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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0104/2018-S2

Sucre, 11 de abril de 2018

SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Julia Elizabeth Cornejo Gallardo
Acción de libertad

Expediente: 21982-2017-44-AL
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 192/2017 de “23 de noviembre” -correcto y en adelante


es 24 de noviembre-, cursante de fs. 324 a 329, pronunciada dentro de la acción
de libertad interpuesta por Exaltación Fernández Lima de Plata en
representación sin mandato de Ariel Cristóbal Plata Fernández contra Reymi
Luis Ferreira Justiniano, Ministro de Defensa; Juan Carlos San Martín
Zeballos, Presidente; Luis Alberto Frade Duran, Vocal Relator; Carlos
Galzin Heredia, Vocal, todos de la Sala de Apelaciones y Consulta del
Tribunal Supremo de Justicia Militar; Pedro Ramiro Clavijo Pinto,
Presidente; Andrés Peredo Flores, Vocal Relator; David Martínez
Ramírez, Jhon Puma y Ronald Jaldín Claros, Vocales, todos del Tribunal
Permanente de Justicia Militar; Luis Orlando Ariñez Bazzán, Presidente;
Carlos Erix Ruck Arzabe, Vicepresidente; Claudio Humberto Palacios
Gramajo, Mario Enrique Peinado Salas, Víctor Hugo Canedo Maldonado,
Carlos Ponce De León Mendieta, Freddy Clemente Jiménez Salazar,
Freddy Efraín Mendieta Claros, Claudio Luis Pastor Ríos Ramírez y
Roberto Fidel Ponce Espinoza, Vocales; todos del Tribunal de Personal del
Ejército; y, Grover Rojas Ugarte, Jefe del Departamento I-ADM RR.HH.
del Comando General del Ejército.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 22 de noviembre de 2017, cursante de fs. 82 a 94


vta., el accionante a través de su representante sin mandato, expuso los
siguientes argumentos de hecho y derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

1
El 2007, ingresó a trabajar a la carrera militar de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) y
fue destinado al “Reg. Esc. PM. 1 Saavedra” en el cuartel general, demostrando
en los estudios y en la instrucción la debida disciplina, subordinación y
responsabilidad propia de la carrera castrense.

El 2008, durante la prestación de servicios en la Policía Militar de La Paz, sufrió


una violenta golpiza, que lo afectó psicológicamente, derivando en una
enfermedad mental que le provocó una reacción agresiva frente a todo
uniformado militar; por lo que, al agravarse esta situación, fue internado en
reiteradas oportunidades; la primera en noviembre de 2008, debido a un episodio
agudo de alteración severa del comportamiento con conducta bizarra y tendencia
a la violencia, con un impedimento de treinta y cinco días; la segunda en enero de
2009, fue internado por veinticinco días por exacerbación del cuadro psicótico; y
la tercera vez en octubre de 2010, por un lapso de veintiún días con diagnóstico
de esquizofrenia paranoide indiferenciada.

Disfunción psicológica, que le impidió continuar con las laborales profesionales,


debido a que tuvo que internarse durante las gestiones 2011, 2012 y 2013;
procediéndose a retenerle el sueldo desde septiembre de 2012.

En junio de 2013, encontrándose con dosificación de medicamentos que


lo inhabilitaban, se le instauró un proceso sumario informativo o militar por el
delito de incumplimiento en cambio de destino; tipificado y sancionado en
el art. 126 inc. 2) del Código Penal Militar (CPM), por supuestamente desconocer
la instructiva de incorporarse a su nuevo destino en la región militar de Oruro; de
donde derivó la Sentencia 31/2016 de 3 de octubre, que declaró su absolución
respecto al delito atribuido; toda vez que, se especificó la enfermedad mental que
padece, debidamente certificada; así, como la inexistencia de incumplimiento en
el cambio de destino; aspecto que de acuerdo con el art. 114 de la Ley Orgánica
de las Fuerzas Armadas de la Nación (LOFA) -Ley 1405 de 30 de diciembre de
1992-, le permite acogerse al servicio pasivo percibiendo el 100% de los haberes
del grado hasta alcanzar los años necesarios para tener derecho a la renta de
jubilación.

Durante la etapa inicial, el Tribunal Permanente de Justicia Militar, por Auto de 11


de julio de 2014, solicitó al Ministerio de Defensa la retención de sus haberes,
circunstancia que a la fecha de la interposición de la presente acción de libertad
se mantiene; con los perjuicios que conlleva.

Seguidamente, solicitó al Comandante General del Ejército, la restitución de


haberes sobre la base de la Sentencia absolutoria; el cual al tiempo de dar
respuesta, adjuntó una nota suscrita por el Jefe del Departamento I ADM. RR.HH.
-en adelante Departamento I-, haciendo referencia a un procedimiento ilegal e
inexistente, declarando primero improcedente la solicitud por falta de ejecutoría
de la Sentencia; y otra carta, indicando que no puede remunerarse un trabajo no

2
realizado; pese a que dicha Jefatura de Departamento I, tenía conocimiento de la
Sentencia absolutoria que determinó su incapacidad mental.

Por otro lado, en septiembre de 2017, se lo notificó con la Resolución 130/2016


de 1 de diciembre, emitida por el Tribunal de Personal del Ejército, que determinó
su retiro obligatorio de las FF.AA., debido a una supuesta falta de no
incorporación a su destino desde el 16 de agosto de 2012; fallo que desconoce la
Resolución emitida en primera instancia, que lo declaró absuelto; en tal sentido,
se procedió a la retención ilegal de sus haberes; el 16 de junio de 2017, pidió al
Tribunal Permanente de Justicia Militar, la redención de sueldos; que mereció
respuesta el 23 de igual mes y año, declarando su solicitud improcedente, debido
a que el proceso se encontraba en consulta ante el Tribunal Supremo de Justicia
Militar. Reiterando su solicitud mediante memorial de 23 de agosto de 2017, sin
que hasta la fecha haya tenido respuesta.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

Considera lesionados sus derechos a la libertad de trabajo, a la estabilidad laboral,


al salario, al debido proceso y derechos de las personas discapacitadas, citando al
efecto los arts. 46.I.1, 49.III, 70.1, 71.I, 115.II y 117.II de la Constitución Política
del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela impetrada; en consecuencia se ordene: a) Su


inmediata reincorporación como miembro de las FF.AA.; b) Dejar sin efecto la
Resolución del Tribunal de Personal del Ejército 130/2016; c) La restitución
inmediata del 100% de todos y cada uno de sus haberes, desde el momento en
que se le privó de ellos, tal como lo estipulan los arts. 85 y 114 de la LOFA, y por
ende, se le reconozcan todos su derechos laborales, beneficios sociales y otros;
d) Que figure en listas del personal de las FF.AA. como discapacitado mental,
recomendando a todas las dependencias de la institución castrense, el
procesamiento de los funcionarios que cometieron la vulneración de sus derechos,
y se prevenga a todas sus dependencias, cesen las amenazas presentes y/o
futuras que atenten contra sus derechos, así como nuevos procesos por la misma
causa, retiros de la institución armada o el menoscabo de estos y otras
facultades; y, e) La reparación de daños económicos, psicológicos y otros, que la
lesión sufrida le ocasionó hasta la fecha.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

La audiencia pública de consideración de la presente acción de libertad, se realizó


el 23 y 24 de noviembre de 2017, según cursa en actas cursantes de fs. 312 a
323; produciéndose los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

3
La parte accionante, reiteró de manera íntegra el contenido de su memorial y
ampliándolo advirtió las ilegalidades cometidas, en el siguiente orden: 1) El
Tribunal de Personal del Ejército no comunicó oportunamente al Departamento I,
sobre la situación que atravesaba, incumpliendo el deber que impone su
Reglamento, de velar por la seguridad y estabilidad de los miembros de las
FF.AA.; no analizó adecuadamente su situación, para determinar si se encontraba
en reserva activa o pasiva; resolvió el retiro obligatorio pese a su discapacidad
mental; no lo notificó debidamente en su domicilio con la Resolución 130/2016 ni
a su madre, considerando su estado de incapacidad e interdicción; 2) El Tribunal
Permanente de Justicia Militar, por haber dispuesto la retención de haberes
mediante Auto de 11 de julio de 2014, vulneró lo establecido en el art. 48 de la
CPE, relativo a la inembargabilidad de los sueldos y “…85 par.2…” (sic) de la
LOFA, respecto al goce de haberes; no comunicaron al Departamento I sobre la
situación de enfermedad que padecía, incumpliendo el art. 114 de la referida Ley;
tampoco practicó correctamente la notificación personal; 3) El Tribunal Supremo
debió reparar los errores cometidos por el Tribunal Permanente, respecto a la
retención de haberes y la omisión de figurar en la letra D; 4) El Departamento I,
incumplió en designarlo con la letra D, como correspondía al no ser miembro
activo de las FF.AA., dispuso un destino temporal, pese a conocer su incapacidad
que data desde el 2008; no informó su situación al Regimiento de la Policia Militar
Saavedra; iniciando un procedimiento ficticio que lo perjudicó, ya que al
responder sobre la restitución de haberes, indicó que tiene un proceso que debe
estar ejecutoriado para poder devolver los mismos, amparándose en la SC
0809/2006-R de 17 de agosto que trata sobre una persona normal, sin tomar en
cuenta los informes médicos que certifican el diagnostico de esquizofrenia
paranoide que padece; y, 5) El Ministro de Defensa, hizo prevalecer la vulneración
de derechos, avalando la retención de haberes; debiendo recordar al Tribunal
Permanente de Justicia Militar que ésta era ilegal.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Reymi Luís Ferreira Justiniano, Ministro de Defensa, mediante informe de 24 de


noviembre de 2017, corriente de fs. 307 a 311 vta., indicó que el Ministerio de
Defensa se circunscribe a cumplir las disposiciones emanadas de las autoridades
judiciales, militares y/o administrativas competentes, con relación a la retención
y/o pago de haberes del personal de las FF.AA.

Los Tribunales tanto Permanente y Supremo de Justicia Militar, a través de sus


abogados, en audiencia manifestaron: i) Cuando el accionante establece que no
se habría considerado entre otros aspectos su situación de enfermo e internado
en la gestión 2013; se debe tomar en cuenta, que existe una matrícula, en la que
se evidencia que el impetrante de tutela es alumno regular de las gestiones 2013,
2014 y 2015; en tal sentido, se encontraba en condiciones para realizar los
trámites administrativos y acceder a lo que corresponda; ii) El Tribunal Supremo
de Justicia Militar, conoció en grado de consulta la Sentencia absolutoria,

4
interpretando favorablemente y determinando que la madre del demandante de
tutela se apersone con la designación de curadora, pero no lo presentó; iii)
Cuando el trámite se hallaba ante el Tribunal Permanente de Justicia Militar no se
efectuaron las observaciones a la falta de notificación u otras al debido proceso ni
solicitó complementación y enmienda a la determinación de dejar sin efecto la
restricción al pago de sus haberes; tampoco se hizo el reclamo al Ministerio de
Defensa; y, iv) El 7 de noviembre de 2016, se presentó solicitud de sentencia
especial de rehabilitación, misma que debió ser interpuesta ante el Tribunal
Permanente de Justicia Militar, quien a su vez debió remitir al Comando.

El Tribunal de Personal del Ejército, a través del informe de 24 de noviembre de


2017, cursante de fs. 245 a 247 vta., expresó: a) No se agotaron todas las
instancias llamadas por ley para hacer prevalecer sus derechos supuestamente
lesionados; ya que el peticionante de tutela interpuso impugnación contra la
Resolución 130/2016 emitida por ellos, la cual de acuerdo a la certificación
elaborada por su Secretario General, aún no recibió tratamiento en la gestión
2017; y, b) El solicitante de tutela se refirió a la vulneración de sus derechos a la
libertad de trabajo, a la estabilidad laboral por haber sido despedido
injustificadamente, pero no los derechos que protege la acción de libertad.

Asimismo, el representante legal del Tribunal de Personal del Ejército y del


Departamento I, en audiencia señaló: 1) Cuando el accionante se refiere a la
vulneración del debido proceso, la acción de libertad no abarca a todas las
formas, sino los casos en los que se halle vinculado con el derecho a la libertad
física y de locomoción, de lo contrario será tutelado mediante la acción de amparo
constitucional; 2) El impetrante de tutela no interpuso la acción de amparo
constitucional, debido a que no se cuenta con poder notarial o resolución judicial
que declare su interdicción y se otorgue la tutela o curatela; 3) Con relación a la
solicitud de pasar al demandante de tutela a la letra D, por su situación de
enfermedad, la respuesta fue negativa, debido a que no presentó los requisitos
necesarios para tal efecto, entre ellos, los Certificados del Comité Nacional de
Personas con Discapacidad (CONALPEDIS), del Comité Departamental de
Personas con Discapacidad (CODEPEDIS), la resolución de interdicción, la
valoración de la junta médica del Hospital Militar Central, entre otros; 4) Existe
improcedencia por subsidiariedad, debido a que existe un recurso de
reconsideración pendiente presentado contra la Resolución 130/2016; 5) En el
Ejército existen dos instancias; el Tribunal Permanente de Justicia Penal, que
conoce asuntos penales militares; y el Tribunal de Personal del Ejército, que
conoce faltas disciplinarias; por lo que, emiten sanciones por diferentes hechos;
pese a ello, la SCP 0698/2015-S2 de 19 de junio establece que puede sancionarse
hasta en dos procesos por un mismo hecho; y, 6) Con relación a la solicitud de
pago de haberes, el Comando General del Ejército no es competente para
proceder a su cancelación ya que esta atribución está a cargo del Ministerio de
Defensa.

I.2.3. Resolución

5
El Tribunal de Sentencia Penal Cuarto de la Capital del departamento de La Paz,
constituido en Tribunal de garantías, por Resolución 192/2017 de 24 de
noviembre, cursante de fs. 324 a 329, denegó la tutela solicitada sobre la base
de los siguientes argumentos: i) Tratándose de la procedencia de la acción de
libertad con relación al debido proceso, debe entenderse que la inobservancia a
éste, tiene que ser la causa principal para la afectación del bien jurídico libertad;
y, ii) No se agotaron las instancias o vías legales administrativas, tomando en
cuenta que existe una resolución pendiente, referida a una solicitud de
reconsideración de la decisión respecto al retiro obligatorio del impetrante de
tutela.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establece lo siguiente:

II.1. Cursa Sentencia 31/2016 de 3 de octubre, formulada dentro del proceso


penal militar seguido contra Ariel Cristóbal Plata Fernández, funcionario de
las FF.AA. -ahora accionante-, por la presunta comisión del delito de
incumplimiento de cambio de destino, declarándosele absuelto,
concluyendo que: “… la actitud del procesado, ha demostrado que no ha
cumplido con el subjetivo del tipo penal imputado y establecido en el
sustantivo militar, porque si bien al no incorporarse a su nuevo destino, ha
generado las condiciones materiales de tipo penal contenido en el art. 125
del CPM, esto no ha sido fruto de una decisión voluntaria y consiente, sino
el desconocimiento de tal decisión por encontrarse en tratamiento médico
por padecer de Esquizofrenia Paranoide, debidamente establecida y
certificada por peritos Psiquiatras de COSSMIL y particulares existiendo
atipicidad como inculpabilidad en el delito imputado, como una causal de
inimputabilidad como es la enajenación mental, motivo por el cual no
existe una conducta culpable o dolosa” (sic) (fs. 7 a 9 vta.).

II.2. Se tiene Auto de Vista 012/2017 de 27 de julio, pronunciado en grado de


consulta por la Sala de Apelaciones y Consulta del Tribunal Supremo de
Justicia Militar; por el que confirmó la Sentencia 31/2016, por haber
cumplido con todo el procedimiento que corresponde conforme a ley
(fs. 55 a 56 vta.). Por Auto de 15 de agosto de 2017, el Tribunal
Permanente de Justicia Militar dispuso la ejecutoría de la Sentencia
31/2016 (fs. 68).

II.3. Por Resolución 130/2016 de 1 de diciembre, el Tribunal de Personal del


Ejército, dispuso la sanción disciplinaria de retiro obligatorio contra el
accionante, debido a que se encontraba faltando a lista desde el 16 de
agosto de 2012, incumpliendo la Orden General del Ejército 52/2014,
determinación basada en lo siguiente: “…realizadas las investigaciones,

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averiguaciones y búsqueda al citado Subteniente no fue habido
desconociendo su paradero, se determina que las causas por las que falta
a su fuente laboral son por razones estrictamente personales, decidiendo
no retornar a la institución…” (sic) (fs. 12 a 16). Se tiene recurso de
reconsideración a la Resolución 130/2016, solicitando dejarla sin efecto
(fs. 240 a 242).

II.4. La Secretaría General del Tribunal de Personal del Ejército certifica que el
demandante de tutela, presentó su recurso de reconsideración el 12 de
septiembre de 2017, el cual se encuentra pendiente de resolución, para su
posterior notificación legal al procesado (fs. 244).

II.5. Cursan, Certificado Médico de 17 de diciembre de 2009, en el que señala


que el impetrante de tutela fue hospitalizado por primera vez en
noviembre de 2008, transferido a emergencias del Hospital Militar, en el
que permaneció treinta y cinco días internado y reingresado en enero de
2009 por veinticinco días, por exacerbación del cuadro psicótico,
diagnosticándole trastorno esquizofrénico crónico indiferenciado;
asimismo, señal: “No ha podido hasta ahora restablecerse a sus
actividades profesionales, y en su hogar permanece pasivo la
mayor parte del tiempo” (sic) (fs. 30). Informe Médico de 8 de junio de
2010, elaborado por el Médico Psiquiatra del Hospital Militar Central,
dependiente de la Corporación del Seguro Social Militar (COSSMIL), que
señala que al peticionante de tutela el 20 de mayo de 2010, se le realizó
control de seguimiento, reiterando el diagnóstico y que por el deterioro
en su funcionalidad personal, familiar y laboral, debe ser
beneficiado del seguro de invalidez (fs. 35 a 36). Informe Médico
Div. Med. 457/12 de 17 de septiembre de 2012, elaborado por la Médico
Psiquiatra del citado Hospital, que detalla el mismo cuadro clínico (fs. 23).
Informe Médico Psiquiátrico de 22 de agosto de 2013, emitido por la
Médico Psiquiatra del Centro de Rehabilitación y Salud Mental San Juan de
Dios, coincidiendo en el resultado clínico del accionante (fs. 44). Informe
Médico de 13 de mayo de 2014, descrito por la profesional Psiquiatra del
Hospital antes mencionado, que determina nuevamente el cuadro clínico
de esquizofrenia crónica indiferenciada y probable esquizofrenia
paranoide, indicando que presenta: “…ideas delirantes de daño y
perjuicio, a momentos ideas de suicidio y homicidio…” (sic) (fs. 37).
Informe Médico de 7 de octubre de 2014, que sugiere continuar con
tratamiento psicofarmacológico al paciente, así como Hospitalización en un
Centro Psiquiátrico, si los síntomas incrementan, si hay riesgo de suicidio y
homicidio o el paciente se torna violento (fs. 38). Informe de la Junta
Médica de 16 de mayo de 2014, que diagnostica esquizofrenia crónica
indiferenciada, probable esquizofrenia paranoica, riesgo común -conforme
refiere el paciente- a causa de una tortura por sus superiores militares el
2007 (fs. 59 a 60). Finalmente cursa Informe Médico 524/17 de 22 de

7
junio de 2017 suscrito por la Psiquiatra del Hospital Militar Central, quien
diagnosticó al impetrante de tutela esquizofrenia paranoide (fs. 53).

II.6. Se tiene carnet de discapacidad 02-19820725APF emitido por el


CODEPEDIS de la Prefectura del departamento de La Paz -ahora Gobierno
Autónomo Departamental-, perteneciente a Ariel Cristóbal Plata
Fernández, que declara una discapacidad de tipo intelectual del 81%
vigente hasta el 19 de abril de 2013 (fs. 10).

II.7. Dictamen de Recalificación EEC 11474/2014 de 23 de diciembre,


elaborado por el Tribunal Médico de Calificación, que decide que el
demandante de tutela tiene un 63% de pérdida de capacidad laboral por
enfermedad (fs. 47 a 52).
II.8. El Informe Legal 672/14 de 7 de octubre de 2014, emitido por Asesoría
Jurídica a la Jefatura del Departamento I ADM. RR.HH. del Comando
General del Ejército, con el objeto de dar respuesta a la solicitud presentada
por Exaltación Fernández Lima y el peticionante de tutela respecto a la
restitución de haberes desde la gestión 2012; el cual, recomendó dar
estricto cumplimiento a la SC 0809/2006-R de 17 de agosto y a la Directiva
del Ejército 43/10 con relación a la retención de sueldos del personal que
no asiste a su fuente de trabajo por más de cinco días continuos (fs. 63 a
64). A través de la Nota DPTO. I-ADM.RR.HH. SASJUR 933/17 de 22 de
septiembre de 2017, suscrita por el Jefe del Departamento I-ADM.RR.HH.
dirigido al Comandante General del Ejército, se desestimó la solicitud
efectuada de restitución de haberes, mientras su situación militar sea
definida en proceso administrativo disciplinario en el Tribunal de Personal
del Ejército (fs. 34).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denuncia que el 2008 sufrió una violenta golpiza durante sus
servicios en la Policía Militar de La Paz, por lo que tuvo que ser internado en
varias oportunidades, por disfunciones psicológicas y mentales debidamente
certificadas, que le impidieron continuar con sus labores profesionales; así, en
junio de 2013, se le instauró un proceso sumario informativo militar por el delito
de incumplimiento de cambio de destino, del que derivó la Sentencia 31/2016,
que declaró su absolución; lo que le permitió acogerse al servicio pasivo,
percibiendo el 100% de sus haberes, hasta alcanzar los años necesarios para
tener derecho a una renta de jubilación; pese a ello, el Tribunal Permanente de
Justicia Militar, por Auto de 11 de julio de 2014, solicitó al Ministerio de Defensa la
retención de sus haberes. Por otro lado, en septiembre de 2017, se le notificó con
la Resolución 130/2016, emitida por el Tribunal de Personal del Ejército, que
determinó su retiro obligatorio del mismo; vulnerando con ello, sus derechos a la
libertad de trabajo y estabilidad laboral, procediéndose a un despido injustificado;
por lo que, solicita que se conceda la tutela impetrada y se ordene: a) Dejar sin
efecto la Resolución del Tribunal de Personal del Ejército 130/2016; en

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consecuencia, se ordene su inmediata reincorporación como miembro de las
FF.AA.; b) La restitución inmediata de sus haberes desde el momento en que se
le privó de ellos y sus derechos laborales, beneficios sociales y otros; c) Que
figure en las listas del personal de las FF.AA. como discapacitado mental; se
recomiende a todas sus dependencias, el procesamiento de los funcionarios que
cometieron la lesión de sus derechos; se prevenga a todas las dependencias, el
cese de las amenazas presentes y/o futuras que atenten contra sus derechos, así
como nuevos procesos por la misma causa, retiros de la institución armada o el
menoscabo de estos y otras facultades; y, d) La reparación de los daños
económicos, psicológicos y otros, que las transgresiones sufridas le ocasionaron
hasta la fecha.

En consecuencia, corresponde en revisión verificar si tales extremos son evidentes


a fin de conceder o denegar la tutela; teniendo en cuenta las siguientes
temáticas: 1) La acción de libertad, el principio de informalismo y el acceso a la
justicia constitucional; 2) La tutela del derecho a la vida y derechos conexos en el
ámbito de protección de la acción de libertad; y, 3) Análisis del caso concreto.

III.1. La acción de libertad, el principio de informalismo y el acceso a la


justicia constitucional

A partir de la configuración constitucional de la acción de libertad,


contenida en los arts. 125 de la CPE y 46 del Código Procesal
Constitucional (CPCo), la justicia constitucional entendió que sus
características esenciales son la sumariedad, la inmediatez de la
protección, la generalidad, la inmediación e informalismo. Así la SCP
0591/2013 de 21 de mayo, en el Fundamento Jurídico III.1, señala:

… el informalismo, que se manifiesta en la ausencia de requisitos formales en


su presentación y la posibilidad, inclusive, de su formulación oral; la inmediatez,
por la urgencia en la protección de los derechos que resguarda; la sumariedad,
por el trámite caracterizado por su celeridad; la generalidad porque no reconoce
ningún tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa, y la inmediación, porque se
requiere que la autoridad judicial tenga contacto con la persona privada de
libertad; autoridad que, inclusive, puede acudir inmediatamente a los lugares de
detención e instalar allí la audiencia (las negritas son añadidas).

La línea jurisprudencial sobre el principio de informalismo que rige a la


acción de libertad, encuentra desarrollado de acuerdo a los siguientes
tópicos, que se resumen así: i) La posibilidad de planteamiento oral de
la acción de libertad 1, optimizando de la mejor manera las buenas

1
Se tiene el siguiente desarrollo jurisprudencial: a) La SC 0128/2011-R de 21 de febrero, en el Fundamento Jurídico
III.3 establece subreglas para la presentación oral de la acción de libertad, conforme a lo siguiente:
“El secretario o actuario del juzgado o tribunal donde se sorteó la acción de libertad, deberá sentar en acta la demanda verbal
de la acción de libertad, haciendo una relación del lugar, hechos, fechas, nombres, cargos, derechos lesionados, petitorio y
demás datos que pudiere dar y/o identificar en ese momento. No obstante, en caso de que el accionante no proporcione los
datos necesarios, debe labrarse el acta con los datos que se tengan, así sean mínimos.
 A cuyo efecto anualmente, se abrirá un `Libro de presentación oral de Acción de Libertad´, y que en cada acta constará el
lugar, fecha y hora, como también el nombre y la firma del presentante, si lo hace por sí, o por otro con o sin mandato.

9
prácticas; ii) La flexibilización en los requisitos para presentar la
demanda2, que alcanza a la revisión de otros hechos por conexitud3; iii)
La posibilidad de modificar o ampliar los derechos denunciados, siempre
que tengan semejanza con el hecho inicialmente demandado 4; iv) La
flexibilización de la prueba y aplicación del principio de veracidad5; v)
La subsanación de los aspectos de derecho6; y, vi) La citación en forma
personal, por cédula o vía fax a la autoridad demandada 7. A esta última

 Asimismo, al momento de la citación a la persona, autoridad o funcionario demandado, se le entregará una copia del acta; o,
en su defecto se le hará constar que la acción tutelar fue presentada en forma oral, cuyo registro cursa en el respectivo Libro d el
juzgado o tribunal de garantías”.
b) La SCP 0023/2012 de 16 de marzo, en el Fundamento Jurídico III.1, complementó dicho razonamiento indicando
que para la presentación oral de una acción de libertad, en mérito al principio de informalismo, debe observarse, entre otras , las
siguientes reglas: 1) En provincias, debe ser presentado ante el juez o tribunal en materia penal, debiendo el secretario plasmar
los datos esenciales en un acta a efectos de la notificación; 2) En capitales de departamento, en ventanilla o su equivalente,
instancia que deberá registrar la acción para efectos de sorteo; una vez sorteado, el o la accionante debe dirigirse al juzgado o
tribunal que conocerá la causa para que se plasme en acta su denuncia, a efectos de notificación; 3) Para el caso de las
personas privadas de libertad que no cuenten con una tercera persona para interponer la acción, la autoridad enc argada de su
custodia debe labrar un acta y presentarla a la autoridad competente; y, 4) La inobservancia de las reglas establecidas, con la
finalidad de conceder la tutela, deberán ser corregidas por el Tribunal Constitucional Plurinacional, salvo caso de indefensión de
la parte demandada; y, c) Posteriormente, la SCP 0510/2012 de 9 de julio, aclaró que los criterios de optimización
establecidos en la SCP 0023/2012, deben ser seguidos en la medida de lo posible, dependiendo de las diferentes realidades
de cada departamento.
2
La SCP 0103/2012 de 23 de abril, en el Fundamento Jurídico III.2.2, indica: “…dada la configuración del proceso constitucional
de la acción de libertad , a diferencia del resto de acciones de defensa, por los bienes constitucionales protegidos y tutelados, no
existe una etapa de admisibilidad, por cuanto el juez o tribunal de garantías, precisamente en razón al principio de informal idad
acentuado en el texto constitucional (art. 125 de la CPE), no está obligado a examinar requisitos de forma y fondo como
ocurre con el resto de las acciones de defensa. De ahí que está compelido a indicar directamente día y hora de la audiencia ( art.
126.I de la CPE). Por lo que, en un uso correcto de la denominación de los actos procesales en la acción d e libertad, no es
adecuado sostener que existe una etapa de admisión” (las negrillas son incorporadas).
3
En ese sentido lo expresa la SCP 1977/2013 de 4 de noviembre, en el FJ III.4.
4
Sobre el tema, la SCP 0591/2013 de 21 de mayo recondujo el entendimiento asumido en las SSCC 0345/2011-R de 7 de
abril y SC 1204/2003-R de 25 de febrero, dejando establecido en el FJ III.2, que: “…en las acciones de libertad es posible
que el accionante modifique los derechos supuestamente vulnerados e, inclusive, modifique o amplíe los hechos, bajo la única
condición que tengan conexitud con el hecho inicialmente demandado, para de esta manera no vulnerar el derecho a la defensa
de la parte demandada”.
5
La SC 0038/2011-R de 7 de febrero, en el FJ III.3, refiere: “…en el caso de la acción de libertad, atendiendo especialmente a
los principios de compromiso e interés social y de responsabilidad que rigen la función pública, así como a la naturaleza de los
derechos tutelados por esa garantía jurisdiccional, cuando el sujeto pasivo es un funcionario público, éste tiene la obligación de
presentar informe escrito o en su defecto concurrir a la audiencia a fin de desvirtuar los hechos o actos denunciados como
lesivos a los derechos del accionante, pues de no hacerlo se presume la veracidad de los mismos” (negrillas son añadidas),
entendimiento reiterado en las Sentencias Constitucionales Plurinacionales 1102/2012 de 6 de septiembre y 0591/2013 de 21 de
mayo.
6
La referida SCP 0591/2013, en el FJ III.2 señala: “…existe la posibilidad que los aspectos de derecho que fueron
inobservados por el accionante sean subsanados por la autoridad judicial que conoce la acción…”; de igual modo, en la
tradición jurisprudencial se encuentra el entendimiento asumido por la SC 1204/2003-R de 25 de agosto, que indica: “…le está
permitido a la jurisdicción constitucional en una correcta aplicación de la justicia constitucional no sólo limitarse a compulsar la
violación de las normas que citara el recurrente como vulneradas…”; asimismo, la citada SCP 1977/2013, dijo: “…si bien dentro
del ámbito de protección de la acción de libertad se encuentran previstos determinados derechos; empero, es posible efectuar el
análisis de otros cuando tengan conexitud con los que se encuentran bajo la tutela de esta acción, en virtud a la característica
de interdependencia de los derechos que se encuentra prevista en el art. 13.I de la CPE, que señala: `Los derechos reconocidos
por esta Constitución son inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y progresivos…´”.
7
La SCP 2252/2012 de 8 de noviembre, en el FJ III.3, a partir de lo dispuesto en el art. 33.1 del CPCo, señala que la parte
accionante debe indicar: “…la dirección de un correo electrónico u otro medio alternativo de comunicación inmediata”; que la
citación a las autoridades demandadas puede ser vía fax o facsímil, bajo el argumento que: “La utilización de estas nuevas
tecnologías es un deber del Estado en atención al ejercicio del derecho de acceso a la justicia constitucional que debe ser
expedita y oportuna y el principio de celeridad además de ser respetuosa de la denominada Constitución ecológica (SCP
0176/2012 de 14 de mayo), entre otros, siendo conocido que las Cortes Superiores de Distritos Judiciales, -ahora Tribunales
Departamentales de Justicia-, así como la Corte Suprema de Justicia -ahora Tribunal Supremo de Justicia-, cuentan con
facsímiles, con los cuales una comunicación puede ser transmitida en minutos. Por ello, corresponde señalar que tratándose de
acciones de libertad, la comisión para la notificación, como su devolución puede realizarse vía facsímil entre otros mecanismos
que aseguren un efectivo conocimiento de los diferentes actuados procesales”.
En ese sentido se pronunció la SCP 0427/2012 de 22 de junio en el FJ III.1, señalando que la citación a la autoridad o persona
demandada con la acción de libertad, debe ser efectuada de forma personal o por cédula, salvo en los casos en que el domicilio

10
subregla, se suma, que cuando la autoridad demandada pertenezca a un
órgano o entidad nacional que tenga representación departamental, la
notificación puede ser realizada ante esa repartición y en el supuesto que
no sea posible cumplir con tal diligencia, puede ser suplida con
requerimiento de informe a la autoridad demandada, incluso en etapa de
revisión por este Tribunal, en resguardo del acceso a la justicia
constitucional y fortalecimiento del principio de informalismo.

En efecto, los requisitos para interponer una acción de defensa


contenidos en el art. 33 del CPCo, deben ser flexibilizados en la
acción de libertad, por cuanto así, en la demanda no se advierta
precisión en los hechos, derechos o la parte accionante no adjunte las
pruebas; toda vez que, sobre la base del principio de informalismo
que rige esta acción, no es permitido rechazar la demanda.
III.2. La tutela del derecho a la vida y derechos conexos en el ámbito
de protección de la acción de libertad

El contenido del derecho a la vida consagrado en innumerables artículos


de la Constitución Política del Estado y de las normas del bloque de
constitucionalidad, se extiende no solo a representar la interdicción de la
muerte arbitraria, sino que implica la creación de condiciones de vida
digna8, que involucra, en lo conducente a la acción de libertad, a otros
derechos conexos e interdependientes que no se encuentran en el ámbito
de su protección9, como por ejemplo: a) El derecho a la salud y la
integridad personal de los privados de libertad 10; b) El derecho a la salud
en problemas jurídicos vinculados con el derecho a la libertad de
locomoción y arraigos11; c) El derecho de las mujeres a vivir libres de
violencia en cualesquiera de sus formas12 ; incluso d) Cambiando la
tradición jurídica civilista de considerar persona solo a las existentes
físicamente; es decir, la consideración de sujeto de derecho y derechos a
la persona fallecida y a su dignidad, en una visión plural del derecho a la
vida digna en contextos de retenciones de cuerpos de pacientes en
centros hospitalarios13, entre otros supuestos; razón por la cual, el Estado
asume un doble rol; primero, garantizar que las personas no sean
privadas de ese derecho; y segundo, implementar simultáneamente

del juez o tribunal de garantías resulte distante en relación al asiento del demandado; s upuestos en los cuales, se podrá efectuar
la diligencia por fax u otro medio que sea apropiado y garantice la información del contenido de la demanda.
8
La SCP 0033/2013 de 4 de enero, en el FJ III.1, dentro de una acción de amparo constitucional, refiere: “…el derecho a la vida
más allá de representar la interdicción de la muerte arbitraria, implica la creación de condiciones de vida por parte del Est ado; el
cual no debe escatimar esfuerzos en todos sus niveles para garantizar en la medida de lo posible, la subsistencia con dignidad
de todas las personas, aspirando a consolidar el vivir bien, utilizando todos los mecanismos de los que dispone”.
9
Tribunal Constitucional Plurinacional. SCP 1977/2013 de 4 de noviembre.
10
La SCP 0618/2012 de 23 de julio, en su FJ III.4, manifiesta que a través de la acción de libertad, es posible tutelar el derecho
a la salud e integridad personal de privados de libertad, cuando se encuentra en directa conexión con el derecho a la vida.
11
La SC 0023/2010-R de 13 de abril, prevé la protección de los derechos a la salud y a la vida en vinculación con el derecho a la
libertad de locomoción, en problemas jurídicos vinculados a arraigos.
12
Tribunal Constitucional Plurinacional. SCP 0033/2013, FJ III.2.
13
Tribunal Constitucional Plurinacional. SCP 2007/2013 de 13 de noviembre.

11
políticas para garantizar una vida en condiciones acordes a su dignidad;
resumiéndose estas obligaciones en dos sentidos; vale decir, su respeto y
su protección14, respectivamente.

El alcance amplio que se otorgó al derecho a la vida, su concepción como


derecho autónomo, empero también interdependiente con otros derechos
en virtud del art. 13.I de la CPE, dio lugar a que este Tribunal emita
numerosas Sentencias favoreciendo el acceso a la justicia constitucional
a través de la acción de libertad, cuando se invoca este derecho como
lesionado, señalando que: 1) La protección del derecho a la vida a través
de la acción de libertad es posible, aún no exista vinculación directa ni
indirecta con el derecho a la libertad física, personal o de locomoción -por
todas, la SCP 2468/2012 de 22 de noviembre-, superando una tradición
jurisprudencial que persistía en la necesidad de su vinculación 15;
2) Tratándose del derecho a la vida, la parte accionante es la que debe
asumir la decisión de formular una acción de libertad o de amparo
constitucional, así refiere la SCP 1278/2013 de 2 de agosto; y, 3)
Respecto al derecho a la vida, de cuyo ejercicio depende el goce de otros
derechos, bajo ningún argumento puede aplicarse la subsidiariedad
excepcional -por las demás, las SSCC 0008/2010-R, 0080/2010-R y
0589/2011-R16-.

Los señalados precedentes constitucionales son vinculantes conforme lo


dispuesto por el art. 203 de la CPE y dan concreción al principio de
informalismo que rige la acción de libertad, con contenidos favorables y
progresivos que protegen de mejor forma el derecho de acceso a la
justicia constitucional 17; es decir, son lineamientos jurisprudenciales

14
Tribunal Constitucional Plurinacional. SC 0687/2000-R de 14 de julio y SCP 033/2013.
15
La SCP 0044/2010-R de 20 de abril, en el FJ III.5, establece que la protección al derecho a la vida vía acción de libertad está
íntimamente vinculada con el derecho a la libertad personal; que fue confirmada, entre otras, por la SCP 0813/2012 de 20 de
agosto, precisando que la acción de libertad tutela el derecho a la vida siempre y cuando se encuentre vinculado con la libertad
física o de locomoción.
16
El FJ III.2, sobre la abstracción de la excepción del principio de subsidieriedad, al hallarse involucrado el derecho a la vi da,
señala: "El art. 18 de la CPEabrg, instituyó el recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad prevista por el art. 125 de la
CPE, como un recurso extraordinario cuya finalidad esencial era la protección a la libertad, ámbito de tutela que ha sido
ampliada en el orden constitucional vigente a la vida, que como se ha visto, constituye un derecho primario en sí, inherente al
ser humano, y por ende su protección es prioritaria, por constituir un bien jurídico primario y fuente de los demás derechos. Por
ello, a diferencia de la tutela a la libertad, y su condicionamiento del agotamiento previo de las instancias
intraprocesales, para pedir su protección a través de este medio constitucional idóneo, eficaz e inmediato,
respecto a la vida, su tutela puede ser solicitada de manera directa; es decir, que puede acudir a la jurisdicción
constitucional, sin tener que agotar previamente la vía jurisdiccional ” (las negrillas son añadidas).
17
La SCP 2233/2013 de 16 de diciembre, en el FJ III.3 sostiene: “Nos referimos, con la expresión estándar más alto de la
jurisprudencia constitucional, para resaltar aquélla o aquéllas decisiones del Tribunal Constitucional que hubieran resuelto un
problema jurídico recurrente y uniforme, pero de manera progresiva a través de una interpretación que tiende a efectivizar y
materializar de mejor manera los derechos fundamentales y garantías constitucionales previstas en la Constitución y en los
Tratados Internacionales de Derechos Humanos que forman parte del bloque de constitucionalidad. El método de
identificación del estándar más alto en la jurisprudencia constitucional, es a través de un examen o análisis
integral de la línea jurisprudencial, de tal forma que el precedente constitucional en vigor se constituirá en aquél
que resulte de dicha comparación” (la negrillas son nuestras). Luego, la SCP 0087/2014-S3 de 27 de octubre, siguiendo tal
entendimiento, enfatizó que la: “…forma de identificación del precedente constitucional en vigor a través de la lectura
contextualizada de la línea jurisprudencial que requería como única condición el criterio temporal del precedente, resultando el
último en términos de fecha de emisión por el Tribunal Constitucional (que hubiere cambiado, modulado o reconducido un
determinado entendimiento) tuvo una evolución significativa, por cuanto a partir de la SCP 2233/2013-de 16 de diciembre, la
justicia constitucional entendió que el precedente constitucional en vigor, resulta aquél que acoja el estándar más alto de

12
mínimos para los jueces y tribunales de garantías, a partir de los cuales,
en el marco de los principios de favorabilidad contenido en los arts. 13.IV
y 256 de la CPE y de progresividad de los derechos y prohibición de
regresividad de los mismos, resguardado en el art. 13.I de la CPE, pueden
ser reforzados y ampliados, máxime si la obligación de vinculatoriedad a
los lineamientos jurisprudenciales mínimos, tanto respecto del derecho de
acceso a la justicia como los emitidos en protección de los derechos
individuales y colectivos, forman parte también del cumplimiento de las
obligaciones generales del Estado, previstas en el art. 1.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH).

