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COGNICION SOCIAL Y SOLEDAD

Si la depresión es el resfriado común de los trastornos psicológicos, la soledad


es el dolor de cabeza. La soledad, crónica o temporal, es una dolorosa
conciencia de que nuestras relaciones son menos numerosas o significativas de
lo que esperamos. Jenny de Jong-Gierveld (1987) observó en un estudio sobre
adultos holandeses que las personas solteras y desvinculadas son las que con
mayor probabilidad se sienten solas. Esto le llevó a especular que el énfasis
moderno en la autorrealización individual y la depreciación del matrimonio y de
la vida familiar pueden ser una “provocación a la soledad” (lo mismo que una
provocación a la depresión). La movilidad relacionada con el trabajo contribuye
también a menos familias de larga duración y menos vínculos sociales, y a un
aumento de la soledad.
Sin embargo la soledad puede no coincidir con estar solos. Uno puede sentirse
solo en medio de una fiesta. Y uno puede estar totalmente aislado (como yo lo
estoy al escribir estas líneas en el aislamiento de una torreta de oficinas en una
universidad británica, a 5,000 millas de mi casa) sin sentirme solo. Sentirse solo
es sentirse excluido de un grupo, no querido por aquellos que te rodean, incapaz
de compartir tus preocupaciones privadas, o diferente o alineado de los que
están a tu alrededor.
Como los deprimidos, las personas crónicamente solas parecen verse cogidas en
un círculo vicioso de cogniciones sociales y conductas sociales autoderrotadotas.
Tienen algo del estilo explicativo negativo del deprimido; perciben sus
interacciones como algo que provoca una pobre impresión en los demás, se
culpan a sí mismas por sus pobres relaciones y ven la mayor parte de las cosas
como algo que está fuera de su control. Más aún, perciben a los demás de forma
negativa. Cuándo se les empareja con un extraño del mismo género o con un
estudiante de primero como compañero de habitación, los sujetos que se
sienten solos es más probable que perciban negativamente a los demás. Según
se ve a continuación la soledad, la depresión y la timidez a veces se
retroalimentan.

Timide
z

Soleda
d

Depresió
n

Estas visiones negativas pueden al mismo tiempo reflejar y colorear la


experiencia de la persona solitaria. Creer en su inhabilidad social y sentirse
pesimista sobre los demás inhibe a las personas solitarias para actuar y reducir
su soledad. Los solitarios con frecuencia tienen dificultad en presentarse, hacer
llamadas telefónicas y participar en grupos. Siendo lentos en abrirse, desdeñan
a aquellos que se abren demasiado y demasiado pronto. Al hablar con un
extraño, dedican más tiempo hablando de sí mismos y muestran menos interés
en sus compañeros de conversación que las personas no solitarias. Después de
tales conversaciones, el recientemente conocido con frecuencia termina con
impresiones más negativa de la persona solitaria.

Extraído de:
Exploraciones de la Psicología Social. Myers, David. Mc Graw Hill.
España, 2004.

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