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capitulo 6 El enfoque narrativo en la terapia Maria Sudrez Castillo Origen del modelo narrativo p™ linsites al tiempo es una idea que nos organiza y que inventamas para crcemos ¢l cucnto de que sobre él tenemas poder; of mundo en- tern celebra y teme las fronteras, las acomoda, las rectea y en ocasiones las roma en serio, porque al fin yal cabo el afio 2003 de los cristianos es el aiio 1381 de los musuimanes, el 3764 de los judios y of 5116 de las mayas. El devenir de Ja certeza sensible nos mueve a farmarnos otra idea que nos permita marcar otro limite de espacio y de tiempo: los que formamas parte de este libro y los lectores somos todos gente del siglo pasado y, mis todavia, somos gente del pasado milenio que enfienramos un mundo ver- Liginoso a través del cual se genera una multiplicidad de rehiviones, con di- versos medias de comunicicisn o hundidas en el aislamiente compartido. Son las relaciones las que definen a la persona, marizan sus sentimientos, otientan sus teflexiones y concretan su hacer coridian. Cabe preguntarse entonces qué personajes estamos recreando en este nuevo milenio. La vi- dade cada uno estd modelada por las experiencias segiin las précticas eul- turales y, mas adelante, conforme al significado que asignamos a éstas. La continua interaccién del individuo y su entorno, mediante las pro cesos de intettialivacién, acomodaciéa y exteralizacidin, da cuenta de un compleje desarrolla humano. Con Bateson (1979), la vide psiquica se puede entender como el resultado de la organizacién individual y de lao periencia relacional, es decis, aoc otra cosa que el organisme en un am- biente dado. La vida afscriva (Wallon, 19795 Plager, 1986), en su origen y on st: clones agrada- mecanismo fisioldgico, se cevela como un conjunto de re ia 14D & Ala SUAREZ CASTILUT bles o desagradables y pertenece, en su ncuradinamismo, a los circuitos sensitivomorores de la vida de relacién. La intervencidn de las funciones neurewvegerativas en las emociones es observable, ya sea que provean de enerpia o que perturken la puesta en marcha de mecanismos de defensa aporcunos, y estin identificadas con la accidn sobre el mundo exterior. La inrervenciin de los process corticales cambia esencialmente la funcidn de Jos estados emotivos, derivadas de las relaciones reciprocas del individue y el medio, significando el valor culrural de la emacién. Las reacciones afec- wencionalidad, estin intrinsecamente unidas por necesida- rivas poseen des que dad y se reansforman on lo que llamamos sentimientas, Asimismo. la apa- ricién de los sentimientos esc ligacla a necesidades, mismas que dependen de las condiciones culturales y sociales. La concepcién integradora de Wallon ao es tan conacida como la de Plager y Vygasskey; sin emlargo, la menciono porque tlene una gran rele- vancia y pertinencia como lo afirmd Piaget unos dias antes de la muerte de Wallon. E] medio natural de la existencia humana os fa culvura, a raves de la cual le concieneia oma forma, Ese concluyeron Bajcin y Vygorsigy (1993). Un acto cognitive individual es un fendmeno cultural, y wade ele- mento del complejo cultural colective puede sctualizarse cm um acto oo- lectivo individual [...] La selacién entre las mentes individuales y la cul- rura no sélo es indistinta, sino hologramdtica y recursiva, Hologramitica: fa calnura esti en las mentes indivichiales, y les mentes individuales estén en la cultura, Recussiva: los individuos sélo pueden formar y desarrallar su conocimiente en el seno de la cultura, que séle puede tomar vida a partic de las imterretroacciones cognitivas (Morin, 2000, 78-79). Actalmente la tendencia predominante es le globalizacién, una eivi- firacién no diferenciada, que hunde fa identidad en una inconsciencia co- lectiva, cuya engafiosa caherencia es la de un conglomerade ciega de se- sismo, racismo y clasismo dominuntes. Por el contrat, coneebir la cul- cura y el conocimiento individual como una toralidad dialéctica, nos re- an aparecido en el curso del desarrollo histérico de la humani- ficre 2 um proveso de autonamila eclativa que trasciende cualitarivamente fa visin fragmentada, confundida con una supuesta peroepeién de fa so- alidad (globalizacién). TL ENFOQUL NARRATVIDEN LATERAMIA #141 Slugoski y Ginsburg (1989) reroman la experiencia de continuidad y dl sentide de unidad del individuo con su entorno para definir la base fan- damental de identidad. El construccionismo social nos posthilita le comprensién de fa petso- na en dl interior de las avilciples formas de relacién (McNamee y Gergen, 1996), incluye en ese mundo relacional el afeja conflicro del conoci- miento abjetive y subjetive. Warlawick (1994, 2000) reconoce a ke narra- tiva como el medio que genera [a identidad, la cual se produce en los in- tercambias enere personas; las narraciones del yo remiren a las relaciones sociales macho més que a la eleccidn individual. Somos coautores de iden- tidad, de una narracién que s¢ transforma en nuestro s{ mismo; somes la historia de nuestre pasado narrado en mviltiples contextos de mucsiras construcciones narrativas. Mientras la woria del self hace de la identidad una eeferencia necesa- viduo ¥, con base en ella, delinear sus cambios, el ria para entender al in construccionismo social abre un campo en ef que se percibe al individus coinie in ser participants, con posibilidad de comar conciencia de sus te laciones, de profundizar el conocimiente de si mismo y lograr cambios, es decir, concibe al hombre coconsrruyendo st: historia, El poder, vinculada al saber y conducidas ambos por e! discurso (Gergen 1992, 1997), permi- ten la Eberacién del yo sometido a saturaciéa sucial y al dominio de di- versus dileinas de identidad en el mundo comemparinca. Identidad y narrativa El individuo no es un “ser social” como consecuencia de contingencias x- reriores, sino que lo ¢s intima y csencialmense por su estructura biolégica y psicolégica: no es posible cantemplar la vida psiquica y alectiva