En el marco jurisprudencial desarrollado, se integró en el ámbito de


protección de la acción de libertad, el derecho a la vida digna en
situaciones de ejercicio ilegal y arbitrario del ius variandi, entendido como
la facultad del empleador público o privado, de modificar la ubicación y las
condiciones de trabajo en cuanto a su modo, lugar, cantidad o tiempo;
esto es, las posibles circunstancias en las que esa facultad del empleador
no se despliegue en el marco del principio de razonabilidad ni juridicidad,
y por el contrario, es producto de la arbitrariedad, en cuyo caso, se
encuentran comprometidos los derechos a la vida digna y otros conexos e
interdependientes, como la salud, la integridad familiar, la estabilidad
laboral y el derecho al trabajo en condiciones dignas.

En el mismo razonamiento, también está comprendido dentro del ámbito


de protección de la acción de libertad, el derecho a la vida ante
restricciones irrazonables del derecho al trabajo y a una remuneración,
que impiden que la persona pueda desarrollar una vida digna, que afecta,
además, a otros derechos, como la salud, el trabajo y la dignidad de las
personas.

Así, se reitera, de una interpretación literal del art. 125 de la CPE, que el
constituyente enumera a la vida como un derecho protegido por la acción
de libertad, independientemente de la vinculación con el derecho a la
libertad física o personal, en concordancia normativa con los arts. 46 y 47
del CPCo.

En esa dimensión argumentativa, se establece que el derecho a la vida por


la tutela inmediata que requiere, puede ser protegido indistintamente por
la acción de amparo constitucional o por la acción de libertad, pues una
interpretación diferente afecta la noción básica de interpretación de los
derechos humanos -asimismo de los derechos fundamentales-, cual es la
interpretación favorable al ser humano.

protección del derecho fundamental o garantía constitucional invocado, provocando con ello, que la invocación y aplicación de
un precedente sea escogido dentro del contexto de la línea jurisprudencial ya no solamente fijándose el criterio temporal del
mismo, sino sobre todo aquél que sea exponente del estándar más alto de protección del derecho”.

13
En ese marco, cabe señalar que, dado el carácter informal de la acción de
libertad y la naturaleza de los derechos que protege, aún el derecho a la
vida no hubiere sido invocado por la parte accionante, es posible
su tutela si se observa su vulneración o amenaza, conforme quedó
establecido en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional.

Otro derecho que se encuentra estrechamente vinculado con la vida, es la


integridad física, psicológica, sexual y la consiguiente prohibición de
tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes. Así; el art. 114.I de la
CPE, establece: “Queda prohibida toda forma de tortura,
desaparición, confinamiento, coacción, exacción o cualquier forma de
violencia física o moral. Las servidoras públicas y los servidores públicos o
las autoridades públicas que las apliquen, instiguen o consientan, serán
destituidas y destituidos, sin perjuicio de las sanciones determinadas por
la ley” (las negrillas son nuestras).

Asimismo, la regulación normativa de la tortura18 en el ámbito


internacional se dirige fundamentalmente a instituir su prohibición
absoluta. Así el art. 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos (PIDCP), señala: “Nadie será sometido a torturas ni a penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes…” Por su parte el art. 5 de la
CADH, dispone: “1. Toda persona tiene derecho a que se respete su
integridad física, psíquica y moral. 2. Nadie debe ser sometido a torturas
ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes…”.

Por otro lado, en el art. 113.I de la CPE, establece que: “La vulneración de
los derechos concede a las víctimas el derecho a la indemnización,
reparación y resarcimiento de daños y perjuicios en forma oportuna…”,
disposición constitucional que es coherente con las normas internacionales
sobre derechos humanos, en concreto, con la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) -que forma parte del
bloque de constitucionalidad-, quien desarrolló la reparación como
concepto genérico que contiene varios elementos. Así, la reparación
supone la restitución integral19 del derecho que fue vulnerado; es decir, el
18
La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de las Naciones Unidas, señala en
el artículo 1: “A los efectos de la presente Convención, se entenderá por el término ‘tortura’ todo acto por el cual se inflija
intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fi n de obtener de ella o de
un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de
intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos
dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a
instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean
consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a estas”.
19
La Corte IDH, en el Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras, a través de la Sentencia de 21 de julio de 1989 sobre
Indemnización Compensatoria, sostuvo: “26. La reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación internacional
consiste en la plena restitución (restitutio in integrum), lo que incluye el restablecimiento de la situación anterior y l a reparación
de las consecuencias que la infracción produjo y el pago de una indemnización como compensación por los daños patrimoniales
y extrapatrimoniales incluyendo el daño moral”; de igual forma, en el Caso Godínez Cruz Vs. Honduras, mediante la Sentencia
de 17 de agosto de 1990 sobre Interpretación de la Sentencia de Indemnización Compensatoria, manifestó: “27. La
indemnización que se debe a las víctimas o a sus familiares en los términos del artículo 63.1 de la Convención, debe estar
orientada a procurar la restitutio in integrum de los daños causados por el hecho violatorio de los derechos humanos. El
desiderátum es la restitución total de la situación lesionada, lo cual, lamentablemente, es a menudo imposible, dada la

14
restablecimiento del derecho a la situación anterior a su violación, pero
también implica la adopción de otras medidas como la indemnización,
que es la reparación por daños materiales físicos o mentales, los gastos
incurridos, las pérdidas de ingreso; la rehabilitación, en los casos que
corresponda, comprendiendo la atención médica y psicosocial requerida;
la satisfacción pública, que consiste en el reconocimiento de la
responsabilidad; y, las garantías de no repetición que tienen por
objeto adoptar medidas estructurales para evitar la repetición de las
lesiones a derechos.

III.3. Análisis del caso concreto

El accionante señala que a pesar de existir a su favor Sentencia


absolutoria por el delito de incumplimiento de cambio de destino,
habiéndose comprobado las disfunciones psicológicas y mentales que
padecía, derivadas de una golpiza que sufrió durante su servicio en la
Policía Militar en la gestión 2007 -Conclusión II.1-, no se le acoge al
servicio pasivo, que le permitirá percibir el 100% de sus haberes,
hasta alcanzar los años necesarios para tener derecho a su renta de
jubilación; se procedió a la retención de sus haberes desde la
gestión 2012. Asimismo, la Resolución 130/2016 emitida por el
Tribunal de Personal del Ejército, determinó su retiro obligatorio de la
institución castrense -Conclusión II.3-.

Ahora bien, en mérito a los argumentos anotados en los Fundamentos


Jurídicos III.1 y 2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional,
respecto al carácter informal de la acción de libertad; así como la tutela
del derecho a la vida digna, esta Sala ingresará al análisis de fondo, por
cuanto, conforme se explicará, se advirtió una amenaza al derecho a la
vida del impetrante de tutela por la restricción de sus derechos al trabajo,
a la estabilidad laboral y a una remuneración; derecho a la vida que si
bien no fue denunciado, es posible su tutela en mérito al carácter informal
de la acción de libertad.

Delimitados en este sentido los actos ilegales denunciados, corresponde


verificar si es viable otorgar la tutela pretendida. En tal sentido, conforme
a los antecedentes cursantes en el expediente y a los Fundamentos
Jurídicos desarrollados precedentemente, se advierte en el marco de las
denuncias realizadas, un trasfondo de actos de tortura efectuados durante
la prestación de los servicios del accionante en la institución militar -Policía
Militar-; pese a la prohibición taxativa existente en los estándares
nacionales e internacionales de estos actos calificados como denigrantes y
lesivos a la integridad personal y reprochable jurídicamente en todo
ámbito público y privado, la práctica de la tortura, al margen de la

naturaleza irreversible de los perjuicios ocasionados, tal como ocurre en el caso presente. En esos supuestos, es procedente
acordar el pago de una `justa indemnización´ en términos lo suficientemente amplios para compensar, en la medida de lo
posible, la pérdida sufrida”.

15
responsabilidad existente por los daños colaterales que derivan, traducidos
en la disfunción mental y psíquica del demandante de tutela, que deben
dilucidarse en la instancia que corresponda, no puede dejarse de lado este
elemento, ya que contextualiza los actos lesivos denunciados ante esta
jurisdicción constitucional.

El Tribunal Permanente de Justicia Militar, dentro del proceso penal


castrense seguido contra el peticionante de tutela, por incumplimiento de
cambio de destino, tomó en cuenta su estado de salud, como una causal
de inimputabilidad y concluyó determinando a través de la Sentencia
31/2016, su absolución por el del delito atribuido -Conclusión II.1-; la que
fue confirmada por Auto de Vista 012/2017 pronunciado por la Sala de
Apelaciones y Consulta del Tribunal Supremo de Justicia Militar; sin
embargo, no obstante de existir dicha determinación y la motivación que
la generó, se extraña el fundamento por el cual, se procedió a la retención
de sus haberes; más aun, cuando la citada Sentencia hizo referencia a la
disposición de destino temporal a Letra E, a través del Memorándum del
DPTO. I-ADM.RR.HH.SEDEC 152/14 de 6 de marzo de 2014, situación
activa que de acuerdo a las prescripciones contenidas en el art. 50 de la
Ley de Administración del Personal de las Fuerzas Armadas, señala: “…no
privarán al militar de goce de sus haberes existentes y beneficios sociales
que le correspondan”, concordante con el art. 85 de la LOFA, que dispone:
“…no privaran al Militar del goce de sus haberes existentes y beneficios
sociales que le correspondan”.

Otro argumento no acorde a derecho, aludido por la Jefatura del


Departamento I Adm. RR.HH. del Comando General del Ejército, que
consta en la respuesta a la solicitud de reposición de haberes del
accionante -Conclusión II.8-, radica en la errada aplicación del
razonamiento jurídico de la SC 0809/2006, cuyo supuesto fáctico no
resulta similar al caso en análisis; si bien, en dicho recurso de amparo
constitucional se denunció que el Ministerio de Defensa Nacional, retuvo
ilegalmente sus haberes mensuales y aguinaldos, el Tribunal
Constitucional entendió que dichos actos no vulneraban los derechos del
recurrente, por cuanto durante la sustanciación del proceso penal militar
que le fue seguido, no obstante estar obligado a asistir al batallón de
Policía Militar Naval N° 1, al que fue destinado, no se presentó para
prestar sus servicios.

En el caso que nos ocupa, dicho entendimiento no puede ser aplicado sin
previamente analizar las causas por las cuales el accionante no asistió a su
cambio de destino, las que fueron exhaustivamente explicadas, además de
ser justificada su absolución dentro del proceso penal militar;
consiguientemente, no correspondía exigir al impetrante de tutela la
asistencia a su destino, cuando motivos de orden de salud le impedían
hacerlo. En el mismo sentido, tampoco correspondía aplicar la Directiva

16
del Ejército 43/10, respecto a la retención de haberes del personal, de
quien no asista a su fuente de trabajo por más de cinco días continuos (fs.
63 a 64), por cuanto, -se reitera- deben considerarse los motivos para
dicha inasistencia.

Asimismo, cabe enfatizar que no obstante de contarse con varias


certificaciones idóneas que acreditaban su situación de salud y
consiguiente impedimento para que el demandante de tutela se
restablezca en sus actividades profesionales, durante y después del
proceso penal militar, sustentado en los reiterados diagnósticos que
determinan un cuadro clínico de trastorno esquizofrénico crónico
indiferenciado y probable esquizofrenia paranoide; el Tribunal de Personal
del Ejército, conforme a la atribución establecida en su Reglamento, no se
pronunció respecto a la situación de destino temporal, a pesar de constar
informes que establecen que debe ser beneficiado por el seguro de
invalidez -Conclusión II.5-, coincidente con la referencia de discapacidad
de tipo intelectual del 81%, certificada a través del carnet de discapacidad
emitido por CODEPEDIS, perteneciente al accionante, al igual que un
Dictamen de Recalificación EEC 11474/2014 de 23 de diciembre,
elaborado por el Tribunal Médico de Calificación, que establece que tiene
un 63% de pérdida de capacidad laboral por enfermedad, que podía ser
valorada oportunamente, así como el Informe Médico de 22 de julio de
2017, que reitera el diagnóstico inicial -Conclusiones II.5, 6 y 7-; ya que
conforme a la normativa militar el personal asegurado que sufriera alguna
enfermedad o accidente de trabajo que imposibilite continuar en servicio
activo, percibirá el 100% del haber de grado, hasta alcanzar los años
necesarios para tener derecho a la renta de jubilación conforme dispone el
art. 123 de la LOFA.

Conforme a lo anotado, no resulta admisible el argumento referido en


relación a la negativa de respuesta al peticionante de tutela, de definir el
estado o situación militar en el que se encuentra, por ausencia de
requisitos y certificados necesarios o actualizados, pese a existir
documentación que acredita suficientemente este extremo, exigencia que
no responde al principio constitucional de aplicación directa y eficaz de los
derechos fundamentales; según el cual, tienen efectividad plena más allá
de un reconocimiento legislativo o de formalismos extremos que puedan
obstaculizar su plena vigencia.

Con relación a la sanción disciplinaria de retiro obligatorio, asumida a


través de la Resolución 130/2016, fundada en la falta a su fuente laboral
por motivos estrictamente personales; se concluye que la misma resulta
irrazonable, por cuanto, existe una Sentencia absolutoria en razón a que el
impetrante de tutela se encontraba con tratamiento médico, de donde
resulta que la ausencia a su destino está plenamente sustentada, no
siendo coherente, en lo posterior en la vía disciplinaria, se desconozca

17
dicha justificación; además, conforme al art. 13 del Reglamento del
Tribunal del Personal de las FF.AA., el Tribunal de Personal de cada
Fuerza, adopta decisiones relativas a la administración del personal, previo
informe y/o recomendación del Jefe de Departamento I del Personal,
quién en este caso, tenía conocimiento de la Sentencia absolutoria emitida
a favor del accionante, ante la solicitud de restitución de haberes -
Conclusión II.8-.

En ese sentido, se aclara que si bien la jurisprudencia constitucional señala


que no existe lesión al principio y derecho al non bis in ídem -a no ser
sancionado dos veces por el mismo hecho-, cuando se impone una
sanción penal y otra administrativa, por cuanto, su fundamento es
diferente, al tutelar bienes jurídicos protegidos por diferentes esferas del
derecho -SC 0506/2005-R de 10 de mayo y SCP
0509/2012 de 9 de julio, entre otras-; empero, no resulta razonable
desconocer los motivos por los cuales se emitió una Sentencia absolutoria
y sancionar a una persona sin considerar los justificativos presentados
válidamente.

Por lo expuesto, y en virtud a la interdependencia de los derechos, que


posibilita al juez constitucional ampliar su análisis y extender su ámbito de
protección sobre otros derechos vinculados o conexos al derecho que se
tutela, esta Sala comprueba que la parte demandada vulneró los derechos
a la vida, a la libertad de trabajo, a la estabilidad laboral, al debido
proceso y todos aquellos que el peticionante de tutela alegó como
lesionados en su memorial de acción de libertad, debiendo lo señalado ut
supra ser valorado por los demandados, en futuros casos que pasen a su
conocimiento.

Finalmente, en mérito a la denuncia efectuada por el impetrante de tutela,


en sentido que sufrió torturas en la institución militar, corresponde remitir
antecedentes al Ministerio Público para su investigación; pues, de acuerdo
a la jurisprudencia constitucional contenida en la SC 0664/2004-R de 6 de
mayo:

…la competencia de los tribunales militares debe estar restringida al ámbito


estrictamente militar y concretamente a los deberes propios de la función militar,
configurándose entonces, lo que en doctrina se denomina el delito de función, que
para ser tal debe reunir los siguientes elementos: 1) que el bien jurídico sea
militar; 2) que el delito se encuentre previsto en la legislación penal militar
(principio de legalidad), y 3) que exista un nexo de causalidad entre la función
encomendada y el delito cometido, entendiéndose que la tarea ordenada
constituye en sí misma un desarrollo legítimo de la misión encomendada a las
Fuerzas Armadas dentro de los límites que la propia Constitución establece (…).

Complementando este razonamiento, la SCP 0013/2016 de 1 de febrero,


pronunciada dentro de un conflicto de competencias entre las
jurisdicciones ordinaria y militar, dejó establecido que en ningún momento

18
las graves violaciones de derechos humanos son competencia de la
jurisdicción penal militar, llegando a tal conclusión a partir de la
jurisprudencia de la Corte IDH, que en el Caso Radilla Pacheco
Vs. México, a través de la Sentencia de 23 de noviembre de 2009 sobre
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas -reiterando la
jurisprudencia contenida en los Casos de la Masacre de La Rochela Vs.
Colombia; Escué Zapata Vs. Colombia; Durand y Ugarte Vs.
Perú; y, La Cantuta Vs. Perú, establece: “273. Asimismo, esta Corte ha
establecido que, tomando en cuenta la naturaleza del crimen y el bien
jurídico lesionado, la jurisdicción penal militar no es el fuero competente
para investigar y, en su caso, juzgar y sancionar a los autores de
violaciones de derechos humanos sino que el procesamiento de los
responsables corresponde siempre a la justicia ordinaria (…)”20.

En consecuencia, el Tribunal de garantías al denegar la tutela solicitada, no obró


correctamente.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confieren la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la
Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: REVOCAR la
Resolución 192/2017 de 24 de noviembre, cursante de fs. 324 a 329, emitida por
el Tribunal de Sentencia Penal Cuarto de la Capital del departamento de La Paz; y
en consecuencia:

1° CONCEDER la tutela impetrada, conforme a los fundamentos jurídicos de la


presente Sentencia Constitucional Plurinacional; y,

2° Disponer lo siguiente:

i) Dejar sin efecto la Resolución del Tribunal de Personal del


Ejército 130/2016 de 1 de diciembre;

ii) La reincorporación del accionante a la institución castrense; en


consecuencia, el Tribunal de Personal del Ejército deberá pronunciarse
respecto a la situación militar que le corresponda al impetrante de
tutela dentro de las Fuerzas Armadas;

iii) La restitución inmediata de los haberes retenidos al demandante de


tutela y demás derechos laborales y beneficios sociales;

20
La indicada Sentencia, señala también: “272. El Tribunal considera pertinente señalar que reiteradamente ha establecido que la
jurisdicción penal militar en los Estados democráticos, en tiempos de paz, ha tendido a reducirse e incluso a desaparecer, po r lo
cual, en caso de que un Estado la conserve, su utilización debe ser mínima, según sea estrictamente necesario, y debe
encontrarse inspirada en los principios y garantías que rigen el derecho penal moderno. En un Estado democrático de derecho,
la jurisdicción penal militar ha de tener un alcance restrictivo y excepcional y estar encaminada a la protección de intereses
jurídicos especiales, vinculados a las funciones propias de las fuerzas militares. Por ello, el Tribunal ha señalado anterior mente
que en el fuero militar sólo se debe juzgar a militares activos por la comisión de delitos o faltas que por su propia naturaleza
atenten contra bienes jurídicos propios del orden militar”.

19
iv) Que la institución militar, a través de la Corporación del Seguro Social
Militar (COSSMIL), otorgue al solicitante de tutela la atención
médica, psiquiátrica, psicológica, hospitalaria y farmacéutica
necesaria hasta lograr su rehabilitación;

v) La calificación de daños y perjuicios, en el marco de lo dispuesto


por el art. 113 de la Constitución Política del Estado, debiendo para el
efecto, el Tribunal de garantías abrir el término de prueba de diez días,
previsto en el art. 39 del Código Procesal Constitucional; y,

vi) La remisión de antecedentes al Ministerio Público, para la


averiguación de la autoría de posibles ilícitos, en relación a los actos de
tortura denunciados.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. MSc. Julia Elizabeth Cornejo Gallardo


MAGISTRADA

Fdo. MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano


MAGISTRADO

20
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0237/2018-S2
Sucre, 28 de mayo de 2018

SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Julia Elizabeth Cornejo Gallardo
Acción de libertad

Expediente: 22483-2018-45-AL
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 26/2017 de 10 de noviembre, cursante de fs. 13 a


15 vta., pronunciada dentro de la acción de libertad interpuesta por Edy Luis
López Flores en representación sin mandato de Raúl Gabriel Molina Alanes
contra Elisa Blanco Castro, Fiscal de Materia; y, Fernando Delgado,
funcionario de la Policía Boliviana.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 9 de noviembre de 2017, cursante a fs. 5 y vta., la


parte accionante expuso los siguientes argumentos de hecho y derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso penal que sigue el Ministerio Público contra Juan Badir Nemer
Aseff y otros por la presunta comisión de los delitos de lesiones graves y leves,
fue citado en calidad de testigo a objeto de prestar su declaración informativa,
habiendo asistido en una primera oportunidad; sin embargo, convocado por
segunda vez para presentar su declaración ampliatoria, no pudo acudir por temas
laborales; por ello, la Fiscal de Materia ordenó su aprehensión.

Ante esta situación, presentó un memorial justificando su inasistencia y solicitando


nueva fecha para prestar su declaración ampliatoria; a lo que, la autoridad fiscal
dispuso que sea citado por última vez, señalando día y hora para tomar la misma;
no obstante a ello, Fernando Delgado, funcionario policial asignado al caso, se
movilizó para que se expida el mandamiento de aprehensión y procedió a
ejecutarlo el 9 de noviembre del 2017, a horas 7:00, cuando ingresaba a su
fuente laboral, conduciéndole a las celdas del Distrito Policial Cuarto de la zona
1
Sur de la ciudad de La Paz, donde se mantiene privado de su libertad hasta la
presentación de ésta acción tutelar, sin haberle tomado su declaración ni remitido
al Ministerio Público.

I.1.2. Derecho supuestamente vulnerado

Denuncia la lesión de su derecho a la libertad, sin citar norma constitucional


alguna que lo sustente.
I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela impetrada; y en consecuencia, se disponga: a) Su


inmediata libertad; b) La responsabilidad penal y civil a los demandados; y, c) El
pago de daños y perjuicios.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

La audiencia pública de consideración de esta acción tutelar se realizó el 10 de


noviembre de 2017; según consta en acta cursante de fs. 11 a 12 vta.;
produciéndose los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La parte accionante reiteró íntegramente los términos expuestos en su memorial y


complementándolos, señaló: 1) Fue aprehendido y depositado en celdas judiciales
de horas 07:00 a 10:40. Posteriormente, se le tomó la declaración informativa en
calidad de testigo; pero nunca acudió ante él la autoridad fiscal; y, 2) La acción
de libertad tiene carácter reparador, pues si bien ahora se encuentra en libertad,
estuvo arrestado por cuatro horas en celdas policiales.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

William Norman Guarachi Tancara, Fiscal de Materia en representación del


Ministerio Público, en audiencia manifestó: i) Es evidente, que se procedió a la
aprehensión del solicitante de tutela, en cumplimiento a la orden emitida por la
Fiscal de Materia, Guadalupe Dávila Cáceres, ante su negativa de prestar su
declaración informativa, obstaculizando la investigación; ii) El caso se encuentra
bajo control jurisdiccional del Juez de Instrucción Penal Decimoprimero de la
Capital del departamento de La Paz, autoridad ante la cual, se debió acudir previo
a la interposición de la acción de libertad; y, iii) El demandante de tutela causó su
propia indefensión, pues pudo evitar la aprehensión asistiendo a prestar su
declaración informativa cuando fue convocado; en consecuencia, solicitó se
deniegue la tutela.

Fernando Delgado, funcionario policial, en su condición de codemandado, en


audiencia indicó: a) El accionante fue convocado en tres oportunidades a prestar
su declaración informativa, pero no se presentó; por lo cual, se emitió la orden de
aprehensión, a la que dio cumplimiento; b) Una vez concluida la declaración del

2
impetrante de tutela, se le dejó en libertad; y, c) No lo ingresó a una celda; sino
lo dejó en su oficina.

I.2.3. Resolución

La Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz,


constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución 26/2017 de 10 de
noviembre, cursante de fs. 13 a 15 vta., denegó la tutela solicitada, con los
siguientes fundamentos: 1) El presente caso se encuentra en proceso de
investigación y el demandante de tutela fue convocado en varias oportunidades a
declarar en calidad de testigo, empero no se presentó; 2) De conformidad a la
línea jurisprudencial establecida por el Tribunal Constitucional Plurinacional;
cuando existan medios de defensa en el ámbito de la jurisdicción ordinaria, éstos
son los que deben ser utilizados, antes de la interposición de la acción de libertad;
y, 3) El presente caso, se encuentra en etapa preparatoria, con autoridad
plenamente identificada; en consecuencia, es el Juez de control jurisdiccional, es
quien tiene las facultades para tutelar derechos y garantías vulnerados.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establece lo siguiente:

II.1. Cursa la Orden de Aprehensión de 19 de octubre de 2017, emitida por la


Fiscal de Materia, Guadalupe Dávila Cáceres, en mérito a que Raúl Gabriel
Molina Alanes -ahora accionante- no asistió a presentar su declaración en
calidad de testigo, a pesar de ser citado el 11, 22 y 31 de agosto de 2017;
ordenando su ejecución al investigador asignado al caso o a cualquier
miembro de la Policía Boliviana, aprehendiendo al accionante, para ser
puesto ante el Ministerio Público y preste su declaración informativa en
calidad de testigo, dentro de la investigación penal por los delitos de
lesiones graves y leves seguida a denuncia de Jorge Elías Helguero
Zaiduni contra Juan Badir Nemer Aseff (fs. 10).

II.2. De la Resolución 26/2017 de 10 de noviembre, pronunciada por el


Tribunal de garantías -objeto de revisión-, se advierte que el 9 de
noviembre, a horas 8:00, Fernando Delgado -ahora codemandado-,
procedió a aprehender al impetrante de tutela en cumplimiento a la orden
emanada por el Ministerio Público, empero por una cuestión ajena a su
voluntad, tuvo que dejarlo en su oficina y cuando retornó le tomó su
declaración informativa en calidad de testigo, a horas 10:30, después de lo
cual, lo dejó en libertad (fs. 13 y vta.).

II.3. Se tiene las fotografías del demandante de tutela al interior de las celdas
policiales privado de su libertad (fs. 9).

II.4. Cursa el Formulario Nurej 20153039 del Sistema Integrado de Registro


Judicial, por el que se advierte que la acción de libertad fue interpuesta

3
por el solicitante de tutela a través de su representante sin mandato, el 9
de noviembre de 2017, a horas 10:16 (fs. 1).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La parte accionante denuncia la vulneración de su derecho a la libertad; toda vez que,


en mérito a una orden de aprehensión emitida por la Fiscal de Materia, en calidad de
testigo, fue aprehendido y conducido a celdas policiales donde en lugar de tomarle su
declaración, fue privado de libertad por cuatro horas; por lo que, solicita la concesión
de la tutela y se disponga su inmediata libertad, más el pago por daños y perjuicios.
En consecuencia, corresponde determinar en revisión, si los extremos
demandados son evidentes para conceder o denegar la tutela solicitada; para ello,
se desarrollarán los siguientes temas: i) La acción de libertad innovativa; ii) La
subsidiariedad excepcional en la acción de libertad exige que el juez de instrucción
penal ejerza el control jurisdiccional; y, iii) Análisis del caso concreto.

III.1. La acción de libertad innovativa

Es una acción tutelar, cuyo propósito es proteger, restablecer y/o restituir


el derecho a la libertad física o de locomoción, así como el derecho a la
vida, cuando se hallan en peligro como consecuencia de la supresión o
restricción a la libertad personal; disponiendo el cese de la persecución
indebida, el restablecimiento de las formalidades legales y/o la remisión
del caso al juez competente, la restitución del derecho a la libertad física,
o la protección de la vida misma.

En este marco, la línea jurisprudencial sobre la posibilidad de presentar la


acción de libertad, aun hubiere cesado la restricción del derecho a la
libertad física, conocida en la doctrina como recurso de hábeas corpus
innovativo, tiene el siguiente desarrollo jurisprudencial:

El Tribunal Constitucional, en la SC 92/02-R de 24 de enero de 20021,


sostuvo que era posible el planteamiento del hábeas corpus -ahora acción
de libertad- cuando el actor ya había sido liberado, pues dicha liberación
“…no desvirtúa la ilegalidad del acto ni libera de responsabilidad a los
recurridos…”, de forma que en tales casos, se evitaba la reiteración de la
conducta; es decir, que el interés en la resolución de la temática,
trascendía del caso particular para convertirse en uno de interés general.

Posteriormente, sin modificarse oficialmente aquella línea, la SC 1489/2003-R


de 20 de octubre2 estableció que promovido el recurso de habeas corpus
1
El Tercer Considerando, señala: “…Si bien el Juez de la causa dispuso la libertad del procesado ello no desvirtúa la ilegalidad del
acto ni libera de responsabilidad a los recurridos, tal como lo establece el art. 91-6) de la Ley N° 1836 (…)”.
2
El FJ III.2, indica “En el caso que se examina, conforme lo expresa el propio recurrente, el hábeas corpus fue planteado después de
que sus representados fueron puestos en libertad, de manera que si hubo ilegalidad en su detención por no haberse observado lo
establecido por los arts. 6.II y 9.I CPE, ella no puede resolverse dentro de un recurso de hábeas corpus que fue presentado luego
de haber sido puestos en libertad los recurrentes. Por consiguiente esa presunta ilegalidad adquiere otras características que la
hacen punible, por lo que corresponde ser considerada en el ámbito penal o en el que los recurrentes estimen adecuado.
En consecuencia, correspondía al recurrente interponer el recurso en el momento en que sus representados se encontraban
-según él- indebidamente detenidos a fin de que la autoridad competente dentro del trámite de hábeas corpus, haga

4
-ahora acción de libertad-, no procedía cuando el hecho conculcador ya
había cesado, puesto que dicho acto adquiría características que lo hacían
punible en la instancia ordinaria penal; por lo que, se debería acudir a
esa jurisdicción para conseguir la respectiva sanción.

A través de la SC 0327/2004-R de 10 de marzo3, se cambió dicho


entendimiento jurisprudencial, sosteniendo que las lesiones del derecho a
la libertad, encuentran protección dentro del ámbito del hábeas corpus, en
los casos en que se constate la existencia de una ilegal privación de
libertad, a pesar de haber cesado la detención antes de la interposición
del recurso; supuesto en el cual, la concesión de la tutela debe establecer
la responsabilidad de los servidores públicos que efectuaron la indebida
privación de libertad; razonamiento que fue adoptado como línea
jurisprudencial hasta la gestión 2010.

Con la SC 0451/2010-R de 28 de junio4, se recondujo el entendimiento


jurisprudencial al anterior contenido en la SC 1489/2003-R, estableciendo
que cuando se alega o denuncia una privación de libertad personal ilegal o

comparecer a los detenidos y analice los antecedentes del caso para pronunciarse sobre la procedencia o improcedencia del
mismo, situación que no puede darse, ya que fueron puestos en libertad antes de la presentación misma del recurso”.
3
El FJ III.1, refiere: “Consiguientemente, del contenido de los preceptos aludidos y los debates parlamentarios glosados, se
extrae de manera clara y precisa que la voluntad del legislador es que las lesiones al derecho a la libertad encuentren protección
dentro del ámbito del hábeas corpus, declarando su procedencia en los casos en que se constate la existencia de una ilegal
privación de libertad, no obstante haber cesado la detención antes de la interposición del recurso; en consecuencia, es preci so
cambiar el entendimiento jurisprudencial sentado en la SC 1489/2003-R (…)”.
4
El FJ III.2.2, manifiesta: “Cuando se alega privación de libertad personal, la norma constitucional (art. 125 de la CPE), señala
que toda persona que esté indebida o ilegalmente privada de su libertad personal, podrá interponer la acción de libertad y
solicitar al juez o tribunal competente `se restituya su derecho a la libertad´”.
Lo cual significa que en estos casos, la acción de libertad debe ser interpuesta cuando la lesión al derecho a la libertad existe; de
no ser así, se desnaturalizaría la esencia de la presente acción de defensa, dado que el petitorio de que `se restituya su derecho
a la libertad´, ya no tendría sentido si está en libertad.
En consecuencia, desde el orden constitucional, se debe tener en cuenta los siguientes aspectos procesales:
Primero.- Cuando el acto ilegal o indebido denunciado sea la detención o privación de libertad física del agraviado o accionante,
la acción de libertad debe ser interpuesta mientras exista la lesión, no cuando haya cesado.
Segundo.- En los casos, en que presentada la acción de libertad conforme a esta exigencia, luego de la notificación a la
autoridad, funcionario o persona denunciada o accionada, con la admisión de la misma, ésta libera al accionante o agraviado,
ello no impide la prosecución del trámite y la otorgación de la tutela si es que corresponde, a los efectos de la reparación de los
daños causados por la privación de libertad y en su caso los efectos que corresponda.
Tercero.- En los casos en que durante la detención no se presentó la acción de libertad, sino después de haber cesado la misma;
verificada que sea tal situación, en audiencia pública y sin ingresar al análisis de fondo, corresponde la denegación de tutela,
salvando los derechos del agraviado o accionante en la vía jurisdiccional ordinaria.
Al respecto, el art. 110.I de la CPE, señala que: `Las personas que vulneren derechos constitucionales quedan sujetas a la
jurisdicción y competencia de autoridades bolivianas´, lo cual guarda coherencia con el art. 292 del Código Penal (CP), que bajo
el nomen juris de `privación de libertad´, establece: `El que de cualquier manera privare a otro de su libertad personal, incurrirá
en reclusión de seis meses a dos años y multa de treinta a cien días. La sanción será agravada en un tercio, cuando el hecho
fuere cometido: 1) Por un funcionario público, con abuso de su autoridad. 2) Sobre un ascendiente, descendiente o cónyuge.
3) Si la privación de libertad excediere de cuarenta y ocho horas´ (…)
El art. 4.II de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010 denominada Ley de Necesidad de Transición, señala que: `Los Tribunales,
Jueces y autoridades administrativas del Estado Plurinacional podrán considerar la jurisprudencia constitucional emitida con
anterioridad a la aprobación del nuevo orden constitucional, en tanto no se contraponga a la Constitución Política del Estado´,
en ese sentido, y al ser -entre otras- la función del Tribunal Constitucional, intérprete y guardián de la Constitución vigente; la
interpretación efectuada a través de su jurisprudencia no puede contravenir a la Constitución misma, ni asimilar un
entendimiento jurisprudencial pasado que se aparte de ella, sino sólo aquél que guarde coherencia o armonía con la
Constitución vigente, uniformando así la jurisprudencia constitucional; labor que le corresponde a los miembros que componen
este Tribunal. En ese sentido, y a la luz de la nueva Constitución, se concluye que `cuando se alega o denuncia privación de
libertad personal ilegal o indebida, debe interponerse la acción de libertad, mientras persista la lesión, no cuando ha cesado´, tal
cual se explicó precedentemente, lo cual a su vez significa una reconducción de la línea jurisprudencial al asumido en la
SC 1489/2003-R, que es conforme al orden constitucional vigente”.

5
indebida, debe interponerse la acción de libertad mientras persista la
lesión, no cuando hubiere cesado; lo cual fue confirmado por el Tribunal
Constitucional Plurinacional a través de la SCP 0201/2012 de 24 de mayo,
entre otras.

La SC 0895/2010-R de 10 de agosto5, complementó el entendimiento


previamente asumido y señaló que cuando sea imposible plantear la
acción de libertad por situaciones debidamente justificadas durante la
privación de libertad, es posible su interposición inmediatamente después
de haber cesado la misma.

La jurisprudencia glosada fue reconducida a través de la SCP 2491/2012


de 3 de diciembre; en la que, sobre la base de la SC 0327/2004-R,
dispone que procede la acción de libertad -bajo la modalidad de
innovativa-, aun hubiere cesado el acto ilegal en cualquiera de las
modalidades protectivas de la acción de libertad; es decir, la amenaza al
derecho a la vida, la privación de libertad, la persecución indebida, o en su
caso, el indebido procesamiento vinculado con el derecho a la libertad
física o personal.

En efecto, la SCP 2491/2012 consagra la acción de libertad denominada


innovativa, constituyéndose este entendimiento en el estándar
jurisprudencial más alto y vigente en el Tribunal Constitucional
Plurinacional, que fue reiterado por las Sentencias Constitucionales
Plurinacionales 0640/2013 de 28 de mayo y 2075/2013 de 18 de
noviembre.

Sin embargo, se debe mencionar a la SCP 0135/2014 de 10 de enero 6,


que indicó que la acción de libertad, en casos en los cuales haya cesado el

5
El FJ III.2, establece: “Así como no hay derechos absolutos, no hay reglas que no permitan una excepción cuando en mérito a
ello se materializará un derecho fundamental, sin alterar la esencia y naturaleza de la acción tutelar, en este caso de la acción
de libertad; y es que debe tenerse en cuenta que hay situaciones particulares en las que estando el ciudadano privado de
libertad no es posible activar ningún medio de defensa ordinario, mucho menos extraordinario o de rango constitucional, pese a
la lesión sufrida; por ello es oportuno complementar al entendimiento asumido en la citada SC 0451/2010-R, con referencia a
que cuando se aduzca o se denuncie detención indebida, la acción de libertad debe ser interpuesta estando en privación o
restricción de la libertad física, no luego de haber cesado: `Salvo que por las situaciones debidamente justificadas y la
particularidad del caso, durante la privación de libertad no le fue posible interponer la acción de libertad, sino inmediatamente
después de haber cesado la misma, lo cual no hace desparecer el acto ilegal y amerita un pronunciamiento de fondo a objeto de
establecer las responsabilidades que correspondan, sean civiles, penales, u otras, dependiendo de la gravedad y del sujeto
pasivo o causante de la lesión de derechos´”.
6
El FJ III.3.2, indica: “El Tribunal Constitucional Plurinacional, a partir de una interpretación desde y conforme a la Constitución
Política del Estado, el desarrollo jurisprudencial glosado, y los demás razonamientos expuestos en la presente Sentencia, aclara
que, la acción de libertad puede ser planteada y resuelta en el fondo, en los casos en que se constate la existencia de una i legal
privación de la libertad, no obstante haber cesado la misma antes de la interposición de la acción, siempre y cuando haya sido
planteada en un plazo razonable posterior a la liberación, lo que además debe valorarse en función a la gravedad de los hecho s,
de forma que a mayor connotación social y/o gravedad del hecho; es decir, que exceda el interés individual y se convierta en
interés colectivo, debe considerarse mayor flexibilidad en el plazo razonable. Este razonamiento en virtud a las siguientes
consideraciones:
1) Conforme lo disgregado, la línea jurisprudencial vinculante, a pesar de su divagante decurso, constantemente reconoció la
posibilidad de la interposición del hábeas corpus -hoy acción de libertad- una vez cesada la privación de libertad, considerada
ilegal, siendo además que es la propia Constitución Política del Estado en su art. 125 que determinan esta posibilidad, como ya
se tiene anotado.
2) En atención a los principios pro homine y de progresividad desarrollados en el Fundamento Jurídico III.1.1, al proveer éstos,
criterios de interpretación favorables al desarrollo progresivo de los derechos fundamentales de la persona humana, se refuerza
una interpretación en el sentido de conceder la tutela en los casos comprobados de detención ilegal aún haya cesado ésta,

6
acto lesivo antes de su interposición, procede siempre y cuando sea
presentada en un plazo razonable; más tarde la SCP 0744/2015-S3 de 29
de junio7 señaló que cuando los supuestos fácticos hubieran desparecido
por corrección o enmienda, no es posible su tutela a través de la acción de
libertad.

Ahora bien, el propósito de la acción de libertad innovativa, radica


fundamentalmente, en que todo acto que implique desconocimiento o
comprometa la eficacia de los derechos tutelados por esta garantía
constitucional, debe ser repudiado por la justicia constitucional; de esta
manera evitar que en el futuro se repitan y reproduzcan los actos
contrarios a la eficacia y vigencia de los derechos a la vida, la libertad
física y de locomoción. En ese sentido, no se protege únicamente los
derechos de la persona que interpuso la acción de libertad; al contrario, su
vocación principal es que en lo sucesivo no se repitan hechos
cuestionados de ilegales; en razón a que, como entendió la jurisprudencia
constitucional, la acción de libertad se activa, no simplemente para
proteger derechos desde una óptica netamente subjetiva, sino también
desde su dimensión objetiva, evitando que se reiteren aquellas conductas
que lesionan los derechos que se encuentran dentro del ámbito de su
protección y que fundamentan todo el orden constitucional.

