Está en la página 1de 11

7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos.

Implicaciones metodológicas

GARY L. ANDERSON. (*) 


“L A VALIDEZ DE LOS ESTUDIOS ETNOGRÁFICOS: IMPLICACIONES
METODOLÓGICAS”.
En: Mario Rueda Beltrán, Gabriela Delgado Ballesteros y Miguel Ángel Campos
Hernández (coords.): El aula universitaria: Aproximaciones metodológicas , México,
Universidad Nacional Autónoma de México, 1991, pp. 35-51.

En Norteamérica, los etnógrafos del campo de la educación tienden a estar a la


defensiva cuando se aborda el concepto de la validez. Nadie quiere que su
investigación sea tildada de “inválida”, y la hegemonía de una epistemología
positivista dentro de la comunidad científica en el área de la educación hace que
algunos etnógrafos sientan la necesidad de justificarse con el vocabulario del
positivismo. A diferencia de los etnógrafos que trabajan en la antropología, los del
campo de la educación han invertido mucho tiempo y energía en legitimar su
1
metodología.  
A partir de la premisa de que como enfoque que ha dominado la ciencia en los
últimos años, el paradigma positivista ha ejercido su influencia en América Latina,
he de suponer que esta misma necesidad de legitimación también ha sido necesaria
en los países latinoamericanos, aunque tal vez en grado diferente. Esta necesidad
de justificación adquiere especial importancia cuando se trata de la obtención de
subsidios de instancias gubernamentales para el apoyo de investigaciones y
evaluaciones etnográficas.
La validez, en su uso convencional, se define como la certeza o solidez de las
inferencias extraídas de los datos. Campbell y Stanley (1963) dividen la validez en
dos tipos: interna y externa. Según estos autores, la validez interna de una
inferencia requiere de la evidencia del efecto que un tratamiento experimental tuvo
en un caso particular. Por su parte, la validez externa requiere de la evidencia de
que el efecto observado puede generalizarse a otras poblaciones o variables.
En la siguiente discusión voy a esbozar una panorámica de la evolución del
concepto de la validez en la etnografía norteamericana, presentando tres posiciones
básicas y aparentemente opuestas que han predominado en el contexto educativo,
con la intención de demostrar que, a pesar de que parten de suposiciones y axiomas
incompatibles, en la práctica no muestran grandes diferencias. Finalmente, quiero
mostrar cómo se presenta la investigación participativa en el panorama de la
investigación educativa
una alternativa actual,una
que significa principalmente en el contexto
verdadera ruptura con el latinoamericano, como
quehacer investigativo
que ha dominado en la práctica de este campo hasta la fecha.

(*) Universidad de Nuevo México. Albuquerque, Nuevo México, E.U.


1 Últimamente, con la popularidad del “interpretativismo” dentro de
la antropología (Geertz, 1983) y
con la tendencia de experimentación (Marcus y Fischer, 1986; Clifford y Marcus, 1986), las
cuestiones de “validez” se vuelven más importantes.
1

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 1/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

GARY L. ANDERSON  

L A POSICIÓN “CONSERVADORA”


A la primera posición en cuanto a la validez de la etnografía se le ha llamado
“conservadora” —por falta de un término mejor— porque respeta tanto el
vocabulario como algunas suposiciones del positivismo (Kirk y Miller, 1985;
LeCompte y Goetz, 1982; Miles y Huberman, 1984; Wilson, 1977).

Esta general
en forma posiciónensurgió cuando
el campo de la
la investigación etnográfica
educación y había empezaba
la necesidad de alegitimarla
utilizarse
como método científico. Por lo tanto, se buscaban formas de justificar la etnografía
en cuanto a la objetividad, la validez interna y externa, la confiabilidad, etc. Estos
etnógrafos querían traducir el espíritu de la definición de Stanley y Campbell a su
equivalente cualitativa. Argumentaban, por ejemplo, que la validez interna se
lograba porque los largos períodos de recolección y análisis de datos aseguraban
una mejor correspondencia entre las categorías científicas y la realidad observada.
Aunque este grupo representa la primera reacción a los métodos positivistas en el
campo de la educación, el debate metodológico en las ciencias sociales tiene una
historia más larga. Según Gibaja (1988: 90):
En realidad, con mayor o menor intransigencia mutua, las dos tradiciones metodológicas
de las ciencias sociales de algún modo han coexistido desde el siglo pasado… La reacción tan
violenta de sectores importantes dentro de la comunidad de la investigación educacional
muestra en cierta medida el provincialismo en que ha estado encerrada hasta poco tiempo
atrás y el escaso sentido crítico con que aceptó, durante largos períodos, los criterios
metodológicos que se le impusieron externamente.
Aunque Goetz y LeCompte insisten en la validez interna de los estudios
etnográficos, los investigadores cuantitativos tendían a criticar este tipo de estudios
por su incapacidad de controlar influencias externas y por manipular los datos
estadísticamente. Según ellos, aunque los estudios etnográficos servían como