sino a rravés de sus relaciones: es una expresidn de los vinculos sociales, regula- dos por el “alter”, ese “orro” {atime que funciona come censor, consejero ¢ intermediario del yo frenre a los dems. Esta especie de alrer ego social es un compafiero perperuo del yo en la vida psfquica, por cuanto porta las “vendatles” que norman la vida de la persona, y aunque el “yo” y el “otro” son antagonisias, interacttian, resumiendo uno lo que es preciso expulsar de esa identidad para conservazla, mientras el otro lucha por la alirma- cin de sf mismo. Las flactnaciones o variacianes de intensidad que sulte eve Tar # niania SUARFF CASTILLO “otro” son las que regulan las zelaciones. Es imporrante sefialar que la iden- tidad esta constituida por los “otros”. Si se imponen “los orros”, se da sdbicamenre une interpelaci jero con imputaciones grosetas, injuriosas, de las que pueden humillarlo en sus relaciones sociales, imponi¢ndole un pensamiento que es el suyo y que le dicta sus actos: “mitate”. Fl “alter” que se emancipa ¢s agresive. Es como su revancha contra ¢] estado de dumesticacién en el que el sujete pensaba mantenerlo, Es también coda la desconfianza que el sujet pude acumular de si mismo en sus relaciones con ¢l medio que lo rodea (Wa- Hon, 1965). 1 distintas etapas del desarrallo del nifto, la identidad pase una per- meabilidad que luego se pierde, que se hace rigida, y que disminuye el es- pacio nar ria pensar come referencia ideal, en una identidad reducida pero sélida, dejando amplio espacio para una natrativa extensa y variada, wan divetsificada como flexible. Asi conecbida, la identidad es come un so- porte de la narrativa, la que sirve de anclaje a la vex que de cimiencos (Li- nares, 1996). Gergen sugiece que del uabaje rerapéuticn surjan otras voces que per mian orientar hacia oto tipa de “conversaciones”, e decir, una actividad terapéutica que atienda a las relaciones que los individuos tienen consigo mismos y con los otrns, como una red de intersubjetividades (Andolfi y Angelo, 199%: Elkatm, 1998; Freid Schnirman, 1996; Fuks, 1994; Mal- donado, 1998, en Forces de Leff, 2002) E] concepto de narrativa, en un sentide ampli, puede verse coma el espacio donde se desarrolla la actividad cerapéutica; pero a la vex puede nica cuyas formas oral 9 escrita son potenciadas en el ém- mal su- rive. verse como la té ito terapéution hasta convertirlas en dtiles instrumentos para movimien- tos y objerivos diferentes, Ambas formas son intervenciones terapéuticas que, de manera estructurada, cuentan historias © proponen elementos que movilizan la construccién de nuevas narraciones, ¢s decir, se trata de cecvencioues que por su complejidad trastocan los niveles cognitivos, afec- tivas, sociales y pragmdricas La linalidad de este capitulo es presentar al lector una descripcidn del modelo narrarivo; se pretende dur un panorama contextualizado de sus origenes, desarrollo y transformacién, hasta situarnos cn el mamento ac- ELENPOQUE NARRATIVES LATERAPIA #143 tual. Este recorrido se hard revisande ka obra de sus representantes, los fun- damentos que sustentan y los provedimientos que utilizan en el proceso retpéurica, el cual ejemplifico con fa descripcién y anilisis de algunas vencias que seleccioné del trabajo realizada desde estas perspectivas, Representantes principales Las representantes de In corriente narrativa son Michel White, rerapeuta familiar que reside en Adelaide, Australia, y David Epston, de Auckland, Nueva Zelanda. Afinales de lu década de 1970 me interesé especialmente el trabajo de Gregory Bateson, Recuerdo que me sentfa muy enrusiamada ante las posi- idades de interpretar yo mismo estas ideas y explora las implicuciones de estas interpreaciones en el trabajo con familias [...] De las muchas ideas que captaron mi atencién en la década de 1980, las de Michel Foueaulr han sido las que mas influencia ban tenido sobre mi (White, 2002 a, p. 16) Retomaren a Foucaul: {1966}, quien analiza magistralmente la rela- cidin entre el relata y el poder, a fin de profundizar en el “metodo inver- prevativa” de Bateson (1972, 1976), quien afirma que la comprensién que tenemos de un hecho, o el significado que le atribuimos, ested determina- do y restringido por su contexte receptor, es decis, por la red de premisas y Supuestos que constituyen nuestros mapas del mundo, También cuvo una influencia importante Derrida (1997), especialmente por lo que se re ficre a sus mecanismos de deseonstruccién, aunque sv obra constinuye un ante desarrollo de la coxtiente postestractaralisra de la Blosafia del . De acuerdo con White y Epstan (1990), los sintomas estarian vinouladys a ciertas narraciones evnendoras del discurso social del poder desaparecerian en el rrabajo de exeralizacién, cuyo lugar fiscra ocupado por nuevas narraciones no relacionadas con el problema. El rerapeuta debe buscar conjuntamente con los pacientes la descens- sruccidn de las “verdades” que excin separdas de sus condiciones y de los contextos de su producciéa, Se mrata de un modelo que busca las fuentes de lu imaginario, que evocan nuevos relatos con una actitud optinista, El modelo narrativo ansita, pues, por las niveles cognitive, suctal y afecd- idie de las pricticas del poder y de las def saber de los vor Ja deseonscruc het # sala SUAREZ CxstiaLO. expertos, muy vinculadas a aquellas, se realiza mediante la diferenciacién Ge los carespondicnres consiructos como ajenes al sujero, lo que perm su sustitucién por otros inofensivos a simplemente oiros diferentes. Michael White y David Epston utilizan o! sencilla recurso de contar a las familias cosas similares ovurridas en otros casos con problemdricas pa- recidas a las de ellos; Tas postbilidades se amplian porque se cuentan histo- rus “intspiradas en ta vida real”, o inclayendo a los pacientes en sui confec- is una técnica que permite miiliples y aparece ademnis co- mo resullade de una contestualizacién que combina afectos, imaginacién y cteatividad conjunsa del terapeusa, el equipo y los pacientes. Las cartas