Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Resumen
El consumo de sustancias alcohólicas está considerado como un problema de salud pública,
que afecta no solo al sujeto desde lo individual, sino también familiar, social, laboral,
económico, entre otros aspectos, que si no es manejado de la mejor forma conlleva a
situaciones de violencia. El consumo de alcohol ha estado tradicionalmente relacionado con la
violencia, no obstante, no ha habido un claro consenso en cuanto a la influencia directa de las
bebidas alcohólicas en la aparición de episodios violentos, sin embargo, a pesar de que en
diversos estudios el consumo de alcohol está presente en muchos casos particulares todo
indica que este es causante de situaciones de violencia y maltrato. La presente investigación
pretende analizar la relación existente entre el consumo de bebidas alcohólicas y la violencia
contra la mujer. En la metodología se consideró la investigación cualitativa enfocada en un
método documental, de tipo descriptiva, basado en la revisión de fuentes secundarias de
revistas, libros, investigaciones y estadísticas. Se concluye al considerarse que el abuso físico y
el abuso de alcohol son factores que se relacionan y se reproducen; el abuso de alcohol en los
hombres se manifiesta con frecuencia en diversas formas de abuso en la mujer que oscilan
entre el abandono o falta de atención de las necesidades hasta el abuso físico, lo que lleva a
las mujeres a abusar a su vez del alcohol y a sufrir violencia.
Introducción
Las toxicomanías es uno de los más grandes problemas que enfrentan los seres
humanos a nivel mundial (Lemache et al, 2014); por tal razón, estas representan uno de los
funcionamiento del sistema nervioso central, debido a que afecta directamente la conciencia,
la misma permite razonar sobre nuestra propia existencia y reflejar de manera adecuada la
realidad (Mergler, et al, 1996 ), es por tal razón que, el consumo de bebidas alcohólicas
puede promover alteraciones en las percepciones e ideas de las personas que han ingerido
dicha sustancia, lo que influye de modo negativo en las relaciones con los pares y en la
género (UVIVG) de Sevilla, la misma se centró en establecer una posible relación entre el
consumo de alcohol y el hecho de ejercer violencia por parte del hombre hacia su pareja.
Para ello se ha llevado a cabo un estudio en 50 parejas, en las que las mujeres han
interpuesto denuncia por malos tratos y han sido reconocidas en la Unidad de Valoración
los años 2013 y 2014 de manera secuencial, a medida que las parejas iban acudiendo a la
UVIVG.
Se han obtenido así dos grupos muestrales, el grupo 1, constituido por los hombres
cuyas parejas afirman de ellos que consumen alcohol, independientemente de que con
control, formado por parejas en las que el consumo de alcohol no ha estado presente en su
alguna entre el consumo de alcohol y el empleo de violencia por parte de sus parejas. Tras
informar de manera verbal y por escrito de la finalidad de nuestro estudio a cada persona
Entre los criterios de inclusión figuran: a) ser mayor de 18 años; b) haber denunciado o haber
sido denunciado por su pareja o ex pareja por malos tratos; c) que ambos miembros de la
pareja acudan a valoración a la UVIVG de Sevilla; d) que ambas partes de la pareja tengan
un nivel cultural suficiente y comprensión adecuada del idioma español para poder contestar
participación en el estudio tras haber sido debidamente informados; y f) los sujetos del grupo
1, para su inclusión, tenían que haber sido acusados de consumo de alcohol por parte de sus
parejas en la declaración.
imputado, empleando para ello una entrevista estructurada creada ad hoc. Esta entrevista se
para valorar cualquier síntoma o signo indicativo de posible consumo de alcohol (temblor de
4
marcadores hepáticos en una analítica, etc.). Por último, a los imputados se les aplicaron
consumo de alcohol (96%), a pesar de que únicamente un 32% admite que el consumo es
elevado o que supone un problema para su salud. Algo más de un 60% admite que se
emborracha, y un 24% reconoce que se torna violento cuando ello ocurre. Sólo un 20%
2013 y 2014).
