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de la Vía Aérea
Autores:
Dra. Marcela Avila Dr. Renato Chacón Dr. Diego Mora
Hospital de Urgencia
Asistencia Pública
MANEJO BÁSICO DE LA
VÍA AÉREA
Autores:
• Dra. Marcela Avila
• D r. Diego Mora
• D r. Renato Chacón
Editor:
• Dr. Ricardo Bustamante
•
Elegir correctamente el tubo endotraqueal, cuando se decide
realizar una intubación oro o nasotraqueal.
•
Conocer y utilizar métodos alternativos no quirúrgicos de
permeabilización de la vía aérea.
2
CAPÍTULO 1:
ANATOMÍA DE LA VÍA AÉREA
Las estructuras anatómicas de la vía aérea son todas aquellas que atraviesa
el aire hasta llegar al sitio de intercambio gaseoso. Con fines didácticos se
dividen en: vía aérea superior (VAS) y vía aérea inferior (VAI).
Se divide en fosas nasales derecha e izquierda, las que, debido a la alta tasa
de desviación del tabique nasal presente en la población, son de distinto
tamaño. Un punto importante en la evaluación de la VAS es determinar cual
fosa nasal es la de mayor tamaño, en caso de requerirse una intubación
nasotraqueal.
3
La zona es altamente vascularizada y por ende tiene un riesgo elevado
de sangrado. Por ello, cuando se planifica la instrumentación de la vía
aérea a través de alguna de las fosas nasales, es recomendable el uso
de vasoconstrictores y de una adecuada lubricación de los dispositivos
previo al procedimiento. En caso contrario, la producción de epistaxis
con sangrado hacia posterior, pudiera complicar el manejo de la vía aérea,
dificultando la visión y provocando aspiración de sangre y coágulos hacia
la vía aérea inferior.
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La pared lateral se divide en 3 pasajes horizontales: meato superior
(espacio entre el cornete superior y medio), meato medio (espacio entre
el cornete medio y el cornete inferior) y meato inferior (espacio entre el
cornete inferior y el piso nasal). La zona recomendada para introducir un
dispositivo es el meato inferior, puesto que esta es la vía más directa hacia
los meatos que comunican las fosas nasales con la rinofaringe y, además, es
la mejor forma de evitar dirigir el dispositivo hacia el techo de la fosa nasal.
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Cuando se encuentra ampliamente abierta, la boca es la vía más expedita
para abordar la vía aérea. No obstante, ante determinadas condiciones
anatómicas basales del paciente, el aseguramiento de la vía aérea a través
de la boca puede ser extremadamente dificultoso, por lo cual es de suma
importancia evaluar estas condiciones previo a iniciar el procedimiento.
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La nasofaringe contiene los adenoides, estructuras de tejido linfático cuya
hipertrofia puede producir obstrucción, condicionando a estos pacientes
a ser respiradores bucales. Esta situación se presenta particularmente
en lactantes pudiendo ser motivo de indicación quirúrgica. En este caso,
quien maneje la vía aérea debe tener en cuenta que los adenoides también
pueden dificultar el paso de un tubo endotraqueal (TET) por la nasofaringe
si es que se optara por la intubación nasotraqueal.
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La laringe es una estructura cilíndrica cartilaginosa y membranosa que
conecta la faringe con la tráquea. En la laringe se encuentra asentada la
función de fonación y la de protección de la VAI, ya que sus estructuras
poseen una gran cantidad de receptores que identifican cuerpos extraños
y reaccionan a ellos con aducción de las cuerdas vocales y tos, impidiendo
así que dichos elementos pasen hacia el árbol traqueo-bronquial.
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ANATOMÍA DE LA VÍA AÉREA INFERIOR
9
El sustrato anatómico de la mecánica ventilatoria es la vía aérea,
cuya anatomía acaba de ser revisada, sin embargo, la caja torácica es
indispensable para que la ventilación ocurra.
•
El lactante es respirador nasal obligado, puesto que en condición de
reposo la lengua descansa sobre el paladar duro cerrando la cavidad
oral, no existiendo el desarrollo fisiológico para que separe la lengua
y permeabilice la cavidad oral en caso de obstrucción nasal.
10
• El paciente pediátrico posee gran elasticidad de los tejidos por
lo que hay susceptibilidad a compresión mecánica, estiramiento
y distorsión por diferencia de presiones. En consecuencia, las
maniobras de ventilación manual y laringoscopía, se deben
efectuar con presiones proporcionales a la resistencia de los
tejidos, con el fin de no distorsionar ni dañar los tejidos.
