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La Ópera Bufa Y Seria

La ópera bufa (del italiano opera buffa, también denominada commedia per musica
o dramma giocoso per musica) es una ópera con un tema cómico. Se desarrolló en Nápoles
en la primera mitad del siglo XVIII. De allí se difundió hacia Roma y el norte de Italia. Su
contraparte estilística es la ópera seria.
El subgénero fue la evolución musical de la ópera y de la llamada ópera seria. Una
de las funciones que desempeñaba la ópera en ese momento era aplicar algunas técnicas y
estéticas propias de la música seria, como el oratorio y la cantata, en contextos más
accesibles para los músicos y el público. La razón para el gran éxito de la ópera en general
fue este tipo de acercamiento a temas más populares y entendibles, junto con el
acercamiento contemporáneo al teatro, de comprensión relativamente universal. Otros
subgéneros que se relacionan con la ópera bufa, en su intención de conectar a una audiencia
más amplia, son la zarzuela española, la opéra-comique francesa, el singspiel alemán o la
ballad opera inglesa.
Algunas de las características de la ópera bufa son: recitativos (partes habladas) más
extensos para hacerlos más inteligibles, escritos en la lengua del pueblo, no el italiano o el
alemán; temas cotidianos o superficiales; y en algunos casos, uso de personajes muy
conocidos, como los de la comedia del arte italiana.
Los ejemplos de comedia son muy variados: desde El barbero de Sevilla (1816), de
Rossini, hasta Las bodas de Fígaro (1786), de Mozart; también El elixir de amor (1832) y
Don Pasquale (1843), de Donizetti. Los iniciadores del movimiento fueron: Alessandro
Scarlatti (Il trionfo dell'onore, 1718, La Dirindina, 1795), Giovanni Battista Pergolesi (La
serva padrona, 1733), Nicola Logroscino (Il governatore, 1747) y Baldassare Galuppi (Il
filosofo di campagna, 1754). El trabajo de estos, todos operando en Nápoles o Venecia, fue
reanudado y ampliado por Niccolò Piccinni (La Cecchina, 1760), Giovanni Paisiello (Nina,
1789) y Domenico Cimarosa (El matrimonio secreto, 1792). El género cayó en desuso a
mediados del siglo XIX, y para muchos la última ópera de este género fue Falstaff,
compuesta por Verdi en 1893.
Los personajes cómicos habían formado parte de la ópera hasta principios del siglo
XVIII, cuando la ópera buffa comenzó a surgir como un género separado, un precursor
temprano fue la comedia operística Il Trespolo tutore, de Alessandro Stradella, en 1679. La
ópera buffa fue un paralelo desarrollo a la ópera seria, y surgió como reacción a la llamada
primera reforma de Apostolo Zeno y Pietro Metastasio. Fue, en parte, pensado como un
género con el que el hombre común podría relacionarse más fácilmente. Mientras que la
ópera seria era un entretenimiento que estaba hecho para reyes y nobles y representaba a la
vez, la ópera buffa estaba hecha para personas comunes con problemas más comunes y las
representaba. Por lo general, se evitaba el lenguaje altisonante en favor del diálogo con el
que la clase baja se relacionaba, a menudo en el dialecto local, y los caracteres comunes se
derivaban a menudo de los de la commedia dell'arte italiana.
A principios del siglo XVIII, las óperas cómicas a menudo aparecían como breves
interludios de un acto conocidos como intermezzi que se realizaban entre actos de ópera
seria. Sin embargo, también existían comedias operísticas autónomas. La importancia de la
ópera buffa disminuyó durante el período romántico. Aquí, las formas eran más libres y
menos extendidas que en el género serio y los números de set estaban enlazados por
recitativo secco, con la excepción del Don Pasquale de Donizetti en 1843. Con Rossini se
alcanza una distribución estándar de cuatro caracteres: una prima donna soubrette (soprano
o mezzo); un tenor ligero y amoroso; un bajo cantante o barítono capaz de expresarse
líricamente, sobre todo irónica; y un buffo de bajo cuyas habilidades vocales, en gran parte
limitadas a una articulación clara y la capacidad de "golpetear", también deben extenderse
al barítono a los efectos de los duetos cómicos.
