Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A la izquierda jugadores de kemari, en el centro relieve griego con un jugador y a la derecha antiguo partido de rugby.
Por su parte los romanos tenían una versión similar del juego al que
llamaban Harpastum, se jugaba con un balón más chico y dos equipos
(cuyo número de integrantes era variable) se medían en un terreno
rectangular, limitado con líneas de marcación y dividido con una línea
mediana, teniendo que ser la pelota lanzada detrás de la línea de
marcación del adversario. Se hacían pases, se eludía, los miembros de
un equipo se repartían una serie de tareas tácticas y el público los
incitaba, con gritos, en sus rendimientos y resultados. Este deporte fue
muy popular entre los anos 700 y 800 y se utilizaba en la milicia como
divertimento y ejercicio físico.
Este juego fue introducido más tarde en Bretaña, pero es muy dudoso
que pueda ser considerado como el precursor del fútbol, al igual que el
Hurling, que era muy popular entre la población celta y que se practica,
todavía hoy, en Cornwell y en Irlanda. De todas maneras, el desarrollo
decisivo del juego que hoy conocemos bajo el nombre de fútbol tuvo su
origen en Inglaterra y Escocia.
El juego que floreció desde el siglo VIII hasta el siglo XIX en las Islas
Británicas, practicado en las formas más diversas según el lugar o la
región, y que luego se perfeccionó hasta el fútbol que conocemos hoy - y
en otra dirección al rugby - se diferenciaba notoriamente en su carácter
de las formas conocidas hasta entonces. No estaba regulado, era más
violento y espontáneo y no tenia limitación en el número de participantes.
Muchas veces se jugaba ardientemente entre pueblos enteros y
pequeñas ciudades, a lo largo de las calles, a campo traviesa, a través
de zarzales, cercados y riachuelos.
Quizás fue en esta forma que los normandos llevaron la lucha por el
balón a Inglaterra. La imagen es realmente enmarañada y complicada.
Mucho más complicada que la reglas simples de este tipo de juego, si es
que se puede hablar de reglas.
Por más que los eruditos disputen sobre el origen del juego y sobre las
influencias de los cultos, una cosa está clara: el fútbol floreció hace más
de mil años en sus diferentes formas primarias en Inglaterra y Escocia,
esa zona que consideramos hoy como la patria de este deporte. Pero
también lo hizo en Irlanda y Gales. Una serie de prohibiciones y severas
advertencias nos demuestran la gran popularidad que tenía el deporte y
lo poco que podían hacer las autoridades más altas contra este juego, a
pesar de las severas amenazas de castigo.
Por esa época, en Inglaterra, el juego siguió siendo rudo y poco elegante,
pero encontró a un seguidor prominente, que lo alababa por otras
razones diferentes a las de los jugadores, con su simple placer en la
lucha por el balón. Richard Mulcaster, el famoso pedagogo, director de
los renombrados colegios de Merchant Taylors' y de St. Pauls, le
adjudicó a la causa valores educativos positivos: señaló que el fútbol
fomentaba la salud y la fuerza, que había que eliminar las brusquedades
y la gran dureza, que sería ventajoso para el juego limitar el número de
participantes y que se necesitaba un árbitro.
De ahí en adelante, el fútbol será una cosa tabú los días domingo y una
serie de edictos reales llegarán a suprimir estos juegos que tuvieron su
auge durante los períodos Tudor y Estuardo. Pero más adelante, con la
etapa de la restauración y el reinado de Carlos II, fueron rehabilitados y
trescientos años después se los pudo practicar de nuevo, primero en
forma no oficial y luego oficialmente, aceptado por la "Football
Association", pero dentro de una medida sumamente modesta.
Arriba podemos ver la Freemasons Tavern, a su derecha un partido de fútbol de fines del siglo XIX y finalmente un balón de
la misma época.
En 1887 dos propietarios ingleses de hilanderías, los hermanos
Charnock, introdujeron el fútbol en Rusia, cerca de Moscú. A finales de la
década de 1890 la Liga de Moscú estaba ya funcionando. A principios del
siglo XX el juego ya se había extendido por toda Europa, y la mayoría de
los países habían formado su asociación de fútbol: Bélgica en
1885, Suiza en 1895, Alemania en 1900, Checoslovaquia en
1901, Noruega en 1902, Suecia en 1904, Finlandia en
1907, Luxemburgo y Rumania en 1908 y España en 1913.