•
L os neonatos y lactantes pequeños poseen una gran prominencia
occipital, por lo que en posición decúbito dorsal tienden a flectar
la cabeza sobre el tórax, dificultando la ventilación con máscara
facial y la laringoscopía. Por esta razón, sólo en estos casos, el
manejo de la vía aérea pudiera justificar la colocación de una
almohadilla detrás de los hombros del paciente, para alinear la
cabeza con el eje torácico.
•
L os pacientes pediátricos tienen la laringe más alta, ubicándose
a nivel de C3-C4. Desciende con el crecimiento de las ramas
del maxilar inferior, llegando a C5 a los 5 años y a C6, que es su
posición definitiva, a los 10 años. Esto ubica la laringe en una
posición más anterior, lo que dificulta la laringoscopía
• A
diferencia del adulto en que la laringe tiene forma de cono,
con un diámetro relativamente parejo y con su porción más
estrecha a nivel de las cuerdas vocales, en el paciente pediátrico
la laringe tiene forma de embudo, con su porción más estrecha a
nivel de cartílago cricoides. En consecuencia, la elección del tubo
orotraqueal en un niño pequeño está determinada por el diámetro
cricoídeo y no el de la glotis. Además, esta es la razón por la cual
durante muchos años se ha intubado a los neonatos y lactantes
pequeños con tubos desprovistos de cuff, pues este elemento
puede dificultar el paso a nivel cricoídeo y producir compresión
excesiva en este mismo nivel en caso de inflarse. No obstante, hoy
por hoy es habitual el uso de tubos con cuff, en tanto su paso a la
tráquea sea fácil y no se infle en forma excesiva.
11
• L
a epiglotis del neonato y del lactante es más voluminosa, corta y
tiene forma de omega. Esto tiene importancia puesto que en caso
de usar un laringoscopio con hoja curva posicionando su punta a
nivel de la vallécula, esta se cierra y esconde la glotis. Es por esta
razón en estos pacientes se recomienda el uso del laringoscopio
con hoja recta o de Miller, que se ubica por debajo de la epiglotis,
levantándola para exponer en forma adecuada la glotis.
• L
as cuerdas vocales forman un ángulo más agudo con la tráquea
en su comisura anterior.
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CAPÍTULO 2:
FISIOLOGÍA DE LA VENTILACIÓN
13
VENTILACIÓN ALVEOLAR
• E
spacio muerto anatómico: corresponde a la sección de vía
aérea donde no existen sacos alveolares y por lo tanto donde
“anatómicamente” no puede existir intercambio gaseoso. Lo
conforman la nariz, faringe, laringe, tráquea, bronquios principales
y bronquios secundarios donde no existen alvéolos y su volumen
representa aproximadamente el 30% del volumen corriente.
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• E
spacio muerto fisiológico: corresponde a zonas pulmonares
donde existen alvéolos y por lo tanto pudiera ser posible el
intercambio gaseoso, pero no ocurre por falta de perfusión capilar.
Sin embargo, todo ser humano presenta en sus pulmones todo el espectro
de relaciones V/Q, desde un extremo en que no existe ventilación alveolar
pero existe perfusión capilar (V/Q = 0/1) lo que se denomina shunt, puesto
que la sangre pasa por la unidad sin oxigenarse, hasta el otro extremo en
que existe ventilación alveolar pero no existe perfusión capilar (V/Q =
1/0), lo que se denomina espacio muerto fisiológico. Cada una de estas
dos variables extremas (shunt y espacio muerto fisiológico) representan
aproximadamente un 2 a 3% de los alvéolos en condiciones normales.
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VOLÚMENES Y CAPACIDADES PULMONARES
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En el sentido contrario, preoxigenar a un paciente antes de la intervención
de la vía aérea con una mezcla con alto contenido de oxígeno (FiO2 = 100%
en lo posible), permite elevar la concentración de oxígeno de la capacidad
residual funcional y, en consecuencia, retardar la caída de la saturación de
hemoglobina durante el período de apnea que tomará la maniobra.
• C
omo se señaló previamente, existe inmadurez en la coordinación
entre el esfuerzo respiratorio y el input sensorio orofaríngeo, por
lo cual el lactante no es capaz de separar la lengua del paladar para
permitir la respiración bucal, en caso de presentarse obstrucción
nasal.
• L
os neonatos y lactantes menores tienen una alta tasa metabólica
(5-8 ml/kg/min), que condiciona un consumo de oxígeno más alto,
razón por la cual toleran de peor forma la apnea, y desarrollan
desaturación de hemoglobina más precozmente que el adulto.