En ese sentido, la referida SCP 2491/2012, en el Fundamento


Jurídico III.1, establece:

Recogiendo el espíritu de ésta Sentencia Constitucional; asimismo, la construcción


doctrinal del voto disidente de 22 de julio de 2010, respecto de la SC 0451/2010-R
de 28 de junio -que estableció que la acción de libertad debe ser interpuesta
cuando la lesión al derecho a la libertad existe, caso contrario, se desnaturalizaría
su esencia-, entiéndase la figura de la acción de libertad innovativa o habeas
corpus innovativo como el mecanismo procesal, por el cual el juez constitucional
asume un rol fundamental para la protección del derecho a la libertad personal, y
por ello, en la Sentencia que pronuncie debe realizar una declaración sobre la
efectiva existencia de lesión al derecho a la libertad física o personal, aunque la
misma hubiera desaparecido, advirtiendo a la comunidad y al funcionario o
persona particular, que esa conducta es contraria al orden constitucional, en esta

asimismo el plazo razonable para su interposición, una vez cesada la detención ilegal, deben ser valorados en función a los
mismos criterios que beneficien una protección integral del derecho tutelado.
3) Los hechos considerados graves, que tengan como trasfondo la vulneración de derechos fundamentales, no pueden quedar
sin un pronunciamiento expreso por parte de la justicia constitucional, cuya labor de interpretación y vinculatoriedad de su
jurisprudencia, debe impedir la reiteración de conductas reñidas con el orden constitucional, de ahí la necesidad d e la
implementación formal de un mecanismo procesal constitucional, que cumpla con la finalidad de evitar dichas conductas, a
través de una declaración sobre la efectiva existencia de lesión al derecho a la libertad física o personal, aunque la misma
hubiera desaparecido, advirtiendo a la comunidad y al funcionario o persona particular, que esa conducta es co ntraria al orden
constitucional”.
7
El FJ III.2, refiere: “La sustracción de la materia o pérdida del objeto procesal, deviene por la desaparición de los supuestos
fácticos que motivaron su activación porque la violación o amenaza de violación del derecho cesó; y consecuentemente, el
hecho denunciado dejó de vulnerar las garantías o derechos constitucionales, debido al cumplimiento del acto reclamado con su
consecuente restitución.
Asimismo, el objeto procesal constituye el elemento sustancial a resolver por la jurisdicción constitucional; en tal sentido, ante la
sustracción de la materia o pérdida del objeto procesal, en acción de libertad, cuando el petitorio devino en insubsistente por la
desaparición del hecho o supuesto que lo sustentaba, se inhibe un pronunciamiento sobre el fondo de la pretensión,
correspondiendo la sustracción del mismo; toda vez que, la eventual concesión de la tutela, se tor naría en ineficaz e
innecesaria”.

7
Sentencia también se debe emitir una orden al funcionario o particular que lesionó
el derecho en sentido que, en el futuro, no vuelva a cometer ese acto, con
relación a la misma persona que activó la justicia constitucional o con otras que se
encuentren en similares circunstancias.
Acorde a lo expuesto, y de acuerdo a la nueva coyuntura constitucional imperante
desde febrero de 2009, nuestro país atraviesa un proceso de constitucionalización
en sus instituciones jurídicas y políticas. No se encuentra al margen la justicia
constitucional, que acoge parámetros interpretativos y de amparo más garantistas
y favorables a la protección de los derechos y de los derechos humanos.
En ese sentido, la interpretación que debe hacerse respecto del art. 125
constitucional, no debe recorrer un camino restrictivo, en el sentido de que
únicamente la acción de libertad pueda ser interpuesta cuando la persona se
encuentre privada de libertad, pues partiendo de un criterio amplio y garantista
como se tiene anotado, este mecanismo puede operar cuando efectivamente ha
cesado la vulneración al derecho protegido. Este criterio se justifica, al análisis de
lo dispuesto por el art. 256 de la CPE, que de forma expresa reconoce criterios de
interpretación más favorables que los contenidos en nuestra propia Ley
Fundamental y que se encuentran contenidos en los Tratados Internacionales de
Derechos Humanos.

Conforme a lo anotado, la acción de libertad innovativa debe ser


entendida como el mecanismo procesal por el cual el juez constitucional,
asume un rol fundamental para el resguardo de los derechos que se
encuentran dentro del ámbito de su protección, aunque la vulneración o
restricción hubiere cesado o desaparecido; por ello, corresponderá
pronunciarse en el fondo de la problemática, para determinar la
responsabilidad de las autoridades o personas particulares que
transgredieron el o los derechos invocados como lesionados, al ser estas
conductas contrarias al orden constitucional y evitar futuras
conculcaciones de derechos fundamentales y garantías constitucionales;
más aun cuando nuestro ordenamiento jurídico expresamente prevé esta
posibilidad, por cuanto el art. 49.6 del Código Procesal Constitucional
(CPCo), determina: “Aun habiendo cesado las causas que originaron la
Acción de Libertad, la audiencia deberá realizarse en el día y hora
señalados, a efectos de establecer las responsabilidades que
correspondan”.

III.2. La subsidiariedad excepcional en la acción de libertad exige que


el juez de instrucción penal ejerza el control jurisdiccional

El Tribunal Constitucional, en la SC 0160/2005-R de 23 de febrero8 sentó

8
El FJ III.1.2, señala: “…la existencia de la garantía constitucional en análisis, no implica que todas las lesiones al derecho a la
libertad tengan que ser necesariamente reparadas de manera exclusiva y excluyente a través del hábeas corpus; pues no se
trata de una garantía que tenga la vocación de reparar, en exclusiva, todas las formas de lesión a la libertad que pudieran
invocarse, sino la de dotar a la persona de un medio de defensa sencillo, eficaz y oportuno, para restablecer la lesión sufrida.
En consecuencia, en los supuestos en que la norma procesal ordinaria de manera específica prevea medios de defensa eficaces
y oportunos para resguardar el derecho a la libertad supuestamente lesionado, estos deben ser utilizados, previamente,
circunstancia en la que excepcionalmente, el recurso de habeas corpus operará de manera subsidiaria (…)
Consiguientemente, como el ordenamiento jurídico no puede crear y activar recursos simultáneos o alternativos con el mismo fin
sin provocar disfunciones procesales no queridas por el orden constitucional, se debe concluir que el proceso constitucional del
hábeas corpus, únicamente se activa cuando los medios de defensa existentes en el ordenamiento común, no sean los idóneos
para reparar, de manera urgente, pronta y eficaz, el derecho a libertad ilegalmente restringido. No es posible acudir a este
recurso, cuando el ordenamiento jurídico prevé medios de impugnación específicos y aptos para restituir el derecho a la libertad,

8
la línea sobre la subsidiariedad excepcional de la acción de libertad,
determinando que en los supuestos en los que existan medios idóneos
para reparar de manera urgente, pronta y eficaz el derecho a la libertad
física, ilegalmente restringido, los mismos deben ser utilizados antes de
acudir a la justicia constitucional a través de la acción de libertad.

En el marco del entendimiento que antecede, la SC 0181/2005-R de 3 de


marzo9 señaló que en la etapa preparatoria del proceso penal se deben
impugnar las supuestas lesiones a derechos y garantías, en las
que puedan incurrir los órganos encargados de la persecución
penal, ante el juez de instrucción penal, no resultando compatible
activar directamente o de manera simultánea la justicia constitucional;
entendimiento que fue reiterado por la SC 0054/2010-R de 27 de abril10,
entre muchas otras.

Posteriormente, la SC 0080/2010-R de 3 de mayo11, sistematiza tres


supuestos de subsidiariedad excepcional de la acción de libertad; cuyo
primer supuesto señala, que las arbitrariedades cometidas antes de haber
dado aviso del inicio de la investigación a la autoridad judicial, deben ser
denunciadas ante el juez instrucción penal de turno y si ya se cumplió con
esta formalidad; es decir, con el aviso del inicio de la investigación, ante el
juez competente, por lo tanto, al estar identificada la autoridad
jurisdiccional, es ante ella donde se debe acudir denunciando los
supuestos actos ilegales; caso en el cual de manera excepcional, no es
posible ingresar al fondo de la acción de libertad por parte de este

en forma inmediata. Conforme a esto, solamente una vez agotado tal medio de defensa y ante la persistencia de la lesión, se
podrá acudir a la jurisdicción constitucional, invocando la tutela que brinda el hábeas corpus” (lo subrayado nos pertenece).
9
El FJ III.2, establece: “De lo anterior se extrae que todo imputado que considere que en el curso del proceso investigativo ha
sufrido una lesión de un derecho fundamental, entre ellos, el derecho a la libertad en cualquiera de las formas en que pueda
sufrir menoscabo, debe impugnar tal conducta ante el juez instructor, que es el órgano jurisdiccional que tiene a su cargo el
control de la investigación, desde los actos iniciales hasta la conclusión de la etapa preparatoria. Así, el Código de procedimiento
penal al prever la existencia de un órgano jurisdiccional competente para conocer y resolver de manera directa y expedita, las
supuestas vulneraciones a los derechos y garantías que pudieran tener origen en los órganos encargados de la persecución
penal; no resulta compatible con el sistema de garantías previsto en el ordenamiento aludido, acudir directamente o de manera
simultánea a la justicia constitucional, intentando activar la garantía establecida por el art. 18 constitucional, ignorando los
canales normales establecidos. Consiguientemente, el hábeas corpus sólo se activa en los casos en que la supuesta lesión no
sea reparada por los órganos competentes de los jurisdiccionales ordinarios aludidos ”.
10
El FJ III.3, refiere: “Queda establecido entonces, que ante denuncia de irregularidades, actos ilegales u omisiones
presuntamente cometidas por los fiscales o policías en la etapa preparatoria del proceso, que impliquen lesión a los derechos
fundamentales de todo denunciado o sindicado, la misma debe presentarse ante el juez cautelar como el encargado de ejercer
el control jurisdiccional de la investigación, en aplicación de lo dispuesto por las normas previstas en los arts. 54.1) y 27 9 del
CPP, sin que sea admisible acudir en forma directa a esta acción tutelar si con carácter previo los hechos denunciados no fueron
reclamados ante la autoridad encargada del control jurisdiccional, que es la apta para restablecer las presuntas lesiones a
derechos fundamentales y -se reitera- sólo en caso de verificarse que existirá una dilación o que esa instancia no se constituye
en la eficaz y oportuna para restablecer esos derechos, es que se abre la posibilidad de acudir a la presente acción tutelar en
forma directa”.
11
El FJ III.4, indica: “Primer supuesto:
Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía cometieron arbitrariedades relacionadas al derecho a la
libertad física o de locomoción, y todavía no existe aviso del inicio de la investigación, corresponde ser denunciadas ante el Juez
Cautelar de turno. En los casos en los que ya se cumplió con dicha formalidad procesal, es decir, con el aviso del inicio de la
investigación, al estar identificada la autoridad jurisdiccional, es ante ella donde se debe acudir en procura de la reparaci ón y/o
protección a sus derechos. De no ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a través
del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez constitucional en el control de la investigación”.

9
Tribunal, a objeto de guardar el equilibrio y complementariedad entre
ambas jurisdicciones.

Más tarde, la SCP 0185/2012 de 18 de mayo12 mutó el entendimiento


contenido en la SC 0080/2010-R y sostuvo que si no existe inicio de
investigación ni presunta comisión de delito alguno, corresponde a la
justicia constitucional conocer directamente y resolver la acción de libertad
que acuse una indebida privación de libertad; dicho razonamiento fue
modulado por la SCP 1888/2013 de 29 de octubre13, indicando que es
posible la presentación directa de la acción de libertad, prescindiendo de
la subsidiariedad excepcional, cuando: a) La supuesta lesión o amenaza al
derecho a la libertad física o personal no esté vinculada a un delito;
o, b) Existiendo dicha vinculación, no se informó al juez de instrucción
penal sobre el inicio de las investigaciones, no obstante haber trascurrido
los plazos establecidos para el efecto en el Código de Procedimiento Penal.

De conformidad a la sistematización de la línea jurisprudencial antes


anotada, el juez de instrucción penal es la autoridad encargada del control
jurisdiccional de la investigación, desde los actos iniciales hasta la
conclusión de la etapa preparatoria, constituyéndose también en el garante
de los derechos fundamentales y garantías jurisdiccionales, no solo de
quienes son parte en el proceso, sino de igual forma, de aquellos que
participan accidentalmente en el mismo, como por ejemplo los testigos; por
ende, debe atender cualquier denuncia vinculada a la vulneración de estos
derechos, ya sea de las partes, que a decir de Héctor Fix-Zamudio y José
Ovalle Favela “…son aquellos sujetos situados en dos posiciones
contradictorias al plantear el conflicto jurídico que debe resolver de manera
imperativa…”, o de las personas que “…participan en el ofrecimiento y
desahogo de los predios de prueba, tales como los testigos y los
peritos…”14; pues debe entenderse a la autoridad jurisdiccional de manera
integral; así, al ejercer el control de la etapa preparatoria, lo hace respecto
a todos los actos procesales sucedidos en ella.

12
El FJ III.2, señala: “En este orden, en cuanto a la presunta indebida privación de libertad, deberá tenerse en cuenta que la
misma puede producirse, ya por hechos y circunstancias eventualmente no vinculadas a la presunta comisión de un delito y
otras veces, sí vinculadas a dicha presunta comisión de un delito. En consecuencia, si no existe inicio de investigación y tampoco
presunta comisión de delito alguno, corresponderá a la justicia constitucional conocer directamente y resolver la acción de
libertad que acuse una presunta indebida privación de libertad. (…)
Queda establecido que cuando la acción de libertad esté fundada directamente en la vulneración al derecho a la libertad
personal por causa de haberse restringido la misma al margen de los casos y formas establecidas por ley, y no esté vinculada a
un delito o no se hubiera dado aviso de la investigación, la acción es directa contra las autoridades que violentaron la
Constitución Política del Estado y la ley”.
13
El FJ III.2, establece: “Ahora bien, con la finalidad de otorgar certeza y seguridad jurídica, es necesario modular la SCP
0185/2012 y el primer supuesto de las subreglas anotadas por la Sentencia Constitucional Plurinacional antes glosada y, en es e
sentido, debe señalarse que es posible la presentación directa de la acción de libertad, prescindiendo de la subsidiariedad
excepcional, cuando: i) La supuesta lesión o amenaza al derecho a la libertad física o personal no esté vinculada a un delito o, ii)
Cuando, existiendo dicha vinculación, no se ha informado al juez cautelar sobre el inicio de las investigaciones, no obstante
haber transcurrido los plazos establecidos para el efecto en el Código de procedimiento penal; no siendo exigible, en ninguno de
los dos supuestos anotados, acudir ante el juez cautelar de turno con carácter previo; pues se entiende que, en el primer caso,
no se está ante la comisión de un delito y, por lo mismo, el juez cautelar no tiene competencia para el conocimiento del
supuesto acto ilegal, y en el segundo, existe una dilación e incumplimiento de los plazos procesales por parte de la autoridad
fiscal o, en su caso, policial, que bajo ninguna circunstancia puede ser un obstáculo para el acceso a la justicia constitucional”.
FIX-ZAMUDIO, Héctor, OVALLE FAVELA, José, Derecho Procesal. Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones
14

Jurídicos de la UNAM. Disponible en: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/1/325/2.pdf.

10
En ese sentido, tratándose de testigos, la jurisprudencia constitucional en
otros casos denegó la acción de libertad, con el argumento que deben
acudir previamente ante la autoridad judicial que ejerce el control de la
investigación -Sentencias Constitucionales Plurinacionales 0484/2016-S3
de 20 de abril y 1357/2016-S3 de 30 de noviembre, entre otras-.

III.3. Análisis del caso concreto

Previamente a ingresar al análisis de la problemática planteada, cabe


referir, que si bien de la compulsa del expediente enviado en revisión, se
advierte que el accionante se encontraba privado de su libertad cuando
interpuso esta acción tutelar, empero su libertad fue restituida horas
después de su interposición, conforme cursa en obrados, subsanándose
con ello el acto denunciado de ilegal, cumpliendo con la principal
pretensión de la acción tutelar, desapareciendo el objeto de la misma; sin
embargo, esta situación no impediría a la justicia constitucional analizar el
asunto planteado; toda vez que, es posible activar la acción de libertad
innovativa, que tiene por finalidad la tutela de derechos desde una
dimensión objetiva, a efecto de evitar que en lo futuro se reiteren los
actos denunciados, conforme establece el Fundamento Jurídico III.1 de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional; razón por la cual, se
aclara que no corresponde denegar la tutela por dicha causa.

De acuerdo a la denuncia efectuada por el impetrante de tutela, fue


aprehendido y conducido a celdas policiales, en mérito a una orden
emitida por la Fiscal de Materia, por cuanto, en su calidad de testigo, por
motivos laborales no pudo asistir a prestar su declaración ampliatoria ante
la representante del Ministerio Público que tiene a su cargo la
investigación; además, sostiene que en lugar de tomarle la declaración de
inmediato, lo encerraron, privándole de su libertad por cuatro horas.

Ahora bien, los antecedentes cursantes en obrados evidencian que no


acudió con su reclamo ante la autoridad judicial encargada del control
jurisdiccional; no obstante, que de acuerdo a la Resolución del Tribunal de
garantías que se revisa, la misma se encuentra plenamente
individualizada, habiéndose efectuado en la causa la imputación formal.

Conforme a ello y considerando la jurisprudencia referida en el


Fundamento Jurídico III.2 de este fallo constitucional, correspondía que el
solicitante de tutela, acuda con su reclamo ante el juez encargado de
ejercer el control jurisdiccional, denunciando la supuesta aprehensión
ilegal y la privación de libertad por cuatro horas; toda vez que, dicha
autoridad es el garante de los derechos fundamentales y garantías
jurisdiccionales, no solo de quienes son parte en el proceso sino también
de las y los testigos, por lo tanto, tienen competencia para atender las
denuncias vinculadas a la vulneración de sus derechos; pues, se reitera, al

11
ejercer el control de la etapa preparatoria, lo hace respecto a todos los
actos procesales sucedidos en ella, incluidos los hechos denunciados a
través de la presente acción de libertad.

En consecuencia, el Tribunal de garantías al denegar la tutela impetrada, obró


correctamente.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confieren la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la
Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve CONFIRMAR
la Resolución 26/2017 de 10 de noviembre, cursante de fs. 13 a 15 vta.,
pronunciada por la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz; y en consecuencia, DENEGAR la tutela por cuanto el accionante debió
acudir previamente con su reclamo, ante la autoridad jurisdiccional encargada de
ejercer el control de la etapa preparatoria dentro del proceso penal.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. MSc. Julia Elizabeth Cornejo Gallardo


MAGISTRADA

Fdo. MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano


MAGISTRADO

12
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0280/2019-S4
Sucre, 29 de mayo de 2019

SALA CUARTA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano
Acción de amparo constitucional

Expediente: 26602-2018-54-AAC
Departamento: Pando

En revisión la Resolución 14/ 2018 de 16 de noviembre, cursante de fs. 337 a 339,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Ruth Karina Suzaño Cortez contra Omar Michel Durán y Dolka Vanessa
Gómez Espada, Consejeros de la Sala Disciplinaria; Teodora Sonia
Montero Rocha, Jueza Técnica; Silvia Becerra Baptista y Rosa Aranibar
Puente, Juezas ciudadanas del Juzgado Disciplinario Segundo de la
Oficina Departamental de Pando todos del Consejo de la Magistratura.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 25 de octubre de 2018, cursante de fs. 296 a 302, la


accionante, manifestó lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

En su condición de Jueza de Instrucción Penal Primera del departamento de


Pando, el 3 de agosto, fue notificada con el Memorándum CM/RR.HH. 22/2016 de
31 de agosto, a través del cual se le comunicó la suspensión de sus funciones a
partir del 1 de septiembre del mismo año, sin indicar la fecha de conclusión de esa
medida, hasta que de manera verbal, Vladimir Bernardo Sempértegui Gómez,
Encargado Distrital de Pando y Diandra Yolenne Mendoza Paz, Técnico de Control
de Personal ambos del Consejo de la Magistratura, le instruyeron reincorporarse el
30 de septiembre de 2016, a fin de reponer el día de trabajo que debía, por lo
que, en esa fecha se constituyó a sus funciones, llevando a cabo varias audiencias,
entre ellas la solicitud de cesación a la detención preventiva de Rodolfo Ríos
Albornoz, misma que fue rechazada por falta de documentación necesaria para
desvirtuar los peligros procesales; disconforme con la decisión asumida y
anoticiado que las autoridades del Consejo de la Magistratura, solo emitieron la
orden de manera verbal para su restitución a sus funciones, presentó una

1
denuncia en su contra por supuestas faltas disciplinarias, porque al estar
suspendida, hubiera actuado sin competencia.

Sin embargo, hasta ese momento, su persona, las autoridades del Consejo de la
Magistratura ni el Juez que le envió el expediente para celebrar la audiencia, no
dieron importancia a la instrucción verbal ni a las consecuencias que ésta tendría,
pues de su parte actuó de buena fe.

En la investigación disciplinaria, no se advirtió la presunta omisión del Juez Elvio


Bautista Blanco, presumiblemente competente, quien le envió el expediente para
presidir la audiencia y emitir la respectiva resolución.

Asimismo, refirió que el 2 de agosto de 2016, por el día no trabajado fue


denunciada por el Control de Fiscalización y Transparencia caso signado con el
número 27/2016, misma que fue declarada improcedente.

Sin embargo, la segunda denuncia por faltas leves y gravísimas contenidas en los
arts. 186.2 y 12 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) –Ley 025 de 24 de junio de
2010–, fue admitida mediante Resolución de 14 de octubre de 2016, emitida por
Teodora Sonia Montero Rocha, Jueza Técnica Disciplinaria Segunda del Consejo de
la Magistratura –hoy demandada– quien omitió pronunciarse sobre el incidente de
nulidad de citación, toda vez que, no fue notificada con la prueba, conforme
dispone el art. 199 del citado cuerpo legal, no obstante dio curso a las solicitudes
de informes que presentó el denunciante, lo que denotó el trato desigual en
cuanto a la defensa e igualdad de partes, aspecto por el que la autoridad
demandada, solo se limitó a llamar la atención a la oficial de diligencias y no se
pronunció sobre el referido incidente.

Por otra parte, no obstante que presentó prueba documental consistente en:
a) Declaraciones testificales de Guillermo Mamani Condori Coronel, Auxiliar del
Juzgado de Instrucción Penal Primero de Pando; b) Certificación de Diandra
Yolenne Mendoza Paz; c) Acta de careo entre el Encargado Distrital de Pando y
la Responsable de Recurso Humanos (RR.HH.) ambos del Consejo de la
Magistratura; d) Certificación de la planilla de asistencia del 2 de agosto de 2016
y la inasistencia por motivos explicados en el informe presentado de descargo;
e) Decreto de 3 de agosto de 2016, emitido por el “Juez Pablo Andia” (sic); f)
Certificación de Luis Francisco Aguada; y, g) Diferentes memorándums emitidos
por los Representantes Distritales que señalaron expresamente las fechas de
inicio de cómputo de ejecución de sanción, conclusión y de reincorporación; a
diferencia del Memorándum CM/RR.HH. 22/2016, que le fue cursado, que solo
describía la fecha de inicio, pero no la de conclusión ni de reincorporación y el
tiempo de duración que mencionaba “MESES”. Documentos que no fueron
valorados en primera ni en segunda instancia por los Jueces Disciplinarios, sino
que estos basaron su resolución en el acta de audiencia de cesación a la
detención preventiva de 30 de septiembre de 2016, y en el Memorándum
mencionado.

Asimismo, señaló estar claro y probado que la presunta falta proviene del ejercicio

2
de funciones cuando fungía como Jueza de Instrucción Penal Primera del
departamento de Pando, designada de manera transitoria, funciones a las que
renunció el 6 de junio de 2017; la misma que fue aceptada por el Consejo de la
Magistratura, alejándose definitivamente del cargo que ejercía.

Una vez graduada de la Escuela de Jueces del Estado, asumió el cargo de “Jueza
del Tribunal de Sentencia” (sic), que en la actualidad ocupa, lo que imposibilita,
conforme al art. 23.3 de la LOJ, la sanción de destitución después de una renuncia
escrita y de haber ingresado a la carrera judicial, sin que exista en el ejercicio de
funciones alguna falta disciplinaria ni en el anterior cargo, menos en el actual,
peor aún si la sanción llegó después de más de un año de haber ingresado al
proceso de institucionalización y de haber renunciado al anterior cargo, pues de
haber existido alguna falta en el ejercicio de sus funciones como Jueza de
Instrucción Penal, hubiera sido inhabilitada dentro del proceso de selección para
los egresados de primer curso de formación de la citada Escuela y al advertirse
que no se cometió falta alguna en el anterior ni en el actual cargo, no
correspondía su destitución.

Uno de los puntos objeto de apelación fue la pertinencia de la sanción de


destitución, no obstante la renuncia a sus funciones de Jueza de Instrucción Penal
Primera del departamento de Pando; sin embargo, ante aquel cuestionamiento, se
obtuvo una respuesta inconsistente, imprecisa y carente de coherencia.

Debió tomarse en cuenta las prerrogativas previstas en el art. 217 de la LOJ y el


Acuerdo 0119/2017 del Consejo de la Magistratura; en el entendido de que a
partir de sus nuevas funciones, solo podía ser destituida por faltas cometidas en el
ejercicio del cargo actual.

Consiguientemente las resoluciones pronunciadas por el Juzgado Disciplinario


Segundo de la Oficina Departamental de Pando, así como por la Sala Disciplinaria
del Consejo de la Magistratura demandados, adolecen de falta de fundamentación
y congruencia.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

La accionante alegó la lesión de sus derechos al trabajo, al debido proceso en su


elemento fundamentación y congruencia vinculada a la proporcionalidad, a la
verdad material y a los principios de inmediación, contradicción, interdicción,
arbitrariedad y seguridad jurídica, a la independencia judicial, citando al efecto los
arts. 46, 115; 116.II; 117.I; 119.II; 180.I; y, 410 de la Constitución Política del
Estado (CPE); 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (DADH); y,
8 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).

I.1.3. Petitorio

Solicitó se conceda la tutela y en consecuencia: 1) Se deje sin efecto la Resolución


Disciplinaria 28/2017 de 29 de agosto, la Resolución SD-AP 385/2017 de 25 de
octubre y el “Auto de aclaración”; 2) Se ordene la restitución al cargo de Juez

3
Técnico del Tribunal de Sentencia Segundo; y, 3) Se disponga el pago de sueldos
devengados, la condenación de costas, daños y perjuicios.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 15 de noviembre de 2018, según consta en el


acta cursante de fs. 326 a 333, presentes la accionante asistida de su abogado;
Teodora Sonia Montero Rocha, Jueza Técnica y Silvia Becerra Baptista, Jueza
ciudadana ambas del Juzgado Disciplinario Segundo de la Oficina Departamental
de Pando; Omar Michel Durán y Dolka Vanessa Gómez Espada, Consejeros de la
Sala Disciplinaria a través de su representante legal, todos del Consejo de la
Magistratura y ausente la autoridad codemandada Rosa Aranibar Puente; se
produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La accionante ratificó el contenido de su demanda de acción de amparo


constitucional y ampliando la misma, manifestó que: i) Las autoridades
demandadas, estimaron como ilegal y no válida la instrucción verbal administrativa
emitida por el Consejo de la Magistratura, por la que se le instruyó constituirse a
su fuente laboral, siendo obligación de la propia institución, a raíz de aquella
orden, considerar la legalidad o ilegalidad de la referida instrucción; y, ii) Si bien,
se advirtió que su persona cometió un error; empero, no aclararon ni
argumentaron, si el mismo era culposo o doloso para ser destituida del cargo.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Dolka Vanessa Gómez Espada y Omar Michel Durán, Consejeros de la Sala


Disciplinaria del Consejo de la Magistratura, mediante informe escrito de 14 de
noviembre de 2018, cursante de fs. 320 a 324 vta., señalaron que: a) La
accionante se limitó a referir que la Resolución de segunda instancia vulneró su
derecho al debido proceso, en su elemento fundamentación y congruencia
vinculado al principio de interdicción de la arbitrariedad y la seguridad jurídica, lo
cual no constituye agravio alguno, menos estableció un nexo de causalidad entre
determinados hechos y las lesiones a derechos; por lo que, el Tribunal de
garantías no puede considerar sobre dicho punto; b) En relación a la violación de
la tutela judicial efectiva en su elemento de acceso a un recurso sencillo y efectivo,
describió el contenido de aquellos y la normativa en la que se sustenta, sin haber
planteado ningún punto de agravio relacionado con actos jurisdiccionales que
hubieran causado las vulneraciones alegadas, lo que impidió ingresar a la revisión
de lo actuado a fin de determinar la existencia o no de la lesión señalada; c) Con
referencia a la falta de fundamentación y parcialidad en el juzgador al momento
de valorar la prueba relacionada a la instrucción verbal emitida por el Encargado
Distrital de Pando del Consejo de la Magistratura, corresponde señalar que se dio
respuesta a este punto de manera amplia y pertinente, advirtiendo que no se negó
la existencia de una orden verbal, empero, la misma debió ser observada por la
hoy solicitante de tutela, en virtud a que una orden verbal de reposición de un día
no trabajado bajo ninguna circunstancia podría ampliar o devolver la competencia

4
inicialmente suspendida en base a actos administrativos legales sustanciados con
anterioridad y debidamente notificados; d) Manifestó la ilegalidad de la instrucción
verbal recibida y la falta de procesamiento del personal administrativo que la
emitió; así como del personal jurisdiccional que no instaló la audiencia de 30 de
septiembre de 2016; pretendiendo con ello justificar su accionar y rehuir a las
responsabilidades disciplinarias comprobadas en justo y debido proceso
disciplinario; no siendo pertinente ingresar al fondo de lo juzgado en sede
constitucional, como si se tratase de una instancia más; e) La impetrante de tutela
arguyó la falta de valoración de la prueba que acreditó la instrucción de
constituirse a sus funciones, aspecto que reiteró como válido, sin considerar que
este hecho no fue cuestionado en ningún momento en la resolución; empero,
dicha instrucción tampoco estada dirigida a restituirla a sus funciones, sino en el
de reponer un día de trabajo; y, f) Denunció la falta de fundamentación respecto
a la imposición de la sanción de destitución después de la existencia de una
renuncia efectivamente cumplida; al respecto la Resolución de segunda instancia
fue concisa y precisa, al señalar que ese tema se encontraba relacionado con la
ejecución de la Sentencia, la cual al tratarse de una falta disciplinaria se
consideraría a través de las instancias administrativas del Consejo de la
Magistratura, toda vez que, la que la Resolución de segunda instancia no hizo más
que confirmar la sanción de destitución del cargo en cuyo ejercicio fueron
producidos los hechos que condujeron a dicha situación, en ese entendido, todo lo
relacionado con su materialización corresponde a la fase de ejecución, por lo que
no se puede exigir al Tribunal de apelación que analice al respecto, sin que incurra
en un pronunciamiento ultra petita.

Teodora Sonia Montero Rocha, Jueza Técnica del Juzgado Disciplinario Segundo de la
Oficina Departamental de Pando del Consejo de la Magistratura, en audiencia
manifestó que: 1) LOJ, en su art. 188.12, refiere como falta gravísima actuar dentro
de un proceso que no sea de su competencia o cuando ésta hubiese sido suspendida,
cuya inobservancia por parte de la accionante fue lo que motivó la apertura del
proceso disciplinario; asimismo, el art. 8 de la citada Ley, establece que todas las
autoridades, servidores del Órgano Judicial son responsables de sus decisiones y
actos. Por otra parte, conforme prevé el art. 195 de la mencionada norma, el proceso
disciplinario es iniciado a denuncia de cualquier persona o servidor público que se
sienta afectado y no así de oficio; 2) En relación a las pruebas, existió contradicción
en las mismas; 3) En el Memorándum CM/RR.HH. 22/2016, se señaló la suspensión
de sus funciones por un mes sin goce de haberes, a partir del 1 de septiembre de
dicho año; empero la impetrante de tutela, no mencionó que el Órgano Judicial se
maneja por Reglamento Interno; existiendo un instructivo del control de personal y
de las comunicaciones; sin embargo, administrativamente no impugnó la orden verbal
del Encargado Distrital de Pando del Consejo de la Magistratura; y, 3) La peticionante
de tutela nunca fue desvinculada del Órgano Judicial, toda vez que, fungió como
Jueza de Instrucción Penal Primera y actualmente es Jueza Técnica del Tribunal de
Sentencia ambos del departamento de Pando; en ese entendido, la SCP 0221/2016-
S2 de 21 de marzo, expresó que no es al cargo que se sanciona, sino a la persona y
en el caso presente se aplicó ese entendimiento.

Silvia Becerra Baptista, Jueza ciudadana del Juzgado Disciplinario Segundo de la

5
Oficina Departamental de Pando del Consejo de la Magistratura, por informe
escrito presentado el 14 de noviembre de 2018, cursante a fs. 315 y vta., expresó
lo siguiente: i) Fueron valoradas todas la pruebas, determinándose hechos
concretos; empero, la ahora accionante, pretendió justificar su accionar a través
de esta acción de defensa, convirtiéndola en una instancia del proceso
disciplinario; además de ello, advirtiendo que funcionarios del Consejo de la
Magistratura de manera verbal le habrían inducido en error; ii) La ahora
impetrante de tutela conocía los mecanismos propios para representar el
Memorándum, al notar la ambigüedad del mismo, debiendo solicitar la emisión de
otro o en su defecto una comunicación escrita para reponer el día de trabajo; y,
iii) Para recurrir al ámbito de protección de la acción de amparo constitucional, las
SC 0995/204-R de 29 de junio y SCP 2542/2012 de 21 de diciembre, señalan que
el error o defecto procesal será calificado como lesivo al derecho al debido proceso
en los casos que tengan relevancia constitucional y causen indefensión a la parte
procesal, aspecto que no se dio en el presente caso, correspondiendo denegar la
tutela solicitada.

Rosa Aranibar Puente, Jueza ciudadana del Juzgado Disciplinario Segundo de la


Oficina Departamental de Pando del Consejo de la Magistratura, no remitió
informe ni asistió a la audiencia pública de acción de amparo constitucional, pese a
su legal citación cursante a fs. 313.

I.2.3. Intervención del Tercero interesado

Rodolfo Octavio Ríos Albornoz, en su calidad de denunciante dentro del proceso


disciplinario seguido contra la ahora accionante, mediante memorial de 15 de
noviembre de 2018, cursante a fs. 325 y vta., señaló que: a) De las resoluciones
administrativas, de los hechos probados y la fundamentación jurídica, se estableció
que la ahora accionante se encontraba suspendida por una falta grave; por lo que,
no podía ejercer el cargo hasta que cumpla el mes de suspensión; b) Siendo
administradora de justicia, inobservó sus obligaciones y procedió a conocer su
caso, no obstante de estar suspendida, aspecto que se demostró ampliamente;
toda vez que, este mismo Tribunal de garantías conoció la apelación que la
impetrante de tutela interpuso, disponiendo anular obrados, en virtud a que la
apelante actuó sin competencia; c) No se lesionó el debido proceso en sus
vertientes fundamentación y motivación, puesto que las autoridades demandadas
actuaron bajo los parámetros de la sana crítica y donde todos los elementos
probatorios fueron incorporados legalmente; y, d) El Tribunal de garantías no
puede revalorizar la prueba que fue incorporada. Por lo que se solicitó se deniegue
la tutela impetrada.

I.2.4. Resolución

La Sala única del Tribunal Departamental de Justicia de Pando, constituida en


Tribunal de garantías, mediante la Resolución 14/2018 de 16 de noviembre,
cursante de fs. 337 a 339, concedió en parte la tutela solicitada solo con
relación a los Consejeros que forman parte de la Sala Disciplinaria del Consejo de
la Magistratura y denegó respecto a las Juezas del Juzgado Disciplinario Segundo

6
de la Oficina Departamental de Pando, de la misma entidad administrativa, en
consecuencia, se dejó sin efecto la Resolución SD-AP 385/2017, debiendo los
miembros de la Sala Disciplinaria referida, dictar una nueva siguiendo los
lineamientos del presente fallo de amparo constitucional, reincorporando a sus
funciones a la accionante, mientras la Sala Disciplinaria pronuncie resolución,
determinación asumida en base a los siguientes fundamentos: 1) El Tribunal de
primera instancia hizo una relación de la prueba documental, realizando una
fundamentación descriptiva sin valorarla ni fijar su alcance, llegando a
conclusiones sin la fundamentación probatoria intelectiva; es decir, no expresó las
razones que tuvieron los personeros del Consejo de la Magistratura para ordenar
verbalmente a la hoy peticionante de tutela retornar a su fuente laboral un día
antes de cumplir su sanción; 2) El Tribunal de segunda instancia agrupó los
puntos de reclamo 2, 3, 4, 5 y 7 de la apelación y en respuesta a los mismos
refirió que: “El Tribunal de Primera instancia señaló que el informe de la Técnico
de Control y Fiscalización y el encargado del Consejo de la Magistratura, convenció
al Tribunal que no se aplican los mecanismos de comunicación en la institución
como corresponde, incurriendo en errores garrafales y que al no realizar el manejo
apropiado de los medios de comunicación y la no obediencia al memorándum
citado (de suspensión), dieron lugar al hecho de la denuncia, habiendo incurrido la
denunciada en la falta tipificada” (sic); así también, valorando lo argumentado por
el Tribunal de primera instancia manifestó que fuera de la deficiencias
administrativas advertidas, en el caso concreto, se debió tomar en cuenta que fue
a través de una orden verbal, por la que se determinó la reposición del día no
trabajado, ante ello, la peticionante de tutela sabía de sus delicadas funciones,
como también de los efectos jurídicos de los procesos donde intervino, teniendo
conocimiento que el Memorándum de suspensión no había sido anulado, lo que
constituyó una falta disciplinaria; toda vez que, era previsible la observación de la
resolución emitida en esas circunstancias. Como se pudo advertir, el Tribunal de
segunda instancia tampoco valoró la prueba literal referida; es decir, no hizo
mención de la documentación y las razones expuestas por el Encargado Distrital
de Pando y la Técnico de Control de Personal ambos del Consejo de la
Magistratura, para ordenar a la Jueza hoy accionante constituirse en su fuente
laboral, lo que obviamente implicó falta de fundamentación al no valorar en su
integridad la prueba existente; 3) Otro aspecto reclamado en la apelación,
relacionado con la valoración de la prueba literal respecto a las razones que tuvo
para volver a trabajar un día antes, fue la ausencia de explicación en cuanto a que
si la falta cometida fue dolosa o culposa, además de establecer si la falta
contenida en la norma por la que fue sancionada tiene carácter doloso o culposo,
lo que tiene relevancia en los resultados del análisis; 4) Las autoridades de
segunda instancia, ahora demandados, al no valorar la prueba y no dar respuesta
interpretativa sobre el carácter culposo o doloso de la falta por el que la
accionante fue destituida, lesionaron el derecho al debido proceso en su vertiente
falta de fundamentación; y, 5) Con relación a la sanción, que no le alcanza a la
hoy peticionante de tutela por haber dejado las funciones de Jueza de Instrucción
Penal Primera transitoria y haber asumido como Jueza del Tribunal de Sentencia
de carrera; fue resuelto en el entendido que la sanción es a la persona no al
cargo; por lo que, la resolución que imponga una sanción disciplinaria puede ser

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aplicada independientemente del cargo que se tenía cuando se determinó y en la
cual se encuentra a la hora de ejecutarla.

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se tiene lo


siguiente:

II.1. Cursa Resolución Disciplinaria 28/2017 de 29 de agosto, pronunciada por


Sonia Montaño Rocha, Jueza Técnica, Silvia Becerra Baptista y Rosa
Aranibar Puente, Juezas ciudadanas, todas del Juzgado Disciplinario
Segundo de la Oficina Departamental de Pando del Consejo de la
Magistratura –ahora demandadas– mediante la cual se declaró probada la
denuncia interpuesta por Rodolfo Octavio Ríos Albornoz contra Ruth Karina
Suzaño Cortez, por existir suficiente prueba que demostró la conducta
tipificada en el numeral 12 del art. 188 de la LOJ, imponiendo la sanción
prevista por el art. 208.III de la referida Ley, de destitución de cargo.
Asimismo, con relación a la falta de maltratado reiterado a los sujetos
procesales y a las o los servidores de apoyo judicial, establecida en el
numeral 2 del art. 186 del referido cuerpo normativo, se declaró improbada,
conforme a lo estipulado en el art. 202.2 de la LOJ, por no existir suficientes
elementos de prueba (fs. 268 a 275).

II.2. Contra la Resolución Disciplinaria 28/2017 de 29 de agosto, la hoy accionante


interpuso recurso de apelación, que mereció la Resolución SD-AP 385/2017 de
25 de octubre, pronunciada por la Sala Disciplinaria del Consejo de la
Magistratura; por la cual, se confirmó totalmente la Sentencia Disciplinaria
28/2017, emitida por el “Tribunal Disciplinario Segundo del departamento de
Pando”, dentro del proceso disciplinario 29/2016 (fs. 277 a 280).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante alega la vulneración de sus derechos al trabajo, al debido proceso


en su elemento fundamentación y congruencia vinculada a la proporcionalidad, a
la verdad material y a los principios de inmediación, contradicción, interdicción,
arbitrariedad, seguridad jurídica y a la independencia judicial; toda vez que, pese
haber presentado prueba documental de descargo dentro del proceso disciplinario
seguido en su contra, ésta no fue valorada por las Juezas demandadas, al
momento de pronunciar la Resolución Disciplinaria 28/2017; como tampoco se dio
respuesta consistente, precisa y coherente sobre la pertinencia de la sanción de
destitución impuesta, no obstante la renuncia a sus funciones como Jueza de
Instrucción Penal Primera del departamento de Pando. Por su parte, los miembros
de la Sala Disciplinaria del Consejo de la Magistratura, a través de la Resolución
SD-AP 385/2017, resolvieron confirmar la Resolución de primera instancia, sin
reparar los agravios reclamados, omitiendo la debida fundamentación y
congruencia.