investigaciones exploratorias
como “científicas”. para agenerar
Como reacción hipótesis, noGoetz
esas acusaciones, se les podía considerar
y LeCompte (1984)
sugieren ciertos métodos para prevenir las amenazas a la validez interna descritas
por Campbell y Stanley (1963). Estas amenazas son la historia y la maduración, la
influencia del observador, la selección y la regresión, la mortalidad, y las
conclusiones espurias.

Historia y maduración
Según Goetz y LeCompte (1984):
Los cambios acaecidos en la escena social general son comparables a lo que los
experimentadores denominan historia; los cambios que supone el desarrollo progresivo de los
individuos corresponden a la maduración (p. 225).
Los efectos de la historia y la maduración representan una cuestión importante
cuando el foco de un estudio lo constituyen procesos de cambio. El método que
sugieren estos autores para superar los efectos de la historia y la maduración es el
de determinar los datos básicos que se mantienen estables en el tiempo, así como
aquellos mutables y el origen de los cambios que se observan. De tal manera, los
datos básicos desempeñan una función análoga a la recopilación de datos del
pretest de los experimentadores.

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 2/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

L A VALIDEZ DE LOS ESTUDIOS ETNOGRÁFICOS: IMPLICACIONES METODOLÓGICAS 

Influencia del observador


En los estudios etnográficos la presencia del investigador a menudo tiende a
modificar las conductas y respuestas de los participantes. Sin embargo, los efectos
de la presencia del observador se pueden contrarrestar prolongando la estancia del
investigador en el campo.

Elloconfirmar
posible permite efectuar
o refutaruna búsqueda
los datos de informantes
ya reunidos o añadirmás
otroscompleta, que haga
nuevos. Asimismo
la presencia del investigador se hace menos visible en el escenario (y por lo tanto,
menos reactiva) y con ello se facilita la reanudación de las actividades normales del
grupo. (Goetz y LeCompte, 1984, p. 227)
En cuanto al efecto del observador sobre los entrevistados, los informantes
pueden mentir, omitir información relevante, o expresarse inadecuadamente. Para
controlar este tipo de deformaciones, el etnógrafo puede recurrir a la corroboración
independiente de varios informantes y a la codificación de las conductas de los
participantes según las situaciones en las que se prevé la aparición de respuestas
artificiales.

Selección y regresión
En los diseños experimentales, los investigadores controlan los efectos de
selección y de regresión para asegurarse de que las diferencias medidas entre el
grupo experimental y el de control se deben al tratamiento y no a diferencias
anteriores al experimento. El peligro para el etnógrafo es que sin un muestreo
adecuado que incluya a subgrupos, acontecimientos y escenarios sociales, puede
ocurrir que los sucesos observados sean representativos de algunos participantes
únicamente o de circunstancias concretas.

Mortalidad
La disminución o aumento de los grupos son procesos normales en la mayoría
de los escenarios sociales. El etnógrafo puede identificar sus efectos prestando
atención a los datos básicos, con el fin de que el investigador tenga la posibilidad de
comparar acontecimientos que se prolongan en el tiempo. Por ejemplo, a través del
estudio de la entrada de un nuevo alumno en una clase de tercer grado en
primavera, Goetz (1976) validó los fines y prácticas de socialización que había
observado en los escolares hasta este momento. Smith y Keith (1971) enfocaron
desde
escuelauna perspectiva
elemental para similar
aclarar las reducciones
la dinámica y rotaciones
social del personal
de un programa de una
de innovación.
En todos estos casos, la recopilación de datos de base permitió a los investigadores
el análisis de las pérdidas e incorporaciones posteriores. (Goetz y LeCompte, 1984,
p. 229).