también son iiriles instrumentos de trabajo: racién para los miembros ansentes, exhortos para fos miembros resistentes 2 participar, cartas de predicciéa, de recomendacidn, de despido, de feli- citacién y otras notas breves que también tienen efectos muy pricticos. Es menester recordar que la utilizacién de historias, cuentos y cartas (desde Milton Frickson hasta White y Epston) en terapia familias, ha te- nid ona gran tradicién, aunque se ha escrita pooa sobre ella, Es hasta la década de los newents cuando el modelo narrative tuve una difsidn espectacular par sus principales representantes, White y Epson (1990), quienes publicaron una ingeniosa obra en la que las cartas aparecen como un medio terapéutico que permite ejemplificar dicho modelo baja el marco del construccionisme social, Epston en cada sesién concluye con tana carta que recoge la esencial de ella, utilizdndola como mensaje dirigi- doa exteenalizar el problema y a genera Los trabajos de Epston y las apartaciones de White se han enriquect- do por sus propias formaciones (antropoldgica y socivlégica, tespectiva- mente). Ambos autores han rrahajado innovadoramente en sus interven- Giones tetapduricas con recursos escritos y narraciones. El lenguaje escrito afiade una nueva dimensién a su trabajo terapéuticos su estilo y conter cidin. rtas de inwi- asf nueva narracién asintomuitica. do rebasa las simples descripciones; el contenido es seleccionado cuidado- samente con un doble objetivo: generar diferenciaciones entre el problema y la persona, y que se pueda externalizar el problema, darle un sombre que ‘conecte experiencias particulares y que ayude a interrumpir ka interpreta- ciéo y la descripeidn habituales de los relatos. Cuando las personas se se paran de sus relatos pueden encontrar acontecimientos extraordinarios, y es ah donde se invita a la persona a que le atribuya significadas, no sin an- [ENFORCE NARRATIVED EN LA TERAPIA 4.185 ccy organizar Ins narraciones en un relato alternarivo, con posibilidades de jentos subyugados. Como se puede apreciar, el trabajo que proponen White y Epston dentro del modelo narrativo es una muestm cies de una visién sociocons- ceuctivista compleja, por mas que ellos Ia presenten ercativamence de una manera sencilla y prictica; no debemos confundirla, pues, con una serie divertida de eéenicas orales y escritas; es, porel contrario, todo wa seta pa ra los teraneutas nartatives, que exigen una relacién directa mids igualira- espetuosa y compromerida. Se hace enronces necesaria identificar el contexto de los fundamentos tedricas que sosticnen la prictica terapéutica, y saber que toda prictica te- rapéutica etd comprometida politica, econdémica y socialmente dentro de nna dpoca y un contexte delinidos, liberar los conec Th Postulades fundamentales Hagamos un breve revorride que permica af lector elarificar las conceptos que vertebran el modelo narrative propuesto por White y Epston, y deje- mos clara la relevancia que tienen para la rerapia familiar. La analogfa del texto La manera de narrat nuestra vida depende de los acuerdus sociales; Gtos pueden presentar un hecho cam verdadero o falso, No obstante, ox el sig- nificado que las personas le acrifuyen 2 los hechos lo que derermina el comportamienta que se tenga. De esta manera, la analogfa del cexro se convierte en un abordaje rerapéutico que posibilita conacer la diferencia entre un telare dominance y un relato alternativa, ya la ver sizta los even- cos en el tiempo, para micar los cclatos cn su contexta sociopolitice y per- cihir el comienzo de fas relaciones presentes ¥ sus expectativas en un fur ra inmediaro, Los relatos cuntienen espacies que las personas debe lenar para represenrarios, Con cada aueva zelaco surge oro diferente que con tiene al anterior y lo supers, Es como si las personas reescribieran sus ¥ das, Asi, la analogia del texto nos introduce en un mundo “intertextual”. Todo esto nos pone en el camino para la deteccisn del cambio. ie 4 MARIA SUARLZ CASTILLO. La analogia del texto, afirma White (1996), les ha sido dil no silo por proporcionarles un marco del contexte sociopoliticn de las personas, sino también porque les ha permitide estudiar los efectos del poder sabyre las vi- das y las relaciones. Es decir, las personas tienen vivencias que dan signifi- cado a sus mazraciones, a sus vidas, y tambien ticnen el poder de represen lar sus relatos gracias al conoeimiente que tienen de elles. Las historias sonsdtuyen a las personas por medio de las verdades * Cabefa pregunturse entonces cuales sen las verdades que mokdean mi vida y mis telaciones, En fa respuesta podriamos eaptar el sometimiente pro- gresive de [a persona y sus intentos por liberarse de ese sometimicme, Foucault (1980) considera que tedos actuamos dentro de un campo de poderfconocimienca, que nos insta a pregunamnos cme funcionan kas cosas en cl nivel del sojuzgamiento cotidiano, en el nivel de fas procesas continuos ininterrumpidos que sujetan suestros cuerpos, gobiersan nucs- ros gertos y dictan nuestros comportamicntas. Narracién dominante y relatos alternativos El poder se cjerce en casos especificos cuando se establecen las condic nes para que la persona viva en ambientes ctiticas, bajo censuras constan- res segiin determinaday normas institucionalizadas, Progresivamene, personas sc aislan y se convierten cn su prapio censor; son perpetuos Liti- gos auvocastigances que qvaliian su propio comportamienta y acuitan sobre si mismos para domesticar sus propios cuerpos. La evaluacién y los juicios “normatiuadores” reemplazan las edzecles y las corturay come meeanismos propivs dy control social, Seytin Foucaule (1979), "el pandptico de Jeremy Bentham fue propuesto como forma ideal para este tipo de control social”. :Cémo puede uno librare dy les conveimientos “normatizadores" y uni- tarias? © ;cémo generar relatos alternativos? La mayoria de nosotros dis- ponemos de miilciples zelavws acerca de nosotros mismos, de los demis y de nuestras relaciones. El relato que prevalezca