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ROMERO:

Del latin. "romaeus", y este del griego. "bizant",


literalmente, "romano", nombre que se aplicaba en el
Imperio de Oriente a los occidentales que lo cruzaban
en peregrinación a Tierra Santa y, en fecha posterior,
a los peregrinos de Santiago y de Roma. Don Gaspar
Escolano en sus "Década de la ciudad y reino de Valencia",
dice que este linaje es uno de los más antiguos del
Reinote Aragón, y que pertenecieron caballeros Ricohombres
durante el reinado de Ramón Berenguer; uno de estos
caballeros fue Señor de la Villa de Ariza (Zaragoza).
Otro fue Blasco Romeo, que fue Mayordomo del Rey Alfonso
II y peleó valerosamente en el sitio de Cuenca, cuando
el citado monarca acudió en ayuda del Rey de Castilla.
Procedentes de Galicia pasaron a Tojos (Coruña) donde
habitó Castro Romero allá por los años 1541, de este
linaje es Hernando Romero, fue capitán del Rey de Aragón
y casó con Doña Juana Caamaño. Antonio Romero, llamado
El Aragonés, sirvió a los Reyes Católicos, tomó parte
en la conquista de Baza (Granada), donde fue herido,
por este motivo quedó establecido allí, según consta
en el libro de nobles de dicha ciudad, donde se casó
con doña Catalina Ximénez, en el año 1489; de este
linaje es Don Ángel Romero Sánchez de Molina, nacido
el día 4 de octubre de 1783, fue Teniente Coronel de
Caballería, se casó en Tarragona con doña Matilde Walah
Hodson, natural de Inglaterra, don Ángel falleció en
Barcelona el día 21 de marzo de 1823; este matrimonio
es hijo póstumo Ángel Romero Walah, nacido en Barcelona
el día 8 de mayo de 1823, se casó con doña María del
Carmen de Despujol y Duray, natural de Tolouse (Francia)
de este linaje es Juan Trías del Romero, nacido en
Cataluña el día 31 de diciembre de 1951. De la rama
que habitó en la Coruña es Felipe Romero Alonso de
Calo, casado con Doña Ana de Andrade, ocupó e cargo
de Regidor de la Coruña. Gil Jiménez Romeo, habitó
en Valencia, según consta en los archivos donde aparece
inscrito en los libros de dicha ciudad; tomó parte
en las Cortes de Valencia allá por el año 1329. De
este linaje es Jaime Romeo Catalá "El Mayor Señor de
Alcocer y Alfarrami, que fue Capitán General del Ejército,
y enviado por el Rey Don Alfonso V en ayuda del Papa
durante el levantamiento de la Marca de Ancona" por
sus buenos servicios figura inscrito su nombre en las
tablas que existen en la Portada de San Juan de Letrán
de Roma. De estos linajes es Juan Aguilón de Romeo,
que por su caballera y barba rubia parecía alemán.,
en 1549, era Comendador de Pozo Rubio en la Orden de
Santiago por merced de Carlos V y en Valencia Gobernador
y Virrey durante la ausencia del Duque de Maqueda.
De este linaje es José Romeo y Parras, bautizado el
día 7 de enero de 1778, fue Comandante en Jefe del
ala izquierda de Valencia, donde luchó heroicamente
contra los franceses que mandaba el Mariscal Luchet,
por medio de sobornos lo hizo prisionero y condenado
a muerta, estando en capilla le preguntó Fray Domingo
de Muro, que le acompañaba, si quitaba méritos ante
Dios la gran alegría que sentía de morir por su patria,
palabras sublimes que enaltecen su fe católica, y el
día 12 de agosto de 1812 al alba se cumplió sentencia
y murió; en Sagunto existe un monumento a su memoria;
estando casado con Doña María Arreu Navarro, la ceremonia
se celebró el día 14 de septiembre del año 1799 en
San Roque (Cádiz). Otro del linaje es José María Romeo
y Morales, nacido en Madrid el año 1882, ostentaba
el título de Conde Sagunto y además fue Teniente del
Ejército Colonial Español, Caballero de la Real Hermandad
del Santo Cáliz y condecorado con la medalla de los
sitios de Zaragoza. A mediados del siglo XV fue Alcalde
Mayor de Toledo, Don Diego Romero, natural de dicha
ciudad. Natural de Lenchete, y bautizado el día 4 de
abril del año 1607, fue Juan Cano Romero, se casó en
mayo de 1629, con doña Ursula de la Cuerda, en 1674
pasó al Perú residiendo en la ciudad del Pino o Pisco,
con el empleo de Capitán de Infantería. Luís Francisco
Romero, nació en Alcobendas (Madrid) el día 1º de enero
de 1664, fue Arzobispo de Charcas y dio a esta Iglesia
una campana de planta, la que con licencia del Conde
de Teba, Arzobispo de Toledo, se vendió en veinte y
tres mil reales de vellón para sufragar los gastos
de embovedado de dicha iglesia en el año 1761, en el
año 1704 le nombraron Obispo de Santiago de Chile y
el 3 de septiembre de 1725 Arzobispo de Chiarcas y
de Quito, falleció en la ciudad del Plata, el día 27
noviembre de 1728. Ignacio Romero y Caborne, nacido
en Sevilla el 15 de mayo de 1905. Otro Alonso Fernández
Romero y Palma, natural de Aguilar de la Frontera,
fue médico de la Real Armada y caballero de Isabel
la Católica, pasó a Cuba y se estableció en Guanabacoa,
donde fue Regidor y Alférez Real en 1803 y falleció