Conclusiones espurias
Según recomiendan los experimentadores Cook y Campbell (citado en Goetz y
LeCompte, 1984):

La estimación
investigador tiene quede considerar
la validez interna de una relación
sistemáticamente cómoescada
un proceso deductivo
factor puede habereninfluido
el cual en
el
los datos […] A lo largo de todo este proceso, el investigador deberá ser su crítico más exigente,
analizando minuciosamente todas las amenazas que puede imaginar. (p. 230)

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 3/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

GARY L. ANDERSON  

Goetz y LeCompte sugieren que este consejo es válido también para los
etnógrafos, pero agregan que para el etnógrafo el proceso es también inductivo, en
el sentido de que “las fuentes de contaminación o el origen de los posibles sesgos
han de ser descubiertos en el transcurso del estudio, sin esperar a los análisis  post 
hoc ”. (Goetz y LeCompte, 1984: 230)

L A POSICIÓN RADICAL -IDEALISTA 


La reacción violenta a que se refiere Gibaja en el campo de la educación surgió
con la obra de Lincoln y Guba (1985). Se le llama radical por dos razones: primero,
porque quería volver a las raíces (“radical” viene de “raíz”, en latín) fenomenológicas
para repensar la epistemología de la investigación educativa, y segundo, porque
postulaba una incompatibilidad entre los métodos positivistas y los métodos que
ellos llamaban “naturalistas”. 2 Según Lincoln y Guba, el criterio para juzgar un
estudio naturalista debe ser fundamentalmente diferente al criterio para juzgar a
uno positivista:
el criterio
desde otraderivado de una
perspectiva, perspectiva
tal como, puede no
por ejemplo, no ser apropiado
sería para
apropiado juzgar
juzgar los acciones tomadas
dogmas católicos
como incorrectos desde la perspectiva de, digamos, presuposiciones luteranas (Lincoln y Guba,
1985: 293).
Según Lincoln y Guba, una epistemología positivista recae en un realismo
ingenuo, el cual presupone una sola realidad que un investigador trata de descubrir
 y revelar. La prueba de validez interna para el investigador convencional depende
del grado en que los resultados de un estudio representan una relación isomorfa
con la realidad. Cuando el investigador toma una posición idealista y por “realidad”
entiende un conjunto de realidades o perspectivas que representan construcciones
mentales de los actores sociales, los métodos cuantitativos se vuelven inadecuados.
Por eso, los autores se niegan a utilizar el vocabulario positivista, y prefieren
emplear uno nuevo que describa mejor la investigación naturalista. Por ejemplo, en
lugar de hablar de la “generalización” (la validez externa) de los resultados, prefieren
hablar de la “transferibilidad”, la cual no busca leyes que se puedan aplicar a todo
fenómeno social, sino la “transferencia” de los resultados del contexto estudiado a
otro contexto con características parecidas. En lugar de la validez interna prefieren
hablar de la “credibilidad” que, entre otras cosas, requiere de la confirmación de los
resultados con los participantes. Según Lincoln y Guba (1984: 296):
La implementación del criterio de credibilidad —un término que se sustituye por validez
interna— consiste en un doble quehacer: primero, llevar a cabo la investigación de tal manera
que exista una alta probabilidad de que los resultados sean creíbles y, segundo, demostrar la
credibilidad de los resultados a través de su confirmación por los participantes que son los
constructores de las múltiples realidades que son el objeto del estudio.
Estos autores sugieren varios métodos para ser utilizados por el investigador
con el fin de producir resultados con un alto nivel de credibilidad. Los métodos
descritos son: 1) Actividades que contribuyen a la credibilidad de los resultados, 2)
Consulta a colegas ( peer debriefing ), 3) Suficiencia referencial (referencial adequacy ),
 y 4) Confirmación con participantes (member checking ). Como algunos de estos
métodos son similares a las sugerencias de Goetz y LeCompte, sólo se tratarán en
detalle los que no aparecen en la sección anterior.

