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IPR { : ‘Traduccién directa del aleman de | ERWIN PISCATOR Sauvapor Vina i TEATRO POLITICO @ Queda hecho et depésito que marca Ia ley 11.728 Copyright by Editorial Futuro, 1957 EDITORIAL FUTURO, 8. RL. Impreso en la Argentina — Printed in Argentine BUENOS AIRES a a ll PROLOGO En realidad, es superfluo abrir un libro con la explicacién de para qué sirve. A pesar de lo cual, antes de comenzarlo, me siento obligado a escribir un par de lineas, y esto por una razén personal. En este libro aparece mi nombre con mucha frecuencia, En parte, unido a frases de desprecio y de reproche, mis frecuentemente audatorias, a veces con exageracién, No quisiera producir Ia impre- sign de haber escrito este libro para satisfacer una necesidad de vanidad. Por supuesto, me produce alegria, como a cualquier otro hombre, que mi trabajo surta efectos, y doble alegria si estos efectos son positives. Pero In cuestién, para mf, es otra, Durante diez afios vvengo procurando sin cesar, atinque tropezando eon muchas dificul= tades, malas interpretaciones y deficiencias, que mi labor tenga wna orientacién determinada, Me parcel oportuino asegurar el nacimiento y desarrollo de esta labor, recoger y fijar en un libro los mojones que fefialan su camino, antes de que se desmigajen en el escombro de los afios. Y a los pocos meses de emptyar a escribirlo, impedido por el trabajo diario y In preparacién del nuevo teatro,’ vi que no podia ofrecer al pablico més que una coleceién de datos, experiencias y conocimientos deslabnaadon, Por esto no hn resultado la tmplia obra on que yo sofiaba cuando comencé a escribirla, Sin embargo, espero que del abundante material presentado se puedan extraer elementos importantes para una dramaturgia de nuestro tiempo, Precisamente el teatro, el arte mas fugaz de todos, que pasa sin dejar tras sh par dle fotografias insuficientes y un. vago recuerdo, est I is que ningtin otro, a ser fijado por la palabra, si 08 4 arse hasta alcanzar una signi- ficacién y progreso histéricos. Por esto merecen ser ast fijados, no prin de todos. us factores y episdélos, sino también’ los tos te6ricos que de elles se desprenden. Y dada la total sélo la acontec 0 rewin efecatoh desorientacién, el cclecticismo, la inseguridad general que hoy pre- pondera en la produccién teatral, resulta doblemente necesario trazar tuna. linea de prineipios inequivocos, encastillarse contra oportunistas ¢ intexpretaciones incomprensivas, extraer la sustancia esencial de stro movimiento y definirla claramente. Por tltimo, me parecia ccesario subrayar la estrecha relacién que existe entre nuestro traba- jo y el proceso de revolucién social que, desde hace cien afios, se cumple, con intensidad creciente, en Europa y particularmente en a, No son casualidades, ni por su nacimiento ni por su forma, los fenémenos con que nos encontramos aqui, en el dominio del tro, sino efectos Iégicos y naturales de una Iucha que tiene su frigen en. las raices sociales y econémicas de nuestro tiempo. Si el teatro quiere recobrar alguna vez su finalidad, si quiere ser centro cultural, punto de eristalzacin soca, factor vivo de una, comunidad humana que merezca este nombre, tendra que seguir, sin separarse det desatllo histrico general, por el camino ‘yas citacione 8 designan aqui por vez primera. El trabajo de este libro es un trabajo colectivo: las notas de la ina dramattirgica del Teatro Piscator, dirigida por Gasbarra y Leo Lania, le sirven de fundamento. En realidad, los. pensamientos cn él expuestos han nacido de la colaboracién comin, de manera que no necesitaban ya més que ser formulados. La teoria podia nacer tan sélo del trabajo prictico. Por eso doy las gracias a todos los que han tomado parte en él, sean 0 no mencionados en este libro. A pesar de lox sacrificios y desilusiones, nuestro trabajo, cuyos elementos siguen siendo hoy todavia opresi6n, miseria y desdicha humana, nos dié siempre dnimo y satisfaccién, ya que ésta, en cl fondo, brota de una concepeién optimista de la vida y de la fe en el progreso. Erwin Prscator I DEL ARTE A LA POLITICA Mi cronologia empieza el 4 de agosto de 1914 Dead entonces sube el barémetzo: 13 millones de muertos. 11 millones 4e invilidos 50 millones de soldadot movilizados. 6 mil millones de iro. 50 mil millones de metros eticos de gas Qué es es0 de formacién personal? Nadie se forma personal- ‘menie. Lo forma otra cosa, Ante el mozo de veinte afios se alz6 la guerra. Destino, Hacta superfluo a cualquier otro maestro. Dias estivales de 1914, en Munich. Yo era un voluntario del Hoftheater (#), y asistia en la Universidad a clases de Historia del Arte, Filosofia y Germanistica, Pero la guerra se acercaba como un reptil —jqué muertas se separaban unas de otras las calles, retroce- Giendo ante un futuro que todos presentian, pero que nadie se con- fesaba! Las gentes se aturdian con bullanga patridtica, que entonces era de buen tono y que, con histérico desvario, degenaraba en psicosis. ‘A mi no se me podra venir con lo de que no soy un buen alemén. Mi familia es una antigua familia de Pastores, y yo he sido educado en un ambiente patriético; pero sé muy bien o6mo temblaba mi padre —que aun hoy es de ideas muy conservadoras— al pensar que (1) Bn el Hoftheater se representaba, sobre, todo, drama cisco; luego