El 22 de diciembre de 2005, la Administración del Presidente
George W. Bush emitió el Informe Interagencial en torno al status de Puerto Rico. El mismo coincide con muchos de los planteamientos esbozados por el sector autonomista dentro del PPD. Los diez aspectos más importantes del informe y que son relevantes a ideal autonomista son los siguientes: Primero, aunque la relación establecida en 1952 se denomina “Estado Libre Asociado”, dicho término para efectos de la Constitución de los Estados Unidos es el de territorio. Por lo tanto, el Estado Libre Asociado de 1952 está sujeto a la autoridad del Congreso bajo la cláusula territorial de la Constitución de los Estados Unidos. Segundo, al presente el Congreso podría continuar con la relación establecida en 1952 como podría revisar o inclusive revocar dicha relación en cualquier momento. Tercero, los reclamos de algunos sectores y líderes estadolibristas que han propuesto un “Nuevo Estado Libre Asociado” con carácter autónomo y no territorial, cuyo pacto no pueda ser alterado sin el consentimiento mutuo de los Estados Unidos y Puerto Rico fueron claramente rechazados. Sostiene el informe que la Constitución de los Estados Unidos no permite dicho acuerdo. Bajo la soberanía de los Estados Unidos se es un estado o un territorio. Cuarto, cualquier relación de Estado Libre Asociado será entendida como una de dos alternativas o como una entidad política bajo la soberanía de los Estados Unidos, es decir, un territorio o como un país asociado con los Estados Unidos, es decir, la libre asociación. Quinto, para propósitos de la Administración Bush, Puerto Rico es un territorio no incorporado, lo que significa que no existe una intención del gobierno federal de convertirlo en un estado de la Unión. Sexto, el informe califica equivocadamente la libre asociación como un modelo de independencia pero la distingue de la independencia tradicional al destacar que mediante la libre asociación se mantienen lazos estrechos con los Estados Unidos ya que éste último continuará proveyendo a Puerto Rico seguridad, defensa, asistencia económica y algunos servicios que provee el gobierno federal. Séptimo, bajo la libre asociación, los ciudadanos del Estado Asociado continuarían con libre acceso a los Estados Unidos en calidad de no inmigrantes con posibilidad de establecer allí su residencia y trabajo. Octavo, aclara el informe, que aunque los tratados de libre asociación no requieren cláusulas de consentimiento mutuo para dar por terminada la relación, en la práctica los tratados de asociación que han sido negociados por los Estados Unidos con los Estados Asociados del Pacífico, proveen para la terminación unilateral por cualquiera de las partes. Noveno, el informe señala que entre las opciones constitucionales disponibles, la libre asociación parece ser la más parecida a las propuestas de desarrollo de los defensores del Estado Libre Asociado mejorado. Décimo, el informe abre la posibilidad de negociar la ciudadanía americana bajo la libre asociación cuando sostiene que si Puerto Rico se convierte en una nación soberana aquellos cuya ciudadanía americana haya sido obtenida por ley podrían perder la misma a menos que el Congreso legisle una política distinta o negocie la permanencia como parte del tratado de asociación. Para el autonomismo puertorriqueño ha llegado la hora de la verdad. Las alternativas son claras y sencillas: territorio o libre asociación.