Corresponde en revisión, establecer si el acto lesivo denunciado es evidente y si se

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debe otorgar o denegar la tutela solicitada.

III.1. La fundamentación y congruencia en las resoluciones como


elementos del debido proceso.

La SCP 0030/2019-S4 de 1 de abril, al respecto señaló que: “La motivación


y fundamentación, entre otros, son elementos que componen el debido
proceso, conforme se desarrolló en la jurisprudencia constitucional y deben
ser observados por las y los juzgadores al momento de emitir sus
resoluciones; es en este sentido, la SCP 0235/2015-S1 de 26 de febrero,
entre otras, refirió que: ‘En cuanto al derecho a una debida
fundamentación y motivación de las resoluciones, este se constituye en la
garantía del sujeto procesal, de que el juzgador al momento de emitir una
decisión, explicará de manera clara, sustentada en derecho, los motivos
que lo llevaron a tomar una decisión; argumentación que deberá seguir un
orden coherente respecto a los hechos demandados y exponer con
puntualidad los elementos jurídico legales que determinaron su posición;
en consecuencia, toda autoridad que dicte una resolución, debe
imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal
y citar las normas que respaldan la parte dispositiva de la misma, por
cuanto la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la forma,
dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de
acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que
también la decisión está regida por los principios y valores supremos
rectores que rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés y
parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no
había otra forma de resolver los hechos juzgados, sino de la forma en que
se decidió’.

Ahora, si bien la motivación y la fundamentación son elementos de


obligatorio cumplimiento para las autoridades jurisdiccionales en la emisión
de sus resoluciones, esto no implica que su desarrollo tenga que ser
ampuloso en cuanto a sus consideraciones y citas legales; empero, sí debe
existir una estructura explicativa de forma y de fondo, pudiendo ser
concisa y clara, de modo que se entiendan satisfechos todos los puntos
reclamados por quien demanda o impugna, pues en una resolución debe
existir la posibilidad de identificar claramente las consideraciones que
justifiquen razonablemente la decisión asumida; es en aplicación de dicho
razonamiento que la SCP 0903/2012 de 22 de agosto, señaló lo siguiente:
‘De lo expuesto, inferimos que fundamentación y la motivación de una
resolución que resuelva cualquier conflicto jurídico, no necesariamente
implica que la exposición deba ser exagerada y abundante de
consideraciones, citas legales y argumentos reiterativos, al contrario una
debida motivación conlleva que la resolución sea concisa, clara e integre
en todos los puntos demandados, donde la autoridad jurisdiccional o en su
caso administrativa, exponga de forma clara las razones determinativas
que justifican su decisión, exponiendo los hechos, realizando la
fundamentación legal y citando las normas que sustentan la parte

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dispositiva de la resolución; en suma se exige que exista plena coherencia
y concordancia entre la parte motivada y la parte dispositiva de un fallo’.

Otro de los elementos, que hacen al debido proceso es el principio de


congruencia, expresado en la SC 0358/2010-R de 22 de junio, que
manifiesta lo siguiente: ‘...la congruencia como principio característico del
debido proceso, entendida en el ámbito procesal como la estricta
correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, en
materia penal la congruencia se refiere estrictamente a que el imputado no
podrá ser condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación o
su ampliación; ahora bien, esa definición general, no es limitativa de la
congruencia que debe tener toda resolución ya sea judicial o administrativa
y que implica también la concordancia entre la parte considerativa y
dispositiva, pero además esa concordancia debe mantenerse en todo su
contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los
distintos considerandos y razonamientos emitidos por la resolución, esta
concordancia de contenido de la resolución y su estricta correspondencia
entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de
las disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que llevó a la
determinación que se asume. En base a esos criterios se considera que
quien administra justicia debe emitir fallos motivados, congruentes y
pertinentes’.

En el mismo sentido, el Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SCP


1083/2014 de 10 de junio, sostuvo que el principio de congruencia:
‘…amerita una comprensión desde dos acepciones; primero, relativo a la
congruencia externa, la cual se debe entender como el principio rector de
toda determinación judicial, que exige la plena correspondencia o
coincidencia entre el planteamiento de las partes (demanda, respuesta e
impugnación y resolución) y lo resuelto por las autoridades judiciales, en
definitiva, es una prohibición para el juzgador considerar aspectos ajenos a
la controversia, limitando su consideración a cuestionamientos únicamente
deducidos por las partes; y, segundo, la congruencia interna, referido a
que, si la resolución es comprendida como una unidad congruente, en ella
se debe cuidar un hilo conductor que le dote de orden y racionalidad,
desde la parte considerativa de los hechos, la identificación de los
agravios, la valoración de los mismos, la interpretación de las normas y los
efectos de la parte dispositiva; es decir, se pretenden evitar que, en una
misma resolución no existan consideraciones contradictorias entre sí o con
el punto de la misma decisión’.

Dichos precedentes jurisprudenciales resaltan la importancia que ha


adquirido el deber de las autoridades jurisdiccionales de motivar y
fundamentar sus resoluciones; en virtud a que a través del cumplimiento
de dichos elementos del debido proceso, se optimiza un adecuado ejercicio
del derecho a la defensa en favor de las partes; y, también constituye un
elemento que permite analizar y controlar de manera eficaz el desempeño
de las funciones jurisdiccionales, pues el deber de justificar las

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resoluciones a través de la motivación y fundamentación configurando una
estructura de hecho y de derecho, permite informar a las partes respecto
al por qué de una determinada decisión y los alcances que tiene la misma
respecto a un reclamo o a una pretensión formulada; aspecto este último,
que tiene relación con el deber de garantizar el principio de congruencia,
dado que la motivación y fundamentación de la resolución debe
enmarcarse en lo pretendido o solicitado por las partes. Elementos que sin
duda, permiten además, que se realice un control efectivo por parte de las
diferentes instancias y etapas del proceso, a través de los medios de
impugnación que la ley reconoce”.

III.2. Análisis del caso concreto

La accionante alega la vulneración de sus derechos al trabajo, al debido


proceso en su elemento fundamentación y congruencia vinculada a la
proporcionalidad, a la verdad material y a los principios de inmediación,
contradicción, interdicción, arbitrariedad, seguridad jurídica y a la
independencia judicial; toda vez que, pese haber presentado prueba
documental de descargo dentro del proceso disciplinario seguido en su
contra, ésta no fue valorada por las Juezas demandadas, al momento de
pronunciar la Resolución Disciplinaria 28/2017; como tampoco se dio
respuesta consistente, precisa y coherente sobre la pertinencia de la
sanción de destitución impuesta, no obstante la renuncia a sus funciones
como Jueza de Instrucción Penal Primera del departamento de Pando. Por
su parte, los miembros de la Sala Disciplinaria del Consejo de la
Magistratura, a través de la Resolución SD-AP 385/2017, resolvieron
confirmar la Resolución de primera instancia, sin reparar los agravios
reclamados, omitiendo la debida fundamentación y congruencia.

Previo al análisis de la problemática venida en revisión, corresponde


manifestar que ante el incidente suscitado en la audiencia pública de
acción de amparo constitucional, respecto de la competencia del Tribunal
de garantías, para conocer dicha acción de defensa, es menester referirnos
a la Ley 1104 de 27 de septiembre de 2018, que crea las Salas
Constitucionales de Justicia, las cuales tendrán competencia para conocer
y resolver las acciones de libertad, de amparo constitucional, de protección
de privacidad, de cumplimiento y popular, a partir de su instalación; entre
tanto ello suceda, la Ley 1104, a través de su Disposición Transitoria,
modificada por la Ley 1139 de 20 de diciembre de 2018 –Ley de
Modificación a las Leyes 254 “Código Procesal Constitucional”, 548 “Código
Niña, Niño y Adolescente” y 1104 de “Creación De Salas Constitucionales”,
ha previsto que: “Las Acciones de Libertad, de Amparo Constitucional, de
Protección de Privacidad, de Cumplimiento y Popular, interpuestas con
anterioridad a la instalación de las Salas Constitucionales, serán
resueltas por los jueces y tribunales ordinarios” (el resaltado es nuestro),
bajo ese contexto, cabe aclarar que la competencia de los jueces
ordinarios para conocer las acciones defensa precedentemente citadas, se
halla vigente hasta la instalación de las Salas Constitucionales, lo que

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quiere decir, que la competencia de la Sala Penal y Administrativa del
Tribunal Departamental de Justicia de Pando, constituida en Tribunal de
garantías, queda abierta para conocer y resolver la acción de defensa
planteada, en virtud a que ésta fue interpuesta el 25 de octubre de 2018,
con anterioridad a la instalación de las Salas Constitucionales (15 de
febrero de 2019), consiguientemente, las actuaciones del referido Tribunal,
fueron efectuadas en cumplimiento de la normativa legal vigente.

Por otra parte, de la revisión de antecedentes, se tiene que en la presente


acción de amparo constitucional la accionante cuestiona no solo la
actuación de la Sala Disciplinaria del Consejo del Magistratura, sino
también de las Juezas del Juzgado Disciplinario Segundo de la Oficina
Departamental de Pando de la misma entidad administrativa, quienes
resolvieron la destitución de su cargo dentro del proceso disciplinario
seguido en su contra; empero, corresponde señalar que en el presente
caso únicamente se analizará el contenido del la Resolución SD-AP
385/2017, pronunciada por la Sala Disciplinaria del Consejo de la
Magistratura, en virtud a que son los Consejeros de la referida Sala,
quienes tienen la facultad de corregir la actuación de la instancia inferior,
aspecto que concuerda con el principio de subsidiariedad que rige a la
acción de amparo constitucional conforme al art. 129.I de la CPE.

Ahora bien, ingresando a la revisión propiamente dicha, de la problemática


planteada, es pertinente referirnos al memorial de acción de amparo
constitucional; el cual tiene como argumento principal, la falta de
fundamentación y congruencia y valoración de la prueba de descargo tanto
en la Sentencia 28/2017, como en la Resolución SD-AP 385/2017; en tal
sentido, se debe tener en cuenta que a efectos de establecer la existencia
de las vulneraciones acusadas, es preciso analizar este último fallo, en
relación a los agravios expuestos en apelación por parte de la ahora
impetrante de tutela; bajo ese contexto, de la lectura de la Resolución de
alzada, se advierte que se acusaron los siguientes agravios:

i) Respecto al agravio 1, se denunció la falta de valoración de las


pruebas siguientes: De la denuncia disciplinaria realizada por el
acusado Rodolfo Octavio Ríos Albornoz quien pretendió hacer de
víctima, denunciando la falta gravísima en su contra, por asistir a su
fuente laboral el 30 de septiembre de 2016, en su condición de Jueza
del entonces Juzgado de Instrucción Penal Primero del departamento
de Pando;

ii) En cuanto al agravio 2, refirió que las Juezas del Juzgado


Disciplinario Segundo de la Oficina Departamental de Pando, no
tomaron en cuenta: a) La prueba extraordinaria presentada como es la
Resolución 207/2017 de 26 de mayo, donde se confirmó una Sentencia
improbada, por no haber asistido a su fuente laboral el 2 de agosto de
2017; por lo que, este doble procesamiento lesiona el principio non bis
in ídem; toda vez que, el presente proceso disciplinario se le inició por

12
haberse presentado a trabajar el 30 de septiembre de 2017, en
cumplimiento a una instrucción verbal; y, b) La instrucción de Vladimir
Bernardo Sempértegui Gómez y Diandra Yolenne Mendoza Paz –
personeros administrativos del Consejo de la Magistratura–,por la que
le comunicaron que debía compensar el 30 de septiembre de 2017, por
el día indebidamente pagado, esto a fin de no causar daño económico.

iii) En el agravio 3, señaló que, conforme acredita el Informe CM/RR.HH.


045/2016 de 5 de octubre, Vladimir Bernardo Sempértegui Gómez,
habría indicado que tenía pendiente un día a reponer, siendo una
confusión creada por los funcionarios del Consejo de la Magistratura;
toda vez que, los mismos “le hicieron ‘inducir en error’ frase
mencionada por las jueces ciudadanas” (sic). Informe que también fu
considerado en el acta de apelación incidental interpuesto por el ahora
denunciante, en cuya audiencia, este último no reclamó ese extremo,
así como tampoco interpuso incidente alguno.

iv) Referente al agravio 4, advierte que no se valoró que su persona


fue inducida a trabajar y reponer un día y que por lo tanto no existió
mala fe, dolo, premeditación alguna, habiéndose simplemente
cumplido con una orden de la Encargada de Control de Personal, ya
que el no dar cumplimiento a esa determinación habría dado lugar a
otro proceso disciplinario; por lo que, solicitó que dicha prueba deba
ser valorada, toda vez que, al sancionarse por un error de inducción y
por una mala coordinación de los representantes administrativos, se
estaría actuando equivocadamente.

Asimismo, al momento de producir la prueba no fue considerada la


testifical de Luis Alejandro Garvizu Echave –Secretario–, así
como haberse establecido que todos los memorándums de
suspensión tienen claramente establecidas la fecha de inicio,
culminación y reincorporación y que si hubo dolo o intencionalidad ello
se encuentra en la parte administrativa, quienes habrían elaborado un
memorándum diferente a los demás, donde se estableció la fecha de
inicio y en la de culminación se colocó puntos suspensivos;

v) En el agravio 5, manifestó que al no haberse considerado aquellos


aspectos en su totalidad, se vulneró flagrantemente el debido proceso
y el principio de verdad material;

vi) Respecto al agravio 6, denuncia la flagrante falta de aplicación del


debido proceso y objetividad, verdad material, ya que el proceso se
basa en una resolución de la apelación, donde no se aplicaron las
reglas de competencia establecidas en el art. 49 del Código de
Procedimiento Penal (CPP). “Así como no se encuentra como se le
perjudicó al denunciante, siendo que se trataba de una audiencia de
cesación a la detención preventiva, donde los Vocales procedieron a
anular una Resolución sin ninguna fundamentación jurídica” (sic).

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vii) En cuanto al agravio 7, refirió que las Juezas ciudadanas incurrieron
en una serie de contradicciones, ya que en el acta refirieron error y
falta de profesionalismo de las personas responsables administrativas;

viii) Conforme al agravio 8, se tiene señalado que el denunciante, al


permitir que se lleve adelante la audiencia de 30 de septiembre de
2016, consintió la realización de la misma; sin embargo, como los
resultados no le fueron favorables, formuló su apelación ante la Sala
Penal del Tribunal Departamental de Justicia de Pando, aduciendo
hechos que no fueron planteados en la audiencia de cesación a la
detención preventiva, que en todo caso hacen a la falta de
competencia del Juez, la cual debió realizarse en primera instancia
ante su autoridad, lo que denotó mala fe; y,

ix) En el agravio 9, manifestó que en la Sentencia se dispuso la


destitución a su cargo; empero, no refirió de qué cargo, tomando en
cuenta que su persona respondió a un proceso cuando fungía como
Jueza de Instrucción Penal, desempeñando actualmente el cargo de
Jueza Técnica del Tribunal de Sentencia Primero del departamento de
Pando.

De los agravios expuestos en el recurso de apelación, interpuesto por la hoy


accionante, Sala Disciplinaria del Consejo de la Magistratura, a través de la
Resolución SD-AP 385/2017, dio respuesta a los referidos puntos:

a) De la lectura del primer agravio, no se advirtió que lo expresado


tenga relación alguna con la Resolución de primera instancia, solo se
hizo una introducción a los agravios cuestionados, adoleciendo de un
análisis crítico de la misma, sin señalar por qué se constituyó gravosa a
sus intereses, lo cual impidió su consideración por dicho Tribunal de
alzada.

b) Los agravios dos, tres, cuatro, cinco y siete, por su conexitud entre
sí, fueron respondidos de forma conjunta, puesto que, estos refieren a
la actuación de la Jueza denunciada en la audiencia de 30 de
septiembre de 2016, cuando se encontraba suspendida de funciones
por un mes, situación que a simple vista y de la revisión de esos
documentos configuraría la comisión de la falta disciplinaria contenida
en el art. 188.I.12 de la LOJ; sin embargo, la recurrente adujo que el
error fue inducido por el personal administrativo, que le ordenó la
reposición de un día. Al respecto, la Sala Disciplinaria, reiterando los
argumentos expuestos en la Sentencia 28/2017, en cuanto a la
inadecuada aplicación de los medios de comunicación, que hicieron
incurrir en “errores garrafales” (sic); el análisis efectuado de cada una
de las declaraciones testificales de cargo y de descargo y al acta de
careo y la no obediencia al Memorándum de suspensión, que llevaron
al convencimiento sobre la comisión de la falta disciplinaria por la

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Jueza denunciada. Concluyó, que no obstante las deficiencias
administrativas advertidas, se debía tomar en cuenta que fue a través
de una orden verbal por la que se determinó la reposición del día
cuestionado; razón por la que, la disciplinada conocedora de las
delicadas labores que desempeñaba, así como de los efectos jurídicos
de los procesos donde intervino estando su competencia suspendida,
constituyó no solo una falta disciplinaria sino en falta del deber de
cuidado y previsión en el ejercicio de sus funciones. Por otra parte,
debió observar que la orden verbal de reponer el día no trabajado, no
emanaba de una autoridad jerárquica, además de advertir que, al
haber sido notificada en una primera instancia por medio escrito con
fue el Memorándum de suspensión, correspondía que de manera
similar sea notificada con una orden en contrario. En cuando al
hecho de no haberse valorado la prueba referente a la
testifical del Secretario Luis Alejandro Gharvizu Echave, de la
revisión de la Sentencia de primera instancia no se tiene ser evidente
dicha denuncia, puesto que la misma se encontraba dentro de los
hechos probados.

c) Respecto a la vulneración del non bis in ídem, al no haberse tomado en


cuenta que se declaró improbado el proceso disciplinario que dio lugar
a la suspensión en una primera instancia, que generó la reposición del
día indebidamente pagado y que al haber dejado de existir ese anterior
proceso y por consecuencia la sanción, no correspondería la consideración
del actual. Sobre el particular, los actos administrativos son considerados
válidos en tiempo y espacio mientras que estos no sean refutados en
contrario, por lo que el proceso disciplinario que generó la suspensión y
con el que fue notificada la ahora recurrente, mientras no sea declarada
improbada por el Tribunal de alzada, sus efectos y emergencia se
encuentran vigentes como el caso del Memorándum de suspensión, por lo
tanto la conducta desplegada por la funcionaria a consecuencia del
incumplimiento del dicho Memorándum originó la falta contenida en el art.
188.12 de la LOJ.

d) Con relación a las agravios sexto y octavo, refirió no ser cierta la


apreciación realizada por la recurrente, en cuanto a que el proceso
disciplinario se hubiese basado en una Resolución de apelación, ya que los
antecedentes nacen de la denuncia sobre la conducta asumida por la
disciplinada al haber actuado dentro de un proceso cuya competencia se
encontraba suspendida, hecho comprobado a través del Memorándum de
suspensión y el Auto Interlocutorio 137/2016, pronunciado por esta última;
y,

e) Respecto al perjuicio que se hubiese ocasionado al denunciante su


accionar, al no ser un argumento concerniente a la Resolución de primera
instancia, no corresponde pronunciamiento por parte del Tribunal de
alzada.

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f) En cuanto al agravio noveno, al encontrarse relacionado a la ejecución
de sentencia, su consideración será a través de las instancias
administrativas del Consejo de la Magistratura.

Ahora bien, conforme a la jurisprudencia constitucional desarrollada en el


Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional,
se tiene que el debido proceso contiene como uno de sus componentes el
derecho a la fundamentación, motivación y congruencia de las resoluciones,
debiendo entenderse a las razones de la determinación contenida en una
resolución, exigencia a ser cumplida por las autoridades judiciales a tiempo de
emitir sus fallos, citando los motivos de hecho y derecho, base de sus decisiones
y el valor otorgado a los medios de prueba, en la que los motivos sean
expuestos de forma concisa y clara, no siendo exigible una exposición amplia de
consideraciones y citas legales ni tampoco ser una mera relación de los
documentos o mención de los requerimientos de las partes, sino una estructura
de forma y de fondo que permita la comprensión de los fundamentos de la
decisión asumida.

En el caso presente, se advierte que las autoridades demandadas a tiempo de


emitir la Resolución SD-AP 385/2017, motivo de esta acción de defensa,
incumplieron con el deber de pronunciarla con la debida fundamentación y
congruencia, lo que generó la lesión del debido proceso alegado por la
accionante; en el entendido, que dichas autoridades disciplinarias se limitaron a
efectuar un análisis respecto de la actuación de la Jueza ahora accionante, al
momento de reponer el día indebidamente pagado y la forma en la que se le
comunicó dicha instrucción, advirtiendo que al tratarse de una orden verbal que
no emanó de una autoridad jerárquica, ésta, conocedora de las delicadas
labores que desempeñaba y los efectos jurídicos de los procesos donde intervino
y actuando en una audiencia de cesación a la detención preventiva, en la que
participó el denunciante, cuya competencia se encontraba suspendida,
constituyó no solo una falta disciplinaria sino en falta del deber de cuidado y
previsión en el ejercicio de sus funciones. Argumento que fue expuesto y
utilizado en la Resolución de alzada, en respuesta a los agravios dos, tres,
cuatro, cinco y siete denunciados por la impetrante de tutela; sin embargo,
de la compulsa del contenido de los mismos, se advierte la ausencia de
pronunciamiento por parte de los miembros de la Sala Disciplinaria, respecto a
los siguientes agravios: i) Del agravio 2.b) por el que se señaló no haberse
tomado en cuenta la instrucción dada por Vladimir Bernardo Sempértegui
Gómez y Diandra Yolenne Mendoza Paz –personeros administrativos del Consejo
de la Magistratura–, sobre la compensación efectuada el 30 de septiembre de
2017, por el día indebidamente pagado; ii) Del agravio 3 sobre la falta de
valoración del Informe CITE: CM/RR.HH. 045/2016 de 5 de octubre, elaborado
por Diandra Yolenne Mendoza Paz, por el que se confirmó la orden de reponer el
día indebidamente pagado; iii) Del agravio 4 en su primer párrafo, en
relación a la falta de respuesta sobre la existencia o no de dolo, mala fe o
premeditación, al momento de cumplir una instrucción de la Encargada de
Control de Personal del Consejo de la Magistratura; iv) Del agravio 5 que se
encuentra relacionado con los agravios precedentemente desglosados; y, v) Del

16
agravio 9, que si bien manifestaron que dicho punto se encontraba relacionado
a la ejecución de sentencia y que su consideración sería a través de las
instancias administrativas del Consejo de la Magistratura, empero, dicha
respuesta a más de ser confusa y sin sustento alguno, no proporcionó a la
impetrante de tutela fundamentos concretos que satisfagan su cuestionante
sobre el punto impugnado, advirtiéndose con ello, que se incurrió en la falta de
fundamentación y congruencia en la resolución de alzada, dado que como
autoridades de última instancia tenían el deber de analizar y verificar las
circunstancias fácticas traídas a su conocimiento a fin de establecer si la
actuación del inferior se enmarcó a derecho, respondiendo a cada uno de los
puntos de agravio denunciados de manera clara y certera, de modo que se cree
certidumbre al momento de conocer la decisión asumida; lo que en los hechos
no aconteció, toda vez que, las autoridades demandadas, no advirtieron cuáles
fueron los motivos por los que tanto el Encargado Distrital de Pando y la Técnico
de Control de Personal ambos del Consejo de la Magistratura, acordaron instruir
a la ahora impetrante de tutela, constituirse en su fuente laboral a fin de
compensar un día indebidamente pagado, en una fecha en la que dicha
autoridad se encontraba suspendida, tomando en cuenta cada una de las
pruebas que fueron ofrecidas en el transcurso de la investigación y
determinando la legalidad o ilegalidad de aquella instrucción verbal, a fin de
establecer los hechos y si estos se sujetan a derecho, además de ello,
proporcionando una respuesta con argumentos válidos y fundados sobre la
existencia o no de dolo o culpa en la falta cometida por dicha autoridad.
Consiguientemente a criterio de este Tribunal los razonamientos expuestos en la
Resolución Disciplinaria hoy cuestionada, resultan ser insuficientes, en virtud a
que estos omitieron dar respuesta a cada uno de los agravios en su integridad,
conforme a los antecedentes que arroja el proceso disciplinario y que garanticen
la comprensión de las partes del por qué se tomó aquella decisión, bajo el
contexto, de que todo fallo debe exponer de forma clara las razones que
justifican aquella determinación, precisando los hechos y su fundamentación
jurídica, aplicando no solo sus preceptos, sino observando los principios y
valores supremos orientadores de la administración de justicia, alcanzando el
convencimiento necesario de que se obró de forma correcta, actuar de manera
contraria, constituye vulneración del debido proceso en su elemento de debida
fundamentación y congruencia reclamado por la accionante, correspondiendo
conceder la tutela solicitada.

En cuanto a la vulneración del derecho al trabajo, corresponde manifestar que la


cuestionada afectación deviene como resultado del proceso disciplinario seguido
contra la hoy accionante y la consiguiente Resolución de primera instancia
emitida por las Juezas del Juzgado Disciplinario Segundo de la Oficina
Departamental de Pando del Consejo de la Magistratura, consecuentemente,
habiéndose concedido la tutela por falta de fundamentación y congruencia en la
Resolución de alzada, dicho derecho se encuentra supeditado a la emisión del
nuevo fallo.

En consecuencia, el Tribunal de garantías, al conceder en parte la tutela solicitada,


evaluó de forma correcta los datos del proceso.

17
POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Cuarta Especializada; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución
14/ 2018 de 16 de noviembre, cursante de fs. 337 a 339, pronunciada por la Sala Única
del Tribunal Departamental de Justicia de Pando; en consecuencia:

1º CONCEDER la tutela solicitada, con relación a los Consejeros de la Sala


Disciplinaria del Consejo de la Magistratura, disponiendo dejar sin efecto
Resolución SD-AP 385/2017 de 25 de octubre, dictada por las nombradas
autoridades, quienes deberán pronunciar una nueva, conforme a los
fundamentos expuestos en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional ;
y,

2º DENEGAR la tutela impetrada respecto a las Juezas del Juzgado Disciplinario


Segundo de la Oficina Departamental de Pando del Consejo de la Magistratura.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano René Yván Espada Navía


MAGISTRADO MAGISTRADO

18
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0444/2020-S4
Sucre, 16 de septiembre de 2020

SALA CUARTA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano
Acción de libertad

Expediente: 32758-2020-66-AL
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 059/2019 de 9 de diciembre, cursante de fs. 27 a 29


vta., pronunciada dentro de la acción de libertad interpuesta por Ernesto
Lucio Jáuregui Sempértegui en representación sin mandato de Víctor
Eduardo Moldes Lima contra César Wenceslao Portocarrero Cuevas,
Presidente de la Sala Penal Primera; y Adán Willy Arias Aguilar, Vocal de
la Sala Penal Segunda, ambos del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memoriales presentados de 5 y 9 de diciembre de 2019, cursantes de fs. 4 a 8


y 14 y vta., el accionante, a través de su representante sin mandato, expuso lo
siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso penal que se sigue en su contra por la presunta comisión del
delito de violencia familiar o doméstica, se le impuso la medida cautelar de
detención preventiva a cumplir en el Centro Penitenciario San Pedro de La Paz;
medida de última ratio que dio lugar a la presentación de una solicitud de
cesación de la misma ante el Juzgado de Sentencia Anticorrupción y Contra la
Violencia Hacía las Mujeres Primero del departamento de La Paz, pidiendo que se
señale audiencia para su consideración.

Las razones de la privación de libertad, se encuentran vinculadas a la existencia


de riesgos procesales, como el peligro de fuga y de obstaculización previstos en

1
los arts. 234.2 y 10 y 235.2 del Código de Procedimiento Penal (CPP), que para
ser desvirtuados, presentó diversos elementos probatorios; sin embargo, la
autoridad jurisdiccional, negó su pretensión sin explicar ni fundamentar las
razones por las cuales no sería viable su pretensión; Resolución contra la cual
interpuso recurso de apelación pidiendo la remisión de obrados al Tribunal de
alzada, habiendo correspondido su conocimiento a la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; instancia que señaló audiencia, en
la cual, mediante la expresión de agravios, solicitó que se disponga la cesación de
la detención preventiva, argumentando que el Juez a quo no valoró correctamente
los elementos de prueba que presentó y que la resolución impugnada, carecía de
fundamentación; sin embargo, los Vocales Sala Penal Primera –autoridades ahora
demandadas– pronunció un Auto de Vista 508/2019 de 29 de noviembre ilegal, al
concluir que no se desvirtuaron los riesgos procesales, encontrándose privado de
su libertad; agravio que abre el control constitucional de la mencionada decisión.

Con el objeto de demostrar el cumplimiento de lo dispuesto por el art. 234.1) en


lo que concierne a la acreditación de trabajo, con el objeto de aclarar las
observaciones efectuadas por la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz, en una anterior solicitud de cesación a la detención preventiva,
respecto a la incongruencia existente entre el contrato de trabajo por el cual
prestará sus servicios como ayudante de tapicería y el Numero de Identificación
Tributaria (NIT) de la empresa empleadora, que tiene como actividad económica
la venta de electrodomésticos, presentó ante el Juez de la causa, un certificado
expedido por Impuestos Nacionales que señaló que la mencionada empresa,
también consigna la actividad económica de tapicería; sin embargo, dicha
documentación no fue considerada en su verdadera dimensión, pues su objeto era
demostrar que la empresa con la que convino prestar sus servicios, también tiene
como actividad económica el rubro de tapicería, como fue pactado en el contrato
y corroborado por la investigadora que expidió el informe sobre el funcionamiento
de la empresa, al margen de haberse acreditado con anterioridad dicho
funcionamiento con las facturas emitidas por la empresa; habiéndose negado la
cesación por la Jueza de Sentencia bajo el argumento que no se acreditó el
funcionamiento de la misma, aspecto que no resultaba acorde a los datos del
proceso, determinación que al ser recurrida en apelación, fue resuelta por el Vocal
ahora demandado, quien declaró improcedente la apelación formulada,
asumiendo esa decisión sin haber revisado las actuaciones y resoluciones previas,
por las cuales solo debía demostrar que su empleadora se dedicaba a la tapicería
y de esta forma subsanar la incongruencia advertida en una anterior solicitud de
cesación, determinando automáticamente la concurrencia del art. 234.2 del CPP,
sin mayores argumentos.

Respecto al art. 234.10 de la citada norma legal, presentaron “informe de


antecedentes penales” que desvirtuaba la peligrosidad conforme la SCP 185/2019,
no obstante, el Vocal demandado señaló inexistencia de similitud en el hecho
fáctico, pues la aludida sentencia giraba en torno a un caso de robo agravado,
mientras que el proceso seguido en su contra era por violencia familiar, lo que

2
inviabilizaba su aplicación, razonamiento que no resulta correcto, ya que la
analogía en la aplicación de la jurisprudencia no es sustantiva sino adjetiva.

En lo que respecta el riesgo procesal de obstaculización, la Sala Penal Segunda


del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, en una anterior solicitud de
cesación a la detención preventiva, determinó y erigió un lineamiento con relación
a la persistencia de este riesgo procesal, vinculado a la falta de declaración de dos
testigos y también la elaboración de una pericia psicológica, negándose en esa
oportunidad la cesación por la falta de estos documentos; observaciones que al
haber sido subsanadas y acreditadas, correspondía que la Sala Penal Primera del
referido Tribunal, revise estos antecedentes y como consecuencia de ello,
pronuncie su resolución con relación a lo dispuesto por el art. 239.1 del CPP,
no obstante, cambió los razonamientos de la detención y modificó sus causas,
agravando su situación procesal, con argumentos que deterioran su dignidad, al
dar por hecho que toda su familia sería agresiva sin tener convicción de que ello
sería real, afectando la dignidad de toda su familia y la presunción de inocencia, lo
que no condice con las razones de su detención.

Tampoco determinó las razones por las que la medida cautelar debía permanecer,
resultando una resolución arbitraria, más aún si no existe ninguna actuación
investigativa al haber concluido la etapa preparatoria, correspondiendo conforme
a la Ley de Abreviación Procesal Penal y de Fortalecimiento de la Lucha Integral
contra la Violencia a Niñas, Niños, Adolescentes y Mujeres –Ley 1173 de 3 de
mayo de 2019– y su modificación, evitar privaciones de libertad abusivas; aspecto
que fue abordado en su recurso de apelación que no recibió respuesta del
Tribunal de alzada. Finalmente señaló que la presunta víctima en un rol de
victimización exhibió documentación refiriendo que la madre del hoy accionante
hubiera accionado un proceso penal en su contra y pese a que la misma autoridad
reconoció que no tuvo contacto con dicha literal, acogió sus argumentos lo que
motivó el rechazo de su pretensión, aspectos que no se encuentran acordes a la
finalidad de las medidas cautelares, pues no pude asumir responsabilidad por las
acciones de terceros.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante mediante su representante sin mandato alegó como lesionado su


derecho a la libertad física y de locomoción, citando al efecto los arts. 22 y 23 de
la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicitó que se conceda tutela impetrada y en consecuencia se anule el Auto de


Vista 508/2019, ordenándose que la autoridad demandada emita nuevo fallo,
motivando y explicando las razones de su decisión.

I.2. Audiencia y Resolución de la Sala Constitucional

3
Celebrada la audiencia pública el 9 de diciembre de 2019, según consta en el
acta cursante de fs. 21 a 26 vta., presente el representante sin mandato del
impetrante de tutela; ausente las autoridades demandadas, se produjeron los
siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

El accionante, por intermedio de su representante sin mandato, en audiencia


ratificó los términos expuestos en su memorial de acción de libertada y
ampliándolos señalo que: a) Se encuentra privado de libertad guardando
detención preventiva en el Centro Penitenciario San Pedro de la Paz, por más de
un año como consecuencia de la imputación formal emitida en su contra y por
disposición de la resolución de aplicación de medidas cautelares emitida por el
Juez de Instrucción Anticorrupción y contra la Violencia Hacia la Mujer Cuarto del
departamento de La Paz, quien estableció la existencia de elementos de
convicción suficientes que hacían a la probabilidad de autoría y segundo la
existencia de riesgos procesales, entre ellos, el peligro de fuga establecida en el
artículo 234.1, 2 y 10 del CPP, y en lo que respecta al peligro de obstaculización
previsto en el art. 235. 2 del citado Código; b) Durante la etapa preparatoria
iniciada en octubre de 2018 y concluida en mayo de 2019, formuló varias
peticiones de cesación a la detención preventiva, en cuyas audiencias fue
desvirtuando la mayoría o varios riesgos procesales establecidos al imponerle
medidas cautelares, quedando subsistente el previsto por el art. 234 del CPP en
sus numerales 1, 2 y 10 relacionados a contar con un trabajo; sobre la existencia
de la posibilidad de no permanecer en la ciudad por no tener una fuente laboral y
ser un peligro para la víctima, así como la existencia de la posibilidad de
influenciar en determinadas personas prevista por el art. 235.2 de la misma
norma procesal; c) En una nueva solicitud de cesación a la detención preventiva
que formuló, presentó todos los elementos necesarios para desvirtuar las razones
por las cuales fue privado de libertad; en lo que respecta al trabajo, adjuntó un
contrato de prestación de servicios a futuro, es decir, una vez cese la detención
preventiva, trabajaría en una tapicería, y para acreditar la existencia de la
empresa que lo contrató, presentando su NIT, un certificado de FUNDEMPRESA,
las facturas que emitió y su licencia de funcionamiento, pero se observó la
existencia de una contradicción objetiva en cuanto a la actividad económica
principal de la empresa relativa a la venta al por menor de aparatos, artículos y
equipos domésticos y la actividad laboral para la cual fue contratado relacionada
con tapicería; por lo que, en la última solicitud de cesación a la detención
preventiva planteada en la etapa de acusación, trató de desvirtuar las
observaciones efectuadas por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental
de justicia de La Paz; empero, fue rechazada por el Juez de la causa
distorsionando la previsión del art. 239.1 del CPP, en cuanto a la evaluación de
cuáles fueron las causas de detención preventiva y cuáles son los nuevos
elementos que se presentan para desvirtuar las razones que motivaron la
detención preventiva; aspecto reclamado en el recurso de apelación resuelto
mediante la Auto de Vista 508/2019, sin que las autoridades demandadas
hubieran revisado las razones por las que se dispuso la detención preventiva,

4
omitiendo establecer si los nuevos elementos de prueba presentados, desvirtúan
las causas que motivaron su detención preventiva, obviando la presentación del
contrato de trabajo con efecto futuro, del NIT de la empresa que lo contrató, el
certificado de Impuestos Internos que establece que su empleador además
desarrolla la actividad económica de tapicería, pues retrotrayendo actuaciones, sin
revisar las mismas, nuevamente dispuso la presentación de facturas para acreditar
el funcionamiento de la empresa, a pesar que ya presentó esa prueba, situándolo
en indefensión; y, d) No corresponde plantear una nueva cesación a la detención
preventiva y presentar nuevamente las facturas de la empresa, al margen de lo
dispuesto por el art. 239.1 del CPP, referido nuevos elementos que desvirtúen las
razones que motivaron su detención preventiva, cuando esas facturas ya fueron
valoradas a tiempo de resolver y rechazar una primera solicitud de cesación a la
detención preventiva.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

César Wenceslao Portocarrero Cuevas, Vocal de la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, por informe escrito de 9 de diciembre de
2019, cursante de fs. 16 a 17, señaló lo siguiente: 1) La acción de libertad
planteada por el impetrante de tutela no señaló en forma expresa si se activa por
estar en peligro su vida o estaría ilegalmente perseguido, indebidamente
procesado o privado de su libertad, tampoco formuló en forma congruente su
petición con fundamentos de hecho y de derecho, además los elementos
configuradores “causa petendi” no se encuentran identificados o fundamentados en
forma adecuada; 2) De los fundamentos de la acción tutelar no se evidencia lesión a
los derechos a la vida o a la libertad y si bien el accionante menciona algunas
medidas restrictivas, éstas no guardan relación con los presupuestos de una
acción de libertad, dado que no se encuentra sometido a ningún tipo de detención
ilegal, pretendiendo a través de la jurisdicción constitucional la concesión de tutela
sin haber agotado los medios intraprocesales; 3) La parte accionante deduce en
su pretensión que la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz, no realizó una adecuada valoración de la documentación que ha colegido
el Juez Anticorrupción y Contra la Violencia Hacia las Mujeres Primero del
departamento de La Paz, al momento de dictar la Resolución “423/2019” de 22 de
noviembre; asimismo, de manera incorrecta a través de la acción de libertad,
pretende la realización de actos o respuestas a cuestiones que de realizar una
revisión de antecedentes o revalorizar la prueba bajo reglas de la sana crítica por
el Juez a quo, que no corresponde a la Sala de apelación, no ameritando la
interposición de la acción de defensa, al no cumplir los presupuestos de
procedencia, y, 4) El accionante intentó que prevalezca en procesos de violencia
intrafamiliar o doméstica la SCP 0185/2019 que versa sobre hechos fácticos de
robo agravado, no siendo vinculante al presente caso; toda vez que, la SCP
0394/2018-S2, así como la SCP 0001/2019 son las que deben aplicarse, además
que en defensa material, la víctima manifestó que fue denunciada por la madre
del imputado, quien además figura como su empleadora; asimismo, que el
imputado inclusive agredió al investigador sin respetar su condición de servidor

5
público, demostrando su carácter violento; hechos que determinan la
improcedencia de la acción de libertad.

Adán Willy Arias Aguilar, Vocal de la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, en el informe escrito presentado el 9 de
diciembre de 2019, cursante de fs. 18 a 20, manifestó que, carece de legitimación
pasiva porque el Auto de Vista 508/2019, fue dictado por el Vocal César
Wenceslao Portocarrero Cuevas, en su condición de Presidente de la Sala Penal
Primera del señalado Tribunal; además en la lista de remisión enviada por la
misma Sala, por la vacación judicial, no figura el nombre de Víctor Eduardo
Moldes Lima; por lo que, corresponde denegar la tutela impetrada.

