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SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Julia Elizabeth Cornejo Gallardo
Acción de libertad
Expediente: 21982-2017-44-AL
Departamento: La Paz
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El 2007, ingresó a trabajar a la carrera militar de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) y
fue destinado al “Reg. Esc. PM. 1 Saavedra” en el cuartel general, demostrando
en los estudios y en la instrucción la debida disciplina, subordinación y
responsabilidad propia de la carrera castrense.
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realizado; pese a que dicha Jefatura de Departamento I, tenía conocimiento de la
Sentencia absolutoria que determinó su incapacidad mental.
I.1.3. Petitorio
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La parte accionante, reiteró de manera íntegra el contenido de su memorial y
ampliándolo advirtió las ilegalidades cometidas, en el siguiente orden: 1) El
Tribunal de Personal del Ejército no comunicó oportunamente al Departamento I,
sobre la situación que atravesaba, incumpliendo el deber que impone su
Reglamento, de velar por la seguridad y estabilidad de los miembros de las
FF.AA.; no analizó adecuadamente su situación, para determinar si se encontraba
en reserva activa o pasiva; resolvió el retiro obligatorio pese a su discapacidad
mental; no lo notificó debidamente en su domicilio con la Resolución 130/2016 ni
a su madre, considerando su estado de incapacidad e interdicción; 2) El Tribunal
Permanente de Justicia Militar, por haber dispuesto la retención de haberes
mediante Auto de 11 de julio de 2014, vulneró lo establecido en el art. 48 de la
CPE, relativo a la inembargabilidad de los sueldos y “…85 par.2…” (sic) de la
LOFA, respecto al goce de haberes; no comunicaron al Departamento I sobre la
situación de enfermedad que padecía, incumpliendo el art. 114 de la referida Ley;
tampoco practicó correctamente la notificación personal; 3) El Tribunal Supremo
debió reparar los errores cometidos por el Tribunal Permanente, respecto a la
retención de haberes y la omisión de figurar en la letra D; 4) El Departamento I,
incumplió en designarlo con la letra D, como correspondía al no ser miembro
activo de las FF.AA., dispuso un destino temporal, pese a conocer su incapacidad
que data desde el 2008; no informó su situación al Regimiento de la Policia Militar
Saavedra; iniciando un procedimiento ficticio que lo perjudicó, ya que al
responder sobre la restitución de haberes, indicó que tiene un proceso que debe
estar ejecutoriado para poder devolver los mismos, amparándose en la SC
0809/2006-R de 17 de agosto que trata sobre una persona normal, sin tomar en
cuenta los informes médicos que certifican el diagnostico de esquizofrenia
paranoide que padece; y, 5) El Ministro de Defensa, hizo prevalecer la vulneración
de derechos, avalando la retención de haberes; debiendo recordar al Tribunal
Permanente de Justicia Militar que ésta era ilegal.
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interpretando favorablemente y determinando que la madre del demandante de
tutela se apersone con la designación de curadora, pero no lo presentó; iii)
Cuando el trámite se hallaba ante el Tribunal Permanente de Justicia Militar no se
efectuaron las observaciones a la falta de notificación u otras al debido proceso ni
solicitó complementación y enmienda a la determinación de dejar sin efecto la
restricción al pago de sus haberes; tampoco se hizo el reclamo al Ministerio de
Defensa; y, iv) El 7 de noviembre de 2016, se presentó solicitud de sentencia
especial de rehabilitación, misma que debió ser interpuesta ante el Tribunal
Permanente de Justicia Militar, quien a su vez debió remitir al Comando.
I.2.3. Resolución
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El Tribunal de Sentencia Penal Cuarto de la Capital del departamento de La Paz,
constituido en Tribunal de garantías, por Resolución 192/2017 de 24 de
noviembre, cursante de fs. 324 a 329, denegó la tutela solicitada sobre la base
de los siguientes argumentos: i) Tratándose de la procedencia de la acción de
libertad con relación al debido proceso, debe entenderse que la inobservancia a
éste, tiene que ser la causa principal para la afectación del bien jurídico libertad;
y, ii) No se agotaron las instancias o vías legales administrativas, tomando en
cuenta que existe una resolución pendiente, referida a una solicitud de
reconsideración de la decisión respecto al retiro obligatorio del impetrante de
tutela.
II. CONCLUSIONES
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averiguaciones y búsqueda al citado Subteniente no fue habido
desconociendo su paradero, se determina que las causas por las que falta
a su fuente laboral son por razones estrictamente personales, decidiendo
no retornar a la institución…” (sic) (fs. 12 a 16). Se tiene recurso de
reconsideración a la Resolución 130/2016, solicitando dejarla sin efecto
(fs. 240 a 242).
II.4. La Secretaría General del Tribunal de Personal del Ejército certifica que el
demandante de tutela, presentó su recurso de reconsideración el 12 de
septiembre de 2017, el cual se encuentra pendiente de resolución, para su
posterior notificación legal al procesado (fs. 244).
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junio de 2017 suscrito por la Psiquiatra del Hospital Militar Central, quien
diagnosticó al impetrante de tutela esquizofrenia paranoide (fs. 53).
El accionante denuncia que el 2008 sufrió una violenta golpiza durante sus
servicios en la Policía Militar de La Paz, por lo que tuvo que ser internado en
varias oportunidades, por disfunciones psicológicas y mentales debidamente
certificadas, que le impidieron continuar con sus labores profesionales; así, en
junio de 2013, se le instauró un proceso sumario informativo militar por el delito
de incumplimiento de cambio de destino, del que derivó la Sentencia 31/2016,
que declaró su absolución; lo que le permitió acogerse al servicio pasivo,
percibiendo el 100% de sus haberes, hasta alcanzar los años necesarios para
tener derecho a una renta de jubilación; pese a ello, el Tribunal Permanente de
Justicia Militar, por Auto de 11 de julio de 2014, solicitó al Ministerio de Defensa la
retención de sus haberes. Por otro lado, en septiembre de 2017, se le notificó con
la Resolución 130/2016, emitida por el Tribunal de Personal del Ejército, que
determinó su retiro obligatorio del mismo; vulnerando con ello, sus derechos a la
libertad de trabajo y estabilidad laboral, procediéndose a un despido injustificado;
por lo que, solicita que se conceda la tutela impetrada y se ordene: a) Dejar sin
efecto la Resolución del Tribunal de Personal del Ejército 130/2016; en
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consecuencia, se ordene su inmediata reincorporación como miembro de las
FF.AA.; b) La restitución inmediata de sus haberes desde el momento en que se
le privó de ellos y sus derechos laborales, beneficios sociales y otros; c) Que
figure en las listas del personal de las FF.AA. como discapacitado mental; se
recomiende a todas sus dependencias, el procesamiento de los funcionarios que
cometieron la lesión de sus derechos; se prevenga a todas las dependencias, el
cese de las amenazas presentes y/o futuras que atenten contra sus derechos, así
como nuevos procesos por la misma causa, retiros de la institución armada o el
menoscabo de estos y otras facultades; y, d) La reparación de los daños
económicos, psicológicos y otros, que las transgresiones sufridas le ocasionaron
hasta la fecha.
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Se tiene el siguiente desarrollo jurisprudencial: a) La SC 0128/2011-R de 21 de febrero, en el Fundamento Jurídico
III.3 establece subreglas para la presentación oral de la acción de libertad, conforme a lo siguiente:
“El secretario o actuario del juzgado o tribunal donde se sorteó la acción de libertad, deberá sentar en acta la demanda verbal
de la acción de libertad, haciendo una relación del lugar, hechos, fechas, nombres, cargos, derechos lesionados, petitorio y
demás datos que pudiere dar y/o identificar en ese momento. No obstante, en caso de que el accionante no proporcione los
datos necesarios, debe labrarse el acta con los datos que se tengan, así sean mínimos.
A cuyo efecto anualmente, se abrirá un `Libro de presentación oral de Acción de Libertad´, y que en cada acta constará el
lugar, fecha y hora, como también el nombre y la firma del presentante, si lo hace por sí, o por otro con o sin mandato.
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prácticas; ii) La flexibilización en los requisitos para presentar la
demanda2, que alcanza a la revisión de otros hechos por conexitud3; iii)
La posibilidad de modificar o ampliar los derechos denunciados, siempre
que tengan semejanza con el hecho inicialmente demandado 4; iv) La
flexibilización de la prueba y aplicación del principio de veracidad5; v)
La subsanación de los aspectos de derecho6; y, vi) La citación en forma
personal, por cédula o vía fax a la autoridad demandada 7. A esta última
Asimismo, al momento de la citación a la persona, autoridad o funcionario demandado, se le entregará una copia del acta; o,
en su defecto se le hará constar que la acción tutelar fue presentada en forma oral, cuyo registro cursa en el respectivo Libro d el
juzgado o tribunal de garantías”.
b) La SCP 0023/2012 de 16 de marzo, en el Fundamento Jurídico III.1, complementó dicho razonamiento indicando
que para la presentación oral de una acción de libertad, en mérito al principio de informalismo, debe observarse, entre otras , las
siguientes reglas: 1) En provincias, debe ser presentado ante el juez o tribunal en materia penal, debiendo el secretario plasmar
los datos esenciales en un acta a efectos de la notificación; 2) En capitales de departamento, en ventanilla o su equivalente,
instancia que deberá registrar la acción para efectos de sorteo; una vez sorteado, el o la accionante debe dirigirse al juzgado o
tribunal que conocerá la causa para que se plasme en acta su denuncia, a efectos de notificación; 3) Para el caso de las
personas privadas de libertad que no cuenten con una tercera persona para interponer la acción, la autoridad enc argada de su
custodia debe labrar un acta y presentarla a la autoridad competente; y, 4) La inobservancia de las reglas establecidas, con la
finalidad de conceder la tutela, deberán ser corregidas por el Tribunal Constitucional Plurinacional, salvo caso de indefensión de
la parte demandada; y, c) Posteriormente, la SCP 0510/2012 de 9 de julio, aclaró que los criterios de optimización
establecidos en la SCP 0023/2012, deben ser seguidos en la medida de lo posible, dependiendo de las diferentes realidades
de cada departamento.
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La SCP 0103/2012 de 23 de abril, en el Fundamento Jurídico III.2.2, indica: “…dada la configuración del proceso constitucional
de la acción de libertad , a diferencia del resto de acciones de defensa, por los bienes constitucionales protegidos y tutelados, no
existe una etapa de admisibilidad, por cuanto el juez o tribunal de garantías, precisamente en razón al principio de informal idad
acentuado en el texto constitucional (art. 125 de la CPE), no está obligado a examinar requisitos de forma y fondo como
ocurre con el resto de las acciones de defensa. De ahí que está compelido a indicar directamente día y hora de la audiencia ( art.
126.I de la CPE). Por lo que, en un uso correcto de la denominación de los actos procesales en la acción d e libertad, no es
adecuado sostener que existe una etapa de admisión” (las negrillas son incorporadas).
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En ese sentido lo expresa la SCP 1977/2013 de 4 de noviembre, en el FJ III.4.
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Sobre el tema, la SCP 0591/2013 de 21 de mayo recondujo el entendimiento asumido en las SSCC 0345/2011-R de 7 de
abril y SC 1204/2003-R de 25 de febrero, dejando establecido en el FJ III.2, que: “…en las acciones de libertad es posible
que el accionante modifique los derechos supuestamente vulnerados e, inclusive, modifique o amplíe los hechos, bajo la única
condición que tengan conexitud con el hecho inicialmente demandado, para de esta manera no vulnerar el derecho a la defensa
de la parte demandada”.
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La SC 0038/2011-R de 7 de febrero, en el FJ III.3, refiere: “…en el caso de la acción de libertad, atendiendo especialmente a
los principios de compromiso e interés social y de responsabilidad que rigen la función pública, así como a la naturaleza de los
derechos tutelados por esa garantía jurisdiccional, cuando el sujeto pasivo es un funcionario público, éste tiene la obligación de
presentar informe escrito o en su defecto concurrir a la audiencia a fin de desvirtuar los hechos o actos denunciados como
lesivos a los derechos del accionante, pues de no hacerlo se presume la veracidad de los mismos” (negrillas son añadidas),
entendimiento reiterado en las Sentencias Constitucionales Plurinacionales 1102/2012 de 6 de septiembre y 0591/2013 de 21 de
mayo.
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La referida SCP 0591/2013, en el FJ III.2 señala: “…existe la posibilidad que los aspectos de derecho que fueron
inobservados por el accionante sean subsanados por la autoridad judicial que conoce la acción…”; de igual modo, en la
tradición jurisprudencial se encuentra el entendimiento asumido por la SC 1204/2003-R de 25 de agosto, que indica: “…le está
permitido a la jurisdicción constitucional en una correcta aplicación de la justicia constitucional no sólo limitarse a compulsar la
violación de las normas que citara el recurrente como vulneradas…”; asimismo, la citada SCP 1977/2013, dijo: “…si bien dentro
del ámbito de protección de la acción de libertad se encuentran previstos determinados derechos; empero, es posible efectuar el
análisis de otros cuando tengan conexitud con los que se encuentran bajo la tutela de esta acción, en virtud a la característica
de interdependencia de los derechos que se encuentra prevista en el art. 13.I de la CPE, que señala: `Los derechos reconocidos
por esta Constitución son inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y progresivos…´”.
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La SCP 2252/2012 de 8 de noviembre, en el FJ III.3, a partir de lo dispuesto en el art. 33.1 del CPCo, señala que la parte
accionante debe indicar: “…la dirección de un correo electrónico u otro medio alternativo de comunicación inmediata”; que la
citación a las autoridades demandadas puede ser vía fax o facsímil, bajo el argumento que: “La utilización de estas nuevas
tecnologías es un deber del Estado en atención al ejercicio del derecho de acceso a la justicia constitucional que debe ser
expedita y oportuna y el principio de celeridad además de ser respetuosa de la denominada Constitución ecológica (SCP
0176/2012 de 14 de mayo), entre otros, siendo conocido que las Cortes Superiores de Distritos Judiciales, -ahora Tribunales
Departamentales de Justicia-, así como la Corte Suprema de Justicia -ahora Tribunal Supremo de Justicia-, cuentan con
facsímiles, con los cuales una comunicación puede ser transmitida en minutos. Por ello, corresponde señalar que tratándose de
acciones de libertad, la comisión para la notificación, como su devolución puede realizarse vía facsímil entre otros mecanismos
que aseguren un efectivo conocimiento de los diferentes actuados procesales”.
En ese sentido se pronunció la SCP 0427/2012 de 22 de junio en el FJ III.1, señalando que la citación a la autoridad o persona
demandada con la acción de libertad, debe ser efectuada de forma personal o por cédula, salvo en los casos en que el domicilio
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subregla, se suma, que cuando la autoridad demandada pertenezca a un
órgano o entidad nacional que tenga representación departamental, la
notificación puede ser realizada ante esa repartición y en el supuesto que
no sea posible cumplir con tal diligencia, puede ser suplida con
requerimiento de informe a la autoridad demandada, incluso en etapa de
revisión por este Tribunal, en resguardo del acceso a la justicia
constitucional y fortalecimiento del principio de informalismo.
del juez o tribunal de garantías resulte distante en relación al asiento del demandado; s upuestos en los cuales, se podrá efectuar
la diligencia por fax u otro medio que sea apropiado y garantice la información del contenido de la demanda.