La ópera seria es un término musical de la ópera italiana que predominaba en
Europa aproximadamente entre los años 1720 y 1770. El único rival popular de la opera
seria era la ópera bufa, el subgénero cómico sobre el cual la comedia del arte y su tendencia
a la improvisación ejercieron una gran influencia.
La ópera seria italiana (que siempre contaba con libretos en lengua italiana) se
componía no solo en Italia, sino también en la Austria de los Habsburgo, Dresde y otros
estados alemanes, Inglaterra y España, entre otros. Solo Francia desarrolló su propia
tradición operística.
La ópera seria se basa en las convenciones del dramma per musica ("el drama a
través de la música") de la época barroca, haciendo uso del modelo de aria da capo, con su
forma A-B-A. En la primera parte se expone el tema principal; en la segunda, un tema
secundario; y la tercera presenta una repetición del tema principal con variaciones en la
parte cantada. Una ópera prototípica de este período comienza con una obertura
instrumental de tres tempos (rápido-lento-rápido); tras ello, se alternan una serie de
recitativos (que pueden o no incluir partes dialogadas) con arias, a través de las cuales los
personajes expresan sus sentimientos y emociones. Después de la interpretación de un aria,
el cantante sale del escenario, lo que invita al público a aplaudir. Esta dinámica se mantiene
en los tres actos de los que consta la ópera, y concluye con una parte coral o un dueto de
tono optimista. Los cantantes interpretan un gran número de arias, que pueden reflejar
diversos estados de ánimo, como la tristeza o la ira, bien en tono meditativo, bien en tono
heroico.
Las convenciones dramáticas de los libretos de Metastasio contribuyeron más que
los de ningún otro autor a configurar el formato de la ópera seria. En 1722, el brillante y
joven poeta Pietro Trapassi, conocido como Metastasio, recibió el encargo de escribir un
libreto para la celebración del cumpleaños de la Emperatriz de Austria. La composición
recibió el nombre de "serenata" (literalmente "entretenimiento vespertino"), aunque esta
pieza está mucho más relacionada con la tradición de los espectáculos de danza y canto
representados en la corte en los siglos XVI y XVII que con lo que hoy conocemos como
serenata musical. Se tituló Gli Orti Esperidi ("Los Jardines de las Hespérides").
Bajo su tutela, Metastasio escribió un libreto tras otro, que serían adaptados
rápidamente por los más grandes compositores de Italia y Austria, configurando el tono
transnacional de la opera seria. Para los libretos, Metastasio solía tomar como fuente de
inspiración los dramas de la Antigüedad Clásica que contaban con personajes dotados de
cualidades principescas y un fuerte sentido de la moralidad, y en los cuales se daban
conflictos entre el amor, el honor y el deber, todo ello en un lenguaje ornamentado y
elegante. El contraste entre el Barroco temprano de Bernini y el Barroco tardío de Jules
Hardouin Mansart en arquitectura puede servir para ilustrar la comparación entre las óperas
compuestas en el Barroco de los primeros años (siglo XVII) y las citadas anteriormente, ya
que estas últimas son, al igual que la arquitectura del Barroco tardío, más académicas y
disciplinada.
La época de la opera seria coincide con el auge de los castrati, cantantes varones
provistos de una voz prodigiosa a los que se les asignaba para interpretar a personajes
masculinos heroicos. Su auge, unido al que experimentó la nueva figura de la prima donna,
llevó a los compositores a crear una música vocal cada vez más compleja, dado que este
tipo de cantantes poseían extraordinarias habilidades técnicas. En algunos casos se
componían óperas destinadas a un cantante concreto. El más claro ejemplo es el de
Farinelli, cuyo debut en 1722 coincidió con la llegada de la propia opera seria.
Dadas las numerosas convenciones estilísticas de la opera seria, componer un drama
de calidad suponía un reto considerable; probablemente por este motivo muchas de las
composiciones de este género constaban de poco más que de personajes estereotipados y
exhibicionismo vocal. Sin embargo, algunos autores trascendieron el género; el más
importante de ellos fue Georg Friedrich Händel (1685–1759), quien escribió alrededor de
cincuenta óperas, la mayoría de ellas para los teatros de Londres, donde pasó la mayor parte
de su vida. No obstante, Johann Adolph Hasse (1699-1783) alcanzó mayor fama en vida
que este.

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