I.2.3. Resolución

La Sala Constitucional Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La


Paz, a través de la Resolución 059/2019 de 9 de diciembre, cursante de fs.
27 a 29 vta., “otorgo” la tutela impetrada, aunque con otra terminología
dejando sin efecto el Auto de Vista 508/2019 y disponiendo que la autoridad
demandada, en el plazo de setenta y dos horas, remita el expediente al
Vocal de turno por vacación judicial, para que esta autoridad pronuncie
nueva resolución dentro de un plazo razonable, considerando la carga
procesal al estar de turno; decisión basada en los siguientes fundamentos: i)
Toda denuncia de violación al debido proceso debe ser efectuada dentro de
la acción de amparo constitucional, salvo que el acto lesivo esté
directamente vinculado con el derecho a la libertad, previo agotamiento
excepcional del principio de subsidiariedad y en el caso analizado, el acto
lesivo identificado constituye el Auto de Vista 508/2019 pronunciado en
apelación; ii) La citada Resolución (508/2019) no se pronunció sobre todos
los agravios expuestos en el recurso de apelación, además de contener
afirmaciones contradictorias en los Considerandos I y III, datos que
conforme al principio de pertinencia, no corresponden a los antecedentes
que se consignan, lo que ha llevado a la autoridad de alzada a dictar un fallo,
en base a una resolución que no es clara situando al accionante en un
estado de indebido procesamiento; iii) El Vocal demandado al enfocar su
decisión argumentando que el apelante no hubiera desvirtuado el riesgo
procesal de fuga previsto en el art. “234 núm. 1)” del CPP, a pesar de haber
adjuntado el informe de impuestos internos, mismo que no mereció
pronunciamiento a los efectos de la citada normativa legal, como tampoco se
refirió a las facturas que se adjuntaron, constituyendo así un fallo que
lesiona el derecho al debido proceso en su componente de motivación y
congruencia interna y externa; iv) Con referencia al art. 234. 10) del
CPP, dentro de los fundamentos que hace la autoridad hoy demandada,
señalando que la SC 185/2019 versa sobre hechos fácticos referentes a
robo agravado no vinculantes ni analizables al presente caso al tratarse de
actos violentos hacia la mujer; debe tenerse presente los puntos 3 y 4 de la
citada sentencia constitucional respecto al peligro procesal previsto en el
normativa citada, a efectos de señalar cómo se desvirtuaría el mismo; y, v)

6
Sobre el art. 235. 2) del citado Código, la Sala Penal Segunda mantuvo vigente
dicho riesgo porque no se habría acreditado dos puntos, el primer vinculado a
declaraciones en etapa preparatoria de dos personas y el segundo
relacionado a la existencia de un informe pericial; por lo que, en función de
la Ley 1173 se le habría explicado que en mayo de esa gestión se presentó
acusación y aunque ya se encontrarían en diciembre no existiría auto de
apertura, lo cual debió merecer pronunciamiento.
II. CONCLUSIÓN

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursa en obrados, se establece


lo siguiente:

II.1. Cursa Auto de Vista 508/2019 de 29 de noviembre, pronunciado por la Sala


Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, que
declaró la improcedencia de las cuestiones planteadas por el hoy
impetrante de tutela y confirmó la Resolución 23/2019 (fs. 1 a 3).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante a través de su representante sin mandato denuncia, la vulneración


su derecho a la libertad física y de locomoción, alegando que en la emisión del
Auto de Vista 508/2019, el Vocal demandado, incurrió en errónea valoración de la
prueba y falta de fundamentación; toda vez que: a) Obvió considerar las
actuaciones y resoluciones previas emitidas en anteriores solicitudes, donde se
advirtió una contradicción entre el contrato de trabajo como ayudante de tapicería
y el NIT del empleador, que figuraba en el rubro de venta de electrodomésticos,
aspecto que subsanó presentando un Informe emitido por Impuesto Nacionales,
que certificaba que la empresa empleadora también tenía como actividad la
tapicería, no obstante, el Vocal demandado señaló que no se habían presentado
las facturas para acreditar su funcionamiento, lo cual ya se había efectivizado con
anterioridad; b) Negó la aplicación de la SCP 0185/2019-S3, relativo al art. 234.10
del CPP, bajo el argumento de inexistencia de analogía fáctica, pues el contexto
del aludido fallo giraba en torno a un delito de robo y el caso trataba de violencia
familiar y/o doméstica, sin considerar que la analogía en la aplicación de la
jurisprudencia no es sustantiva sino adjetiva; y, c) Cambió los razonamientos de
su detención y modifico sus causas, agravando su situación procesal, pues realizó
argumentaciones referidas a la agresividad de su familia, que nada tiene que ver
con las razones de su detención, habiendo el mismo sido mantenido por la falta
de declaración de testigos y la elaboración de una pericia psicológica, aspecto que
al haber sido acreditado compelía al Vocal demandado revise los antecedentes, ya
que no existían actos investigativos al haber concluido la etapa preparatoria.

En consecuencia, corresponde verificar si lo alegado es evidente a efectos de


conceder o denegar la tutela impetrada.

7
III.1. Del derecho a la fundamentación y motivación, como elementos
de la garantía del debido proceso

Con relación a la exigencia del debido proceso de la debida


fundamentación y motivación que toda resolución debe contener, la SCP
0306/3019-S2 de 29 de mayo, citando los precedentes jurisprudenciales,
expresó el siguiente entendimiento: “El derecho a una resolución
fundamentada y motivada, como uno de los elementos del debido
proceso, reconocido como derecho fundamental, garantía jurisdiccional y
derecho humano en las normas contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la
CPE; 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH); y,
14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), fue
desarrollado en la amplia jurisprudencia constitucional, siendo uno de los
antecedentes, el entendimiento contenido en la SC 1369/2001-R de 19 de
diciembre, la cual establece como exigencia del debido proceso, que toda
resolución debe exponer los hechos y el fundamento legal de la decisión,
de manera que en caso de omisión, se estaría vulnerando dicho derecho.
Posteriormente, en la SC 0946/2004-R de 15 de junio, se aclara que esta
garantía es aplicable también en procesos administrativos y disciplinarios.

En la SC 0871/2010-R de 10 de agosto, se determinan los requisitos que


deben contener toda resolución jurisdiccional o administrativa con la
finalidad de garantizar el derecho a la fundamentación y motivación como
elemento configurativo del debido proceso, así en su Fundamento Jurídico
III.3, señala: ‘…a) Debe determinar con claridad los hechos
atribuidos a las partes procesales, b) Debe contener una
exposición clara de los aspectos fácticos pertinentes, c) Debe
describir de manera expresa los supuestos de hecho contenidos
en la norma jurídica aplicable al caso concreto, d) Debe
describir de forma individualizada todos los medios de prueba
aportados por las partes procesales, e) Debe valorar de manera
concreta y explícita todos y cada uno de los medios probatorios
producidos, asignándoles un valor probatorio específico a cada
uno de ellos de forma motivada, f) Debe determinar el nexo de
causalidad entre las denuncias o pretensiones de las partes
procesales, el supuesto de hecho inserto en la norma aplicable,
la valoración de las pruebas aportadas y la sanción o
consecuencia jurídica emergente de la determinación del nexo
de causalidad antes señalado.

En cuanto a los requisitos que debe contener una resolución


administrativa en segunda instancia, la SCP 0275/2012 de 4 de junio,
precisa que dicho fallo debe exponer los hechos y citar las normas que
sustentan la decisión, además de pronunciarse sobre todos y cada uno de
los aspectos impugnados en el recurso.

8
Por su parte, la SC 0802/2007-R de 2 de octubre se refiere a los
supuestos de motivación arbitraria; empero, es la SCP 2221/2012 de 8 de
noviembre la que desarrolla el contenido esencial del derecho a una
resolución fundada, señalando que el mismo está dado por sus finalidades
implícitas, como son: a) El sometimiento a la Constitución Política del
Estado y al bloque de constitucionalidad; b) Lograr el convencimiento de
las partes que la resolución no es arbitraria; es decir, que observa el valor
justicia, los principios de interdicción de la arbitrariedad, de razonabilidad
y de congruencia; c) Garantizar la posibilidad del control de la resolución a
través de los medios de impugnación; d) Permitir el control social de la
resolución en mérito al principio de publicidad y, e) La observancia del
principio dispositivo que implica la otorgación de respuestas a las
pretensiones de las partes -quinta finalidad complementada por la SCP
0100/2013 de 17 de enero.

Respecto a la segunda finalidad, tanto la SCP 2221/2012 como la SCP


0100/2013, señalan que la arbitrariedad puede estar expresada en una
decisión sin motivación, con motivación arbitraria, insuficiente y por la
falta de coherencia del fallo. Ejemplificando refiere, que la decisión sin
motivación se presenta cuando la resolución no da razones que la
sustenten; en tanto que la motivación arbitraria es la que sustenta la
decisión con fundamentos y consideraciones meramente retóricas o
cuando deviene de la valoración arbitraria, irrazonable de la prueba, o en
su caso, de la omisión en la valoración de la prueba aportada en el
proceso; la motivación insuficiente, cuando no se da razones de la omisión
de pronunciamiento sobre los planteamientos de las partes; finalmente, la
falta de coherencia del fallo se da, en su dimensión interna, cuando no
existe relación entre las premisas -normativa y fáctica- y la conclusión -por
tanto- en su dimensión externa, implica que la resolución debe guardar
correspondencia con lo pedido o impugnado por las partes. Ambos
entendimientos, sobre la coherencia interna y externa, tienen su
antecedente en la SC 0863/2003-R de 25 de junio, así como en la SC
0358/2010 de 22 de junio, estableciendo que en el ámbito procesal, el
principio de congruencia se entiende no solo como la correspondencia que
debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, sino que además implica la
concordancia del fallo, es decir su coherencia interna, entendimiento que
fue reiterado en la SCP 1915/2012 de 12 de octubre, entre otras. Por su
parte, respecto a la congruencia de las resoluciones de segunda instancia,
la SC 0682/2004-R de 6 de mayo, señala que el pronunciamiento debe
guardar correspondencia con los agravios de la apelación y la contestación
de alzada.

En resumen, de acuerdo a la jurisprudencia constitucional glosada, una


resolución será arbitraria cuando carezca de motivación o ésta
sea arbitraria o insuficiente; asimismo, cuando la resolución no
tenga coherencia o congruencia interna o externa.

9
Ahora bien, la jurisprudencia precedentemente citada debe ser
complementada a partir de la relevancia constitucional que tenga la
alegada arbitraria o insuficiente fundamentación y motivación de las
resoluciones, es decir, que deberá analizarse la incidencia de dicho acto
supuestamente ilegal en la resolución que se está cuestionando a través
de la acción de amparo constitucional; pues, si no tiene efecto
modificatorio en el fondo de la decisión, la tutela concedida por este
Tribunal únicamente tendría como efecto el que se pronuncie una nueva
resolución con el mismo resultado; consiguientemente, a partir de una
interpretación previsora, si bien la arbitraria o insuficiente
fundamentación, aún carezca de relevancia, deberá ser analizada por el
Tribunal Constitucional Plurinacional; empero, corresponderá denegar la
tutela por carecer de relevancia constitucional, con la aclaración que este
entendimiento es únicamente aplicable a la justicia constitucional que no
exigirá para efectuar el análisis, que la o el accionante cumpla con carga
argumentativa alguna”. (las negrillas son nuestras)

III.2. Análisis del caso concreto

El accionante a través de su representante sin mandato denuncia que el


Vocal demandado a momento de emitir el Auto de Vista 508/2019, incurrió
en errónea valoración de la prueba y falta de fundamentación; toda vez
que: 1) Obvió considerar las actuaciones y resoluciones previas emitidas
en anteriores solicitudes, donde se advirtió una contradicción entre el
contrato de trabajo como ayudante de tapicería y el NIT del empleador,
que figuraba en el rubro de venta de electrodomésticos, aspecto que
subsanó presentando un Informe emitido por Impuesto Nacionales, que
certificaba que la empresa empleadora también tenía como actividad la
tapicería, no obstante, el Vocal demandado señaló que no se habían
presentado las facturas para acreditar su funcionamiento, lo cual ya se
había efectivizado con anterioridad; 2) Negó la aplicación de la SCP
0185/2019-S3, relativo al art. 234.10 del CPP, bajo el argumento de
inexistencia de analogía fáctica, pues el contexto del aludido fallo giraba
en torno a un delito de robo y el caso trataba de violencia familiar y/o
doméstica, sin considerar que la analogía en la aplicación de la
jurisprudencia no es sustantiva sino adjetiva; y, 3) Cambió los
razonamientos de su detención y modifico sus causas, agravando su
situación procesal, pues realizó argumentaciones referidas a la
agresividad de su familia, que nada tiene que ver con las razones de su
detención, habiendo el mismo sido mantenido por la falta de
declaración de testigos y la elaboración de una pericia psicológica,
aspecto que al haber sido acreditado compelía al Vocal demandado
revise los antecedentes, ya que no existían actos investigativos al haber
concluido la etapa preparatoria.

10
Revisados los antecedentes que cursan en el expediente, se tiene que el
proceso penal seguido por el Ministerio Público a instancia de Marianela
Nancy Zambrana contra el ahora accionante, por la presunta comisión del
delito de violencia familiar o doméstica, fue emitido el Auto de Vista
508/2019, pronunciada por la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, que resolvió el recurso de apelación
interpuesto por parte acusada contra la Resolución 23/2019, declarando la
improcedencia de las cuestiones planteadas y confirmando a la misma.

Ahora bien, con el objeto de establecer si son evidentes las vulneraciones


denunciadas por el accionante, es preciso analizar la problemática que
plantea la presente acción tutelar, partiendo del contenido en el que fue
basado el Auto de Vista 508/2019, teniendo en consecuencia que: i) Con
relación a la acreditación de trabajo, la Jueza a quo observó que si bien se
presentó documentación de la empresa, no se evidenció que esté en
funcionamiento, sosteniendo la defensa que ese análisis no era correcto
porque inclusive presentó facturas que demuestran que la empresa está
funcionando; no obstante, en el primer considerando de la Resolución
apelada se coligió varios elementos, entre ellos el NIT, una certificación de
Impuestos Nacionales que señala que Fabiola Moldes se empadronó y que
tiene como actividades “fabricación” de madera, venta al por menor de
aparatos domésticos y tapicería, pero en ninguno de dichos documentos
se hace mención que hubiera presentado facturas, sino otros documentos,
lo que no condice con la etapa procesal alegada por el abogado de la
defensa de haberse desvirtuado el cuestionamiento con facturas, que no
fueron acreditadas en la resolución. Debe tomarse en cuenta lo
manifestado por la víctima en defensa material, respecto a ser la
empleadora madre del imputado y esposa del coimputado Félix Moldes y
que hubiera sido denunciada precisamente por la madre del imputado,
según menciona una nota de 27 de marzo de 2019; razonamiento de la
Juez a quo si bien es concreto respecto al funcionamiento, no condice con
los fundamentos de la defensa respecto a la presentación de facturas cuando
no está evidenciado en esta Resolución para que se demuestre si
efectivamente está funcionando; por lo que, no se ha desvirtuado dicho riesgo
procesal; ii) Sobre el numeral 10 del art. 234 del CPP, se menciona a la
SCP 0185/2019-S3 que reconduciendo la SCP 0070/2014, establece que
con la presentación de un certificado de antecedentes penales se enerva
este riesgo, no es menos cierto que los imputados están investigados por
el delito de violencia familiar o doméstica y la citada SCP 0185/2019 versa
sobre delitos de robo agravado y para su vinculatoriedad debe tomarse en
cuenta la similitud de hechos fácticos, por lo que no es aplicable.
Consecuentemente, no se evidencia agravio, aunque la Jueza hubiera
observado que ha presentado el certificado de Sistema Integral
Plurinacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la
Violencia en Razón de Genero (SIPASE), que bajo su razonamiento no se
puede ingresar a revalorizar una documentación puesta a su disposición y
a las faltantes que también a su criterio ha observado; iii) Sobre el

11
numeral 2) del art. 235 del CPP, en la Resolución apelada se menciona
que el imputado está detenido por un año y cinco días y las pruebas
deben ser consideradas en la etapa de juicio, para enervar los riesgos
procesales; argumento que no constituye un fundamento para desvirtuar
este riesgo porque es el Juez Cautelar quien tiene que controlar el tiempo
de las investigaciones y solamente se toma el tiempo de detención del
imputado bajo el principio de objetividad, razonabilidad y proporcionalidad
el delito por el que se está acusando o investigando. En la presente
audiencia se menciona el art. 272 bis del CP en sus numerales 1 y 3, que
tiene una pena privativa de dos a cuatro años, en consecuencia, estos
parámetros deben considerarse por el Juez Cautelar si aún está en etapa
investigativa o próximo a entrar a juicio; y, iv) En cuanto a lo que
manifestó la víctima en audiencia que fue denunciada por la madre del
imputado, que a su vez figura como empleadora en el contrato de trabajo
presentado por éste, ante el Juez Cautelar, “…esa respuesta no puede
dejar desapercibida cuando de por medio por intervención de la víctima
son personas agresivas e inclusive han agredido al investigador. Si bien no
es evidente que no está el Ministerio Público para que acredite de forma
objetiva este informe no menos cierto que ha mostrado una citación,
aunque esta autoridad no ha evidenciado simplemente por el principio de
inmediación ha mostrado a la distancia no obstante persiste el art. 235
numeral 2) del Código de Procedimiento Penal…” (sic).

Ahora bien, efectuando un contraste entre los puntos cuestionados por el


accionante y los fundamentos del Auto de Vista 508/2019, se tiene que,
con relación al primer punto de reclamación, referido a la falta de revisión
de actuados y resoluciones emitidas en anteriores solicitudes de cesación
a la detención preventiva, que acreditaban que se habían presentado las
facturas para demostrar el funcionamiento de la empresa empleadora; al
respecto, este Tribunal evidencia que el Vocal demandado mantuvo
vigente el art. 234.2 del CPP, basado en la inexistencia de las facturas
referidas, pues analizando el contenido de la resolución apelada verificó
que la Jueza inferior en el primer Considerando de aludida resolución,
coligió varios elementos entre los que no se mencionaba que se hubiera
presentado facturas; en ese entendido, es menester señalar que
considerando que el accionante en los agravios deducidos en el recurso
mencionó de manera concreta que las facturas que acreditaban el
funcionamiento de la empresa empleadora habían sido presentadas en
una anterior solicitud de cesación, resuelta por la Sala Penal Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, a través de Auto de Vista
404/2019, donde se estableció una observación en la actividad de la
empresa, aspecto que subsanó con la presentación del Informe emitido
por Impuestos Nacionales, en cuyo mérito compelía al Tribunal de alzada
compulsar dicho fallo en calidad de antecedente; toda vez que, ello
constituyó –como bien fue referido– uno de los puntos de agravio y su
consideración sin duda hubiera incidido en la valoración final de la
solicitud del ahora accionante, aclarando que en virtud a la facultad de

12
revisión inherentes a los Tribunal superiores, en materia de medidas
cautelares, estos pueden revalorizar la prueba valorada por jueces o
tribunales inferiores, así como los antecedentes de la causa; por lo que
corresponde en este extremo conceder la tutela impetrada al evidenciar
omisión en la consideración de los antecedentes de la causa solicitados
por el hoy solicitante de tutela.

Con relación a la segunda problemática que radica en la inaplicación de la


SCP 0185/2019-S3, bajo el argumento de inexistencia de analogía fáctica,
pues el contexto del aludido fallo giraba en torno a un delito de robo y el
caso trataba de violencia familiar y/o doméstica, sin considerar que la
analogía en la aplicación de la jurisprudencia no es sustantiva sino
adjetiva; al respecto, debe señalarse que la determinación asumida por el
Vocal demandado al advertir que la disanalogia en los casos inviabilizaba
su aplicación, no resulta incorrecta, pues la autoridad referida no la aplicó
solo por tratarse de diferentes delitos sino que como bien refleja el Auto
de Vista aludió puntualmente al contexto del delito, lo que atañe sus
connotaciones particulares, entre los que se encuentra que la
problemática resuelta en la sentencia referida se circunscribió a efectuar un
análisis respecto a garantías unilaterales; aspecto que no acontecía en el caso
presente, razón que no lo obligaba acatar el precedente obligatorio, aunque el
fallo constitucional haya sido emitido en relación a la aplicación objetiva del
art. 234.10 del CPP hoy numeral 7 en virtud a las modificaciones
contenidas en la Ley 1173; en cuyo contexto no se evidencia que las
alegaciones vertidas por el impetrante de tutela con relación a este
extremo sean evidentes, lo que implica deba denegarse la tutela solicitada
en cuanto a este punto.

En cuanto al agravio relativo a persistir el riesgo procesal establecido en el


art. 235.2 del CPP modificado por la Ley 1173, con una redacción confusa
aludió que el tiempo de detención del imputado no constituía un
fundamento para enervar dicho riesgo; no obstante, soslayó pronunciarse
respecto a las declaraciones y prueba pericial que presuntamente presentó
el accionante para desvirtuar el citado riesgo, pese a que el agravio
consignado en el CONSIDERANDO I del Auto de Vista, es claro al señalar:
“Sobre el numeral 2 del Art. 235 del Código de Procedimiento Penal
menciona la presentación de dos testigos en la tapa preparatoria y la
pericia sin embargo se ha presentado la declaración de los testigos y el
peritaje a la víctima empero este informe se menciona otra persona y no
el nombre de la víctima, pero esa omisión no es atribuible al imputado
sino a la persona que elaboro dicho peritaje por lo que no corresponde
que persista este riesgo tomando en cuenta que está detenido más de
un año en esa etapa.” (sic), cuya ausencia de consideración y respuesta
conlleva existencia de incongruencia externa que lesiona su derecho al
debido proceso en su elemento de fundamentación, generando que deba
concederse la tutela solicitada.

13
Finalmente con relación a la presunta agravación de su situación jurídica
al modificar las causas de su detención, dicho aspecto al encontrarse
enlazado presuntamente al riesgo precedente, en mérito a la concesión
efectuada, deberá ser aclarado por el Vocal demandado, pues de la
lectura del acápite que lo contiene se evidencia que los argumentos
expuestos con relación a dicha temática –intervención de la víctima en
audiencia– son imprecisos y obscuros.

En consecuencia, la Sala Constitucional, al “otorgar” la tutela impetrada, aunque


con una terminología diferente, actuó parcialmente de forma correcta.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Cuarta Especializada; en virtud


de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de
la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve REVOCAR
en parte la Resolución 059/2019 de 9 de diciembre, cursante de fs. 27 a 29 vta.,
pronunciada por la Sala Constitucional Primera del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz, y en consecuencia:

1º CONCEDER la tutela solicitada, únicamente respecto a los riesgos procesales


contenidos en los arts. 234.2 y 235.2 del CPP, este último modificado por la
Ley 1173, por lo que se deja sin efecto el Auto de Vista 508/2019 de 29 de
noviembre, emitido por el Vocal demandado de la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz y se dispone se pronuncie
nuevo fallo en virtud a los lineamientos expuestos en la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional; y,

2º DENEGAR la tutela impetrada con relación al riesgo contenido en el art.


234.10 del CPP, actualmente numeral 7 de acuerdo a las modificaciones de la
Ley 1173.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano


MAGISTRADO

Fdo. René Yván Espada Navía


MAGISTRADO

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0830/2020-S4
Sucre, 15 de diciembre de 2020

SALA CUARTA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano
Acción de amparo constitucional

Expediente: 26289-2018-53-AAC
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 12/2018 de 31 de octubre, cursante de fs. 60 a 61


vta., pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta
por Gregorio Mamani Amaru contra Ana María Villa Gómez Oña y Víctor
Luis Guaqui Condori, Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 8 de octubre de 2018, cursante de fs. 15 a 20, y el


de subsanación de 15 de igual mes y año, (fs. 36 a 37 vta.), el accionante
expresó lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso penal que sigue contra Narcisa y Simona Mamani Triguero,
por la presunta comisión del delito de lesiones graves y gravísimas, el cual se
encuentra en etapa de juicio oral, en la que las nombradas presentaron
incidente de prescripción de la acción, al cual se dio “ha lugar”, determinación
contra la que formuló recurso de apelación.

Posteriormente, luego de revisado el expediente advirtió que, el memorial que


presentó el 20 de octubre de 2016, no fue adjuntado, razón por la que
mediante escrito de 15 de septiembre de 2017, solicitó que el mismo sea
adjuntado; sin embargo, al no poder encontrar el expediente a la vista, el 29 de
noviembre del señalado año, planteó un incidente de actividad procesal
defectuosa, del cual no obtuvo pronunciamiento alguno; motivo por el que, el 8
de marzo de 2018, presentó denuncia a la Unidad de Transparencia,
evidenciándose de ello que todos sus memoriales no habían sido descargados.

1
El 13 del indicado mes y año, se notificó con el traslado del incidente de
actividad procesal defectuosa; empero el abogado de la parte contraria el 14 de
ese mes y año, devolvió dicha notificación, sin hacer renuncia como su
abogado, solicitando únicamente se les notifique a las imputadas en su
domicilio real, lo cual no está previsto por ley.

El 8 de junio de 2018, planteó denuncia ante el Juzgado Disciplinario a objeto


que se corrijan las irregularidades cometidas dentro del proceso penal y
solicitando pronunciamiento respecto a su incidente; ante lo cual, a fin de
evadir responsabilidad se sustrajo del expediente el memorial de 14 de marzo
de 2017, hecho que fue percatado por su persona en septiembre de 2018,
puesto que ese mes recién pudo tener acceso al expediente; por lo que, el 24
de igual mes y año, en respuesta al escrito señalado, pidió se reponga el mismo
y se emita la resolución a su solicitud, en virtud de haber transcurrido de
manera abundante el tiempo establecido por el art. 314.II del Código de
Procedimiento Penal (CPP), al ser su tramitación de puro derecho.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante denunció como lesionados sus derechos a la petición y al debido


proceso, citando al efecto los arts. 15, 24 y 115 de la Constitución Política del
Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicitó se conceda la tutela impetrada, ordenando que: a) En el plazo previsto


por el art. 314.II del CPP, dicten resolución resolviendo su incidente de
actividad procesal defectuosa presentado el 29 de noviembre de 2017; y, b) El
pago de honorarios de su abogado que asciende a Bs4 000.- (cuatro mil
bolivianos) y multa por la temeridad incurrida.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 31 de octubre de 2018, según consta en el


acta cursante de fs. 57 a 59, en presencia de la parte accionante y las terceras
interesadas y en ausencia de las autoridades demandadas, se produjeron los
siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La parte accionante ratificó los términos expuestos en su acción de amparo


constitucional y ampliando la misma, en audiencia indicó que: 1) Se pidió en
dos oportunidades a los Vocales demandados resuelva el incidente planteado,
quienes previamente solicitaron informe al auxiliar, lo cual no está previsto en
la norma adjetiva penal, vulnerando su derecho a la petición; y, 2) Se infringió
su derecho al debido proceso, pues conforme al art. 314.II del CPP, los
incidentes se resolverán en tres días con o sin respuesta y en dos días si se
2
trata de incidente de puro derecho; por lo que, debieron haber emitido
resolución el 26 de septiembre de 2018.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

Ana María Villa Gómez Oña y Víctor Luis Guaqui Condori, Vocales de la Sala
Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, por informe
presentado el 31 de octubre de 2018, cursante de fs. 66 a 67 vta.,
manifestaron que: i) Se observó una falta de legitimación activa en la acción de
amparo constitucional, ya que en el proceso se constituyen como querellantes
Marcelo Mamani Amaru y el ahora impetrante de tutela; empero, solo el último
nombrado planteó esta acción de defensa, no obstante a que los efectos serán
para ambos; ii) Este proceso ya cuenta con un Auto de Vista emitido el 2017,
el cual ya fue notificado a todas las partes procesales, oponiendo de forma
posterior el incidente de actividad procesal defectuosa; iii) No se advierte nexo
de causalidad, lo que deviene en la denegatoria de la tutela impetrada; iv) En
cuanto a los derechos vulnerados, el solicitante de tutela expresó como
infringido el art. 314.II del CPP, empero no señaló derecho alguno, el cual no
puede ser tutelado por una acción de amparo constitucional, ya que no se trata
de un recurso ordinario de carácter legal; v) No se cumplió con la carga
procesal de fundamentar debido a que no se expresó si el debido proceso fue
lesionado como principio, derecho o garantía, ni siquiera se señaló la vertiente
que hubiera sido transgredida; vi) En cuanto a la infracción al derecho a la
petición, el accionante no cumplió con los presupuestos para activar esta acción
de defensa, puesto que se dio respuesta a las solicitudes efectuadas; vii) De
manera previa a resolver el incidente de actividad procesal defectuosa se tiene
otra cuestión, que es la reposición de un memorial presentado por la parte
imputada que estaría vinculado al incidente opuesto, para lo cual se solicitó
informe a la auxiliar de Sala, con lo que se resolverá la reposición y se
determinará las sanciones administrativas correspondientes; viii) No se realizó
un petitorio adecuado, pues no se refiere si su demanda fue planteada por un
acto ilegal o una omisión indebida; ix) No se vulneró derecho alguno; y, x) En
cuanto a la solicitud de un aparente agravio económico, la misma debe ser
desestimada, debido a que no se demostró la existencia de los elementos
constitutivos del daño, situación que impide se pronuncien a una supuesta
reparación de índole patrimonial.

I.2.3. Intervención de las terceras interesadas

Simona y Narcisa ambas Mamani Triguero, en audiencia señalaron que: a) Se


adhieren al informe presentado por las autoridades demandadas; y, b) La pate
accionante indicó que por escrito de “24 de septiembre” pidieron resolución a
su incidente de actividad procesal defectuosa, “…a la cual por proveído de
fecha 25 de septiembre la sala penal primera habría dispuesto estese a otro
proveído…” (sic), debiendo el impetrante de tutela agotar mecanismos internos
de la justicia ordinaria, más si contra un proveído podía interponer recurso de
reposición conforme prevé el art. 401 de la normativa adjetiva penal; por lo
que, no agotaron la subsidiariedad.
3
I.2.4. Resolución

La Sala Social Contenciosa y Contencioso Administrativa Tercera del Tribunal


Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal de garantías, por
Resolución 12/2018 de 31 de octubre, cursante de fs. 60 a 61 vta., denegó la
tutela solicitada, fundamentando que: 1) Si bien se formuló una actuación
procesal defectuosa, también se reclamó el hecho de no adjuntarse un
memorial presentado en octubre, a cuyo efecto las autoridades demandadas
solicitaron a los funcionarios responsables del cargo de los memoriales se
acompañen los mismos así como los informes correspondientes, los cuales ya
habrían sido subsanados el 9 de agosto de 2018, encontrándose al presente el
memorial en el cuaderno procesal; 2) Si bien puede ser un elemento el hecho
de la excesiva carga procesal, no es menos cierto que se deben cumplir plazos
procesales, empero se advierte que el solicitante de tutela además de la
denuncia presentada a los juzgados de transparencia, planteó un procedimiento
regido por la Ley del Órgano Judicial, para este tipo de casos, lo cual es de
competencia de los juzgados disciplinarios; 3) Se establece que al haber
transcurrido superabundantemente el término para resolverse la actividad
procesal defectuosa, “…el mecanismo procesal también está en la previsión del
instituto procesal de la perdida de competencia” (sic); y, 4) No se evidencia la
solicitud de ningún memorial en ese ámbito; por lo que, opera la
subsidiariedad, además de existir un trámite pendiente en el Juzgado
Disciplinario.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por Decreto Constitucional de 26 de abril de 2019, cursante a fs. 75, se dispuso


la suspensión de plazo procesal a objeto de recabar documentación
complementaria; reanudándose el mismo a partir del día siguiente de la
notificación con el Decreto Constitucional de 24 de noviembre de 2020 (fs.
119); por lo que, esta Sentencia Constitucional Plurinacional es pronunciada
dentro del término legal.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establece lo siguiente:

II.1. Cursa memorial de 29 de noviembre de 2019, por el cual Gregorio


Mamani Amaru –ahora accionante– y otro, interpusieron incidente de
actividad procesal defectuosa (fs. 2 a 5 vta.), emitiéndose decreto de 30
de igual mes y año, a través del cual se corrió en traslado a la parte
imputada (fs. 101), notificándose con dicho actuado procesal a las partes
el 13 de marzo de 2018 (fs. 105).

II.2. Consta escrito presentado el 14 de marzo de 2018, por Erick Sossa


Rocha, mediante el cual devolvió cedulón manifestando que habría
4
perdido contacto con las imputadas y solicitando se las notifique en su
domicilio real a efectos de evitar indefensión (fs. 6).

II.3. Por memorial de 24 de septiembre de 2018, el impetrante de tutela


solicitó reposición del escrito de 14 de marzo de igual año, y se emita
resolución del incidente planteado (fs. 107 y vta.), dictándose el decreto
de 25 del mismo mes y año, por el cual Ana María Villa Gómez Oña,
Vocal de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz –ahora demandada– requirió a la auxiliar de la citada Sala informe
sobre el memorial referido, ya que el mismo no consta en obrados (fs.
108).

II.4. Por escrito de 24 de septiembre de 2018, el impetrante de tutela además


de responder al memorial de 14 de marzo de dicho año, solicitó la
resolución del incidente opuesto, emitiéndose el decreto de 25 del
indicado mes y año, a través del cual se dispuso estese al decreto
anterior (fs. 109 a 110 vta.).

II.5. Cursa informe de 31 de octubre de 2018, emitido por el Auxiliar de la


citada Sala, mediante el cual informó que se habían encontrado los
documentos extraviados, mereciendo el decreto de 1 de noviembre de
igual año, que ordenó se adjunte el mismo a objeto de citar la
providencia que corresponda (fs. 111 y vta.).

II.6. Por Auto de 18 de octubre de 2019, los Vocales demandados, rechazaron


el incidente de actividad procesal planteado por el solicitante de tutela
(fs. 112 a 113).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denunció la lesión de sus derechos a la petición y al debido


proceso, alegando que las autoridades ahora demandadas no habrían resuelto
el incidente de actividad procesal defectuosa que planteó el 29 de noviembre
de 2017, hasta la fecha de presentación de esta acción de defensa -8 de
octubre de 2018-, incumpliendo de esa forma con el plazo previsto en el art.
“314.II” –lo correcto es 315- del CPP.

En consecuencia, corresponde determinar en revisión, si los hechos


demandados son evidentes, a fin de conceder o denegar la tutela impetrada.

III.1. El debido proceso y su vinculación con el principio de celeridad

Al respecto, el art. 178.I de la CPE, determina que la potestad de


impartir justicia emana del pueblo boliviano y entre los principios que la
sustentan, señala al principio de celeridad; asimismo, el art. 180.I,
establece que la jurisdicción ordinaria se fundamenta entre otros, en el
principio de celeridad.

5
En concordancia con las mencionadas normas constitucionales, el art.
115.II de la citada Ley Fundamental, determina: “El Estado garantiza
el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones” (las
negrillas nos pertenecen); de donde se puede colegir, que la
administración de justicia debe ser rápida y eficaz tanto en la
tramitación como en la resolución de las causas, ya que las personas
que intervienen en el proceso esperan una definición oportuna de su
situación jurídica.

Por su parte, el art. 3.7 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), establece
que la celeridad comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en
la administración de justicia; es decir, busca efectivizar los derechos
y las garantías reconocidos por el texto constitucional.

En ese contexto, la SCP 1079/2012 de 5 de septiembre, señaló:


“…este principio lleva implícita la obligación de llevar adelante los
actos procesales de la manera más sencilla posible a efectos de
evitar dilaciones innecesarias; es decir, la administración de
justicia debe ser rápida y oportuna en la tramitación de las
causas puestas en su conocimiento, una actuación contraria,
conlleva no sólo a la vulneración de derechos y garantías,
sino también al fomento del crecimiento de uno de los
mayores problemas de la administración de justicia cual es la
retardación” (las negrillas nos corresponden).

Reforzando dicho entendimiento, la SCP 2543/2012 de 21 de


diciembre añadió: “…toda persona se halla dotada del derecho a que
los trámites judiciales en los cuales tenga participación no sean
afectados por dilaciones y retrasos carentes de justificación legal, de
lo contrario no solamente se afecta el derecho al debido proceso que
se encuentra irradiado del espíritu que nutre la esencia del principio
de celeridad, sino que también se afecta el derecho al acceso a una
justicia pronta, oportuna y sin dilaciones (art. 115.II de la CPE), toda
vez que, la falta de resolución oportuna o tardía de los
procesos, deriva en falta de tutela judicial, que conllevaría
que los administradores de justicia emitirán sus
pronunciamientos en cualquier tiempo, incumpliendo los
plazos procesales establecidos en el ordenamiento jurídico y
acarreando con este accionar perjuicios y lesiones a los
derechos más fundamentales de los litigantes” (las negrillas
nos corresponden).

Ahora bien, el principio de celeridad, se encuentra relacionado con


los principios procesales de eficacia y eficiencia como componentes
de la seguridad jurídica; toda vez que, conforme estableció el
Tribunal Constitucional, a través de la SC 0010/2010-R de 6 de abril,
la eficacia supone el cumplimiento de las disposiciones legales y que

6
los procedimientos logren su finalidad; y a su vez la eficiencia,
persigue acortar el tiempo de duración de los procesos y obtener una
mayor certeza en las resoluciones, de manera que las personas
obtengan un oportuno reconocimiento de sus derechos; en virtud a
ello, son los operadores de justicia los encargados de realizar una
aplicación efectiva de estos principios en la administración de justicia,
impulsando el proceso y garantizando la celeridad procesal, en
procura de alcanzar una mejora en la administración de justicia.

III.2. De los alcances del derecho a la petición y su diferenciación


de una pretensión procesal

Respecto a los alcances del derecho de petición, en relación a


procedimientos administrativos y judiciales, la SCP 0416/2016-S3 de 6
de abril, realizó el siguiente entendimiento: “Un elemento de
transcendental importancia en el ámbito jurídico es sin duda el petitorio
pues en el ámbito procesal delimita el accionar de las autoridades
judiciales o administrativas que están obligadas a resolver los recursos
o impugnaciones conforme a lo solicitado, caso contrario se produce
una decisión ultra o infra petita. Sin embargo, debido a que puede
confundirse con el derecho de petición pura y llana corresponde
diferenciarla.

En ese sentido, en toda impugnación existe una petición, que -dentro


de un proceso- forma parte de la pretensión pero no toda petición
involucra una impugnación. Así, en materia administrativa, el recurso de
impugnación surge contra la decisión de la administración pública, en el
que el administrado se sujeta a un procedimiento pre-establecido, en
cambio en el derecho de petición no requiere la existencia de un
proceso administrativo, debido a que tiene una autonomía propia,
siendo únicamente exigible la identificación del peticionante para su
procedencia, así lo determina el art. 24 de la CPE ‘Toda persona tiene
derecho a la petición de manera individual o colectiva, sea oral o
escrita, y a la obtención de respuesta formal y pronta. Para el ejercicio
de este derecho no se exigirá más requisito que la identificación del
peticionario´.

Los contrastes antes referidos advierten claramente una


diferenciación entre el derecho de petición y la pretensión que
puede contener una demanda o un recurso de impugnación
dentro un proceso administrativo; mientras la primera es un
derecho autónomo que se protege de manera directa vía acción de
amparo constitucional ante su vulneración, con excepción claro está, en
casos en que la administración de la entidad, haya establecido
procedimiento para el tratamiento del derecho de petición, en este
último corresponde previamente observar la misma; en el segundo
caso, es decir, cuando se trata de una pretensión dentro un
7
proceso administrativo corresponde que tanto los plazos como
la pretensión misma sea tratada de acuerdo a procedimiento,
en observancia de los elementos del debido proceso; en
consecuencia, no puede ser tratada con los alcances del derecho de
petición, sino, corresponde que el procedimiento administrativo sea
observado con todo lo que incumbe: plazos y etapas procesales
establecidas en la misma, regulados bajo la garantía del debido
proceso” (las negrillas son nuestras).
Asimismo, respecto a los ámbitos de aplicación del señalado
entendimiento jurisprudencial la SCP 0124/2018-S4 de 16 de abril,
estableció que: “En conclusión, a la luz de la doctrina,
entendimientos y jurisprudencia constitucional glosada, el
derecho de petición no puede ser invocado dentro de un
procedimiento judicial o administrativo para solicitar a una
determinada autoridad la ejecución de un acto procesal que
por imperio de la ley esta compelida a realizarla, debiendo en
todo caso, únicamente observar las reglas del debido proceso, los
plazos establecidos a tal efecto y la `pretensión´ de las partes en
relación al citado acto” (las negrillas fueron añadidas).

III.3. Análisis del caso concreto


El impetrante de tutela denuncia la vulneración de sus derechos a la
petición y al debido proceso, debido a que las autoridades ahora
demandadas no habrían resuelto -hasta la fecha de presentación de
esta acción de defensa, el incidente de actividad procesal defectuosa
que planteó el 29 de noviembre de 2017, que fue reiterado en dos
oportunidades por memoriales de 24 de septiembre de 2019,
incumpliendo de esa forma con el plazo previsto en el art. 314.II del
CPP, pues no se habría resuelto el incidente planteado.
Al respecto, de la revisión de antecedentes se observa que dentro del
proceso penal seguido contra Narcisa y Simona Mamani Triguero, por la
presunta comisión del delito de lesiones graves y gravísimas, el
accionante el 29 de noviembre de 2017, formuló incidente de actividad
procesal defectuosa, corriéndose el mismo en traslado tanto al
Ministerio Público como a la parte imputada por decreto de 30 de ese
mes y año, el cual fue notificado el 13 de marzo de 2018 (Conclusión
II.1); sin embargo, por escrito de 14 del señalado mes y año, el
entonces abogado de la parte procesada devolvió cedulón manifestando
que habría perdido contacto con las imputadas y solicitando se las
notifique en su domicilio real a efectos de evitar indefensión (Conclusión
II.2). A decir del accionante dicho escrito habría sido quitado del
expediente; por lo que, por memorial de 24 de septiembre de 2018,
pidió su reposición y se dicte resolución sobre el incidente planteado,
emitiéndose el decreto de 25 de dicho mes y año, a través del cual la
Vocal demandada solicitó informe al Auxiliar a cargo, al no cursar en
obrados el mencionado memorial (Conclusión II.3); en virtud a ello, el
8
solicitante de tutela por un segundo memorial de 24 de septiembre de
2018, respondió al escrito de 14 de marzo de igual año, pidiendo
nuevamente se emita la correspondiente resolución, escrito que
mereció el decreto de 25 del aludido mes y año, por el cual se le indicó
“La parte impetrante deberá estar a lo determinado por providencia de
fecha 25 de septiembre de 2018 dictada de forma precedente” (sic
[Conclusión II.4]). Ante lo cual, por informe de 31 de octubre de igual
año, la Auxiliar de la Sala comunicó que el memorial había sido
encontrado (Conclusión II.5), dictándose la Resolución de 18 de octubre
de 2019, por la cual las autoridades ahora demandadas rechazaron su
incidente planteado (Conclusión II.6).
Ahora bien, el acto que el impetrante de tutela considera como
vulneratorio a sus derechos al debido proceso y a la petición recae en la
falta de pronunciamiento respecto al incidente de actividad procesal
defectuosa presentado el 29 de noviembre de 2017 y reiterado en dos
oportunidades por memorial de 24 de septiembre de 2018,
incumpliéndose de esa forma con el plazo previsto por el art. 315 del
CPP.