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La SCP 0033/2013 de 4 de enero, en el FJ III.1, dentro de una acción de amparo constitucional, refiere: “…el derecho a la vida
más allá de representar la interdicción de la muerte arbitraria, implica la creación de condiciones de vida por parte del Est ado; el
cual no debe escatimar esfuerzos en todos sus niveles para garantizar en la medida de lo posible, la subsistencia con dignidad
de todas las personas, aspirando a consolidar el vivir bien, utilizando todos los mecanismos de los que dispone”.
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Tribunal Constitucional Plurinacional. SCP 1977/2013 de 4 de noviembre.
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La SCP 0618/2012 de 23 de julio, en su FJ III.4, manifiesta que a través de la acción de libertad, es posible tutelar el derecho
a la salud e integridad personal de privados de libertad, cuando se encuentra en directa conexión con el derecho a la vida.
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La SC 0023/2010-R de 13 de abril, prevé la protección de los derechos a la salud y a la vida en vinculación con el derecho a la
libertad de locomoción, en problemas jurídicos vinculados a arraigos.
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Tribunal Constitucional Plurinacional. SCP 0033/2013, FJ III.2.
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Tribunal Constitucional Plurinacional. SCP 2007/2013 de 13 de noviembre.
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políticas para garantizar una vida en condiciones acordes a su dignidad;
resumiéndose estas obligaciones en dos sentidos; vale decir, su respeto y
su protección14, respectivamente.
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Tribunal Constitucional Plurinacional. SC 0687/2000-R de 14 de julio y SCP 033/2013.
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La SCP 0044/2010-R de 20 de abril, en el FJ III.5, establece que la protección al derecho a la vida vía acción de libertad está
íntimamente vinculada con el derecho a la libertad personal; que fue confirmada, entre otras, por la SCP 0813/2012 de 20 de
agosto, precisando que la acción de libertad tutela el derecho a la vida siempre y cuando se encuentre vinculado con la libertad
física o de locomoción.
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El FJ III.2, sobre la abstracción de la excepción del principio de subsidieriedad, al hallarse involucrado el derecho a la vi da,
señala: "El art. 18 de la CPEabrg, instituyó el recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad prevista por el art. 125 de la
CPE, como un recurso extraordinario cuya finalidad esencial era la protección a la libertad, ámbito de tutela que ha sido
ampliada en el orden constitucional vigente a la vida, que como se ha visto, constituye un derecho primario en sí, inherente al
ser humano, y por ende su protección es prioritaria, por constituir un bien jurídico primario y fuente de los demás derechos. Por
ello, a diferencia de la tutela a la libertad, y su condicionamiento del agotamiento previo de las instancias
intraprocesales, para pedir su protección a través de este medio constitucional idóneo, eficaz e inmediato,
respecto a la vida, su tutela puede ser solicitada de manera directa; es decir, que puede acudir a la jurisdicción
constitucional, sin tener que agotar previamente la vía jurisdiccional ” (las negrillas son añadidas).
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La SCP 2233/2013 de 16 de diciembre, en el FJ III.3 sostiene: “Nos referimos, con la expresión estándar más alto de la
jurisprudencia constitucional, para resaltar aquélla o aquéllas decisiones del Tribunal Constitucional que hubieran resuelto un
problema jurídico recurrente y uniforme, pero de manera progresiva a través de una interpretación que tiende a efectivizar y
materializar de mejor manera los derechos fundamentales y garantías constitucionales previstas en la Constitución y en los
Tratados Internacionales de Derechos Humanos que forman parte del bloque de constitucionalidad. El método de
identificación del estándar más alto en la jurisprudencia constitucional, es a través de un examen o análisis
integral de la línea jurisprudencial, de tal forma que el precedente constitucional en vigor se constituirá en aquél
que resulte de dicha comparación” (la negrillas son nuestras). Luego, la SCP 0087/2014-S3 de 27 de octubre, siguiendo tal
entendimiento, enfatizó que la: “…forma de identificación del precedente constitucional en vigor a través de la lectura
contextualizada de la línea jurisprudencial que requería como única condición el criterio temporal del precedente, resultando el
último en términos de fecha de emisión por el Tribunal Constitucional (que hubiere cambiado, modulado o reconducido un
determinado entendimiento) tuvo una evolución significativa, por cuanto a partir de la SCP 2233/2013-de 16 de diciembre, la
justicia constitucional entendió que el precedente constitucional en vigor, resulta aquél que acoja el estándar más alto de
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mínimos para los jueces y tribunales de garantías, a partir de los cuales,
en el marco de los principios de favorabilidad contenido en los arts. 13.IV
y 256 de la CPE y de progresividad de los derechos y prohibición de
regresividad de los mismos, resguardado en el art. 13.I de la CPE, pueden
ser reforzados y ampliados, máxime si la obligación de vinculatoriedad a
los lineamientos jurisprudenciales mínimos, tanto respecto del derecho de
acceso a la justicia como los emitidos en protección de los derechos
individuales y colectivos, forman parte también del cumplimiento de las
obligaciones generales del Estado, previstas en el art. 1.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH).
Así, se reitera, de una interpretación literal del art. 125 de la CPE, que el
constituyente enumera a la vida como un derecho protegido por la acción
de libertad, independientemente de la vinculación con el derecho a la
libertad física o personal, en concordancia normativa con los arts. 46 y 47
del CPCo.
protección del derecho fundamental o garantía constitucional invocado, provocando con ello, que la invocación y aplicación de
un precedente sea escogido dentro del contexto de la línea jurisprudencial ya no solamente fijándose el criterio temporal del
mismo, sino sobre todo aquél que sea exponente del estándar más alto de protección del derecho”.
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En ese marco, cabe señalar que, dado el carácter informal de la acción de
libertad y la naturaleza de los derechos que protege, aún el derecho a la
vida no hubiere sido invocado por la parte accionante, es posible
su tutela si se observa su vulneración o amenaza, conforme quedó
establecido en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional.
Por otro lado, en el art. 113.I de la CPE, establece que: “La vulneración de
los derechos concede a las víctimas el derecho a la indemnización,
reparación y resarcimiento de daños y perjuicios en forma oportuna…”,
disposición constitucional que es coherente con las normas internacionales
sobre derechos humanos, en concreto, con la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) -que forma parte del
bloque de constitucionalidad-, quien desarrolló la reparación como
concepto genérico que contiene varios elementos. Así, la reparación
supone la restitución integral19 del derecho que fue vulnerado; es decir, el
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La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de las Naciones Unidas, señala en
el artículo 1: “A los efectos de la presente Convención, se entenderá por el término ‘tortura’ todo acto por el cual se inflija
intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fi n de obtener de ella o de
un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de
intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos
dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a
instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean
consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a estas”.
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La Corte IDH, en el Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras, a través de la Sentencia de 21 de julio de 1989 sobre
Indemnización Compensatoria, sostuvo: “26. La reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación internacional
consiste en la plena restitución (restitutio in integrum), lo que incluye el restablecimiento de la situación anterior y l a reparación
de las consecuencias que la infracción produjo y el pago de una indemnización como compensación por los daños patrimoniales
y extrapatrimoniales incluyendo el daño moral”; de igual forma, en el Caso Godínez Cruz Vs. Honduras, mediante la Sentencia
de 17 de agosto de 1990 sobre Interpretación de la Sentencia de Indemnización Compensatoria, manifestó: “27. La
indemnización que se debe a las víctimas o a sus familiares en los términos del artículo 63.1 de la Convención, debe estar
orientada a procurar la restitutio in integrum de los daños causados por el hecho violatorio de los derechos humanos. El
desiderátum es la restitución total de la situación lesionada, lo cual, lamentablemente, es a menudo imposible, dada la
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restablecimiento del derecho a la situación anterior a su violación, pero
también implica la adopción de otras medidas como la indemnización,
que es la reparación por daños materiales físicos o mentales, los gastos
incurridos, las pérdidas de ingreso; la rehabilitación, en los casos que
corresponda, comprendiendo la atención médica y psicosocial requerida;
la satisfacción pública, que consiste en el reconocimiento de la
responsabilidad; y, las garantías de no repetición que tienen por
objeto adoptar medidas estructurales para evitar la repetición de las
lesiones a derechos.
naturaleza irreversible de los perjuicios ocasionados, tal como ocurre en el caso presente. En esos supuestos, es procedente
acordar el pago de una `justa indemnización´ en términos lo suficientemente amplios para compensar, en la medida de lo
posible, la pérdida sufrida”.
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responsabilidad existente por los daños colaterales que derivan, traducidos
en la disfunción mental y psíquica del demandante de tutela, que deben
dilucidarse en la instancia que corresponda, no puede dejarse de lado este
elemento, ya que contextualiza los actos lesivos denunciados ante esta
jurisdicción constitucional.
En el caso que nos ocupa, dicho entendimiento no puede ser aplicado sin
previamente analizar las causas por las cuales el accionante no asistió a su
cambio de destino, las que fueron exhaustivamente explicadas, además de
ser justificada su absolución dentro del proceso penal militar;
consiguientemente, no correspondía exigir al impetrante de tutela la
asistencia a su destino, cuando motivos de orden de salud le impedían
hacerlo. En el mismo sentido, tampoco correspondía aplicar la Directiva
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del Ejército 43/10, respecto a la retención de haberes del personal, de
quien no asista a su fuente de trabajo por más de cinco días continuos (fs.
63 a 64), por cuanto, -se reitera- deben considerarse los motivos para
dicha inasistencia.
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dicha justificación; además, conforme al art. 13 del Reglamento del
Tribunal del Personal de las FF.AA., el Tribunal de Personal de cada
Fuerza, adopta decisiones relativas a la administración del personal, previo
informe y/o recomendación del Jefe de Departamento I del Personal,
quién en este caso, tenía conocimiento de la Sentencia absolutoria emitida
a favor del accionante, ante la solicitud de restitución de haberes -
Conclusión II.8-.
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las graves violaciones de derechos humanos son competencia de la
jurisdicción penal militar, llegando a tal conclusión a partir de la
jurisprudencia de la Corte IDH, que en el Caso Radilla Pacheco
Vs. México, a través de la Sentencia de 23 de noviembre de 2009 sobre
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas -reiterando la
jurisprudencia contenida en los Casos de la Masacre de La Rochela Vs.
Colombia; Escué Zapata Vs. Colombia; Durand y Ugarte Vs.
Perú; y, La Cantuta Vs. Perú, establece: “273. Asimismo, esta Corte ha
establecido que, tomando en cuenta la naturaleza del crimen y el bien
jurídico lesionado, la jurisdicción penal militar no es el fuero competente
para investigar y, en su caso, juzgar y sancionar a los autores de
violaciones de derechos humanos sino que el procesamiento de los
responsables corresponde siempre a la justicia ordinaria (…)”20.
POR TANTO
2° Disponer lo siguiente:
20
La indicada Sentencia, señala también: “272. El Tribunal considera pertinente señalar que reiteradamente ha establecido que la
jurisdicción penal militar en los Estados democráticos, en tiempos de paz, ha tendido a reducirse e incluso a desaparecer, po r lo
cual, en caso de que un Estado la conserve, su utilización debe ser mínima, según sea estrictamente necesario, y debe
encontrarse inspirada en los principios y garantías que rigen el derecho penal moderno. En un Estado democrático de derecho,
la jurisdicción penal militar ha de tener un alcance restrictivo y excepcional y estar encaminada a la protección de intereses
jurídicos especiales, vinculados a las funciones propias de las fuerzas militares. Por ello, el Tribunal ha señalado anterior mente
que en el fuero militar sólo se debe juzgar a militares activos por la comisión de delitos o faltas que por su propia naturaleza
atenten contra bienes jurídicos propios del orden militar”.
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iv) Que la institución militar, a través de la Corporación del Seguro Social
Militar (COSSMIL), otorgue al solicitante de tutela la atención
médica, psiquiátrica, psicológica, hospitalaria y farmacéutica
necesaria hasta lograr su rehabilitación;
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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0237/2018-S2
Sucre, 28 de mayo de 2018
SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Julia Elizabeth Cornejo Gallardo
Acción de libertad
Expediente: 22483-2018-45-AL
Departamento: La Paz
Dentro del proceso penal que sigue el Ministerio Público contra Juan Badir Nemer
Aseff y otros por la presunta comisión de los delitos de lesiones graves y leves,
fue citado en calidad de testigo a objeto de prestar su declaración informativa,
habiendo asistido en una primera oportunidad; sin embargo, convocado por
segunda vez para presentar su declaración ampliatoria, no pudo acudir por temas
laborales; por ello, la Fiscal de Materia ordenó su aprehensión.
2
impetrante de tutela, se le dejó en libertad; y, c) No lo ingresó a una celda; sino
lo dejó en su oficina.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.3. Se tiene las fotografías del demandante de tutela al interior de las celdas
policiales privado de su libertad (fs. 9).
3
por el solicitante de tutela a través de su representante sin mandato, el 9
de noviembre de 2017, a horas 10:16 (fs. 1).
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-ahora acción de libertad-, no procedía cuando el hecho conculcador ya
había cesado, puesto que dicho acto adquiría características que lo hacían
punible en la instancia ordinaria penal; por lo que, se debería acudir a
esa jurisdicción para conseguir la respectiva sanción.
comparecer a los detenidos y analice los antecedentes del caso para pronunciarse sobre la procedencia o improcedencia del
mismo, situación que no puede darse, ya que fueron puestos en libertad antes de la presentación misma del recurso”.
3
El FJ III.1, refiere: “Consiguientemente, del contenido de los preceptos aludidos y los debates parlamentarios glosados, se
extrae de manera clara y precisa que la voluntad del legislador es que las lesiones al derecho a la libertad encuentren protección
dentro del ámbito del hábeas corpus, declarando su procedencia en los casos en que se constate la existencia de una ilegal
privación de libertad, no obstante haber cesado la detención antes de la interposición del recurso; en consecuencia, es preci so
cambiar el entendimiento jurisprudencial sentado en la SC 1489/2003-R (…)”.
4
El FJ III.2.2, manifiesta: “Cuando se alega privación de libertad personal, la norma constitucional (art. 125 de la CPE), señala
que toda persona que esté indebida o ilegalmente privada de su libertad personal, podrá interponer la acción de libertad y
solicitar al juez o tribunal competente `se restituya su derecho a la libertad´”.
Lo cual significa que en estos casos, la acción de libertad debe ser interpuesta cuando la lesión al derecho a la libertad existe; de
no ser así, se desnaturalizaría la esencia de la presente acción de defensa, dado que el petitorio de que `se restituya su derecho
a la libertad´, ya no tendría sentido si está en libertad.
En consecuencia, desde el orden constitucional, se debe tener en cuenta los siguientes aspectos procesales:
Primero.- Cuando el acto ilegal o indebido denunciado sea la detención o privación de libertad física del agraviado o accionante,
la acción de libertad debe ser interpuesta mientras exista la lesión, no cuando haya cesado.