Gran parte de las mujeres del grupo de consumo afirman de sus parejas, durante la
exploración, que únicamente ejercen violencia contra ellas cuando se encuentran bajo los
efectos del alcohol. Sin embargo, cuando se analizan las conductas violentas
que ejercen sus parejas, por lo doloroso que puede resultarles el hecho de admitir que están
sufriendo malos tratos. Al comparar ambos grupos (consumo y control) se observa que las
conductas de malos tratos son mayores en el grupo que consume alcohol, lo que puede
suponer que tal hábito aumente la violencia ejercida por parte del imputado, pero no es la
5
única causa del empleo de la violencia, tal como se ha explicado en la introducción del
Tabla 1.
Cabe resaltar que la relación entre consumo de alcohol y las conductas violentas
alcohol, principalmente ingerido por el hombre, quien ejecuta algún tipo de violencia en la
temática, a nivel mundial se han creado diversos organismos legales que permiten de cierta
manera disminuir la violencia hacia las mujeres, las creaciones de dichas leyes facilitan la
sanción de todo acto de violencia; sin embargo, la violencia hacia la mujer en vez de ir
sexual en el ámbito de la pareja, papel del contexto donde tomo para el estudio personas
derivadas a un centro de salud mental a lo largo de los años 2011-2 y primer semestre de
bajo porcentaje de parejas que habían acudido a consultar bien por la problemática de
alguno de sus hijos o por alguna disfunción, generalmente de naturaleza sexual, con
esta situación de violencia, pero si nos consta que al menos 5 de las mujeres incluidas,
habían pasado en momentos diferentes, alguna en más de una ocasión, por casas de
acogida para mujeres maltratadas. La muestra final quedó constituida por un total de 166
hora de solucionar sus conflictos interpersonales. Para ello se les pidió que eligiesen un
tema que representase especial conflicto entre la pareja, que hiciesen un intento por
tal intento, analizamos su forma de presentar el problema, sus intentos por acordar
soluciones, así como lo adecuado del proceso, tanto en su dimensión verbal contenidos),
denuncian, mediante el cuestionario, haber experimentado, tanto, los hombres como las
mujeres.
Tabla 2.
Puede verse que, por lo que a violencia física se refiere, las puntuaciones de ambos
superan los umbrales señalados originariamente por los autores como indicadores de un
grado de violencia importante. Las diferencias entre los hombres y las mujeres son, en esta
denunciada supera, también, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres los
umbrales señalados por los autores, pero esta vez, la diferencia según el género no alcanza
8
significación estadística: Los hombres afirman ser objeto de tanta violencia como las
mujeres.
Gráfico 1.
por hombres como por mujeres. Para la elaboración de esta tabla hemos recodificado las
contestaciones de los sujetos, sub agrupando las categorías “nunca” Y “raramente”, por una
Puede verse que un 4,8 % denuncia haber llegado a ser amenazados con un arma
(un 6,7 % de las mujeres y un 2,6 % de los hombres); un 7,8 % denuncia haber llegado a ser
golpeado en la cara y la cabeza (un 11,1 % de las mujeres y un 3,9 % de los hombres), y un
4,2 % ha necesitado asistencia médica por causa de los golpes (un 6,7 % de las mujeres y
un 1,3 % de los hombres). En ninguno de estos casos son las diferencias estadísticamente
9
mucho si las cosas no se hacen como él quiere, no tener en cuenta sentimientos, actuar de
manera cobarde. Cabe resaltar que un 34,1 % de las mujeres manifiesta tenerle miedo al
Tabla 3.
Frecuencia de determinados comportamientos violentos
puede encontrar de todo, incluso un conflicto entre dos partes, generado por diferencias en
pueden derivar hacia una discusión susceptible de evolucionar, por la vía de una negociación
racional, razonable y razonada hacia la meta de una solución aceptable por ambas partes
Por ello en determinadas circunstancias, una de las partes puede optar por una
solución violenta que conlleve el maltrato de la otra, por tanto, es una consecuencia
inevitable del conflicto, sino la vía estratégica de lograr determinados resultados que, más
en aumento, independientemente del tipo de estructura familiar o clase social; entre las
índices de descontrol.