2 Otros autores que toman una posición parecida son Reason y Rowan (1981), y Smith y Heshusius
(1986).
4

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 4/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

L A VALIDEZ DE LOS ESTUDIOS ETNOGRÁFICOS: IMPLICACIONES METODOLÓGICAS 

Actividades que contribuyen a la credibilidad


Hay tres actividades de este tipo: estancia prolongada en el campo, observación
persistente y triangulación. La estancia prolongada en el campo  es una de las
medidas que sugirieron Goetz y LeCompte para contrarrestar los efectos de la
presencia del observador y las conclusiones espurias. Además, Lincoln y Guba
ponen énfasis en la estancia prolongada para el establecimiento de confianza entre
el investigador y los participantes.
La credibilidad de los resultados no sólo depende de una estancia prolongada
en el campo sino también de la capacidad del investigador para distinguir lo
importante o sobresaliente de lo trivial o superfluo. La meta de la observación
persistente es la identificación de las características y elementos de una situación
que son más relevantes para el foco del estudio.
La triangulación  —también utilizada por Goetz y LeCompte— se refiere al uso
de múltiples y diferentes fuentes de información, métodos (por ejemplo, entrevistas,
observaciones, análisis de documentos, etc.) e investigadores (en equipo).

Consulta a colegas
La consulta a colegas consiste en la exploración con una persona que realice
estudios afines sobre aspectos de la investigación durante el transcurso de la
misma. El consultor funciona como un observador neutro que puede hacer
apreciaciones y dialogar con el investigador sobre el proceso del estudio. Así, puede
fungir como “abogado del diablo” y presentar una perspectiva que el investigador no
haya considerado.

Suficiencia referencial
Para lograr la suficiencia referencial  el etnógrafo debe archivar sin analizar una
parte de los datos. Una vez que ya haya analizado el resto de los datos y tenga
resultados, podrá analizar los datos archivados para comprobar si ese segundo
análisis arroja conclusiones similares.

Confirmación con participantes


De acuerdo con su posición idealista, el método clave para Lincoln y Guba
(1984) es la confirmación de las categorías y resultados con los participantes e
informantes. Esta confirmación puede ocurrir de manera formal o informal.
Informalmente, en el transcurso del estudio hay muchas oportunidades de
compartir resultados tentativos con los participantes, ya sea de manera individual o
en grupo, También de manera formal debe existir una sesión en la que todos los
participantes estén invitados, habiendo tenido la oportunidad de revisar
previamente el reporte final.
Aunque al parecer existen diferencias marcadas entre la posición
epistemológica conservadora y la posición radical-idealista, los etnógrafos de ambas
corrientes tienden a recomendar métodos similares. Las diferencias consisten
mayormente en el grado de importancia que cada uno da a los métodos. Por
ejemplo, los conservadores
las distorsiones dan másalimportancia
de los participantes igual que dea los
losinvestigadores.
métodos que contrarrestan
Por su parte,
los idealistas-radicales tienden a dar más importancia a los métodos en que el

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 5/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

GARY L. ANDERSON  

investigador confirma sus categorías con las de los participantes, o sea, las
construcciones de los participantes tienen prioridad.
Es interesante observar que la postura de los conservadores es la de aceptar
las premisas y el vocabulario del positivismo (tal vez por razones estratégicas más
que epistemológicas) pero reflejan métodos naturalistas. La postura de los
radicales-idealistas rechaza las premisas y el lenguaje del positivismo (¿o será una
caricatura de ello?), pero acaban utilizando los mismos métodos que los
conservadores. La siguiente posición —la radical-crítica— presenta una
epistemología más reciente; sin embargo los etnógrafos “críticos” también utilizan
muchos de los mismos métodos que los etnógrafos de las dos corrientes anteriores.