• L
os lactantes menores presentan volúmenes corrientes similares
al adulto (6-7 ml/kg), pero frecuencias respiratorias más altas
(40-60 respiraciones/min, dependiendo del rango etario).
Consecuentemente, la ventilación alveolar se eleva (130 ml/kg/
min).
• L
a compliance pulmonar es menor, debido a la mayor
distensibilidad de la pared torácica comparada con el adulto.
Las zonas supraclaviculares, intercostales y subcostales de
los pacientes lactantes menores se deprimen fácilmente hacia
la cavidad torácica cuando presentan dificultad respiratoria,
traduciéndose en una mecánica respiratoria menos eficiente.
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• P
oseen una capacidad residual funcional menor en relación a
su peso corporal por lo cual su reserva de oxígeno en apnea es
inferior. Además, lo mismo condiciona que presenten mayor
tendencia a desarrollar atelectasias en determinadas condiciones
fisiopatológicas.
• E
n la musculatura respiratoria existen diferentes tipos de fibras
musculares, dentro de las cuales las “tipo 1” presentan menor
índice de fatigabilidad. Esta condición que es particularmente
relevante en el diafragma, va cambiando en la medida que estos
músculos maduran, alcanzándose el máximo nivel de fibras tipo 1 a
los 2 años, como se observa en la figura de abajo. En consecuencia,
los lactantes menores presentarán mayor posibilidad de fatiga
muscular ante esfuerzos respiratorios importantes, pudiendo
requerir asistencia ventilatoria en forma más precoz.
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• L
a vía aérea de los pacientes pediátricos pequeños posee un
calibre mucho menor, que disminuye aún más en determinadas
condiciones como el edema y la instalación de un TET, que reducen
el diámetro del lumen. Esta disminución del calibre de la vía aérea
elevará la resistencia al flujo de aire e incrementará el trabajo
respiratorio.
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La siguiente tabla gráfica demuestra el impacto del edema a partir de una
vía aérea de distinto calibre. La fórmula de cálculo de resistencia permite
entender el gran impacto en el aumento de la resistencia al flujo de aire
mientras menor sea el radio (menor calibre de la vía aérea).
Resistencia
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CAPÍTULO 3:
DISPOSITIVOS SUPRAGLÓTICOS
• Dispositivo bolsa-mascarilla.
• Cánula orofaríngea.
• C ánula nasal.
• Mascara laríngea.
• Tubo laríngeo.
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DISPOSITIVO BOLSA-VÁLVULA-MASCARILLA
22
Para que una bolsa para inflación funcione, debe cumplir con ciertos
estándares mínimos:
• Un reservorio.
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CÁNULA OROFARÍNGEA
Sombra posterior
• P
acientes inconscientes que respiran de manera espontánea
y que presentan una obstrucción de la vía aérea debido a una
alteración del reflejo nauseoso y/o a un desplazamiento posterior
de la lengua.
CÁNULA NASOFARÍNGEA
Su diámetro debe ser menor que el diámetro del orificio nasal y debe
introducirse lubricada con un gel anestésico. La profundidad a la que se
introduce la cánula debe corresponder con la distancia entre la punta de la
nariz y el ángulo de la mandíbula.
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MÁSCARA O MASCARILLA LARÍNGEA (ML)
Clasificación:
• P
rimera generación: corresponde a la máscara laríngea clásica,
que no posee elementos adicionales en su construcción.
• S
egunda generación: incorporan características de diseño específico
para mejorar la seguridad y proteger contra la regurgitación y
aspiración. Algunas presentan un canal para el paso de una sonda
gástrica, otras, mejor adaptabilidad a las paredes de la faringe y
otras un canal de intubación. Las más comercializadas son: Proseal,
Supreme, i-Gel, Fastrach, Air-q.
•
Tercera generación: no necesitan manguitos de insuflación,
manteniendo su presión “autopresurizadas”.
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La dificultad de su inserción no es mayor al de una cánula oro o nasofaríngea.
Las figuras de abajo muestran el modelo I-gel que no tiene cuff y por tanto no
requiere inflado:
27
La figura siguiente corresponde a una máscara laríngea ProSeal pediátrica:
28
La técnica de inserción de la máscara laríngea es fácil y puede ser manejada
por personal médico o paramédico que no tenga experiencia en intubación
endotraqueal. Se describe en los siguientes pasos, complementados con las
imágenes que siguen al texto.