Si, por ejemplo, nos fijamos en la cantidad y la frecuencia del consumo de alcohol de
mujeres y hombres, el informe de GENACIS (2015), deja claro que las mujeres consumen
siempre menos cantidades y menos habitualmente que los hombres; además, cuanto más
entre mujeres y hombres. En este gráfico se presentan las diferencias entre países y entre
11
consumido al menos una bebida alcohólica en los últimos 12 meses. (Flacso, 2012). Del
mismo modo según cifras, 912.576 personas consumen bebidas alcohólicas en Ecuador, por
lo que el 89,7% son hombres y el 10,3% son mujeres (INEC, 2010). Así mismo el alcohol
ilegal representa el 57% del mercado de alcohol, siendo el más alto de la región después de
Perú (58%) y uno de los más altos del mundo. (OMS, 2007)
Con todas estas cifras se puede determinar que en Ecuador el consumo de alcohol
es elevado, y común. Esto lo ubica en una posición de riesgo para violencia intrafamiliar y
muerte por accidentes o enfermedad. Del mismo modo el consumo de alcohol es la octava
pobladas son también las que registran una mayor tasa de femicidios, como En Guayas que
49 años sufrió algún tipo de maltrato en su vida (INEC 2010). Las mujeres indígenas son las
que más sufren violencia de género ocupando el 59,3%, seguido por las personas
Por otro lado, en estudios realizados en siete países (Argentina, Australia, México,
Polonia, España y los EE.UU.), los porcentajes de lesiones por violencia asociadas con el
uso perjudicial de alcohol fueron mayores en las sociedades con el consumo per cápita de
alcohol más elevado (Cherpitelet al. 2015). Un estudio patrocinado por la Organización
y Daño) comparó datos de encuestas de hogares de 10 países en las Américas, en las que
La tabla 4, muestra los resultados de los informes sobre agresiones y lesiones luego
de haber bebido. En un estudio realizado en Argentina, Brasil y México, como parte del
estudio colaborativo de la OMS (2007) sobre alcohol y lesiones, el 80% de los pacientes que
con alcohol fueron varones y de menos de 30 años de edad. El uso de alcohol estuvo
implicado en el 46% de los casos relacionados con violencia (contra 11.5% sin violencia). El
estudio también demostró que las lesiones relacionadas con la violencia se incrementan con
Tabla 4.
Fuente: Reporte Final del Estudio Multicéntrico Organización Panamericana de la Salud (2007).
M: masculino, F: femenino
13
En Chile, un estudio en seis salas de emergencias demostró que tres de cada diez
personas admitidas por cualquier tipo de violencia habían bebido en las horas previas. El
estudio también demostró un alto porcentaje de personas con niveles de alcohol en sangre
positivos implicadas en casos de violencia callejera (39%), seguido por un 20% de personas
que habían intentado suicidarse o que habían estado implicadas en violencia doméstica
(CONACE, 2011).
relación entre consumo habitual de alcohol y admisión en salas de emergencia por lesiones.
probabilidad de reportar una frecuencia y cantidad de ingesta alta en los últimos doce meses,
los pacientes lesionados y el 15.8% informó haber consumido alcohol seis horas antes del
Del mismo modo en EE.UU., una encuesta halló que los delincuentes habían utilizado
76% de estos incidentes, se había consumido alcohol antes del acto violento. En Brasil,
Duarte (1999) estudió el 75% de los expedientes de los casos de homicidio que pasaron por
el Tribunal de la ciudad de Curitiba entre 1995 y 1998. Sus datos sugieren con certeza que
en el 70% de los 123 casos analizados, la víctima y/o el perpetrador estaba bajo la influencia
Si, por ejemplo, nos fijamos en la cantidad y la frecuencia del consumo de alcohol de
mujeres y hombres, el informe de GENACIS (2015), deja claro que las mujeres consumen
siempre menos cantidades y menos habitualmente que los hombres; además, cuanto más
entre mujeres y hombres. En el gráfico 2 se presentan las diferencias entre países y entre
Grafico 2.
