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Portafolio: Desarrollo Psicosocial del Adolescente

Por Victor Eduardo Barrios Escobedo

Centro Universitario de Tijuana, Campus Oriente

Maestría en Educación

Psicología del Desarrollo

Dr. Ricardo García Félix

23 de noviembre, 2021.
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Introducción

El presente documento expone de forma sucinta las principales características del

desarrollo psicológico del adolescente, como parte del proceso de construcción de conocimientos

en torno a la psicología del desarrollo humano. Las características que se analizarán son las

siguientes: identidad, sexualidad y socialización.

El objetivo de esta compilación de características y notas esenciales del desarrollo

psicosocial del adolescente se inscribe en la necesidad de comprender los diversos momentos de

dicha etapa con miras hacia la formulación de una propuesta educativa y filosófica posterior, que

se centre en la producción de conocimientos desde una esfera vivencial.

Como parte de la vivencia profesional personal, se abordará también una cierta

perspectiva filosófica en torno a la experiencia psicosocial del adolescente, con la finalidad de

ofrecer una perspectiva interdisciplinaria, la cual es una condición de posibilidad para la

construcción íntegra del proceso de desarrollo de cualquier etapa de la existencia humana.

Metodología

El desarrollo del presente estudio consiste en una compilación documental de los

principales contenidos desarrollados durante los estudios del curso de Psicología del Desarrollo. El

alcance descriptivo de esta compilación se orienta a enunciar fenomenológicamente las más

destacadas características que se desarrollan psicosocialmente en la perspectiva del adolescente.

La presente recopilación realiza además una detallada, aunque sucinta, revisión analítica

de teorías del desarrollo, propuestas por Freud, Piaget y Erickson, así como de su profunda

vinculación con el desarrollo íntegro de la personalidad del adolescente, la cual resulta un

entramado complejo entre identidad, sexualidad y socialización, en sus diversos niveles.


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Marco teórico

Teoría psicoanalítica

La teoría del psicoanálisis nace con Sigmund Freud desde principios del siglo XX. La

vocación inicial de dicho planteamiento respondía a tratar los síntomas de la neurosis. Las

investigaciones de Freud lo llevaron a explicar algunos fenómenos psíquicos de la vida humana

desde el concepto del inconsciente. El individuo humano desarrolla su existencia desde

presupuestos que le son desconocidos a sí mismo. Es esta la razón que Freud identifica

expresiones del inconsciente en el sueño, en el desliz o la broma. Son igualmente inconscientes las

expresiones de conformación de la identidad: ello, yo y superyó.

Las fases del desarrollo que identifica la teoría psicoanalítica freudiana (Freud, 1991)

enfocadas al desarrollo psicosexual parten de una cierta tensión entre el placer o libido o la

represión de esta. Según esta tensión se despliega en el desarrollo de la existencia humana se

clasifican de la siguiente manera:

• Etapa oral. Se desarrolla durante los primeros 18 meses de vida. Durante ella la búsqueda

del placer se centra en la boca.

• Etapa anal. Comienza al finalizar la etapa oral y se extiende hasta los 3 años, con el control

de los esfínteres.

• Etapa fálica. Fase pulsional que se desarrolla entre los 3 y 6 años.

• Latencia. Entre los 7 años y el inicio de la pubertad suele omitirse la búsqueda del placer a

causar de cierta represión.

• Etapa genital. Inicia con la pubertad y se extiende al resto de la existencia. Puede

considerarse como el nacimiento de la sexualidad adulta.


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Teoría psicogenética

Jean Piaget desarrolló un planteamiento epistemológico y cognoscitivo denominado teoría

psicogenética. Con ella se plantea en términos sucintos que “el desarrollo psíquico que se inicia

con el nacimiento y finaliza en la vida adulta es comparable al crecimiento orgánico… consiste

esencialmente en una marcha hacia el equilibrio” (Piaget, 1991, p. 11).

El planteamiento de Piaget se centra en el proceso gradual en el cual un individuo humano

se constituye en sujeto de conocimiento. El conocimiento será, ante todo, el producto de un

proceso interaccionista y constructivista. Por tanto, los estadios identificados por la teoría

psicogenética se enlistan a continuación:

• Estadio sensoriomotor. Inicia en el nacimiento y se extiende aproximadamente hasta los 2

años.

