Está en la página 1de 1

INSTITUTO SUPERIOR TECNOLOGICO ORIENTE

NOMBRE: Diana Ortiz


CURSO: Mecatrónica II
COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA

INFLUENCIA DEL LENGUAJE EN LA AUTOESTIMA.


La infancia es ese momento evolutivo en que las primeras experiencias asientan los
pilares de nuestra personalidad, de nuestra autoconfianza y autoconcepto. El lenguaje
de nuestros progenitores nos modela en un sentido u otro, dándonos seguridad o, por
el contrario, minando la autoestima o incluso fomentando la ira. Está claro que nadie
viene con un manual de instrucciones a este mundo, una guía que nos enseñe cómo ser
mejores personas o, aún más importante: ser padres o madres. Podemos esforzarnos
en dar lo mejor a nuestros hijos, en llevarlos a un buen colegio, pagarles actividades
extraescolares para ofrecerles la mejor formación… pero en ocasiones se nos escapan
pequeños detalles. Palabras. Gestos. Expresiones.
Algunos días la vida se siente perfecta, otros días simplemente no funciona
Lo bueno, lo malo, lo correcto, lo incorrecto, y todo lo que hay en el medio
Es una locura, increíble, podemos convertir un corazón a través de las palabras que
decimos Las montañas se desmoronan con cada sílaba, la esperanza puede vivir o morir
IMPORTANCIA DEL LENGUAJE QUE UTILIZAMOS
Cuando logramos utilizar o dar otra forma a nuestros mensajes, la idea que tenemos y
lo que pensamos sobre ello puede cambiar completamente.
Ayudar a crear una buena autoestima Si lo que pensamos influye directamente en lo que
hacemos, el lenguaje cobra un papel clave en el proceso de desarrollo de los
sentimientos. Cuántas veces a lo largo del día nos descubrimos juzgando nuestras
acciones o las acciones de los demás con adjetivos peyorativos o despectivos, o
halagadores y positivos. En función de cuáles empleemos, nos sentiremos y sentiremos
al otro de un modo u otro. La frase automática que sale de muchas cabezas o bocas al
hacer algo erróneamente es “qué tonto/a soy”. Al hacer eso, la persona se está juzgando
a nivel global y no sólo a nivel parcial, no teniendo en cuenta sólo la acción que acaba
de hacer. Por otro lado, al juzgar de manera global y decirse este tipo de frases, se auto
etiqueta con una cualidad peyorativa. Repetirse una y otra vez esto cada vez que se
comete una equivocación o algo sale mal, acaba por minar la autoestima de la persona,
pues nuestra realidad es la que nosotros creamos, la que nos creemos.

También podría gustarte