Segundo.- En los casos, en que presentada la acción de libertad conforme a esta exigencia, luego de la notificación a la
autoridad, funcionario o persona denunciada o accionada, con la admisión de la misma, ésta libera al accionante o agraviado,
ello no impide la prosecución del trámite y la otorgación de la tutela si es que corresponde, a los efectos de la reparación de los
daños causados por la privación de libertad y en su caso los efectos que corresponda.
Tercero.- En los casos en que durante la detención no se presentó la acción de libertad, sino después de haber cesado la misma;
verificada que sea tal situación, en audiencia pública y sin ingresar al análisis de fondo, corresponde la denegación de tutela,
salvando los derechos del agraviado o accionante en la vía jurisdiccional ordinaria.
Al respecto, el art. 110.I de la CPE, señala que: `Las personas que vulneren derechos constitucionales quedan sujetas a la
jurisdicción y competencia de autoridades bolivianas´, lo cual guarda coherencia con el art. 292 del Código Penal (CP), que bajo
el nomen juris de `privación de libertad´, establece: `El que de cualquier manera privare a otro de su libertad personal, incurrirá
en reclusión de seis meses a dos años y multa de treinta a cien días. La sanción será agravada en un tercio, cuando el hecho
fuere cometido: 1) Por un funcionario público, con abuso de su autoridad. 2) Sobre un ascendiente, descendiente o cónyuge.
3) Si la privación de libertad excediere de cuarenta y ocho horas´ (…)
El art. 4.II de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010 denominada Ley de Necesidad de Transición, señala que: `Los Tribunales,
Jueces y autoridades administrativas del Estado Plurinacional podrán considerar la jurisprudencia constitucional emitida con
anterioridad a la aprobación del nuevo orden constitucional, en tanto no se contraponga a la Constitución Política del Estado´,
en ese sentido, y al ser -entre otras- la función del Tribunal Constitucional, intérprete y guardián de la Constitución vigente; la
interpretación efectuada a través de su jurisprudencia no puede contravenir a la Constitución misma, ni asimilar un
entendimiento jurisprudencial pasado que se aparte de ella, sino sólo aquél que guarde coherencia o armonía con la
Constitución vigente, uniformando así la jurisprudencia constitucional; labor que le corresponde a los miembros que componen
este Tribunal. En ese sentido, y a la luz de la nueva Constitución, se concluye que `cuando se alega o denuncia privación de
libertad personal ilegal o indebida, debe interponerse la acción de libertad, mientras persista la lesión, no cuando ha cesado´, tal
cual se explicó precedentemente, lo cual a su vez significa una reconducción de la línea jurisprudencial al asumido en la
SC 1489/2003-R, que es conforme al orden constitucional vigente”.
5
indebida, debe interponerse la acción de libertad mientras persista la
lesión, no cuando hubiere cesado; lo cual fue confirmado por el Tribunal
Constitucional Plurinacional a través de la SCP 0201/2012 de 24 de mayo,
entre otras.
5
El FJ III.2, establece: “Así como no hay derechos absolutos, no hay reglas que no permitan una excepción cuando en mérito a
ello se materializará un derecho fundamental, sin alterar la esencia y naturaleza de la acción tutelar, en este caso de la acción
de libertad; y es que debe tenerse en cuenta que hay situaciones particulares en las que estando el ciudadano privado de
libertad no es posible activar ningún medio de defensa ordinario, mucho menos extraordinario o de rango constitucional, pese a
la lesión sufrida; por ello es oportuno complementar al entendimiento asumido en la citada SC 0451/2010-R, con referencia a
que cuando se aduzca o se denuncie detención indebida, la acción de libertad debe ser interpuesta estando en privación o
restricción de la libertad física, no luego de haber cesado: `Salvo que por las situaciones debidamente justificadas y la
particularidad del caso, durante la privación de libertad no le fue posible interponer la acción de libertad, sino inmediatamente
después de haber cesado la misma, lo cual no hace desparecer el acto ilegal y amerita un pronunciamiento de fondo a objeto de
establecer las responsabilidades que correspondan, sean civiles, penales, u otras, dependiendo de la gravedad y del sujeto
pasivo o causante de la lesión de derechos´”.
6
El FJ III.3.2, indica: “El Tribunal Constitucional Plurinacional, a partir de una interpretación desde y conforme a la Constitución
Política del Estado, el desarrollo jurisprudencial glosado, y los demás razonamientos expuestos en la presente Sentencia, aclara
que, la acción de libertad puede ser planteada y resuelta en el fondo, en los casos en que se constate la existencia de una i legal
privación de la libertad, no obstante haber cesado la misma antes de la interposición de la acción, siempre y cuando haya sido
planteada en un plazo razonable posterior a la liberación, lo que además debe valorarse en función a la gravedad de los hecho s,
de forma que a mayor connotación social y/o gravedad del hecho; es decir, que exceda el interés individual y se convierta en
interés colectivo, debe considerarse mayor flexibilidad en el plazo razonable. Este razonamiento en virtud a las siguientes
consideraciones:
1) Conforme lo disgregado, la línea jurisprudencial vinculante, a pesar de su divagante decurso, constantemente reconoció la
posibilidad de la interposición del hábeas corpus -hoy acción de libertad- una vez cesada la privación de libertad, considerada
ilegal, siendo además que es la propia Constitución Política del Estado en su art. 125 que determinan esta posibilidad, como ya
se tiene anotado.
2) En atención a los principios pro homine y de progresividad desarrollados en el Fundamento Jurídico III.1.1, al proveer éstos,
criterios de interpretación favorables al desarrollo progresivo de los derechos fundamentales de la persona humana, se refuerza
una interpretación en el sentido de conceder la tutela en los casos comprobados de detención ilegal aún haya cesado ésta,
6
acto lesivo antes de su interposición, procede siempre y cuando sea
presentada en un plazo razonable; más tarde la SCP 0744/2015-S3 de 29
de junio7 señaló que cuando los supuestos fácticos hubieran desparecido
por corrección o enmienda, no es posible su tutela a través de la acción de
libertad.
asimismo el plazo razonable para su interposición, una vez cesada la detención ilegal, deben ser valorados en función a los
mismos criterios que beneficien una protección integral del derecho tutelado.
3) Los hechos considerados graves, que tengan como trasfondo la vulneración de derechos fundamentales, no pueden quedar
sin un pronunciamiento expreso por parte de la justicia constitucional, cuya labor de interpretación y vinculatoriedad de su
jurisprudencia, debe impedir la reiteración de conductas reñidas con el orden constitucional, de ahí la necesidad d e la
implementación formal de un mecanismo procesal constitucional, que cumpla con la finalidad de evitar dichas conductas, a
través de una declaración sobre la efectiva existencia de lesión al derecho a la libertad física o personal, aunque la misma
hubiera desaparecido, advirtiendo a la comunidad y al funcionario o persona particular, que esa conducta es co ntraria al orden
constitucional”.
7
El FJ III.2, refiere: “La sustracción de la materia o pérdida del objeto procesal, deviene por la desaparición de los supuestos
fácticos que motivaron su activación porque la violación o amenaza de violación del derecho cesó; y consecuentemente, el
hecho denunciado dejó de vulnerar las garantías o derechos constitucionales, debido al cumplimiento del acto reclamado con su
consecuente restitución.
Asimismo, el objeto procesal constituye el elemento sustancial a resolver por la jurisdicción constitucional; en tal sentido, ante la
sustracción de la materia o pérdida del objeto procesal, en acción de libertad, cuando el petitorio devino en insubsistente por la
desaparición del hecho o supuesto que lo sustentaba, se inhibe un pronunciamiento sobre el fondo de la pretensión,
correspondiendo la sustracción del mismo; toda vez que, la eventual concesión de la tutela, se tor naría en ineficaz e
innecesaria”.
7
Sentencia también se debe emitir una orden al funcionario o particular que lesionó
el derecho en sentido que, en el futuro, no vuelva a cometer ese acto, con
relación a la misma persona que activó la justicia constitucional o con otras que se
encuentren en similares circunstancias.
Acorde a lo expuesto, y de acuerdo a la nueva coyuntura constitucional imperante
desde febrero de 2009, nuestro país atraviesa un proceso de constitucionalización
en sus instituciones jurídicas y políticas. No se encuentra al margen la justicia
constitucional, que acoge parámetros interpretativos y de amparo más garantistas
y favorables a la protección de los derechos y de los derechos humanos.
En ese sentido, la interpretación que debe hacerse respecto del art. 125
constitucional, no debe recorrer un camino restrictivo, en el sentido de que
únicamente la acción de libertad pueda ser interpuesta cuando la persona se
encuentre privada de libertad, pues partiendo de un criterio amplio y garantista
como se tiene anotado, este mecanismo puede operar cuando efectivamente ha
cesado la vulneración al derecho protegido. Este criterio se justifica, al análisis de
lo dispuesto por el art. 256 de la CPE, que de forma expresa reconoce criterios de
interpretación más favorables que los contenidos en nuestra propia Ley
Fundamental y que se encuentran contenidos en los Tratados Internacionales de
Derechos Humanos.
8
El FJ III.1.2, señala: “…la existencia de la garantía constitucional en análisis, no implica que todas las lesiones al derecho a la
libertad tengan que ser necesariamente reparadas de manera exclusiva y excluyente a través del hábeas corpus; pues no se
trata de una garantía que tenga la vocación de reparar, en exclusiva, todas las formas de lesión a la libertad que pudieran
invocarse, sino la de dotar a la persona de un medio de defensa sencillo, eficaz y oportuno, para restablecer la lesión sufrida.
En consecuencia, en los supuestos en que la norma procesal ordinaria de manera específica prevea medios de defensa eficaces
y oportunos para resguardar el derecho a la libertad supuestamente lesionado, estos deben ser utilizados, previamente,
circunstancia en la que excepcionalmente, el recurso de habeas corpus operará de manera subsidiaria (…)
Consiguientemente, como el ordenamiento jurídico no puede crear y activar recursos simultáneos o alternativos con el mismo fin
sin provocar disfunciones procesales no queridas por el orden constitucional, se debe concluir que el proceso constitucional del
hábeas corpus, únicamente se activa cuando los medios de defensa existentes en el ordenamiento común, no sean los idóneos
para reparar, de manera urgente, pronta y eficaz, el derecho a libertad ilegalmente restringido. No es posible acudir a este
recurso, cuando el ordenamiento jurídico prevé medios de impugnación específicos y aptos para restituir el derecho a la libertad,
8
la línea sobre la subsidiariedad excepcional de la acción de libertad,
determinando que en los supuestos en los que existan medios idóneos
para reparar de manera urgente, pronta y eficaz el derecho a la libertad
física, ilegalmente restringido, los mismos deben ser utilizados antes de
acudir a la justicia constitucional a través de la acción de libertad.
en forma inmediata. Conforme a esto, solamente una vez agotado tal medio de defensa y ante la persistencia de la lesión, se
podrá acudir a la jurisdicción constitucional, invocando la tutela que brinda el hábeas corpus” (lo subrayado nos pertenece).
9
El FJ III.2, establece: “De lo anterior se extrae que todo imputado que considere que en el curso del proceso investigativo ha
sufrido una lesión de un derecho fundamental, entre ellos, el derecho a la libertad en cualquiera de las formas en que pueda
sufrir menoscabo, debe impugnar tal conducta ante el juez instructor, que es el órgano jurisdiccional que tiene a su cargo el
control de la investigación, desde los actos iniciales hasta la conclusión de la etapa preparatoria. Así, el Código de procedimiento
penal al prever la existencia de un órgano jurisdiccional competente para conocer y resolver de manera directa y expedita, las
supuestas vulneraciones a los derechos y garantías que pudieran tener origen en los órganos encargados de la persecución
penal; no resulta compatible con el sistema de garantías previsto en el ordenamiento aludido, acudir directamente o de manera
simultánea a la justicia constitucional, intentando activar la garantía establecida por el art. 18 constitucional, ignorando los
canales normales establecidos. Consiguientemente, el hábeas corpus sólo se activa en los casos en que la supuesta lesión no
sea reparada por los órganos competentes de los jurisdiccionales ordinarios aludidos ”.
10
El FJ III.3, refiere: “Queda establecido entonces, que ante denuncia de irregularidades, actos ilegales u omisiones
presuntamente cometidas por los fiscales o policías en la etapa preparatoria del proceso, que impliquen lesión a los derechos
fundamentales de todo denunciado o sindicado, la misma debe presentarse ante el juez cautelar como el encargado de ejercer
el control jurisdiccional de la investigación, en aplicación de lo dispuesto por las normas previstas en los arts. 54.1) y 27 9 del
CPP, sin que sea admisible acudir en forma directa a esta acción tutelar si con carácter previo los hechos denunciados no fueron
reclamados ante la autoridad encargada del control jurisdiccional, que es la apta para restablecer las presuntas lesiones a
derechos fundamentales y -se reitera- sólo en caso de verificarse que existirá una dilación o que esa instancia no se constituye
en la eficaz y oportuna para restablecer esos derechos, es que se abre la posibilidad de acudir a la presente acción tutelar en
forma directa”.
11
El FJ III.4, indica: “Primer supuesto:
Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía cometieron arbitrariedades relacionadas al derecho a la
libertad física o de locomoción, y todavía no existe aviso del inicio de la investigación, corresponde ser denunciadas ante el Juez
Cautelar de turno. En los casos en los que ya se cumplió con dicha formalidad procesal, es decir, con el aviso del inicio de la
investigación, al estar identificada la autoridad jurisdiccional, es ante ella donde se debe acudir en procura de la reparaci ón y/o
protección a sus derechos. De no ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a través
del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez constitucional en el control de la investigación”.
9
Tribunal, a objeto de guardar el equilibrio y complementariedad entre
ambas jurisdicciones.
12
El FJ III.2, señala: “En este orden, en cuanto a la presunta indebida privación de libertad, deberá tenerse en cuenta que la
misma puede producirse, ya por hechos y circunstancias eventualmente no vinculadas a la presunta comisión de un delito y
otras veces, sí vinculadas a dicha presunta comisión de un delito. En consecuencia, si no existe inicio de investigación y tampoco
presunta comisión de delito alguno, corresponderá a la justicia constitucional conocer directamente y resolver la acción de
libertad que acuse una presunta indebida privación de libertad. (…)
Queda establecido que cuando la acción de libertad esté fundada directamente en la vulneración al derecho a la libertad
personal por causa de haberse restringido la misma al margen de los casos y formas establecidas por ley, y no esté vinculada a
un delito o no se hubiera dado aviso de la investigación, la acción es directa contra las autoridades que violentaron la
Constitución Política del Estado y la ley”.
