rey forma parte del desfile, el cojo, el
ciego, el pobre y todo aquel humilde de corazón. Cuando el soldado busca el objeto de su atención, (El
buscaba a un Rey con vestiduras de oro) ve a un hombre humilde montado sobre un burro que además es
prestado. No es una figura muy impresionante, quizás, para un romano. Pero es la mejor demostración
de “Dios hecho hombre”. El desfile de un rey manso y pacífico.
Los aplausos fueron seguramente merecidos. Pero también seamos conscientes que…
La historia tiene su punto culminante, no cuando Jesús que entra en Jerusalén, sino en su
llanto por la ciudad misma. Mientras Jesús merece una entrada triunfal como el rey,
Lucas enfatiza que Jesús se desilusiona porque la misma multitud que levanta
“Hosannas”, también lo traicionará.
La humanidad es de naturaleza voluble, hoy alguien puede ser famoso y popular, mañana, nadie se
acordará ni de quien es. Las muchedumbres tienen una memoria muy corta. Esto le pasó a Jesús. ¡Las
mismas voces que gritaron, “¡Hosanna!” el domingo, gritaban, “Crucifíquelo,” “Libera a Barrabas” Eso
sucedió la mañana del viernes.
Judas terminó por venderse por 30 piezas de la plata. Cuando Jesús fue detenido, jueves por la noche
en Getsemaní, la escena es terrible, pues todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. (Mateo 26:56)
¿Dónde estaban todos los aplausos del domingo anterior?
¿Saben qué es aún más triste? Un poco antes, en un momento de “aplausos” Pedro dijo a Jesús,
“incluso si todos te abandonan, yo nunca lo haré” (Mateo 26:33) Pero Pedro también lo abandonó. El
negó conocer a Jesús 3 veces antes de que el sol saliera.
Cuando Jesús estaba en el camino al Calvario el día viernes, lacerado con severidad y
golpeado, luchando bajo el peso de su propia cruz, necesitó a alguien para llevar su
pesada carga. Seguramente uno de los discípulos pudo haber saltado de la muchedumbre
para ayudarle.
Para nosotros es muy fácil ser cristiano en la Iglesia, mientras estamos rodeados de los hermanos, pero
en la soledad o en otro lugar: ¿somos los mismos? Es fácil aplaudir a Jesús cuando usted está en una
muchedumbre pero que pasa después del servicio, en t casa en trabajo o donde estés.
Riverside Church…
No podemos medir nuestro compromiso con Jesús únicamente por los aplausos que le
damos o por las alabanzas que cantamos; Sin el contacto cercano con la fuente del
entusiasmo, nuestro fervor no permanecerá.