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HACIA UNA EXPLICACIÓN COMUNICACIONAL DE LOS TRASTORNOS CONDUCTUALES:

LA TEORIA DEL DOBLE VÍNCULO DE BATESON

Ulises Cárdenas Hidalgo



Marcia Eglert Laporte
Universidad Austral de Chile, Valdivia
“Hemos perdido el núcleo del cristianismo.
Hemos perdido a Shiva, el bailarin del hinduismo,
cuya danza es, en un plano trivial, creación y destrucción, pero en el todo es belleza.
Hemos perdido a Abraxas, el terrible y hermoso dios del día y la noche en el gnosticismo.
Hemos perdido el totemismo, el sentido de un paralelismo entre la organización del hombre y la de los
animales y las plantas. Hemos perdido incluso a Dios agonizante”
(Gregory Bateson, Naturaleza y Espíritu: una necesaria unidad, 1979)

Consideraciones Generales:

La Teoría del Doble Vínculo fue diseñada por Gregory Bateson quién junto a D. Jackson, Jay
Halley y John H. Weakland formaban parte de la Escuela de Palo Alto, institución sanitaria
dependiente de la Dirección de Veteranos de Guerra, en California, San Francisco (Estados Unidos)
en donde se abocaron a realizar una serie de estudios psiquiátricos. Sin lugar a dudas Pasos hacia
una ecología de la Mente (o Espíritu)- publicado en 1972- constituye la obra maestra que sintetiza
la enorme experiencia que Bateson acumuló a lo largo de su existencia integrando una visión
profundamente humanista en la autocompresión del ser humano, sin dejar de considerar en ningún
caso los valiosos aportes provenientes de la antropología, la cibernética, la ecología , y en los
últimos años de su vida la etología y los sistemas de comunicación de los delfines.

Esta teoría tuvo como objetivo explicar el desorden esquizofrénico, una de las patologías mentales
más misteriosas, tanto en su etiología, sintomatología y tratamiento. Existen diversas teorías
respecto a esta condición mórbida, siendo las principales tendencias las siguientes:

a) Las teorías genéticas, que proponen que existe un único gen dominante de baja penetración.
No obstante esta explicación, que a veces cae en el determinismo, no excluiría a otros
catalizadores que puedan provocar la enfermedad tales como el medio ambiente.
b) Las teorías que postulan que esta enfermedad se debe a una infección viral ocurrida durante
el período de la gestación (Dr. Fuller Torrey).
c) Las teorías que visualizan esta enfermedad desde un ángulo muy distinto. En este grupo se
encontraría la teoría del doble vínculo, que no trata la enfermedad desde un punto de vista
genético, sino que le otorga un rol crucial a la comunicación desarrollada entre los seres
humanos.

La teoría del doble vínculo se basa en una parte de la teoría de las Comunicaciones, que B. Russell
denominó “La teoría de los tipos lógicos”. La tesis central de esta teoría plantea que existe una
discontinuidad entre una clase y sus miembros: “la clase no puede ser miembro de sí misma, ni uno
de los miembros puede ser la clase”.

El término que empleamos para una clase corresponde a un tipo lógico diferente que el término que
usamos para los miembros (estos implican diferentes niveles de abstracción). La idea central del
doble vínculo implica que aunque en la lógica formal se intenta mantener siempre esta

Trabajo de Investigación presentado a la Cátedra de Epistemología de las Ciencias Sociales. Universidad
Austral de Chile, Valdivia (1994).
discontinuidad, en la comunicación de carácter patológico ésta se quiebra. Los científicos creadores
de esta teoría plantean que inevitablemente se producirán alteraciones patológicas en el organismo
humano cuando se ha sido victima de ciertos patrones formales de esta quiebra en la relación
comunicacional Madre-Hijo. “Trataremos de demostrar que esta patología, en su forma extrema,
tendrá síntomas cuyas características formales llevaran a que la patología sea clasificada como
esuizofrenia” (Bateson).