13
El FJ III.2, establece: “Ahora bien, con la finalidad de otorgar certeza y seguridad jurídica, es necesario modular la SCP
0185/2012 y el primer supuesto de las subreglas anotadas por la Sentencia Constitucional Plurinacional antes glosada y, en es e
sentido, debe señalarse que es posible la presentación directa de la acción de libertad, prescindiendo de la subsidiariedad
excepcional, cuando: i) La supuesta lesión o amenaza al derecho a la libertad física o personal no esté vinculada a un delito o, ii)
Cuando, existiendo dicha vinculación, no se ha informado al juez cautelar sobre el inicio de las investigaciones, no obstante
haber transcurrido los plazos establecidos para el efecto en el Código de procedimiento penal; no siendo exigible, en ninguno de
los dos supuestos anotados, acudir ante el juez cautelar de turno con carácter previo; pues se entiende que, en el primer caso,
no se está ante la comisión de un delito y, por lo mismo, el juez cautelar no tiene competencia para el conocimiento del
supuesto acto ilegal, y en el segundo, existe una dilación e incumplimiento de los plazos procesales por parte de la autoridad
fiscal o, en su caso, policial, que bajo ninguna circunstancia puede ser un obstáculo para el acceso a la justicia constitucional”.
FIX-ZAMUDIO, Héctor, OVALLE FAVELA, José, Derecho Procesal. Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones
14
10
En ese sentido, tratándose de testigos, la jurisprudencia constitucional en
otros casos denegó la acción de libertad, con el argumento que deben
acudir previamente ante la autoridad judicial que ejerce el control de la
investigación -Sentencias Constitucionales Plurinacionales 0484/2016-S3
de 20 de abril y 1357/2016-S3 de 30 de noviembre, entre otras-.
11
ejercer el control de la etapa preparatoria, lo hace respecto a todos los
actos procesales sucedidos en ella, incluidos los hechos denunciados a
través de la presente acción de libertad.
POR TANTO
12
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0280/2019-S4
Sucre, 29 de mayo de 2019
Expediente: 26602-2018-54-AAC
Departamento: Pando
1
denuncia en su contra por supuestas faltas disciplinarias, porque al estar
suspendida, hubiera actuado sin competencia.
Sin embargo, hasta ese momento, su persona, las autoridades del Consejo de la
Magistratura ni el Juez que le envió el expediente para celebrar la audiencia, no
dieron importancia a la instrucción verbal ni a las consecuencias que ésta tendría,
pues de su parte actuó de buena fe.
Sin embargo, la segunda denuncia por faltas leves y gravísimas contenidas en los
arts. 186.2 y 12 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) –Ley 025 de 24 de junio de
2010–, fue admitida mediante Resolución de 14 de octubre de 2016, emitida por
Teodora Sonia Montero Rocha, Jueza Técnica Disciplinaria Segunda del Consejo de
la Magistratura –hoy demandada– quien omitió pronunciarse sobre el incidente de
nulidad de citación, toda vez que, no fue notificada con la prueba, conforme
dispone el art. 199 del citado cuerpo legal, no obstante dio curso a las solicitudes
de informes que presentó el denunciante, lo que denotó el trato desigual en
cuanto a la defensa e igualdad de partes, aspecto por el que la autoridad
demandada, solo se limitó a llamar la atención a la oficial de diligencias y no se
pronunció sobre el referido incidente.
Por otra parte, no obstante que presentó prueba documental consistente en:
a) Declaraciones testificales de Guillermo Mamani Condori Coronel, Auxiliar del
Juzgado de Instrucción Penal Primero de Pando; b) Certificación de Diandra
Yolenne Mendoza Paz; c) Acta de careo entre el Encargado Distrital de Pando y
la Responsable de Recurso Humanos (RR.HH.) ambos del Consejo de la
Magistratura; d) Certificación de la planilla de asistencia del 2 de agosto de 2016
y la inasistencia por motivos explicados en el informe presentado de descargo;
e) Decreto de 3 de agosto de 2016, emitido por el “Juez Pablo Andia” (sic); f)
Certificación de Luis Francisco Aguada; y, g) Diferentes memorándums emitidos
por los Representantes Distritales que señalaron expresamente las fechas de
inicio de cómputo de ejecución de sanción, conclusión y de reincorporación; a
diferencia del Memorándum CM/RR.HH. 22/2016, que le fue cursado, que solo
describía la fecha de inicio, pero no la de conclusión ni de reincorporación y el
tiempo de duración que mencionaba “MESES”. Documentos que no fueron
valorados en primera ni en segunda instancia por los Jueces Disciplinarios, sino
que estos basaron su resolución en el acta de audiencia de cesación a la
detención preventiva de 30 de septiembre de 2016, y en el Memorándum
mencionado.
Asimismo, señaló estar claro y probado que la presunta falta proviene del ejercicio
2
de funciones cuando fungía como Jueza de Instrucción Penal Primera del
departamento de Pando, designada de manera transitoria, funciones a las que
renunció el 6 de junio de 2017; la misma que fue aceptada por el Consejo de la
Magistratura, alejándose definitivamente del cargo que ejercía.
Una vez graduada de la Escuela de Jueces del Estado, asumió el cargo de “Jueza
del Tribunal de Sentencia” (sic), que en la actualidad ocupa, lo que imposibilita,
conforme al art. 23.3 de la LOJ, la sanción de destitución después de una renuncia
escrita y de haber ingresado a la carrera judicial, sin que exista en el ejercicio de
funciones alguna falta disciplinaria ni en el anterior cargo, menos en el actual,
peor aún si la sanción llegó después de más de un año de haber ingresado al
proceso de institucionalización y de haber renunciado al anterior cargo, pues de
haber existido alguna falta en el ejercicio de sus funciones como Jueza de
Instrucción Penal, hubiera sido inhabilitada dentro del proceso de selección para
los egresados de primer curso de formación de la citada Escuela y al advertirse
que no se cometió falta alguna en el anterior ni en el actual cargo, no
correspondía su destitución.
I.1.3. Petitorio
3
Técnico del Tribunal de Sentencia Segundo; y, 3) Se disponga el pago de sueldos
devengados, la condenación de costas, daños y perjuicios.
4
inicialmente suspendida en base a actos administrativos legales sustanciados con
anterioridad y debidamente notificados; d) Manifestó la ilegalidad de la instrucción
verbal recibida y la falta de procesamiento del personal administrativo que la
emitió; así como del personal jurisdiccional que no instaló la audiencia de 30 de
septiembre de 2016; pretendiendo con ello justificar su accionar y rehuir a las
responsabilidades disciplinarias comprobadas en justo y debido proceso
disciplinario; no siendo pertinente ingresar al fondo de lo juzgado en sede
constitucional, como si se tratase de una instancia más; e) La impetrante de tutela
arguyó la falta de valoración de la prueba que acreditó la instrucción de
constituirse a sus funciones, aspecto que reiteró como válido, sin considerar que
este hecho no fue cuestionado en ningún momento en la resolución; empero,
dicha instrucción tampoco estada dirigida a restituirla a sus funciones, sino en el
de reponer un día de trabajo; y, f) Denunció la falta de fundamentación respecto
a la imposición de la sanción de destitución después de la existencia de una
renuncia efectivamente cumplida; al respecto la Resolución de segunda instancia
fue concisa y precisa, al señalar que ese tema se encontraba relacionado con la
ejecución de la Sentencia, la cual al tratarse de una falta disciplinaria se
consideraría a través de las instancias administrativas del Consejo de la
Magistratura, toda vez que, la que la Resolución de segunda instancia no hizo más
que confirmar la sanción de destitución del cargo en cuyo ejercicio fueron
producidos los hechos que condujeron a dicha situación, en ese entendido, todo lo
relacionado con su materialización corresponde a la fase de ejecución, por lo que
no se puede exigir al Tribunal de apelación que analice al respecto, sin que incurra
en un pronunciamiento ultra petita.
Teodora Sonia Montero Rocha, Jueza Técnica del Juzgado Disciplinario Segundo de la
Oficina Departamental de Pando del Consejo de la Magistratura, en audiencia
manifestó que: 1) LOJ, en su art. 188.12, refiere como falta gravísima actuar dentro
de un proceso que no sea de su competencia o cuando ésta hubiese sido suspendida,
cuya inobservancia por parte de la accionante fue lo que motivó la apertura del
proceso disciplinario; asimismo, el art. 8 de la citada Ley, establece que todas las
autoridades, servidores del Órgano Judicial son responsables de sus decisiones y
actos. Por otra parte, conforme prevé el art. 195 de la mencionada norma, el proceso
disciplinario es iniciado a denuncia de cualquier persona o servidor público que se
sienta afectado y no así de oficio; 2) En relación a las pruebas, existió contradicción
en las mismas; 3) En el Memorándum CM/RR.HH. 22/2016, se señaló la suspensión
de sus funciones por un mes sin goce de haberes, a partir del 1 de septiembre de
dicho año; empero la impetrante de tutela, no mencionó que el Órgano Judicial se
maneja por Reglamento Interno; existiendo un instructivo del control de personal y
de las comunicaciones; sin embargo, administrativamente no impugnó la orden verbal
del Encargado Distrital de Pando del Consejo de la Magistratura; y, 3) La peticionante
de tutela nunca fue desvinculada del Órgano Judicial, toda vez que, fungió como
Jueza de Instrucción Penal Primera y actualmente es Jueza Técnica del Tribunal de
Sentencia ambos del departamento de Pando; en ese entendido, la SCP 0221/2016-
S2 de 21 de marzo, expresó que no es al cargo que se sanciona, sino a la persona y
en el caso presente se aplicó ese entendimiento.
5
Oficina Departamental de Pando del Consejo de la Magistratura, por informe
escrito presentado el 14 de noviembre de 2018, cursante a fs. 315 y vta., expresó
lo siguiente: i) Fueron valoradas todas la pruebas, determinándose hechos
concretos; empero, la ahora accionante, pretendió justificar su accionar a través
de esta acción de defensa, convirtiéndola en una instancia del proceso
disciplinario; además de ello, advirtiendo que funcionarios del Consejo de la
Magistratura de manera verbal le habrían inducido en error; ii) La ahora
impetrante de tutela conocía los mecanismos propios para representar el
Memorándum, al notar la ambigüedad del mismo, debiendo solicitar la emisión de
otro o en su defecto una comunicación escrita para reponer el día de trabajo; y,
iii) Para recurrir al ámbito de protección de la acción de amparo constitucional, las
SC 0995/204-R de 29 de junio y SCP 2542/2012 de 21 de diciembre, señalan que
el error o defecto procesal será calificado como lesivo al derecho al debido proceso
en los casos que tengan relevancia constitucional y causen indefensión a la parte
procesal, aspecto que no se dio en el presente caso, correspondiendo denegar la
tutela solicitada.
I.2.4. Resolución
6
de la Oficina Departamental de Pando, de la misma entidad administrativa, en
consecuencia, se dejó sin efecto la Resolución SD-AP 385/2017, debiendo los
miembros de la Sala Disciplinaria referida, dictar una nueva siguiendo los
lineamientos del presente fallo de amparo constitucional, reincorporando a sus
funciones a la accionante, mientras la Sala Disciplinaria pronuncie resolución,
determinación asumida en base a los siguientes fundamentos: 1) El Tribunal de
primera instancia hizo una relación de la prueba documental, realizando una
fundamentación descriptiva sin valorarla ni fijar su alcance, llegando a
conclusiones sin la fundamentación probatoria intelectiva; es decir, no expresó las
razones que tuvieron los personeros del Consejo de la Magistratura para ordenar
verbalmente a la hoy peticionante de tutela retornar a su fuente laboral un día
antes de cumplir su sanción; 2) El Tribunal de segunda instancia agrupó los
puntos de reclamo 2, 3, 4, 5 y 7 de la apelación y en respuesta a los mismos
refirió que: “El Tribunal de Primera instancia señaló que el informe de la Técnico
de Control y Fiscalización y el encargado del Consejo de la Magistratura, convenció
al Tribunal que no se aplican los mecanismos de comunicación en la institución
como corresponde, incurriendo en errores garrafales y que al no realizar el manejo
apropiado de los medios de comunicación y la no obediencia al memorándum
citado (de suspensión), dieron lugar al hecho de la denuncia, habiendo incurrido la
denunciada en la falta tipificada” (sic); así también, valorando lo argumentado por
el Tribunal de primera instancia manifestó que fuera de la deficiencias
administrativas advertidas, en el caso concreto, se debió tomar en cuenta que fue
a través de una orden verbal, por la que se determinó la reposición del día no
trabajado, ante ello, la peticionante de tutela sabía de sus delicadas funciones,
como también de los efectos jurídicos de los procesos donde intervino, teniendo
conocimiento que el Memorándum de suspensión no había sido anulado, lo que
constituyó una falta disciplinaria; toda vez que, era previsible la observación de la
resolución emitida en esas circunstancias. Como se pudo advertir, el Tribunal de
segunda instancia tampoco valoró la prueba literal referida; es decir, no hizo
mención de la documentación y las razones expuestas por el Encargado Distrital
de Pando y la Técnico de Control de Personal ambos del Consejo de la
Magistratura, para ordenar a la Jueza hoy accionante constituirse en su fuente
laboral, lo que obviamente implicó falta de fundamentación al no valorar en su
integridad la prueba existente; 3) Otro aspecto reclamado en la apelación,
relacionado con la valoración de la prueba literal respecto a las razones que tuvo
para volver a trabajar un día antes, fue la ausencia de explicación en cuanto a que
si la falta cometida fue dolosa o culposa, además de establecer si la falta
contenida en la norma por la que fue sancionada tiene carácter doloso o culposo,
lo que tiene relevancia en los resultados del análisis; 4) Las autoridades de
segunda instancia, ahora demandados, al no valorar la prueba y no dar respuesta
interpretativa sobre el carácter culposo o doloso de la falta por el que la
accionante fue destituida, lesionaron el derecho al debido proceso en su vertiente
falta de fundamentación; y, 5) Con relación a la sanción, que no le alcanza a la
hoy peticionante de tutela por haber dejado las funciones de Jueza de Instrucción
Penal Primera transitoria y haber asumido como Jueza del Tribunal de Sentencia
de carrera; fue resuelto en el entendido que la sanción es a la persona no al
cargo; por lo que, la resolución que imponga una sanción disciplinaria puede ser
7
aplicada independientemente del cargo que se tenía cuando se determinó y en la
cual se encuentra a la hora de ejecutarla.
II. CONCLUSIONES
8
debe otorgar o denegar la tutela solicitada.
9
dispositiva de la resolución; en suma se exige que exista plena coherencia
y concordancia entre la parte motivada y la parte dispositiva de un fallo’.
10
resoluciones a través de la motivación y fundamentación configurando una
estructura de hecho y de derecho, permite informar a las partes respecto
al por qué de una determinada decisión y los alcances que tiene la misma
respecto a un reclamo o a una pretensión formulada; aspecto este último,
que tiene relación con el deber de garantizar el principio de congruencia,
dado que la motivación y fundamentación de la resolución debe
enmarcarse en lo pretendido o solicitado por las partes. Elementos que sin
duda, permiten además, que se realice un control efectivo por parte de las
diferentes instancias y etapas del proceso, a través de los medios de
impugnación que la ley reconoce”.
