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Dº ADMINISTRATIVO II PRÁCTICA III

1. Indique los trámites a seguir por la Administración durante la fase de instrucción


del expediente.

Atendiendo a que nos encontramos ante un supuesto de reclamación por responsabilidad patrimonial de la
Administración Pública, tal y como dispone el artículo 142.3 LRJPAC, debemos remitirnos al RD
429/1993 por el cual se establece un reglamentariamente un procedimiento general concreto para dicho
supuesto.

En dicho procedimiento general la fase de instrucción constará:

2. En la fase de instrucción, ¿hay algún informe con carácter preceptivo en las


reclamaciones patrimoniales?

Si, estableciendo el artículo 10.1 del RD 429/1993 que: “[…] En todo caso, se solicitará informe al
servicio cuyo funcionamiento haya ocasionado la presunta lesión indemnizable”.

3. Si el procedimiento se tramita ante la Administración General del Estado y la


indemnización asciende a 8000 euros, ¿es procedente dictamen del Consejo de
Estado? ¿en qué supuesto sería preceptivo el informe del Consejo Jurídico
Consultivo de la Comunidad Valenciana?

Al respecto de ambas preguntas, se debe reseñar con carácter general la remisión establecida en el
artículo 12.1 del RD 429/1993 el cual dispone que: “[…] el órgano instructor propondrá que se recabe,
cuando sea preceptivo a tenor de lo establecido en la Ley Orgánica del Consejo de Estado, el dictamen
de este órgano consultivo o, en su caso, del órgano consultivo de la Comunidad Autónoma. […]”.

En lo referente al primer supuesto, podemos concluir que no es preceptivo el dictamen dado que no
supera el límite mínimo establecido en 50000 euros, remitiéndonos al apartado 3 del artículo 142 de la
Ley 30/92 que ha sido modificado por la Disposición final cuadragésima de la Ley 2/2011, de 4 de marzo,
de Economía Sostenible, por el cual se establece que: “Para la determinación de la responsabilidad
patrimonial se establecerá reglamentariamente un procedimiento general con inclusión de un
procedimiento abreviado para los supuestos en que concurran las condiciones previstas en el artículo
143 de esta Ley. En el procedimiento general será preceptivo el dictamen del Consejo de Estado o, en su
caso, del órgano consultivo de la Comunidad Autónoma cuando las indemnizaciones reclamadas sean de
cuantía igual o superior a 50.000 € o a la que se establezca en la correspondiente legislación
autonómica”.

En lo referente al segundo supuesto, podemos concluir que si que es preceptivo el dictamen con la
peculiaridad del establecimiento de una cuantía mínima de 3000 euros, remitiéndonos al artículo 10 de la
Ley 10/1994, de 19 de diciembre, de la Generalitat, de Creación del Consell Jurídic Consultiu de la
Comunitat Valenciana, por el cual se establecen los casos en los que debe ser preceptivamente
consultado, siendo destacable para el presente su aparatado 8 a) el cual dispone que: “Los expedientes
que versen sobre las siguientes materias: Reclamaciones de cuantía superior a 3.000 euros que, en
concepto de indemnización por daños y perjuicios, se formulen a La Generalitat, a las Corporaciones
Locales, a las Universidades públicas y a las demás entidades de derecho público.”

4. Buscar la STS de 15 de febrero del 2011 sobre responsabilidad patrimonial


sanitaria y resumir la misma en referencia al cómputo de los plazos y
determinación de los días.
Dº ADMINISTRATIVO II PRÁCTICA III

SENTENCIA

En la Villa de Madrid, a quince de Febrero de dos mil once.

VISTO por la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo el recurso
de casación interpuesto por Cecilia , representada por la Procuradora de los Tribunales Dª Raquel Nieto
Bolaño, contra sentencia de la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal
Superior de Justicia de Castilla y León, con sede en Valladolid, de fecha 29 de octubre de 2008 ( JUR
2009, 227983) , sobre Reclamación de Responsabilidad Patrimonial derivada de la defectuosa atención
sanitaria y a la que imputa la pérdida, por amputación de su extremidad inferior izquierda.