En todas nuestras comunicaciones, las personas ponemos en juego distintos tipos lógicos. Ejemplo
de esto serían las metáforas, el juego, la simulación manipulativa de la amistosidad. Bateson hace
notar que entre los seres humanos la estructuración y la rotulación de mensajes llega a ser muy
compleja, pero esto se ve complicado más aún por el hecho de que nuestro lenguaje no ha
desarrollado los medios para establecer estas discriminaciones. Un ejemplo vital, con respecto a la
conjugación de los tipos lógicos vendría de un análisis de un nivel dentro del proceso de
aprendizaje. El nivel más simple de aprendizaje está ejemplificado por una situación en la que el
sujeto actúa adecuadamente ante una señal determinada. Por mucho tiempo los resultados arrojados
por experimentos de este tipo han sido vistos como la respuesta del sujeto experimental ante un
único mensaje de tipo superior emanado por el que enseña.

Pero ¿Hasta que punto el que aprende, aprendió lo que nosotros creemos haber enseñado?, o quizás,
¿Habrá aprendido gracias a otros factores contemplados implícitamente en nuestro proceso
comunicativo?.

Ejemplo: Un padre enseña a su hijo de un año (que esta aprendiendo a hablar) que no debe
acercarse a la estufa, diciéndole ¡No…eso quema! o ¡Te vas a quemar!. El niño manifiesta su
comprensión, evitando pasar cerca del aparato, esto favorece la confusión del padre, que cree que el
niño ha aprendido lo que el le enseño al hablar, siendo que éste ha aprendido otra cosa, sin entender
a cabalidad lo que se le ha dicho (Por ejemplo, el concepto quemar aún le es incomprensible). Ha
entendido que acercarse a la estufa implica el reto del padre; ha visto como la cara se le transforma,
como su voz se torna tensa y es en realidad la alteración del padre lo que quiere evitar.

No obstante un sujeto no sólo puede aprender sino que puede “aprender a aprender”. Este concepto
nos parece de vital importancia para entender el doble vínculo. En un principio Bateson acuño este
término denominándolo “Aprendizaje de segundo orden”, pero luego opina que habría sido mejor
hablar de “tritoaprendizaje”, traduciendo este término a “aprender a recibir señales”.

“Estos son los fenómenos que interesan al psiquiatra de manera preponderante, es decir, los
cambios por los cuales un individuo espera que el mundo este estructurado de una manera con
preferencia a otra. Son éstos los fenómenos que están por debajo de la “transferencia”, o sea, la
expectativa que tiene un paciente de que la relación con el terapeuta contendrá las mismas clases de
contextos de aprendizaje que el paciente encontró en su trato con los progenitores” (Bateson,
1991:233).

Aún no se ha precisado si los humanos tenemos la capacidad de hacer cambios sobre estas
estructuras mentales, hacer cambios sobre la forma en que el individuo aprendió a recibir señales.

Se ha dicho que el esquizofrénico es alguien que tiene debilitada la “función del yo”, y si
consideramos a ésta como “el proceso de discriminar modos comunicacionales, sea dentro de la
misma persona o entre la persona y otros” al esquizofrénico le es difícil moverse en tres áreas de
esta función, tiene dificultad para:
a) Asignar el modo comunicacional correcto a los mensajes que recibe de otros individuos.
b) Asignar el modo comunicacional correcto a los mensajes que profiere para sí mismo: sus
propios pensamientos, sensaciones y preceptos.
c) Asignar el modo comunicacional correcto a los mensajes que el mismo emite de manera no
verbal.

De lo anterior se deduce que los mensajes y pensamientos que los esquizofrénicos presentan una
estructura silogística aberrante (Enfoque de Von Domarus). En vez de estructuras que deriven del
silogismo en BARBARA, los esquizofrénicos usan silogismos distorsionados.
Ejemplo:
- Algunas mujeres son inteligentes
- Algunos hombres son inteligentes
De lo cuál el esquizofrénico concluye:
- Algunas mujeres son hombres

Según esta teoría el esquizofrénico emplea estructuras que identifican los predicados. A partir de
dos informaciones, que establecen una facultad común a dos miembros de dos clases diferentes, el
esquizofrénico identifica un predicado común a las dos clases. Considera que esta facultad permite
integrar a los miembros de dos clases distintas en una sola clase, así una clase se ve transformada en
miembro de otra, rompiendo de esta manera las reglas de la lógica formal. Como vemos en el
discurso del esquizofrénico abundan las metáforas, pero se trata de metáforas no rotuladas.