III.3.1. Sobre la vulneración al debido proceso por falta de


pronunciamiento del incidente de actividad procesal
defectuosa

Bajo ese contexto, en este caso, una vez que el accionante


interpuso incidente de actividad procesal defectuosa
accionante el 29 de noviembre de 2017, al no haberse
resuelto el mismo, solicitó su pronunciamiento en dos
oportunidades por memoriales de 24 de septiembre de 2018;
sin embargo, las autoridades ahora demandadas mediante
Auto de 18 de octubre de 2019, resolvieron rechazar dicho
incidente, es decir después de más de dos años de su
presentación, siendo que de acuerdo a lo previsto por el art.
315 del CPP, al ser un incidente de puro derecho, este debió
ser resuelto en el plazo de tres días de vencido el plazo
dispuesto en el art. 314.II del citado Código, el cual refiere
que la parte tiene el término de tres días para responder el
memorial interpuesto; en consecuencia, con dicha actitud se
denota la vulneración al principio de celeridad, establecido
como un principio rector en el que se sustenta la
administración de justicia y por ende la jurisdicción ordinaria,
imponiendo a los jueces o tribunales, el deber jurídico
ineludible de despachar los asuntos sometidos a su
conocimiento, sin dilaciones indebidas, principio que no fue
observado por la autoridad codemandada, toda vez que los
operadores de justicia son los encargados de impulsar el
proceso y garantizar con ello la celeridad procesal, tanto en la
tramitación, como en la resolución de las causas, conforme se

9
tiene expresado en el Fundamento Jurídico III.2 de esta
Sentencia Constitucional Plurinacional, máxime si a partir de
la solicitud efectuada transcurrieron más de dos años para la
emisión del fallo respectivo, lesionándose en consecuencia el
derecho al debido proceso; correspondiendo en consecuencia
conceder la tutela solicitada.

III.3.2. Sobre la vulneración del derecho a la petición

Al respecto, debe distinguirse el derecho a la petición de la


pretensión procesal, pues el primero trata de un derecho
autónomo que se protege sin la necesidad de existencia de
un proceso judicial o administrativo, siendo exigible
únicamente la identificación del peticionante, la solicitud sea
oral o escrita y la obtención o no de una respuesta formal y
pronta, para su procedencia, tal como establece el art. 24 de
la CPE; por otro lado, la pretensión procesal normalmente
contiene una solicitud vinculada a una demanda o a un
recurso de impugnación dentro de un proceso; por tanto, en
este último caso, la pretensión debe ser tratada de acuerdo a
procedimiento en observancia de los elementos del debido
proceso; lo que implica que, no puede ser considerada en los
mismos términos que la petición, porque para su resolución
corresponderá el cumplimiento de los procedimientos
establecidos en las normas adjetivas. En ese orden, el
derecho a la petición no puede ser invocado dentro de un
procedimiento judicial o administrativo para solicitar a una
determinada autoridad la ejecución de un acto procesal que
por imperio de la ley está compelida a realizarla.

De los antecedentes anteriormente descritos se tiene que, los


memoriales de 29 de noviembre de 2017 y 24 de septiembre
de 2018, que el accionante considera no fueron resueltos,
constituyen una pretensión procesal realizada dentro del
proceso penal instaurado contra las imputadas Simona y
Narcisa Mamani Triguero, el cual tiene un trámite propio; por
lo que, no corresponde que dicha pretensión sea tratada en
los alcances del derecho a la petición, conforme a la
jurisprudencia desarrollada en el Fundamento Jurídico III.2
de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, debido a que
la problemática planteada a través de esta acción de defensa
deviene en la falta de resolución de un incidente de actividad
procesal defectuosa, petición que se traduce en realidad en
una pretensión, cuya satisfacción se halla vinculada al
procedimiento previsto en el Código de Procedimiento Penal,
dentro de los plazos, etapas e instancias procesales
determinadas en dicha normativa.

10
En este marco y teniéndose definido que en el presente caso,
no se procura la satisfacción del derecho de petición, sino la
concreción de una pretensión a través de la emisión de una
decisión dentro de un procedimiento judicial, de acuerdo al
Fundamento Jurídico III.2 del presente fallo constitucional, no
puede considerarse como vulneratorio el derecho a la
petición, consiguientemente, al no estar la problemática
reclamada dentro de los alcances del derecho de petición,
conforme se tiene de los entendimientos jurisprudenciales
descritos en el presente fallo constitucional, corresponde
denegar la tutela solicitada.
Por lo precedentemente señalado, el Tribunal de garantías, al haber denegado
la tutela impetrada, obró parcialmente de forma correcta.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Cuarta Especializada; en
virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art.
12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve:
CONFIRMAR en parte la Resolución 12/2018 de 31 de octubre, cursante
de fs. 60 a 61 vta., pronunciada por la Sala Social Contenciosa y Contenciosa
Administrativa Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; y en
consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, únicamente en cuanto a la falta
de pronunciamiento oportuno del incidente de actividad procesal defectuosa.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano René Yván Espada Navía


MAGISTRADO MAGISTRADO

11
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0991/2019-S4
Sucre, 27 de noviembre de 2019

SALA CUARTA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: René Yván Espada Navía
Acción de libertad

Expediente: 30273-2019-61-AL
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 90/2019 de 5 de agosto y el Auto de 8 del mismo mes y


año, cursantes de fs. 22 a 24; y, 34 respectivamente, pronunciados dentro de la
acción de libertad interpuesta por Kevin Brayam Limachi Besares en
representación sin mandato de Raquel Irma Cossio Rocha Vda. de Murillo
contra Jeaneth Choque García, Jueza de Instrucción Penal Séptima del
departamento de La Paz; y, la Directora del Centro de Orientación
Femenina de Obrajes del referido departamento.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 5 de agosto de 2019, cursante de fs. 1 a 3, la


accionante a través de su representante sin mandato, manifestó los siguientes
argumentos de hecho y derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Como consecuencia del proceso penal seguido por el Ministerio Público en su


contra y otros, por la presunta comisión de los delitos de tráfico de sustancias
controladas, asociación delictuosa y confabulación, se encontraba con
detención preventiva; sin embargo, los Vocales de la Sala Penal Cuarta del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, mediante Resolución 193/2019
de 11 de julio, dispusieron la aplicación de medidas sustitutivas en su favor,
emitiendo al efecto, el correspondiente Mandamiento de Detención
Domiciliaria, consignando en el mismo, su nombre como “RAQUEL IRMA
ROCHA VDA DE MURILLO” (sic).

1
A tiempo de realizar el trámite para acceder a dicha medida, se le hizo conocer
que en el Mandamiento que impuso su detención preventiva en el Centro de
Orientación Femenina de Obrajes de La Paz, se encontraba consignado a
nombre de “RAQUEL IRMA COSSIO ROCHA” (sic), observándose que no
existía correlación entre el mismo y el Mandamiento de Detención Domiciliaria,
por la ausencia del sufijo “VDA. DE MURILLO” (sic); ante ello, solicitó a la Jueza
ahora demandada, su corrección, autoridad que mediante un decreto,
respondió de manera evasiva dicho pedido; y de acuerdo a lo dispuesto por la
Directora del Centro de Orientación Femenina de Obrajes de La Paz –hoy
codemandada−, sería imposible el cumplimiento del Mandamiento de
Detención Domiciliaria, en tanto exista error en el nombre; por lo que, pese a
ser de la tercera edad, padecer de la enfermedad de diabetes “mielitus” y
haber sido beneficiada con la aplicación de medidas sustitutivas, las mismas no
se pueden hacer efectivas debido a la consignación del antes mencionado
sufijo, por lo que se encuentra ilegalmente privada de su libertad.

I.1.2. Derecho y garantía supuestamente vulnerados

La accionante a través de su representante sin mandato, consideró lesionados el


debido proceso y el derecho a la libertad, citando al efecto los arts. 23 y 115.II de
la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicitó se conceda la tutela, ordenando lo siguiente: a) Se cumpla en el día el


Mandamiento de Detención Domiciliaria; y, b) Se imponga multa conforme a los
arts. 17 y 40 del Código Procesal Constitucional (CPCo).

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 5 de agosto de 2019, según consta en el acta


cursante de fs. 20 a 21, presentes la parte solicitante de tutela y de la Directora
del Centro de Orientación Femenina de Obrajes de La Paz; y, ausentes la Jueza
demandada, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

La parte impetrante de tutela, ratificó in extenso los términos expuestos en su


demanda de acción de libertad.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Jeaneth Choque García, Jueza de Instrucción Penal Séptima del departamento de


La Paz, mediante informe escrito el 5 de agosto de 2019, cursante de fs. 18 a 19,
manifestó lo siguiente: 1) En la Resolución de imputación formal de 9 de junio del
referido año, la procesada se encuentra identificada con el nombre de Raquel
Irma Cossio Rocha, al igual que en el proveído de 10 del mismo mes y año; por el
que, se solicitó su detención preventiva, actuados con los que fue notificada;

2
empero, no fueron objeto de observación alguna por parte de la precitada; así
también, con dicha identidad se dispuso su detención preventiva; por lo que, no
se puede ser modificado el indicado Mandamiento a través de una acción de
libertad, menos cuando el Mandamiento de Detención Preventiva guarda relación
con las Resoluciones de imputación formal y de acusación; 2) Su autoridad no
emitió el Mandamiento de Detención Domiciliaria, como se refiere faltándose a la
verdad, pues fue la Sala Penal Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz, la que dispuso la aplicación de medidas sustitutivas a favor de la
accionante; y, 3) No puede dar cumplimiento a un Mandamiento de Detención
Domiciliaria del cual desconoce, pretendiendo la ahora solicitante de tutela hacer
incurrir en error a su autoridad.

La Directora del Centro de Orientación Femenina de Obrajes de La Paz, en audiencia,


señaló que el Mandamiento de Detención Domiciliaria de la ahora accionante no se
ejecutó debido a que no cuentan con el mismo, ya que no fue recepcionado por no
coincidir los datos del mismo con la cédula de identidad de la hoy impetrante de tutela;
por lo que, de acuerdo a lo previsto por al art. 83 del Código de Procedimiento Penal
(CPP), el mismo debe ser corregido.

I.2.3. Resolución

El Tribunal de Sentencia Penal Décimo del departamento de La Paz, constituido en


Tribunal de garantías, mediante Resolución 90/2019 de 5 de agosto y el Auto de 8
del mismo mes y año, cursante de fs. 22 a 24; 34 respectivamente, concedió la
tutela solicitada, bajo la modalidad de pronto despacho con relación a Jeaneth
Choque García, Jueza de Instrucción Penal Séptima del señalado departamento, al
advertirse una dilación indebida, disponiendo que en el día se notifique a las
partes con el decreto de 26 de julio del indicado año, referente al trámite de
corrección, a efectos de corregir y/o aclarar el nombre de la imputada; y, denegó
la tutela impetrada, respecto a Katy Torres, Directora del Centro de Orientación
Femenina de Obrajes de La Paz; determinación que fue asumida, en base a los
siguientes fundamentos: i) El 25 de julio de 2019, la impetrante de tutela
presentó un memorial, solicitando a la Jueza ahora demandada la corrección del
Mandamiento de Detención Preventiva, a efectos de dar cumplimiento a la medida
sustitutiva impuesta por los Vocales de la Sala Penal Cuarta del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz; en virtud a lo cual, la autoridad judicial, por
proveído de 2 del mismo mes y año, señaló que no se acreditó documentalmente
la identidad de la procesada; por lo que, a través de memorial de la misma fecha,
la ahora accionante adjunto fotocopia de su cédula de identidad; no obstante lo
cual, la Jueza demandada, por decreto de 29 de julio de 2019, dispuso la
notificación al Fiscal de Materia a cargo de la investigación con el memorial
presentado, a efectos de que emita un informe, otorgando al efecto el plazo de
tres días; empero, hasta la fecha de la audiencia de la acción de libertad, dicho
proveído no fue notificado a las partes; ii) La falta de notificación con el decreto
de 29 del citado mes y año, sobre la corrección de nombre de la imputada,
vulneró el principio de celeridad con relación a la libertad de la procesada,
pues, de acuerdo a lo desarrollado en la SC 0337/2010-R de 15 de junio, las

3
autoridades judiciales que reciban una petición de la persona detenida o privada
de libertad, tienen la obligación de tramitarla con la mayor celeridad; y, iii) Con
relación a la Directora del Centro de Orientación Femenina de Obrajes, no incurrió
en procesamiento indebido, por cuanto fue el “Sargento Blanco” quien de forma
verbal, rechazó la recepción del Mandamiento de Detención Domiciliaria debido a
que el mismo contenía datos imprecisos, pues las Gobernaciones de los Recintos
deben tomar las debidas previsiones administrativas para evitar que alguien sea
puesto en libertad teniendo otros mandamientos pendientes o que el
mandamiento contenga alguna falsedad material o ideológica.

Asimismo, ante la solicitud de aclaración y complementación presentada el 8 de


agosto de 2019, cursante de fs. 32 a 33, de la Jueza ahora demandada; se agregó
lo siguiente: a) El Tribunal de garantías asumió la existencia de contradicción,
cuando su persona desconoce el Mandamiento de Detención Domiciliaria referido
por la accionante; por lo que, solicitó se aclare y complemente cómo y por qué se
arribó a esta conclusión con la sola versión de la impetrante de tutela; b) Se
concluyó que el decreto de 29 de julio de ese año, no fue notificado a las partes
procesales hasta la audiencia de la presente acción de libertad, extremo por el
que concedió la tutela en su contra, cuando dicho extremo no fue demandado;
tampoco tuvo la oportunidad de informar al respecto, vulnerándose de esta
manera su derecho a la defensa, más aun cuando dicha notificación fue efectuada
el 1 de agosto del indicado año, existiendo un silencio desleal por parte de la
solicitante de tutela, incluso el Ministerio Público ya remitió su informe el 7 de
agosto del indicado año; y, c) La concesión de tutela no guarda relación con la
parte considerativa de la Resolución 90/2019 con su parte dispositiva; puesto que
dispone que en el día se notifique con el decreto de 26 de julio del mismo año,
cuando en la parte considerativa se extrañó otra notificación, que ya fue
efectuada incluso antes de la presentación de la acción de libertad; además, en
todo caso, debió ser demandada la Auxiliar de su despacho, al ser la encargada
de efectuar dicha diligencia; por lo que, solicitó también la aclaración respecto a la
existencia de contradicción advertida.

El Tribunal de garantías, mediante Auto de 8 de agosto de 2019, cursante a


fs. 34, declaró no ha lugar a la solicitud de aclaración y complementación,
dejando firme e incólume la Resolución 90/2019, debido a que se dio la
oportunidad a la Jueza demandada de presentar su informe y los antecedentes
del cuaderno procesal de control jurisdiccional, habiendo remitido el mismo sin las
diligencias de notificación que ahora adjunta en su memorial de solicitud de
aclaración y complementación; además, se dispuso la notificación a las partes con
el proveído de 29 de julio del señalado año, bajo el principio de celeridad.

I.2.4.Trámite Procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por acuerdo Jurisdiccional TCP-SP-050/2019 de 22 de octubre, a consecuencia de


los conflictos sociales acaecidos en el territorio nacional, la Sala Plena de este
Tribunal dispuso la suspensión de plazos procesales de las causas que se
encuentran en trámite y pendiente de resolución desde la fecha indicada,
habiéndose reanudado los mismos por su similar TCP-SP-052/2019 de 13 de
4
noviembre, a partir del 14 de igual mes y año; por lo que, la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, es pronunciada dentro del término legal establecidos
por el Código Procesal Constitucional.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establece lo siguiente:

II.1. Cursa Mandamiento de Detención Preventiva emitido en contra de


“RAQUEL IRMA COSSIO ROCHA” (sic) –ahora accionante−, por parte
de Jeaneth Choque García, Jueza de Instrucción Penal Séptima del
departamento de La Paz –hoy demandada− (fs. 11).

II.2. Consta Mandamiento de Detención Domiciliaria a favor de “RAQUEL IRMA


COSSIO ROCHA Vda. DE MURILLO” (sic), librado por los Vocales de la
Sala Penal Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz (fs. 12).

II.3. Mediante memorial presentado el 25 de julio de 2019, ante la Jueza de


Instrucción Penal Séptima del señalado departamento, “RAQUEL IRMA
COSSIO ROCHA” (sic), solicitó la corrección de su nombre en el
Mandamiento de Detención Preventiva, debiendo quedar como “RAQUEL
IRMA COSSIO ROCHA VDA. MURILLO” (sic), a efecto de dar cumplimiento a
lo dispuesto por la Sala Penal Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia
de La Paz –Mandamiento de Detención Domiciliaria−; el cual, mereció el
proveído de 26 del indicado mes y año, pronunciado por la Jueza
demandada, por el cual, determinó “estese a los datos del proceso” debido
a que la procesada no acreditó documentalmente su identidad (fs. 13; y,
14).

II.4. Por memorial presentado el 26 de julio de 2019, a la Jueza de la causa, la


imputada reiteró su solicitud de corrección del Mandamiento de Detención
Preventiva, adjuntando al efecto, fotocopia de su cédula de identidad; por
lo que, la Jueza de la causa, mediante decreto de 29 del referido mes y
año, dispuso que con carácter previo se notifique con el mismo al Fiscal de
Materia asignado al caso, para que en el plazo de tres días remita informe
en relación al contenido del memorial, siendo diligenciado el mismo el 1 de
agosto del mencionado año (fs. 16; 17; y, 31).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante, a través de su representante sin mandato, alega la lesión al debido


proceso y su derecho a la libertad; en virtud a que, dentro del proceso penal
seguido en su contra y otros por el Ministerio Público, por la presunta comisión de
los delitos de tráfico de sustancias controladas, asociación delictuosa y
confabulación, se benefició con la aplicación de medidas sustitutivas a la
detención preventiva, librándose al efecto, Mandamiento de Detención
Domiciliaria en su favor, el mismo que no pudo ser ejecutado, debido a que:

5
1) La Directora del Centro de Orientación Femenina de Obrajes de La Paz
–hoy codemandada−, señaló que el referido Mandamiento otorgado en favor
de “RAQUEL IRMA COSSIO ROCHA VDA. DE MURILLO” (sic) sería de
imposible cumplimiento en tanto exista error en el mismo, pues se le hizo
conocer que en el Mandamiento que imponía su detención preventiva en dicho
Centro, se encontraba consignado el nombre de “RAQUEL IRMA COSSIO
ROCHA” (sic), observándose que no existía correlación entre éste y el
Mandamiento de Detención Domiciliaria, por la ausencia del sufijo “VDA. DE
MURILLO” (sic); y, 2) Ante dicha observación, mediante memorial, solicitó a la
Jueza ahora demandada la corrección de su nombre; empero, la autoridad
judicial respondió de manera evasiva, sin considerar que es una persona de la
tercera edad y que se encuentra delicada de salud al padecer de la enfermedad
de diabetes.

En consecuencia, corresponde en revisión, dilucidar si tales extremos son


evidentes y si constituyen persecución, aprehensión, procesamiento o
apresamiento indebidos o ilegales, a fin de conceder o denegar la tutela
impetrada.

III.1. La acción de libertad traslativa o de pronto despacho

El entonces Tribunal Constitucional, mediante la SCP 0696/2019-S4 de 28


de agosto, estableció que: “‘El entonces Tribunal Constitucional, mediante
la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, realizó la clasificación doctrinal del
recurso de hábeas corpus -ahora acción de libertad, a saber: a) Reparador, si
ataca una lesión que ya fue consumada; b) Preventivo, cuando procura
impedir una lesión a producirse; y, c) Correctivo, si intenta evitar que se
agraven las condiciones en que se mantiene a una persona detenida;
posteriormente, a través de la SC 0044/2010-R de 20 de abril, se amplió
dicha clasificación identificando al hábeas corpus: 1) Restringido, ante
limitaciones del ejercicio del derecho a la libertad; 2) Instructivo, que procede
cuando el derecho a la libertad se encuentra vinculado al derecho a la vida;
y, 3) Traslativo o de pronto despacho, a través del cual se busca
acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando existen
dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la
persona privada de libertadʼ” (las negrillas son nuestras).

En ese entendido la SC 0465/2010-R de 5 de julio, en su Fundamento


Jurídico III.3 estableció lo siguiente: “…los tipos de hábeas corpus
precedentemente aludidos, también pueden ser identificados en la nueva Ley
Fundamental, e inclusive ampliados. Así dentro de la tipología desarrollada
por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional citada líneas precedentes, se
agregó el hábeas corpus restringido, el hábeas corpus instructivo y al hábeas
corpus traslativo o de pronto despacho (SC 0044/2010-R de 20 de abril).

Conforme la doctrina constitucional sentada por este Tribunal, por medio


del hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, se busca acelerar los

6
trámites judiciales o administrativos cuando existen dilaciones indebidas,
para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada
de libertad”.

Consiguientemente, la acción de libertad traslativa o de pronto despacho,


se activa para reparar las lesiones al derecho a la libertad ante dilaciones
indebidas que van en menoscabo de la persona privada de libertad, es por
ello que la importancia de esta acción tutelar radica en la búsqueda de la
efectividad del principio de celeridad, el cual se encuentra previsto en los
arts. 178.I y 180.I de la CPE, en concordancia con los arts. 8.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH); y, 14.3 inc. c)
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), que
establecen el derecho que tiene toda persona a ser juzgada en un proceso
sin dilaciones indebidas; un actuar contrario a este principio, supone
vulneración al derecho a la libertad, establecido en el art. 23.I de la
Norma Suprema.

III.2. El principio de celeridad con relación al cumplimiento de las


condiciones de las medidas sustitutivas

Respecto a las medidas sustitutivas a la detención preventiva la


SCP 0339/2012 de 18 de junio, señaló que: “En nuestro sistema procesal
penal, el legislador ha creado para el Juzgador y el Ministerio Público, un
conjunto de medidas para someter al imputado al proceso, mismas que
deberán ser aplicadas, justamente cuando no proceda la aplicación de la
medida cautelar de carácter personal”.

Sobre el principio de celeridad y la libertad personal, la SCP 1965/2013 de


4 de noviembre, refirió lo siguiente: “El art. 178 de la CPE, establece la
celeridad como uno de los principios de la potestad de impartir justicia,
principio que fundamenta igualmente la jurisdicción ordinaria, conforme a
art. 180 de la Norma Suprema. La observancia de este principio, no debe
ser entendida como un mandato que se encuentra dirigido únicamente a
las autoridades judiciales que ejercen jurisdicción y competencia, sino en
general, a todos los operadores de justicia, secretarios, secretarias,
oficiales de diligencias, auxiliares, etc; igualmente a las autoridades
administrativas y servidores públicos que coadyuven en el ejercicio de
dicha potestad o que constituyan el complemento necesario o
indispensable en la labor de acceso a la justicia y la materialización de
ésta, puesto que de nada serviría que los jueces dicten sus sentencias, si
quienes se encuentran encargados o son responsables de hacerlas
efectivas y operativizar los mandatos contenidos en ellas, caen en la
negligencia o la desidia.

La observancia del principio de celeridad, se torna más


apremiante tratándose de situaciones que se encuentren

7
vinculadas con el derecho a la libertad de la persona; como en los
casos en que ésta, encontrándose privada de este derecho y
recluida en un centro de detención, por los beneficios que ofrece
el sistema penal o por haberse resuelto su situación jurídica
accede a su libertad, lo cual, para la realización y observancia de
este principio, demanda una conducta bastante diligente, no sólo
de los operadores de justicia, sino especialmente, de las autoridades
administrativas encargadas o responsables de los centros de detención,
quienes sin perjuicio de su deber de tomar los recaudos correspondientes
para evitar una posible evasión o que se presenten situaciones
fraudulentas, debe actuar con la mayor prontitud del caso, haciendo que
la libertad que se hubiese ordenado se haga efectiva a la brevedad
posible, prescindiendo de todo formalismo o exigencia adicional
innecesaria que retrase o posponga una libertad que ya ha sido
legalmente ordenada por autoridad competente” (las negrillas y el
resaltado son agregadas).

III.3. Análisis del caso concreto

A través de la presente acción de libertad, la accionante por intermedio


de su representante sin mandato, denuncia como lesionados el debido
proceso y su derecho a la libertad; en virtud a que, habiéndose librado
Mandamiento de Detención Domiciliaria en su favor, el mismo no pudo
ser ejecutado, debido a que: i) La Directora del Centro de Orientación
Femenina de Obrajes de La Paz –hoy codemandada−, señaló que el
referido Mandamiento otorgado en favor de “RAQUEL IRMA COSSIO
ROCHA VDA. DE MURILLO” (sic) es de imposible cumplimiento en
tanto exista error en el mismo, puesto que en el Mandamiento que
imponía su detención preventiva en dicho Centro, se encontraba
consignado el nombre de “RAQUEL IRMA COSSIO ROCHA” (sic), de
donde se evidenció que no existía relación entre este y el Mandamiento
de Detención Domiciliaria, por la ausencia del sufijo “VDA. DE MURILLO”
(sic); y, ii) Ante dicha observación, mediante memorial, solicitó a la
Jueza de Instrucción Penal Séptima del departamento de La Paz –ahora
demandada– la corrección de su nombre; empero, dicha autoridad
respondió de manera evasiva, sin considerar que es una persona de la
tercera edad y que se encuentra delicada de salud al padecer de la
enfermedad de diabetes.

Precisado en objeto y causa de la presente acción tutelar, de antecedentes


y del análisis del presente caso, se evidencia que, dentro del proceso
penal seguido contra la ahora impetrante de tutela y otros por el
Ministerio Público, por la presunta comisión de los delitos de tráfico de
sustancias controladas, asociación delictuosa y confabulación, fue
imputada y se dispuso su detención preventiva en el Centro de
Orientación Femenina de Obrajes de La Paz, emitiendo al efecto, la

8
Jueza hoy demandada, el correspondiente Mandamiento de Detención
Preventiva, consignándose en el mismo el nombre de la solicitante de
tutela como “RAQUEL IRMA COSSIO ROCHA” (sic); posteriormente,
habiendo interpuesto recurso de apelación incidental contra la indicada
determinación, los Vocales de la Sala Penal Cuarta del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, le beneficiaron con la aplicación
de medidas sustitutivas a la detención preventiva, librando al efecto,
Mandamiento de Detención Domiciliaria en favor de “RAQUEL IRMA
COSSIO ROCHA Vda. DE MURILLO” (sic); así, a tiempo de cumplir con
la tramitación para acceder a dicha medida, el personal del Centro de
Orientación Femenina de Obrajes, le comunicó que no existía correlación
entre el Mandamiento de Detención Preventiva y el Mandamiento de
Detención Domiciliaria respecto a su nombre; por lo que, mediante
memorial presentado el 25 de julio de 2019, ante la Jueza hoy
demandada, solicitó la corrección de su nombre en el Mandamiento de
Detención Preventiva, debiendo quedar en definitiva como “RAQUEL IRMA
COSSIO ROCHA VDA. MURILLO” (sic), a efecto de dar cumplimiento a lo
dispuesto por la Sala Penal Cuarta del Tribunal Departamental de Justicia
de La Paz –Mandamiento de Detención Domiciliaria−; escrito que mereció
proveído de 26 del indicado mes y año; por el que, se determinó: “estese
a los datos del proceso” debido a que la procesada no hubiera acreditado
documentalmente su identidad; motivo por el cual, por memorial
presentado en la misma fecha, la precitada reiteró la solicitud de
corrección de su nombre en el Mandamiento de Detención Preventiva,
adjuntando al efecto, fotocopia de su cédula de identidad; por lo que, la
Jueza de la causa, mediante decreto de 29 del referido mes y año, dispuso
que con carácter previo se notifique con el mismo al Fiscal de Materia
asignado al caso, para que en el plazo de tres días remita informe en
relación a su contenido, siendo diligenciado el mismo el 1 de agosto de
2019.

Previo a ingresar al análisis de lo demandado, corresponde recordar que,


conforme a lo glosado en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, la acción de libertad de pronto
despacho tiene por objeto acelerar los trámites judiciales administrativos
cuando existen dilaciones indebidas para resolver la situación jurídica de
las personas privadas de libertad.

Partiendo de dicho entendimiento constitucional, se entiende que los


trámites y solicitudes realizados por personas que se encuentran privadas
de libertad, deben ser atendidas y diligenciadas con la mayor celeridad y
prontitud posible, al encontrarse comprometido el derecho a la libertad,
debiendo la autoridad judicial, providenciar las solicitudes dentro del plazo
previsto por el art. 132 inc. 1) del CPP, que dispone: “Salvo disposición
contraria de este Código el juez o tribunal: 1. Dictará las providencias de
mero trámite dentro de las veinticuatro horas de la presentación de los
actos que las motivan”; asimismo, de acuerdo a la jurisprudencia
9
desarrollada en el Fundamento Jurídico III.2 de este fallo constitucional,
se extrae que, ante la existencia de modificación de medidas cautelares
por una medida sustitutiva, la autoridad judicial está obligada a imprimir
celeridad en la tramitación de las causas ventiladas en su despacho; por lo
que, para establecer el cumplimiento de dicha medida, se comprende que
al estar este acto vinculado con el cese de la restricción de libertad de la
procesada, el cumplimiento de las medidas sustitutivas que le fueron
impuestas, debe ser atendido en un plazo razonable; debiendo cumplirse
con las formalidades procesales necesarias en el menor tiempo posible.

Así, en el presente caso, se evidencia que la autoridad jurisdiccional


demandada, si bien providenció el memorial presentado por la accionante
el 25 de julio de 2019, por el que solicitó la rectificación de su nombre en
el Mandamiento de Detención Preventiva a efectos de dar cumplimiento al
Mandamiento de Detención Domiciliaria emitido en su favor; dentro del
plazo previsto por el art. 132 inc. 1) del CPP, puesto que el escrito mereció
el decreto de 26 del indicado mes y año, por el cual, la Jueza ahora
demandada determinó “estese a los datos del proceso” (sic) debido a que
la procesada no acreditó documentalmente su identidad; y, el segundo
memorial presentado en la misma fecha (viernes 26 de julio de 2019 a
horas 17:25), por el cual, la imputada, reiteró la corrección de su
nombre en el Mandamiento de Detención Preventiva, adjuntando esta vez
fotocopia de su cédula de identidad, fue providenciada el 29 de julio de
2019 (lunes), mediante el cual, dispuso que con carácter previo a la
subsanación del nombre de la procesada, se notifique con el mismo al
Fiscal de Materia asignado al caso, para que en el plazo de tres días
remita informe con relación al contenido del memorial presentado el 26
del señalado mes y año; empero, conforme a la jurisprudencia
desarrollada precedentemente, y al haberse librado el Mandamiento de
Detención Domiciliaria en favor de la imputada, la Jueza demandada,
debió providenciar el memorial presentado el 26 de julio de 2019 ese
mismo día, considerando que dicha fecha era viernes; sin embargo,
decretó recién el lunes 29 del indicado mes y año; asimismo, debió otorgar
al Fiscal de Materia un plazo similar al consagrado en el art. 132 inc.1) del CPP
para la remisión del informe y no así tres días, sin considerar que los trámites
y las solicitudes efectuadas por personas que se encuentran privadas de
libertad, deben ser atendidas y diligenciadas con celeridad y prontitud
posible, al encontrarse de por medio el derecho a la libertad; así también,
se tiene que el citado decreto, recién fue notificado al representante del
Ministerio Público el 1 de agosto de 2019; es decir, después de tres días;
por lo que, se evidencia que, la Jueza demandada tampoco efectuó un
adecuado control sobre su personal dependiente, a los fines que el
proceso esté al corriente y así evitar dilaciones indebidas afectando
directamente a los derechos denunciados; finalmente, tomando en cuenta
que esta acción de defensa fue presentada el 5 de agosto del señalado
año, fecha en la cual, aún no se había rectificado el nombre de la
solicitante de tutela a efectos de dar cumplimiento al Mandamiento de
10
Detención Domiciliaria, de donde se concluye que desde la presentación
del memorial de 26 de julio del citado año hasta la interposición de la
acción de libertad, transcurrieron diez días sin que la precitada pudiese
ejecutar su Mandamiento de Detención Domiciliaria; advirtiéndose en
consecuencia, que el acto lesivo que se denuncia a través de la presente
acción tutelar, recae en el accionar de la autoridad judicial demandada al
no haber imprimido la mayor celeridad posible en la tramitación de la
solicitud de la accionante.

Consiguientemente, de lo precedentemente manifestado, se concluye que


la autoridad judicial hoy demandada, no enmarcó su actuación dentro de
lo previsto por los arts. 178. I y 180.I de la CPE; 8.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (CADH); y, 14.3 inc. c) del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP); asimismo, este
Tribunal evidenció dilación indebida que generó la autoridad demandada
en la tramitación de la medida sustitutiva; en consecuencia, se advierte
vulneración del derecho a la libertad de la impetrante de tutela y al debido
proceso; correspondiendo conceder la tutela solicitada respecto a la Jueza
de Instrucción Penal Séptima del departamento de La Paz.

Con referencia a la Directora del Centro de Orientación Femenina de


Obrajes de La Paz –hoy codemandada–, al señalar que el Mandamiento
de Detención Domiciliara sería de imposible cumplimiento en tanto
exista error en el nombre de la ahora impetrante de tutela, observando
que en el Mandamiento por el cual se dispuso su detención preventiva
en dicho Centro se consignó el nombre de “RAQUEL IRMA COSSIO
ROCHA” (sic) y en el Mandamiento de Detención Domiciliaria
“RAQUEL IRMA COSSIO ROCHA VDA. DE MURILLO” (sic), no
existiendo relación entre el Mandamiento de Detención Preventiva y los
Mandamiento de Detención Domiciliaria, por la ausencia del sufijo “VDA.
DE MURILLO” (sic); se tiene que, la actuación de la referida autoridad,
no puede considerarse lesiva al debido proceso y al derecho a la
libertad de la accionante, dado que la mencionada Directora, conforme
a la Ley de Ejecución Penal y Supervisión, tiene entre sus funciones,
realizar dicha verificación; por lo que, corresponde denegar la tutela
impetrada respecto a la Directora del Centro de Orientación Femenina
de Obrajes de La Paz.

En consecuencia, el Tribunal de garantías, al conceder la tutela solicitada,


respecto a la Jueza demandada y denegar con relación a la Directora del citado
Centro, efectuó correctamente la compulsa de los antecedentes y los alcances de
la presente acción de defensa.

POR TANTO

11
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Cuarta Especializada; en virtud
de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de
la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve:
CONFIRMAR la Resolución 90/2019 de 5 de agosto y el Auto de 8 del mismo
mes y año, cursantes de fs. 22 a 24; y, 34 respectivamente, pronunciada por el
Tribunal de Sentencia Penal Décimo del departamento de La Paz; y, en
consecuencia,

1º CONCEDER la tutela solicitada, respecto a la Jueza de Instrucción Penal


Séptima del departamento de La Paz, conforme a los fundamentos expuesto
en el presente fallo constitucional;

2º DENEGAR la tutela impetrada, con relación a la Directora del Centro de


Orientación Femenina de Obrajes de La Paz; y,

3º Disponer que la Jueza demandada, en el plazo de veinticuatro horas,


rectifique el nombre de Raquel Irma Cossío Rocha Vda. de Murillo en el
Mandamiento de Detención Preventiva a efectos de dar cumplimiento al
Mandamiento de Detención Domiciliaria si es que a la fecha no se hubiese
realizado.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

René Yván Espada Navía Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano


MAGISTRADO MAGISTRADO

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1064/2019-S4
Sucre, 16 de diciembre de 2019

SALA CUARTA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano
Acción de amparo constitucional

Expediente: 30124-2019-61-AAC
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 097/2019 de 24 de mayo, cursante de fs. 1101 a 1107,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Bladimir Pablo Carrasco Quintana y Jaime Carlo Torrico Trujillo en
representación legal de la empresa Minera San Cristóbal Sociedad Anónima
(S.A) contra Miguel Ángel Albarracín Paredes y Mario Pacosillo Calsina,
ex y actual Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad
Ocupacional del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social y ex y
actual Presidente del Tribunal Arbitral; y, Wilson Orlando Ingala
Huaygua, Árbitro Laboral del referido Tribunal.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la acción

Los accionantes, mediante memoriales presentados el 18 de abril de 2019,


cursante de fs. 893 a 903 vta., y de subsanación el 8 y 16 de mayo de igual año
(fs. 907 a 918 vta.; y, 922 a 925 vta.), señalaron los siguientes argumentos de
hecho y derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

La empresa Minera San Cristóbal S.A., en sometimiento a disposiciones sociales y


laborales, otorgó de forma extra legal en favor de sus trabajadores, una serie de
liberalidades; motivo por el cual, bajo una inadecuada comprensión de las
mismas, el 9 de mayo de 2018, el Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros San
Cristóbal, formuló un pliego petitorio de veintitrés puntos, impetrando la
modificación en incremento de las dádivas otorgadas como si se tratasen de
cuestiones de carácter obligatorio, exigiendo además la otorgación de otros
conceptos totalmente extralegales y alejados de los derechos laborales que

1
asisten a los trabajadores, dentro de los cuales se encuentra una petición
injustificada de revisión a la forma de pago de los domingos trabajados, no
obstante de que éste siempre fue de cabal y legal cumplimiento por parte de la
empresa.

Ante la imposibilidad de dar curso a dichas pretensiones al ser manifiestamente


improcedentes, el referido Sindicato, cual si se hubiera vulnerado algún derecho
laboral, acudió ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social a efectos
de que dicha instancia intervenga en las solicitudes planteadas; cartera ministerial
que, no obstante haberse inobservado las previsiones normativas contenidas en
los arts. 151 y 152 del Reglamentario a la Ley General de Trabajo –Decreto
Supremo (DS) 224 de 23 de agosto de 1943–, sobre la aprobación por mayoría de
votos de los interesados; la especificación del personal presuntamente afectado y
otra serie de irregularidades, como el abandono de la mesa de diálogo por parte
de la dirigencia sindical; mediante notas de 30 de agosto y aclaración de 3 de
septiembre, ambas de 2018, convocó a la conformación de una Junta de
Conciliación para la solución del conflicto; sin embargo y pese a ser clara la
posición de la empresa de no someterse a dicha instancia y menos a un Tribunal
Arbitral, el Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad Ocupacional del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, mediante nota de 22 de octubre
de 2018, llamó a la designación de árbitros para conformar un Tribunal Arbitral,
con la finalidad de tratar y resolver el conflicto emergente del Pliego Petitorio
correspondiente a la gestión 2018, aplicando el mecanismo de solución de
controversias inscrito en los arts. 105 a 113 de la Ley General del Trabajo (LGT),
advirtiendo a la empresa que de no designar a su representante, sería la indicada
autoridad la que procedería a hacerlo.

Es así, que a través de la misiva de 23 de octubre de 2018, la empresa Minera


San Cristóbal S.A., hizo conocer al Director General del Trabajo, Higiene y
Seguridad Ocupacional del referido Ministerio, las irregularidades del proceso de
solución del conflicto, manifestando de forma expresa, que la señalada empresa
no se encontraba de acuerdo con someterse a la competencia de un Tribunal
Arbitral que decidiría sobre pretensiones ilegales e ilegítimas que debían ser
tramitadas ante la judicatura de trabajo y seguridad social, en mérito a la facultad
conferida por el art. “43.b)” del Código Procesal del Trabajo (CPT); no obstante, el
Tribunal Arbitral conformado contra la voluntad de la empresa, mediante Acta de
12 de noviembre de 2018, se declaró autónomo y mecánicamente competente
para conocer el Pliego Petitorio, señalando audiencia de prosecución del proceso
arbitral para el 19 del mismo mes y año; oportunidad en la cual, se formuló
excepción de incompetencia, que fue resuelta únicamente por su Presidente,
como es el Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad Ocupacional del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social; autoridad que de manera ligera,
dispuso que la empresa esté a los datos del proceso; determinación que fue
objeto de incidente de nulidad planteado por escrito de 21 del indicado mes y
año.

