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iRemezon! on regocijo inocul- ( table, la prensa y la radio colombianas comenzaron a ha- Dlar, desde hace al- iin tiempo, de una seria divisién enlas filas del Partido Comunista, Sefialando mentiras y verdades, exageraciones deliberadas y afir- maciones sin fundamento, se tra- taba de “celebrar” la llegada de ientos de la Perestroika. Asi, dividiendo las informaciones pa- ra la opinién publica entre bue- nos (perestroikos) y malos (“or- todoxos”), la rr turo, su democracia interna, el papel que debe jugar en las difi- ciles circunstancias que vive el pais, Reconocidos sectores, enca- bezados por Jaramillo Ossa— y desde la Unién Patristica, por su ex-presidente Diego Montafia Cuéllar— eran partidarios de las “vias democraticas”, la confronta- cién “civilizada” e institucional y el rechazo a la via armada como camino hacia la toma del poder, Y aunque el PC habia renunciado a ella como principal via, desde tempo atrds, su XV congreso rei- terd la necesidad de “combinar todas las formas de lucha”, _ Las banderas de la “democra- cia” y Ta “paz”, enarboladas pot aac Pu virtiéndose en discurso perma- nente el de la desmovilizacién del movimiento insurgente, como re- quisito para lograr la tan anhela- da paz. Con miras a “una salida politica al conflicto”, planteaba como condicién las negociacio- nes entre la guerrilla y el gobier no. Con més de mil doloroses muertes en el territorio nacic incluida la del propio Jaramillo Osa, podria suponerse la radica- de los sectores que PIO” Pero no era el PC la tinica fuer- za politica que afrontaba crisis, Igual acontecfa con el conjunto de las organizaciones de izquier- da, Indiscutiblemente, el proble- made laluchaarmadanoha sido el eje de las discrepan- cias. Otros elementos estan en juego: la real y clara marginali- dad de la izquierda en el llamado movimiento de masas, su earen- cia de alternativas y pro- puestas frente alasituacién del pueblo colombiano; su falta de fuerza y convocatoria pa- ra jalonar procesos de organi- zacién y movilizacién de los sectores populares; su propia cultura politica que, entre otras cosas, aisla a esta mi- litancia del lenguaje, los va- lores y la cultura popular; la dilucién del individuo en el colec- tivo politico y su conversién pau- latina en una ficha que cumple orientaciones... Estos elementos, sin duda, se reflejaron también en las lama- das organizaciones de masas, igualmente en crisis. En ellas, las dificultades aumentaban | con la permanente pugna en- tre las fuerzas politicas, cuyo objetivo era conducir y, en al- gunos casos, hegemonizar sus Procesos. El nuevo | de una vieja practic: | no ha surtido los efectos | esperados y el rechazo a presa la noticia de la conforma- cién de un nuevo movimiento po- itico, encabezado por los secto- res de Jaramill En realidad, no era para menos tamafia sorpresa. La conforma- cién de un nuevo bloque politico, «,..la contr ca esta tocando fondo. N s6lo es el reconocimiento que métodos y estilos de di- | receién, que resultan as- ites tanto para la militantes al cual se sumaban tradicionales sectores de la izquierda y movi- mientos de “tercera via’, eran no- ticia importante para’ la prensa burguesa, por lo que se supone otro sintoma mas del “derrumbe” del socialismo a nivel internacio- nal ahora en cabeza del comunis- mo criollo. Noticia para explotar, sin duda. Dificilmente, dada la mencionada marginalidad de la izquierda, podia conocerse que este reagrupamiento se perfilaba, con cierta claridad, desde tiempo atrds. Yes que parece ser que, ahora si, la controversia politica esté tocando fondo. No sdlo es el conocimiento de una vieja prdcti- ca que no ha surtido los efectos esperados y el rechazo a métodos y estilos de direccién, que resul tan asfixiantes tanto para la mis- tica de los militantes de izquierda como para las organizaciones po- pulares; lo que esta en juego es lo que tradicionalmente la izquier- da ha denominado “el proyecto estratégico”: la construccién de la utopia, el suefio del socialismo. El nuevo movimiento politico, en general, apunta a la concerta- cién, la salvacién y la convivencia nacional. Su lectura de la realidad del pais es otra, ciertamente. De- saparecidos de su lenguaje y con- cepcion fendmenos como la lucha de clases, la explotacién capitalis- ta, la necesidad de agudizar la crisis del sistema, existen en su seno fuerzas que confluyen sobre Ta base de un claro arrepenti- miento desu pasado revoluciona- tio, ofreciendo como salida alian- 2as més sdlidas con sectores de la AR ell cién, el fortalecimiento de la burguesfa y el reflujo del mo- vimiento popular y ante el su- puesto “desprestigio del mo- vimiento insurgente”, se ges- tan las ideas de la construc- cién de un amplio movimien- to de centro, que juegue un papel “similar al del PT brasi- lero”, jalonando millones de millones en el “libre juego de- mocrdtico”. Movimiento en el que caben desde sectores pro- gresistas de la burguesia, pa- sando por los sin partido y llegan- doa la izquierda. Con algunas corrientes de cla- ro perfil social-demécrata, con fuerzas como el M-19, Colombia Unida, Inconformes de Narifio, Frente Amplio del Magdalena Medio, los desprendimientos del PC y la UP, el Frente Popular y otros, ciertamente se trata de un movimiento unitario de tercera via, Ain cuando pretende ser una sola organizacién, no un Frente, es probable que hacia el futuro surjan tendencias en su seno, con el 4nimo de incidir en la conduc- cién del movimiento segin su propia interpretacién de la reali- dad y las salidas que ofrezca para el pats. Este pluralismo, sin embargo, no se brinda a las organizaciones de izquierda que no han manifes- tado interés por ingresar a él, a Jas que tacitamente se les exigirfa wuierda que no ingresan n, Geran vélidas las salts Te nuevo movimiento oftece al py blo, sin que esto tenga nada que ver con la lucha armada. gu otras cosas, porque la existense del movimiento insurgente nog pende de las declaraciones pei, fas ni de unos ni de otros, El abierto rechazo del nuevo movimiento politico a la lucha armada, por otra parte, no los aleja de la mira de los sectores de la ultraderecha, aquellos que, ng obstante el discurso cooptable de Jaramillo Ossa, lo asesinaron, En realidad, esfuerzos como este ya fueron emprendidos en el pasado. Cabria analizar qué pasé alli, en aquellos movimientos que decidieron hacer tabla rasa de la historia y plantearon ser, ahora si, la via salvadora. Ciertamente, hay que cambiar muchas cosas. Nadie desconoce la necesidad de un replantea- miento en la prdctica politica, en las formas de insercién y relacion con los movimientos sociales y poblacién en general, bebiendo ena fuente de la cultura popular y ejerciendo democracia auténti- ca en el seno de las organizacio- nes politicas, El nuevo movimiento es, sin duda, una alternativa. Pero no la tinica. No se pone en duda la urgencia de un movimiento am Plio, de masas, que no pasa nece- Sariamente por el centro. Una al- ternativa capaz de dar respuesta a las profundas necesidades del Movimiento popular, a sus ex: Bencias de participacién y dec: si6n en diversos dmbitos, a derecho de ejercer poder pleno,

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