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Los “mercados” no quieren más recortes, lo que quieren es putearnos más

Como saben mis amables lectores, estamos metidos en una crisis económica
mundial producida por una banda de delincuentes que manejan el dinero del
mundo (o sea, el nuestro) con la complicidad de los políticos que nos
pastorean. Los políticos les permiten hacer lo que quieran en vez de meterlos
en la cárcel, porque los delincuentes les pagan los gastos a sus partidos y,
cuando toca alternancia y pierden lo que antiguamente se llamaba la poltrona,
los contratan a ellos para sus consejos de administración.

Mientras tanto, los ciudadanos conscientes, indignados, exigen


responsabilidades en los bares porque los árbitros perjudican a su equipo de
fútbol, se echan –imparables- a la calle para mostrar su adhesión a los colores
cuando ganan la copa o la liga, se manifiestan contra el matrimonio
homosexual, sacan adelante con profunda conciencia democrática medidas
contra las corridas de toros y, en general, babean de ira ante el televisor
cuando salen los políticos de la tribu enemiga.

El caso es que como, en lugar de meter a los delincuentes en la cárcel, los


gobiernos se gastaron un huevo de miles de millones (de nuestro dinero) en
ayudarles a tapar los agujeros que ellos mismos habían producido en sus
bancos (que también funcionan con nuestro dinero), ahora, los mismos
delincuentes (que, para esta función se llaman a sí mismos “mercados”) dicen
que los gobiernos no saben hacer otra cosa que despilfarrar y que ahora les
toca apretarse el cinturón (o sea, apretárnoslo a nosotros que, al fin y al cabo,
somos los que pagamos su fiesta), porque después de haberles salvado el
culo las arcas públicas se quedaron tiritando.

Como los políticos están a sueldo de los delincuentes (o esperan estarlo), en


lugar de –como sería lo normal- descojonarse de risa y decir: vamos a ver,
como os hemos salvado el culo con la pasta de los ciudadanos, resulta que
ahora vamos a controlar nosotros vuestros chiringuitos y lo primero que va a
haber es una limpia que te cagas: De momento, tú, tú, tú y tú, al talego. Lo de
los bonus y demás, se acabó hasta nueva orden, lo de las prejubilaciones a
los 50 con cargo al bolsillo de los ciudadanos mientras tenéis unos beneficios
del copón, se acabó también. Y, a ver, a pagar impuestos y, esos hedge
founds y esos mercadillos de futuros, a regular… En lugar de hacer lo que
cualquier persona normal, como por ejemplo los islandeses, consideraría que
es lo lógico, los políticos, como al fin y al cabo sólo están ahí para llevarse las
hostias en lugar de los delincuentes y regalarles los impuestos que pagamos
nosotros, pues se pusieron firmes y dijeron:

-- Si Sahib.

Así que, para que los delincuentes mercados estén tranquilos, los políticos
nos aprietan el cinturón y reducen gastos suntuarios, por ejemplo, elevando la
edad de jubilación y, lo que es mejor, aumentando el número de años que hay
que cotizar para tener derecho al 100% de la pensión; o bajando el sueldo a
los empleados públicos, que ya se sabe que no sirven para nada y que

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además pretenden cobrar sueldos de mil euros, los tíos parásitos; o haciendo
pagar a la gente por esa asistencia sanitaria que el Estado les regala (¡ni que
la sanidad se pagara con los impuestos!) Es que la gente se acostumbra a
que las cosas sean gratis y luego no tienen valores ni nada.

Esas medidas están muy bien, porque así la gente volverá a la cultura del
esfuerzo y a tener valores y dejarán de hacer el vago cobrando el paro. Pero
no son suficientes y está cantado que, ya, va a haber que recortar más aún
los gastos, que parece que los mercaderes no han ganado aún suficiente
dinero extorsionando a los estados ricos más débiles y por eso Zapatero no
quiere que le saquen una foto con Papandreu o Socrates..

Así que yo propongo algunos sitios donde recortar gastos:

1.- Pago de licencias de Microsoft por el software de las Administraciones


públicas e instalación de dicho software en los ordenadores de los
funcionarios por empresas como Dell o El Corte Inglés. (12 millones de euros
en dos años y pico sólo en la Comunidad de Madrid, sólo en 2008, más de 9
millones). Todos sabemos que se puede hacer lo mismo o mejor con software
libre y que la instalación y mantenimiento los pueden hacer los funcionarios
que cobran su sueldo todos los meses para eso, pero, claro, eso de ir de
baratillo es de comunidades subdesarrolladas, como Andalucía o
Extremadura.

