ganas aumentan con los días, convirtiendo al deseo en un loco desesperado, el palpitar del alma se come de ansias, el amor crece cada día en esta distancia, la lujuria se empapa al saber que pocos son los días que quedan para comernos a besos y la pasión que desbordamos en cada encuentro..., es igual que el infierno de dante y sus mil demonios dentro. Y todo eso es posible porque sabemos que la vida es hoy y cuando nos obsequia la hora de vernos nos devoramos en la carne hasta quedar extasiados, porque quizás, un mañana no exista.