Se han personado en este recurso, como parte recurrida la ADMINISTRACIÓN DE LA COMUNIDAD


AUTÓNOMA DE CASTILLA Y LEÓN, representada y dirigida por el Letrado de sus Servicios Jurídicos.

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO

En el recurso contencioso-administrativo número 2695/2003 la Sección Tercera de la Sala de lo


Contencioso- Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, con sede en Valladolid,
en fecha 29 de octubre de 2008 ( JUR 2009, 227983) , dictó sentencia cuyo fallo es del siguiente tenor
literal: " FALLAMOS : Que desestimamos la demanda presentada por el Procurador de los Tribunales don
José Miguel Ramos Polo, en la representación procesal que tiene acreditada en autos contra la
desestimación por silencio administrativo de la reclamación por responsabilidad patrimonial derivada de
defectuosa atención sanitaria, por no ser la misma contraria a derecho en los términos que se han
estudiado en este proceso. Todo ello, sin hacer especial condena en las costas del proceso a ninguno de
los interesados".

SEGUNDO

Contra dicha sentencia ha preparado recurso de casación la representación procesal de Dª Cecilia ,


interponiéndolo en base a los siguientes motivos de casación:

Primero.- Al amparo del artículo 88.1.d) de la Ley de la Jurisdicción , por infracción de las normas del
ordenamiento jurídico o de la jurisprudencia que fueran aplicables para resolver las cuestiones de objeto,
al infringir la sentencia recurrida los artículos 142.5 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, y 4.2 inciso 2º del
Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo , por el que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de
las Administraciones Públicas en materia de Responsabilidad Patrimonial.

Segundo.- Bajo el mismo amparo procesal, por infracción de los artículos 24 y 106.2 de la Constitución
Española.

Y termina suplicando a la Sala que "...acuerde casar y anular la referida Sentencia por no estar ajustada a
Derecho dictando otra en su lugar por la que se reconozca el derecho de la recurrente a ser indemnizada
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por los daños y perjuicios ocasionados y valorados en concepto de Responsabilidad Patrimonial de la


Consejería de Sanidad y Bienestar Social (SACYL)".

TERCERO

La representación procesal de la ADMINISTRACIÓN DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CASTILLA Y


LEÓN se opuso al recurso de casación interpuesto de contrario y suplica en su escrito a la Sala que "...lo
desestime confirmando la resolución impugnada, y subsidiariamente, de considerar que la reclamación
fue presentada dentro de plazo, se desestime igualmente por no concurrir los presupuestos necesarios
que hacen nacer la responsabilidad patrimonial de la Administración, en ambos casos con imposición de
costas a la parte recurrente".

CUARTO

Mediante providencia de fecha 10 de enero de 2011 se señaló el presente recurso para votación y fallo el
día 1 de febrero del mismo año, en cuya fecha han tenido lugar dichos actos procesales.

Siendo Ponente el Excmo. Sr. D. Segundo Menendez Perez, Magistrado de la Sala.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO

La claridad con que la Sala de instancia describe el objeto del proceso y las razones de su decisión,
aconsejan transcribir, ante todo, los fundamentos de derecho primero y segundo de su sentencia. Dicen
así:

"I.- Impugna la demandante la desestimación por silencio administrativo de la reclamación por


responsabilidad patrimonial derivada de la que estima fue una defectuosa atención sanitaria en relación
con su persona y a la que imputa la pérdida, por amputación, de su extremidad inferior izquierda. La
administración demandada se opone a las pretensiones de la actora y aduce para ello la prescripción de
la acción y la inexistencia de responsabilidad en su actuar.

II.- Como se acaba de recoger, la primera de las alegaciones que hace la parte demandada para
oponerse a las pretensiones de la actora es la de la prescripción de la acción de reclamación de
responsabilidad patrimonial, al estimar que desde que se produjo el hecho perjudicial del que aquélla
dimanaría, la amputación de su extremidad, hasta que se hizo la reclamación en vía administrativa, ha
transcurrido en exceso el plazo que para el ejercicio de la acción establece el ordenamiento vigente.
Frente a cuya alegación, recogida clara y patentemente en su escrito de contestación a la demanda, la
demandante no ha hecho alegación alguna, ni solicitado práctica de prueba que le afecte o pueda
desvirtuar dicha alegación.

