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Semiautomática
Jorge Álvarez López. Enfermero. Master en Urgencias, Emergencias y Críticos.
Profesor en el Dpto. de Enfermería de la Universidad de Cádiz. Instructor en SVA.
Servicio de Urgencias del Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid
1. Parada Cardiorrespiratoria:
Normalmente las paradas cardíacas y respiratorias suelen estar provocadas por causas
diversas. El cese de cualquiera de ellas de manera independiente suele acarrear
inexorablemente la detención de la otra, es por ello, por lo que en el momento de la
asistencia se suele tratar como una entidad única denominada PCR.
La parada del corazón hace que la respiración se vaya lentificando poco a poco
para acabar deteniéndose del todo al cabo de 30-60 segundos.
2. Resucitación Cardiopulmonar:
La mayoría de las PCR en el adulto son de origen cardíaco. Las provocadas por
enfermedades cardíacas presentan, en un 80%, una ateroesclerosis coronaria como
desencadenante principal de ésta seguida de miocardiopatías y alteraciones
electrofisiológicas como segunda y tercera causa respectivamente de alteraciones
relacionadas con la muerte súbita. Sin embargo, existen otros tipos de enfermedades que
pueden provocar una PCR en pocos minutos y hacer que se confunda en los primeros
momentos con una muerte súbita de origen cardiológico. Algunas enfermedades
neurológicas, pulmonares y traumáticas se encuentran estrechamente relacionadas con
la muerte súbita de origen desconocido.
3. La cadena de supervivencia
Las maniobras de RCP se deben iniciar sin demora alguna en el momento que se
identifica el paro cardíaco y se avisa a los sistemas de emergencia. La RCP básica
llevada a cabo por un primer interviniente es crucial para la supervivencia de la persona
que sufre un paro cardíaco, ya que existen multitud de estudios que han demostrado que
la mortalidad de la parada cardiorrespiratoria aumenta si la RCP básica no ha sido
iniciada por los testigos que se encuentran en el lugar del incidente.
3.3.Desfibrilación temprana:
En la mayoría de las paradas cardíacas, la primera causa que provoca dicho paro es un
trastorno eléctrico cardíaco denominado Fibrilación Ventricular (FV). El único
tratamiento efectivo para este tipo de arritmia cardíaca es la desfibrilación eléctrica
aplicada con un desfibrilador. El ILCOR recomienda que este tratamiento eléctrico sea
ejecutado antes de los 5 primeros minutos en el medio extrahospitalario y de 3 ± 1
minutos en el entorno hospitalario, desde el momento que se detecta el paro cardíaco.
En la actualidad, el desarrollo tecnológico del desfibrilador externo semiautomático
(DESA) ha posibilitado la opción de aplicar esta técnica de forma sencilla y segura por
personal no relacionado con la sanidad, tan solo con un entrenamiento básico en el cual
se debe seguir unas directrices ya elaboradas que entran dentro del conjunto de
maniobras que conforman la RCP básica/instrumentalizada. Este tercer punto de la
cadena de supervivencia no debe menoscabar la importancia de las maniobras de RCP
básica, sino ser complementarias a través de los protocolos ya existentes.
Los resultados obtenidos a raíz de las maniobras de soporte vital básico junto a la
terapia eléctrica aplicada con un DESA, deben asociarse a las técnicas y cuidados
llevados a cabo por unidades de soporte vital avanzado. Este cuarto eslabón de la
cadena lleva consigo el manejo avanzado durante la RCP (administración de fármacos,
manejo de la vía aérea avanzada, identificación de las causas que han provocado el paro
cardíaco, etc.) y la estabilización del paciente, poniendo en marcha las medidas
necesarias que permitan su recuperación y su traslado hacia una unidad de cuidados
intensivos en la que pueda beneficiarse de los cuidados post resucitación.
Este eslabón de la cadena que ha sido incluido en las recomendaciones de ILCOR 2010
como entidad independiente, tiene como objetivo mejorar la supervivencia de las
víctimas del paro cardíaco. Las bases de estos cuidados post resucitación deben incluir
soporte neurológico, cardiopulmonar, intervención coronaria percutánea e hipotermia
terapéutica, todo ello llevado a cabo dentro de unidades de cuidados intensivos
compuestas por un equipo de profesionales con carácter multidisciplinar y que a su vez
disponga de una estructura que permita aplicar estos cuidados de forma adecuada.
4. Indicaciones y cese de la RCP
Las maniobras de resucitación están indicadas en toda PCR, por ende, no necesita del
consentimiento explícito del paciente. Sin embargo, existen ciertas situaciones en las
que estaría contraindicada:
Por otro lado, existen situaciones que hacen que se aplique el cese de las maniobras:
- Cuando una vez empezada la RCP, aparezcan datos acerca de la voluntad del
paciente y/o se tenga conocimiento de la existencia de una enfermedad terminal
avanzada.