L A POSICIÓN CRÍTICA-RADICAL  


Los etnógrafos “críticos” toman una posición epistemológica diferente a las
anteriores, bajo la influencia del neomarxismo y del feminismo. A través de sus
investigaciones les interesa desenmascarar las construcciones sociales dominantes
 y los intereses que éstas representan; pretenden estudiar la sociedad con el fin de
transformarla, y liberar a los individuos de las causas de la dominación y la
represión (Anderson, 1989; Angus, 1986; Lather, 1986). La etnografía crítica es lo
que Lather (1986) llama “investigaciones abiertamente ideológicas”. La
contradicción aparente entre investigaciones ideológicas y las definiciones
científicas de la validez ha dejado a los etnógrafos críticos abiertos a censuras no
sólo de investigadores cuantitativos sino también de otros etnógrafos preocupados
por la neutralidad y objetividad de la etnografía.
Por cierto, los etnógrafos críticos utilizan los métodos asociados con la validez
interna de los estudios etnográficos (por ejemplo, la triangulación de métodos y
fuentes de datos,
participantes, tiempo
etc.). Sin prolongado
embargo, suen el campo,deconfirmación
agenda de categorías
cambio y crítica social, con
su
insistencia en la inserción de los significados de los participantes en macro-
sistemas de economía política, y la falta da neutralidad teórica de sus estudios
conduce a la necesidad de una nueva concepción de la validez.
Los radical-críticos argumentan que no existen contextos neutros y que por lo
tanto no existen estudios neutros. Todas las investigaciones se enmarcan dentro de
un contexto político en el que existen relaciones de poder asimétricas. La posición
radical-crítica concuerda con la posición radical-idealista en que la realidad es una
construcción social en la cual participan todos los actores sociales. Pero los
etnógrafos críticos
social. Estos concentran
etnógrafos su la
enfocan atención en como
realidad el “porqué” de una construcción
una construcción social y
enfatizan el hecho de que el proceso de construcción no es libre ni voluntario. Ven a
los sistemas de conocimiento que existen en las percepciones de los participantes
como producto de fuerzas sociales y materiales. Por lo tanto, entender una
construcción social es averiguar por qué existe, examinar las condiciones que la
hacen necesaria y las ventajas que se acumulan a ciertos intereses.
Debido a que muchos etnógrafos críticos poseen un marco teórico neomarxista
o feminista se les acusa de confundir la ciencia con la ideología. Su dilema está bien
expresado por Lather (1986: 267):
La construcción de teoría con bases empíricas requiere una relación recíproca entre los
datos y la teoría. Hay que dejar que los datos generen proposiciones de una manera dialéctica
que permita el uso de marcos teóricos a priori, pero que al mismo tiempo evite que un marco
teórico particular se utilice como el envase en el cual se vierten los datos.

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 6/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

L A VALIDEZ DE LOS ESTUDIOS ETNOGRÁFICOS: IMPLICACIONES METODOLÓGICAS 

Aunque los radical-críticos utilizan los mismos métodos que las dos posiciones
anteriores, enfatizan dos métodos en particular: los que contribuyen a una reflexión
sistemática, y los que contribuyen a lo que Lather (1986) llama la “validez
catalítica”.

La reflexión sistemática
En lugar de tratar de negar o contrarrestar los sesgos teóricos, el etnógrafo
crítico los incluye como parte de su estudio. Así, la reflexión sistemática puede dar
alguna indicación de cómo ha sido modificada una teoría a priori  por los datos.
Normalmente, esta reflexión sistemática se logra a través de un diario en el cual el
etnógrafo lleva un registro de la información sobre la subjetividad del propio
investigador, sobre decisiones metodológicas, y sobre el desarrollo de teorías a
priori.