Desde prohibir a los jugadores tocar el balón con la mano, hasta animar
a los guardametas a usar los pies, el guardián de las Reglas de Juego
del fútbol, el International Football Association Board (I.F.A.B.), ha
desempeñado un papel clave en el desarrollo de este bello deporte. De
entre sus 118 años de historia, hemos destacado diez fechas principales
en la evolución del deporte más popular en todo el mundo.
Escocia 0 – Inglaterra 0 (Patrick, Escocia, 4,000 espectadores).
El 30 de noviembre (día de San Andrés), en una cancha de críquet
empapada por la lluvia, Escocia recibió a Inglaterra en el primer partido
de fútbol entre dos países. En el año anterior a la fundación de la
Asociación Escocesa de Fútbol, el Queen’s Park representó a Escocia y
vistió camiseta azul, Knickerbockers (pantalón corto) blancos, y medias a
rayas blanquiazules, mientras que Inglaterra vistió con camiseta,
pantalón corto y medias blancas, según los colores de su escuela
pública.
El penal como tal no existió hasta 1891. Se daba por hecho que un
caballero educado en los colegios públicos de la Inglaterra victoriana
jamás cometería una falta deliberadamente. Aunque la llegada del
profesionalismo en 1885 había servido para incrementar la presencia de
futbolistas de la clase obrera, la inclusión del penal (o, como fue llamado
originalmente, el “golpe mortal”), fue más probablemente una
consecuencia del aumento de la competitividad y un compromiso con la
justicia. Se trataba de uno de los varios cambios espectaculares que
experimentaron las Reglas de Juego en 1891.
Los penales, naturalmente, tenían que indicarlos alguien. Así, tras una
propuesta de la Asociación Irlandesa, se autorizó la figura del árbitro en
un terreno de juego. En un principio, fielmente a sus orígenes de deporte
entre caballeros, las disputas se arreglaban entre los dos capitanes de
equipo; pero conforme iba aumentando lo que estaba en juego, también
lo hacía el número de quejas. En la época en la que se celebraron la
primera Copa de Inglaterra (F.A. Cup) y el primer encuentro
internacional, se empleaban dos árbitros, uno por equipo y al que cada
conjunto podía reclamar. Pero no era la solución ideal, ya que las
decisiones, algunas más favorables que otras, sólo se producían tras
varias reclamaciones y prolongados retrasos.
Muchas de las líneas que hoy vemos en los terrenos de juego de todo el
mundo son una consecuencia directa de estas y otras reglas, según el
fútbol iba rápidamente perfilándose a sí mismo. Desde los campos de los
pueblos hasta los parques y las canchas de críquet, el tamaño de la zona
de juego se había ido reduciendo paulatinamente con el paso de los
años.
A la izquierda antiguo balón y botines de fútbol, a la derecha los equipo de Uruguay y Argentina saliendo al campo de juego
para disputar la primera final en la historia de las Copas del Mundo (1930).
Puede que Lenin viera el fútbol como una forma de diversión para apagar
la conciencia política del proletariado, pero el deporte iba despegando en
países en los que el nuevo concepto de ocio iba dotando a la población
de tiempo libre. Se celebraron los primeros encuentros internacionales
en Norteamérica, donde Canadá derrotó a Estados Unidos por 1-0 en
Nueva Jersey, en 1885; en Sudamérica, donde Argentina y Uruguay
empataron 0-0 en Buenos Aires, en 1905; y en Asia, donde Filipinas se
impuso a China en Manila en 1913.
A partir de ese momento, los pases se hicieron parte integrante del fútbol
y, para muchos, nació gran parte de la grandeza de este deporte. El
número de goles aumentó, ayudado por la regla de 1912 que impedía a
los guardametas tocar el balón con la mano fuera del área, y por otra de
1920 que prohibía los fueras de juego procedentes de un saque de
banda. En 1925, la regla del fuera de juego con tres jugadores cambió a
la de dos jugadores, lo que representó otro cambio radical que propulsó
aún más lejos el auge del fútbol.
1938 y 1997: Quitando las telarañas
Arriba se muestran dos capturas de imágenes de los actuales videojuegos de fútbol, su realismo es asombroso.