Wildenbruch, Anzengruber, ete. Ibsen, Rosenov (“Kater Lampe”), ete, Lucha de dos orientaciones, De una parts, Litzenkirchen (diseipulo de Posarts); de ftra, Stcinrick, como representante de los modepoos actores berlineses. No se Gitentabaningén, género de experimentos estlnicos, ni draméticos. En el Kemmerpiel dominsban cl programa: Hauptmann, Strindberg y Wedekind. Junto ellos, Osear Wilde, lo franceses y la comedia moderna de costumbres, Principalmente como negocio. w eawiN piscaron yo también pudiera ser llamado a incorporarme y cémo se alegré ‘fuundo, en la primera revista, me excluyeron por padecer anemia roneral {Patriota? Mis ojos relampagueaban, como los de todos los den hhachos, cuando desfilaban por el Spiegelslustberg (Mar- burg del 1.) las bandas de tambores y trompetas el dia del santo del Kaiser, La escucla no me gustaba. La sequedad de los pedagogos de entonces, la educacién fifia, contribuyeron a que yo, al margen de los estudios obligatorios, siguiera mis propios pensamientos. Formé grupo aparte con dos amigos: ellos pintaban, yo hacia poesias. Mis padres habian venido del campo. Allf habfa nacido yo. Cinco afios entre campesinos. Marburg, con sus veinte mil habitantes y los estudiantes de las diversas Corporaciones, que —con el dinero de sus padres y sus abigarradas gorras— se presentaban como seres de un mundo més alto, me parecié ya gran ciudad. Habitibamos en cl apretado nein’ de Ta parte vieja, entre burgueses, artesanos_y Yo no iba a la Escuela Preparatoria, que entonces fué organi zada en conexién con los Establecimientos superiores de Ensefianza, sino a la Escucla nacional. Ese fué el expreso deseo de mi padre, que weendia de una familia campesina sencilla y patriarcal, fundamen- tada sobre un verdadero cristianismo, en cuanto éste era compatible on las citcunstancias actuales. (No he conocido hombres més senci- Hos ni mejores cristianos, en lo que se refiere a indulgencia con las faltas del préjimo, comprensién, bondad y perfecta indiferencia hacia el mundo exterior, politica, ambicién de puestos més altos y as, que mis abuelos y el hermano de mi padre. propongo escribir aqui una créniea de mi familia. Pero, tan sélo para hacer constar que también se puede ser comunista sin toner sangre judia, cito: "Die Welt am Montag” de Berlin. Recorte del némero del 1 de marzo dle 1927. Rewin Piseator. Se nos escribe: “Una parte de In Prensa ha divul- ado que yo me Hlamo en realidad Samuel Fischer y que soy un judlo oriental iqrado, Por desgracia no es asi, Tampoco tendria yo que responder de ello, adversarios lo esgrimieran como argumento contra mi’ arte. oro los gefiores que se interesan por mi Finaje personal caso quicran hon- rarme para que yo, apoyado en “mis” viejas Biblias, pueda ules que esas mismas Biblias fueron traducidas por mi antecesor, Juan Piseator, profevor de Teologla —primero en Estrasburgo, después en Herborn i eareo roitico B y en Nassau, con el propésito de corregir la versién de Lutero. La edicién apareeié en el aio de 1600 y levanté entonces extraordinario revuelo, junta~ mente con otras 200 obras del mismo autor.” Y aunque yo me diferencie en algo de aque! Juan Piscator, sin ‘embargo, creo que, con todo, algunas gotas de este serio protestan- tismo falto de humor han quedado en mi sangre, que, por otra parte, hha experimentado también una mezcla con la rama hugonote. De cualquier modo, pérroco, que era lo que mi padre hubiera querido hacerme, no me placia ser. Otra tribuna me parecia més importante. Por supuesto, apenas exteriorie€ el deseo de dedicarme al teatro, fué rechazado por todos con la mayor acritud, Of entonces lo que yo mismo digo hoy también a los actores: mejor seré que deje usted el oficio, que es inseguro y dificil; aun los grandes talentos se abren paso con gran trabajo. La envidia y la rivalidad le explotan a uno. Y hoy todavia me parece estar oyendo a mi abuelo, insistiendo su vor en Ia a: “Actor, quieres ser ti?”, algo asi como gitano, vagabundo © cosa por el estilo, De mi biblioteca: Ensique Mann, Tomis Mann (“La muerte en Vene- ), Tolstoi, Zola, Werlel, Rilke, Rimbaud, Stefan George Heym, Verlaine, ‘Maeteslinck, Hofmannsthal, Brentano, Klabund, Strindberg, Wedekind, Messer (Psicologia), Wundt, Windelband, Fechner, Schopenhauer. Entre ellos estaban también Otto Emmst, Conan Doyle y A, de Nora A salir de esta burguesia, a deshacerme de esta fioferia, me a) ‘daron Nietzsche, con su gran desprecio de la burguesia; Wilde, el esteta y snob, y todos aquellos que entonces ridiculizaban, combatian © interpretaban esa mérbida sociedad burguesa de los tltimos cin- cuenta afios. ‘Todo absolutamente lo dominaba aquel tipico estado de énimo, pesimista, resignado, negador de sf mismo, que parecia haber quedado todavia como fin de sigcle, un laissez faire, laissez aller, que contras- taba tan duramente con la febril actividad politica 'y econémica. Entonces yo no tenia afin idea alguna de la mutua dependencia de Jas cosas: los socialistas me parecian hombres con barbas de Mefisto y la consabida boina roja. Sin saber hacia quién o hacia qué volverse, no parccia quedar otro recurso que nadar con los demas en este ancho rio papilloso. Ahora, el gran hurra alemén,, el entusiasmo bélico, Todo a mi alrededor se alistaba como volurltario para la guerra. Yo, no. Por

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