Ésta valoración está constituida por tres puntos que deben ser correctamente evaluados,
dándoles si fuese necesario, solución a aquellas que pudieran llegar a comprometer la
vida del paciente. Debido a la importancia que conlleva esta valoración, la aplicación
debe ser realizada de forma rápida y secuencial, teniendo en cuenta que no se debe
pasar al siguiente punto sin tener solventado el anterior.
La valoración del nivel de consciencia debe ser el primer paso en la valoración primaria
del paciente. Una persona consciente ofrece una información somera pero muy útil, ya
que indica que éste posee respiración y pulso.
El estado de consciencia del paciente puede variar en mayor o menor grado. Para ello,
podemos utilizar la escala AVDN (Alerta, Verbal, Dolor, No responde) con el fin de
determinar el nivel de consciencia del paciente y la capacidad de respuesta ante
estímulos externos. Esta escala, permite de forma rápida y sencilla, clasificar el estado
de consciencia del paciente en cuatro niveles;
B - Breathing - Respiración
C- Circulation - Circulation
Para ello se ha de colocar una mano en la frente y empujar con la palma de manera que
la cabeza se incline hacia atrás, los dedos de la otra mano, colocados en el mentón,
deben ayudar a realizar este movimiento. Es importante tener asegurado este punto para
poder pasar al siguiente, ya que si la vía aérea no está permeable no será posible valorar
la respiración del paciente de manera adecuada.
La maniobra frente-mentón consiste en realizar una
hiperextensión del cuello, con el fin de evitar que la base de
la lengua caiga hacia atrás y termine obstruyendo la vía
aérea.
La secuencia recomendada debe ser iniciada por compresiones torácicas, apertura de vía
aérea y ventilaciones (siglas CAB en inglés. “Compression, Airway, Breathing”) y
siguiendo una relación de 30 compresiones por 2 ventilaciones (30:2).
Para la ejecución de la maniobra del masaje cardíaco han de seguirse una serie de pasos:
- El paciente ha de estar sobre una superficie dura y firme, y colocado en posición
de decúbito supino con el tórax descubierto.
- Arrodillarse junto al paciente a la altura del tórax, a una distancia que permita
realizar el masaje cardiaco y las ventilaciones sin tener que desplazarse.
- El punto de colocación de las manos debe ser en el centro del tórax, en el segundo
tercio del esternón del paciente, trazando imaginariamente una línea
intermamaria y una línea esternal.
Durante las insuflaciones artificiales (boca a boca) se deberá tener en cuenta ciertos
puntos:
- Tapar los orificios nasales para evitar la pérdida de aire, ya que la orofarínge y
nasofarínge están comunicadas entre sí.
El DESA puede ser utilizado por cualquier persona (incluso personal no sanitario) con
conocimientos específicos junto a las maniobras de RCP. La importancia de estos
equipos cobra especial importancia a nivel extrahospitalario, ya que es allí donde
pueden ser utilizados por la población entrenada en este campo, con el fin de minimizar
el tiempo PCR-Desfibrilación.
El DESA debe ser un aliado en las maniobras de RCP. La unión entre ambas hace que la
mortalidad disminuya considerablemente cuanto antes se empiece a realizar. La
secuencia de actuación de RCP cuando se dispone de un DESA es la siguiente:
3. Colocar los parches del DESA en el torso desnudo del paciente (debajo de la
clavícula derecha “vértex” y en el costado izquierdo “ápex”, aproximadamente a
10 cm por debajo de la axila). O en posición anteroposterior del torso del
paciente.
EUROPEAN
RESUSCITATION
COUNCIL
Si no responde
Abra la vía aérea y compruebe la respiración
Si no respira normalmente
Si respira normalmente
o no respira
Llame al 112; encuentre y traiga un DEA
Comience inmediatamente *
la RCP Colóquelo en posición
de recuperación
Coloque sus manos en el centro del pecho
Dé 30 compresiones torácicas: t Llame al 112
t Continúe valorando que la respiración
t Comprima firmemente al menos 5 cm de profun-
se mantiene normal
didad a una frecuencia de al menos 100/min
t Selle sus labios alrededor de la boca
t Sople firmemente hasta que el pecho se eleve
t Dé la siguiente respiración cuando el pecho baje
t Continúe la RCP
RCP 30:2
Si la víctima comienza a despertarse: se mueve, abre los ojos y respira normalmente, detenga la RCP.
Si permanece inconsciente, colóquelo en la posición de recuperación*.
- Secar el tórax del paciente si éste presenta humedad (sudor, agua) para evitar la
conductividad eléctrica a través de ella.
Indicaciones
Contraindicaciones
Técnica de colocación
En primer lugar se debe asegurar que la cavidad bucal esté libre de secreciones, sangre
o vómitos, aspirándola si fuera necesario. Seguidamente se deberá medir la cánula para
evitar problemas derivados de utilizar un número mayor o menor al indicado. Se inserta
haciendo una rotación previa de 180º, y una vez dentro, cuando el extremo distal
alcance el paladar duro, se rotara nuevamente consiguiendo así su alineación con la
faringe y la sujeción de la lengua.