a la hora de asignar signi- ficado a los sucesos de nuestra vida determinard en gran medida la natu- raloza de nucstras vivencias y nuestras agciones. $i predomins una historia saturada de problemas, si nos invaden una y otra ver la desilusidn, el re- sentimiento y la tristeza, representaremos de modo habitual la misma vie~ jay problemitica historia, que revivimus como si hubiers pasado ayer. De UL URTOQHIE NARRATING FR LATERAPA @ 147 tal mode que una gran parte de la experiencia vivida queda en el rrasfon- do, relegada por la narcacién dominanre con “verdades normatizadoras”. Es esto lo que hace tan relevante la exploracion de los relatos alternativos, Es menester achirar en crmines gencrales los procedimiencos que se sugicren para la generacién de relatos alternativos. La externalizacién ayu- dy al werapeuta a separar a las personas del problema, es an trabajo de co- labaracién que mitiga pesares viejos y lihera cargas aftctivas de una manc- ra muy efectiva, Lo interesante del caso es que al darse este proceso de liberaci6n, también se externalizan los conocimientas unicarios y globales, que, pucstos a distancia, las personas pueden cuestionar o simplemente dejatlos de lado, a fin de iniciar el proceso de identificacién de aconteci- micntes extraordinarios, no habituales, Lucgo se supiere pasar a la explo- racidn de aspectas que fa persona es capaz de valoras, aunque contadigan los conneimientos “normatizadores’, es deciz, que no se adaptan a las nor- mas esperadas. Hs el momento en que se pucde alentar a las personas a des- cabrir las implicaciones favarables que los acontecimientos extravrdinatios icnen para cllos mismos y sus relaciones, elipiendo los aconuccimicnwos extrmordinarios que padrian incorporar en auevas narraciones, Asimismo, se puede sugerit la bitsqueda de conocimientos por medio de ls investiga. cin de los archivos familiares, del rescate de fiogratias de la familia y de fa comunidad, y mediante fa lecrura de documentos que se refieran a su familia; rode esto puede formar pare de sus nucvas relatos personales y colectivas recreados par ellas mismos. Cuando las personas aprecian su singular historia se dan verdaderas acontecimientos. Externalizacién del problema cs una desconstruccidn de la historia de las personas y los prupos, una “ex reriorizacidn” de los problemas que los afligen a través de sits relatos. La persona na seve como el problema; en ver de identificarse como “neurd- rica”, se dice que Ia ina, el miedo o In desconfanza la tienen atrapada, El protilema, entances, se canvierte en tina entidad separada, sin que par ello se sugiera una actitud irresponsable o desinteresada de la persona que vive von ox problema, De hecho, lar pricticas asvciadas a la “excernalizacién” del problema requieren la participacién de ls familia. Tambien se propo. ne como alternativa que evira estigmarizar a las personas; si los nifies tie- 148 MARIA SUAREZ CASTILLO nen dificultades para controlar sus excreras o su comportamiento, lo mas comtin, bajo una visién tradicional, es hacer un diagndsticn de enuresis, encopresis ¢ hiperactividad (deficit de axencidn}s y los jSvenes que se en- frentan a rewos de disciplina, rendimiento escolar, mantenimiento de hé- bitos de higiene, wastornos de alimentacién © problemas con drogas y sleohol, son ubicades entre los anoréxicos, bulimioos, fracasadas escolares, rebeldes 0 drogadictos. Los adultas que no saben qué hacer para que sus hijos respeten las normas sociales en la familia, escuela y/o instiruciones de riempo libre, o bien aquellas que tienen desacuerdos y desaveneneias con sus parejas, se ganan el calificative de neurdticos y depresivos, En este mis- mo sentido, una crisis es vista sélo como un colapso, una desorganizacién familiar, y el objerive de une intervencién en fa crisis, seria el de apaciguar el crastorno y hacer volver a los afectados al nivel de funcionamienta acep- table. Ei modelo narrative propene crear un clima menos denso, que invite a los participantes a innovar y set crearivas en el abordaje de sus prable- mas, on ver de generar mas culpa © resenrimientos; esto les ayuda a libe- rarse de la vergiienza y el miedo aniquilante, siempre mediante la “exte- riorizacidn” del problema (White, 1986}. Los nifios sufren cuando los adultos los consideran un problema. Por cllo, es rarea del cerapeuta hacer saber al nifio que él y los adultos han si- do convocadns pars vencer conjuntamente el problema, desatar el nudo que los tiene atrapados y fomenrar el juego como una estracegia que faci- lita la colaboracién entre tadas los miembros de la familia (White, 1994). White y Epston (1990) ingeniosamente han generado, entre ellos y sus clientes, personajes y metiforas alusivas a problemas tales como: pipi ruin, caca traisionera, mascara de hierta, ira que ataca. Asi mismo han elaborade diversos documentos que acreditan nuevas actitudes, nuevos re- latos: certificado de concentracién, vertificado de huida de las rabictas, certificado de huida de la culpa, certificado de huida del sufrimiento, cer tificado de victoria sobre los malos hibitos y diploma de conocimientos especiales. ‘Todo esta, ademas de ser un recurso valioso en fa cerapia, deja claramente ver una visidn sélida y creativa que nos invite a ser participes innovadores de nuestro trabajo wrapéucice. ELENHOUUE NARRATIVE LATERAPIA # 14% Vida y mantenimiente del problema Es importante saber eximo Ins personas organizan su vida alrededor de cier- tos significados, y cémo, al hacerlo, manticnen el problema, Generalmente, las respuescas de los miembros de la familia a las exigencias del problema, contribuyen, sin que ellos lo adviertan, a la vide y evolucién del mismo, En una primera instancia seaninia a las personas a cevisar la influen- cis del problema sobre sus vidas y relaciones, para identificar con precision su impacto en distintas dreas: su hacer, su pensar, sentir, decir o callan Se busca que fa persona experimente una nueva relacién con el problema, tuna expecie de “apencia personal" El