• Estadio preoperatorio. Tiene lugar entre los 2 y los 7 años.

• Estadio de operaciones concretas. Este estadio transcurre entre los 7 y 11 años.

• Estadio de las operaciones formales. Se produce aproximadamente a partir de los 12 años.

Como puede observarse en cada uno de los estadios previos, durante cada fase del

desarrollo infantil se producen cambios físicos acompañados de cambios mentales. El individuo,

por tanto, deviene sujeto de conocimiento en la medida en que su cuerpo se complejiza y se

vuelve más apto para experimentar más afecciones, y con ello en paralelo, la mente se vuelve más

apta para captar ideas, formar conceptos y juicios de las cosas.

Teoría del desarrollo psicosocial

La influencia de las ideas de Freud inspiró no solamente las múltiples vertientes del

psicoanálisis moderno, sino otra serie de enfoques psicológicos del desarrollo que buscaban
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ampliar la comprensión freudiana de desarrollo psicosexual hacia una perspectiva más abierta y

vinculada a la sociedad. Un ejemplo de ello es la teoría del desarrollo psicosocial de Erick Erickson.

Erickson parte de la necesidad de reorientar el estudio freudiano hacia la formación del yo,

o, mejor dicho, hacia las maneras en que el individuo, vinculado a las expectativas sociales,

produce su identidad. La producción de identidad supone un proceso gradual, crítico y dialéctico,

en el cual, el enfrentamiento de dos competencias distintas determina el desarrollo adecuado de

los rasgos de la personalidad individual (Erickson, 1970).

Los estadios de Erickson se pueden observar más claramente en la tabla siguiente:

Estadios Crisis psicosociales


1. Infancia Confianza vs. Desconfianza
2. Niñez temprana Autonomía vs. Vergüenza
3. Edad del juego Iniciativa vs. Culpa
4. Edad escolar Industria vs. Inferioridad
5. Adolescencia Identidad vs. Confusión
6. Juventud Intimidad vs. Aislamiento
7. Adultez Generatividad vs. Estancamiento
8. Vejez Integridad vs. Desesperanza
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Resultados

Definición de adolescencia

La adolescencia es definida habitualmente en los tratados de psicología como una etapa

de transición, situada entre la niñez y la adultez. Los acontecimientos centrales que permiten

distinguir fenoménicamente esta etapa consisten en un conjunto de cambios experimentados por

individuos entre 11 y 20 años a nivel corporal, psicoafectivo, cognoscitivo y social (Papalia y

Martorell, 2017).

Desarrollo físico y cognoscitivo

De acuerdo con investigaciones en torno al desarrollo humano la adolescencia comienza

con un cambio físico y hormonal denominado pubertad. La pubertad se inicia debido a cambios

hormonales (liberación de hormonas gonadotrópicas), los cuales, durante un proceso de

aproximadamente 4 años, desembocan en la madurez reproductiva del individuo, sin que ello

implique madurez psicoemocional necesariamente (Papalia y Martorell, 2017).

Los principales cambios físicos originados en el individuo humano durante la pubertad son

los siguientes: la activación de glándulas suprarrenales y la maduración paulatina de los órganos

reproductivos. Otros cambios físicos son el crecimiento del cuerpo, llamado estirón, los cambios

de la voz, aumento de masa corporal y el desarrollo y madurez de la capacidad reproductiva

(Ibid.).

Otra modificación fundamental que se produce en la adolescencia es de orden

cognoscitivo. La materialidad de dicho cambio se expresa en el desarrollo del cerebro, el cual, sin

embargo, no ha terminado su proceso de maduración en esta etapa. Es necesario puntualizar esta


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idea, debido a la tendencia de considerar que el sistema nervioso se encuentra completamente

desarrollado al iniciar la adolescencia. Este proceso termina cerca de los 21 años (Ibid.).

Las principales características fisiológicas del cerebro adolescente que determinan su

desarrollo cognoscitivo se enuncian a continuación: incremento de la producción de materia

blanca y gris en los lóbulos centrales, conservación e incremento de las conexiones neuronales,

procesamiento de la información sobre las emociones con la amígdala, y subdesarrollo de los

sistemas corticales frontales. El impacto cognoscitivo de estos cambios se percibe a través de la

maduración de procesos cognitivos, la producción de juicios inexactos y menos razonados, así

como en las tendencias al riesgo, a la impulsividad y a la motivación (Ibid.).