Complicaciones
El aspirador de secreciones forma parte del equipo de electromedicina que tiene como
finalidad la succión de secreciones, sangre, vómitos o cualquier otra sustancia que
pueda provocar la obstrucción de de la vía aérea.
Indicaciones
- Aspiración de sustancias tales como, contenido gástrico, sangre, etc., con el fin
de permeabilizar la vía aérea superior y asegurar una buena ventilación.
Procedimiento
Introducir la sonda por la boca o nariz sin aspiración, una vez dentro de la cavidad, se
debe aspirar intermitente a la vez que se va sacando. Se ha de retirar la sonda con un
movimiento rotatorio. En la aspiración por boca, es importante aspirar en los laterales
de la cánula orofaríngea. Se realizará la maniobra tantas veces como sea necesario,
debiéndose limpiar la sonda y tubo aspirando agua. La técnica no debe durar más de 15
segundos.
Complicaciones
Procedimiento
Es aconsejable que la técnica sea realizada por personal adiestrado en el uso del balón
de reanimación. El reanimador se colocará a nivel de la cabeza del paciente sujetando la
mascarilla firmemente con la mano izquierda, utilizando la maniobra conocida como “C
y E”, haciendo alusión a la forma que adopta los dedos durante la técnica. Con la mano
derecha se sujeta y comprime el balón, debiéndose observar la correcta expansión
torácica. Se ha de procurar el buen sellado de la boca-nariz con la mascarilla facial a la
vez que se mantiene la hiperextensión del cuello (siempre que no exista sospecha de
traumatismo cervical) durante las ventilaciones.
La frecuencia respiratoria que se debe mantener en un adulto es de aproximadamente de
1 cada 5 segundos en casos de parada respiratoria, de 2 respiraciones después de las 30
compresiones torácicas en las PCR y de aproximadamente 1 respiración cada 8
segundos en pacientes con PCR que posean un tubo endotraqueal (TET) ya que en estos
pacientes, un aumento de la frecuencia respiratoria aumentaría la presión intratorácica
dificultando el retorno venoso a la Cava durante las maniobras de reanimación.
Complicaciones
Definición
Factores predisponentes
El tratamiento se verá influenciado según el grado de oclusión de la vía aérea y del nivel
de conciencia del paciente. Lo dividiremos en tres categorías:
En la obstrucción total, se puede observar que la víctima se lleva las manos al cuello
(signo universal de asfixia), acompañado de otros signos como la incapacidad de hablar
o toser y un aumento considerable del nerviosismo. El reanimador se debe colocar por
detrás y ligeramente al lado del paciente, se le inclina hacia delante y con una mano en
el pecho del paciente para sujetarle, se dará hasta 5 golpes interescapulares. Estos
golpes deberán ser ejecutados con el talón de la palma de la mano, de forma seca, fuerte
y con decisión. Si resulta efectivo, parar la acción. Si resulta inefectivo se deberá
realizar la maniobra de Heimlich.
La maniobra de Heimlich consiste en ejercer una fuerza sobre el abdomen del paciente
que provoca una hiperpresión de esta zona, provocando el aumento de presión torácica
y secundariamente, la salida del cuerpo extraño desde el interior del paciente. Esta
técnica se aplicará a todo paciente adulto consciente con obstrucción total de la vía
aérea seguidamente después de realizarle 5 golpes interescapulares inefectivos. Para
llevarla a cabo, el reanimador se colocará detrás del paciente, haciendo que éste se
incline hacia delante y rodeando con los brazos su abdomen. El punto de compresión se
halla aproximadamente cuatro dedos por encima del ombligo, por debajo de la apófisis
xifoides, en la zona epigástrica. La mano dominante de la persona que ejecuta la técnica
se coloca en forma de puño, con el pulgar en el interior y cara al abdomen del paciente.
La mano no dominante recubre el exterior del puño. En esta posición se ejerce una
fuerza en dirección hacia dentro y hacia arriba del paciente en un solo movimiento. Con
cada compresión se debe estar atento a la salida del cuerpo extraño y al nivel de
conciencia del paciente. Realizar 5 compresiones abdominales alternándolas con 5
golpes interescapulares hasta que el paciente expulse el cuerpo extraño o caiga
inconsciente.
Se debe valorar la salida del cuerpo extraño y alertar cualquier signo de respuesta vital
del paciente. Se recomienda hacer la secuencia de ventilación con el objetivo de
resolver temporalmente la oclusión de una forma selectiva. Es decir, arrastrar el cuerpo
extraño hasta uno de los bronquios (generalmente el derecho) para que se permita así la
ventilación del otro pulmón.
Tras la maniobra de Heimlich, pueden existir problemas de baja frecuencia
como son: rotura gástrica, neumomediastino, desgarro mesentérico, perforación
esofágica, rotura diafragmática y trombosis aguda de un aneurisma aórtico
abdominal. Es recomendable trasladar al paciente a un centro sanitario para