en la Habana en 1819, estaba casado con Doña María
Josefa Muñez de Villavicencio, de este linaje es Francisco
Romero y Cárdenas, se casó en la Habana el día 4 noviembre
de 1861 con doña Carolina de León y Gregorio, natural
de Málaga, el año 1915 murió su esposo y sus descendientes
pasaron otra vez a España. Francisco González Menguano,
por el vulgo, llamado “Francisco Romero Felipe”, natural
de Cortegama (Huelva) se casó con Doña Isabel Vázquez.
De este linaje es Francisco Romero de Torrero que pasó
a Méjico donde hizo una gran fortuna, cuando regresaba
a España murió en Veracruz, dejando herederos a su
padre y hermano Pedro que hizo gran amistad con Don
Alejandro Bustamante, dueño de las minas del Real del
Monte, en la jurisdicción de Pechuca, allá por el año
1738 en que fueron descubiertas, no producían casi
nada, estando al borde de la ruina; pero Pedro le ayudó
económicamente y pudo salir adelante consiguiendo amasar
una gran fortuna, en prueba de ello, al morir le nombró
heredero universal de la citada mina, allá por el año
1751 residía en Querétaro, por sus méritos y bondad
con los necesitados el Rey Carlos I le concedió el
hábito de Calatrava y el título de conde de Regla para
sí y sus hijos y descendientes, en el año 1756 se casó
en Méjico, con doña María Antonia Trebuertó y Dávalos,
de esta rama por casamiento de doña María de los Ángeles
Romero de Torres pasaron a Paris, donde se casó con
do Victor Ayguesparsse, Secretario de la Legación de
Francia en Méjico.
Francisco Romero Gómez, natural de Granada, y procedente
de la rama de Baza, estaba casado con doña N. Gómez,
natural de Granada y se conocen de este linaje hasta
los años 1759. Procedentes de una rama de Castilla,
pasaron a Ronda, y de allí a Guatemala por los año
1610, donde Lope Romero se casó con Doña Gumersindo
Motezuma, descendiente de los Emperadores Motezuma
de Méjico, fundó un rico mayorazgo en la Habana, el
día 22 de febrero del año 1638
Estuvieron de nuevo en España, y de estos proceden
los Condes de Premio Real.
Además de todos los lugares reseñados, se encuentra
del apellido Romero, por Guipúzcoa, Navarra, La Rioja,
Cuenca, Cartagena (Murcia) y Canarias.
Probó su nobleza repetidas veces en la Orden de Santiago,
y en la de Calatrava, Carlos III y San Juan de Jerusalén
y numerosas veces en las Reales Chancillerías de Valladolid
y Compañía de Guardias Marinas. En Galicia, tuvo Solar
en Villanueva de Arosa, Del Pazo de Bergondo, enlazados
con los Patiño, Pose, Docampo y Torrado. Línea de la
Casa de Tarayo, D. Adrián Romero, alistado como noble
en Betanzos en 1736; casó con D.ª Baltasara de la Torre
y Conde, y tuvo a D. Manuel Romero, nació en San Salvador
de Bergondo en 1706, y casó con Juana Taboada, empadronada
también como noble en 1746, y tuvo a D.ª Andrea Romero,
que casó con D. Juan Pita da Veiga, teniente de Milicias
Urbanas de La Coruña. (V. Pita da Veiga.) D. Blas García
Romero, casó en segundas nupcias con D.ª Isabel Yáñez
de Ocampo, tuvo a D.ª Josefa Romero Villardefrancos
y Moscoso, que casó con D. Bartolomé López de Andrade,
con descendencia (ver Andrade). Emparentaron con los
Boceta, Figueroa y Lemos. D.ª Antonia Romero de Ulloa
y Taboada, vecina de Orense, se querella contra los
monjes de Osera ante el rey, porque le habían despojado
ellos de un toro a su abuelo D. Francisco Romero, de
quien -por disposición del hijo de éste, D. Julián
Romero-se consideraba la heredera. D. Francisco Romero,
de La Coruña, hace en 1797 información de nobleza en
la Real Chancillería de Valladolid, así como (en el
mismo año) D. José Martínez Romero, de San Juan de
Jornes, municipio de Puenteceso. En Villanueva de Arosa,
D. Bartolomé y D. Rodrigo De Santiago Romero fundaron
la capilla de Nuestra Señora de la O, nombrando sucesor
a Luis de Santiago Romero, cuya descendencia emparentó
con los Sosa, San Miguel Cacabelos, Caramés y Paadín.
En 1694 Plácido Romero de Lis fundó el convento de
San Francisco de Cambados, constituyéndose patrón,
sucediéndole con el tiempo D. Ignacio Pardiñas Villardefrancos,
por el matrimonio de éste con D.ª Francisca Romero
de Lis y Bermúdez, la heredera. La Casa Romero de Naloa,
de San Martín de Salcedo, emparentó con las de Becerra
y Freijomil. En Santafé encontramos Romeros, pero descenden
de Toledo, si bien aparece un D. Diego Romero y Aguilar,
homónimo de algunos del linaje gallego emparentado
con los Pimentel y Mendoza, de raigambre en San Payo
de Narla. El conde de Castrogeriz descendía de D.ª
María Juliana Romero y Gandia, casada en 1776 con el
doctor D. Manuel de Castro, Guevara y Cortés, oriundo
de Galicia, vástago de unos gobernadores de Cundinamarca,
apellidados Pico. Para los Romero de Villajuán, v.
Leiro Romero. De la casa de San Vicente de Morujo fue
D. José Benito Romero, capitán del regimiento provincial
de Betanzos en 1785. V. Teijeiro, o Tejeiro.