Ha de acogerse, de acuerdo con lo prevenido en los artículos 142.5 de la Ley 30/1.992, de 26 de


noviembre ( RCL 1992, 2512, 2775 y RCL 1993, 246) , del Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común y 4.2 del Real Decreto 429/1.993, de 26 de marzo
( RCL 1993, 1394) , por el que se aprueba el Reglamento de los procedimientos en materia de
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Responsabilidad de las Administraciones Públicas, en relación con los más generales artículos 1.936 y
1.961 del Código Civil ( LEG 1889, 27) , en tanto en cuanto que, desde que tuvo lugar la intervención
quirúrgica de la que derivó la amputación de la extremidad inferior y, más propiamente, desde que se
obtuvo el alta hospitalaria derivada de esa operación, en el mes de noviembre del año dos mil, hasta que
se hizo la reclamación en vía administrativa, en el mes de marzo del año dos mil dos, transcurrió en
exceso el año que se establece en los preceptos antes reseñados para poder haber reclamado la
reparación inherente a la responsabilidad patrimonial que se reclama ahora en este proceso contencioso-
administrativo, lo que lleva consigo la extinción de la acción ejercitada lo que impide, en cualquier caso su
estimación en el caso de autos".

SEGUNDO

Frente a esa sentencia formula la parte actora dos motivos de casación, ambos al amparo del art. 88.1.d)
de la Ley de la Jurisdicción ( RCL 1998, 1741) .

A) El primero , denuncia la infracción de los artículos 142.5 de la Ley 30/1992 y 4.2, inciso 2º , del Real
Decreto 429/1993 , razonando, en síntesis, lo siguiente:

La reclamación de responsabilidad patrimonial se presentó el 22 de enero de dos mil dos.

El dictamen de la Comisión Permanente del Consejo de Estado expresa que (y trascribimos a


continuación lo que la parte escribe): " El Informe médico evacuado el 23 de enero de 2001 por el Servicio
de Traumatología y Ortopedia del Hospital Universitario de Valladolid (folio 161)... Habiéndose obtenido
constancia de la presencia de hongos mediante cultivo, se decide realizar la amputación del muslo
izquierdo que se realiza el 11 de octubre de 2000. El 3 de noviembre de 2000 fue dada de alta por
mejoría. En fecha del Informe estaba pendiente de la adaptación de una prótesis de miembro inferior
izquierdo ".

Por tanto, si la reclamación previa administrativa se inicia por escrito presentado el día 22 de enero de
2002 y en fecha 23 de enero de 2001 la paciente estaba pendiente de la adaptación de una prótesis de
miembro inferior izquierdo, la reclamación se hizo dentro del plazo de un año desde la curación o la
determinación del alcance de las secuelas, dada la posibilidad o no de adaptación de la paciente a la
colocación de una prótesis.

En la reclamación efectuada por la interesada el 22 de enero de 2002, en su alegación cuarta, declara


estar acudiendo a rehabilitación, sin que se pueda precisar aún las secuelas finales a consecuencia de la
negligencia médica sufrida.

En la Propuesta de Resolución se reconoce que la reclamación se formula dentro de plazo, pues " Según
informe de 23-01-01 (pág. 161) la paciente está a esa fecha pendiente de adaptación de una prótesis de
miembro inferior izquierdo, por lo que no existe aún estabilización de las secuelas. La reclamación es de
22-01-02 ".

Lo mismo se lee en la Propuesta de Orden de la Consejería de Sanidad por la que se resuelve la


reclamación de responsabilidad patrimonial.
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Además, es de tener en cuenta que la pericia médica del Dr. Carlos María , que determinó los efectos
definitivos del daño ocasionado, se realizó el 15 de enero de 2003.

Asimismo, según la jurisprudencia, el "dies a quo" será aquel en que se conozcan definitivamente los
efectos del quebranto. Según ella, el principio de la "actio nata" significa que el cómputo del plazo para
ejercitar la acción sólo puede comenzar cuando ello es posible y es así cuando se unen los dos
elementos del concepto de lesión, es decir, el daño y la comprobación de su ilegitimidad. Y

B) El segundo , denuncia la vulneración de los artículos 24 y 106.2 de la CE ( RCL 1978, 2836) , pues la
sentencia recurrida comete un error patente al apreciar la prescripción.