•
Se toma como un lápiz y se desliza a lo largo del paladar duro con la
ayuda del dedo índice y se avanza hasta encontrar la resistencia de
la hipofaringe.
• S
e infla de acuerdo a las indicaciones del vástago o hasta que se
ajuste bien y no filtre con las presiones de insuflación adecuadas. Es
normal que al inflarlas se desplacen 1 o 2 cm; solo entonces se fijan,
cuidando que la linea oscura del vástago quede en la línea media
hacia posterior
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Hay distintos tamaños de máscaras laríngeas, que se corresponden con el
tamaño y peso del paciente según la tabla siguiente:
30
TUBO LARÍNGEO (TL)
31
El balón distal (esofágico) sella la vía aérea distalmente y protege parcialmente
contra la regurgitación. El balón proximal (oro faríngeo) sella tanto la cavidad
oral como la nasal. Los dos balones son inflados secuencialmente a través
de un único conector a una presión de 60 cm H2O, usando una bomba de
pera con manómetro o una jeringa. Cuando el TL está colocado, descansa a
lo largo de la lengua y el extremo distal se posiciona en la parte superior del
esófago. Durante la ventilación, el aire entra en la faringe y desde allí se dirige
a la laringe y a la tráquea, ya que la boca, la nariz y el esófago se encuentran
bloqueados por los balones. Existen 6 diferentes medidas de TL utilizables
desde neonatos a adultos con numeración del 0 al 5.
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CAPÍTULO 4:
DISPOSITIVOS INFRAGLÓTICOS
INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL
• Paro cardiorrespiratorio.
•
Protección de la vía aérea.
• P
acientes con insuficiencia respiratoria aguda o crónica
reagudizada, con una frecuencia respiratoria menor de 10 o mayor
de 30 respiraciones/min en que se comprometa su ventilación u
oxigenación.
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TUBO ENDOTRAQUEAL
• T
ubo nasotraqueal: dispositivo que viene con un pre diseño para
instalarse a través de la nariz.
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ELECCIÓN DEL TUBO ENDOTRAQUEAL
Para el cálculo del tamaño adecuado del TET en los niños, se utiliza la
siguiente fórmula y sistema mnemotécnico:
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IMPORTANTE: Siempre tener un TET más pequeño y uno más grande
de lo planeado, pues en el momento de la laringoscopía puede recién
evidenciarse que se necesita uno de distinto tamaño (el objetivo es no
perder tiempo buscando tubos con vía aérea no protegida). Esto es
particularmente necesario en el caso de los TET sin cuff, pues el sello de la
vía aérea depende de escoger el tamaño preciso del TET.
36
LARINGOSCOPIO
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TÉCNICA DE LARINGOSCOPÍA
• T
omar el laringoscopio con la mano izquierda como en la figura,
sea diestro o zurdo.
•
Desplazar la lengua hacia la izquierda, evitando apoyarse en
dientes y labios.
• A
vanzar por la línea media hasta visualizar la epiglotis e insertar la
punta de la hoja en la vallécula.
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• L evantar la lengua y tejidos faríngeos para visualizar la apertura
glótica.
En la figura del medio se ve como al desplazar la lengua
hacia la izquierda se obtiene una buena laringoscopía, en cambio,
en la derecha se grafica un error frecuente: avanzar la hoja del
laringoscopio por el medio de la lengua. La flecha indica como parte
de la lengua cae hacia la derecha dificultando una visión adecuada de
la glotis, interponiéndose al paso del TET.
45°
• Avanzar el extremo distal del tubo justo entre las cuerdas vocales.
• L
a tracción para levantar la lengua es de 45° en la dirección que
se muestra en la figura, sin hacer “palanca” hacia atrás, pues se
produce un mayor riesgo de luxación de piezas dentales.
• N
otar la distancia a la que quedó el tubo en relación a la comisura
labial o incisivos, para medir la distancia hasta el extremo del tubo.
• C
onectar al capnógrafo si se dispone de uno, verificando así una
correcta intubación.
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• V
olver a auscultar frente a cambios de posición.
• P
ara evitar los problemas, se debe estar preparado para eventuales
dificultades y saber solucionarlas.
• S
i continúa haciendo lo mismo, no espere resultados diferentes:
reposicione al paciente, cambie la hoja del laringoscopio, pida ayuda:
haga algo distinto.