En sesión de 22 de noviembre de 2018, el Tribunal Arbitral rechazó la excepción

2
de incompetencia interpuesta por su parte, en base a un actuado previo y anterior
a la conformación del Tribunal, obligando en consecuencia a la empresa Minera
San Cristóbal S.A. a someterse a un proceso arbitral laboral, pese a la inexistencia
de voluntad de la institución minera, de someterse a una jurisdicción especial que
requiere necesariamente la voluntad de ambas partes, y no obstante que contra
dicha determinación plantearon recurso de apelación, éste les fue rechazado por
no encontrarse legalmente previsto en el ordenamiento jurídico; dando lugar a la
prosecución del proceso arbitral, el mismo que, al momento de interposición de la
acción tutelar, se encuentra en etapa de emisión de Laudo Arbitral; situación que
ocasionará un daño a la empresa empleadora, que nunca reconoció la
competencia del Tribunal Arbitral; instancia esta última que claramente estaría
usurpando funciones y competencias que le corresponden a un Juez de Trabajo y
Seguridad Social, de acuerdo a lo previsto por el “art. 43.b)” del CPT, concordante
con el art. 73.4 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ); consiguientemente, existe la
inminencia de dictarse una resolución que provocará un daño irreparable o
irremediable a la empresa Minera San Cristóbal S.A., consumando actos
vulneratorios de derechos constitucionales.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

Los accionantes alegan la vulneración de los derechos de la empresa que


representan, al debido proceso en sus elementos de fundamentación, motivación
y congruencia; el derecho al juez natural y de acceso a la justicia, citando al
efecto el art. 115I de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicitaron se conceda la tutela; y en consecuencia, se dejen sin efecto las Actas


de 12 y 21 de noviembre de 2018, así como todos los actuados posteriores
emitidos por el apócrifo Tribunal Arbitral; disponiendo que los demandados, al
existir una controversia laboral y el rechazo del empleador de someterse a la
jurisdicción arbitral, remitan antecedentes ante el órgano judicial a efectos de que
la autoridad competente resuelva el conflicto colectivo de trabajo. Asimismo, se
condene al pago de costas y se disponga el reconocimiento de daños y perjuicios.

Finalmente, impetraron la aplicación de medida cautelar de cese y suspensión de


todo actuado de prosecución del proceso de arbitraje, hasta que el Tribunal
Constitucional Plurinacional, emita pronunciamiento.

I.2. Audiencia y Resolución de la Sala Constitucional

Por acta de 21 de mayo de 2019, cursante de fs. 1015 a 1016 vta., se evidencia
que la audiencia pública de la acción de amparo constitucional fue suspendida
debido a la falta de notificación del tercero interesado.

Celebrada la audiencia pública de 24 del citado mes y año, conforme consta en el


acta cursante de fs. 1132 a 1147 vta., presentes los accionantes, el demandado

3
Mario Pacosillo Calcina y el tercero interesado, y ausentes los demandados Wilson
Orlando Ingala Huaygua y Miguel Ángel Albarracín Paredes, se produjeron los
siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

Los accionantes, a través de su abogado, se ratificaron en el tenor íntegro de la


demanda de acción de amparo constitucional.
En una segunda intervención, el abogado de los impetrantes de tutela manifestó
que la legitimación activa se encontraba plenamente respaldada, habiéndose
adjuntado todos los documentos requeridos; asimismo, refiriéndose a la
legitimación pasiva, indicó que ésta fue debidamente cumplida y que con
referencia al Árbitro Patronal, éste no fue demandado al haberse apartado en el
primer acto. Posteriormente.

I.2.2. Informe de las actuales y ex autoridades demandadas

Mario Pacosillo Calsina, Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad


Ocupacional del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social y Presidente del
Tribunal Arbitral, a través de sus representantes legales, en audiencia manifestó
lo siguiente: a) Los accionantes carecen de legitimación pasiva, al no haber
adjuntado poder específico y suficiente que les otorgue la facultad de representar
legalmente a la empresa Minera San Cristóbal S.A., debido a que el poder
presentado no cumple con los requisitos exigidos por la jurisprudencia
constitucional contenida, entre otras, en la SC 0763/2011-R de mayo, respecto a
la representación de personas jurídicas; por lo que, corresponde se declare la
improcedencia de la demanda tutelar; b) No se cumplió con la legitimación
pasiva; por cuanto, si bien se demanda contra el Director General del Trabajo,
Higiene y Seguridad Ocupacional del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión
Social, no queda claro si se lo hace en su calidad de funcionario de la señalada
cartera de Estado o como Presidente del Tribunal Arbitral, instancia que tampoco
fue demandada en su totalidad; aspecto que también determina la improcedencia
de la acción de defensa; c) Existen actos consentidos por parte de la empresa
accionante, toda vez que ésta inicialmente dio respuesta al Sindicato de
Trabajadores respecto a su Pliego de Peticiones, independientemente si la
respuesta fue favorable o no; además de ello, también consintió la competencia
del Ministerio del Trabajo, Empleo y Previsión Social al no haber efectuado
observación alguna sobre su competencia cuando se ejecutó el primer acto ante
dicha instancia; y, finalmente, al no haber impugnado la conformación del
Tribunal Arbitral, cuando sus miembros fueron posesionados; último extremo este
que establece que no existe impedimento legal para que dicho ente colegiado
ejerza sus atribuciones dentro de la negociación, quedando claramente
establecido que la empresa Minera San Cristóbal S.A., al haber adoptado una
actitud pasiva, se sometió a esa jurisdicción desde el primer momento; d) Los
impetrantes de tutela, manifestaron que ante la existencia de un Laudo Arbitral,
se activaría la jurisdicción laboral; sin embargo, el referido Laudo aun no fue
emitido, no siendo evidente que se hubiera promovido una demanda laboral, lo

4
que implica que no se tiene pronunciamiento judicial a efectos de que el Ministerio
de Trabajo, Empleo y Previsión Social, decline la competencia que ostenta; e) No
se estableció con precisión el derecho vulnerado, siendo que el Acta de 21 de
noviembre de 2018, es inexistente. Argumentos en mérito a los cuales, solicitó se
deniegue la tutela impetrada; f) El procedimiento de conciliación fue
desnaturalizado al pretender interponer excepciones y recursos que no se hallan
previstos en la Ley General del Trabajo; g) En cuanto a la inexistencia de
mecanismos de impugnación dentro del proceso arbitral, que daría por salvada la
subsidiariedad de la acción de amparo constitucional, es preciso referir que,
conforme a la jurisprudencia constitucional y a las normas laborales, dicho
procedimiento concluye con la emisión del Laudo Arbitral que, evidentemente no
cuenta con recurso alguno de objeción, lo que abre la jurisdicción constitucional
de forma directa; sin embargo, en el presente caso, dicha resolución no ha sido
pronunciada; por ende, la vía constitucional no puede ser aperturada; h) El
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, no ejerció abuso de poder al
solicitar a la empresa que designe Árbitro Patronal, habiéndose abocado
simplemente al cumplimiento de las disposiciones legales contenidas en la Ley
General del Trabajo, en cuyo desconocimiento es pretendido por los ahora
accionantes; y, i) No se determinó con claridad si la demanda constitucional se
dirige contra las actas emanadas del Tribunal Arbitral o contra el procedimiento
establecido en la referida Ley, de ser así, debió formularse una acción de
inconstitucionalidad. En mérito a tales argumentos, solicitó se deniegue la tutela
impetrada.

Haciendo uso de la palabra, reiteraron los alegatos expuestos.

Miguel Ángel Albarracín Paredes, ex Director General del Trabajo, Higiene y


Seguridad Ocupacional del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social y ex
Presidente del Tribunal Arbitral, no se hizo presente en audiencia y tampoco
remitió informe escrito, pese a su legal citación cursante a fs. 1018.

Wilson Orlando Ingala Huaygua, Árbitro Laboral, mediante informe escrito


presentado el 24 de mayo de 2019, cursante de fs. 1023 a 1027 vta., manifestó lo
siguiente: 1) Ni antes ni después de su designación como Árbitro Laboral, la parte
accionante cuestionó la competencia o el Juez natural, habiéndose abocado
únicamente a manifestar su voluntad de no someterse al proceso, al cual ya se
encontraba integrado conforme evidencia el decreto de 2 de octubre de 2018, por
el cual, el Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad Ocupacional del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, dispuso que esté a los datos del
proceso; 2) El 23 de octubre de 2018, el Juez de Partido del Trabajo y Seguridad
Social Primero del departamento de La Paz, se declaró incompetente para conocer
la demanda interpuesta por la empresa Minera San Cristóbal S.A., sobre uno de
los veintitrés puntos que contiene el Pliego Petitorio formulado por el Sindicado de
Trabajadores de la referida entidad; 3) Habiendo tomado conocimiento sobre la
conformación y posesión del Tribunal Arbitral, la señalada sociedad no cuestionó
ni objetó su participación y menos que se hubiera lesionado el derecho al juez
natural; 4) El Tribunal Arbitral, el 7 de noviembre de 2018, dio curso a las

5
solicitudes de la mencionada empresa sobre las certificaciones requeridas,
resultando contradictorio que para algunos actos dicha instancia sea competente
y para otros no; 5) Se solicitó la nulidad de obrados desde fs. 232, convalidando
los actos ejecutados previamente, cuando sí se consideró que el funcionamiento
del Tribunal Arbitral violentaba el derecho al juez natural, debió objetarse todo lo
obrado y no solo reducirse a exigir la nulidad del acto de 12 del mes y año
señalados, por una falta de fundamentación que hace al elemento de legalidad y
no condice con el fondo de lo alegado respecto al juez natural; 6) En el acto de
12 de noviembre de 2018, no se deliberó respecto al juez natural, solo se
consideró si el Tribunal Arbitral iba a conocer los veintitrés puntos del Pliego
Petitorio, no habiéndose sometido a debate, pese a la participación de las partes
en conflicto, dicho elemento del debido proceso; 7) El Árbitro Patronal, se declaró
competente para conocer algunos puntos del Pliego Petitorio y no podía declarase
incompetente al haber emitido con anterioridad, el acta de 7 de noviembre de
2018; 8) El Árbitro Patronal, manifestó que el proceso debía centrase en los
puntos no conciliados y aquellos que fueron puestos en conocimiento de la
autoridad judicial; motivo por el cual, dicho miembro del Tribunal Arbitral,
también debió ser demandado en la presente vía; existiendo en consecuencia,
falta de legitimación pasiva; 9) El 19 de noviembre de 2018, adjuntando la
resolución judicial, por la cual, el Juez de Partido del Trabajo y Seguridad Social
Primero del departamento de La Paz, la empresa planteó incompetencia del
Tribunal Arbitral, argumentando que la autoridad jurisdiccional tomó conocimiento
primero del asunto, no obstante de que ésta se había apartado del conocimiento
de la causa; 10) La excepción de incompetencia fue formulada a destiempo,
debiendo haber sido interpuesta, conforme sucede en cualquier rama del derecho,
al inicio del proceso y en la primera actuación de la empresa, por lo que la
resolución no ameritaba mayor fundamentación que la propuesta; 11) La
pretensión de la empresa Minera San Cristóbal S.A., se traduce en la intención de
detener el proceso arbitral debido a que no quiere someterse al mismo; 12) La
parte accionante solicitó la nulidad de las Actas de 12 y 21 de noviembre de 2018;
sin embargo, la última nunca fue labrada y menos suscrita por los miembros del
Tribunal Arbitral; existiendo en consecuencia, falta de legitimación pasiva respecto
a dicho acto; 13) Se pidió que se remitan obrados a conocimiento del juez
laboral, no obstante que quien conoció primero fue el Tribunal Arbitral y que la
demanda ordinaria formulada por la empresa, mereció declaratoria de
incompetencia por parte del juzgador; 14) Los impetrantes de tutela, si bien
ampliaron su demanda respecto al debido proceso en sus elementos de
fundamentación, motivación y congruencia, solicitando se emita nueva resolución;
empero, de manera contradictoria, no impetran nulidad de obrados, sino la
declinatoria de competencia; y, 15) Se solicitó que se dejen sin efecto las Actas
de 12 y 21 de noviembre de 2018, sin que el proceso de arbitraje hubiera
concluido, siendo que el Tribunal, de oficio o a pedido de parte, puede revisar sus
actos, existiendo también la posibilidad de que el fallo sea favorable a la empresa,
caso en el cual no necesitarían ningún recurso ordinario, de donde resulta sui
generis que sin conocer los términos del fallo, se pretenda paralizar el proceso por
un supuesto daño y por no existir recurso ulterior. En base a dichos argumentos,
pidió se deniegue la tutela impetrada.

6
I.2.3. Intervención del tercero interesado

Henry Feliciano Cayo Condori, Secretario General del Sindicato Mixto de


Trabajadores Mineros San Cristóbal, mediante informe escrito de 24 de mayo de
2019, cursante de fs. 1049 a 1056 vta., y en audiencia a través de su apoderado,
manifestó que: i) El proceso de conciliación comenzó con la presentación del Pliego
Petitorio ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, el 30 de agosto de
2018, habiendo transcurrido desde entonces hasta la fecha de interposición de la
acción tutelar, más de los seis meses previstos; ii) La empresa formuló con
anterioridad un recurso directo de nulidad con identidad de sujetos, objeto y causa;
mismo que fue rechazado al ser impertinente, habiéndose establecido que debía
activar la acción de amparo constitucional a efectos de denunciar las alegadas
lesiones al debido proceso en su elemento del juez natural; iii) Mediante la presente
demanda, debió solicitarse la nulidad de todo lo obrado y no solamente parte del
proceso como se pretende, exigiendo se dejen sin efecto obrados, hasta un acta que
ni siquiera se pronunció sobre la competencia o el juez natural, extremo que debió
ser reclamado en la primera actuación de la empresa ante el Tribunal Arbitral; iv) No
se cumplió con el requisito de legitimación pasiva, al no haberse demandado a la
inspectora que dirigió la fase arbitral de conciliación y tampoco al Árbitro Patronal,
quienes también asumieron acciones y ejecutaron actos dentro del proceso de
arbitraje; v) Si bien se cuestiona parcialmente la competencia del Tribunal Arbitral, al
solicitarse la nulidad de parte y no de todo de lo obrado, queda claro que se
convalida la etapa de conciliación, y con ello la competencia del Ministerio de
Trabajo, Empleo y Previsión Social; extremo que se evidencia del petitorio de
empresa que impetra se deje sin efecto hasta fs. 232, lo que implica reconocer la
validez de actuados cursantes de fs. 0 a 231, lo cual resulta ilógico, contradictorio e
ilegal; toda vez que, si se cuestiona el juez natural no puede observarse solamente
una parte de la actuación del Tribunal Arbitral; imprecisión que resulta suficiente para
denegar la tutela solicitada; vi) El 30 de agosto de 2018, se convocó a la empresa a
someterse al procedimiento de arbitraje, momento en el que debió oponerse a través
de la excepción de incompetencia; sin embargo no lo hizo, habiéndose por el
contrario apersonado ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, con lo
que aceptó la competencia de dicha cartera de Estado, conforme se evidencia del
Acta de 12 de septiembre del mencionado año, por la cual se declaró un cuarto
intermedio en la negociación, con la firma de conformidad de sus apoderados,
quienes participaron de varios actos procesales inclusive hasta el 2 de octubre de
2018, sin haber opuesto excepción de incompetencia en la fase conciliatoria,
avalando en consecuencia, el inicio y procedimiento de conciliación y arbitraje;
vii) La objeción de juez natural, en cualquier rama del derecho, debe formularse al
inicio del proceso y no en segunda instancia, como sucede en el caso particular,
en el cual, la primera fase la constituye la conciliación; y, la segunda, la de
arbitraje; viii) La empresa, luego de vencida la etapa de conciliación, el 23 de
octubre de 2018, no opuso excepción de incompetencia, limitándose únicamente a
manifestar su no voluntad de someterse al Tribunal Arbitral; ix) Si bien se reclama
que no existió pronunciamiento de todo el ente colegiado el 21 de octubre de 2018,
debe tenerse presente a esa fecha el Tribunal Arbitral no se encontraba constituido,

7
por lo que, la nulidad de obrados impetrada en ese momento, solamente fue
atendida por el Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad Ocupacional del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, autoridad cuya competencia fue
explícitamente reconocida al solicitársele la nulidad de obrados de la fase
conciliatoria; x) El “art. 43.b)” del CPT, citado por los accionantes, establece la
competencia del juez laboral para dilucidar cuestiones emergentes de los Laudos
Arbitrales; sin embargo, en el presente caso, dicho fallo no fue emitido aún,
resultando improcedente la acción intentada; xi) Al encontrarse en curso el
proceso de arbitraje y no existir sentencia o Laudo Arbitral, el procedimiento no fue
agotado, inobservándose el principio de subsidiariedad previsto en el art. 54 del
Código Procesal Constitucional (CPCo) y la jurisprudencia contenida en la SC
1672/2003-R de 24 de noviembre, que resolvió un caso idéntico; xii) Si bien los
accionantes solicitan la abstracción del principio de subsidiariedad por supuesto
daño irreparable, dicho extremo no resulta evidente y se sustenta únicamente en
el hecho de que la empresa presupone que el Tribunal Arbitral fallará en su
contra, argumentos que no pueden ser válidos para evitar la emisión del fallo;
xiii) La sociedad interpuso una demanda laboral sobre el mismo tema, señalando
que el juez laboral es competente para conocer el asunto; pretensión a la cual el
Sindicato se opuso mediante recurso de apelación que mereció el Auto de Vista de
3 de diciembre de 2018, que anuló la decisión que resolvió excepciones previas y
ordenó se dicte nuevo pronunciamiento, que se encuentra pendiente de emisión,
lo que evidencia la improcedencia de la acción tutelar; xiv) Los jueces laborales
no tienen competencia para conocer conflictos colectivos derivados de pliegos
petitorios; facultad que le corresponde solamente al Ministerio de Trabajo, Empleo
y Previsión Social y al Tribunal Arbitral; máxime si, los puntos demandados no
están regulados en la Ley General del Trabajo, sino que se trata de aspectos de
carácter reivindicativo; evidenciándose que la empresa confunde la aplicación del
Código Procesal del Trabajo y la Ley del Órgano Judicial, cuyo art. 73 establece
con claridad la competencia de los juzgados en materia de trabajo y seguridad
social, otorgándoles competencia solo y exclusivamente para ejecutar el Laudo
Arbitral y no para resolver un conflicto laboral; cuya facultad es exclusiva del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social y del Tribunal Arbitral, de acuerdo
a lo estatuido por los arts. 218 y 219 del CPT; consecuentemente, no corresponde
conceder la tutela y remitir obrados ante un juez laboral; xv) Conforme dispone el
señalado art. 128 del adjetivo laboral, las excepciones previas deben oponerse
antes de contestar la demanda; no obstante, la empresa no adecuó su accionar
a la normativa señalada, convalidando la competencia del Ministerio del ramo;
xvi) Si la empresa Minera San Cristóbal S.A. no estaba de acuerdo con que se
conforme el Tribunal Arbitral, no debió nombrar a su Árbitro Patronal, aun
cuando conforme a procedimiento, el Presidente del ente colegiado designase
uno de oficio; y, xvii) Se solicitó la nulidad del Acta de 21 de noviembre de
2018; sin embargo, dicho documento es inexistente; por lo que no puede haber
vulnerado derecho alguno. En mérito a tales argumentos, pidió se deniegue la
tutela impetrada.

I.2.4. Resolución

8
Mediante Resolución 097/2019 de 24 de mayo, cursante de fs. 1101 a 1107, la Sala
Constitucional Segunda el Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, concedió
en parte la tutela solicitada, únicamente respecto al debido proceso en sus
elementos de fundamentación, motivación y congruencia, disponiendo que los
demandados, emitan pronunciamiento sobre la excepción de incompetencia
postulada por la parte accionante; decisión que debe cumplirse previamente a la
emisión del Laudo Arbitral; y, denegó la tutela impetrada en su vertiente del juez
natural; decisión asumida en base a los siguientes fundamentos: a) Los
accionantes acreditaron debidamente su legitimación activa, habiendo adjuntado la
documental pertinente que confirma la personería jurídica de la empresa que
representan; b) La legitimación pasiva fue correctamente abonada, no siendo
necesario ampliar la demanda tutelar respecto a la Inspectora de la Jefatura
Departamental de Trabajo de La Paz, que únicamente participó en la etapa de
conciliación; c) No existió incongruencia entre el petitorio y la demanda, siendo
evidente que en el memorial de subsanación, se dejó establecido que el Acta de 22
de noviembre de 2018, carecía de la debida fundamentación, motivación y
congruencia, al haber omitido referirse a la ausencia de voluntad de la parte
empleadora; d) La asistencia a la junta de conciliación, no puede ser considerada
como un acto consentido; toda vez que, dicha etapa se constituye en un forma
amistosa de resolver las controversias; por lo que, no cabe presumir que en dicha
fase debió oponerse la excepción de incompetencia; e) El plazo de cómputo de la
inmediatez, empieza a correr con la emisión de las Actas de 12 y 22 del referido
mes y año y no desde que se notificó a la empresa con el Pliego Petitorio el 30 de
agosto del mismo año; en consecuencia, no se evidenció omisión del citado
principio; f) Si bien los demandados manifestaron que la Ley General del Trabajo y
su Decreto Reglamentario no prevén la interposición de excepciones, incidentes y
otro tipo de peticiones vinculadas al proceso ordinario o administrativo, no menos
cierto es que la administración pública se halla sometida a la Ley de Procedimiento
Administrativo –Ley 2341 de 23 de abril de 2002– que regula sus actuaciones; no
obstante, dicho criterio de legalidad, fue superado por el principio de aplicación
directa de la Constitución, previsto en el art. 109 de la CPE; g) El debido proceso
en su elemento del juez natural, no puede ser analizado, pues para ello habría que
efectuar un análisis de todos los preceptos normativo expuestos por la parte
accionante; situación que implicaría asumir las funciones de Tribunal Arbitral; es
decir, realizar una interpretación de la legalidad ordinaria sin que antes, la
autoridad pertinente, hubiera realizado dicha labor; consecuentemente, en mérito a
las autorestricciones impuestas por el Tribunal Constitucional Plurinacional, dicha
actividad se encuentra limitada para la jurisdicción constitucional; h) Teniendo
presente el principio de aplicación directa de la Constitución, independientemente
de que el proceso laboral no prevea la interposición de incidentes o excepciones, el
Tribunal Arbitral debió asumir una actitud proactiva e innovadora y pronunciarse
sobre todos los cargos postulados por los ahora impetrantes de tutela; al no
haberlo hecho, conforme a lo previsto por el art. 128 de la CPE, existió omisión por
parte del ente colegiado demandado, al no manifestarse sobre la pretensión
postulada por la empresa Minera San Cristóbal S.A. en los memoriales de 19 y 21
de noviembre de 2018, dando lugar a la activación del recurso de apelación de 26
de igual mes y año; i) En cuanto a que no se hubiera cumplido el principio de

9
subsidiariedad, debido a que el proceso arbitral no culminó y que la presente vía
podrá activarse tras dictarse el Leudo Arbitral, dicha afirmación obtendría mérito si
lo reclamado no tuviera relevancia y se tratara de un acto de mero trámite como un
error de fecha, datos o un incidente de nulidad de notificación; sin embargo, se
cuestionó la competencia del Tribunal Arbitral para conocer el proceso; reclamo
aunque innominadamente fue postulado por la empresa y se halla vinculado a la
naturaleza y esencia del ente colegiado; aspecto que si bien puede ser cuestionado
con posterioridad a la emisión del Laudo Arbitral, es preciso que se emita
pronunciamiento por la autoridad demandada en los términos de una decisión
fundamentada y motivada, pues la parte tiene derecho de que se declare si su
pretensión es viable o no; y, j) Si bien no pueden retrotraerse los actos
ejecutados por el Tribunal Arbitral, determinando la nulidad de las actas de
referencia, ello no supera el hecho de que existe el deber de resolver la
excepción de incompetencia interpuesta por la empresa, a cuyo efecto, el
señalado ente colegiado, deberá efectuar un análisis vinculado a todos los
cuestionamientos planteados respecto a su negativa de someterse al proceso
arbitral; extremo que no puede ser atendido por la jurisdicción constituciona l, al
no ser esta una mecanismo supletorio de la actividad propia de la jurisdicción
administrativa laboral.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por Acuerdo Jurisdiccional TCP-SP-050/2019 de 22 de octubre, a consecuencia de


los conflictos sociales acaecidos en el territorio nacional, la Sala Plena de este
Tribunal dispuso la suspensión de plazos procesales de las causas que se
encuentran en trámite y pendientes de resolución desde la fecha indicada,
habiéndose reanudado los mismos por su similar TCP-SP-052/2019 de 13 de
noviembre, a partir del 14 de igual mes y año; por lo que la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, es pronunciada dentro del término legal establecido por
el Código Procesal Constitucional.

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se concluye


lo siguiente:

II.1. Mediante nota SMTMSC-058/2018 de 9 de mayo, el Sindicato Mixto de


Trabajadores Mineros San Cristóbal, presentó ante la empresa Minera San
Cristóbal S.A., el Pliego Petitorio Gestión 2018, mismo que habiendo sido
recibido y aclarado a solicitud de la empresa, dio lugar al inicio de
reuniones conjuntas destinadas a su análisis; en las cuales no arribaron a
ningún entendimiento; por lo que, el mencionado Sindicato, por nota
SMTMSC-072/2018 de 9 de junio, comunicó que las conciliaciones
posteriores se realizarían ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión
Social (fs. 842 a 856).

II.2. El 21 de agosto de 2018, el Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros San

10
Cristóbal, inició procedimiento de conciliación y arbitraje ante la Jefatura
Departamental de Trabajo de La Paz; instancia que, por misiva de 30 del
mismo mes y año citó a la empresa a dichas dependencias con la finalidad
de conformar una junta de conciliación, llevándose a cabo la primera
reunión el 12 de septiembre del indicado año (fs. 1057 a 1061).

II.3. Del Acta de No Avenimiento 169 de 1 de octubre de 2018, suscrita ante el


abandono de la junta de conciliación, el Ministerio de Trabajo, Empleo y
Previsión Social, estableció que cualquier avenimiento resultaba imposible,
por lo que, se elevaba el conflicto ante el Tribunal Arbitral a efectos del
tratamiento del Pliego Petitorio (fs. 1065).

II.4. A través de nota CITE: MTEPS/DGTHSO 596/2018 de 22 de octubre, el


Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad Ocupacional del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, solicitó a la empresa
Minera San Cristóbal S.A., designe árbitro patronal a efectos de constituir
el respectivo Tribunal Arbitral (fs. 1068).

II.5. Mediante misiva de 23 de octubre de 2018, la empresa Minera San Cristóbal


S.A., manifestó no estar de acuerdo con someter la controversia a un
Tribunal Arbitral como forma alternativa de conflictos, señalando además
que la misma debía ser tramitada por la judicatura laboral, en la que existía
ya un proceso judicial radicado, finalizando con indicar que sin convalidar ni
dar por bien hecho el procedimiento arbitral, hacía conocer el nombre del
árbitro patronal, advirtiendo que de consolidarse la conformación del
mismo, se reservaban el derecho de suscitar o interponer incidente de
nulidad o excepción de incompetencia; mereciendo providencia de 24 de
igual mes y año, por la cual, el Director General del Trabajo, Higiene y
Seguridad Ocupacional del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social, dispuso que se esté a los datos del proceso (fs. 1069 a 1073).

II.6. Dentro del proceso social seguido por la empresa Minera San Cristóbal
S.A. contra el Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros San Cristóbal, el
Juez de Partido del Trabajo y Seguridad Social Primero del departamento
de La Paz, dictó la Resolución 107/2018 de 23 de octubre, declarando
probada la excepción de incompetencia formulada por los demandados,
disponiendo la devolución del expediente a efectos de que se decline el
proceso al Tribunal Departamental de Justicia de Potosí; determinación
que habiendo sido objeto de recurso de apelación por la empresa
accionante, mereció Auto de Vista de 3 de diciembre de 2018, por el cual,
la Sala Social y Administrativa, Contencioso y Contenciosa Administrativa
Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, anuló el fallo
confutado, ordenando la emisión de nuevo pronunciamiento. No consta
nueva resolución (fs. 668 a 670 vta.; y, 1092 a 1095, respectivamente).

II.7. El 5 de noviembre de 2018, al no haberse objetado la participación de los


miembros y no existir impedimento legal, se posesionó al Tribunal Arbitral

11
(fs. 683).

II.8. Mediante Acta de reunión del Tribunal Arbitral, de 12 de noviembre de


2018, se señaló audiencia de conciliación y primera de arbitraje para el 19
del referido mes y año, a efectos de tratarse los veintitrés puntos del
Pliego Petitorio; actuado suscrito por todos los miembros del señalado
ente colegiado (fs. 1074 a 1076).

II.9. Por memorial presentado el 19 de noviembre de 2018, la empresa Minera


San Cristóbal S.A., formalizó ante el Tribunal Arbitral, excepción previa de
incompetencia, al no ser voluntad de la entidad someterse a la vía arbitral
y existir vías alternativas de orden legal; y, por existir demanda judicial
previa sobre idénticos aspectos, formulada con anterioridad a la
constitución del Tribunal Arbitral; emitiéndose el decreto de 20 del mismo
mes y año, por el cual, el Director General del Trabajo, Higiene y
Seguridad Ocupacional dispuso que en lo principal, se esté a los datos del
proceso (fs. 1078 a 1083 vta.).

II.10. Minera San Cristóbal S.A., mediante escrito presentado el 21 de


noviembre de 2018, suscitó incidente de nulidad respecto al “Auto” de 20
de igual mes y año; pretensión que fue abordada en reunión de 22 de
igual mes y año, en la que, a través del acta de la fecha, se determinó que
ésta no era procedente (fs. 582 a 588 vta.).

II.11. Según Acta de 22 de noviembre de 2018, el Árbitro Patronal reiteró la


postura de la empresa respecto a la incompetencia del Tribunal Arbitral
para conocer el conflicto, habiendo el Presidente del ente colegiado,
señalado que el proceso de arbitraje es un proceso sumario, ratificando lo
decidido en reunión de 12 del referido mes y año (fs. 577 a 581).

II.12. El 26 de noviembre de 2018, la empresa Minera San Cristóbal S.A.,


interpuso recurso de apelación impugnando el contenido del Acta de 22
del mismo mes y año, reclamando no haber sido notificados con una
resolución expresa que resuelva la excepción de incompetencia formulada
por su parte (fs. 568 a 574 vta.).

II.13. Mediante Acta de 27 de noviembre de 2018, el Tribunal Arbitral en su


conjunto, concluyó que no existía instancia de apelación en el conflicto
laboral (fs. 565 a 566).

II.14. El 27 de noviembre de 2018, el Tribunal Arbitral dictó apertura de término


probatorio, formalizando su decisión mediante Auto de 30 del mismo mes
y año; determinación que, sin admitir la competencia del ente colegiado,
fue observada por la empresa Minera San Cristóbal S.A. (fs. 516 a 518 y
556 a 563).

II.15. Por memorial de 28 de noviembre de 2018, Minera San Cristóbal S.A.,

12
planteó recurso directo de nulidad ante el Tribunal Constitucional
Plurinacional, solicitando se disponga la nulidad de todos los actos
emitidos dentro del proceso de arbitraje; emitiéndose el AC 0397/2018-CA
de 12 de diciembre, que lo declaró improcedente (fs. 506 a 513 vta. y
1084 a 1089).

II.16. De acuerdo al Acta de 14 de diciembre de 2018, el Tribunal Arbitral,


manifestó no haber sido notificado formalmente con el recurso directo de
nulidad planteado por la empresa Minera San Cristóbal S.A. ante el
Tribunal Constitucional Plurinacional, teniendo por ofrecida la prueba
presentada por las partes en conflicto (fs. 240 a 241 vta.).

II.17. Mediante escrito presentado el 21 de enero de 2019, la empresa Minera


San Cristóbal S.A., dentro del proceso de arbitraje, ante el Director
General del Trabajo, Higiene y Salud Ocupacional en su condición de
Presidente y ante los miembros del Tribunal Arbitral, formuló acción de
inconstitucionalidad concreta contra el art. 111 de la LGT, mereciendo AC
0031/2019-CA de 19 de febrero, mediante el cual, la Comisión de
Admisión del Tribunal Constitucional Plurinacional, rechazó la acción
intentada, ratificando la Resolución de 30 de enero de 2019, pronunciada
por el Tribunal Arbitral (fs. 130 a 132; 172 a 182 vta. y Sistema de Gestión
Procesal del Tribunal Constitucional Plurinacional).

II.18. Por escrito presentado el 4 de febrero de 2018, el Sindicato Mixto de


Trabajadores Mineros San Cristóbal, solicitó al Tribunal Arbitral, dicte
Laudo Arbitral (fs. 120 a 123).

III. FUNDAMENTOS JURIDÍCOS DEL FALLO

Los accionantes alegan la vulneración de los derechos de la empresa que


representan al debido proceso en sus elementos de fundamentación, motivación y
congruencia, al derecho al juez natural y de acceso a la justicia; debido a que, no
obstante que la empresa Minera San Cristóbal S.A. manifestó su no voluntad de
someterse al proceso de arbitraje por corresponder el tratamiento del Pliego
Petitorio formulado por el Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros San Cristóbal,
por autoridad judicial competente en materia laboral; y que, pese a haber
suscitado excepción de incompetencia, la misma no fue debidamente absuelta por
la instancia administrativa laboral.

En consecuencia, en revisión de la Resolución dictada por la Sala Constitucional,


corresponde dilucidar si los extremos denunciados son evidentes y si constituyen
actos lesivos de los derechos fundamentales o garantías constitucionales de la
parte accionante, a fin de otorgar o denegar la tutela solicitada.

III.1. La legitimación activa de las personas jurídicas a objeto de


interponer una acción de amparo constitucional

13
De acuerdo a lo previsto por el art. 129.I de la CPE: “La Acción de Amparo
Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por
otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente
de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal
competente…”; por su parte, el art. 52.1 del CPCo, con relación a la
legitimación activa determina que: “La Acción de Amparo Constitucional
podrá ser interpuesta por: 1. Toda persona natural o jurídica cuyos
derechos estén siendo restringidos, suprimidos o amenazados, de serlo,
directamente u otra en su nombre con poder suficiente”.

Este requisito de forma, se halla inserto en el mandato contenido en el


art. 33 del CPCo, que en su primer numeral dispone que las acciones de
defensa, entre ellas, la de amparo constitucional, deberá al menos
contener el nombre, apellido y generales de quien interpone la acción o de
su representante legal, acompañado en este último caso, la
documentación que acredite su personería.

En ese mismo orden normativo, la jurisprudencia contenida en la SC


0705/2010-R de 26 de julio, determinó lo siguiente: “…una condición esencial
de admisión del amparo constitucional, es la legitimación activa,
entendiéndose por ésta como la capacidad procesal que reconoce el
Estado a la persona, sea natural o jurídica, para activar las acciones
tutelares o las vías procesales de control de constitucionalidad”;
precisando que ésta consiste en: “…la coincidencia de la persona del
sujeto activo con la persona a la cual la ley concede el derecho de la
acción, en ese sentido, tendrá legitimación activa quien sea titular de uno
de los derechos fundamentales o garantías constitucionales establecidas
en la Constitución Política del Estado y podrá ejercerla por sí o mediante
tercera persona con poder expreso y suficiente para ejecutar la acción” .

Con relación a la legitimación activa para demandar de amparo


constitucional, el art. 51.1 del CPCo, dispone que dicho mecanismo de
defensa puede ser interpuesto por toda persona natural o jurídica cuyos
derechos estén siendo restringidos, suprimidos o amenazados de serlo,
directamente u otra en su nombre con poder suficiente.

De lo glosado, es posible concluir que para la presentación de la acción de


amparo constitucional, se debe acreditar la personería del accionante,
pues con ella se demuestra la legitimación activa de la persona natural o
jurídica, en cuanto al titular de derechos. Así, esta acción constitucional
debe interponerse por la persona agraviada o afectada que demuestra
tener interés directo sobre el asunto y sobre quien recaerán las
consecuencias jurídicas, de lo que se concluye que el requisito esencial
para la presentación de esta garantía jurisdiccional es avalar la personería
del solicitante de tutela; es decir, quien la plantea debe demostrar su
capacidad procesal para promover e invocar la justicia constitucional.

14
En relación a la legitimación activa de las personas jurídicas para plantear la
acción de amparo constitucional, tomando en cuenta la importancia que su
personería esté debidamente acreditada, debe interponerse por quien acredite
su calidad de representante legal. En ese sentido, la línea jurisprudencial
sentada por el extinto Tribunal Constitucional, en la SC 0022/2003-R de 8 de
enero, reiterada –entre otras– por las SSCC 1758/2011-R, 0833/2011-R y
2683/2010-R, señaló lo que sigue: “…En el caso de las personas jurídicas,
(…) el recurrente, que es quien demanda en su representación, debió
acreditar su condición de legítimo representante adjuntando el poder
correspondiente, en el que debía constar inexcusablemente el acta de
constitución de la sociedad, la nómina de socios, su inscripción al
Registro de Comercio, su personería jurídica y sus Reglamentos (…)”.
Así la SCP 0260/2012 de 29 de mayo, refiriéndose a lo desarrollado por
la SC 0022/2003-R, concluyó que: “… La jurisprudencia citada
precedentemente, es aplicable a las entidades colectivas de derecho; es
decir, a una persona colectiva con personalidad jurídica; en
consecuencia, con todos los requisitos inherentes a un ente de derecho” .

En igual sentido, en la SC 0022/2003-R, se estableció lo que sigue: “…el


recurrente, que es quien demanda en su representación, debió acreditar
su condición de legítimo representante adjuntando el poder
correspondiente, en el que debía constar inexcusablemente el acta de
constitución de la sociedad, la nómina de socios, su inscripción al Registro
de Comercio, su personería jurídica y sus Reglamentos…”. Por otra parte,
la SC 0137/2010-R de 17 de mayo, citando el razonamiento asumido en la
SC 1121/2006-R de 8 de noviembre, señaló: “‘…con relación a las
personas jurídicas que realizan actos y operaciones de comercio, que el
art. 29 incs. 5) y 9) del Ccom, concordante con el art. 165 del mismo
cuerpo legal, establece la obligación de inscribir en el Registro de
Comercio la designación y cesación de administradores y representantes,
con dictación expresa de las facultades otorgadas en la escritura de
constitución o en el poder conferido ante Notario de Fe Pública; en este
sentido, por disposición del art. 31 del Ccom, se reconoce que: «(…) los
actos y documentos sujetos a inscripción no surten efectos contra terceros
sino a partir de la fecha de su inscripción (…)». Consecuentemente, todo
poder notariado conferido por personas jurídicas de carácter comercial
para tener valor y efectos legales necesariamente debe estar inscrito en el
Registro de Comercio y su inscripción debe acreditarse mediante
documentación original, instrumento debidamente legalizado y/o
certificación emitida por los agentes autorizados del Registro de Comercio
conforme disponen los arts. 1297, 1309 y 1310 del CC’”.

III.2. El debido proceso en sus vertientes de una debida


fundamentación y motivación de las resoluciones vinculadas con
el principio de congruencia

15
Conforme se ha establecido a través de la jurisprudencia emanada por
este Tribunal y a la luz de la Constitución Política del Estado, el debido
proceso alcanza en su aplicación interpretativa una triple dimensión,
constituyéndose tanto en derecho, como en garantía y a su vez, en
principio procesal.

Esta triple dimensión, asegura la protección de todos los derechos conexos


que pudieran verse vulnerados por actos u omisiones indebidas en la
tramitación de cualquier proceso, sea éste judicial o administrativo.
Así, el derecho a una debida fundamentación y motivación de las
resoluciones, se constituye en la garantía del sujeto procesal de que el
juzgador al momento de emitir una decisión, explicará de manera clara y
sustentada en derecho, los motivos que lo llevaron a tomar una decisión;
argumentación que deberá seguir un orden coherente respecto a los
hechos demandados y exponer con puntualidad los elementos jurídico-
legales que determinaron su posición.

Dicho de otra forma, toda autoridad que dicte una resolución, debe
imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal
y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma, por
cuanto la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la
forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no
solo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso,
sino que también la decisión está regida por los principios y valores
supremos rectores que orientan al juzgador, eliminándose cualquier
interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de
que no había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma
en que se decidió (SSCC 1369/2001-R, 0752/2002-R y 0863/2007-R entre
otras).

En cuanto a la motivación, la SC 1365/2005-R de 31 de octubre,


determinó lo siguiente: "…la motivación no implicará la exposición
ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura
de forma y de fondo. En cuanto a esta segunda, la motivación puede ser
concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiendo
expresar el Juez sus convicciones determinativas que justifiquen
razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso
se tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la
resolución aún siendo extensa no traduce las razones o motivos por los
cuales se toma una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas",
coligiéndose que toda resolución emitida dentro de un proceso judicial o
administrativo, debe inexcusablemente contener una adecuada motivación
respecto a los hechos en los que se base, a las pruebas que se aportaron
y a las disposiciones legales en las que se sustente la decisión, puesto que
el relacionamiento de estas con los hechos que le dieron origen,
constituye la fundamentación y motivación a la que el debido proceso se
refiere.