TERCERO

Debemos dejar de lado por irrelevante el error en que incurre la sentencia recurrida al entender que la
reclamación se presentó en marzo de 2002, pues si su razonamiento toma como día inicial para el
cómputo del plazo anual de prescripción uno del mes de noviembre de 2000, no queda afectado ni
invalidado por el hecho de que aquella reclamación se presentara, como así fue, el día 22 de enero de
2002.

CUARTO

Aquellos artículos 142.5 de la Ley 30/1992 y 4.2, inciso 2º , del Reglamento de los procedimientos de las
Administraciones públicas en materia de responsabilidad patrimonial, aprobado por el art. único del Real
Decreto 429/1993 , ambos del mismo tenor literal, en el que ordenan que en un caso como el de autos el
plazo de prescripción empezará a computarse desde " la determinación del alcance de las secuelas ", no
son los que han podido ser infringidos por la Sala de instancia, a la que bien pudo la parte actora aportar
en su escrito de conclusiones los argumentos que ahora y aquí trae a colación por vez primera.

En efecto, nuestra jurisprudencia, de la que son muestra entre otras muchas las sentencias de 5 ( RJ
2000, 8621) , 19 ( RJ 2000, 8637) y 31 de octubre de 2000 ( RJ 2000, 9384) , 20 de febrero de 2001 ,
25 y 29 de junio , 10 de octubre ( RJ 2002, 9805) y 29 de noviembre de 2002 , 11 de mayo y 13 de
octubre de 2004 ( RJ 2004, 6744) , 28 de febrero y 21 de junio de 2007 , 18 y 29 de enero y 1 de
diciembre de 2008 ( RJ 2008, 7024) y 14 de julio de 2009 ( RJ 2010, 567) , distingue entre daños
continuados , que no permiten conocer aún los efectos definitivos del quebranto y en los que, por tanto, el
"dies a quo" de aquel plazo será aquél en que ese conocimiento se alcance; y daños permanentes , que
se refieren, por el contrario, a lesiones irreversibles e incurables, aunque no intratables, cuyas
consecuencias resultan previsibles en su evolución y en su determinación, siendo, así, cuantificables, de
suerte que los tratamientos paliativos ulteriores, encaminados a obtener una mejor calidad de vida, o a
evitar eventuales complicaciones en la salud, o a obstaculizar la progresión de la enfermedad, no enervan
la realidad de que el daño ya se manifestó con todo su alcance.

En este sentido y de modo bien expresivo y escueto, se lee en la citada sentencia de 28 de Febrero de
2.007 ( RJ 2007, 3678) que " El día a quo para el ejercicio de la acción de responsabilidad por disposición
legal ha de ser aquél en que se conozcan definitivamente los efectos del quebranto o aquél en que se
objetivan las lesiones con el alcance definitivo de secuelas, y una vez establecido dicho alcance definitivo
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de la enfermedad y sus secuelas, los tratamientos posteriores encaminados a obtener una mejor calidad
de vida o a evitar ulteriores complicaciones en la salud del paciente o la progresión de la enfermedad, no
enervan la situación objetiva en que la lesión, enfermedad o secuela consisten ".

La sentencia también citada de 21 de junio ( RJ 2007, 6013) del mismo año expresa que en los
razonamientos de la jurisprudencia a la que nos referimos " se pone de relieve que sucesivos tratamientos
rehabilitadores, que efectivamente sirven para mejorar el "modus operandi" del paciente que los recibe,
no interrumpen el cómputo del plazo de prescripción en aquellos supuestos en que se conocen
definitivamente los efectos del quebranto en que la lesión, enfermedad o secuela consisten ". Añadiendo
después que " sin que tal y como hemos expuesto siguiendo la jurisprudencia citada de esta Sala, pueda
ser relevante el tratamiento rehabilitador para tratamiento ortoprotésico al que la misma alude, destinado
a mejorar sus condiciones físicas, para enervar el plazo de prescripción de la acción ".