procedimicnia inverso también es necesario en este trahaja de “ex teroalizacidn”: describir la influencia de las personas y de sus relaciones puede Hlevarnos a identificar contradicciones en su deseripeién colmada de dificultades; tiene ademds como propésito ayudar a que las personas s¢ den cuenta de sus comperencias y habilidades ante la adversidad. Ea caso de problemas erénicos oon historias fijus y predeterminadas, es usual que myuiestven dificultad pare identificar Ia influencia que ellos tienen sobite fa vida del problema. No obsrante, [o pueden lograr si identifican dentro de su descripcién dominante algtin hecho significative que puede convertir- se en tn suceso raro, no habitual. Por ejemplo, bay quienes afirman que luego del primer trago som incapaces de conrener el impulso de seguir be- biendo. $i entre sus relaros encuentran que antes de tomar el uago habia una idea predominante: “ellos podian detenerse si lo deseaban”, advierten que esta idea les produce un sentimiento de permisividad que los sor- prende cuando ya astdn bajo los efectos del alcobol. Pero qué pasaria si ellos aceptan que la bebida les ha ganado, que los arrapa, los seduce y que va mds alli de si: vohunrad o del deseo de dejar de beber. Esta aceptaciin les zesulta de una fortaleza gue les permite combarir la sensacidin de fracas, que apa- habitual, cara al principio, pero en muchos casos es el inicio rece frecuenremente, ante la persistencia del problema pese a sus intentos de resolverlo, La aceptacién, ademds, les ayuda a identificar la influencia que ellos sienen sobre su vida y relaciones, Hp & AMARA SUAREY CASTILLO. Acontecimientos extraordinarios Para que la sueva informacién sobre los hechos hags sus elects, debe ser relevance para las personas implicadas. Sélo si es significativa consdiruird in acontecimienro extraordinario, Estos pueden identificarse mediante una revision histérica de la influencia de las personas, solicitandoles que recuerden “heehos” © sucesas que contradigan los efectos que e! problema tiene sobre sus vidas y relaciones; estos acanvecimicntos pasados pueden ficilicar la creacidn de nuevos significados en el presente, que permiren a las personus volver artis y sevisar sa historia personal y familiar. Los acon rigs en ef futuro pueden ubicarse revisanda los pla- tecimientos extraordi nes o la esperanza que tienen de lberarse de certos problemas. Asimismo, es posible incluir a otras personas para que aytiden a resalcar los suecsos en- contrados. También es posible pregunrarles: scon quién compartirian este Gescubrimiento? ;Cémo se darfan cuenta de que otros ya lo escin viendo? Metodologia de intervencién La intervencién cerapéutica ¢s un fendmeno reciproco, puede modificar nucstrus vidas de manera significativa. Cuando trabajamos con personas que han sobrevivide al abuso y que han elegido enfientar de una manera distinta las efectos que este abuso ha tenida en sus vidas, nos vemos per- sonalmente confrontadas con nucstras prapias vidas. De acuerdo con Whire (20024), en el trabajo verapdurica hay que reconocer el sjercicie de la correspontabifidad de caininar conjuntamente para desafiar las injusti cias de nuestro mando, sca cual fuere la sivuacién en la que nos encomcee- mos, Esta idea ex favorecida por esas valiosas chispas de esperanza de que Ia vida en of futuro cambie. ‘White (2002b) sugiere generar en las personas la voluntad de ser “par- ticipantes activos de st: propia historia’, y utiliza el equipe reflexive come estigas externas que validan las hiseorias y las identidades de los clientes. Lov integrantes del grupo de aa con los que trabajames siniian Lay narra Gones en el contexto de sus propias experiencias vividas; esto permire, em icrta medida, que se vayan construyende redes entee las personas y aque~ llos con quienes se identifican fuertemente, es decir, crea un “puente de comprensidn” con aquellos que cxperimentaron “idenridades deveriora- u HOCQUE NARRATING EN LA TERABLA. 4151 das". White, sefiaia que el use del equipo para este fin es similar a la idea an” de Barbara Myerhoff. Presentaremos los pasos que da una persona acompafiada de un gru- po (terapeutas y miembros de aa) para revisar su relacién con el consumo de sustancias téxicas y para cuestionar los modos de vida que le san asig- nados. Pero, sabre code, haremos hincapié en Is fe expresada por una mu jes, una fe que se refleja en sus inagorables esfucrzas por seguir buscando ser una mejor persona, por “inventarse”. Sofia es una mujer arractiva de 35 aflos, procede de una farnilia de pa- dies diverciades, tiene dos hermanos y ella ocupa el lugar intermedios ca sada con Alberto desde hace 10 afios, su familia de arigen (padre, herma- nos ¥ tos} consume alcohel y drogas. A Soffa de 9 afias, su abuela le daba 44 de diazepam para que durmiera y controlar ja orina y el excrementos todos en casa declan que era muy nerviosa. A los 12 aBos entré. en co acto can el aloghol y el tabaco. Al principio, los consumes excesivas se al- temaron con periodos de abstinencia. Sus recucsdas de la infancia son de una nifia con siedo, impotencia, soledad y profunda sufrimiente por vi- vireo un hogar donde la violencia era el pan de cada dia. El dolor que sen- por ver golpeados a su madre y a sus hermanos era mayor que el suyo propio frente a fa violencia que ella tambida recibia del padre. El paps los abandons, y cuando ella tiene 9 afios aegress, los arranca del hogar materno y se los lleva, cotabla un juicio legal para pelear la pa trla potestad de sus tres hijos y le gana. Les promerié. juguetes, ropa, co- mida y dulces si atestiguaban en contra de su madze, pero ni su hermano mayor ni el menor aceptaron. Soffa, en cambio, enurd ci esc juego tan pe- ligcoso casi sin darse cuenta: el papd le hiza recitar lo que debta decir fren- te al juez y la mamé. Su recuerdo de aquel momento es que su mami no se defendié y con Manto abandond la sala. La culpa no tardé y el efecto mas inmediaro fue que Sofia dicté una sentencia para si misma: “Te voy a