social con repercusiones legales, y de violencia, ya que el maltrato hacia la mujer se han
ingerido por el hombre, quien ejecuta algún tipo de violencia en la mujer, en consecuencia
esta investigación trata de hacer una revisión de algunos documentos y estadísticas para
poder saber en precisión lo que acontece en relación al tema en estudio, por tanto la
investigación se justifica desde el punto de vista teórico, de ahí que se recurrirá a un amplio
estudio de fuentes bibliográficas y/o infografías para determinar la relación existente entre el
15
complejo de lo que acontece y poder cruzar la información con la realidad. Para el desarrollo
Metodología
ideas, con miras a comprender una realidad, que interactúa con un contexto más amplio y
realización de una sábana analítica donde se seleccionaron los artículos de revistas como
scielo, dialnet, latindex etc..; tesis, de autores como Sandoval, Encalada, Rodríguez, Vidal
entre otros.
El rango de tiempo para estas publicaciones se consideró de diez (10) años, tomando
en cuenta un tiempo prudencial para poder incluir estudios y datos estadísticos oficiales que
Resultados
literatura, si bien, las personas expertas señalan la necesidad de realizar una revisión más
16
sistemática del tema (Lopis, 2014). Los resultados de estas investigaciones carecen a
menudo de una reflexión crítica o una referencia a un marco sociocultural, de modo que sus
alcohol y violencia no es tan clara como hubiera podido parecer en un principio. Por tanto, en
culturales. A pesar de los estudios que se han ido realizando desde los años ochenta para
resultados son ambiguos y desde muchos ámbitos se ha llegado a rechazar tal asociación.
sin duda los hombres tendrían que ser el principal objeto de análisis, ya que son los hombres
quienes más problemas tienen y causan por su abuso. Este consumo tiene, sin duda, mucho
En Euskadi, según el informe Euskadi y Drogas 2016, en algunos tramos de edad las
mujeres parecen acercarse a los hombres en lo que a consumo de alcohol se refiere, si bien
en ningún caso los superan. Del mismo modo la proporción de mujeres entre las personas
que beben a diario, son bebedoras excesivas o de riesgo y se han emborrachado más de
Tal y como lo dice el informe donde se observa cómo, entre los más jóvenes, el
notablemente en función de los tramos de edad, parece guardar relación con la edad. En lo
17
que se refiere al consumo excesivo y de riesgo de fin de semana, resulta evidente que la
punto que las bebedoras excesivas son casi el 40% de todos los que beben en exceso en el
Con respecto a otras diferencias entre los sexos en el consumo de drogas, según el
informe Euskadi y Drogas 2016, la prevalencia del consumo problemático de drogas entre
los hombres multiplica por cuatro la que se registra en las mujeres, lo que representa un
porcentaje del 72,4% para los hombres y del 27,6% para las mujeres. Además, no deja de
ser significativo que las mujeres opten más por drogas legales, barbitúricos o, como señala
este mismo informe, por sustancias como el éxtasis, de efecto tranquilizante o empático,
Por otro lado, es necesario señalar que la mujer que consume alcohol es percibida
como una mujer promiscua, una presa fácil de conquistas sexuales, por lo que es más
vulnerable a ser víctima de abusos sexuales o de maltrato. Además, la mujer que bebe o
está más fácilmente identificada con una persona que presenta una cierta deficiencia moral,
por lo que cuando es víctima de maltrato puede tenderse a valoraciones que minimicen la
juicio por malos tratos en la mujer, su rol de víctima queda parcialmente cuestionado; en
a ser más benévola para con su delito y su persona (Altell y Plaza 2005).
En esta misma línea, la incidencia del abuso sexual y los malos tratos en los niveles
de adicción de las mujeres en un factor determinante, la incidencia del abuso sexual y malos
tratos entre las adictas europeas estudiadas de 1000 mujeres equivalente al 100%, el 69%
es muy superior a los datos de la población femenina general entre 20-25% (Llopis et al.