En fin, singularmente significativa de que daños como los contemplados en este proceso han de merecer
la calificación de permanentes, es la interpretación que la sentencia de 1 de diciembre de 2008 ( RJ 2008,
7024) hace de la de 21 de junio de 2007 ( RJ 2007, 6013) . Y también lo es la de fecha 10 de marzo de
2005 ( RJ 2005, 3619) , que termina su extenso y detallado análisis del caso que enjuició afirmando que "
las lesiones producidas a la recurrente en orden a los daños de la extremidad inferior derecha estaban
perfectamente definidas en el momento en que se produjo la amputación y, en cualquier caso, el 5 de
febrero de 1.986 cuando se hablaba ya de necesarias intervenciones quirúrgicas por virtud del
crecimiento óseo interno después de la amputación para proceder a adaptar el muñón resultante del
traumatismo del tercio inferior de la pierna derecha ".

QUINTO

En consecuencia, y aplicando la jurisprudencia de la que hemos dado cuenta, a esa calificación de daño
permanente y a su derivación de que el "dies a quo" del plazo de prescripción lo es en el caso de autos
uno del mes de noviembre de 2000, tal y como apreció la Sala de instancia, no se opone el informe de 23
de enero de 2001, en el que se fijan el dictamen del Consejo de Estado, las propuestas a las que alude el
motivo de casación y este mismo, pues lo que en él se dice es sólo y literalmente que " En la actualidad
está pendiente de la adaptación de una prótesis de miembro inferior izquierdo ". Es decir, de un
tratamiento ya previsible desde la misma amputación y de resultados, de uno u otro signo, igualmente
previsibles y susceptibles de perfecta cuantificación para la ciencia médica y los expertos en valoración
del daño corporal. Y no se opone, con mayor razón aún, si nada se alega acerca de que en esa
adaptación entonces pendiente surgieran complicaciones, ni menos que lo fueran de carácter anómalo e
imprevisible, que crearan un daño añadido no determinable desde la fecha en que la paciente recibió el
alta tras aquella intervención quirúrgica.

Tampoco es obstáculo a aquella calificación y a su derivación el hecho de que la actora estuviera


acudiendo a rehabilitación, tal y como resulta con total nitidez de la citada jurisprudencia.

Ni lo es, en fin, la fecha, 15 de enero de 2003, del Informe Médico del Dr. Licenciado en Medicina y
Cirugía y Especialista Universitario en Valoración del Daño Corporal, a que también y por último se refiere
el motivo de casación, pues en ese informe nada se dice, ni nada se deduce, acerca de que la
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determinación del alcance de las secuelas lo fuera en alguna fecha posterior a la del alta tras la citada
intervención quirúrgica.

SEXTO

La desestimación del primer motivo lleva ya consigo, con toda lógica, la del segundo.

SÉPTIMO

La desestimación de los motivos de casación alegados comporta la declaración de no haber lugar al


recurso interpuesto y la imposición de las costas procesales a la parte recurrente, según establece el
artículo 139.2 de la Ley Jurisdiccional, si bien, como permite el apartado tercero del mismo precepto,
procede limitar su cuantía, por el concepto de honorarios de Abogado de la parte recurrida, a la cifra de
tres mil euros, dada la actividad desplegada por aquél al oponerse al indicado recurso.

Por lo expuesto, en nombre de su Majestad el Rey, y en ejercicio de la potestad de juzgar que emanada
del pueblo español, nos confiere la Constitución,

FALLAMOS

NO HA LUGAR al recurso de casación que la representación procesal de Doña Cecilia interpone contra
la sentencia de fecha 29 de octubre de 2008 ( JUR 2009, 227983) , dictada por la Sección Tercera de la
Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, con sede en
Valladolid, en el recurso número 2695/2003 . Con imposición a la parte recurrente de las costas de este
recurso de casación, con el límite fijado en el fundamento de derecho séptimo de esta sentencia.

Así por esta nuestra sentencia, que deberá insertarse por el Consejo General del Poder Judicial en la
publicación oficial de jurisprudencia de este Tribunal Supremo, definitivamente juzgando lo pronunciamos,
mandamos y firmamos . PUBLICACIÓN.- Leída y publicada ha sido la anterior sentencia por el
Magistrado Ponente de esta Sala Excmo. Sr. D. Segundo Menendez Perez, todo lo cual yo el Secretario,
certifico.

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