2.- Externalización de servicios públicos: La Administración paga su sueldo


todos los meses a un montón de funcionarios especialistas en cualquier cosa
que se os ocurra, desde informáticos y abogados a arquitectos o ingenieros.
Pero, como es sabido que los funcionarios son unos inútiles y unos vagos, es
mucho más moderno y eficaz, aparte de pagar los sueldos a esa gente,
contratar para hacer su trabajo a empresas privadas que, como cobran de la
Administración, hacen el mismo trabajo por cinco o diez veces el precio que
cobrarían a otra empresa privada. ¿Quién va a redactar un proyecto de Ley
mejor que el despacho de abogados de un diputado que además fue ministro?
¿Quién va a gestionar un hospital público mejor que una multinacional que
cobra por hacer lo mismo que antes hacían los funcionarios (que siguen
cobrando su sueldo) sin que costara un duro de más?

3.- Gasto solidario con la construcción: No hablo ya de las obras de la M-30,


que son muy complicadas, pero no tenéis más que daros una vuelta por ahí y
ver esos carteles de propaganda electoral que ponen al lado de las obras y
que dicen (por ejemplo): Nuevo centro de mayores de Brutomonte de arriba.
Plazo de ejecución …. (18 meses) Presupuesto: 987.786’13 €. Somos
españoles y, por tanto, todos conocemos a alguien de la constru que nos
puede decir que esa casita tarda en hacerse cuatro o cinco meses como
mucho, y hacerla vale 200.000 €. Suprimir ese gasto y pagar las obras
públicas al mismo precio que las pagaría una empresa privada sería una falta
de solidaridad con las empresas de la construcción, que tan mal lo están
pasando, pero, sobre todo, esos 700.000 euros que nos roban se pagan de
más permiten que los partidos puedan vivir con dignidad sin tener que
subirnos los impuestos y que los concejales redondeen un poco sus sueldos,

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que hay pueblos que ni cobran, hombre. La verdad es que si consiguiéramos
calcular el robo sobrecoste de todas las obras públicas solamente desde que
llegó la crisis veríamos que el total daría para unos cuantos apaños.

4.- Subvenciones a ricos que hablan bien del gobierno de turno. Además de
mejorar la marca España, regalar nuestro dinero a según qué ricos, por
ejemplo, cocineros estrella, o arquitectos estrella, permite mantener la calma
en las Cortes y sacar adelante los presupuestos y esas cosas. Pero mejor
dejarlo para los emiratos del Golfo.

Estas son algunas ideas. Hay muchas otras disponibles, como que en las
oficinas de la Administración se usen los bolis más baratos y no Faber-Castell;
que se elimine el papel cuché y la impresión en colorines del universo
administrativo, que se cumpla la obligación de hacer fotocopias por las dos
caras (o no hacerlas en absoluto), que se reduzca la nómina mensual en
proporción a las faltas de asistencia al trabajo sin justificar… ¡Hay tantas!

Pero, lo que de verdad daría buenos resultados para ahorrar, pero ahorrar de
verdad, sería:

a) Prohibir a los jueces dar conferencias, impartir cursos o dirigir


publicaciones, que al final siempre están relacionadas con alguna empresa
propiedad de los delincuentes, que para eso cobran ya un buen sueldo.

b) Una vez hecho esto, empezar a aplicar el Código Penal, empezando por
artículos como éste:

Artículo 439

La autoridad o funcionario público que, debiendo


intervenir por razón de su cargo en cualquier
clase de contrato, asunto, operación o
actividad, se aproveche de tal circunstancia
para forzar o facilitarse cualquier forma de
participación, directa o por persona
interpuesta, en tales negocios o actuaciones,
incurrirá en la pena de prisión de seis meses a
dos años, multa de doce a veinticuatro meses e
inhabilitación especial para empleo o cargo
público por tiempo de uno a cuatro años.

y, sobre todo, éste:

Artículo 436

La autoridad o funcionario público que,


interviniendo por razón de su cargo en
cualesquiera de los actos de las modalidades de
contratación pública o en liquidaciones de
efectos o haberes públicos, se concertara con
los interesados o usase de cualquier otro

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artificio para defraudar a cualquier ente
público, incurrirá en las penas de prisión de
uno a tres años e inhabilitación especial para
empleo o cargo público por tiempo de seis a diez
años. Al particular que se haya concertado con
la autoridad o funcionario público se le
impondrá la misma pena de prisión que a éstos,
así como la de inhabilitación para obtener
subvenciones y ayudas públicas, para contratar
con entes, organismos o entidades que formen
parte del sector público y para gozar de
beneficios o incentivos fiscales y de la
Seguridad Social por un tiempo de dos a cinco
años

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