La teoría del doble vínculo apunta a la idea de que si el esquizofrénico es producto de la interacción
familiar, se podrían describir a priori las secuencias de experiencias que inducirían la
sintomatología de la esquizofrenia, tendríamos que buscar patrones secuenciales característicos. A
partir de estos éstos patrones el individuo habría aprendido los hábitos mentales, caracterizados por
la comunicación esquizofrénica, es decir, para tener efecto el doble vínculo debe desarrollarse en
forma reiterada a lo largo de la infancia, porque así el individuo (victima) lo internaliza de tal modo,
que aparecerá como expectativa normal ante toda relación comunicacional futura.

Para que se desarrolle un doble vínculo deben haber dos o más personas en juego. Generalmente se
asocia al doble vínculo una “madre-victimaria”que lo inflige, creemos que esto se debe
simplemente a razones culturales, al hecho de que la madre dedique más tiempo al hijo. Sin
embargo, debemos recalcar que para que una persona se transforme en “hacedora de doble
vínculos” debe acarrear consigo experiencias previas de este tipo. Se trata de personas que poseen
una gran influencia sobre la formación del sujeto-victima.

La estructura del doble vínculo se elabora mediante un mandato primario negativo unido a un
mandato secundario en conflicto con el primero, pero en un nivel más abstracto; ambos mandatos
son reforzados por señales que amenazan la supervivencia de la victima, luego viene un mandato
terciario, que en realidad no es más que el refuerzo de los dos mandatos en conflicto. Se podría
decir que esta prohibición última de retirada del juego a la “victima”, se manifiesta a veces,
agregando un mensaje amoroso que ata a la victima, ya que frecuentemente apela a la culpa o a la
destrucción de la confianza ante la posibilidad de encontrar amor o comprensión –nadie te querrá
nunca como yo te quiero-.

La situación familiar del esquizofrénico posee las siguientes características:


1.- Una madre cuyo hijo tiene un significado especial de hostilidad y angustia cuando se encuentra
en peligro de un contacto íntimo y prolongado.
2.- La madre adopta una conducta amorosa con el fin de no aceptar su soledad y su angustia, y para
persuadir al niño que le responda como a una madre amorosa y que se alejara de él si no lo hace.
3.- Falta de una persona en el núcleo familiar que medie entre las relaciones madre e hijo. Por
ejemplo la existencia del padre alivia al niño frente a las contradicciones. Para tal caso se requiere
un padre fuerte y comprensivo.

Para comprender la actitud de la madre frente al niño disponemos de dos órdenes de mensajes:
A) Conducta de retraimiento u hostilidad, que aflora con la presencia cercana del niño.
B) Conducta de amor simulado que surge cuando el niño responde a su conducta hostil.

En consecuencia, el niño frente a esta disyuntiva comunicacional se ve obligado a adoptar una


discriminación errada entre los distintos ordenes de mensaje, a fin de no contradecir a la madre, es
decir adoptar un tipo lógico cuando lo correcto sería adoptar otro tipo lógico que tiene relación
directa con la vivencia real. Para que el niño pueda sobrevivir, tiene que distorsionar todos los
mensajes, incluyendo sus mensajes internos y al mismo tiempo el de otros: “El niño es castigado
por discriminar correctamente lo que ella expresa, y es castigado por discriminar incorrectamente:
ya esta atrapado en un doble vínculo.”

Otro elemento que favorece el desarrollo del doble vínculo, como lo habíamos mencionado, es la no
existencia de un mediador como el padre, que tendría que ser lo suficientemente sólido para
reconocer la naturaleza de la madre. La única salida del niño es ésta; pero la madre no lo tolerará y
evitará que ocurra el contacto con otra persona ya que eso sería una clara acusación de que ella no
es afectuosa. Como resultado la madre distorsiona el empleo del nivel metacomunicativo, es más
“el niño crece sin adquirir pericia en su capacidad de comunicarse sobre la comunicación y, como
resultado tampoco puede determinar que es lo que otras personas quieren decir realmente, ni
expresar lo que él quiere realmente decir, cosa esencial para las comunicaciones y las relaciones
normales”.