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MANIOBRAS Y DISPOSITIVOS FACILITADORES
MANIOBRA BURP
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MANIOBRA DE SELLICK
MANIOBRA RAMPA
42
MANIOBRA MILS
Dispositivo semirrígido con punta roma que se instala dentro del TET,
cuya maleabilidad permite direccionar el extremo del tubo, dándole la
forma preferida por el operador (“palo de golf”, ángulo recto). Esto permite
facilitar la IOT en pacientes con laringe anterior o cuando se usan tubos de
consistencia blanda (anillados). Se introduce en el TET con lubricación, lo
que facilita su retiro después de atravesar la glotis y JAMÁS sobresaliendo
por el extremo del TET, pues puede lesionar la vía aérea.
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GUM ELASTIC BOUGIE (GEB)
Guía facilitadora de IOT, utilizada como rescate en vía aérea difícil. Está
provisto de una curvatura 35° en su extremo distal, y tiene una longitud de
aproximadamente 60 cm. Permite que durante la laringoscopía se pueda
acceder a una glotis más “anterior” de lo habitual, o incluso en ocasiones en
que ni siquiera es visible. Cuando se ve el ángulo formado por las cuerdas
vocales, se introduce por allí la guía; cuando no se ve, solo se direcciona
hacia caudal en dirección de la glotis hasta sentir una señal de haber
entrado a la vía aérea, que consiste en un resalte que produce el paso del
GEB por los semianillos traqueales. Finalmente, se avanza hasta encontrar
un “tope”, un asistente enhebra el TET, se desliza hacia la tráquea, y se
retira el GEB.
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CAPÍTULO 5:
FARMACOLOGÍA PARA EL MANEJO DE LA VÍA AÉREA
INDUCTORES O SEDANTES
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Hay que tener en consideración que una dosis única es capaz de inhibir
la biosíntesis adrenocortical de esteroides (cortisol y aldosterona),
lo que debe tenerse presente en caso de insuficiencia adrenocortical
subyacente, como los pacientes con sepsis. Este efecto puede tener lugar
como consecuencia directa del etomidato cuando se administra mediante
perfusión continua o en dosis repetidas, pero no hay evidencia suficiente
de que ocurra en una sola administración.
Una de sus desventajas son las alucinaciones, que suelen ser mayores en
los adultos y disminuyen al asociar el fármaco con otros sedantes como
opioides y/o benzodiacepinas.
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Por su efecto estimulante cardiovascular, está especialmente indicada
en pacientes hipovolémicos e incluso en estado de shock, usualmente en
combinación con un sedante (midazolam).
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Es el bezodiacepínico más usado por su framacocinética rápida, sin embargo,
su latencia y duración es mayor en comparación con otros inductores,
por lo que no se considera de elección en intubaciones en pacientes con
estómago lleno, que deban hacerse con inducción en secuencia rápida.
Además, posee un comportamiento poco predecible, con gran variabilidad
de requerimientos interindividual y produce efectos paradójicos en los
extremos de la vida (estimulación del sistema nervioso central, verborrea,
movimientos involuntarios).
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BLOQUEADORES NEUROMUSCULARES
Ante todo, debe tenerse presente que no tienen efecto sedante ni amnésico
por lo que SIEMPRE deben asociarse a agentes que produzcan hipnosis y
amnesia en las dosis adecuadas, excepto en pacientes con compromiso de
consciencia severo (Glasgow 3). Incluso en este grupo de pacientes, el uso
de sedantes puede disminuir el aumento de presión intracraneana asociado
a algunos bloqueadores neuromusculares y a la maniobra de laringoscopía
e intubación.
• D
olor muscular secundario a las fasciculaciones: la complicación
más común, que puede evitarse o disminuirse con la administración
previa de una pequeña dosis de un relajante muscular no
despolarizante.
• H
iperkalemia: cada bolo aumenta los niveles de potasio en 0,5-
1 mEq/L, sin embargo, en pacientes de riesgo (con estados de
denervación por reposo prolongado, grandes quemados entre 24 a
48 horas y hasta 6 meses después de la injuria), este fenómeno puede
ser desmedido y producir arritmias graves, paro cardíaco y muerte.
• A
umento de la presión intraocular: que puede vaciar el contenido
de la cámara anterior en caso de trauma ocular.
• H
ipertermia maligna: la succinilcolina es uno de los agentes
gatillantes de hipertermia maligna, por lo que está completamente
contraindicada en el caso de antecedente personal o familiar de
hipertermia maligna y de otras miopatías relacionadas (Multiminicore
disease, Central Core disease y Sd. De King-Denborough).