11
quiere decir, que la competencia de la Sala Penal y Administrativa del
Tribunal Departamental de Justicia de Pando, constituida en Tribunal de
garantías, queda abierta para conocer y resolver la acción de defensa
planteada, en virtud a que ésta fue interpuesta el 25 de octubre de 2018,
con anterioridad a la instalación de las Salas Constitucionales (15 de
febrero de 2019), consiguientemente, las actuaciones del referido Tribunal,
fueron efectuadas en cumplimiento de la normativa legal vigente.
12
haberse presentado a trabajar el 30 de septiembre de 2017, en
cumplimiento a una instrucción verbal; y, b) La instrucción de Vladimir
Bernardo Sempértegui Gómez y Diandra Yolenne Mendoza Paz –
personeros administrativos del Consejo de la Magistratura–,por la que
le comunicaron que debía compensar el 30 de septiembre de 2017, por
el día indebidamente pagado, esto a fin de no causar daño económico.
13
vii) En cuanto al agravio 7, refirió que las Juezas ciudadanas incurrieron
en una serie de contradicciones, ya que en el acta refirieron error y
falta de profesionalismo de las personas responsables administrativas;
b) Los agravios dos, tres, cuatro, cinco y siete, por su conexitud entre
sí, fueron respondidos de forma conjunta, puesto que, estos refieren a
la actuación de la Jueza denunciada en la audiencia de 30 de
septiembre de 2016, cuando se encontraba suspendida de funciones
por un mes, situación que a simple vista y de la revisión de esos
documentos configuraría la comisión de la falta disciplinaria contenida
en el art. 188.I.12 de la LOJ; sin embargo, la recurrente adujo que el
error fue inducido por el personal administrativo, que le ordenó la
reposición de un día. Al respecto, la Sala Disciplinaria, reiterando los
argumentos expuestos en la Sentencia 28/2017, en cuanto a la
inadecuada aplicación de los medios de comunicación, que hicieron
incurrir en “errores garrafales” (sic); el análisis efectuado de cada una
de las declaraciones testificales de cargo y de descargo y al acta de
careo y la no obediencia al Memorándum de suspensión, que llevaron
al convencimiento sobre la comisión de la falta disciplinaria por la
14
Jueza denunciada. Concluyó, que no obstante las deficiencias
administrativas advertidas, se debía tomar en cuenta que fue a través
de una orden verbal por la que se determinó la reposición del día
cuestionado; razón por la que, la disciplinada conocedora de las
delicadas labores que desempeñaba, así como de los efectos jurídicos
de los procesos donde intervino estando su competencia suspendida,
constituyó no solo una falta disciplinaria sino en falta del deber de
cuidado y previsión en el ejercicio de sus funciones. Por otra parte,
debió observar que la orden verbal de reponer el día no trabajado, no
emanaba de una autoridad jerárquica, además de advertir que, al
haber sido notificada en una primera instancia por medio escrito con
fue el Memorándum de suspensión, correspondía que de manera
similar sea notificada con una orden en contrario. En cuando al
hecho de no haberse valorado la prueba referente a la
testifical del Secretario Luis Alejandro Gharvizu Echave, de la
revisión de la Sentencia de primera instancia no se tiene ser evidente
dicha denuncia, puesto que la misma se encontraba dentro de los
hechos probados.
15
f) En cuanto al agravio noveno, al encontrarse relacionado a la ejecución
de sentencia, su consideración será a través de las instancias
administrativas del Consejo de la Magistratura.
16
agravio 9, que si bien manifestaron que dicho punto se encontraba relacionado
a la ejecución de sentencia y que su consideración sería a través de las
instancias administrativas del Consejo de la Magistratura, empero, dicha
respuesta a más de ser confusa y sin sustento alguno, no proporcionó a la
impetrante de tutela fundamentos concretos que satisfagan su cuestionante
sobre el punto impugnado, advirtiéndose con ello, que se incurrió en la falta de
fundamentación y congruencia en la resolución de alzada, dado que como
autoridades de última instancia tenían el deber de analizar y verificar las
circunstancias fácticas traídas a su conocimiento a fin de establecer si la
actuación del inferior se enmarcó a derecho, respondiendo a cada uno de los
puntos de agravio denunciados de manera clara y certera, de modo que se cree
certidumbre al momento de conocer la decisión asumida; lo que en los hechos
no aconteció, toda vez que, las autoridades demandadas, no advirtieron cuáles
fueron los motivos por los que tanto el Encargado Distrital de Pando y la Técnico
de Control de Personal ambos del Consejo de la Magistratura, acordaron instruir
a la ahora impetrante de tutela, constituirse en su fuente laboral a fin de
compensar un día indebidamente pagado, en una fecha en la que dicha
autoridad se encontraba suspendida, tomando en cuenta cada una de las
pruebas que fueron ofrecidas en el transcurso de la investigación y
determinando la legalidad o ilegalidad de aquella instrucción verbal, a fin de
establecer los hechos y si estos se sujetan a derecho, además de ello,
proporcionando una respuesta con argumentos válidos y fundados sobre la
existencia o no de dolo o culpa en la falta cometida por dicha autoridad.
Consiguientemente a criterio de este Tribunal los razonamientos expuestos en la
Resolución Disciplinaria hoy cuestionada, resultan ser insuficientes, en virtud a
que estos omitieron dar respuesta a cada uno de los agravios en su integridad,
conforme a los antecedentes que arroja el proceso disciplinario y que garanticen
la comprensión de las partes del por qué se tomó aquella decisión, bajo el
contexto, de que todo fallo debe exponer de forma clara las razones que
justifican aquella determinación, precisando los hechos y su fundamentación
jurídica, aplicando no solo sus preceptos, sino observando los principios y
valores supremos orientadores de la administración de justicia, alcanzando el
convencimiento necesario de que se obró de forma correcta, actuar de manera
contraria, constituye vulneración del debido proceso en su elemento de debida
fundamentación y congruencia reclamado por la accionante, correspondiendo
conceder la tutela solicitada.
17
POR TANTO
18
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0444/2020-S4
Sucre, 16 de septiembre de 2020
Expediente: 32758-2020-66-AL
Departamento: La Paz
Dentro del proceso penal que se sigue en su contra por la presunta comisión del
delito de violencia familiar o doméstica, se le impuso la medida cautelar de
detención preventiva a cumplir en el Centro Penitenciario San Pedro de La Paz;
medida de última ratio que dio lugar a la presentación de una solicitud de
cesación de la misma ante el Juzgado de Sentencia Anticorrupción y Contra la
Violencia Hacía las Mujeres Primero del departamento de La Paz, pidiendo que se
señale audiencia para su consideración.
1
los arts. 234.2 y 10 y 235.2 del Código de Procedimiento Penal (CPP), que para
ser desvirtuados, presentó diversos elementos probatorios; sin embargo, la
autoridad jurisdiccional, negó su pretensión sin explicar ni fundamentar las
razones por las cuales no sería viable su pretensión; Resolución contra la cual
interpuso recurso de apelación pidiendo la remisión de obrados al Tribunal de
alzada, habiendo correspondido su conocimiento a la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; instancia que señaló audiencia, en
la cual, mediante la expresión de agravios, solicitó que se disponga la cesación de
la detención preventiva, argumentando que el Juez a quo no valoró correctamente
los elementos de prueba que presentó y que la resolución impugnada, carecía de
fundamentación; sin embargo, los Vocales Sala Penal Primera –autoridades ahora
demandadas– pronunció un Auto de Vista 508/2019 de 29 de noviembre ilegal, al
concluir que no se desvirtuaron los riesgos procesales, encontrándose privado de
su libertad; agravio que abre el control constitucional de la mencionada decisión.
2
inviabilizaba su aplicación, razonamiento que no resulta correcto, ya que la
analogía en la aplicación de la jurisprudencia no es sustantiva sino adjetiva.
Tampoco determinó las razones por las que la medida cautelar debía permanecer,
resultando una resolución arbitraria, más aún si no existe ninguna actuación
investigativa al haber concluido la etapa preparatoria, correspondiendo conforme
a la Ley de Abreviación Procesal Penal y de Fortalecimiento de la Lucha Integral
contra la Violencia a Niñas, Niños, Adolescentes y Mujeres –Ley 1173 de 3 de
mayo de 2019– y su modificación, evitar privaciones de libertad abusivas; aspecto
que fue abordado en su recurso de apelación que no recibió respuesta del
Tribunal de alzada. Finalmente señaló que la presunta víctima en un rol de
victimización exhibió documentación refiriendo que la madre del hoy accionante
hubiera accionado un proceso penal en su contra y pese a que la misma autoridad
reconoció que no tuvo contacto con dicha literal, acogió sus argumentos lo que
motivó el rechazo de su pretensión, aspectos que no se encuentran acordes a la
finalidad de las medidas cautelares, pues no pude asumir responsabilidad por las
acciones de terceros.
I.1.3. Petitorio
3
Celebrada la audiencia pública el 9 de diciembre de 2019, según consta en el
acta cursante de fs. 21 a 26 vta., presente el representante sin mandato del
impetrante de tutela; ausente las autoridades demandadas, se produjeron los
siguientes actuados:
4
omitiendo establecer si los nuevos elementos de prueba presentados, desvirtúan
las causas que motivaron su detención preventiva, obviando la presentación del
contrato de trabajo con efecto futuro, del NIT de la empresa que lo contrató, el
certificado de Impuestos Internos que establece que su empleador además
desarrolla la actividad económica de tapicería, pues retrotrayendo actuaciones, sin
revisar las mismas, nuevamente dispuso la presentación de facturas para acreditar
el funcionamiento de la empresa, a pesar que ya presentó esa prueba, situándolo
en indefensión; y, d) No corresponde plantear una nueva cesación a la detención
preventiva y presentar nuevamente las facturas de la empresa, al margen de lo
dispuesto por el art. 239.1 del CPP, referido nuevos elementos que desvirtúen las
razones que motivaron su detención preventiva, cuando esas facturas ya fueron
valoradas a tiempo de resolver y rechazar una primera solicitud de cesación a la
detención preventiva.
César Wenceslao Portocarrero Cuevas, Vocal de la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, por informe escrito de 9 de diciembre de
2019, cursante de fs. 16 a 17, señaló lo siguiente: 1) La acción de libertad
planteada por el impetrante de tutela no señaló en forma expresa si se activa por
estar en peligro su vida o estaría ilegalmente perseguido, indebidamente
procesado o privado de su libertad, tampoco formuló en forma congruente su
petición con fundamentos de hecho y de derecho, además los elementos
configuradores “causa petendi” no se encuentran identificados o fundamentados en
forma adecuada; 2) De los fundamentos de la acción tutelar no se evidencia lesión a
los derechos a la vida o a la libertad y si bien el accionante menciona algunas
medidas restrictivas, éstas no guardan relación con los presupuestos de una
acción de libertad, dado que no se encuentra sometido a ningún tipo de detención
ilegal, pretendiendo a través de la jurisdicción constitucional la concesión de tutela
sin haber agotado los medios intraprocesales; 3) La parte accionante deduce en
su pretensión que la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz, no realizó una adecuada valoración de la documentación que ha colegido
el Juez Anticorrupción y Contra la Violencia Hacia las Mujeres Primero del
departamento de La Paz, al momento de dictar la Resolución “423/2019” de 22 de
noviembre; asimismo, de manera incorrecta a través de la acción de libertad,
pretende la realización de actos o respuestas a cuestiones que de realizar una
revisión de antecedentes o revalorizar la prueba bajo reglas de la sana crítica por
el Juez a quo, que no corresponde a la Sala de apelación, no ameritando la
interposición de la acción de defensa, al no cumplir los presupuestos de
procedencia, y, 4) El accionante intentó que prevalezca en procesos de violencia
intrafamiliar o doméstica la SCP 0185/2019 que versa sobre hechos fácticos de
robo agravado, no siendo vinculante al presente caso; toda vez que, la SCP
0394/2018-S2, así como la SCP 0001/2019 son las que deben aplicarse, además
que en defensa material, la víctima manifestó que fue denunciada por la madre
del imputado, quien además figura como su empleadora; asimismo, que el
imputado inclusive agredió al investigador sin respetar su condición de servidor
5
público, demostrando su carácter violento; hechos que determinan la
improcedencia de la acción de libertad.
Adán Willy Arias Aguilar, Vocal de la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, en el informe escrito presentado el 9 de
diciembre de 2019, cursante de fs. 18 a 20, manifestó que, carece de legitimación
pasiva porque el Auto de Vista 508/2019, fue dictado por el Vocal César
Wenceslao Portocarrero Cuevas, en su condición de Presidente de la Sala Penal
Primera del señalado Tribunal; además en la lista de remisión enviada por la
misma Sala, por la vacación judicial, no figura el nombre de Víctor Eduardo
Moldes Lima; por lo que, corresponde denegar la tutela impetrada.
I.2.3. Resolución
6
Sobre el art. 235. 2) del citado Código, la Sala Penal Segunda mantuvo vigente
dicho riesgo porque no se habría acreditado dos puntos, el primer vinculado a
declaraciones en etapa preparatoria de dos personas y el segundo
relacionado a la existencia de un informe pericial; por lo que, en función de
la Ley 1173 se le habría explicado que en mayo de esa gestión se presentó
acusación y aunque ya se encontrarían en diciembre no existiría auto de
apertura, lo cual debió merecer pronunciamiento.
II. CONCLUSIÓN
7
III.1. Del derecho a la fundamentación y motivación, como elementos
de la garantía del debido proceso
8
Por su parte, la SC 0802/2007-R de 2 de octubre se refiere a los
supuestos de motivación arbitraria; empero, es la SCP 2221/2012 de 8 de
noviembre la que desarrolla el contenido esencial del derecho a una
resolución fundada, señalando que el mismo está dado por sus finalidades
implícitas, como son: a) El sometimiento a la Constitución Política del
Estado y al bloque de constitucionalidad; b) Lograr el convencimiento de
las partes que la resolución no es arbitraria; es decir, que observa el valor
justicia, los principios de interdicción de la arbitrariedad, de razonabilidad
y de congruencia; c) Garantizar la posibilidad del control de la resolución a
través de los medios de impugnación; d) Permitir el control social de la
resolución en mérito al principio de publicidad y, e) La observancia del
principio dispositivo que implica la otorgación de respuestas a las
pretensiones de las partes -quinta finalidad complementada por la SCP
0100/2013 de 17 de enero.
9
Ahora bien, la jurisprudencia precedentemente citada debe ser
complementada a partir de la relevancia constitucional que tenga la
alegada arbitraria o insuficiente fundamentación y motivación de las
resoluciones, es decir, que deberá analizarse la incidencia de dicho acto
supuestamente ilegal en la resolución que se está cuestionando a través
de la acción de amparo constitucional; pues, si no tiene efecto
modificatorio en el fondo de la decisión, la tutela concedida por este
Tribunal únicamente tendría como efecto el que se pronuncie una nueva
resolución con el mismo resultado; consiguientemente, a partir de una
interpretación previsora, si bien la arbitraria o insuficiente
fundamentación, aún carezca de relevancia, deberá ser analizada por el
Tribunal Constitucional Plurinacional; empero, corresponderá denegar la
tutela por carecer de relevancia constitucional, con la aclaración que este
entendimiento es únicamente aplicable a la justicia constitucional que no
exigirá para efectuar el análisis, que la o el accionante cumpla con carga
argumentativa alguna”. (las negrillas son nuestras)
10
Revisados los antecedentes que cursan en el expediente, se tiene que el
proceso penal seguido por el Ministerio Público a instancia de Marianela
Nancy Zambrana contra el ahora accionante, por la presunta comisión del
delito de violencia familiar o doméstica, fue emitido el Auto de Vista
508/2019, pronunciada por la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, que resolvió el recurso de apelación
interpuesto por parte acusada contra la Resolución 23/2019, declarando la
improcedencia de las cuestiones planteadas y confirmando a la misma.