Armas de ROMERO
Escudo cuartelado: 1.º y 4.º, en campo de oro, un romero
de sinople, y 2.º y 3.º, en campo de oro, un león rampante,
de gules.
Otros traen: en campo de gules, tres palos de oro,
terrasados de lo mismo y encadenados en faja por una
cadena de azur.
Otros traen: en campo de gules, dos lobos andantes,
de plata, puestos en palo; bordura de oro, con seis
matas de romero, de sinople.
Los de Galicia traen: seis orejas humanas, puestas
en dos palos, acostadas de doce tibias, cruzadas de
dos en dos y puestas también en dos palos.

Simbología de las Armas:


Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media
vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada,
etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario
buscar un método de identificación y distinción entre
los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido
a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de
exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que
los diferenciase de forma inequívoca y singular en
el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica,
en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios
y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe
de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos
autores de dar significado o contenido a todos los
emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos,
aún así hay varios tratados que estudian la simbología
de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos:
"Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725;
y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma
y Duràn. Año 1753
Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro
en sus escudos están obligados a hacer el bien a los
pobres y a defender a sus príncipes, péleando por ellos
hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el
topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol",
en las de los nobles con título de Duque, Marqués,
Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general
"oro". En su relación con los astros el oro es el Sol;
de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos,
el fuego; de los días de la semana, el domingo; de
los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés
y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo;
de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín.

La plata en las armerías recibe el nombre de Luna,


en lo que se refiere a las de los soberanos; en las
de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles,
plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan
en sus armas están obligados a defender a las doncellas
y amparar a los huérfanos. La plata significa en su
correspondencia con las piedras preciosas la perla.
De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco,
Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de
la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero
y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores,
la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales,
el armiño.
El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza
el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que
llevan este color en sus blasones tienen la obligación
de socorrer, amparar y defender, a los injustamente
oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere
a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries
y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes
y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol,
el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde
al pelícano. El gules en las armerías de los reyes
y príncipes se llama Marte; en las de los títulos,
rubí, y gules en la generalidad de la nobleza.
El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad
y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están
obligados a socorrer a los fieles servidores de sus
príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios".
En las piedras preciosas representa al zafiro y en
los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son
Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el
acero; el día de la semana, el viernes; los meses,
abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la
violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real.
El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro
en las de los títulos y azur en la nobleza.
El esmalte sinople es el verde. Su significado es
la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos
llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a
socorrer a los labradores en general y a los huerfanos
y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal
corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el
día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal,
el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva
y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes
recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los
títulos y sinople en los de la nobleza en general.

La bordura simboliza protección, favor y recompensa;


así mismo la cota que vestían los caballeros para la
guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada
de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de
la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura
también se usa para combinar armerías, con la particularidad
que las armas situadas en la bordura tienen siempre
carácter secundario.
Las familias españolas, que traen cadenas en su blasón,
es por la batalla de las Navas, en la que se rompió
el palenque de Miramomelín, guarnecido de gruesas estacas
y cadenas muy fuertes
La cruz es una pieza honorable, que representa la espada
del caballero, dándose en Armería al combatiente que
sacaba la espada teñida de sangre de sus enemigos.
Del tiempo de las cruzadas quedaron algunas familias
con la cruz por armas, para denotar que habían estado
en ellas.

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