Absolutas Relativas
Hipersensibilidad Miopatia del paciente critico
Hiperkalemia > 5,5 mEq/L Postración de larga data
Hipertermia Maligna
Grandes quemados > 24hrs
Lesion ocular abierta o PIO aumentada
Miopatías o miotonías congenitas
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Rocuronio: Se presenta en frasco-ampollas de 5 ml conteniendo 50 mg (10
mg/ml). Suele diluirse a 5 mg/ml para una mejor distribución y dosificación.
Se debe mantener refrigerado entre 2-8 °C, sin congelar. Una vez expuesto
a temperatura ambiente se debe consumir en un plazo de 30 días, incluso
aunque se vuelva a refrigerar.
Actúa por bloqueo competitivo del receptor de ACh, evitando de ese modo
la contracción muscular. Es de metabolización hepática y excreción renal.
En dosis de 0,9-1,2 mg/kg, el inicio de la acción es 60-90 segundos, similar
a la succinilcolina. En esas dosis, sin embargo, su duración clínica es de más
de 90 minutos. El rocuronio está libre de efectos hiperkalémicos, por lo que
debe considerarse para la inducción de la anestesia de secuencia rápida y
el manejo urgente de la vía aérea en pacientes en que está contraindicada
la succinilcolina (niños menores de 5 años, grandes quemados después de
24 a 48 horas y hasta un año después de la quemadura, trauma ocular, etc.).
51
Para evitar dichos eventos y siempre que se considere que el paciente
puede estar bajo los efectos del bloqueo neuromuscular, se debe hacer
una reversión farmacológica. Los agentes disponibles en la actualidad son
la neostigmina y el sugammadex.
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Su dosis depende de la profundidad del bloqueo: 2 mg/kg en bloqueos
superficiales (si el paciente presenta evidencia de recuperación espontánea
de la ventilación) y 4 mg/kg en bloqueos profundos (si el paciente se
encuentra totalmente paralizado. En situaciones de urgencia (pacientes
que no se logran ventilar o intubar), para revertir en forma inmediata una
dosis de intubación de rocuronio, debe usarse 16 mg/kg de sugammadex.
COADYUVANTES
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Los opioides tienen un efecto sinérgico con los hipnóticos en su efecto
depresor de la respuesta adrenérgica y de los reflejos de la VAS. Una
consideración importante es la rigidez muscular que se puede asociar
particularmente a la inyección rápida y/o de grandes dosis de opioides,
particularmente los más potentes (fentanilo, remifentanilo). La máxima
expresión de este fenómeno es el tórax leñoso, que se asocia con dificultad
en la ventilación. Debido a su perfil farmacocinético y farmacodinámico,
el fentanilo es el mejor opide para la intubacion: rápido inicio de accion
y duración intermedia en dosis de 1-3 µg/kg. Otros opioides, como la
morfina y la metadona, tienen la desventaja de su lento inicio de acción
y larga duración por lo que no son de elección en la intubación, a no ser
que no haya disponibilidad de fentanilo o que el paciente vaya a ventilación.
mecánica.
Una vía aérea difícil puede definirse como una situación clínica en la cual
un profesional entrenado experimenta dificultad con la ventilación, la
laringoscopía o la intubación traqueal.
55
EVALUACIÓN
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En relación con la lengua, no solo se debe evaluar si el tamaño guarda
proporción con la cavidad oral, sino también su movilidad ya que, si
se encuentra fija en una posición, la visualización de la vía aérea estará
comprometida.
Aunque existe una serie de elementos clínicos que pueden ser considerados
como predictores de ventilación, laringoscopía o intubación difícil, ninguno
de ellos por sí solo es de precisión absoluta, pero el conjunto de ellos o
la asociación de algunos puede ser de gran utilidad. Aunque los valores
predictivos positivos de estas evaluaciones, solas o en combinación, no
son particularmente elevados, pueden ser eficientes en descartar una vía
aérea dificil si los resultados son negativos.
Complacencia del espacio mandibular Duro, indurado, ocupado por masas o no elástico
Distancia tiromental Menor de 3 dedos
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Sin embargo, la evaluación de la vía aérea en situaciones de emergencia
antes de proceder a una intubación endotraqueal es un desafío que aún en
las mejores circunstancias puede ser imposible de realizar, especialmente
en pacientes críticos con falla respiratoria aguda. Los predictores clínicos
usados habitualmente por los anestesiólogos son de gran exactitud en la
evaluación preoperatoria de pacientes estables, pero en pacientes críticos
muchas veces son difíciles de aplicar. A menudo los pacientes se presentan
agitados, combativos, con trauma facial o laríngeo o presunción de lesión
de la columna cervical, incapaces de hablar, todo lo cual hace en extremo
compleja cualquier evaluación. Están agudamente descompensados,
tienen escaso margen de seguridad, presentan hipoxemia, hipertensión o
hipotensión arterial y requieren una intubación rápida en condiciones que
no son óptimas.