destruis, te way a despedazar, Soffa”. No podia derener la fuerza espantosa dela culpa, se golpeaba, inteneé suicidarse dos veces cortindose las venas. Aumenté su consumo de alcohol y firmacas, y con ello su nivel de rale- raneia, de tal manera que tenfa que triplicar [a dosis para sentir un mayor efecro y uti asi lo lograba, Soffa sentfa sdlo pequefios momentos de alivio, pero éstos le costaban mayor culpa al dia sigaiente. El control y los galpes de las “ceremonias de definis por parte del padve fueron también aumentando; Soffa se escapaba de la 15g 4 MARIA SUAREZ CASTILLO. escuela para ira ver a su mannd, alos 17 afios se fue a vivir con ella, evi- tando asi que el padre la inrernara cn un hospital psiquidtrice. Durante e308 cince aus de incense sufrimiento, Sefla vio come su confianza en sf misma se alejaba a la vez que, poco a poce, Ie invadia un miedo a la gen- te, nv sabia cdma relacionarse con sx madre, no se podia comunicar, na- die le habta ensediado a salir, hasta ira comprar las tortillas le daba miedo, no sabia emo solicizar un empleo, hacer amigos, novios, sentia que no sa- béa nada, Enid a una escuela de rrabajo social, carrera que le fascinaba por la posibilidad de tener contacto can la gente: una necesidad que [a impul- saba y un miedo que la anclaba, El alcohol le servia para socializar con los jévenes de su edad, pero sin él eva incapaz de establecer un minima con- racte visual. Sofia vivid su trayectoria escolar come una nebulasa en [a que se en- contraba bajo los efectas del alcohol y los firmacos como in tinel que se termina por el pase del rren, pero logré titularse. Pensaba que su siruacién estaba mejorando cuande consignié empleo en una clinica; en poco tiem- po la ascendieron a directora, pero Sofia, carente de experiencia y de se- guridad én si misma, senria que la atmesfera la ahogaba, y empezd a ex- perimentar crisis de ansiedad por el micdo a que la gente se diera enenta de su incapacidad y de su dependencia « las drogas. Ella reports que mi- rigaha su angustia y su miedo consumiende mas droga, la que tenia que pagar al dia siguiente al precio de una enorme culpa. Ta narracién familiar en parte se repetia en el sistema escolar y labo- ral, estaba conerruida al servicio de la evitacién, siempre habia que mitigat algo, se sentia vomo “judas” por haber traicionado a su mamd, renfa Ia cer- reza de que su rraicién habla sido ¢} motiva de la destruccién de st fami ia, que dr culpa exterminatia stt vida, pues se habia dictade * i muerte” y lo estaba lograndos gue ef miedo cerminaria por hundizla en la soledad cuanda los dems “descubrieran su incpticud”. Necesitaba que al- guien se diera cucata de que ella existia y a la vez que no fa notaran. Par atra parte, ideoldgicamente cra victima de una construccidn que la invalidaba cama mujer por doble partida: ya no cra virgen desde nia y ademis habia sido violada por su abuelo. Las voces que escuchaba eran: “Como mujer ya no vales nada”, “nadie se va a querer casar contigo”, “tw fealdad es por dentio y por firera’. CLINIQUE NARRATIVG FN LATERAMA @ 150 Asi que su construccién social le realirmaba su historia, en la que ella era una traicionera que no valfa nada ni como hija, ni como hermana, oi como mujer. Soffa se casd pensando que Carlos le hacia un gran favor al querer casarse con ella. El matrimonio fue otra salida que le evité. situa- ciones socialmente complicadas en su ambiente familiar y laboral, Dejé su trabajo y se aislé, y al cabo de unos afios su matrimonio también ented en crisis cuanda su esposo dijo estar cansado de sus borracheras, sepuidas de silenciosas cerrazones, Abatida per tanta suftimicnte y por el nueva canilicto en el que se encontraba, Sofia segufa generando narraciones sintomiticas que se terre alimentaban de lo mas sombrio de su familia de origen, privada de nutei- cién afectiva y socializacin, Alberto y Safla, encerrados bajo una comple- mencariedad tigida, entraron en turbies juegos relacionales que iban de la seduccién a la violencia. Sofia habia sido acosada sexualmente por un hermano y vielada por of abuclo, golpeada y abandonads por el padre, y estaba muy alejada de la madre; la familia complera se hallaba escindida. Ella, desde que se casd, se alejé por completo de su familia de tigen. Vivia envuelra eo un manto de soledad profunda. La intervencién consistié en una terapia grupal y familiar. El sistema familiar se crabajé con la presencia virtual de los familiares y con acciones coneretas sugeridas a algunos miembros de la Eumilia. EI sistema laboral, donde hubo algunas expresiones exitosas, también se cetoms. Sofia llegé primero a un grupo de Alcohélicas Anénimos [aa], invi- tada por una amiga miembro de esta agrupacién. Fl trabajo simuleineo can el grupo permitié que ella se sintiera parte de un equipo ¥ de una idea de recuperacién. “Me quedé en aa porque me aceptaron asf como era, no me juzgaron, no les importzba lo que habla pasado, les inreresaba ayudarme 2 manre- nerme sobria un dia a la vez. Para mf fue maravilloso sentir por primera vez que yo pertenceia a algo, na tenia que quedar bien con nadie para sen- tirme aceprada.” El significado que los miembros del grapo atritmyeron a los hechos, resté relevancia al pasade y orienté le elaboracién de nuevos relatos; no fueron los hechos por si solos los que determinaron el comportamiento de Ja familia de Sofia. El forralecimicato de los nuevos relates y su elabora- Ind 4 MaRia gudee7 cAsmiio. cién, se vieron también fvorecides por ef recluramiento de un piiblico “externo”, que interactué de manera distinta con cila, dando paso al ini- cio de su recuperacién. El periodo de abstinencia (rres meses) de Soffa no tardé cn manifestar sas efectos fisicos ¥ psicalégicos; oscilabs entre la irritacidn, el deseo com- pulsiva de beber, el miedo y ka depresién. Ema de experarse ana recaida, no podiamos ir deprisa, debiamos estar atencos a los efectas de sus oscilaciones antes de que se enfrencara a la In- cha con la culpa asesina. Se pidié a Sofie que desctibiera