16
Ahora bien, de manera inescindible, el derecho a una debida
fundamentación y motivación de las resoluciones, se halla vinculado con
el principio de congruencia, entendido como “…la estricta correspondencia
que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, en materia penal la
congruencia se refiere estrictamente a que el imputado no podrá ser
condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación o su
ampliación. Esa definición general, no es limitativa de la congruencia que
debe tener toda resolución ya sea judicial o adm486inistrativa y que
implica también la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva,
y que debe mantenerse en todo su contenido, efectuando un
razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y
juicios de valor emitidos por la resolución, esta concordancia de contenido
de la resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo
considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las disposiciones
legales que apoyan la razón que llevó a la determinación que se asume…”
(SCP 0486/2010-R de 5 de julio); de donde se infiere que las resoluciones
judiciales, deben emitirse, en función al sentido y alcance de las
peticiones formuladas por las partes procesales.

En armonía con los criterios previamente glosados, la Corte Constitucional


de Colombia, refiriéndose a la motivación de los fallos, estableció que:
“…la motivación suficiente de una decisión judicial es un asunto que
corresponde analizar en cada caso concreto. Ciertamente, las divergencias
respecto de lo que para dos intérpretes opuestos puede constituir una
motivación adecuada no encuentra respuesta en ninguna regla de
derecho. Además, en virtud del principio de autonomía del funcionario
judicial, la regla básica de interpretación obliga a considerar que sólo en
aquellos casos en que la argumentación es decididamente defectuosa,
abiertamente insuficiente o, en últimas, inexistente, puede el juez de
tutela intervenir en la decisión judicial para revocar el fallo infundado. En
esos términos, la Corte reconoce que la competencia del juez de tutela se
activa únicamente en los casos específicos en que la falta de
argumentación decisoria convierte la providencia en un mero acto de
voluntad del juez, es decir, en una arbitrariedad” 1 (el subrayado es
añadido).

En ese mismo orden, es posible concluir que como todo procedimiento, el


de conciliación y arbitraje en materia laboral, debe ser tramitado en
observancia del debido proceso, y por lo tanto, las decisiones asumidas en
su interior deben cumplir de manera imprescindible todas las reglas
preestablecidas, por cuanto, el proceso arbitral también está sujeto a las
reglas básicas de todo proceso, entre ellas, a la debida motivación y
fundamentación.

1 Sentencia T-233 de 2007 de 29 de marzo, Magistrado Ponente. Marco Gerardo Monroy Cabra

17
III.3. El proceso de conciliación y arbitraje en materia laboral

Con relación al proceso de arbitraje en materia laboral, la justicia


constitucional emitió criterios jurisprudenciales. Así, la SC 0041/2005-R de 10
de enero, señaló que las normas de la Ley de Arbitraje y Conciliación –Ley
1770 de 10 de marzo de 1997– (hoy abrogado), no son aplicables por
supletoriedad a los procesos de arbitraje en materia laboral, por exclusión
expresa del art. 6.II de la misma norma, en cuyo texto dispone lo siguiente:
“Las cuestiones laborales quedan expresamente excluidas del campo de
aplicación de la presente ley, por estar sometidas a las disposiciones legales
que les son propias”. De manera tal, que en este ámbito, son aplicables
únicamente las normas previstas por la Ley General del Trabajo y su
respectivo Decreto Reglamentario, así como el Código Procesal del Trabajo.
Razonamiento reiterado en la SC 0012/2007-R de 10 de enero. Similar norma
se prevé en la nueva Ley de Conciliación y Arbitraje –Ley 708 de 25 de junio
de 2015– contenida en el art. 5.

Dentro de ese entendimiento, de la revisión de la normativa legal que prevé


y desarrolla los procesos arbitrales laborales, es posible establecer que la Ley
General del Trabajo, a partir de lo previsto por el art. 105 se dedica a
disciplinar los procesos de arbitraje y conciliación, aludiendo en el art. 106 de
la citada normativa que todo sindicato que tuviere alguna disidencia con los
patrones, remitirá su pliego de reclamaciones al respectivo Inspector del
Trabajo, suscrito por los miembros de la directiva del sindicato y a falta de
éstos, por la mitad más uno de los trabajadores en conflicto, y de
conformidad a lo previsto por el art. 107 del mismo cuerpo legal, exigirá a las
partes constituir dentro de cuarenta y ocho horas dos representantes de
cada lado, para integrar la Junta de Conciliación. Los representantes deberán
ser trabajadores y patronos de las entidades en conflicto y serán
debidamente autorizados para constituir el pliego de reclamaciones y
suscribir por sus manantes un acuerdo

Además de los representantes obreros acreditados ante la Junta de


Conciliación podrán concurrir otros en calidad de simples expositores y su
número máximo será fijado por el Inspector del Trabajo, atendiendo a que
se hallen representadas las distintas categorías profesionales y las
diversas secciones de los centros de trabajo. El número de representantes
será igual por cada parte.

El art. 109 de la misma norma legal agrega que la Junta de Conciliación se


reunirá dentro de las setenta y dos horas de recibido el pliego de
reclamaciones. El inspector del Trabajo presidirá la Junta, interesando
razones de convivencia pero sin emitir opinión ni voto sobre el fondo del
asunto. Junta que por imperio de lo previsto por el siguiente art. 110, no
se disolverá hasta llegar a un acuerdo conciliatorio o hasta convencerse de
que todo avenimiento es imposible.

18
El mismo articulado establece más adelante que fracasada en todo o en
parte la conciliación, el conflicto se llevará ante el Tribunal Arbitral. Este se
compondrá de un miembro por cada parte y estará presidido por el
Director General del Trabajo en La Paz, por la autoridad de mayor
jerarquía dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social
y por las autoridades políticas, allí donde no existieren autoridades del
trabajo. No podrán ser árbitros los trabajadores en conflicto, sus
personeros, abogados y representantes; ni los Directores, Gerentes,
Administradores, socios y abogados de los patrones.

Aclarándose en el art. 111 que si dentro de las veinte cuatro horas de


notificadas las partes para el nombramiento de sus respectivos árbitros,
éstas no lo hicieren, el Presidente los designará en rebeldía aplicando las
sanciones del caso. Tribunal que se reunirá dentro de las cuarenta y ocho
horas de la notificación a las partes para organizarlos. Hará comparecer y
escuchará a las partes procurando un avenimiento; recibirá la causa a
prueba si fuere necesario, con un término máximo de siete días y dictará
laudo dentro de los quince días posteriores.

Finalmente el art. 113 dispone que las decisiones del Tribunal se


tomarán por mayoría absoluta de votos, y serán obligatorias para las
partes: a) Cuando las partes convengan; b) Cuando el conflicto afecte a
los servicios públicos de carácter imprescindible; c) Cuando por resolución
especial el Ejecutivo así lo determine.

Dicha normativa se complementa con las previsiones contenidas en el


art. 218 y siguiente del Código Procesal del Trabajo, en cuyos textos
disponen que en virtud a que los Tribunales Arbitrales en los conflictos
colectivos son de naturaleza transitoria, los laudos arbitrales por
comportar verdaderas sentencias a tenor del art. 157 del Reglamento de
la Ley General del Trabajo, serán ejecutados por la Judicatura Laboral, en
los mismos términos que una sentencia social ejecutoriada.

Por su parte, el Reglamento de la Ley General del Trabajo, en su art. 154


dispone que la Junta de Conciliación, sea en caso de producirse el acuerdo
conciliatorio o de evidenciarse la imposibilidad de él, levantará acta, en la
misma sesión, firmada por sus miembros, anunciando las causas del
conflicto y con un extracto de las deliberaciones; el art. 155 prevé que
fracasada definitivamente, en todo o en parte, la conciliación, el conflicto
se llevará ante el Tribunal Arbitral, a que se refiere la segunda parte del
art. 110 de la Ley. Tribunal que por disposición del art. 156, funcionará
con la asistencia de todos sus miembros. Si alguno de ellos, por
enfermedad u otra causa legítima de impedimento, faltare por más de tres
días, se procederá a reemplazarlo, por la parte a quien corresponda,
dentro de las veinticuatro horas siguientes al vencimiento de dicho plazo.
Así (art. 157), la sentencia arbitral se expedirá por mayoría de votos y
será obligatoria para las partes, por el plazo que ella determine, el que no

19
podrá ser inferior a seis meses.

Ahora bien, con relación a la intervención de las autoridades judiciales


(auxilio judicial) en los procesos de arbitraje en materia laboral, a partir de
las normas previstas en los art. 218 del CPT, concordante con los arts. 157
del Reglamento de la Ley General del Trabajo y 219 del mismo Código, se
concluye que contra el laudo arbitral laboral no cabe recurso ordinario
alguno. Por lo mismo, la intervención judicial se reduce solo a la
prestación del auxilio judicial para la ejecución del laudo arbitral; por
cuanto, la decisión emitida por el Tribunal Arbitral no puede ser
impugnada ni modificada por un juez o tribunal judicial; pues, dada la
naturaleza jurídica del proceso de arbitraje, el laudo arbitral reviste la
calidad de autoridad de cosa juzgada.

Así, analizando el carácter subsidiario de la acción de amparo


constitucional, se sostuvo los siguiente: “…no existe ninguna vía legal
ordinaria para impugnar el Laudo Arbitral que, como se dijo adquiere la
calidad de cosa juzgada, de manera que cualquiera de las partes que
intervienen en el proceso de arbitraje, si considera que en la sustanciación
del proceso o con la emisión del Laudo Arbitral se vulneran sus derechos
fundamentales o garantías constitucionales no tiene ninguna vía legal
ordinaria para lograr la protección de los mismos, en cuyo caso se activa
la vía tutelar del amparo constitucional; pues de una interpretación
contextualizada de la disposición legal prevista por el art. 152.2 de la Ley
de Organización Judicial en concordancia con las normas previstas por los
arts. 112 y 113 de la LGT, 156, 157 y 158 del Reglamento de la Ley
General del Trabajo y 218 - 219 del CPT, aplicando el principio de la
concordancia práctica, se infiere que la norma prevista en la Ley Orgánica
se refiere a los conflictos que emergen en la ejecución del laudo arbitral,
lo que implica que el Juez del Trabajo y Seguridad Social intervendrá
supletoriamente, en el proceso de arbitraje, para prestar auxilio judicial,
únicamente en la ejecución del laudo arbitral, resolviendo los conflictos
emergentes de dicha ejecución. Este razonamiento constituye una
mutación de la jurisprudencia establecida en la SC 1672/2003-R, de 24 de
noviembre” (SC 0041/2005-R de 10 de enero).

Sobre el tema, cabe anotar que la citada SC 0041/2005-R, cambiando el


razonamiento jurisprudencial asumido en la SC 1672/2003-R de 24 de
noviembre (última Sentencia Constitucional que entendió que contra un
laudo arbitral laboral, se abría la jurisdicción ordinaria de esta materia),
aclaró que si una de las partes considera que en la sustanciación del proceso
arbitral laboral o con la emisión del laudo arbitral, se vulneraron sus
derechos fundamentales o garantías constitucionales, la única vía para
lograr la protección de los mismos es el amparo constitucional, y no así la
jurisdicción ordinaria laboral. Entendimiento reiterado en la SC 1710/2011-
R de 21 de octubre. Empero, la SC 0041/2005-R-, aclaró que esa
impugnación a través de la justicia constitucional, vía amparo

20
constitucional, no atacaba al fondo de lo decido en el laudo arbitral laboral
sino únicamente aspectos referidos al proceso arbitral en cuestión, que
eventualmente lesionen derechos fundamentales. Por ejemplo, los
supuestos fácticos analizados en la mencionada Sentencia Constitucional,
fueron la denuncia respecto a: 1) Haberse dictado el laudo arbitral después
del plazo otorgado por las normas previstas por el art. 112 de la LGT; 2) Las
pruebas presentadas en el proceso arbitral no fueron puestas a
conocimiento de la otra parte (en resguardo del derecho al debido proceso
y principio de publicidad); y, 3) El laudo arbitral fue emitido en ausencia
de uno de los árbitros (en resguardo del derecho al juez natural).
Por su parte, la SC 1111/2006-R de 1 de noviembre, siguió la misma línea
jurisprudencial de la SC 0041/2005-R, en sentido de no analizar el fondo
de lo decido en el laudo arbitral laboral sino únicamente a aspectos
referidos al proceso arbitral en cuestión, que eventualmente lesionen
derechos fundamentales; prueba de ello es que en dicha Sentencia
Constitucional se analizaron las denuncias referidas a que el laudo arbitral
carecía de fecha de emisión y que no les fue notificado legalmente. Por
otra parte, la señalada Sentencia Constitucional sostuvo que, de acuerdo a
lo dispuesto en el art. 218 del CPT, concordante con el art. 157 del
Reglamento de la Ley General del Trabajo, al culminarse la emisión del
laudo arbitral que reviste la calidad de sentencia ejecutoriada, la ley
posibilita para su ejecución acudir a la vía judicial (auxilio judicial) a través
de los jueces del trabajo y seguridad social, para que dicha instancia
únicamente dé ejecución a lo dispuesto en el laudo, preceptos que son
concordantes con la norma prevista por el art. 219 del indicado Código,
concluyendo de la misma forma que lo hizo la SC 0041/2005-R, en cuanto
a que la competencia del juez ordinario se reduce únicamente al auxilio
judicial para la ejecución del laudo arbitral. Finalmente, añadió que el juez
ordinario deberá resolver todos los conflictos emergentes de la ejecución
del laudo arbitral como si éste se tratara de una sentencia social
ejecutoriada, para lo cual (la fase de ejecución) será aplicable
supletoriamente el Código de Procedimiento Civil por permisión del art.
252 del CPT. En este orden, abrió como medio de impugnación en
ejecución de sentencia, al recurso de apelación directa conforme a lo
dispuesto en el art. 518 del Código de Procedimiento Civil (CPC).

La SC 0012/2007-R de 10 de enero, reiteró el entendimiento asumido por


la SC 0041/2005-R y la SC 1111/2006-R, citadas anteriormente, puesto
que en ella se analizó la denuncia sobre la imprecisión y carencia de
fundamentación del laudo arbitral, dejando en claro que los otros aspectos
denunciados eran de competencia del tribunal arbitral (SC 0012/2007-R de
10 de enero).

III.4. Autonomía de la voluntad en los procesos de conciliación y


arbitraje en materia laboral

Tanto la conciliación como el arbitraje son medios alternativos de resolución

21
de controversias emergentes de las relaciones laborales, caracterizándose
por la flexibilidad en las actuaciones, debido a que éstas deben ser
informales, simples y adaptables a la particularidad de la controversia; en los
que las partes de forma libre y de mutuo acuerdo, acceden a un medio
alternativo de solución de controversias, conviniendo en igual oportunidad
para hacer valer sus derechos y sus pretensiones dentro del marco del
principio de voluntariedad.

El instituto jurídico del arbitraje, constituye un mecanismo alternativo de


solución de controversias en las que su objeto no esté prohibido
expresamente por la Norma Suprema del Estado y la ley, en el que prima el
principio de autonomía de la voluntad de las partes, emergente de un
acuerdo previo de someterse a un tribunal arbitral, conforme a las reglas
básicas previstas en la ley, las que, con algunas excepciones, pueden ser
modificadas en base al principio de flexibilidad del procedimiento arbitral y
de buena fe en las actuaciones de los contendientes

En consecuencia, resulta necesario analizar qué ocurre cuando una de las


partes manifiesta su no voluntad ni deseo de someter la controversia laboral
a un tribunal arbitral, en el entendido que conforme al razonamiento
precedentemente desarrollado, la misma debe tramitarse en respeto al
ejercicio de la autonomía de la voluntad, no siendo posible imponer de
manera arbitraria esta forma alternativa de resolución pacífica de conflictos.

Previo a emitir una conclusión al respecto a la cuestionante planteada en el


párrafo anterior; es preciso identificar que el proceso de conciliación y
arbitraje ante la instancia administrativa laboral, consagrada de manera
autónoma en las normas laborales, tiene dos fases fundamentales:

1. La primera de ellas que se refiere en exclusivo a la etapa de conciliación


en la vía administrativa, a la que se acude ante la discrepancia acaecida
entre los empleados y la parte patronal, y en definitiva el pliego de
reclamaciones formulado por los obreros, hubiera merecido rechazo en
todo o en parte por el empleador, entonces, conforme previenen los
arts. 106 de la LGT y 151 de su Reglamento, los interesados podrán
remitir el citado pliego suscrito por los miembros de la directiva del
sindicato y a falta de éstos, por la mitad más uno de los trabajadores en
conflicto, ante la Jefatura del Trabajo, instancia esta última que una vez
recibido el mismo, deberá conformar la Junta de Conciliación conforme
previene el art. 107 de la LGT, convocando a dos representantes de cada
lado, a efectos de lograr su avenimiento.

De lo desarrollado, es posible evidenciar que esta primera fase, tiene


como aspecto obligatorio, únicamente someter a las partes a una posible
conciliación, que se logrará en caso en que ambas partes logren ponerse
de acuerdo; empero, la misma se realiza cumpliendo los objetivos y
finalidad del procedimiento alternativo, resguardando el ejercicio pleno

22
del principio de la autonomía de la voluntad; principio básico del derecho
contractual, que se entiende como incorporado en todas las relaciones
entre las personas, quienes pueden determinar libremente el contenido
de un contrato, siempre que no sea contrario a la ley; el mismo que se
cumple en la primera fase de este tipo de procesos; dado que ambas
partes, pues si bien se encuentran constreñidas a acudir al llamado de la
máxima autoridad administrativa laboral para intentar arribar a un
acuerdo con relación a los puntos contenidos en el pliego petitorio; sin
embargo, la misma se encuentra sujeta al libre arbitrio de la partes.

Posteriormente, en caso de que dicha etapa hubiera fracasado en todo o


en parte, recién correspondería activar la segunda fase o etapa del
proceso, remitiendo la causa ante el Tribunal Arbitral.

2. La segunda fase del proceso de conciliación y arbitraje se apertura ante el


fracaso en la posibilidad de conciliación intentada en la primera etapa;
pues ésta se refiere a la de arbitraje propiamente; y se iniciará con el
nombramiento de sus respectivos árbitros integrantes, compuestos, de
acuerdo a las previsiones contenidas en el art. 110 de la LGT y 155 de su
Reglamento, por un miembro por cada parte y estará presidido por el
Director General del Trabajo de La Paz, por ser la autoridad de mayor
jerarquía dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión
Social. Designación obligatoria que no se encuentra liberada a la voluntad
de las partes del proceso, sino que conforme dispone el art. 111 de la
LGT, las mismas están reatadas a su cumplimiento, pues un accionar
contrario de cualquiera de la partes involucradas en el proceso, dará lugar
a que el Presidente del Tribunal Arbitral, designe a dicho integrante en
rebeldía, aplicando las sanciones del caso. Por lo tanto, su nombramiento
no puede ser comprendido como un acto consentido necesariamente,
dado que la precitada normativa no da lugar a una actuación distinta,
aplicando en caso de incumplimiento, “las sanciones del caso” (sic).

Ahora bien, a partir de la conformación del Tribunal Arbitral Laboral, las


partes procesales quedan reatadas a su sometimiento y luego al
cumplimiento inevitable de lo que será dispuesto en el laudo arbitral,
determinación que puede quebrar la autonomía de la voluntad; puesto
que aun cuando, una de las partes, no se encuentren de acuerdo en
someterse a dicha competencia, o bien, con la determinación final
asumida por esa instancia, de todas formas estará constreñida a su
cumplimiento; no pudiendo con posterioridad activar ningún mecanismo
de impugnación, dado que las normas laborales no prevén ningún recurso
de reclamación.

De lo detallado, es posible concluir que al ser el arbitraje un medio


alternativo de solución de controversias, y que por lo tanto, requiere de la
voluntad de las partes, para someterse al mismo, conforme al art. 113 de
la LGT en cuyo texto dispone, entre otros, que las decisiones del tribunal

23
arbitral se tomarán por mayoría absoluta de votos y serán obligatorios
para las pares cuando así lo convengan, norma similar a la contenida en
el art. 157 del Reglamento a la LGT; estableciendo de manera sistémica
la existencia de un acuerdo entre las partes para someterse al proceso de
arbitraje, a efectos de validar el laudo arbitral.

Al margen de lo manifestado, cabe resaltar que la previsión contenida en


los arts. 43 del CPT, otorga competencia a los jueces del trabajo y
seguridad social para conocer en primera instancia; entre otras, acciones
sociales, individuales o colectivas suscitadas como emergencia de la
aplicación de las leyes laborales; y 73.4 de la LOJ.

En consecuencia, en aplicación al principio de igualdad de las partes


procesales, resulta permisible para ambas, reclamar o impugnar el debido
proceso en su elemento al juez natural, con carácter previo a la emisión
del laudo arbitral, a tiempo de la iniciación de la tramitación de la
segunda etapa del proceso de conciliación y arbitraje; medio de defensa,
debe merecer una resolución debidamente motivada y fundamentada en
derecho, ya sea concediendo o denegando la pretensión. Pues si bien, no
existe una norma legal que prevea la interposición de una excepción
como tal dentro del proceso arbitral, sin embargo, cualquier desacuerdo
que implique el quiebre de la autonomía de la voluntad y por ende, la
vulneración de derechos fundamentales y/o garantías constitucionales,
debe ser analizada y resuelta de manera oportuna por las autoridades a
cargo de la tramitación del proceso principal; lo contrario, podría implicar
un afectación de los derechos de las partes en sus variadas formas de
expresión, como son el comercio, la industria u otras actividades libres.

III.5. Análisis del caso concreto

En el caso analizado, los accionantes denuncian que las autoridades


demandadas vulneraron los derechos al debido proceso en sus elementos
de fundamentación, motivación y congruencia; el derecho al juez natural
y al acceso a la justicia, de la empresa a la cual representan; habida
cuenta que, no obstante de no haber reconocido la competencia del
Tribunal Arbitral para tramitar el proceso de arbitraje iniciado por el
Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros San Cristóbal, dicho ente
colegiado administrativo laboral, no dio respuesta debidamente
fundamentada ni motivada a la excepción de incompetencia formulada
por su parte, tramitando y conociendo la causa que debió haber sido
tramitada y resuelta por autoridad judicial competente en materia laboral.
En tales circunstancias, solicitan que se dejen sin efecto las Actas de 12 y
21 de noviembre de 2018, así como los actuados posteriores emitidos por
el apócrifo Tribunal Arbitral; disponiendo que los demandados, remitan
antecedentes ante el órgano judicial a efectos de que la autoridad
competente resuelva el conflicto colectivo de trabajo, al existir una
controversia laboral y el rechazo del empleador de someterse a la

24
jurisdicción arbitral.

III.5.1. Consideraciones previas relativas a la legitimación de


las partes intervinientes en el amparo constitucional

Previo a ingresar al fondo de lo demandado, resulta necesario


verificar el cumplimiento de los requisitos relativos a la
legitimación activa y pasiva en la presente acción.

En ese entendido, con relación a la legitimación activa, se


evidencia que los presentantes de la acción de amparo
constitucional que se revisa, como son Bladimir Pablo Carrasco
Quintana y Jaime Carlo Torrico Trujillo, se encuentran munidos
del Poder Especial, Amplio y Suficiente 0183/2019 conferido el
10 de abril de 2019, por el representante legal y apoderado de
la empresa Minera San Cristóbal S.A. para que interpongan,
promuevan y continúen hasta su conclusión la acción de
amparo constitucional a nombre de la referida empresa, en
contra de los miembros y ex miembros del Tribunal Arbitral
constituido en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión
Social que viene conociendo el proceso de arbitraje instaurado
por el Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros San Cristóbal en
contra de la empresa Minera San Cristóbal S.A., por el Pliego de
Peticiones de la gestión 2018 en el Ministerio de Trabajo,
Empleo y Previsión Social.

De la revisión de dicho instrumento legal, es posible verificar


que se cumplieron con los requisitos exigidos por la
jurisprudencia constitucional, dado que el mismo otorga la
capacidad jurídica suficiente a los accionantes para activar el
presente mecanismo de defensa, así como enumera las
facultades expresas otorgadas, entre las que se encuentra la
posibilidad de acudir ante las instancias constitucionales, y se
encuentra debidamente inscrito en el Registro de Comercio
FUNDEMPRESA, tal como se acredita del sello impreso en la
parte superior de la última hoja de dicho Poder, así como la
transcripción de partes pertinentes a la Escritura de
Constitución de la Sociedad y de sus Estatutos, y si bien en el
mismo, no se insertó la transcripción completa de dichos
instrumentos legales, ni la lista de socios que integran la
misma; sin embargo, dicha información se encuentra contenida
en la documentación inextensa adjunta al expediente a través
de los documentos legales idóneos, así como el registro de la
Sociedad en FUNDEMPRESA vigente hasta el 28 de febrero de
2020.

Los extremos señalados precedentemente demuestran el

25
cumplimiento con la legitimación activa de los accionantes, para
interponer la presente acción tutelar, en representación de la
empresa Minera San Cristóbal S.A..

Ahora bien, en cuanto a la legitimación pasiva; es posible


evidenciar que la demanda se la dirige contra Miguel Ángel
Albarracín Paredes, ex Director General del Trabajo, Higiene y
Seguridad Ocupacional, en consideración a que ejerció como
Presidente del Tribunal Arbitral; Wilson Orlando Ingala Huaygua
como Árbitro Laboral; y, Mario Pacosillo Calsina, actual Director
General del Trabajo, Higiene y Seguridad Ocupacional, quien
asumirá la calidad de Presidente del citado Tribunal.
Asimismo, aclara la empresa accionante, a través de sus
representantes legales, que excluyen de la presente acción al
Árbitro Patronal Juan Pablo Álvarez Rocabado, dado que este
último materializó su voto disidente en todos los actuados que
supusieron la declaración de competencia ilegal del Tribunal
Arbitral.

Los extremos señalados por la parte impetrante de tutela, son


evidentes, puesto que de la revisión de los actuados arrimados
a la presente acción, se evidencia que el Arbitro Patronal,
manifestó reiteradamente su desacuerdo con la competencia
del Tribunal Arbitral para la resolución del conflicto colectivo;
por lo tanto, no corresponde su inclusión dentro de la presente
demanda; puesto que su posición con relación a no acogerse
voluntariamente al proceso quedó manifestada de manera
expresa.

Finalmente y para concluir con el análisis sobre la legitimación


pasiva, cabe resaltar que Mario Pacosillo Calsina, Director
General del Trabajo, Higiene y Seguridad Ocupacional del
Ministerio del Trabajo, Empleo y Previsión Social y Presidente
del Tribunal Arbitral, a tiempo de presentar su informe dentro
de la presente acción alegó que no se sabe si se lo demandó
como funcionario de la señalada cartera de Estado o como
Presidente del Tribunal Arbitral, afirmación que resulta
irrelevante, puesto que lo importante, como se lo hizo en la
especie, es demostrar la vinculación entre el hecho y el o los
derechos supuestamente vulnerados, pudiendo la parte
accionante demandar contra el cargo, independientemente de
la persona que lo ocupe o lo vaya a ocupar, siendo posible
además hacerlo contra la ex autoridad que ocupaba el mismo;
así como, contra la actual, de manera indistinta, o bien, como
en el caso, contra ambos; ello a efectos de establecer la
responsabilidad personal de los actos y de disponer el

26
cumplimiento del fallo en caso de concesión de tutela. En ese
sentido, la parte solicitante de tutela, en la especie, decidió
demandar, entre otras, contra ambas autoridades; es decir,
contra el ex Director General del Trabajo, Higiene y Seguridad
Ocupacional que ejerció el cargo de Presidente del Tribunal
Arbitral, y contra el actual Director, aclarando que asumirá la
calidad de Presidente del Tribunal Arbitral. Por lo tanto, no
resulta evidente que dicho extremo se encuentre confuso; al
contrario, ha sido debidamente cumplida la legitimación pasiva
de las autoridades demandadas.
III.5.2. Sobre los principios de subsidiariedad e inmediatez

A efectos de emitir un pronunciamiento, cabe recordar que la


acción de amparo constitucional, configurada como un
mecanismo extraordinario de defensa, en virtud al principio de
subsidiariedad que rige su tramitación, no se constituye en un
medio alternativo o sustitutivo de los medios ordinarios que el
orden jurídico prevé para resguardar los derechos
fundamentales y garantías constitucionales y si bien, ante la
existencia de un posible daño o perjuicio inminente e
irreparable que amenace con lesionarlos, es posible hacer
abstracción del mismo, es imprescindible que quien pretenda tal
excepcionalidad cumpla ciertos presupuestos.

Con relación a lo señalado, en el caso que se analiza y dadas las


connotaciones de la pretensión planteada, se tiene que la parte
accionante observa actuaciones relativas a la vulneración del juez
natural dentro del proceso arbitral iniciado por parte de la
administración laboral, aspectos que si bien, no se refieren al
fondo de lo que será resuelto en el Laudo Arbitral; sin embargo,
también están lejos de constituirse en cuestiones de mero trámite
dentro proceso de arbitraje; por lo tanto, si bien pudiesen ser
resueltas a tiempo de la emisión del Laudo Arbitral; empero, nada
prohíbe que al haber sido planteadas con anterioridad a su
pronunciamiento como es el caso, deben ser analizadas y
resueltas de manera previa a la resolución de fondo del citado
Laudo; al contrario, resulta necesaria la resolución previa del
cuestionamiento relativo a la competencia del Tribunal Arbitral,
puesto que eventualmente, podría dar lugar a la conclusión
extraordinaria del proceso.

En consecuencia, al advertirse que lo reclamado mediante la


presente acción se refiere al juez natural como elemento del
debido proceso y considerando que un laudo arbitral como
mecanismo alternativo de resolución pacífica de los conflictos
laborales colectivos, debe ser el resultado de la observancia de un
debido proceso, las decisiones asumidas en su interior deben

27
resguardar la observancia de todas las reglas procesales, por
cuanto, como se señaló, el proceso arbitral también está sujeto
las reglas básicas de todo proceso.

Consiguientemente, al quedar descartado que el cuestionamiento


relativo a la competencia del Tribunal Arbitral ahora demandado,
pudiese ser analizado por la vía ordinaria laboral, al constituirse
esta, únicamente en una instancia de auxilio judicial y de
ejecución del laudo arbitral que adquiere la calidad autoridad de
cosa juzgada, no resultaría posible pretender su análisis y
resolución en dicha fase procesal, como tampoco sería oportuno
hacerlo directamente a tiempo de la emisión del laudo arbitral,
sino que son aspectos que merecen una atención y resolución
inmediata, por lo que corresponde que ante la omisión en su
atención por parte del Tribunal Arbitral o de su Presidente, resulte
viable activar directamente la acción de amparo constitucional,
reclamando dichos aspectos, previo a la emisión del laudo arbitral.

Lo señalado guarda mayor relevancia en la especie, dado que


ante la presentación de la carta de 23 de octubre de 2018, la
empresa Minera San Cristóbal S.A., hizo conocer a la instancia
administrativa laboral, no estar de acuerdo con someter la
controversia a un Tribunal Arbitral como forma alternativa de
conflictos, expresando que la misma debe ser tramitada por la
judicatura laboral, reservándose el derecho de suscitar o
interponer incidente de nulidad o excepción de incompetencia
alegando una serie de argumentos que sustentaron de manera
fundamentada su pretensión; la misma que mereció decreto de 24
de ese mismo mes y año, bajo el siguiente texto: “Estese a los
datos del proceso” (sic), suscrito por el Director General de
Trabajo, Higiene y Seguridad Ocupacional del Ministerio del
Trabajo Empleo y Previsión Social. Así una vez emitido dicho
decreto, se continuó con el procedimiento arbitral, señalando
audiencia de conciliación y primera de arbitraje para el 19 de
noviembre de 2018; fecha en la cual, la empresa Minera formalizó
la activación de la excepción anunciada, manifestando no ser su
voluntad someterse a la vía arbitral y existir la vía judicial de
solución de la controversia colectiva, dando lugar a la providencia
de 20 de noviembre de 2018, por la que, la precitada autoridad le
respondió nuevamente “estese a los datos del proceso” (sic),
dando lugar a la presentación de un recurso de apelación que se
rechazó por no estar consagrado en las normas procesales
administrativas laborales.

En consecuencia, no existía ulterior recurso para reclamar las


cuestiones relativas a la competencia del Tribunal Arbitral;
constituyendo el decreto de 20 de noviembre de 1018, el último

28
actuado que causó agravio a la parte accionante, y a partir del
cual, debe computarse el plazo de la inmediatez que rige a las
acciones de amparo constitucional. En consecuencia, al haberse
activado este mecanismo extraordinario de defensa el 18 de abril
de 2019, se concluye que fue presentado dentro del plazo legal
establecido por la Constitución y la norma de desarrollo.

III.5.3. Con relación a los supuestos actos consentidos

A tiempo de evacuar los informes dentro de la presente acción,


se alegó una supuesta existencia de actos consentidos de parte
de la empresa accionante, al no haber reclamado desde el
primer actuado del proceso, lo referente al juez natural. Con
relación a lo señalado, tal como se desarrolló precedentemente,
en la primera fase el proceso laboral arbitral, no resultaba
necesario impugnar dicho extremo, puesto que la etapa de
conciliación no impone a las partes procesales, la obligatoriedad
de conciliar, pues de acuerdo a la voluntad de cada una ellas,
se pretenderá arribar a una conciliación; sin embargo, la misma
puede verse frustrada ante la falta de consenso; por lo tanto,
no resultaba necesario ni imprescindible la activación de
mecanismo de impugnación alguno.

Tampoco resulta razonable señalar que el accionante debió


haber impugnado la conformación del Tribunal Arbitral, dado
que el reclamo tanto en el proceso como en la presente acción
no se basa en la supuesta conformación irregular de dicho ente
colegiado, al contrario, la denuncia se refiere a su falta de
voluntad de someterse a un proceso que al atravesar a su
segunda fase, pierde la calidad de voluntario.

En consecuencia, no quedaba a voluntad de la parte patronal la


designación o no de su representante para que integre el
Tribunal Arbitral, dado que tal como se demostró
precedentemente, el art. 111 de la LGT no otorga margen
alguno para el incumplimiento de dicho nombramiento; al
contrario, establece que en caso de no designarse a dicho
miembro, el Presidente designará en rebeldía, aplicando
sanciones correspondientes. Imperio normativo que no otorgar
margen alguno para su desacato; extremo que excluye la
existencia de un acto consentido; pues de obrados, se evidencia
que el Árbitro Patronal, en todo momento, se opuso al
sometimiento de la empresa Minera al proceso arbitral,
exteriorizando su falta de voluntad para dicho efecto.

III.5.4. Análisis del caso concreto

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Dicho ello, corresponde a continuación ingresar al análisis de lo
demando por la parte accionante, fin para el cual, resultará de
mucha utilidad delimitar el ámbito de análisis de la presente
acción; siendo innecesario ingresar a evaluar ambas etapas del
proceso de conciliación y arbitraje instaurado por los
trabajadores de la empresa minera San Cristóbal, dado que en
ella no se evidencia vulneración alguna a los derechos
fundamentales de la accionante; al contrario, el procedimiento
se apegó a la normativa legal vigente, desde el inicio del
mismo, como fue la solicitud del Pliego Petitorio Gestión 2018,
el mismo que al no haber logrado consenso, fue presentado
ante la Jefatura Departamental del Trabajo de La Paz,
celebrándose a efectos de lograr una conciliación, una primera
reunión, el 12 de septiembre del indicado año; sin embargo,
ante el NO avenimiento y abandono de conciliación del
empleador, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social,
concluyó en que cualquier avenimiento resultaba imposible; por
lo que determinó elevar el conflicto ante el Tribunal Arbitral, a
efectos del tratamiento del Pliego Petitorio.

Ahora bien, aperturándose con dicha remisión, la segunda


etapa del proceso relativa al arbitraje, la precitada autoridad,
mediante carta de 22 de octubre de 2018, conminó a la
empresa minera San Cristóbal S.A., a que desinara un árbitro
patronal a efectos de conformar el Tribunal Arbitral;
oportunidad en la cual, en el primer actuado de la segunda fase
del proceso, mediante carta de 23 del mismo mes y año, la
citada empresa hizo conocer a la instancia laboral, que a su
criterio, la causa debería ser tramitada por la judicatura laboral,
advirtiendo que de conformarse el Tribunal Arbitral, se
reservaba el derecho de suscitar o interponer incidente de
nulidad o excepción de incompetencia; mereciendo pese a la
fundamentación expuesta en su pretensión, un mero decreto
que de ningún modo cumplió con el debido proceso en sus
elementos a la motivación, fundamentación y congruencia, que
en su texto aludía lo siguiente: “estese a los datos del proceso”
(sic); dando lugar a la presentación de la excepción anunciada
por parte del empleador, la misma que en vez de ser atendida y
otorgar una respuesta fundamentada y razonada en derecho,
continuó provocando la lesión al debido proceso en los
elementos indicados, al ser respondida de la misma manera con
el simple proveído de que se esté a los datos del proceso,
cuando lo que correspondía era analizar la probable vulneración
de derechos fundamentales, considerar lo alegado por la parte
accionante, el accionar contrario de los demandados, provocó
violación al debido proceso en sus elementos a la
fundamentación, motivación y congruencia.

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Pues de acuerdo con la jurisprudencia constitucional transcrita en
el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, se entiende que el debido proceso
tiene como componentes a la fundamentación, motivación y
congruencia en las resoluciones, entendidas como la obligación
que impuesta a toda autoridad a que motive y fundamente
adecuadamente sus decisiones, citando los motivos de hecho y
de derecho, base de sus decisiones, no siendo exigible una
exposición necesariamente amplia de consideraciones y citas
legales, sino que contenga una estructura de forma y de fondo
que permita comprender los motivos de la determinación
asumida, de forma concisa y clara. De esta manera, debe tenerse
presente en cuanto a los criterios jurisprudenciales desarrollados,
que las decisiones jurisdiccionales y administrativas no se
encuentran sometidas a una especial estructura para estar
conforme a derecho, y menos que deban ser exhaustivas y
ampulosas; teniéndose por satisfecho este requisito, aun cuando
estando redactadas de manera concisa y breve, sean precisas,
claras y contundentes que responda cada uno de los agravios
expuestos, permitiendo conocer de manera indubitable las
razones que llevaron a la autoridad a tomar la decisión en tal o
cual sentido, de modo que las partes conozcan los motivos en
que fundaron la resolución.

Y si aun así, la parte accionante considera que se continúan


lesionando sus derechos fundamentales, esta vez ya no debido
a la falta de fundamentación, motivación y congruencia, sino
con relación a lo determinado en el fondo de lo reclamado
relativo al juez natural como elemento componente del debido
proceso, tenga la oportunidad de refutar los argumentos de
fondo de dicha respuesta, enhebrando la acción de amparo
constitucional para su análisis de fundabilidad, claro está,
cumpliendo previamente con todos los requisitos exigibles para
dicho efecto.

III.5.5. Consideración final

Cabe aclarar que en el petitorio de la presente acción, la


empresa minera San Cristóbal, requirió la nulidad de las actas
de 12 y de 21 de noviembre de 2018 y la remisión de
antecedentes ante la judicatura laboral, extremos que no
pueden ser concedidos por esta instancia constitucional, dado
que dicho los mismos deben ser analizados por el Tribunal
Arbitral, al ser de su competencia; sin embargo, también se
solicita la nulidad de los actuados posteriores a dichas actas, del
citado Tribunal; petición que involucra la solicitud que realizó la

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parte impetrante de tutela a la instancia administrativa
mediante misiva de 23 de octubre de 2018, de no conformar
Tribunal Arbitral, ante su no voluntad de someterse al mismo,
anunciando la interposición de recurso de nulidad o excepción
de incompetencia; y la excepción misma activada a través del
memorial de 19 de noviembre de ese mismo año; y sus
respectivas respuestas por parte del Presidente del mismo.

En virtud a lo señalado, corresponde disponer que la instancia


colegiada administrativa resuelva el cuestionamiento relativo a
la incompetencia alegada por la parte accionante, cumpliendo
con los parámetros mínimos de fundamentación y motivación
de los fallos, y resguardando el principio de congruencia.

En consecuencia, la Sala Constitucional, al conceder en parte la tutela


solicitada, ha evaluado en forma correcta los datos del proceso y las normas
aplicables al mismo.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de su Sala Cuarta Especializada,


en virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el
art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve:
CONFIRMAR la Resolución 097/2019 de 24 de mayo, cursante de fs. 1101 a 1107
pronunciada por la Sala Constitucional Segunda el Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz; y en consecuencia, CONCEDER en parte la tutela solicitada,
en los mismos términos que lo hizo la referida Sala Constitucional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano René Yván Espada Navía


MAGISTRADO MAGISTRADO

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