LEY LEMON
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Mirar externamente: Cuando es posible, el paciente debe ser examinado
para identificar alguna de las características que anticipen la dificultad de
ventilar o intubar descritas previamente.
• C
lase I: son visibles el paladar blando, las fauces, la úvula y los
pilares amigdalinos anteriores y posteriores.
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Clase I Clase II
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Obstrucción
La presencia de objetos extraños (piezas dentarias, sangre, contenido
gástrico), el trauma directo de la vía aérea, los hematomas que ocasionan
compresión extrínseca o una posible disrupción de la integridad de la vía
aérea, se deben considerar factores que pudieran impedir el acceso seguro
para la ventilación o intubación endotraqueal.
Clasificación de Cormack-Lehane
La Clasificación de Cormack-Lehane tiene utilidad una vez realizada la
laringoscopía y estratifica los pacientes en 4 grados de dificultad:
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• G
rado I: con la maniobra de laringoscopía pueden verse las
cuerdas vocales en su totalidad.
• G
rado II: las cuerdas vocales son visibles solo parcialmente; la
observación de una pequeña porción de la glotis permite la inserción
de un GEB.
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CAPÍTULO 7:
LAS 7 P DE LA INTUBACIÓN
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En la ISR se identifican siete etapas, cada una con momentos críticos, que
se recuerdan con el sistema nemotécnico de la 7 P:
1.- Preparación
2.- Preoxigenación
3.- Premedicación
PREPARACIÓN
Antes de iniciar una ISR, el médico a cargo del manejo de la vía aérea tiene
la obligación de evaluar varios aspectos:
• C
ontrolar monitorización (ECG, SaO2, PANI, etc.), sistema de
aspiración con cánula rígida, carro de paro cardíaco, etc.
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• Colocar vía venosa periférica.
• P
lanificar y seleccionar dispositivos alternativos de la vía aérea
(máscara laríngea, combitubo, equipo de cricotirotomía, etc.) en
caso de intubación difícil y/o fallida de acuerdo con los algoritmos
de manejo de vía aérea difícil.
Jeringas desechables de 10 - 20 ml
Fuente de oxígeno
PREOXIGENACIÓN
65
El objetivo de este paso es eliminar el alto contenido de nitrógeno de la
capacidad pulmonar total y, de este modo, establecer una reserva de oxígeno
en los pulmones, la sangre y los tejidos del organismo que permita varios
minutos de apnea antes de que la saturación de la hemoglobina disminuya
a menos del 90%, evitando así la necesidad de la ventilación positiva previo
a la intubación. El principal reservorio esta representado por la capacidad
residual funcional que es de 30 ml/kg. Se debe considerar que los niños y
los pacientes con elevación del diafragma por cualquier causa (embarazo,
obesidad, aumento de la tensión intraabdominal), tienen menor capacidad
funcional residual, por lo que en ellos la preoxigenación será menos efectiva
y el tiempo de apnea estará reducido.
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PREMEDICACIÓN
FÁRMACO EFECTO
Lidocaína - Atenuación de la reactividad de la vía aérea y del *aumento de
1 mg/kg la presión intracraneana.
PARÁLISIS E INDUCCIÓN
En este caso se usa un agente inductor de acción rápida y corta para lograr
la pérdida de la conciencia inmediatamente, seguido de un bloqueador
neuromuscular, ambos en bolo, por lo que siempre se debe considerar
la eventual aparición de efectos adversos, principalmente hipotensión y
bradicardia.
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La elección específica del tipo de inductor va a estar determinada por
el escenario clínico (disponibilidad, diagnóstico del paciente, perfil
hemodinámico, estado neurológico, comorbilidades y alergias), siendo los
agentes sedantes más comunes: a) Barbitúricos (tiopental, cada día con
menor disponibilidad en el mercado), b) Opioides (fentanilo), c) Agentes
disociativos (ketamina), d) Benzodiacepinas (midazolam, lorazepam) y, e)
No barbitúricos (propofol, etomidato). Sus dosis ya han sido discutidas.
• Patología neuromuscular.
• Hiperkalemia documentada.
