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Como derivación del principio contenido en este art. 264, el art. 265 enuncia
concretamente los deberes-derechos más caracterizados que entraña el
ejercicio de la patria potestad: los hijos menores están bajo la autoridad y el
cuidado de sus padres quienes tienen a su cargo criarlos, alimentarlos y
educarlos conforme a su condición y fortuna, no sólo con los bienes de los
hijos, sino con los suyos propios. (Ídem)
Por tanto, concebimos a la patria potestad, como aquel poder-deber que tienen
los padres de cuidar de la persona y de los bienes de sus hijos desde la
concepción hasta su mayoría de edad o emancipación con un doble objetivo.
Lograr el desarrollo integral de los hijos y la realización personal de los padres.
El Código Civil de México en el art. 450 señala que los menores tienen
incapacidad natural y legal, esto significa que el menor no puede realizar actos
jurídicos válidos, salvo las pocas excepciones que dispone la ley, por ejemplo,
a los doce años puede dar su consentimiento para ser adoptado, a los dieciséis
puede otorgar testamento, y sin que la ley señale una edad mínima, el menor
puede administrar los bienes adquiridos por su trabajo, luego entonces, si el
Código Civil dispone algunas excepciones en las que el menor puede realizar
actos jurídicos, en todo lo no previsto como excepción, se aplica la regla
general de incapacidad jurídica y el menor requiere forzosamente la
intervención de un adulto para suplir su incapacidad de ejercicio.
Si los padres de un niño están casados o en una sociedad civil, tanto el padre
como la madre tienen la responsabilidad parental. Las madres siempre tienen
la responsabilidad parental y los padres solteros o una segunda madre que no
está casada o en una sociedad civil con la madre del niño pueden adquirirla por
acuerdo con la madre, por orden judicial o registrando el nacimiento juntamente
con la madre del niño. Un padrastro o madrastra puede tener responsabilidad
parental mediante un acuerdo con el padre del niño o padres que tienen la
responsabilidad parental o por orden judicial.
En Chile: En Chile, lo primero que nos indica Daniela Horvitz Lennon, abogada
experta en derecho de familia y derecho de familia internacional en Chile, es
que las diferencias conceptuales son muy importantes.
Por ley les corresponden a ambos padres, si bien, si los padres viven
separados pueden decidir quién lo ejerce exclusiva o compartida. Si no hay
acuerdo, los cuidados cotidianos los detentará el progenitor que comparta
residencia. La reforma legal operada en el año 2015 en dicho país se atribuía
los cuidados cotidianos siempre a la madre si concurría negligencia se podía
retirar esa guarda. A partir de la reforma operada los cuidados cotidianos
pueden ser atribuidos tanto al padre como a la madre, dando prioridad a quien
esté mejor habilitado conforme al Código Civil Chileno y los requisitos
establecidos, que son entre otros: quien tiene un mayor respeto por el ejercicio
conjunto de las funciones de paren talidad, el abono de la manutención o los
alimentos de los hijos, los apoyos o familia extensa.
La patria potestad de los hijos la poseen por el igual tanto la madre como el
padre, lo que algunos autores lo denominan como Cotitularidad de la Patria
Potestad. Por lo general, dicha institución se ejerce dentro del matrimonio. Sin
embargo, en determinadas circunstancias el ejercicio de este derecho puede
verse interrumpido como cuando los padres del niño se encuentren separados
de hecho, es decir, cuando ambos padres viven en domicilios distintos. En ese
sentido, (VARSI ROSPIGLIOSI, Tratado de Derecho de Familia, 2011) refiere
que: En caso de separación de cuerpos, divorcio o invalidez del matrimonio, el
ejercicio de la patria potestad recae en el cónyuge a quien se le confían los
hijos.
Para gozar de la patria potestad, los padres deben ser capaces. De acuerdo a
una modificación de nuestra legislación civil, los mayores de catorce años
adquieren una capacidad limitada a partir del nacimiento de su hijo, pero solo
para reconocerlos, reclamar o demandar por gastos de embarazo o parto y
para demandar o ser parte en los procesos de tenencia y alimentos a favor de
sus hijos. La norma legal aludida es insuficiente, pues no ha considerado la
posibilidad de demandar judicialmente la declaración de filiación
extramatrimonial (a pesar de que el art. 407 de nuestro Código Civil se lo
permite a la madre, mas no al padre) o el régimen de visitas (VARSI
ROSPIGLIOSI, Tratado de Derecho de Familia, 2011).
Como hemos visto la figura jurídica de la Patria Potestad, otorga a los padres la
posibilidad de ejercer una o varias de las facultades previstas en la legislación
pertinente, tales como la tenencia del niño, la administración de los bienes del
niño o la representación legal, entre otros atributos. Por otro lado, los abuelos
no gozan de la patria potestad. No obstante, los nietos les deben honor y
respeto. Parafraseando a los hermanos Mazeaud diremos que la patria
potestad no rebasa el círculo de la familia en sentido restringido (familia
nuclear).(VARSI ROSPIGLIOSI, Tratado de Derecho de Familia, 2011).