11
numeral 2) del art. 235 del CPP, en la Resolución apelada se menciona
que el imputado está detenido por un año y cinco días y las pruebas
deben ser consideradas en la etapa de juicio, para enervar los riesgos
procesales; argumento que no constituye un fundamento para desvirtuar
este riesgo porque es el Juez Cautelar quien tiene que controlar el tiempo
de las investigaciones y solamente se toma el tiempo de detención del
imputado bajo el principio de objetividad, razonabilidad y proporcionalidad
el delito por el que se está acusando o investigando. En la presente
audiencia se menciona el art. 272 bis del CP en sus numerales 1 y 3, que
tiene una pena privativa de dos a cuatro años, en consecuencia, estos
parámetros deben considerarse por el Juez Cautelar si aún está en etapa
investigativa o próximo a entrar a juicio; y, iv) En cuanto a lo que
manifestó la víctima en audiencia que fue denunciada por la madre del
imputado, que a su vez figura como empleadora en el contrato de trabajo
presentado por éste, ante el Juez Cautelar, “…esa respuesta no puede
dejar desapercibida cuando de por medio por intervención de la víctima
son personas agresivas e inclusive han agredido al investigador. Si bien no
es evidente que no está el Ministerio Público para que acredite de forma
objetiva este informe no menos cierto que ha mostrado una citación,
aunque esta autoridad no ha evidenciado simplemente por el principio de
inmediación ha mostrado a la distancia no obstante persiste el art. 235
numeral 2) del Código de Procedimiento Penal…” (sic).
12
revisión inherentes a los Tribunal superiores, en materia de medidas
cautelares, estos pueden revalorizar la prueba valorada por jueces o
tribunales inferiores, así como los antecedentes de la causa; por lo que
corresponde en este extremo conceder la tutela impetrada al evidenciar
omisión en la consideración de los antecedentes de la causa solicitados
por el hoy solicitante de tutela.
13
Finalmente con relación a la presunta agravación de su situación jurídica
al modificar las causas de su detención, dicho aspecto al encontrarse
enlazado presuntamente al riesgo precedente, en mérito a la concesión
efectuada, deberá ser aclarado por el Vocal demandado, pues de la
lectura del acápite que lo contiene se evidencia que los argumentos
expuestos con relación a dicha temática –intervención de la víctima en
audiencia– son imprecisos y obscuros.
POR TANTO
14
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0830/2020-S4
Sucre, 15 de diciembre de 2020
Expediente: 26289-2018-53-AAC
Departamento: La Paz
Dentro del proceso penal que sigue contra Narcisa y Simona Mamani Triguero,
por la presunta comisión del delito de lesiones graves y gravísimas, el cual se
encuentra en etapa de juicio oral, en la que las nombradas presentaron
incidente de prescripción de la acción, al cual se dio “ha lugar”, determinación
contra la que formuló recurso de apelación.
1
El 13 del indicado mes y año, se notificó con el traslado del incidente de
actividad procesal defectuosa; empero el abogado de la parte contraria el 14 de
ese mes y año, devolvió dicha notificación, sin hacer renuncia como su
abogado, solicitando únicamente se les notifique a las imputadas en su
domicilio real, lo cual no está previsto por ley.
I.1.3. Petitorio
Ana María Villa Gómez Oña y Víctor Luis Guaqui Condori, Vocales de la Sala
Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, por informe
presentado el 31 de octubre de 2018, cursante de fs. 66 a 67 vta.,
manifestaron que: i) Se observó una falta de legitimación activa en la acción de
amparo constitucional, ya que en el proceso se constituyen como querellantes
Marcelo Mamani Amaru y el ahora impetrante de tutela; empero, solo el último
nombrado planteó esta acción de defensa, no obstante a que los efectos serán
para ambos; ii) Este proceso ya cuenta con un Auto de Vista emitido el 2017,
el cual ya fue notificado a todas las partes procesales, oponiendo de forma
posterior el incidente de actividad procesal defectuosa; iii) No se advierte nexo
de causalidad, lo que deviene en la denegatoria de la tutela impetrada; iv) En
cuanto a los derechos vulnerados, el solicitante de tutela expresó como
infringido el art. 314.II del CPP, empero no señaló derecho alguno, el cual no
puede ser tutelado por una acción de amparo constitucional, ya que no se trata
de un recurso ordinario de carácter legal; v) No se cumplió con la carga
procesal de fundamentar debido a que no se expresó si el debido proceso fue
lesionado como principio, derecho o garantía, ni siquiera se señaló la vertiente
que hubiera sido transgredida; vi) En cuanto a la infracción al derecho a la
petición, el accionante no cumplió con los presupuestos para activar esta acción
de defensa, puesto que se dio respuesta a las solicitudes efectuadas; vii) De
manera previa a resolver el incidente de actividad procesal defectuosa se tiene
otra cuestión, que es la reposición de un memorial presentado por la parte
imputada que estaría vinculado al incidente opuesto, para lo cual se solicitó
informe a la auxiliar de Sala, con lo que se resolverá la reposición y se
determinará las sanciones administrativas correspondientes; viii) No se realizó
un petitorio adecuado, pues no se refiere si su demanda fue planteada por un
acto ilegal o una omisión indebida; ix) No se vulneró derecho alguno; y, x) En
cuanto a la solicitud de un aparente agravio económico, la misma debe ser
desestimada, debido a que no se demostró la existencia de los elementos
constitutivos del daño, situación que impide se pronuncien a una supuesta
reparación de índole patrimonial.
II. CONCLUSIONES
5
En concordancia con las mencionadas normas constitucionales, el art.
115.II de la citada Ley Fundamental, determina: “El Estado garantiza
el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones” (las
negrillas nos pertenecen); de donde se puede colegir, que la
administración de justicia debe ser rápida y eficaz tanto en la
tramitación como en la resolución de las causas, ya que las personas
que intervienen en el proceso esperan una definición oportuna de su
situación jurídica.
Por su parte, el art. 3.7 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), establece
que la celeridad comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en
la administración de justicia; es decir, busca efectivizar los derechos
y las garantías reconocidos por el texto constitucional.
6
los procedimientos logren su finalidad; y a su vez la eficiencia,
persigue acortar el tiempo de duración de los procesos y obtener una
mayor certeza en las resoluciones, de manera que las personas
obtengan un oportuno reconocimiento de sus derechos; en virtud a
ello, son los operadores de justicia los encargados de realizar una
aplicación efectiva de estos principios en la administración de justicia,
impulsando el proceso y garantizando la celeridad procesal, en
procura de alcanzar una mejora en la administración de justicia.
9
tiene expresado en el Fundamento Jurídico III.2 de esta
Sentencia Constitucional Plurinacional, máxime si a partir de
la solicitud efectuada transcurrieron más de dos años para la
emisión del fallo respectivo, lesionándose en consecuencia el
derecho al debido proceso; correspondiendo en consecuencia
conceder la tutela solicitada.
10
En este marco y teniéndose definido que en el presente caso,
no se procura la satisfacción del derecho de petición, sino la
concreción de una pretensión a través de la emisión de una
decisión dentro de un procedimiento judicial, de acuerdo al
Fundamento Jurídico III.2 del presente fallo constitucional, no
puede considerarse como vulneratorio el derecho a la
petición, consiguientemente, al no estar la problemática
reclamada dentro de los alcances del derecho de petición,
conforme se tiene de los entendimientos jurisprudenciales
descritos en el presente fallo constitucional, corresponde
denegar la tutela solicitada.
Por lo precedentemente señalado, el Tribunal de garantías, al haber denegado
la tutela impetrada, obró parcialmente de forma correcta.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Cuarta Especializada; en
virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art.
12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve:
CONFIRMAR en parte la Resolución 12/2018 de 31 de octubre, cursante
de fs. 60 a 61 vta., pronunciada por la Sala Social Contenciosa y Contenciosa
Administrativa Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; y en
consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, únicamente en cuanto a la falta
de pronunciamiento oportuno del incidente de actividad procesal defectuosa.
11
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0991/2019-S4
Sucre, 27 de noviembre de 2019
Expediente: 30273-2019-61-AL
Departamento: La Paz
1
A tiempo de realizar el trámite para acceder a dicha medida, se le hizo conocer
que en el Mandamiento que impuso su detención preventiva en el Centro de
Orientación Femenina de Obrajes de La Paz, se encontraba consignado a
nombre de “RAQUEL IRMA COSSIO ROCHA” (sic), observándose que no
existía correlación entre el mismo y el Mandamiento de Detención Domiciliaria,
por la ausencia del sufijo “VDA. DE MURILLO” (sic); ante ello, solicitó a la Jueza
ahora demandada, su corrección, autoridad que mediante un decreto,
respondió de manera evasiva dicho pedido; y de acuerdo a lo dispuesto por la
Directora del Centro de Orientación Femenina de Obrajes de La Paz –hoy
codemandada−, sería imposible el cumplimiento del Mandamiento de
Detención Domiciliaria, en tanto exista error en el nombre; por lo que, pese a
ser de la tercera edad, padecer de la enfermedad de diabetes “mielitus” y
haber sido beneficiada con la aplicación de medidas sustitutivas, las mismas no
se pueden hacer efectivas debido a la consignación del antes mencionado
sufijo, por lo que se encuentra ilegalmente privada de su libertad.
I.1.3. Petitorio
2
empero, no fueron objeto de observación alguna por parte de la precitada; así
también, con dicha identidad se dispuso su detención preventiva; por lo que, no
se puede ser modificado el indicado Mandamiento a través de una acción de
libertad, menos cuando el Mandamiento de Detención Preventiva guarda relación
con las Resoluciones de imputación formal y de acusación; 2) Su autoridad no
emitió el Mandamiento de Detención Domiciliaria, como se refiere faltándose a la
verdad, pues fue la Sala Penal Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz, la que dispuso la aplicación de medidas sustitutivas a favor de la
accionante; y, 3) No puede dar cumplimiento a un Mandamiento de Detención
Domiciliaria del cual desconoce, pretendiendo la ahora solicitante de tutela hacer
incurrir en error a su autoridad.
I.2.3. Resolución
3
autoridades judiciales que reciban una petición de la persona detenida o privada
de libertad, tienen la obligación de tramitarla con la mayor celeridad; y, iii) Con
relación a la Directora del Centro de Orientación Femenina de Obrajes, no incurrió
en procesamiento indebido, por cuanto fue el “Sargento Blanco” quien de forma
verbal, rechazó la recepción del Mandamiento de Detención Domiciliaria debido a
que el mismo contenía datos imprecisos, pues las Gobernaciones de los Recintos
deben tomar las debidas previsiones administrativas para evitar que alguien sea
puesto en libertad teniendo otros mandamientos pendientes o que el
mandamiento contenga alguna falsedad material o ideológica.
II. CONCLUSIONES
5
1) La Directora del Centro de Orientación Femenina de Obrajes de La Paz
–hoy codemandada−, señaló que el referido Mandamiento otorgado en favor
de “RAQUEL IRMA COSSIO ROCHA VDA. DE MURILLO” (sic) sería de
imposible cumplimiento en tanto exista error en el mismo, pues se le hizo
conocer que en el Mandamiento que imponía su detención preventiva en dicho
Centro, se encontraba consignado el nombre de “RAQUEL IRMA COSSIO
ROCHA” (sic), observándose que no existía correlación entre éste y el
Mandamiento de Detención Domiciliaria, por la ausencia del sufijo “VDA. DE
MURILLO” (sic); y, 2) Ante dicha observación, mediante memorial, solicitó a la
Jueza ahora demandada la corrección de su nombre; empero, la autoridad
judicial respondió de manera evasiva, sin considerar que es una persona de la
tercera edad y que se encuentra delicada de salud al padecer de la enfermedad
de diabetes.
6
trámites judiciales o administrativos cuando existen dilaciones indebidas,
para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada
de libertad”.
7
vinculadas con el derecho a la libertad de la persona; como en los
casos en que ésta, encontrándose privada de este derecho y
recluida en un centro de detención, por los beneficios que ofrece
el sistema penal o por haberse resuelto su situación jurídica
accede a su libertad, lo cual, para la realización y observancia de
este principio, demanda una conducta bastante diligente, no sólo
de los operadores de justicia, sino especialmente, de las autoridades
administrativas encargadas o responsables de los centros de detención,
quienes sin perjuicio de su deber de tomar los recaudos correspondientes
para evitar una posible evasión o que se presenten situaciones
fraudulentas, debe actuar con la mayor prontitud del caso, haciendo que
la libertad que se hubiese ordenado se haga efectiva a la brevedad
posible, prescindiendo de todo formalismo o exigencia adicional
innecesaria que retrase o posponga una libertad que ya ha sido
legalmente ordenada por autoridad competente” (las negrillas y el
resaltado son agregadas).
8
Jueza hoy demandada, el correspondiente Mandamiento de Detención
Preventiva, consignándose en el mismo el nombre de la solicitante de
tutela como “RAQUEL IRMA COSSIO ROCHA” (sic); posteriormente,
habiendo interpuesto recurso de apelación incidental contra la indicada
determinación, los Vocales de la Sala Penal Cuarta del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, le beneficiaron con la aplicación
de medidas sustitutivas a la detención preventiva, librando al efecto,
Mandamiento de Detención Domiciliaria en favor de “RAQUEL IRMA
COSSIO ROCHA Vda. DE MURILLO” (sic); así, a tiempo de cumplir con
la tramitación para acceder a dicha medida, el personal del Centro de
Orientación Femenina de Obrajes, le comunicó que no existía correlación
entre el Mandamiento de Detención Preventiva y el Mandamiento de
Detención Domiciliaria respecto a su nombre; por lo que, mediante
memorial presentado el 25 de julio de 2019, ante la Jueza hoy
demandada, solicitó la corrección de su nombre en el Mandamiento de
Detención Preventiva, debiendo quedar en definitiva como “RAQUEL IRMA
COSSIO ROCHA VDA. MURILLO” (sic), a efecto de dar cumplimiento a lo
dispuesto por la Sala Penal Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia
de La Paz –Mandamiento de Detención Domiciliaria−; escrito que mereció
proveído de 26 del indicado mes y año; por el que, se determinó: “estese
a los datos del proceso” debido a que la procesada no hubiera acreditado
documentalmente su identidad; motivo por el cual, por memorial
presentado en la misma fecha, la precitada reiteró la solicitud de
corrección de su nombre en el Mandamiento de Detención Preventiva,
adjuntando al efecto, fotocopia de su cédula de identidad; por lo que, la
Jueza de la causa, mediante decreto de 29 del referido mes y año, dispuso
que con carácter previo se notifique con el mismo al Fiscal de Materia
asignado al caso, para que en el plazo de tres días remita informe en
relación a su contenido, siendo diligenciado el mismo el 1 de agosto de
2019.