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PROTECCIÓN Y POSICIÓN
• C
onfirmación primaria: Con visualización del tubo endotraqueal
pasando por las cuerdas vocales, expansión de la pared torácica,
empañamiento del tubo endotraqueal y, lo más objetivo, auscultación
ambos campos pulmonares y epigastrio.
• C
onfirmación secundaria: A través de uso de medidores de CO2
cuantitativos (capnógrafos), que presentan una seguridad cercana al
100%.
69
MANEJO POSTINTUBACIÓN
70
CAPÍTULO 8:
ESQUEMAS Y ALGORITMOS DE MANEJO DE LA VÍA AÉREA
Las 7p de la intubación:
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Este algoritmo ejemplifica el manejo secuencial de un paciente que se
someterá a una intubación. Tenga en mente siempre ir un paso adelante en
el manejo del las 7p, con el fin de optimizar los tiempos, asignándole tareas
al personal que lo asistirá en el manejo:
• D
urante la preparación mientras evalúa al paciente, solicite al
personal el monitoreo y en la medida de cumplir tareas, inicie la
preparación del material y carga de drogas.
• D
urante la preoxigenación inicie la premedicación y solicite que
alguien se prepare para realizar la maniobra de Sellick, dicha persona
no podrá realizar otras acciones mientras este aplicando la maniobra.
•
En la etapa de posicionamiento del tubo solicite ayuda para la
colocación del fonendoscopio, y fijación del tubo.
• N
unca durante el proceso de intubación desatienda a su paciente
y de requerir sedo-analgesia, solicite la preparación de infusiones
de midazolam (60 mg en 250 cc de SF 0,9% y fentanilo 1 mg en 250
cc de SF 0,9%).
72
El objetivo de este algoritmo es la proposición de planes en caso de
enfrentarse a una vía aérea difícil anticipada; provee un manejo secuencial
en el cual la prioridad es oxigenar. Para lograr un enfrentamiento efectivo se
debe contar con la ayuda adecuada de expertos en el tema (anestesiologos
– emergenciólogos – cirujanos en caso de rescate quirúgico).
• M
antener la oxigenación es primordial; es un indicador de duracion
del procedimiento (no se puede perseverar con la maniobra en
hipoxia).
• E
s recomendable un maximo de solo 3 intentos de laringoscopia por
operador.
Plan B: es un intento por lograr una vía aérea con un dispositivo supraglótico.
El énfasis debe estar puesto en la oxigenación.
• E
s escencial reconocer que la intubacion falló y no empecinarse en
el procedimiento.
73
•
Recuerde que es ideal el uso de de mascaras laringeas de segunda
generación, si están disponibles; la máscara Fastrach puede
permitir una intubación posterior.
• A
l igual que en la intubación, se recomienda efectuar un máximo
de sólo 3 intentos.
• E
n la instalacion de mascaras laringeas no aplica la utilizacion de
compresión cricoidea (maniobra de Sellick).
• S
e intentará ventilar con el dispositivo bolsa-válvula-mascarilla, si es
posible manteniendo la compresión cricoídea (maniobra de Sellick).
•
Si se logra una adecuada oxigenación apoye al paciente y no
persista en el manejo.
• S
i no se logra oxigenar y existe posibilidad de una via aerea
quirúgica, declare al paciente no intubable / no ventilable y prosiga
a Plan D.
• S
i el paciente recuperó el tono o actividad muscular se recomienda
relajarlo nuevamente con una dosis inferior de bloqueador
neuromuscular, dependiendo del tiempo transcurrido.
• C
ontinúe, de ser posible, los intentos de ventilacion con cánula
nasal u orofaringea.
74
Plan D: es el rescate de la vía aérea de forma invasiva con un dispositivo
infraglótico o con cirugía. Se debe contar con un respaldo quirúrgico:
• E
ste acceso debe ser realizado por un especialista entrenado, ya
sea un cirujano o anestesiologo.
• L
a técnica de elección (traqueostomia o cricotiroidotomía)
dependerá del entrenamiento del especilista.
• S
iempre que se tenga una vía aerea difícil anticipada, debe tenerse
en mente un posible plan quiurgico, incluso en caso de aventurarse
en su manejo con un dispositivo infraglótico.
• P
ara optimizar el manejo, lo primero es, ante signos de dificultad
PEDIR AYUDA.
• E
n los planes A-B-C-D, el algoritmo sugiere un orden de acción que
podrían facilitar un desenlace exitoso.
75
Agradecimiento:
Se agradece a la empresa Reich por autorizar
la inclusión en este manual de imágenes provenientes de su equipo de
simulación ecográfica 3DSystems-Simbionix, Modelo US Mentor
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