La validez catalítica
La validez catalítica se refiere al grado de “concientización” del estudio (Freire,
1970). Según Lather (1986), la validez catalítica se logra si los participantes, a
través de su participación en el estudio, logran profundizar en el conocimiento de
su mundo y aumentar su nivel de auto-determinación. Según Montero (1985: 30):
La investigación cualitativa, por su propia concepción, habilita a los participantes para
encarar los cambios sociales que fueren necesarios y no los toma como referentes de
información. Por el contrario, les provee de mayores recursos para interpretar su propia
realidad. 
El uso de la validez catalítica es más común entre los etnógrafos feministas
(Mies, 1983) y entre algunos investigadores latinoamericanos que sostienen el
enfoque que abordaremos a continuación. Con la introducción de la validez
catalítica entramos en una posición participativa en la que se conjuntan la
investigación, la acción política y la acción educativa.
L A POSICIÓN PARTICIPATIVA 
La posición participativa tiene sus orígenes en un grupo de investigadores
chilenos quienes a fines de la década de los 60, siguiendo el trabajo de Freire,
participaban en lo que Gajardo (1985) llama la “investigación temática”. Se trataba
de estudiar el “pensar del pueblo, sus ideales, inquietudes, su temática” (Fiori,
1968).
Para Freire, la aprehensión, por parte de profesionales y campesinos, del
“universo temático significativo” y de los “temas generadores”, debía permitir la
profundización de la toma de conciencia de los individuos en torno de los problemas
económicos y sociales, sus causas y alternativas de solución. Con esta acción
conjunta, Freire proponía superar la dicotomía sujeto-objeto presente en los
procesos de investigación social y educativa, transformando a comunidades, grupos
 y/u organizaciones campesinas en actores de los procesos de investigación y
partícipes directos en la gestión y desarrollo de su propia educación. (Gajardo,
1985: 401)
Durante la década de los 70, la investigación temática fue seguida por la
investigación-acción y la investigación “militante” en el resto de Latinoamérica, y
culminó con la investigación “participativa” en la década de los 80. Aunque el
espacio no permite un análisis de cada tendencia dentro de esta línea de

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 7/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

GARY L. ANDERSON  

investigación3 todas tienen en común una crítica a la unidad de método entre


ciencias sociales y ciencias naturales, la preeminencia de una visión parcelada y
unidimensional de la realidad social, la separación radical entre lo científico y lo
político, la desvinculación total en el quehacer científico de teoría y práctica, y la
manipulación de la información para evitar la participación colectiva en los procesos
de gestión social y económica por parte de los grupos más desposeídos de las
sociedades latinoamericanas (Gajardo, 1985: 404).
 Tal vez la posición epistemológica de la investigación participativa la expresa
mejor García Huibodro (1984: 24):
el conocimiento es un producto que acompaña el esfuerzo por iluminar la acción, es el
resultado del encuentro de diferentes actores sociales, es fruto de una acción que está marcada
por una intencionalidad que va más allá del “hacer ciencia”.
Con la excepción de algunas investigadoras feministas, los etnógrafos radical-
críticos de la sección anterior mantienen una postura de “hacer ciencia”. En la
mayoría de las etnografías críticas hay una relación vertical entre el investigador y
los investigados. Se ha criticado al etnógrafo crítico por su postura “voyerista” hacia
los participantes del estudio. Por otro lado, la posición participativa insiste en que
idealmente las relaciones objeto-sujeto deben ser horizontales y que la investigación
consiste tanto en hacer política como en hacer ciencia; el investigador se vuelve
activista social y científico.
Como cada investigación participativa tendrá características diferentes, es
difícil hablar de métodos que corresponden a esta posición. Sin embargo, de
Schutter y Yopo (1983) destacan algunas sugerencias y problemas:
La investigación participativa es más compleja que la investigación tradicional,
 ya que involucra activamente a toda una comunidad. Sin embargo, el proceso de
diálogo y el conocimiento resultante deben presentarse en tal forma que la misma
comunidad pueda comprenderlos y utilizarlos.
Los investigadores que promueven la participación organizada en el sentido del proceso
de la toma de decisiones que modifican las relaciones de poder, pueden entrar en conflicto con
las instituciones que no han adoptado estrategias democráticas en sus programas de
desarrollo.
Debido a su carácter participativo, el proceso de investigación es muy lento. Hay que
enfrentar entonces la impaciencia de la comunidad, asimismo de las organizaciones
auspiciadoras y de la institución en la que se realiza la investigación.
La preparación del investigador debe ser más integral, ya que tendrá que interactuar con
fenómenos sociales, económicos, políticos, culturales y sociológicos. No obstante, todavía no

existe una formación académica para la investigación participativa.


La investigación participativa no puede satisfacerse con una buena aplicación de un
marco teórico, ni con una programación de acciones de transformación social o de
dinamización de las organizaciones de base. Necesita adaptar e incorporar las acciones a las
limitaciones propias del contexto y conjugarlas en una praxis social (pp. 66-67).