18
2014). De hecho, se puede decir que es esta la relación más unívoca que podemos
alcohol y la violencia ejercida por el hombre el estudio se centró en establecer una posible
relación entre el consumo de alcohol y el hecho de ejercer violencia por parte del hombre
hacia su pareja. Para ello se ha llevado a cabo un estudio en 50 parejas, en las que las
mujeres han interpuesto denuncia por malos tratos y han sido reconocidas en la Unidad de
a medida que las parejas iban acudiendo a la UVIVG, donde se hicieron dos grupos
muéstrales: el grupo 1, constituido por los hombres cuyas parejas afirman de ellos que
existencia o no de tal consumo, y el grupo 2 o grupo control, formado por parejas en las que
Tras informar de manera verbal y por escrito de la finalidad de nuestro estudio a cada
participantes. Entre los criterios de inclusión figuran: a) ser mayor de 18 años; b) haber
denunciado o haber sido denunciado por su pareja o ex pareja por malos tratos; c) que
partes de la pareja tengan un nivel cultural suficiente y comprensión adecuada del idioma
español para poder contestar a las preguntas y realizar las pruebas pertinentes; e) acceder
informados; y f) los sujetos del grupo 1, para su inclusión, tenían que haber sido acusados de
consumo de alcohol por parte de sus parejas en la declaración. Como criterio de exclusión
está constituido por 25 sujetos con edades comprendidas entre los 27 y los 72 años, con una
trámites de separación o divorcio, y tan sólo un 24% están casados. Predominan los
desempleo.
restantes se valora que se ha producido una situación compatible con conflicto de pareja. El
grupo 2, o grupo control (hombres que no consumen alcohol), está constituido por 25
hombres con edades comprendidas entre los 19 y los 62 años, con una media de 40,5 años.
separación o divorcio, y tan sólo un 12% están casados. Predominan los hombres con nivel
algo más de la mitad de la muestra viven con sus padres u otros familiares (56%), a
Del mismo modo los hombres de ambos grupos afirman, en su mayoría, mantener
una buena relación con su padre y hermanos, y en su totalidad con su madre. Destaca que
dos hombres de ambos grupos (8%) afirman que sus padres les maltrataban. Igualmente,
cinco hombres del grupo de consumo (20%) y uno del grupo control (4%) reconocen haber
presenciado conductas de malos tratos por parte de su padre hacia su madre. En el grupo de
consumo de alcohol, cerca de un tercio de la muestra admite que su padre bebe, y uno de
ellos refiere que es la madre la que bebe alcohol. Estas cifras disminuyen considerablemente
consumo, que mantienen una nueva relación de pareja. Igualmente resulta destacable el
hecho de que, tras la denuncia, dos hombres del grupo de consumo continúan manteniendo
una relación sentimental con su pareja, y que incluso uno de ellos continúa conviviendo con
ella.
consumo de alcohol (96%), a pesar de que únicamente un 32% admite que el consumo es
elevado o que supone un problema para su salud. Algo más de un 60% admite que se
emborracha, y un 24% reconoce que se torna violento cuando ello ocurre. Sólo un 20%
acuden a deshabituación-desintoxicación.
101 mujeres mayores de 18 años, las cuales fueron seleccionadas intencionalmente. Las
participantes debían tener un nivel de educación mínimo de primaria, debían estar casadas,
sea por vía de unión religiosa, civil o, de hecho, con un tiempo de convivencia de pareja de
por lo menos un año. Obteniéndose como resultado que el 21% de las mujeres se definen
Predomina un consumo de nivel social, mientras que la frecuencia de consumo alto y severo
alcanza a ser de 15%en las mujeres y de 50,6% en sus compañeros, sin llegar a
sociales y de salud pública, pues se publicó un estudio que ubica al Ecuador en el noveno
lugar, en América Latina, con mayor consumo de bebidas alcohólicas. Se ingiere 7,2 litros de
alcohol por habitante al año. (OMS, 2014). El abuso de esta sustancia produjo la muerte de
6.042 personas en 10 años, desde el 2003 hasta el 2013, según los registros del Instituto
Nacional de Estadística y Censos (INEC) (2011), es decir, un promedio de 604 por año. Por
tanto, se estableció que las personas que pasan de la educación primaria al colegio tienen
mayor probabilidad de no consumir alcohol de forma excesiva (0,7%), mientras que este
(0,33%). Las personas que se encuentran en situación de pobreza tienen una mayor
probabilidad de 1,12% de ser consumidores excesivos de alcohol que aquellos que tienen
21.3% de uso de alcohol en las seis horas previas a lesiones no fatales en todos los casos
muestra total proveniente de diez países, similares a los descritos para México, presentando
Por lo que existe una fuerte relación entre el consumo de alcohol y el riesgo de una
con el alcohol incluyen violencia en la pareja, maltrato infantil, violencia juvenil, violencia
sexual y maltrato y abuso de ancianos, por tanto, el impacto sobre la salud también incluye
lesiones físicas y daños emocionales como depresión, ansiedad y problemas del sueño.