Bateson plantea como hipótesis que una persona que haya pasado su vida apresada en un doble
vínculo experimentará un colapso en la capacidad de distinguir los tipos lógicos, cada vez que se
vea envuelto en una situación semejante. O sea, envuelto en una relación intensa, en la cuál las otras
personas expresan dos ordenes de mensajes contradictorios; y el individuo no puede formular una
enunciación metacomunicativa. Esto ocurre en la relación del pre-esquizofrénico y su madre, pero
también en las relaciones normales, y cuando esto suceda, el sujeto responderá defensivamente tal
como lo hacer un esquizofrénico. Responderá literalmente ante un enunciado metafórico, cuando se
siente atrapado ante mensajes contradictorios, sin poder aclarar estas contradicciones. El ejemplo
que usa Bateson es excelente al mencionar las cuidadosas réplicas literales de los testigos que
compadecen ante un tribunal. Ya hemos comentado que el discurso de los esquizofrénicos es rico
en metáforas ya que son éstas las salvavidas de él; éste confunde en momentos de presión sus
metáforas con expresiones literales, ya que es más seguro desplazarse primeramente al orden
metafórico, y si la situación ya es muy terrible desplazarse convirtiéndose en otra persona y
ocupando otro lugar, es tanta la impotencia que se siente un esquizofrénico ante una situación de
doble vínculo, que sólo puede huir de él huyendo así mismo de la realidad, ya que nunca podrá
encarar la situación.

Tras el colapso sicótico la victima seguirá un patrón sistemático relativo a la comunicación con los
otros. Incapacitado para comprender los mensajes de los otros, y los suyos propios, puede elegir
varias posibilidades, de las que son ejemplo:
a) Aceptar literalmente lo que se dice, aún cuando haya contradicción evidente entre mensaje
y metamensaje (discurso y actitud gestual), podrá descartar, por ejemplo, por medio de la
risa todas las señales metacomunicativas.
b) Buscar un significado oculto, que atente contra su seguridad en cada mensaje que reciba.
c) Aislarse descartando todo proceso comunicativo, concentrándose sólo en sus propios
procesos internos.

Estos procedimientos, descritos como hebefrénicos, paranoicos o catatónicos, pueden ser vistos
como actitudes defensivas de un individuo ante comunicaciones de tipo patológicas, son intentos
desesperados de escapar de la situación de doble vínculo.

CONCLUSIONES

Al estudiar la teoría del doble vínculo, nos sentimos muy impresionados constatando que esta
patología comunicacional la padece una significativa extensión de nuestra población. En nuestra
propia experiencia abundan los ejemplos de situaciones de esta índole. No hemos hecho estadísticas
pero hemos hablado con bastantes personas y ninguna ha manifestado haber estado libre de esta
situación, de manera permanente a lo largo de la vida. Esto se hace patente al mencionar una
situación cotidiana; existen maneras de decir que está institucionalizada en las maneras chilenas:
Ejemplo: Llegamos a nuestra casa, nuestra madre nos saluda amablemente, diciéndonos: ¿Porqué
no me haces un tecito, mijita?

La frase, que a nadie sorprende, no se caracteriza por ser traumática, sin embargo, su estructura es
aberrante y confusa, ya que implica una sanción extraña: se nos juzga al parecer por no haber
adivinado lo que la persona quería (el té). La construcción de la frase sería adecuada en caso de
haber reiterado una petición, sin recibir respuesta, no obstante, hay otro punto: las palabras se
dulcifican (tecito, mijita), contrarrestando el malestar que se nos ha provocado, con el recoveco.
¿ No sería más sencillo pedirle algo a alguien de manera directa?.

Esta forma de comunicarnos, tan común en nuestra sociedad refleja como se escogen
frecuentemente las formas más intrincadas para transmitir nuestros mensajes. Bateson denomina
“Esquizofrénicos Encubiertos” a los padres de los “esquizofrénicos patentes”. Nosotros tenemos la
impresión de vivir en una sociedad esquizofrénica encubierta, donde la hipocresía y el doble
Standard es permanente.

El fin último (no necesariamente consciente), del doble vínculo es la sofocación de la conciencia de
una persona por parte de otra, es la dominación completa de su acción e incluso de su pensamiento.
Es alarmante pensar que las personas han ideado formas tan refinadas de dañarse, incluso de
anularse. Debemos aspirar a lograr comunicarnos de forma limpia y directa para, en vez de
dañarnos, ayudarnos a conseguir y mantener la armonía en nuestras vidas.-

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