CONCLUSIONES 
A pesar de tanta polémica epistemológica, si pudiéramos observar a los
etnógrafos de cada una de las tres primeras posiciones epistemológicas trabajando
en el campo, básicamente ellos utilizarían los mismos métodos de investigación.
Algunas diferencias provendrían más de la idiosincrasia que de posiciones

3 Para un excelente análisis de estas tendencias, véase De Schutter y Yopo (1983), y Gajardo (1985).
8

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 8/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

L A VALIDEZ DE LOS ESTUDIOS ETNOGRÁFICOS: IMPLICACIONES METODOLÓGICAS 

epistemológicas. Otras, provendrían de posiciones epistemológicas, pero serían más


diferencias de énfasis y de grado que de clase. El conservador insistiría tal vez en
mayores controles; el radical-idealista, en la confirmación de inferencias con los
participantes; y el radical-crítico, en una mayor reflexión sobre las teorías a priori ,
pero al final un buen etnógrafo es un buen etnógrafo, y un buen etnógrafo es un
buen científico que mantiene una postura de observador objetivo. El etnógrafo ha
reemplazado el término positivista de “sujeto de investigación” por el de
“informante” o “participante”, pero en realidad la “participación” consiste en un
sujeto que es estudiado por un investigador (el etnógrafo/científico). Es más, al
etnógrafo se le advierte del riesgo de perder su estatus de observador, para
convertirse en uno de los “nativos”.
Aunque no quiero presentar la posición participativa como monolítica, la
tendencia de combinar la acción investigativa, la acción educativa, y la acción
política rompe con las epistemologías anteriores y tiene implicaciones metodológicas
muy interesantes y poco elaboradas. 4 Si puede romper con el “voyerismo” y con el
elitismo de algunas manifestaciones de la corriente radical-crítica, podría
representar el comienzo de un proceso de democratización de la investigación.
En este trabajo no pretendo elaborar las posibilidades metodológicas de la
investigación participativa. Sin embargo, la tendencia participativa o “colaborativa”
que comienza en Norteamérica puede aprender de las experiencias de los
investigadores participativos latinoamericanos. Es casi seguro que el próximo
debate epistemológico y metodológico en Norteamérica sea sobre la investigación
participativa.
Finalmente, lo que el etnógrafo latinoamericano tal vez puede aprender de la
polémica epistemológica norteamericana es el hecho de evitar debates
epistemológicos porque parecen afectar poco la vida del etnógrafo elaborando
métodos eficaces en el campo.

4  Por ejemplo, De Schutter y Yopo (1983) insisten en métodos e instrumentos objetivos para la
investigación participativa:
La investigación participativa es claramente no neutral. Las actividades que se realizan obedecen a
razonamientos ideológicos y la interrelación entre la comunidad, los investigadores y el medio que
pretenden transformar. Sin embargo, el conocimiento objetivo de la realidad es la base para su
transformación. Por lo tanto, la descripción necesita un instrumental que facilite la observación de los
procesos y hechos con todo rigor científico.
Más problemático todavía es el empleo del diálogo en el análisis y la interpretación. No hemos
encontrado aún un método y un instrumental que garanticen la relevancia y la validez de los argumentos,
ingredientes necesarios para la objetividad (p. 66).

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 9/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 10/11
7/31/2019 Anderson - La validez de los estudios etnográficos. Implicaciones metodológicas

L A VALIDEZ DE LOS ESTUDIOS ETNOGRÁFICOS: IMPLICACIONES METODOLÓGICAS 

MIES, M. (1983). “Towards a methodology for feminist research”, en G. Bowles y R.


Duelli Klein (eds.), Theories of women’s studies  (pp. 117-139). Boston,
Routledge and Kegan Paul.
MONTERO, M. (1985). “La investigación cualitativa en el campo educativo”, en La 
Educación: Revista interamericana de desarrollo educativo , 28, 19-31.

REASON, P. y Rowan,
Reason J. (1981).
y J. Rowan “Issues
(eds.), Humanof validity
inquiry:inAnew paradigmofresearch”,
sourcebook en P.
new paradigm 
research  (pp. 239-262), Nueva York, John Wiley.
SMITH, J. K. y Heshusiues, L. (1986). “Closing down the conversation: The end of 
the quantitative-qualitative debate among educational inquirers”, en
Educational Researcher , 15(1).

11

http://slidepdf.com/reader/full/anderson-la-validez-de-los-estudios-etnograficos-implicaciones-metodologicas 11/11

También podría gustarte