También puede afectar las relaciones personales entre víctimas y sus familiares y amigos,
Discusión
Las consecuencias sociales del consumo problemático de alcohol pueden ser tan
perjudiciales como las alteraciones de la salud asociadas, si bien distintos autores como
Galvão, et al, (2004), Schraiber, et al, (2006), Deeke, et al, (2009), Kronbauer, et al, (2005),
el cual estos cuatro (04) autores hacen un análisis crítico donde manifiestan posiciones
causada por parejas Galvão, et al, (2004), y Schraiber, et al, (2006), afirma que el bajo índice
de violencia física, puede estar asociado al poco tiempo de convivencia con sus parejas y
que vivir en la misma casa con sus parejas facilita la ocurrencia de conflictos que pueden
Deeke, et al, (2009), en desacuerdo diserta que el bajo índice de violencia física
puede ser resultado de la llamada invisibilidad de los eventos violentos por las propias
mujeres, que naturalizan y relativizan las violencias que sufren o no lo perciben como tal.
Del mismo modo afirma que la mayoría de las mujeres que se han entrevistado han
23
manifestado que la violencia es un mecanismo de dominación del hombre sobre la mujer, sin
embargo, Galvão, et al, (2004), fija posición al afirmar que las relaciones entre las personas y
en las relaciones entre hombres y mujeres como parejas los dos adquieren poder y dominio
este sentido, Kronbauer, et al, (2005), afirma que la violencia psicológica va acompañada en
casi a la mitad de los casos de violencia sexual. (Schraiber, et al, 2006), reafirma al
problemas de parejas y que posteriormente los lleva a violencia física y que en algunos
casos donde se encuentra la pareja en situación de ebriedad los con lleva a violencia sexual.
Galvão, et al, (2004), no comparte la misma opinión ya que este autor dice que
física y sexual, sin embrago Deeke, et al, (2009), fija postura al negar la existencia de las
Otro factor que puede incrementar la probabilidad del abuso físico en familias
consumidoras de alcohol es el hecho que las parejas de los consumidores también pueden
caóticos e inconsistentes que pueden presentar los consumidores y adictos, pueden ser
Por otra parte, Kronbauer, et al, (2005), afirma que se ha encontrado que, al darse la
No obstante, Galvão, et al, (2004), afirma que al hacer una aproximación multivariable, y
encontró que, el consumo se asocia significativamente con el estilo de vínculo, mientras que,
con el no expuesto, no fue así. Esto hace pensar que el tipo de vínculo de las mujeres sólo se
ésta no está presente, el estilo de vínculo se comporta de manera ortogonal con el consumo de
alcohol. Entonces, bajo el antecedente de violencia conyugal sin que medie consumo de
alcohol, prima el estilo temeroso en las mujeres, mientras que al darse la co-ocurrencia de
Conclusión
un factor de riesgo bien establecido para la violencia doméstica y social a nivel individual y
políticas que apunten a tratar, si bien indirectamente, algunas de las condiciones que
podemos analizarlo a través de dos funciones las manifiestas y las latentes. También
corroboramos las conclusiones emitidas por estudiosos de la temática coincidiendo con ellos
con que el mismo tiene gran repercusión social las que se ven reflejadas en las reiteradas y
25
siempre crecientes violencias hacia hijos y cónyuges, agresiones a vecinos y amigos, riñas,
daños a la propiedad social, divorcios (constituyendo una de las principales causas de este).
cuando se han realizado investigaciones sistemáticas para explorar las bases causales de
esta relación y de los procesos que le subyacen. Las investigaciones realizadas presentan
una amplia revisión de datos que comprueban la relación entre el consumo de alcohol y la
Referencias
Altell, G. y Plaza, M. (2005). Abuso de alcohol y violencia doméstica desde una perspectiva de
género. Revista Salud y Drogas, Vol. 5 Nº (2).