El desarrollo cognitivo en esta etapa es definido tradicionalmente en términos Piaget

(1991), como el estadio de las operaciones formales. Esta definición habla sobre los procesos que

puede realizar el adolescente en esta etapa, tales como formalizar conceptos y comprender

abstracciones. Estos cambios, que pueden ser estructurales o funcionales (Papalia y Martorell,

2017), se manifiestan por un incremento del conocimiento declarativo, procedimental, conceptual

y deductivo. Lo anterior se ve reflejado en un lenguaje más abstracto y con perspectiva social.

La salud física y mental del adolescente constituye el elemento central de la preocupación

por su desarrollo físico. “Los años de la adolescencia son relativamente sanos; los problemas de

salud a menudo se asocian con la pobreza o con el estilo de vida” (Ibid., p. 352). Por tanto, los

problemas de salud de la adolescencia están mayormente asociados cuestiones ambientales o

contextuales.

Los principales problemas de salud física y mental del adolescente son los siguientes:

sedentarismo, trastornos del sueño, preocupación por la imagen personal, trastornos alimenticios

-tales como bulimia o anorexia-, consumo inmoderado de sustancias adictivas, la ansiedad o la


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depresión. Todos estos factores, combinados a la falta del desarrollo cerebral, constituyen

condiciones de posibilidad de una muerte temprana (Ibid.).

Desarrollo psicosocial

La comprensión de los rasgos principales de las transformaciones del cuerpo del

adolescente, que lo vuelven apto para la reproducción, y, por tanto, para la maduración corporal,

conducen necesariamente a analizar por separado las implicaciones que dichos procesos

fisiológicos en la conformación de un modo existencial de ser en el mundo. La idea de pertenecer

no solo a cuerpo individual, sino estar inserto en el entramado social, es una preocupación que

modifica drásticamente la manera en que los adolescentes se conciben a sí mismos.

Dicho proceso de transformación de las características socioemocionales de los

adolescentes se le denominará desarrollo psicosocial. Este desarrollo implica como esencia la

obtención de las habilidades necesarias para la vida autónoma, aun en sus comienzos. Las

características del desarrollo psicosocial adolescente son resultado de un entramado multifactorial

que incluye elementos como la interacción entre el desarrollo alcanzado en etapas previas,

factores biológicos y elementos sociales y culturales contextuales (Gaete, 2015). Por tanto, los

elementos del desarrollo psicosocial que se consideran serán la identidad, sexualidad y

socialización.

Identidad

La identidad constituye un problema no solo para la psicología del desarrollo, sino también

para disciplinas como la filosofía, la didáctica o la política. La identidad como concepto

constituyente de la personalidad se refiere al conjunto de rasgos en un individuo lo unen al total

de los miembros de su especie, pero que, por otro lado, lo distinguen de cada uno de ellos.
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La identidad del adolescente no está exenta del carácter dialéctico de la noción. De

acuerdo con Erickson (1970), la conformación de la identidad en la adolescencia se expresa

mediante “la búsqueda de un nuevo sentido de continuidad y mismidad” (p. 105). Esta tensión

entre dos elementos aparentemente contradictorios se expresa en la vida adolescente en la

confrontación del deseo personal, por primera vez al alcance de la mano, y las expectativas

sociales de las cuales se es depositario.

La conformación de la identidad, como una crisis del ser, de su existencia, alcanza de

acuerdo con Erickson su punto decisivo en la elección de un trabajo u ocupación (Ibid., p. 106). En

la actualidad, la elección de una carrera universitaria como punto culminante de la adolescencia

representa un punto crítico para la conformación de la identidad del adolescente: este se ve

forzado a identificar su modo de producción de riqueza con su identidad misma, y, por tanto, con

una serie de valores y prerrogativas de clase.

Sexualidad

El segundo elemento del desarrollo psicosocial que se considera clave en el adecuado

desarrollo de la personalidad es la sexualidad. La sexualidad es un elemento esencial de la

personalidad humana, que si bien, está relacionado con el elemento genital, no se limita a él, sino

a una serie de rasgos afectivos, psicológicos y emocionales que se externalizan en fenómenos

como básicos como la socialización.