fa influencia que el alcohol tenfa sobre su decisién de mantenerse sabria, en este sclato ella se visualizaba seducida nuevamente pot las promesas det aleobel de hacer In olvidar, Ella sabia que podia volver a destapar Ia botella, Con el prapé- siro de dar a los hechos la farma de un relato de esperanza que le lbrara de ls culpa aunque siguiera bebiendo, se le pidid que se apoyara en La fucr- za que le ofrecia ef grupo para que si las garras del alcohol y los firmacos ia atrapaban, ella wmara fuerza del grupo para buscar fa luz que le permi- tiera salir del cine. Sofia volvid a destapar la botella cuando su hermano menor le hablé por reléfono bajo los efectos del alcohol, para decizle, entre orras cosas, que estaba excitade y se estaba masturbando pensando en ella. Después de es- ta recaida, Sofla se reincorpord al grupo y meses despues solicit: nueva- mente el servicio terapéuticn, Se le sugitié participar en las juntas de in- formacién al pitblice, podia hablar sobre las efectos del alcohol, las fases por lns que atraviesa “el clrculo de la enfermedad” y la verapia de rehabili- tacién de aa. La connoracién de esta tarea ont AA os considerada un servi- cio sumumente valioso, que puede salvar vidas (Alcohdlicos andnimos 1998}, Por lo tanto, necesita preparacién y valor para cambiat: Bajo estas dos condiciones, Sofa ne podia echar mano de sus marraciones sintomé- ticas, ya que esta informaviin publica es un mensaje de vida, no de muer- te, Durante la rerapia se invitd a Solla a ser espercadom de sus propios 1e- latos, requeria localizar los acontecimientos de su vida para incorporarlos a sus nuevas narraciones déndoles orden y temporalidad, © revisar sus ex: periencias vividas que previamente habjan quedade sin relatar, examinan- do los efectos de estas expresiones salyre su vida y sus relaros. A pesar del verror que fe daba a Sofia hablar en pitblica, no dejé de hacerlo; se aprendia de memoria su kistozla, que habla preparade un dia EL ENPOCIUE NARRATIVD EN LATERABIA 415% anterine. Foto era posible porque tanw en el grupo como en la rerapia, se crabajé le externalizacisin del problema. “Para mi fue un alivio saber que yo no era una prostituta viciosa, que mis bien era un mal que me atacaba; s¢ llama compulsidn, y coando em: pezaba a bebet ya ne me soltaba, sola no puedo parar, como el ruberculo- so no puede dejar de roser. Aceprar este me hacia ir pa’delante, no me avergonzaba hablar en puiblico de ese mal que me atacaha. Y si de paso ayadaba a los que atin sufrian como yo antes de saberlo, gpor qué no ha- cer alga? Yo con mi miedo, con mi rerror a ka gente, no crea que fue Ficil; cargaba con tado, porque también era mucha mi necesidad, no sabla qué iba obiener de ira contar mi historial una y orra vex, No sé cdmo, pero empezé a desaparccer la absesidn por el alechol, por las pastas y por des- truirme; emperd a desaparecer no sé cémo a través de dar esa informacién idad de dar un men- al piiblice. Sélo pensaba en que yo tenia la responsabil saje de vida, como me lo hrubian sugeride, En su esfuersn por dar sentido a su vida, Sofia se enfrenté a la tarea de oxganizar su experiencia en secuencias temporales, rehacer su historia con foros personales y familiares, ampliar su vecabulario, usar una sintaxis diferente, seleccionat sus vivencias y darles nuevo significado, a fin de lle- gar a.un relata caherente de si misma y de sus relaciones. Dedicamos al- unas sesiones para revisar fa reescritura de su diario sobre su “recupers- sida", El Grito de esta narracton heurfsrica de la experiencia, dio a Soffa an sentido de continuidad y significado 2 su vida. Es cierto que ef sentido de significado y continuidad que se logra a través de la narrariva diene ua limite. Come nos dice Bruner (1986), la ox pesiencia vivida es més compleja que cl discurso, siempre hay sentimien- tos y vivencias que el relate dominante no puede abarcar. Sofia continug trabajando también com los miembros de aa, fre pro- puesta como responsable de formar un grupo institucional, es decis, aho- ra era el tiempo de ofrecer un servicio diferente, de trabajar orras dreas de su vida. Hubs quien le pronosticé uma recaida, otros mas optimistas la apayaban y le expresaban su confianza, Pero Sofia no sabia nuevamente cdémo empezar esta tarea sin sentirse sofocada por la ineptitud, sentia mie- do al fracaso, “Yo seatia un miedo tremendo, pero hubo algo que me impulsé, un compaficro del grupo me picé el orgullo. El dijo: ‘Mira, gpor qué no me- UR 4 MARIA SUAREZ CASTILLO jor te vienes aqui al grupo, nos haces el aseo y nas pones el arbolira de na- vidad, que va mis de acnerda con ta personalidad’? Yo para mis adentros se la menté, y dije jahora voy! por orgullo y con miedo, pero ahora voy. Yo sabla que de alguna forma me habian servido las juntas de informaciéa piiblica que habia dado en la clinica, asi que empecé. Después de formar el grupo y enfrentarme con mis propios compafieros, par haber becho al- go que ningun hombre habia hecho, me trasladé al Penal de Barrientos a formar otro grupo, Esa experiencia fluc a mas groesa, porque alli me en- contré entre Ios hisroriales de mis compaferas, y se me callé mi traje de victima, de mértin, de sufrimiento; cuando las escuchaba me vefa sala com ellas y no habla més que de dos sopas, o le entribamns todas juntas o nos cargaba la..., asf que en los momentos en que me queria caer, ellas me ses- renian, yo era sit lider, ellas creian en mil, velan fe y esperanza cn mf, no podia salirles con dejarnse atar otta ver, renfa una gran responsabilidad y bueno, ahora que seo platico me day cuenta de que todo eso me ayudé”, cuando Sofia se separé de sus relatos y pudo escuchar a otzes ome organizaban los suyos, se diferencis, la flexibilidad de este movimiento ayuds tambign « incerrumpir la leecura y la represencacisn habiceal de sus relatos, Ella experiments un sentimienta de apropiacién personal que le permirié intervenir en su-vida y on sus relaciones, asumiende uma respan- sabilidad con cespecto al problema que