POR TANTO
11
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Cuarta Especializada; en virtud
de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de
la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve:
CONFIRMAR la Resolución 90/2019 de 5 de agosto y el Auto de 8 del mismo
mes y año, cursantes de fs. 22 a 24; y, 34 respectivamente, pronunciada por el
Tribunal de Sentencia Penal Décimo del departamento de La Paz; y, en
consecuencia,
12
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1064/2019-S4
Sucre, 16 de diciembre de 2019
Expediente: 30124-2019-61-AAC
Departamento: La Paz
1
asisten a los trabajadores, dentro de los cuales se encuentra una petición
injustificada de revisión a la forma de pago de los domingos trabajados, no
obstante de que éste siempre fue de cabal y legal cumplimiento por parte de la
empresa.
2
de incompetencia interpuesta por su parte, en base a un actuado previo y anterior
a la conformación del Tribunal, obligando en consecuencia a la empresa Minera
San Cristóbal S.A. a someterse a un proceso arbitral laboral, pese a la inexistencia
de voluntad de la institución minera, de someterse a una jurisdicción especial que
requiere necesariamente la voluntad de ambas partes, y no obstante que contra
dicha determinación plantearon recurso de apelación, éste les fue rechazado por
no encontrarse legalmente previsto en el ordenamiento jurídico; dando lugar a la
prosecución del proceso arbitral, el mismo que, al momento de interposición de la
acción tutelar, se encuentra en etapa de emisión de Laudo Arbitral; situación que
ocasionará un daño a la empresa empleadora, que nunca reconoció la
competencia del Tribunal Arbitral; instancia esta última que claramente estaría
usurpando funciones y competencias que le corresponden a un Juez de Trabajo y
Seguridad Social, de acuerdo a lo previsto por el “art. 43.b)” del CPT, concordante
con el art. 73.4 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ); consiguientemente, existe la
inminencia de dictarse una resolución que provocará un daño irreparable o
irremediable a la empresa Minera San Cristóbal S.A., consumando actos
vulneratorios de derechos constitucionales.
I.1.3. Petitorio
Por acta de 21 de mayo de 2019, cursante de fs. 1015 a 1016 vta., se evidencia
que la audiencia pública de la acción de amparo constitucional fue suspendida
debido a la falta de notificación del tercero interesado.
3
Mario Pacosillo Calcina y el tercero interesado, y ausentes los demandados Wilson
Orlando Ingala Huaygua y Miguel Ángel Albarracín Paredes, se produjeron los
siguientes actuados:
4
que implica que no se tiene pronunciamiento judicial a efectos de que el Ministerio
de Trabajo, Empleo y Previsión Social, decline la competencia que ostenta; e) No
se estableció con precisión el derecho vulnerado, siendo que el Acta de 21 de
noviembre de 2018, es inexistente. Argumentos en mérito a los cuales, solicitó se
deniegue la tutela impetrada; f) El procedimiento de conciliación fue
desnaturalizado al pretender interponer excepciones y recursos que no se hallan
previstos en la Ley General del Trabajo; g) En cuanto a la inexistencia de
mecanismos de impugnación dentro del proceso arbitral, que daría por salvada la
subsidiariedad de la acción de amparo constitucional, es preciso referir que,
conforme a la jurisprudencia constitucional y a las normas laborales, dicho
procedimiento concluye con la emisión del Laudo Arbitral que, evidentemente no
cuenta con recurso alguno de objeción, lo que abre la jurisdicción constitucional
de forma directa; sin embargo, en el presente caso, dicha resolución no ha sido
pronunciada; por ende, la vía constitucional no puede ser aperturada; h) El
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, no ejerció abuso de poder al
solicitar a la empresa que designe Árbitro Patronal, habiéndose abocado
simplemente al cumplimiento de las disposiciones legales contenidas en la Ley
General del Trabajo, en cuyo desconocimiento es pretendido por los ahora
accionantes; y, i) No se determinó con claridad si la demanda constitucional se
dirige contra las actas emanadas del Tribunal Arbitral o contra el procedimiento
establecido en la referida Ley, de ser así, debió formularse una acción de
inconstitucionalidad. En mérito a tales argumentos, solicitó se deniegue la tutela
impetrada.
5
solicitudes de la mencionada empresa sobre las certificaciones requeridas,
resultando contradictorio que para algunos actos dicha instancia sea competente
y para otros no; 5) Se solicitó la nulidad de obrados desde fs. 232, convalidando
los actos ejecutados previamente, cuando sí se consideró que el funcionamiento
del Tribunal Arbitral violentaba el derecho al juez natural, debió objetarse todo lo
obrado y no solo reducirse a exigir la nulidad del acto de 12 del mes y año
señalados, por una falta de fundamentación que hace al elemento de legalidad y
no condice con el fondo de lo alegado respecto al juez natural; 6) En el acto de
12 de noviembre de 2018, no se deliberó respecto al juez natural, solo se
consideró si el Tribunal Arbitral iba a conocer los veintitrés puntos del Pliego
Petitorio, no habiéndose sometido a debate, pese a la participación de las partes
en conflicto, dicho elemento del debido proceso; 7) El Árbitro Patronal, se declaró
competente para conocer algunos puntos del Pliego Petitorio y no podía declarase
incompetente al haber emitido con anterioridad, el acta de 7 de noviembre de
2018; 8) El Árbitro Patronal, manifestó que el proceso debía centrase en los
puntos no conciliados y aquellos que fueron puestos en conocimiento de la
autoridad judicial; motivo por el cual, dicho miembro del Tribunal Arbitral,
también debió ser demandado en la presente vía; existiendo en consecuencia,
falta de legitimación pasiva; 9) El 19 de noviembre de 2018, adjuntando la
resolución judicial, por la cual, el Juez de Partido del Trabajo y Seguridad Social
Primero del departamento de La Paz, la empresa planteó incompetencia del
Tribunal Arbitral, argumentando que la autoridad jurisdiccional tomó conocimiento
primero del asunto, no obstante de que ésta se había apartado del conocimiento
de la causa; 10) La excepción de incompetencia fue formulada a destiempo,
debiendo haber sido interpuesta, conforme sucede en cualquier rama del derecho,
al inicio del proceso y en la primera actuación de la empresa, por lo que la
resolución no ameritaba mayor fundamentación que la propuesta; 11) La
pretensión de la empresa Minera San Cristóbal S.A., se traduce en la intención de
detener el proceso arbitral debido a que no quiere someterse al mismo; 12) La
parte accionante solicitó la nulidad de las Actas de 12 y 21 de noviembre de 2018;
sin embargo, la última nunca fue labrada y menos suscrita por los miembros del
Tribunal Arbitral; existiendo en consecuencia, falta de legitimación pasiva respecto
a dicho acto; 13) Se pidió que se remitan obrados a conocimiento del juez
laboral, no obstante que quien conoció primero fue el Tribunal Arbitral y que la
demanda ordinaria formulada por la empresa, mereció declaratoria de
incompetencia por parte del juzgador; 14) Los impetrantes de tutela, si bien
ampliaron su demanda respecto al debido proceso en sus elementos de
fundamentación, motivación y congruencia, solicitando se emita nueva resolución;
empero, de manera contradictoria, no impetran nulidad de obrados, sino la
declinatoria de competencia; y, 15) Se solicitó que se dejen sin efecto las Actas
de 12 y 21 de noviembre de 2018, sin que el proceso de arbitraje hubiera
concluido, siendo que el Tribunal, de oficio o a pedido de parte, puede revisar sus
actos, existiendo también la posibilidad de que el fallo sea favorable a la empresa,
caso en el cual no necesitarían ningún recurso ordinario, de donde resulta sui
generis que sin conocer los términos del fallo, se pretenda paralizar el proceso por
un supuesto daño y por no existir recurso ulterior. En base a dichos argumentos,
pidió se deniegue la tutela impetrada.
6
I.2.3. Intervención del tercero interesado
7
por lo que, la nulidad de obrados impetrada en ese momento, solamente fue
atendida por el Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad Ocupacional del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, autoridad cuya competencia fue
explícitamente reconocida al solicitársele la nulidad de obrados de la fase
conciliatoria; x) El “art. 43.b)” del CPT, citado por los accionantes, establece la
competencia del juez laboral para dilucidar cuestiones emergentes de los Laudos
Arbitrales; sin embargo, en el presente caso, dicho fallo no fue emitido aún,
resultando improcedente la acción intentada; xi) Al encontrarse en curso el
proceso de arbitraje y no existir sentencia o Laudo Arbitral, el procedimiento no fue
agotado, inobservándose el principio de subsidiariedad previsto en el art. 54 del
Código Procesal Constitucional (CPCo) y la jurisprudencia contenida en la SC
1672/2003-R de 24 de noviembre, que resolvió un caso idéntico; xii) Si bien los
accionantes solicitan la abstracción del principio de subsidiariedad por supuesto
daño irreparable, dicho extremo no resulta evidente y se sustenta únicamente en
el hecho de que la empresa presupone que el Tribunal Arbitral fallará en su
contra, argumentos que no pueden ser válidos para evitar la emisión del fallo;
xiii) La sociedad interpuso una demanda laboral sobre el mismo tema, señalando
que el juez laboral es competente para conocer el asunto; pretensión a la cual el
Sindicato se opuso mediante recurso de apelación que mereció el Auto de Vista de
3 de diciembre de 2018, que anuló la decisión que resolvió excepciones previas y
ordenó se dicte nuevo pronunciamiento, que se encuentra pendiente de emisión,
lo que evidencia la improcedencia de la acción tutelar; xiv) Los jueces laborales
no tienen competencia para conocer conflictos colectivos derivados de pliegos
petitorios; facultad que le corresponde solamente al Ministerio de Trabajo, Empleo
y Previsión Social y al Tribunal Arbitral; máxime si, los puntos demandados no
están regulados en la Ley General del Trabajo, sino que se trata de aspectos de
carácter reivindicativo; evidenciándose que la empresa confunde la aplicación del
Código Procesal del Trabajo y la Ley del Órgano Judicial, cuyo art. 73 establece
con claridad la competencia de los juzgados en materia de trabajo y seguridad
social, otorgándoles competencia solo y exclusivamente para ejecutar el Laudo
Arbitral y no para resolver un conflicto laboral; cuya facultad es exclusiva del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social y del Tribunal Arbitral, de acuerdo
a lo estatuido por los arts. 218 y 219 del CPT; consecuentemente, no corresponde
conceder la tutela y remitir obrados ante un juez laboral; xv) Conforme dispone el
señalado art. 128 del adjetivo laboral, las excepciones previas deben oponerse
antes de contestar la demanda; no obstante, la empresa no adecuó su accionar
a la normativa señalada, convalidando la competencia del Ministerio del ramo;
xvi) Si la empresa Minera San Cristóbal S.A. no estaba de acuerdo con que se
conforme el Tribunal Arbitral, no debió nombrar a su Árbitro Patronal, aun
cuando conforme a procedimiento, el Presidente del ente colegiado designase
uno de oficio; y, xvii) Se solicitó la nulidad del Acta de 21 de noviembre de
2018; sin embargo, dicho documento es inexistente; por lo que no puede haber
vulnerado derecho alguno. En mérito a tales argumentos, pidió se deniegue la
tutela impetrada.
I.2.4. Resolución
8
Mediante Resolución 097/2019 de 24 de mayo, cursante de fs. 1101 a 1107, la Sala
Constitucional Segunda el Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, concedió
en parte la tutela solicitada, únicamente respecto al debido proceso en sus
elementos de fundamentación, motivación y congruencia, disponiendo que los
demandados, emitan pronunciamiento sobre la excepción de incompetencia
postulada por la parte accionante; decisión que debe cumplirse previamente a la
emisión del Laudo Arbitral; y, denegó la tutela impetrada en su vertiente del juez
natural; decisión asumida en base a los siguientes fundamentos: a) Los
accionantes acreditaron debidamente su legitimación activa, habiendo adjuntado la
documental pertinente que confirma la personería jurídica de la empresa que
representan; b) La legitimación pasiva fue correctamente abonada, no siendo
necesario ampliar la demanda tutelar respecto a la Inspectora de la Jefatura
Departamental de Trabajo de La Paz, que únicamente participó en la etapa de
conciliación; c) No existió incongruencia entre el petitorio y la demanda, siendo
evidente que en el memorial de subsanación, se dejó establecido que el Acta de 22
de noviembre de 2018, carecía de la debida fundamentación, motivación y
congruencia, al haber omitido referirse a la ausencia de voluntad de la parte
empleadora; d) La asistencia a la junta de conciliación, no puede ser considerada
como un acto consentido; toda vez que, dicha etapa se constituye en un forma
amistosa de resolver las controversias; por lo que, no cabe presumir que en dicha
fase debió oponerse la excepción de incompetencia; e) El plazo de cómputo de la
inmediatez, empieza a correr con la emisión de las Actas de 12 y 22 del referido
mes y año y no desde que se notificó a la empresa con el Pliego Petitorio el 30 de
agosto del mismo año; en consecuencia, no se evidenció omisión del citado
principio; f) Si bien los demandados manifestaron que la Ley General del Trabajo y
su Decreto Reglamentario no prevén la interposición de excepciones, incidentes y
otro tipo de peticiones vinculadas al proceso ordinario o administrativo, no menos
cierto es que la administración pública se halla sometida a la Ley de Procedimiento
Administrativo –Ley 2341 de 23 de abril de 2002– que regula sus actuaciones; no
obstante, dicho criterio de legalidad, fue superado por el principio de aplicación
directa de la Constitución, previsto en el art. 109 de la CPE; g) El debido proceso
en su elemento del juez natural, no puede ser analizado, pues para ello habría que
efectuar un análisis de todos los preceptos normativo expuestos por la parte
accionante; situación que implicaría asumir las funciones de Tribunal Arbitral; es
decir, realizar una interpretación de la legalidad ordinaria sin que antes, la
autoridad pertinente, hubiera realizado dicha labor; consecuentemente, en mérito a
las autorestricciones impuestas por el Tribunal Constitucional Plurinacional, dicha
actividad se encuentra limitada para la jurisdicción constitucional; h) Teniendo
presente el principio de aplicación directa de la Constitución, independientemente
de que el proceso laboral no prevea la interposición de incidentes o excepciones, el
Tribunal Arbitral debió asumir una actitud proactiva e innovadora y pronunciarse
sobre todos los cargos postulados por los ahora impetrantes de tutela; al no
haberlo hecho, conforme a lo previsto por el art. 128 de la CPE, existió omisión por
parte del ente colegiado demandado, al no manifestarse sobre la pretensión
postulada por la empresa Minera San Cristóbal S.A. en los memoriales de 19 y 21
de noviembre de 2018, dando lugar a la activación del recurso de apelación de 26
de igual mes y año; i) En cuanto a que no se hubiera cumplido el principio de
9
subsidiariedad, debido a que el proceso arbitral no culminó y que la presente vía
podrá activarse tras dictarse el Leudo Arbitral, dicha afirmación obtendría mérito si
lo reclamado no tuviera relevancia y se tratara de un acto de mero trámite como un
error de fecha, datos o un incidente de nulidad de notificación; sin embargo, se
cuestionó la competencia del Tribunal Arbitral para conocer el proceso; reclamo
aunque innominadamente fue postulado por la empresa y se halla vinculado a la
naturaleza y esencia del ente colegiado; aspecto que si bien puede ser cuestionado
con posterioridad a la emisión del Laudo Arbitral, es preciso que se emita
pronunciamiento por la autoridad demandada en los términos de una decisión
fundamentada y motivada, pues la parte tiene derecho de que se declare si su
pretensión es viable o no; y, j) Si bien no pueden retrotraerse los actos
ejecutados por el Tribunal Arbitral, determinando la nulidad de las actas de
referencia, ello no supera el hecho de que existe el deber de resolver la
excepción de incompetencia interpuesta por la empresa, a cuyo efecto, el
señalado ente colegiado, deberá efectuar un análisis vinculado a todos los
cuestionamientos planteados respecto a su negativa de someterse al proceso
arbitral; extremo que no puede ser atendido por la jurisdicción constituciona l, al
no ser esta una mecanismo supletorio de la actividad propia de la jurisdicción
administrativa laboral.