Arena, J. h. (Mayo de 2010). Rev. Latino-Am. Enfermagem vol.18 no.spe Ribeirão Preto .
Obtenido de https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-
11692010000700011
Carrasco, J. (2004). Violencia física, psicológica y sexual en el ámbito de la pareja: papel del
contexto Clínica y Salud. Revista Clínica y salud vol. 15, núm. 1, 2004, pp. 33-54Colegio
Oficial de Psicólogos de Madrid Madrid, España
Chacín, J. (2011). El proyecto de investigación. Editorial Sage. Londres.
Cherpitel, C., Ye Y., Bond, J. (2005). Attributable risk of injury associated with alcohol use:
cross-national data from the emergency room collaborative alcohol analysis project.
AmericaJournal of PublicHealth 2005; 96:266-272.
Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU) (2017). 151 femicidios en Ecuador
durante el 2017, registró CEDHU. Recuperado de:
https://www.eluniverso.com/noticias/2018/01/01/nota/6546565/151-femicidios-ecuador-
26
durante-2017-registra-
cedhu/#:~:text=Durante%20el%202017%20la%20Comisi%C3%B3n,(CEDHU)%20registr
%C3%B3%20151%20femicidios.&text=Del%20total%20de%20femicidios%2C%20en,femi
cidios%20se%20suicidaron%20los%20responsables.
Constate, N. (2017). Accidentes de tránsito producidos por imprudencia y negligencia de
conductores y peatones en la avenida simón bolívar del DMQ, Año 2016. Reposito de la
Universidad Central de Ecuador.Recuperado de:
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:VFbNYGWILcMJ:www.dspace.u
ce.edu.ec/bitstream/25000/13253/1/T-UCE-0013-Ab-167.pdf+&cd=1&hl=es-
419&ct=clnk&gl=ve.
Deeke, L., Boing, A., Oliveira, W., Coelho, E.(2009). Dinâmica da violência doméstica: uma
análise a partir dos discursos da mulher agredida e de seu parceiro. Saúde Soc.
18(2):248-58.
Domínguez, F. (2018). Violencia de Género: Un Estudio de los Expedientes de la Fiscalía de
Área de Santiago de Compostela. Revista española de Investigación Criminológica. , 3.
Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres (2011).
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).Quito, Ecuador
Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las mujeres (2010).
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Quito, Ecuador
Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las mujeres (2010).
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Quito, Ecuador
Flacso, (2012). Estudio de la información sobre violencia contra las mujeres e .Recuperado de:
https://www.ecuadorencifras.gob.ec/camas/web-
inec/Revistas/Postdata/postdata01/files/assets/downloads/publication.pdf
Galvão, E., Andrade, S. (2004). Violencia contra a mulher: análise de casos atendidos em
serviço de atenção à mulher em município do Sul do Brasil. Saúde Soc. maio-ago. 2004;
13(2):89-99.
GENACIS (2005). An EU – Concerted Action: Gender, Culture and Alcohol Problems:A Multi-
national Study. Project Final Report January 2005. Co-ordinating Centre for the Concerted
Action Project Gender, Culture and Alcohol Problems: A Multinational. Recuperado de:
http://www.genacis.org/
Heise, L., Pitanguy, J., Germain, A. (1994). Violence against women: the hidden health burden.
Washington (DC): International Bank for Reconstruction and Development; 1994.
27
Sánchez, L., Navarro, J. y Valderrama, J. (2014). SET. Estudio Internacional sobre género,
alcohol y cultura. Proyecto Genacis. Alicante: Gráficas Díaz.
Schraiber, B., Oliveira. A., Couto, M. (2006). Violência e saúde: estudos científicos recentes.
Rev Saúde Pública. agosto 2006; 40(nº esp):112-20
Watts, C., Zimmerman, C. (2002). Violence against women: global scope and magnitude.
Lancet. 2002; 359(9313):1232-7.