antes no estaba a su aleance. Soffa inicid esta nueva fase con un desafia de por medio: “Me pics el orgullo”. Ella se sentia vista por sus compaiieros constantemente, y cam ign por las jévenes del Penal de Barrientos que la vefan como su lider; es- te mecanismo de poder tuvo el efecto de incitar a Soffa a responder con hubilidad a su necesidad y a ser sensible a Jas necesidades de los demds. En otras palabras, actuar con responsabilidad, imagindndose observada en w- do momento, Esta |p sostuva al principio cuanda las furerzas se le iban, paularinamente tomd conciencia de su zesponsabilided fuera del penal y en otras actividades. Los hechos evidenciaban una verdad que se imponia. Estaba cerrundo otto cielo vital Freeman (2001), El Programa de Aleohdlicos Andnimos se basa en la idea de un “Po. der Superior que se manifiesta en la conciencia de cada grupo” (Bill W., 1999), El seewndo puso habla de admitir que en el universe hay un princl- pio, Dios segtin nuestro propio entendimienta, un principio que es mas fuerte que tino mismo, Te esta manera uno trasciende en virtud, Este an FL ENSOQUE NARRATIVO EN LATLRAMA @ 157 Glaje fue significativamente importante para que Sofia se protegiera y to- mara fuerea. Habla que wabajar en pro de una actitud combariva, dar La luche fortalecida por un pader superior que le permitiera eliminar esa trfa- da malévola (traicién, culpa y miedo), y construir una trinidad sagrada que le “devolviera el sano juicio”, permitiende asf una nueva narracién asintomitica, Le contamos a Sofia el fragmento de una historia. Fra ona fami atrapada por la tiaicién, la culpa y el miedo, una familia ahogando sa do- lor con alcohol y droga, rodas suftiendo en soledad, sin poder comuni- carse y con Ja necesidad de hacerlo, Cada uno enojada, furiose © simple- mente frustrade por la indiferencia de los otras. Le pedimos que escribie- ra lg continuacién de esta historia, pera so la escribid; en cambio, legs con otra latea propuesta por ella. “Ya estoy absiendo los candados de mi entendimiento, pero todavia me resiento de todo lo que pasé, jestd cafidn! Necesito que me ayude a tra bajar-con la Oracién de la Serenidad, para ‘aceprar las cosas que no puede cambiar, valor para cambiar las que sf puedo y sabiduria para reconoeer la diferencia’, No pueda distinguir la diferencia.” La invitamos 2 imaginar los hechos del pasado que ella consideraba ne podia cambiar: “Los golpes dados, no los puedo cambiar, los pasos andados no los pueda desandar, lo bebide y bailade no me lo pueden quitar, haber lasti- mado a mi madre, no le puedo negar, lo hecho, hecho esti, no hay vuel- ta de hija’, Proseguimos el cjercicie y pedimos a Sofis que nos hablara de lo que sf podia cambiar, que entrara al mundo de las posibilidades, que se dejara Ikevar por el ral ver; por el desea y Ia conjetura: “A veces lo mejar es admitir que no soy perlecta, que comero errores, pero no siempre es ficil admirir esro ante otros, en especial cuando mis errores les causan dato; es menos camprometedor fingir que algo nunca ocurrid o justificar la accién: pero hay que pagar un precio si me resisto a reeanocer mis errores: la culpa, durante a@os he venide arrastranda culpas come una pesada balsa, Ea el grupo aprendi que hoy tengo opcién de sol- rar la holsa, si me acepto tal ome soy, aun con los errores. Ast puedo eam- biar el presente, mi dia de hoy”. 1 # MARIA SUAREZ CASTILLO. Sofia se dio cuenta de que podia referir el pasado y cambiar su signi- ficada en ef mismo momento en el que estaba hablando, en sa presente; ése era el poder del que ella disponia para liberarse de la culpa y el miedo. Andersen (1996) deci: “Si uno sabe lo que hard, esti limitados pero si sa- be mejor lo que no hard, entonees habré una enorme cantidad de cosas que podré hacer”, Reconacer la diferencia entre lo que si podta cambiar (el significado de sus vivencias} y lo que no podia cambiar (los hechas del pa- sado) fa Tlev6 2 escuchar una multitud de voces para concentrar su aten- cidn en el momento vivido. Las voces de Soffa se convirticron en ef cera- peuta y ol grupo, que le superian agenciar su presence y alejarse del “si yo hubiera” y del “he debido haces”. Bateson (2000) advierre este movimic roy afirnta estar seguro de que esto ocurre permanentemente, y que los te- rapeutas ni siquiera lo advierren. La comprension y [a descripcién de So- fia la llevaron a conciliarse consige misma ya mancenerse sin beber ai dro- garse. Ella vive en el sur de la Gudad y somd la decisign de trasladarse a un grupo ubicado en aquella zona. Fncaminada en su proceso de recupe- racién, sé involuerd en un nuevo servicio, y la sombraron coordinadora del drea sur SE] dia de hoy mee siento una mujer muy afortunada, porque estoy se- gura que de buena volunrad seguiré practicande esto que he aprendide. Estoy escribienda la historia de mi vida con cada uno de los hoy: No puc- do hacer nada para cambiar ef pasado excepto dejar de repetizla en el pre- senre, Tengo la gran responsabilidad de crabojar com otras alcohélicas, y también me doy a la tarea de motivar a compatieros y de ensefiarles fo po co que sé. Say una persona muy afortunada, porque he tenido la apormu- nidul de cambiar muchas cosas en mi vida, aprendi a ser libre, de mf mis- ina, de mi encadenamiento mental, Ya no me angustio por querer cambiar mi vide de Ja noche a la miafiana, también aprendé = empeear por oosns sencillas, mi despertar es poco a poco. Lo que pueda aplicar hoy, lo que ie pucda esforzar hoy, para sentirme bien, conmig misma, porque es ho- crible sentirse mal con uno mismo, ¢s horrible ser su propio enemigo y ob- viamente no me mato sola, jnol, dafio a todos los que mie rodean,” Sofia ha seguido obteniendo victorias importantes durante este pro- ceso, incluida su participacidn on una conferencia de paensa sin dejarse in vadir por el miedo; decidié hablar con su mama y pedirle perdén por aquella traicién que no la dejaba en par. ni un momento. Tedos ep el gra-

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