De acuerdo con teoría freudiana, la sexualidad alcanza su madurez con la pubertad, ya que

en esta etapa “la pulsión sexual encuentra su objeto” (Freud, 1991, p. 72). Se superan las fases

previas, caracterizadas por el autoerotismo, y se abre paso a la conservación de la especie,

mediante la plena potencia reproductiva. Por tanto, en la adolescencia, la pulsión sexual, por

naturaleza egoísta, se torna altruista, al ponerse al servicio reproducción humana.


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Socialización

El rasgo final del desarrollo humano del adolescente que se analizará será la dimensión

social de su ser en el mundo, esto es, sus condiciones de socialización. Esta se define como el

proceso mediante el cual un individuo aprende las normas que le permitirán relacionarse con

otros. Su primera forma es la familia, en la que el individuo aprende las aptitudes básicas para

comportarse como un miembro de la especie humana. En un segundo momento, y a lo largo de

toda su vida, el individuo ingresa a diversos grupos donde las reglas de comportamiento varían, y,

por ello, se ve constantemente forzado a cambiar.

De acuerdo con Piaget (1991), la adolescencia es la etapa donde la socialización alcanza su

mayor grado potencial de madurez, pues también el lenguaje ha sido plenamente dominado,

particularmente por su uso formal, lógico y abstracto. Lo anterior es claro, ya que toda

socialización implica el uso de un lenguaje. Entre mayor sea el dominio del lenguaje, mayores

serán las posibilidades de la socialización.

El adolescente es, por tanto, un individuo que construye sistemas y teorías (Ibid., p. 83),

realiza la libre actividad de la reflexión espontánea (p. 86), y cuya vida afectiva se afirma a través

de una doble conquista: el desarrollo de una personalidad cada vez más propia y una paulatina

inserción en la sociedad adulta, mediante la participación en las diversas dinámicas de la vida, al

asumir mayores responsabilidades sociales, y al ganar mayor autonomía personal.


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Discusión

Las consideraciones previas permiten comprender desde una perspectiva integral el

desarrollo psicosocial del adolescente desde varios enfoques disciplinares: el pensamiento, la

dimensión afectiva y el constructo social. Se han querido considerar dichos aspectos puesto que su

reflexión adecuada, así como su debida integración en un proceso de enseñanza y aprendizaje,

constituyen elementos invaluables en la práctica docente.

La adolescencia, como etapa de la vida humana, cuenta con la garantía conceptual de la

medicina y la fisiología, quienes confirman los procesos de desarrollo del cuerpo humano, su

funcionamiento y sus procesos progresivos de desgaste. No son tan claras conceptualmente, por

lo contrario, las expresiones socioemocionales de dichos cambios, los cuales suelen interpretarse

con una abrumadora sobregeneralización.

Crecer y no terminar de hacerlo es la condición esencial del ser adolescente. Sin embargo,

esta tensión entre ser y no ser, entre actualidad y potencialidad, resulta la mayor parte del

tiempo, en una serie de conflictos en los que el adolescente queda inmerso y que inhiben o

reprimen el desarrollo autónomo de la identidad, comprendida como un modo consciente de ser

en el mundo, es decir, como una autocomprensión de la propia existencia.

Crisis identitaria, crisis de sexualidad o conflictos en los diversos niveles de socialización

componen un entramado que puede definirse como una crisis existencial. La adolescencia es la

etapa humana de la crisis, donde por primera vez se cuestionan las formas de vida, las reglas, la

moral y las razones de las diversas prácticas sociales. Mas toda existencia implica crisis. Toda crisis

implica contraposición de fuerzas antagónicas, que lejos de refutarse mutuamente, producen una

identidad fragmentada. Sin embargo, el fragmento, como instante actual, representa justamente

la potencia de la vida adolescente: ser proyecto, libre, autónomo y perfectible.


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Referencias

Erickson, E. (1970). Identidad, juventud y crisis. Editorial Paidós.

Freud, S. (1991). Tres ensayos sobre teoría sexual. Alianza Editorial.

Gaete, V. (2015). Desarrollo psicosocial del adolescente. Revista Chilena de Pediatría, 86(6), 436-

443. http://dx.doi.org/10.1016/j.rchipe.2015.07.005.

Papalia, D. y Martorell, G. (2017). Desarrollo humano. McGraw-Hill.

Piaget, J. (1991). Seis estudios sobre psicología. Editorial Labor.

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