II. CONCLUSIONES
10
Cristóbal, inició procedimiento de conciliación y arbitraje ante la Jefatura
Departamental de Trabajo de La Paz; instancia que, por misiva de 30 del
mismo mes y año citó a la empresa a dichas dependencias con la finalidad
de conformar una junta de conciliación, llevándose a cabo la primera
reunión el 12 de septiembre del indicado año (fs. 1057 a 1061).
II.6. Dentro del proceso social seguido por la empresa Minera San Cristóbal
S.A. contra el Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros San Cristóbal, el
Juez de Partido del Trabajo y Seguridad Social Primero del departamento
de La Paz, dictó la Resolución 107/2018 de 23 de octubre, declarando
probada la excepción de incompetencia formulada por los demandados,
disponiendo la devolución del expediente a efectos de que se decline el
proceso al Tribunal Departamental de Justicia de Potosí; determinación
que habiendo sido objeto de recurso de apelación por la empresa
accionante, mereció Auto de Vista de 3 de diciembre de 2018, por el cual,
la Sala Social y Administrativa, Contencioso y Contenciosa Administrativa
Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, anuló el fallo
confutado, ordenando la emisión de nuevo pronunciamiento. No consta
nueva resolución (fs. 668 a 670 vta.; y, 1092 a 1095, respectivamente).
11
(fs. 683).
12
planteó recurso directo de nulidad ante el Tribunal Constitucional
Plurinacional, solicitando se disponga la nulidad de todos los actos
emitidos dentro del proceso de arbitraje; emitiéndose el AC 0397/2018-CA
de 12 de diciembre, que lo declaró improcedente (fs. 506 a 513 vta. y
1084 a 1089).
13
De acuerdo a lo previsto por el art. 129.I de la CPE: “La Acción de Amparo
Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por
otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente
de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal
competente…”; por su parte, el art. 52.1 del CPCo, con relación a la
legitimación activa determina que: “La Acción de Amparo Constitucional
podrá ser interpuesta por: 1. Toda persona natural o jurídica cuyos
derechos estén siendo restringidos, suprimidos o amenazados, de serlo,
directamente u otra en su nombre con poder suficiente”.
14
En relación a la legitimación activa de las personas jurídicas para plantear la
acción de amparo constitucional, tomando en cuenta la importancia que su
personería esté debidamente acreditada, debe interponerse por quien acredite
su calidad de representante legal. En ese sentido, la línea jurisprudencial
sentada por el extinto Tribunal Constitucional, en la SC 0022/2003-R de 8 de
enero, reiterada –entre otras– por las SSCC 1758/2011-R, 0833/2011-R y
2683/2010-R, señaló lo que sigue: “…En el caso de las personas jurídicas,
(…) el recurrente, que es quien demanda en su representación, debió
acreditar su condición de legítimo representante adjuntando el poder
correspondiente, en el que debía constar inexcusablemente el acta de
constitución de la sociedad, la nómina de socios, su inscripción al
Registro de Comercio, su personería jurídica y sus Reglamentos (…)”.
Así la SCP 0260/2012 de 29 de mayo, refiriéndose a lo desarrollado por
la SC 0022/2003-R, concluyó que: “… La jurisprudencia citada
precedentemente, es aplicable a las entidades colectivas de derecho; es
decir, a una persona colectiva con personalidad jurídica; en
consecuencia, con todos los requisitos inherentes a un ente de derecho” .
15
Conforme se ha establecido a través de la jurisprudencia emanada por
este Tribunal y a la luz de la Constitución Política del Estado, el debido
proceso alcanza en su aplicación interpretativa una triple dimensión,
constituyéndose tanto en derecho, como en garantía y a su vez, en
principio procesal.
Dicho de otra forma, toda autoridad que dicte una resolución, debe
imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal
y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma, por
cuanto la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la
forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no
solo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso,
sino que también la decisión está regida por los principios y valores
supremos rectores que orientan al juzgador, eliminándose cualquier
interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de
que no había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma
en que se decidió (SSCC 1369/2001-R, 0752/2002-R y 0863/2007-R entre
otras).
16
Ahora bien, de manera inescindible, el derecho a una debida
fundamentación y motivación de las resoluciones, se halla vinculado con
el principio de congruencia, entendido como “…la estricta correspondencia
que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, en materia penal la
congruencia se refiere estrictamente a que el imputado no podrá ser
condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación o su
ampliación. Esa definición general, no es limitativa de la congruencia que
debe tener toda resolución ya sea judicial o adm486inistrativa y que
implica también la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva,
y que debe mantenerse en todo su contenido, efectuando un
razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y
juicios de valor emitidos por la resolución, esta concordancia de contenido
de la resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo
considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las disposiciones
legales que apoyan la razón que llevó a la determinación que se asume…”
(SCP 0486/2010-R de 5 de julio); de donde se infiere que las resoluciones
judiciales, deben emitirse, en función al sentido y alcance de las
peticiones formuladas por las partes procesales.
1 Sentencia T-233 de 2007 de 29 de marzo, Magistrado Ponente. Marco Gerardo Monroy Cabra
17
III.3. El proceso de conciliación y arbitraje en materia laboral
18
El mismo articulado establece más adelante que fracasada en todo o en
parte la conciliación, el conflicto se llevará ante el Tribunal Arbitral. Este se
compondrá de un miembro por cada parte y estará presidido por el
Director General del Trabajo en La Paz, por la autoridad de mayor
jerarquía dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social
y por las autoridades políticas, allí donde no existieren autoridades del
trabajo. No podrán ser árbitros los trabajadores en conflicto, sus
personeros, abogados y representantes; ni los Directores, Gerentes,
Administradores, socios y abogados de los patrones.
19
podrá ser inferior a seis meses.
20
constitucional, no atacaba al fondo de lo decido en el laudo arbitral laboral
sino únicamente aspectos referidos al proceso arbitral en cuestión, que
eventualmente lesionen derechos fundamentales. Por ejemplo, los
supuestos fácticos analizados en la mencionada Sentencia Constitucional,
fueron la denuncia respecto a: 1) Haberse dictado el laudo arbitral después
del plazo otorgado por las normas previstas por el art. 112 de la LGT; 2) Las
pruebas presentadas en el proceso arbitral no fueron puestas a
conocimiento de la otra parte (en resguardo del derecho al debido proceso
y principio de publicidad); y, 3) El laudo arbitral fue emitido en ausencia
de uno de los árbitros (en resguardo del derecho al juez natural).
Por su parte, la SC 1111/2006-R de 1 de noviembre, siguió la misma línea
jurisprudencial de la SC 0041/2005-R, en sentido de no analizar el fondo
de lo decido en el laudo arbitral laboral sino únicamente a aspectos
referidos al proceso arbitral en cuestión, que eventualmente lesionen
derechos fundamentales; prueba de ello es que en dicha Sentencia
Constitucional se analizaron las denuncias referidas a que el laudo arbitral
carecía de fecha de emisión y que no les fue notificado legalmente. Por
otra parte, la señalada Sentencia Constitucional sostuvo que, de acuerdo a
lo dispuesto en el art. 218 del CPT, concordante con el art. 157 del
Reglamento de la Ley General del Trabajo, al culminarse la emisión del
laudo arbitral que reviste la calidad de sentencia ejecutoriada, la ley
posibilita para su ejecución acudir a la vía judicial (auxilio judicial) a través
de los jueces del trabajo y seguridad social, para que dicha instancia
únicamente dé ejecución a lo dispuesto en el laudo, preceptos que son
concordantes con la norma prevista por el art. 219 del indicado Código,
concluyendo de la misma forma que lo hizo la SC 0041/2005-R, en cuanto
a que la competencia del juez ordinario se reduce únicamente al auxilio
judicial para la ejecución del laudo arbitral. Finalmente, añadió que el juez
ordinario deberá resolver todos los conflictos emergentes de la ejecución
del laudo arbitral como si éste se tratara de una sentencia social
ejecutoriada, para lo cual (la fase de ejecución) será aplicable
supletoriamente el Código de Procedimiento Civil por permisión del art.
252 del CPT. En este orden, abrió como medio de impugnación en
ejecución de sentencia, al recurso de apelación directa conforme a lo
dispuesto en el art. 518 del Código de Procedimiento Civil (CPC).
21
de controversias emergentes de las relaciones laborales, caracterizándose
por la flexibilidad en las actuaciones, debido a que éstas deben ser
informales, simples y adaptables a la particularidad de la controversia; en los
que las partes de forma libre y de mutuo acuerdo, acceden a un medio
alternativo de solución de controversias, conviniendo en igual oportunidad
para hacer valer sus derechos y sus pretensiones dentro del marco del
principio de voluntariedad.
22
del principio de la autonomía de la voluntad; principio básico del derecho
contractual, que se entiende como incorporado en todas las relaciones
entre las personas, quienes pueden determinar libremente el contenido
de un contrato, siempre que no sea contrario a la ley; el mismo que se
cumple en la primera fase de este tipo de procesos; dado que ambas
partes, pues si bien se encuentran constreñidas a acudir al llamado de la
máxima autoridad administrativa laboral para intentar arribar a un
acuerdo con relación a los puntos contenidos en el pliego petitorio; sin
embargo, la misma se encuentra sujeta al libre arbitrio de la partes.
23
arbitral se tomarán por mayoría absoluta de votos y serán obligatorios
para las pares cuando así lo convengan, norma similar a la contenida en
el art. 157 del Reglamento a la LGT; estableciendo de manera sistémica
la existencia de un acuerdo entre las partes para someterse al proceso de
arbitraje, a efectos de validar el laudo arbitral.
24
jurisdicción arbitral.
25
cumplimiento con la legitimación activa de los accionantes, para
interponer la presente acción tutelar, en representación de la
empresa Minera San Cristóbal S.A..
26
cumplimiento del fallo en caso de concesión de tutela. En ese
sentido, la parte solicitante de tutela, en la especie, decidió
demandar, entre otras, contra ambas autoridades; es decir,
contra el ex Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad
Ocupacional que ejerció el cargo de Presidente del Tribunal
Arbitral, y contra el actual Director, aclarando que asumirá la
calidad de Presidente del Tribunal Arbitral. Por lo tanto, no
resulta evidente que dicho extremo se encuentre confuso; al
contrario, ha sido debidamente cumplida la legitimación pasiva
de las autoridades demandadas.
III.5.2. Sobre los principios de subsidiariedad e inmediatez
27
resguardar la observancia de todas las reglas procesales, por
cuanto, como se señaló, el proceso arbitral también está sujeto
las reglas básicas de todo proceso.
28
actuado que causó agravio a la parte accionante, y a partir del
cual, debe computarse el plazo de la inmediatez que rige a las
acciones de amparo constitucional. En consecuencia, al haberse
activado este mecanismo extraordinario de defensa el 18 de abril
de 2019, se concluye que fue presentado dentro del plazo legal
establecido por la Constitución y la norma de desarrollo.
29
Dicho ello, corresponde a continuación ingresar al análisis de lo
demando por la parte accionante, fin para el cual, resultará de
mucha utilidad delimitar el ámbito de análisis de la presente
acción; siendo innecesario ingresar a evaluar ambas etapas del
proceso de conciliación y arbitraje instaurado por los
trabajadores de la empresa minera San Cristóbal, dado que en
ella no se evidencia vulneración alguna a los derechos
fundamentales de la accionante; al contrario, el procedimiento
se apegó a la normativa legal vigente, desde el inicio del
mismo, como fue la solicitud del Pliego Petitorio Gestión 2018,
el mismo que al no haber logrado consenso, fue presentado
ante la Jefatura Departamental del Trabajo de La Paz,
celebrándose a efectos de lograr una conciliación, una primera
reunión, el 12 de septiembre del indicado año; sin embargo,
ante el NO avenimiento y abandono de conciliación del
empleador, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social,
concluyó en que cualquier avenimiento resultaba imposible; por
lo que determinó elevar el conflicto ante el Tribunal Arbitral, a
efectos del tratamiento del Pliego Petitorio.
30
Pues de acuerdo con la jurisprudencia constitucional transcrita en
el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, se entiende que el debido proceso
tiene como componentes a la fundamentación, motivación y
congruencia en las resoluciones, entendidas como la obligación
que impuesta a toda autoridad a que motive y fundamente
adecuadamente sus decisiones, citando los motivos de hecho y
de derecho, base de sus decisiones, no siendo exigible una
exposición necesariamente amplia de consideraciones y citas
legales, sino que contenga una estructura de forma y de fondo
que permita comprender los motivos de la determinación
asumida, de forma concisa y clara. De esta manera, debe tenerse
presente en cuanto a los criterios jurisprudenciales desarrollados,
que las decisiones jurisdiccionales y administrativas no se
encuentran sometidas a una especial estructura para estar
conforme a derecho, y menos que deban ser exhaustivas y
ampulosas; teniéndose por satisfecho este requisito, aun cuando
estando redactadas de manera concisa y breve, sean precisas,
claras y contundentes que responda cada uno de los agravios
expuestos, permitiendo conocer de manera indubitable las
razones que llevaron a la autoridad a tomar la decisión en tal o
cual sentido, de modo que las partes conozcan los motivos en
que fundaron la resolución.
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parte impetrante de tutela a la instancia administrativa
mediante misiva de 23 de octubre de 2018, de no conformar
Tribunal Arbitral, ante su no voluntad de someterse al mismo,
anunciando la interposición de recurso de nulidad o excepción
de incompetencia; y la excepción misma activada a través del
memorial de 19 de noviembre de ese mismo año; y sus
respectivas respuestas por parte del Presidente del mismo.
POR TANTO
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